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martes, 19 de mayo de 2015

SOBRE EL ANÁLISIS ARQUEOASTRONÓMICO DE DOS YACIMIENTOS TINERFEÑOS Y LA IMPORTANCIA DE LOS EQUINOCCIOS EN EL RITUAL ABORIGEN-1



César Esteban Montserrat Delgado Cabrera Instituto Astrofísico de Canarias

RESUMEN

Se describe una nueva metodología para la medida y el análisis preciso del horizonte astronómico que rodea a yacimientos arqueológicos. Este método se ha aplicado a la estación de cazoletas y canalillos de Barranco de la Tapia (Candelaria) y la estación de grabados rupestres de La Pedrera (Punta del Hidalgo, San Cristóbal de La Laguna), situadas ambas en Tenerife y con una posible significación cultual. Hemos encontrado que el orto u ocaso del Sol en los equinoccios se produce en las zonas más llamativas del horizonte de ambos yacimientos, una relación astronómica que ya se había encontrado  en otros sitios arqueológicos del Archipiélago. Se propone que la importancia ritual del equinoccio (o de una fecha muy cercana a éste, especialmente el punto medio temporal entre ambos solsticios) podría tener su origen en el Norte de África preislámico, donde se han encontrado unas relaciones astronómicas muy similares a las descubiertas en lugares de culto prehispánicos de las Islas Canarias en los últimos años.



PALABRAS CLAVE: Arqueoastronomía,  Islas Canarias, Tenerife, norte de África, religión, santuarios, grabados rupestres.

ABSTRACT

We describe a new method to obtaining and analysing precise measurements of the astro- nomical horizon around archaeological sites. We have applied this method to the rock engraving stations of Barranco de la Tapia (Candelaria) and La Pedrera (Punta del Hidalgo, La Laguna), both located in Tenerife Island and of possible cultual significance. We have found that the sunrise or sunset at and around the equinoxes takes place on striking zones of the horizon in both sites. This kind of astronomical relation has been found in some archaeological sites in other islands of the archipelago. We propose that the ritual importance of the equinoxes —or a date very close to the equinoxes, as the temporal mid-point between solstices— could have been originated in preIslamic North Africa, a zone with archaeoastronomical findings strongly similar to those discovered in religious precincts of the Canary Islands.

KEY  WORDS: Archaeoastronomy, Canary Islands, Tenerife, North Africa, Religion, Sacred places, Rock art.

1. INTRODUCCIÓN

1.1. LA ASTRONOMÍA  EN LA PREHISTORIA  DE CANARIAS

En la última década se han llevado a cabo distintos estudios arqueoastronómicos en yacimientos aborígenes canarios que demuestran la importancia de ciertos elementos astronómicos en la simbología religiosa y en el ritual de la antigua cultura prehispánica  (Aveni y Cuenca, 1992-1993-1994; Belmonte et al. 1994, 2001; Belmonte, 1999, Belmonte y Hoskin, 2002; Esteban, 1997, 2000; Esteban et al., 2002). Las posiciones singulares del movimiento anual solar sobre la bóveda celeste: solsticios y equinoccios, parecen ser los elementos más constatados. Así, encontramos marcadores de estos eventos solares basados en diferentes estrategias:

a) la disposición relativa de elementos artificiales de los propios yacimientos permite una orientación hacia ortos u ocasos del Sol en solsticios y equinoccios, así como la producción de juegos de luz y sombra;
b) los ortos u ocasos solares en dichos momentos del año se producen sobre elementos llamativos del horizonte que rodea al yacimiento o incluso sobre otros yacimientos conectados visualmente;
c) los elementos del yacimiento (como grabados rupestres o tumbas de necrópolis)
se encuentran orientados sistemáticamente a dichos eventos astronómicos.

Se han encontrado relaciones astronómicas en todas las islas del Archipiélago que se han estudiado con cierta profundidad, principalmente en Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote, lo que sugiere que la importancia del culto solar era algo común en todas o en la mayor parte de las sociedades insulares. Estos marcadores astronómicos podrían ser utilizados como elementos en el propio ritual (hierofanías), como herramientas para establecer un calendario y/o para predecir el momento en que se producían  las distintas festividades con vistas a la preparación y anuncio de su celebración.

Por otra parte, las crónicas históricas escritas coinciden en la gran importancia de los cultos astrales en la religión de los aborígenes canarios. Son varios los autores que han llevado a cabo el análisis de dicha documentación (Tejera Gaspar, 1992: 11-18; Jiménez González, 1994; Belmonte et al., 1994; Barrios, 1997). De estos estudios parece clara la existencia de un calendario aborigen lunisolar, basado en la observación de la posición del Sol y las fases de la Luna, aunque existen diferencias en las crónicas sobre el momento preciso del inicio del año, algunos cronistas indican la luna nueva posterior al solsticio de verano, mientras que otros lo sitúan en la luna nueva posterior al equinoccio de primavera.

1.2. MOTIVACIÓN DEL PRESENTE TRABAJO

La parte técnica del presente artículo se planteó como el núcleo de un trabajo de investigación para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados dentro del programa de tercer ciclo «Física del Cosmos» del Departamento de Astrofísica de la Universidad de La Laguna. Nuestro objetivo fundamental fue desarrollar un método de análisis preciso del horizonte astronómico en yacimientos arqueológicos de posible significado ritual en Tenerife. Para ello utilizamos instrumental de precisión, tanto para la determinación de las coordenadas  geográficas de los yacimientos como para la obtención de medidas angulares sobre el horizonte. Por otra parte, también se aplicaron paquetes informáticos profesionales de análisis de imágenes astronómicas a fotografías digitales del horizonte que rodea a los yacimientos. Con la puesta a punto de estas técnicas hemos desarrollado una nueva metodología en nuestro grupo de investigación para abordar futuros proyectos de análisis sistemático y preciso del horizonte astronómico en cualquier tipo de yacimiento.

1.3. LOS YACIMIENTOS ESTUDIADOS
Debido al limitado tiempo disponible para la realización del trabajo y su interés principalmente técnico, nos centramos en dos yacimientos de Tenerife ya conocidos por nosotros: la estación de cazoletas y canalillos del Barranco de la Tapia, en Candelaria y la estación de grabados rupestres de La Pedrera, en el municipio de San Cristóbal de La Laguna.

El yacimiento del Barranco de La Tapia está situado en el kilómetro 19 de la carretera TF-28 en el municipio de Candelaria. Se encuentra sobre un aflora- miento de toba volcánica de color amarillento situado justo al borde de la carretera, a 135 metros sobre el nivel del mar. Sus coordenadas GPS son longitud: 16°22'56'' O, latitud: 28°20'55'' N. Se compone  de un conjunto de cazoletas y canales excavados en la roca que se distribuyen  sobre una superficie de varias decenas de metros cuadrados de extensión, aunque es posible que algunos elementos se encuentren ocultos bajo la vegetación o cubiertos por los sedimentos (ver figura 1). El yacimiento se encuentra totalmente desprotegido y está muy expuesto a la acción antrópica, de hecho es muy probable que parte del yacimiento fuera destruido por la construcción y mejoras posteriores de la carretera TF-28. La apariencia de los grabados es antigua y sus características parecen análogas a otros yacimientos mucho mejor conocidos y clasificados indudablemente como prehispánicos como Roque de La Abejera (Buzanada, Arona) o Pico Yeje (Masca, Buenavista). Distintos autores clasifican este tipo de yacimientos como lugares de culto (Tejera Gaspar, 1992: 32; del Arco Aguilar et al., 1999: 62). Hasta donde tenemos conocimiento, el yacimiento se encuentra inédito y su existencia y localización nos fue comunicada por los arqueólogos José V. Febles y Cristo M. Hernández.

El segundo yacimiento estudiado es el conocido como La Pedrera, situado en un rellano de toba volcánica de la cara norte del Roque de Dos Hermanos (Punta del Hidalgo, municipio de La Laguna). Se encuentra muy cercano al mar y a 175 metros de altura. Las coordenadas GPS del yacimiento son longitud: 16°18'29'' O, latitud: 28°34'20'' N. El acceso es complicado, pues aunque se parte de una vereda, ésta se debe abandonar para ascender (y en algunos momentos escalar) parte de la montaña para llegar a la zona arqueológica. El yacimiento fue publicado por Perera López (1992) y consiste en una estación principal de grabados rupestres de 6 metros de longitud, un ancho de algo más de 4 metros y con una inclinación descendente en dirección este-oeste de unos 20°. Los grabados son muy interesantes; parecen representar figuras antropomorfas femeninas y asexuadas y pisciformes, así como figuras geométricas y cazoletas. Perera López interpreta el yacimiento como un centro de culto prehispánico a la fecundidad femenina.

2. OBTENCIÓN Y REDUCCIÓN DE LOS DATOS

La obtención de los datos se realizó durante varias visitas a los yacimientos. El instrumental utilizado fue un teodolito, un aparato de posicionamiento global (GPS) y una cámara fotográfica digital.

El teodolito es un aparato topográfico de precisión que se utiliza para medir ángulos horizontales (acimut) y ángulos verticales (altura). El modelo de teodolito utilizado fue el TEO-3, analógico, portátil y de poco peso, muy indicado para el trabajo de campo en lugares de difícil acceso. Dispone de un trípode de aluminio ligero pero robusto (ver figura 2). El sistema de medida en los dos ejes del teodolito es centesimal, es decir, toda la circunferencia está dividida en 400°. El eje de alturas, que realmente mide distancias cenitales centesimales, tiene su cero en el cenit, alcanzando el valor 100° justo sobre el horizonte. La unidad mínima de lectura para ambos ejes es de 0,05° centesimales (0,045° sexagesimales). Aunque la precisión puede ser algo superior a este valor porque se pueden estimar fracciones aproximadas a esa unidad mínima.

Los sistemas de posicionamiento global (GPS) por medio de satélites son de una utilidad extraordinaria, gracias a ellos podemos determinar las coordenadas de un lugar sobre la superficie de la Tierra con una incertidumbre de apenas unas decenas de metros. El instrumento utilizado en nuestro caso fue un modelo GPS II PLUS de Garmin. Con él obtuvimos la longitud y latitud del lugar así como el denominado tiempo universal, UT1. El disponer de una determinación precisa del UT fue necesario para cronometrar cada medida de la posición del Sol realizada para la calibración del punto cero de acimut del teodolito (ver más adelante).

A la llegada a cada yacimiento se coloca el teodolito en estación. Esto supone realizar las tareas siguientes:

a) colocar el trípode bien anclado y, aproximadamente, en el centro geométrico del yacimiento;

b) fijar el teodolito sobre el trípode;
c) nivelar la base del teodolito paralelamente al plano del horizonte, para lo cual se utiliza una burbuja flotante situada en la base nivelante del teodolito que se fija con tres tornillos.

Una vez tenemos el teodolito en estación, medimos las coordenadas geográficas del lugar con el GPS y lo situamos sobre un mapa geográfico detallado de la zona.

El paso siguiente consiste en la obtención de fotografías del horizonte que rodea el yacimiento, inicialmente con un objetivo gran angular para obtener un campo extenso y cubrir toda o la mayor parte del horizonte en varias exposiciones. Posteriormente, se fotografían las zonas más llamativas y aquellas donde se estima que se producen los ortos y ocasos del Sol y la Luna con un objetivo de mayor aumento (teleobjetivo). Cuanto mayor aumento utilicemos, mayor precisión podremos obtener en el análisis del horizonte, aunque no es conveniente que el campo sea demasiado pequeño (menor de, por ejemplo, unos 5° a 10°). Finalmente, se define un cierto número de cotas en las zonas de mayor interés potencial, fácilmente distinguibles sobre las fotografías, y se determina  su acimut y la distancia cenital instrumental con el teodolito.

Hay que recordar que el teodolito mide acimutes respecto a un origen arbitrario, cuya posición varía cada vez que colocamos en estación el teodolito y se mantiene mientras no movamos el aparato. Para realizar el estudio necesitamos medir acimutes referidos al norte geográfico, por lo que necesitamos conocer el ángulo definido entre el norte geográfico y el origen de acimutes instrumentales del teodolito en la disposición particular utilizada. La determinación de este ángulo, que denominaremos  «declinación instrumental», la realizamos con observaciones sucesivas de la posición del Sol en tres momentos diferentes durante nuestra visita al yacimiento. Típicamente realizamos una observación antes de medir las cotas, otra hacia la mitad de la sesión de trabajo y una última al final, justo antes de desmontar el teodolito. Debido a que las medidas se realizan a través de una mira telescópica con un cierto número de aumentos, las observaciones de la posición del Sol pueden dañar los ojos, por lo que se realizaron proyectando  la imagen del Sol y de la retícula del campo de observación sobre una pantalla blanca. Cuando se estimaba que el disco solar se encontraba centrado sobre la retícula, se anotaba del tiempo universal indicado por el GPS, se embragaba  la posición del teodolito y se medía el acimut y la distancia cenital con el objetivo de la mira ya tapado. Cada medida (tanto de cotas como de la posición del Sol) se realizó individualmente  por tres personas diferentes, eliminando posibles errores de lectura.
La determinación  de la «declinación instrumental»  se lleva a cabo con posterioridad al trabajo de campo, calculando el acimut y la altura esperados del centro del disco solar a partir de las coordenadas  celestes del Sol en ese momento. Estas coordenadas (ascensión recta y declinación  celestes) se pueden interpolar de las tablas publicadas anualmente en el Almanaque Náutico del Observatorio de San Fernando. Estas tablas proporcionan  las coordenadas del Sol para cada hora y para todos los días del año. La «declinación instrumental» será entonces el valor medio de la diferencias entre el acimut medido por el teodolito  y el acimut geográfico real, ambos correspondientes a las distintas posiciones del Sol medidas durante la visita al yacimiento.

Una vez calculamos la «declinación instrumental», que designaremos como dt, podemos calcular el acimut geográfico (en grados sexagesimales) de cada cota medida mediante la siguiente relación:

donde At es el acimut medido con el teodolito. Por otra parte, la altura (sexagesimal) de las cotas la podemos obtener a partir de esta relación con la distancia cenital medida con el teodolito (zt):

La altura medida de un objeto cercano al horizonte está afectada por un fenómeno denominado refracción atmosférica. Este efecto óptico, relacionado con el diferente índice de refracción que tienen las distintas capas de la atmósfera, hace que la altura a la que vemos los objetos cercanos al horizonte sea mayor a la que tienen en la realidad. En nuestro caso hemos utilizado la expresión que nos proporciona Schaefer (2000):

donde R es la corrección que debemos aplicar a la altura debida a la refracción atmosférica en grados sexagesimales, que nunca supera valores del orden de 0,5°. La altura corregida quedaría entonces:

H = h – R

Existe una segunda corrección a la altura, que es la conocida como paralaje, que es mayor cuanto más cerca se encuentra  el astro a la Tierra. En la práctica este efecto sólo es importante en el caso de observaciones de astros cercanos a la Tierra, como la Luna, en el caso del Sol el efecto de la paralaje es despreciable.

Con la metodología explicada sólo podemos determinar con precisión las coordenadas (A, H ) asociadas a las cotas que hayamos medido con el teodolito. Si un orto u ocaso de interés astronómico se realiza sobre un punto del horizonte para el cual no disponemos de una medida directa de sus coordenadas con el teodolito (la situación más probable), la posición de dicho punto no quedará determinada con precisión.

En nuestro caso, además de las medidas de las cotas, realizamos un análisis de las imágenes digitales del horizonte, que se llevó a cabo con el paquete de reduc- ción y análisis de imágenes astronómicas IRAF2, el más utilizado por la comunidad astronómica internacional. Se trata de un software libre de soporte UNIX o LINUX (http://iraf.noao.edu/). Dentro de este paquete utilizamos varias tareas englobadas en el conjunto de tareas denominado IMCOORD. Nuestro objetivo fue el conse- guir transformar cualquier par de puntos (X, Y ) sobre una imagen digital a sus coordenadas de acimut y altura (A, H ) correspondientes, con esto podemos deter- minar con precisión las coordenadas celestes del astro que pasa por cualquier punto del horizonte.
En primer lugar utilizamos la tarea CCMAP, en la cual introducimos:

a) una tabla de datos (en forma de fichero de texto con cuatro columnas) con los valores X e Y de las cotas medidas sobre la imagen digital del horizonte, así como los correspondientes A y H de dichos puntos (calculados según hemos descrito anteriormente).

b) La imagen digitalizada de la parte del horizonte que estemos tratando en ese momento  (en nuestro caso convertimos la imagen original, en formato JPEG estándar, a formato FITS, que es el habitual de las imágenes astronómicas y uno de los que usa IRAF). Este formato permite que el fichero de la imagen contenga también una serie de datos adicional (denominado encabezamiento) con parámetros relevantes de la imagen.

Esta tarea calcula un ajuste bidimensional a la imagen cuyos parámetros serán escritos en un fichero de texto de salida. En nuestro caso elegimos un polinomio de orden dos en cada eje. Con este ajuste podremos asignar un par (A, H) a cada punto (X, Y ) de la imagen. Esta tarea tenemos que aplicarla para cada fotografía. En general tendremos varias en cada yacimiento, cubriendo distintas zonas del horizonte. El número de cotas que necesitamos en cada fotografía dependerá de la precisión que deseemos, así como el orden del polinomio que queramos aplicar (esto determina el número de cotas mínimo).
Seguidamente hacemos uso de la tarea CCSETWCS, con la que introducimos el ajuste bidimensional en el encabezamiento de la imagen. Introduciendo la fotografía del horizonte y el archivo del ajuste polinómico, las imágenes contendrán entonces la función que transforma de puntos (X, Y) a valores de acimut y altura, (A, H). Finalmente, utilizamos la tarea WCSCTRAN, con la cual, introduciendo un fichero de puntos (X, Y) cualesquiera medidos a posteriori sobre la imagen, podemos determinar sus correspondientes  valores (A, H ). La medida de las coordenadas (X, Y) sobre la imagen digital puede realizarse con cualquier programa comercial de desplegado y edición de imágenes, en nuestro caso utilizamos  las opciones ofrecidas por el propio paquete informático IRAF.

Una vez tenemos las coordenadas acimut y altura (A, H ) de un punto cual- quiera sobre la imagen y conocida la latitud del lugar, f (determinada a partir de las medidas con el GPS), podemos calcular la declinación celeste, d, del objeto que pasa por dicho punto a través de una ecuación de transformación de coordenadas:

Este último cálculo se realizó, en nuestro caso, con un sencillo programa elaborado en el entorno IDL y en el sistema operativo LINUX sobre las tablas de datos de salida de IRAF. El rango de valores de la declinación va de –90° a +90°. Cuando un astro tiene d = 0° supone que se encuentra sobre el ecuador celeste, mientras que d = +90° significa que el objeto se encuentra  en el Polo Norte celeste. Las coordenadas  celestes de un astro son independientes de la posición del observador sobre la superficie de la Tierra (a diferencia de lo que ocurre con las coordenadas horizontales: acimut y altura) y son las que suelen proporcionarse en los catálogos astronómicos.

Revista Tabona, 13; enero 2005, pp. 187-214



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