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sábado, 7 de septiembre de 2013

LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS -CAPITULO-XXIII-I






VOLUMEN II





CAPITULO-XXIII-I



DIOSAS Y VIRGENES NEGRAS


Soy todo lo que ha sido,
todo lo que es y todo lo que será,
y mi velo no ha sido nunca levantado
por ningún mortal;
el fruto que he engendrado ha sido el Sol.

(Inscripción de Isis en la ciudad de Sais.)

Eduardo Pedro García Rodríguez

Recordemos el pasaje bíblico que nos narra la visión que tuvo Jacob de la escalera: Génesis 28 (10-22), Jacob tiene miedo y exclama “¡cuan terrible es este lugar No es otra cosa que la  casa de Dios y la puerta del cielo”  y cogiendo la piedra que le sirvió de cabecera la pone vertical. Bautiza aquel lugar que antes se llamaba Luz, Betel. Génesis 35 (1-15).

ISIS NEGRA

Por orden de Dios, Jacob vuelve a Luz-Betel y erige allí un altar al dios de Betel, “murió Débora, la nodriza de Rebeca y fue sepultada por debajo de Betel, al pie de la encina, a la que se llamó encina del Llanto”

Destaquemos varias cosas: el antiguo nombre del lugar, Luz. En Luz se une la tierra y el cielo (estrella de seis puntas llamada de David, Sello de Salomón YAKEY, Rey de Reyes) La importancia dada a la piedra Betel, que sella el lugar cambiándole el nombre. El altar que se erige allí donde está la piedra, una nodriza (madre) bajo este altar, cerca de una encina. Y el miedo que crea esa luz en Jacob. Ya tenemos todos los elementos para seguir: la Puerta sellada (sello de Salomón) por un Betel o piedra consagrada, una virgen-madre, debajo del altar, cerca de un árbol, “Axes Mundi”, centro del mundo donde está el Rey de Reyes. (sello)

Nada es nuevo en este mundo, todo se repite aunque modificado. La pitonisa de Delfos era la unión de Apolo con los humanos, se sentaba en un trípode sobre una grieta terrestre. Su nombre viene de Pitón la serpiente, las vírgenes católicas pisan un reptil. ¿Qué simboliza? La serpiente en algunas culturas simbolizan la tierra, pero también significa sabiduría. Conoce el bien y el mal.

Que son esas misteriosas Vírgenes Negras, estas Damas presentes en las catedrales de las cuales reciben su nombre. La religión católica siendo la única de las tres grandes corrientes teológicas que se permite el simbolismo iconográfico, tendremos que buscar el equivalente a esas Vírgenes en ella. Recuérdese que el símbolo no tiene religión ni patria, sólo su forma se adapta. Ya que las catedrales fueron construidas por los templarios echemos una ojeada a estos caballeros. Sus templos primitivos son una copia de la mezquita de Omar llamada la Roca.

Construcción que persiste sobre los restos del templo de Salomón, (templo que fue dedicado a la Diosa, Inanna, la madre divina) exactamente sobre el “santa sanctorum”. Axe Mundi, omphalo alrededor del cual giran las tres religiones mayoritarias. ¿Qué tenemos bajo esa mezquita? Una Roca, sobre la cual Jacob vio su escalera, Abraham vio al ángel que salvó de matar a Isaac, Mahoma subió con su mula Burra al cielo... una puerta sellada.

DIOSA ISTHAR CATOLIZADA



Recordemos que en el origen del culto a la Diosa-Madre prehistórica encontramos las piedras negras caídas del cielo, los meteoritos, adorados como generadores de vida. Encontramos así bajo diversas formas a la Gran Diosa-Madre o Diosa Tierra, cuyos más antiguos antecedentes son las “Venus paleolíticas” de la prehistoria. Estas Diosas (Isis, Astarté, Cibeles o Artemisa, Tanit, Chaxiraxi), fueron representadas generalmente de color negro porque eran el símbolo de la Tierra primigenia que, una vez fecundada por el Sol, se convertía en fuente de toda vida, pero también porque muchas de esas imágenes sustituían, en el lugar de culto a una Piedra Negra de origen meteorítico, que había sido venerada en esos santuarios desde tiempo inmemorial.

Como hemos apuntado anteriormente, Oriente Medio fue un punto de confluencia donde se dieron cita tanto las grandes como las pequeñas religiones mistéricas  de la antigüedad. En tiempos de las Cruzadas, tierra santa conservaba aún restos de cultos iniciáticos a Dionisos, Mithra e Isis, que se entremezclaban con las prácticas de algunos grupos de cristianos orientales. Entre los cultos de Oriente Medio sobresalen el de la Diosa-Madre, que aparece en las grandes religiones de la antigüedad aunque como hemos dicho su origen es anterior a ellas.

Por su parte, cuando los templarios conquistaron Chipre, hacia el año 1191, encontraron que todavía los habitantes bizantinos de la isla rendían culto en Pafos a una Piedra Negra que para los fenicios había personificado a Astarté y que los dorios habían identificado con Afrodita Cipris. Los templarios levantaron allí una iglesia dedicada a “Nuestra Señora” y pusieron en su altar una Virgen Negra en cuyo trono cúbico guardaron la piedra como una reliquia preciosa. Los antonianos y los benedictinos del siglo XI y tras ellos los cistercienses y templarios en el siglo XII asimilaron el sincretismo a través de los contactos que tenían con Anatolia, Siria, Chipre y Egipto y llenaron Occidente de imágenes de la Virgen Negra que tenían ocultas en su interior piedras de ese color. Estas Vírgenes no fueron instaladas al azar. Los santuarios de las imágenes negras occidentales se levantan sobre las ruinas de templos paganos, que a su vez fueron edificados sobre sitios de adoración.
Al sur de Egipto, en la región llamada Nubia y en las cercanías de Asuán, existe una isla situada en el centro del Nilo denominada hoy Isla de Philae ("Isla del tiempo de Ra" para los antiguos egipcios). En esta isla se erige un templo dedicado a la diosa Isis (o Hathor) y era, en tiempos de las cruzadas, el único emplazamiento en donde se seguían realizando los antiguos cultos de los tiempos del Egipto faraónico.

NUESTRA SEÑORA DE MONSERRAT


LAS VÍRGENES NEGRAS: Los esoteristas medievales utilizaron el color negro en las imágenes de la Virgen, recogiendo el legado de las Diosas Madres prehistóricas y de sus sucesoras denominadas paganas, Isis, Belisana o Artemisa.
En el origen del culto a las Diosas Madres prehistóricas encontramos unas piedras negras caídas del cielo, los meteoritos, adorados como generadores de vida. En nuestros días pueden encontrarse las vírgenes negras en muchos países europeos, especialmente en Francia, y España y Canarias como objeto de gran devoción popular.
En la mitología de la antigua Europa céltica, sobre las colinas sagradas dedicadas a la Madre Tierra, llamada Brigit o Belisana, se encendía el primrro. de febrero una hoguera, el Kildare, que custodiaban nueve vírgenes. Sobre esa hoguera los druidas cocían en un recipiente que representaba el caldero mágico del dios Lug, una poción de hierbas medicinales para que la energía regeneradora de los dioses beneficiara al pueblo. Cuando llegaba la noche, cada cual encendía una antorcha en las brasas del Kildare, de manera que éste, a semejanza del fuego cósmico, derramase bendiciones sobre la familia y sus posesiones.
Cuando se estableció el Cristianismo en el viejo mundo se rezaba a Jesús pero, aún así, muchos continuaron con la celebración de los antiguos ritos y subían a los montes a encender sus hogueras tradicionales y a cocer sus pociones, regresando a las casas con sus antorchas  mágicas encendidas. La Iglesia se dio cuenta de que no podría acabar con estas costumbres y, en lugar de combatirlas, las substituyó por otras similares, celebradas en fechas parecidas y dedicadas a vírgenes y santos que habían adoptado los caracteres de los antiguos dioses y Diosas. Así, Nuestra Señora de la Candelaria toma el lugar de Belisana y es acompañada los días 1 y 2 de febrero por San Lucas, que reemplaza a Lug, dios del caldero. La sacaban en procesión con una vela en la mano rodeada por doncellas que portaban cirios encendidos y los fieles le ofrecían ramos de hierbas medicinales. El sacerdote culminaba la celebración presentándola a todos como La Virgen Madre que trae la Luz al mundo. Lo llamativo, sin embargo, es que su imagen era de color negro ¿Por qué, quién y cómo escogió el color negro para una figura cristiana que debía substituir el viejo culto a la Madre Tierra?
    



 Otras características son: Imágenes de tipo mayestático, figuras erguidas y sentadas en sillas o tronos con poco respaldo, con el niño sentado en el regazo, en ocasiones porta una bola en la mano derecha, la mirada perdida en la lejanía, el rostro de la Madre no deja traslucir emoción alguna, la cara de la Diosa suele estar más trabajada, los colores de los vestidos son blanco, rojos, azules y en ocasiones con adornos dorados. Todas ellas suelen poseer tamaño semejante. Con frecuencia aparecen ubicadas en lugares de peregrinación, es decir, de poder, en cercanías de fuentes o arroyos, determinados árboles y grutas.

DIOSA “PAGANA” Y VIRGEN CATOLICA



El problema que se encontraron los Templarios era que la adoración de una deidad pagana suponía una herejía, por lo que se enfrentaban a graves sanciones y penas en caso de ser descubiertos. Esto obligó a los miembros del Temple a ser muy ingeniosos. Sabedores de que no podían equiparar a Isis con la Virgen María, ya que no podían existir dos vírgenes, decidieron inventar la figura de "Nuestra Señora de..." y adorar a la diosa egipcia bajo la imagen de una "virgen negra", apariencia que se ha mantenido hasta nuestros días y cuyo culto, bajo distintos "Nuestra Señora", se haya aún vigente en muchos lugares de la geografía europea, americana  y en Canarias, como la Notre Dame de París o la Chaxiraxi (Virgen de la Candelaria) en Canarias. De esta forma, los Templarios consiguieron llevar adelante su culto y "meterle un gol por la escuadra" a la Iglesia Católica, incapaz de descubrir el sutil engaño. Esto, claro está, es lo que dice la leyenda.
Diosas negras con todo su significado mistérico y oculto son tallas de color negro ya desde su creación, no posteriores añadidos intencionados o no. (p.e., por impregnación de humos con el tiempo), e independientemente del material empleado en su elaboración (p.e., por ser de Ébano no significa que estemos hablando de Diosas negras mistéricas y cargadas de significado iniciático). Como hemos anotado los templarios impulsarán el culto a estas representaciones de la Diosa. Por ello es lógico que Francia por su relación especial con el Temple sea el país con mayor número de ellas. Como hemos venido indicando tienen sus orígenes en cultos y tradiciones de Oriente, en invocaciones a divinidades femeninas Isthar, Isis, Tanit, Ceres, etc. Y de Oriente será de donde la importarán sobre todo los templarios bajo un manto de mitos y leyendas. Suelen tener una leyenda detrás y presidir lugares de poder, mágico, telúrico... donde las prácticas religiosas se pierden en la noche de los tiempos. Otras características son: Imágenes de tipo mayestático, figuras erguidas y sentadas en sillas o tronos con poco respaldo, con el niño sentado en el regazo, en ocasiones porta una bola en la mano derecha, la mirada perdida en la lejanía, el rostro de la Madre no deja traslucir emoción alguna, la cara de la Diosa suele estar más trabajada, los colores de los vestidos son blanco, rojos, azules y en ocasiones con adornos dorados. Todas ellas suelen poseer tamaño semejante. Con frecuencia aparecen ubicadas en lugares de peregrinación, es decir, de poder, en cercanías de fuentes o arroyos, determinados árboles y grutas.
La luna o Isis era denominada la «Madre del Mundo» porque desprende en el aire los principios fundamentales que recibió de la Sol. Isis, Tanit, Chaxiraxi, es, pues, la

naturaleza considerada como mujer y apta para recibir toda generación. Es en este sentido que Platón la llama «nodriza y la que contiene todo». La mayoría de autores la llaman «Diosa de los innumerables nombres», porque recibe toda clase de formas y apariencias. Apuleyo, en su obra llamada Las Metamorfosis o el Asno de Oro llama a Isis «Reina del Cielo» y cuando se manifiesta al protagonista llamado Lucius, le dice:
«Soy la naturaleza, la madre de las cosas, dueña de todos los elementos, origen y principio de los siglos, divinidad suprema, reina de los manes, o espíritus de los muertos, primera entre los habitantes del cielo, prototipo uniforme de los dioses y diosas. Soy yo, cuya voluntad gobierna las bóvedas luminosas del cielo, los soplos saludables del océano, el silencio lúgubre de los infiernos. Potestad única, soy, por el universo entero, adorada bajo diversas formas, con ceremonias diversas, bajo mil nombres diferentes. Los frigios, primeros nacidos sobre la tierra, me llaman Diosa de Pesimonte y madre de los dioses; los Atenienses me denominan Minerva Cecropiana, soy Venus de Pafos para los habitantes de Chipre; Diana Dictina en Creta, Proserpina en Sicilia donde se hablan tres idiomas; soy Ceres, la antigua divinidad, para los habitantes de Eleusis; Juno para unos, Bellona para otros; Hécate para estos, Ramnusia para aquellos. Pero en los que están iluminados primero por los divinos rayos del Sol naciente, los pueblos de Etiopía, de Aria y los Egipcios, poderosos por su saber antiguo, son los únicos que me honran con el culto que me es propio; sólo ellos me llaman por mi verdadero nombre, a saber, La reina Isis». (Carlos del Tilo).

EN LA PENUMBRA DE LA CRIPTA: La cripta es ese lugar oscuro bajo tierra que también evoca por su penumbra las tinieblas a la vez destructivas y generadoras. Es principalmente en este lugar donde eran veneradas las Vírgenes Negras en su origen en Europa.
No será más que siglos más tarde cuando se las retirará de ahí para establecerlas en los santuarios de superficie. Numerosas Vírgenes Negras llevan nombres que evocan este mundo subterráneo. Por no citar más que la más célebre de entre ellas, la Virgen de Chartres era llamada en la Edad Media «La bendita Dama Subterránea» (La benoiste Dame Souterraine) antes de ser conocida con el nombre de Nuestra Señora de Bajo-Tierra, y este nombre se volverá a encontrar en numerosas estatuas que fueron descubiertas en las grutas cuya cripta es una figuración. En estas criptas, la Madre Universal se hace presente en el seno de la Tierra Madre, la Nueva Tanit espera allí al peregrino en la suave penumbra. La cripta es una imagen de la matriz y por Su presencia, esta imagen coge fuerza.
Este emplazamiento de elección de Nuestra Señora la Negra es el lugar calmo y tranquilo en el que no entran los ruidos del mundo. Uno puede recogerse allí sin ser perturbado, y ser divertido en el sentido pascaliano. ¡Hace falta tan poca cosa para que el espíritu flote y se desvíe de su meditación! Pascal decía: «No es necesario el ruido de un cañón para interrumpir los pensamientos; basta con el rudo de una veleta o de una polea». En otra parte dirá que el zumbido de una mosca basta para hacerlos derivar, tan grande es nuestra debilidad y frágil nuestra capacidad de concentración. La cripta es verdaderamente ese lugar donde el alma puede encontrar la paz en una atmósfera propicia y elevarse, libre de molestias, hacia el mundo sagrado. «La cripta es el lugar del mundo donde uno puede hacerse, antes que la idea, el sentimiento, es decir la íntima y experimental convicción» (Dom Jean Nesmy. Le monde des cryptes)
Hubo toda una evolución en la utilización de la cripta. En el origen, era la tumba de un hombre santo o de un mártir sobre el cual había sido construido el santuario. Era inteligencia humana. La oscuridad es la fuente de la Luz Sin Límites. El abismo, que es el lugar secreto designado en este versículo, es a menudo llamado «agua profunda». Es el agua profunda incluida en el nombre mismo de Myriam, nombre original de la Señora cuyo nombre se abre y se cierra por la letra hebrea Mem, símbolo de las aguas primordiales, las maïm. Ella emblematiza por su doble presencia en su nombre la reunión de las aguas superiores y de las aguas inferiores separadas en el primer capítulo del Génesis.
Las leyendas hablan de las Vírgenes Negras como «Vírgenes encontradas» (tronco de un árbol, mata de espinos, cuevas, subsuelo...). Estas «Vírgenes encontradas» lo son siempre en un lugar natural donde están escondidas desde tiempos desconocidos.
Podemos ver a través de las leyendas como ellas no aceptan ser desplazadas, volviendo siempre al lugar de origen, hecho que la leyenda también recoge con la Virgen Negra de la Candelaria o Chaxiraxi  en las Islas Canarias. Suelen ser tallas de pequeño tamaño posiblemente originariamente destinadas a altares domésticos las cuales posiblemente fueron escondidas por sus propietarios durante los primeros tiempos del auge del cristianismo, cuando éstos perseguían a sangre y fuego a los fieles de la Diosa-Madre.
Este lugar constituye de alguna manera un centro. Es este lugar central el que es ese punto tan particular donde deben tradicionalmente anclarse las cosas, los seres y los acontecimientos.
 Un lugar tal no podría ser único. Si, para el pensamiento tradicional, existe un centro primordial, de este centro emanan centros secundarios que tienen vocación de permitir una transmisión. Estos centros tradicionales son de orden espiritual pero se figuran, se anclan, en los lugares materiales. Desde siempre esa fue una de las funciones reconocidas de la cripta. Es una imagen de la naturaleza y está enterrada en la tierra madre. Su enterramiento en el seno de la tierra fecunda (útero) hace de ella un lugar privilegiado de renacimiento. En la oscuridad de la cripta nos situamos en la frontera del mundo de los vivos y del mundo de los muertos, en la frontera de lo conocido y de lo desconocido. ¿Quién no ha percibido la atmósfera particular que reina en una cripta, y por poco que se haya dejado llevar, deteniendo todo pensamiento parásito, quién no ha sentido la paz que emana de este lugar? ¿Por qué en los monasterios como el de San Benoît sur Loire, por no citar más que uno, las vísperas y las misas de los monjes se desarrollan en la cripta? No es necesario considerar esto como una supervivencia o una transposición de los misterios antiguos, sino como una necesidad ontológica.
La Virgen Negra se mantiene entre uno y otro mundo, el de arriba y el de abajo. A veces ella fue incluso llamada Nuestra Señora de la buena muerte (Clemont-Ferrand, Billom...), independientemente de la leyenda que relata su descubrimiento. Estos accesorios pretendidamente “funerarios” no pueden explicarse más que por la asociación con las catacumbas, las grutas o los subterráneos en los que los iniciados frecuentemente eligieron reunirse y trabajar, y aún con el sentido figurado, con el sistema de pensamiento,  con el método de adquisición del pensamiento del adepto que sufría las pruebas iniciadoras... Ella está situada allí para incitar al hombre a situarse en el centro y provocar un renacimiento, un nuevo nacimiento que pueda permitir al orante dejar su basura mental. El peregrino se sitúa en un punto de equilibrio de su existencia espiritual. Está sobre una verdadera línea fronteriza entre lo que era y lo que puede venir. La Virgen Negra está ella misma situada en un lugar bisagra, en una frontera, ella reúne todo aquello que puede y debe ayudar al basculamiento, a la realización de una metanoia. En las ceremonias de los misterios antiguos, la búsqueda iniciática conducía hacia el renacimiento espiritual y esta búsqueda era la única que daba acceso a los Misterios. La demanda dirigida a la Madre negra condensaba toda la esperanza del postulante. La Virgen Negra, a continuación de la gran Diosa, condensa eso en un nivel completamente diferente. Ella nos exhorta a engendrar el hombre nuevo que recapitula el pasado y abre el porvenir verdadero, este porvenir que debe situarse en el mundo estando a la vez completamente fuera del mundo. Está ahí una de las formas del segundo nacimiento.
La penumbra de la cripta tiene su función propia. No siendo ni completamente luz, ni completamente oscuridad, es ella la imagen de un punto de paso, de una puerta. Esta penumbra nos obliga, para comprender porqué ella era estimada como necesaria, a volver sobre el papel de las tinieblas evocadoras del color negro. Ella es, de alguna manera, una figuración materializada de la vía elegida.
La vía de la Diosa, porque es totalmente de ella de lo que aquí se trata, es considerada como una vía iniciática directa comportando una verdadera transmisión. Recordemos que iniciación: «deriva del latín initum y que esta palabra significa propiamente entrada y comienzo de una nueva existencia en el transcurso de la cual serán desarrolladas las posibilidades de otro orden que aquellas a las que está estrictamente atada la vida de un hombre ordinario; y la iniciación, así entendida en su sentido más estricto y más preciso, no es en realidad nada más que la transmisión inicial de la influencia espiritual en estado de germen».(René Guénon, Iniciación y Realización Espiritual).
Ahora bien, tradicionalmente, todo cambio de estado, y es eso lo que realiza una iniciación efectiva, se considera que solo puede realizarse en la oscuridad.
Los más antiguos misterios, por lo que nos ha llegado, lo prueban. El candidato a la iniciación debe pasar por la oscuridad antes de acceder a la luz, no a la luz del mundo que no es más que gloria efímera, sino a la luz verdadera que solo el corazón es susceptible de percibir. Es en esta fase de oscuridad que puede efectuarse «una especie de recapitulación de los estados antecedentes, por la cual las posibilidades que se relacionan con el estado profano serán definitivamente agotadas con el fin de que puedan desarrollarse libremente las posibilidades de un orden superior que él (el candidato a la iniciación) lleva en si mismo» (Ibid).
Dirigiéndose a la cripta, el peregrino penetra en el nivel de las profundidades terrestres donde todo está todavía indiferenciado, el lugar donde la dualidad se encuentra en estado latente. Es en ese nivel donde se encuentra el fruto de la virtud de la Esperanza, ya que él contiene la paz, el reposo verdadero. El peregrino espera encontrarse ahí consigo mismo. Surgido de la tierra, él sabe que a ella retornará un día. El peregrino viene del mundo exterior donde esta dualidad es activa y donde los opuestos se combaten y se desgarran a veces, perfecta imagen del combate que se desarrolla, de ordinario, en el alma del hombre. Pero ha venido aquí para acceder al tercer nivel, el nivel superior, el nivel celeste donde los opuestos son «reconciliados», donde la dualidad se reabsorbe en una unidad, ya no más diferenciada sino llena y viva. Es el nivel de la victoria del hombre sobre el hombre.
El peregrino deberá seguir todo un camino para llegar a la cripta, a los pies de la estatua de la Virgen negra. El va a pasar figurativamente y materialmente del mundo profano al mundo sagrado. El franqueará antes que nada el porche de la iglesia y, atravesando el nartex, cambiará de universo. Después recorrerá el tramo central de la nave para llegar a la encrucijada del crucero que divide en dos a la iglesia, separando definitivamente lo profano de lo sagrado, antes de acceder al coro. Llegará a la puerta baja que, por una escalera estrecha, le hará enterrarse en las entrañas de la tierra. Esta escalera, la va a recorrer dos veces. Va a descender para volver a subir. Y cuando vuelva, él será más rico espiritualmente de lo que lo era al llegar.
Esta marca franqueada es de alguna manera una etapa sobre el camino del conocimiento que simboliza la escalera. Tradicionalmente, el descenso representa la búsqueda del conocimiento esotérico y la subida el del conocimiento exotérico; ahora bien no hay conocimiento completo más que cuando se reúnen los dos. El descenso se interpreta también, aquí, como una toma de conciencia. La subida sería su puesta en práctica después de la vuelta hacia la luz del mundo profano que el peregrino reencontrará tras haber de nuevo recorrido los diferentes espacios de la iglesia, pero en el otro sentido esta vez. Y este mundo profano, él, el peregrino habiendo recibido en las profundidades de la tierra una parcela de saber y una chispa de la luz escondida, deberá contribuir a transformarlo. Debe hacerlo, porque él ha vivido de alguna manera un renacimiento por una adhesión a lo real situándose en otro plano y más allá de las cosas.
J. Bonvin, en su obra (Virges Noires, la réponse vient de la terre), dice haber constatado que en las iglesias en las que las Vírgenes Negras ocupan todavía el lugar que les era primitivamente otorgado (lo que está lejos de lo que ocurre ahora), ellas están orientadas de tal manera que quedan frente al cuadrante noreste. Es decir que ellas miraban hacia el punto de la salida del Sol en el solsticio de verano.
No sería para nada sorprendente que esta constatación corresponda a una realidad voluntariamente querida, dada la cantidad de elementos simbólicos que rodean a nuestras estatuas. Recordemos brevemente que los dos solsticios, «Puerta de los Cielos» para el de verano y «Puerta de los hombres» para el de invierno, están en relación en el esoterismo cristiano y en la tradición iniciática con los dos San Juan. La estatua de la Virgen hace así frente a la salida del Sol en el día de la luz más grande, en el día en el que la noche es más corta. La oscuridad está como escondida en el instante en el que va a recomenzar el lento descenso hacia las tinieblas de la tierra, cuando se abre la «Puerta de los hombres». Es el baño de la luz celeste en su máximo de potencia que debe iluminar el ser interior realizando, simbólicamente, la conjunción de los contrarios (luz-tinieblas) así como lo muestra la cripta y el color negro con relación al solsticio.
Este cuadrante noreste ha tenido siempre una importancia particular. Es el lugar del alba, el del paso entre la noche y el día, lo que nos debe recordar esa «aurora» del Cantar de los Cantares. Se hace ahí una imagen de la conversión por la acogida de la luz naciente. Era el lugar donde se ponía la primera piedra, de la piedra fundacional sobre la cual iba a anclarse el edificio. Las piedras de los otros ángulos eran a continuación situadas sucesivamente en el sentido de la marcha aparente del sol. Es en este ángulo donde era elevado el primer muro tras el cual se abrigaría la logia de los albañiles y donde se realizaban los planos necesarios para la construcción y donde se enseñaba el arte del trazado considerado como un secreto del oficio.
Nuestra Señora la Negra, Aquella que es «como la aurora, bella como la noche» (Cant. 6,10), ofrece la posibilidad de acercarse a la verdadera luz encerrada en las tinieblas y de la que ella es la depositaria. Ella está allí, en la cripta apacible, lista a dar sin medida a quien venga con un corazón puro. La oscuridad, en verdad, corresponde menos a una ausencia de luz que a una luz escondida y esta luz invisible a los ojos de los insensatos, de los hombre divididos en si mismos, esta luz no brilla más que para aquellos que han llegado a las misteriosas bodas, a las Bodas de la Unidad.
Cripta, imagen de la gruta. Cripta, lugar oscuro situado en las entrañas de la tierra, figuración del vientre materno que nos lleva de múltiples maneras al concepto arcaico de la Diosa Madre, cripta que se sitúa en la frontera del mundo de los vivos y del mundo de los muertos, lugar donde nuestros lejanos ancestros buscaban la comunicación para establecer una especie de continuidad más allá de la temporalidad. Cripta, lugar de excelencia para buscar e intentar reencontrar la paz y la plenitud del alma y del espíritu ¿No es natural que hayas sido el santuario de la Dama Negra?
Así mismo, advertimos su presencia en las grandes religiones americanas precoloniales o en numerosas mitologías africanas, por ejemplo. Su contenido es triple: popular y milagroso, cosmogónica y naturalista, espiritual y religioso. Como la tierra es de un modo natural fecundada, de una fecundidad siempre renovada, la Diosa-Tierra era particularmente invocada por las mujeres estériles que deseaban tener un hijo. Más tarde, las Vírgenes Negras siguieron teniendo esa reputación milagrosa de conceder la fertilidad  y, por extensión, de ser protectora de los niños de corta edad. El arraigo de la Diosa negra es tal que, en Sevilla, (España) bastión del catolicismo más tradicional, existe entre otras, una imagen negra denominada Virgen del Subterráneo, la cual cuenta con cofradía propia.
Las gentes sencillas, muy atadas a esas prácticas, no hacían otra cosa que presentir la grandiosa concepción cosmogónica naturalista que esta función milagrosa representaba.
En efecto, en la mayoría de los antiguos relatos sagrados de la humanidad, todo en el universo nacía siempre del encuentro y la síntesis de un principio masculino y un principio femenino. Así, la Tierra virgen en su origen, fue fecundada por los rayos del Sol, y es gracias a esta acción bienhechora  pudo dar vida a todo lo que existe, la Naturaleza y la Humanidad. Desde entonces, sin caer no obstante en un politeísmo primitivo, los antiguos hicieron de la tierra, de la Diosa-Tierra, la representación simbólica del gran principio femenino de todas las cosas, y del Sol, la del principio masculino por excelencia.

 

LA VIRGEN MARIA Y LA ADORACION A LA DIOSA –MADRE:  Parte de este tema ya lo hemos tratado en otro lugar de este trabajo desde otro ángulo, no obstante, queremos efectuar un somero análisis de algunas posiciones sostenidas por determinadas confesiones monoteístas y sobre todo machistas.


Según algunas versiones católicas, una vez la gente comenzó a adorar a la madre más que al niño, los sacerdotes babilónicos se sintieron obligados a emitir un edicto deificando también a la madre. Luego de que pasó todavía más tiempo, "el nacimiento de su hijo fue audazmente declarado milagroso, y por tanto a ella se le llamó... la Madre Virgen" (op.cit: 76). "Entonces se le otorgaron los más altos títulos. Fue llamada Reina del Cielo. En Egipto, se le llamó Athor, o sea, Habitación de Dios, para significar que en ella moraba toda la 'plenitud de la deidad' (op.cit.:77). Desde estos comienzos no cristianos,  la historia

de la Virgen Madre (la Reina del Cielo), se propagó por el mundo. En: Egipto, como hemos anotado fue llamada Athor, Isis (opcit.:77). Tibet y China, se le llamó Virgo Deipara (p.77) Grecia, fue llamada Hestia (Ibid) En Roma, se le llamó Juno, o Paloma (op. cit.:79). A partir de esta designación, la Paloma se convirtió en el símbolo de la “reina deificada... representada comúnmente con una rama de olivo en su pico”.

Es sugerente oír al autor jesuita Malachi Martin, afirmar en su libro, The Keys Of This Blood (Las llaves de esta sangre), que ahora "la Paloma está suelta, la Paloma está suelta". El tema por entero de este libro es que la corriente hacia el Nuevo Orden Mundial es una competencia entre las fuerzas del comunismo, el capitalismo occidental y el catolicismo romano en todo el mundo. Martin claramente cree que el catolicismo prevalecerá en esta lucha, debido a la intervención de la Virgen María. Increíblemente, este artículo en la revista Time establece: "El mundo reconocerá a su debido tiempo que la derrota del comunismo ocurrió a manos de la intercesión de la Madre de Jesús"  (Revista Time, p. 62). Cuando Gorbachov anunció su renuncia en el supuesto cumpleaños de Jesús, el Día de Navidad, este año, este concepto fue dramáticamente reforzado en las mentes de millones de católicos en todo el mundo.

Martín no especificó qué quería decir con esta frase, "la Paloma está suelta"; claramente, sin embargo, puede haber estado refiriéndose a esta representación romana común de la Madre Virgen. Lo que Martín está diciendo, entonces, es que el antiguo culto a la Diosa-Madre ancestral ahora está “suelto” en el mundo, y viene siendo promovido y practicado en público por los últimos Papas, en detrimento de la figura del Cristo y del propio Dios judeo-cristiano.

Es indudable que el Vaticano lleva muchos lustros preparando el camino para la implantación de la Diosa Madre como deidad suprema universal, con lo cual la Diosa recuperará la veneración de toda la humanidad, pero lamentablemente, una vez más estará en manos de una confesión mercantilista. En los últimos viajes que el Papa ha realizado por diferentes países, el pontífice romano ha destacado en sobre manera la figura de la madre de Jesucristo dejando en un segundo término a éste, como ejemplo veamos el discurso pronunciado ante una asamblea de jóvenes en la Base Aérea de Cuatro Vientos, en Madrid, España, el 3 de mayo de 2003 por el Papa Juan Pablo II:
1. Conducidos de la mano de la Virgen María y acompañados por el ejemplo y la intercesión de los nuevos Santos, hemos recorrido en la oración diversos momentos de la vida de Jesús. 
El Rosario, en efecto, en su sencillez y profundidad, es un verdadero compendio del Evangelio y conduce al corazón mismo del mensaje cristiano: “Tanto amó Dios al mundo que dió a su Hijo único, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16).
María, además de ser la Madre cercana, discreta y comprensiva, es la mejor Maestra para llegar al conocimiento de la verdad a través de la contemplación. El drama de la cultura actual es la falta de interioridad, la ausencia de contemplación. Sin interioridad la cultura carece de entrañas, es como un cuerpo que no ha encontrado todavía su alma. ¿De qué es capaz la humanidad sin interioridad? Lamentablemente, conocemos muy bien la respuesta. Cuando falta el espíritu contemplativo no se defiende la vida y se degenera todo lo humano. Sin interioridad el hombre moderno pone en peligro su misma integridad.
2. Queridos jóvenes, os invito a formar parte de la “Escuela de la Virgen María”. Ella es modelo insuperable de contemplación y ejemplo admirable de interioridad fecunda, gozosa y enriquecedora. Ella os enseñará a no separar nunca la acción de la contemplación, así contribuiréis mejor a hacer realidad un gran sueño: el nacimiento de la nueva Europa del espíritu. Una Europa fiel a sus raíces cristianas, no encerrada en sí misma sino abierta al diálogo y a la colaboración con los demás pueblos de la tierra; una Europa consciente de estar llamada a ser faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo, decidida a aunar sus esfuerzos y su creatividad al servicio de la paz y de la solidaridad entre los pueblos.
3. Amados jóvenes, sabéis bien cuánto me preocupa la paz en el mundo. La espiral de la violencia, el terrorismo y la guerra provoca, todavía en nuestros días, odio y muerte. La paz - lo sabemos - es ante todo un don de lo Alto que debemos pedir con insistencia y que, además, debemos construir entre todos mediante una profunda conversión interior. Por eso, hoy quiero comprometeros a ser operadores y artífices de paz. Responded a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder fascinante del amor. Venced la enemistad con la fuerza del perdón.
Manteneos lejos de toda forma de nacionalismo exasperado, de racismo y de intolerancia. Testimoniad con vuestra vida que las ideas no se imponen, sino que se proponen. ¡Nunca os dejéis desalentar por el mal! Para ello necesitáis la ayuda de la oración y el consuelo que brota de una amistad íntima con Cristo. Sólo así, viviendo la experiencia del amor de Dios e irradiando la fraternidad evangélica, podréis ser los constructores de un mundo mejor, auténticos hombres y mujeres pacíficos y pacificadores.  
4. Mañana tendré la dicha de proclamar cinco nuevos santos, hijos e hijas de esta noble Nación y de esta Iglesia. Ellos “fueron jóvenes como vosotros, llenos de energía, ilusión y ganas de vivir. El encuentro con Cristo transformó sus vidas (...) Por eso, fueron capaces de arrastrar a otros jóvenes, amigos suyos, y de crear obras de oración, evangelización y caridad que aún perduran”
Queridos jóvenes, ¡id con confianza al encuentro de Jesús! y, como los nuevos santos, ¡no tengáis miedo de hablar de Él! pues Cristo es la respuesta verdadera a todas las preguntas sobre el hombre y su destino. Es preciso que vosotros jóvenes os convirtáis en apóstoles de vuestros coetáneos. Sé muy bien que esto no es fácil. Muchas veces tendréis la tentación de decir como el profeta Jeremías: “¡Ah, Señor! Mira que no sé expresarme, que soy un muchacho” (Jr 1,6). No os desaniméis, porque no estáis solos: el Señor nunca dejará de acompañaros, con su gracia y el don de su Espíritu.  
5. Esta presencia fiel del Señor os hace capaces de asumir el compromiso de la nueva evangelización, a la que todos los hijos de la Iglesia están llamados. Es una tarea de todos. En ella los laicos tienen un papel protagonista, especialmente los matrimonios y las familias cristianas; sin embargo, la evangelización requiere hoy con urgencia sacerdotes y personas consagradas. Ésta es la razón por la que deseo decir a cada uno de vosotros, jóvenes: si sientes la llamada de Dios que te dice: “¡Sígueme!” (Mc 2,14; Lc 5,27), no la acalles. Sé generoso, responde como María ofreciendo a Dios el sí gozoso de tu persona y de tu vida.
Continúa en la entrega siguiente.

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