VOLUMEN
III
CAPITULO
XVIII-I
Eduardo Pedro García Rodríguez
ALGUNOS
TEMPLOS CATOLICOS DEDICADOS A LA
DIOSA MADRE CHAXIRAXI EN SU ASPECTO COMO VIRGEN DE CANDELARIA
La
Virgen del
Socorro, otro aspecto de la
Diosa Madre Chaxiraxi
ERMITA DE EL SOCORRO:
Es indudable
que en la época precolonial, en la isla existían dos zonas de influencia perfectamente delimitadas, la del Menceyato de Taoro en el norte que ejercía la supremacía política y militar, y la del Valle de Güimar en el sur que era el centro espiritual, no en vano ha sido siempre considerado como Valle
Sagrado, en él residía? y reside - la Deidad Suprema del pueblo guanche, la Sagrada Diosa Chaxiraxi, el Guadameñe, la más alta dignidad del clero guanche, el rebaño sagrado de la Diosa cuya zona de pastoreo abarcaba todo el término de Igueste de Candelaria, lugar en el que además existían diversas congregaciones de sacerdotes Kankus y Samarines, y sacerdotisas Maguadas, además del hospital guanche de Chacorche donde eran tratados aquellos que padecían de un saxo arrimado por los sacerdotes exorcistas Iboibos, los cuales mediante determinados ritos conseguían que el saxo atormentado retornara a
Chinechi.
Sagrado, en él residía? y reside - la Deidad Suprema del pueblo guanche, la Sagrada Diosa Chaxiraxi, el Guadameñe, la más alta dignidad del clero guanche, el rebaño sagrado de la Diosa cuya zona de pastoreo abarcaba todo el término de Igueste de Candelaria, lugar en el que además existían diversas congregaciones de sacerdotes Kankus y Samarines, y sacerdotisas Maguadas, además del hospital guanche de Chacorche donde eran tratados aquellos que padecían de un saxo arrimado por los sacerdotes exorcistas Iboibos, los cuales mediante determinados ritos conseguían que el saxo atormentado retornara a
Chinechi.
Estos dos
centros de influencia en la isla no estaban exentos de fricciones, así las crónicas recogen enfrentamientos armados entre taorinos y guimareros, entre ellos una batalla en las proximidades de Igueste de Candelaria a partir
de la cual el Menceyato de Güimar perdió su independencia política pasando a ser
feudatario del de Taoro.
feudatario del de Taoro.
La Playa de Chimisay [Chimisay.=
ruegos, suplicas, demandas. Ignacio Reyes], en el Menceyato de Gúímar
fue el escenario elegido por el tantas veces citado dominico Fray Alonso de
Espinosa para desarrollar su trama en torno a la supuesta aparición de la
imagen de la Diosa Madre
Chaxiraxi posteriormente asumida por el catolicismo como Nuestra Señora de
Candelaria.
Espinosa con
su prodigiosa imaginación nos narra el motivo de la fundacion de la primera
ermita católica en la Playa Chimisay:
“[…] Casi lo propio sucedió al rey de Güímar de
quien vamos hablando, que, habiendo visto
el brazo yerto y dedos cortados de los pastores,
no osó él ni sus grandes (aunque lo tenían determinado y lo deseaban) llegarse
a la imagen, ni alargar las manos para tocarla, temiendo no les aconteciese lo que a esotros. Pero desque vio que no sólo se
dejaba la imagen tocar y tratar, más que
les había restituido su brazo y dedos, perdiendo el miedo y
cobrando respeto, no consiente que otro que
él y sus privados a ella se lleguen, ni que otros gocen del suave peso
ni del trabajo alegre de llevarla. Y así con
la más decencia que pudieron y con la mayor reverencia que supieron la llevan
en brazos su camino. Mas permitiéndolo
Dios así, para que todos gozasen de la piadosa carga, y la honra y trabajo fuesen común, habiendo andado
espacio de un tiro de escopeta, poco
más, con ser la imagen liviana y ellos
hombres de muchas fuerzas, fue tanto el peso y carga que los que la
llevaban sintieron, que les fue forzoso parar y pedir ayuda y socorro: y por aquesta razón, en este propio lugar, después que la isla fue de cristianos,
habiendo sabido este caso, fundaron una pequeña ermita, que llamaron del
Socorro, que siempre ha sido muy venerada y
frecuentada, aunque no reparada, porque hoy está caída. Tan poca es la devoción
de los presentes.” (Espinosa, [1594]1980:
56-58).
Según el colono y boticario extremeño establecido en Los
Realejos e historiador conjuntamente con su esposa, Cipriano de Arribas y
Sánchez, en su obra A través de las Islas
Canarias, recoge: “la ermita de El
Socorro se construyó en 1510, pues al hablar de la Virgen de Candelaria
señala: "En Tenerife se hallan monumentos antiguos que prueban el culto
perpétuo á la dicha santa imagen, no solo en su templo sino en otros varios,
como se vé en la ermita del Socorro, sita muy cerca del lugar de su invención,
construida en los tiempos inmediatos á la conquista, mandada fabricar por el
primer Adelantado y vecinos de la isla en 1510”. De lo que no cabe duda es que dicho templo ya
existía en 1539 cuando el beneficiado de Güímar y Candelaria, Licenciado Gozón,
reclamara como de su jurisdicción a los frailes dominicos la cueva de Achbinico
(San Blas,) como ayuda de parroquia. Y ya hay noticias de culto en El Socorro
en 1559, año en el que estaba el cuidado de la casa y ermita a cargo del
ermitaño de origen castellano Alejos Pérez, quien vivió en ella y murió en
Icod, dejándola como heredera en su testamento, en el que nombró albacea a
Alonso Rodríguez, vecino de Güímar. (Cipriano de Arribas y Sánchez, 1993).
Para recordar la “aparición” de la Virgen en la playa de
Chimisay, se construyó una ermita en el primer tercio del siglo XVI, en el
mismo lugar donde según la leyenda el mencey Acaymo y los guanches que con él
cargaban la imagen sintieron tanto peso que les fue forzoso parar y pedir
ayuda. Estos argumentos los sostenía también el Padre Fray Alonso de Espinosa
en 1594: "por memoria deste aparecimiento, pusieron después los cristianos
una cruz que hoy está en pie, y un poco adelante fundaron una pequeña ermita,
que llamaron del Socorro".
En 1662, la ermita fue restaurada, haciéndose dos llaves de
ella, una para los vecinos de Candelaria y otra para los de Güímar, ejemplo de
devoción común, que se vería gravemente alterado a lo largo del siglo XIX.
También en ese mismo año se colocó una nueva cruz de tea en el lugar de la
aparición, que todavía se conserva en la playa de Chimisay, pues la primera, de
que hacía mención Fray Alonso de Espinosa, probablemente se había deteriorado
demasiado con el paso del tiempo. En 1676, según Núñez de la Peña, la ermita
continuaba en pie, pero en la primera década del siglo XVIII se tuvo que
reedificar, pues fue dañada por los temblores de tierra previos a la erupción
del 2 de febrero de 1705. A mediados de dicha centuria, en 1765, se le
construyeron unos poyos pegados a la pared, que se ven actualmente.
ampliación de la ermita de el socorro
Tal como recoge el
investigador Octavio Rodríguez Delgado: “Desde su toma de posesión, don Agustín
se preocupó por mantener en buen estado la
ermita de El Socorro, de cuya imagen era muy devoto, como ya hemos dicho. Así, en 1830 se procedió durante tres días al trastejo y albeo del templo por un oficial y dos peones.
Hacia 1839 comenzó la reforma
definitiva del emblemático templo de la costa güimarera por iniciativa del
párroco y mayordomo de fábrica de San Pedro, que nos
ocupa. Para dichas obras se le entregaron en 1840 al mayordomo
de Ntra. Sra. del Socorro, don Nicolás Rodríguez Torres, la cantidad de 94 pesos, a cuenta del legado de don Francisco Luis Gómez; la construcción fue dirigida por el maestro albañil u "oficial de
pedrero " don Tomás Román, quien
realizó el frontis y las paredes laterales; don Bernardo
Rodríguez García fue responsable de la construcción del espaldar de la ermita, gradas, tarima, piso y vidriera de su capilla;
mientras que la puerta y el artesonado se hicieron
por el maestro carpintero de Candelaria don
Manuel Llarena.
Mientras se construía la nueva nave se
realizaron otras obras en el entorno de la ermita.
En 1839 se hizo un horno. En 1840 don Tomás Román construyó
un estanque junto al templo, para depositar el agua que se precisaba para los dos días de fiesta, que era transportada desde Güímar en
camellos. En 1842 don Domingo Rodríguez
construyó cinco chozas “por cuenta de la cofradía”, para alojar a los romeros.
La parte antigua también precisaba la
reparación de sus paredes y tejado, por lo que el 12 de diciembre de 1844 don
Agustín solicitó licencia al prelado nivarience para efectuarlas:
El propio Dr. díaz núñez nos
decía en 1850, que:
Corresponde a su Iglesia matriz, como sucedió desde el principio, una Ermita de
mucha antigüedad, que se conserva en buen estado, a tres cuartos de legua hacia
el Naciente del Pueblo en la playa que se nombraba Chimisay, pero que
después se llamó y llama todavía del Socorro, por la Imagen de este título que
en ella sigue venerándose, en memoria de haberse hallado en
dicha playa por los Guanches (todavía gentiles) la mencionada
Imagen de la Virgen
que posteriormente (según está referido) se tituló de la Candelaria; igualmente
la de haber pedido socorro el Rey Guanche de Güimar cerca de aquel
punto, como es tradición, para que los suyos le ayudasen cuando conducía
á sus hombros aquel simulacro de la
Madre de Dios, hacia su cueva Palacio de Chinguaro, donde la
conservó con veneración, y fue visitada de los demás Reyes; hasta que algunos
años después la depositó en la memorable cueva de Achbinico, donde queda dicho se
hallaba al terminar la
Conquista.
Curiosamente, a mediados del siglo XIX la ermita del Socorro continuaba siendo el
único edificio que existía en este tramo costero de Güimar,
tal como se desprende del Nomenclátor de población de 1860, en el que se
especificaba: "El Socorro: ermita a 7 km del casco de Güimar, constituida por 1 edificio de una planta inhabitado". El mismo
Dr. diaz
núñez escribía
en 1865 que entre las ermitas que existían en Güímar, "bien conservadas y
con función anual", destacaba:
(...) otra de dos
naves sobre la playa del Socorro, de particular devoción y concurso en su
festividad del 8 de setiembre, en cuya cercanía se dice fue hallada por los naturales gentiles la espresada imagen, y pedido por el Mencey auxilio a los suyos cuando
caminaba con ella para custodiarla en su corte de Chinguaro.
No obstante, hacia 1882 otro párroco preocupado por la Virgen, don Fidel Parré
Pujol, al hacer inventario de la parroquia hablaba de la ermita del Socorro,
describiéndola como "de una sola
nave y otra a medio construir, con
sacristía y cuarto de despojos". La ermita continuó en obras durante los siguientes
años, hasta que el 30 de marzo de 1894 el obispo
don Ramón Torrijos y Gómez autorizó al cura ecónomo de San Pedro, don Jerónimo Padilla Morales, para que
bendijese la nueva obra que se había
realizado en ella, y celebrar la solemne función religiosa que tenían proyectada sus feligreses sacando en
procesión a la
Sagrada Imagen.” (Octavio Rodríguez Delgado, 1996).
En la tristemente célebre epidemia de fiebre amarilla que
azotó a Tenerife en 1810 y 1811, la ermita del Socorro fue utilizada por su
aislamiento como lazareto, con el fin de albergar en ella a los enfermos de la
localidad y a los procedentes de otros pueblos de la isla; los que
fallecieron del rigor de la enfermedad fueron sepultados en el campo santo
habilitado frente a dicho templo, entre los que figuró un vecino de Candelaria
y algunas personas notables, como el Licenciado Víctor Tomás Monjui, natural de
Santa Cruz, abogado y alcalde de la entonces "villa y puerto'. En 1814,
nuevos temblores obligaron a reconstruir la ermita; y en 1830 se procedió
durante tres días al dicho trastejo y albeo del templo por un oficial y dos
peones.
La ermita continuó en obras durante años, hasta que el 30 de
marzo de 1894 el obispo católico Ramón Torrijos autorizó al cura ecónomo de San
Pedro, Jerónimo Padilla, para que bendijese la nueva obra que se había
realizado en ella, y poder celebrar la solemne función religiosa que tenían
proyectada sus feligreses sacando en procesión a la Sagrada Imagen.
Desde esa época adquirió el aspecto que, con pequeñas reformas, se mantiene en
la actualidad.
CAPILLA DE
EL SOCORRO:
La tradición oral recoge la existencia de una antigua ermita
al final de la cuesta de El Socorro, teoría que apoyaba el profesor Alvarez
Delgado, pero cuya existencia con anterioridad al siglo XX no ha podido ser
constatada documentalmente.
Lo cierto y documentado es que hacia 1915 se levantó una
pequeña capilla en el sitio donde anualmente se celebran las Fiestas de Ntra.
Sra. del Socorro, con el fin de que sirviese de descanso a la Virgen en las procesiones
que allí se hacían, por iniciativa de los hermanos mayordomos Pedro y Modesto
Campos Díaz; el lugar elegido fue el punto donde, según la tradición, el Mencey
Acaymo pidió ayuda a los suyos, agobiado por el peso de la Santa Imagen. El
entonces párroco de Güímar, Vicente Ferrer de la Cruz, pidió al obispo Rey
Redondo que le facultase para hacer la bendición de dicha capilla, pero no se
llevó a efecto por haber sido trasladado aquél en febrero de 1917 y haber
fallecido pocos meses después el mencionado obispo. Por dichascircunstancias,
el 1 de septiembre de 1919 Domingo Pérez Cáceres, como coadjutor encargado de
San Pedro, remitió un escrito al gobernador eclesiástico del Obispado, haciendo
el historial de esta nueva capilla y solicitando se le facultase para
bendecirla. La petición fue aceptada y el 7 de septiembre de dicho año,
coincidiendo con la romería de bajada de la Virgen, se procedió a la solemne bendición. De
ese modo, a partir de entonces, Ntra. Sra. del Socorro contaría con dos templos
en el caserío costero, su tradicional y centenaria ermita y la pequeña capilla
moderna.
POTENCIACIÓN DE LA FESTIVIDAD DEL
SOCORRO
LA
MAYORDOMÍA DEL SOCORRO
El
historiador Octavio Rodríguez Delgado en su monumental obra El Dr. D.
Agustín Díaz Núñez, (1796-1866) su vida, su obra y su familia. Nos ilustra
sobre las romerías del Socorro: “En la historia de
la devoción güimarera a la
Virgen del Socorro y en el cuidado de su ermita costera jugaron un papel destacado sus mayordomos, que desde comienzos del siglo XIX salieron
de las familias Rodríguez Adrián y Núñez.
El presbítero güimarero don Nicolás Rodríguez Torres desempeñó dicho cargo
durante 22 años, entre 1823 y 1845; en ese tiempo surgió un segundo aspirante
al cargo, su sobrino don José Núñez Rodríguez,
quien elevó una instancia al obispo el 30 de octubre de 1829, para solicitar el nombramiento de mayordomo de la antigua imagen y ermita del Socorro, donde se celebraba "una función anual
con numerosa concurrencia el día 2-
de Pascua de Navidad":
(...) Todos
los predecesores del que representa han tenido la constante devoción de cuidar de la conservación, y aseo de la Ermita, del culto de la Imagen deN.S. y de fomentarlo
para edificación de los fieles. Este cuidado se
ha trasmitido en la Familia
del cf. expone de una á otra generación, y hace cuatro as.
que ha recaído en él y tiene la satisf". de asegurar á V.S.I. que ninguno
le ha ecsedido en devoción, cuidado, y esmero procurando
mantener el culto de la Imagen,
con el auxilio de las limosnas cf. recoje, única y
esclusiva dotación, auncf. en extremo reducida, con
tf. cuenta p". tan alto objeto p5. ningunos bienes posee la Ermita.
Mas como aun p". dedicarse á esta obra piadosa
y poder recolectar las pocas limosnas con q". contribuyen los
fieles, sea neces". la autorización de V.S.I. por cuyo medio podrá
también conseguirse dar mayor impulso a la devoción Suplica a V.S.I. se digne,
conferirle el tif. de
mayordomo de la Ermita
de N.S. del Socorro con las facultades necesario
como lo espone.
Visto dicho escrito, el 5 de noviembre inmediato el
prelado nivarien-se lo pasó a informe del beneficiado Díaz Núñez,
quien lo emitió el 9 de diciembre de ese mismo año:
Al Párroco de Guimar le consta
ser cierto lo contenido en esta esposiclon,
y la necesidad de una persona, cf. pida alguna limosna rf. el culto de la Sta Imagen mencionada,
como cf. no tiene dotación alguna, ni sobre cf. contar para la única función
cf. se le hace anualm". Asi si V.S.I. lo tiene á bien puede encargarse rf.
ver si se recoge alg°. limosna al D". JoséNuñez
cf. lo solicita, p°. bajo la dirección y anuencia en todo de su tío el Presb°. D". Nicolás Rodríguez cf. también se intereza en
el culto de la Stá Imagen, y por quien puede dirigirse, siendo
del agrado de V.S.I. que no obstante esto dispondrá lo que juzge
mas conveniente.
Aunque no tenemos la
certeza, es probable que don José Núñez recibiera
algún título oficial que respaldara el trabajo que venía desempeñando en la ermita del Socorro, pues su hija doña Josefa Núñez Hernández fue nombrada en 1896 camarera de la Sagrada Imagen,
conjuntamente con sus bisnietas doña Delfina y doña
Lucrecia Pérez Rodríguez.
A don Nicolás sucedió
como mayordomo del Socorro don Modesto Díaz Núñez, hermano de nuestro
biografiado, teniente coronel graduado de Milicias y alcalde de Güímar, que lo
desempeñó desde 1846 hasta su muerte en 1851.
Tanto éste como su predecesor tuvieron mucho que decir en la reedificación de la ermita, para lo que contaron con la
colaboración del párroco que nos ocupa.
No sabemos con certeza
quien fue nombrado mayordomo del Socorro tras la muerte de don Modesto Díaz
Núñez, aunque no nos extrañaría que fuese el propio
don Agustín, hermano del anterior, dada la veneración que sentía por esta Imagen, los esfuerzos que hizo por potenciar su
festividad y el cuidado que siempre prestó a su
ermita. En este sentido, con
cambio de fecha de la festividad
La festividad del Socorro
se vio favorecida por la desaparición de la que se celebraba en honor de la Virgen de los Remedios, compatrona de la
parroquia de San Pedro Apóstol. Esta imagen de Nuestra Señora ya acompañaba al Patrono San Pedro en su templo hacia 1633 y, según el inventario de la época, era "de bulto, que está en medio del altar
mayor, vestida con un vestido de tafetán
negro". El 26 de marzo de 1638 se fundó en la citada iglesia parroquial la
"Cofradía de la
Santísima Virgen María Señora
Nuestra de Los Remedios", siendo beneficiado don Juan Díaz de Lugo, quien formó sus Constituciones para los hermanos y cofrades; a partir de entonces la
Virgen de los Remedios pasó a ser compatrona de la parroquia de San Pedro Apóstol. ^La devoción a esta imagen
decayó notablemente a partir de la segunda mitad del siglo XVII, hasta que en 1729 se obtuvo autorización para
reorganizarla, volviendo a adquirir un
importante auge hasta 1794, en que se cerró el libro de la misma con el mayordomo don Antonio Mauricio de Fleitas. No obstante,
la fiesta que en honor de esta Virgen se celebraba anualmente el 8 de septiembre continuó celebrándose algunos años, e incluso en 1827 se llevaron
a cabo obras en la Capilla
de los Remedios de la iglesia parroquial, que supusieron su reconstrucción; sin embargo, pronto dejó de realizarse
por no contar con arbitrios que la mantuviesen.
También la romería y
fiesta del Socorro se vio favorecida en 1835 por dos graves sucesos: el primero la desamortización del convento dominico de Candelaria, con el consiguiente despojo del santuario, que culminaba así la decadencia de este centro mariano iniciada con la desaparición
de la primitiva imagen en el aluvión de 1826; el segundo fue el incendio de la ermita de las Mercedes de Abona, que también rivalizaba todos los medios suplirla por la copia que se guardaba en la iglesia
parroquial de Adeje y, al no lograrlo, por la
que se veneraba en El Socorro; e incluso pervive la idea de que se intentó
robar la pequeña imagen güi-marera, lo que
no se logró por la intervención vecinal, con su párroco al frente, que
estaba advertida de tal posibilidad.
A comienzos del siglo XIX
la fiesta del Socorro había cambiado de día, pasando a celebrarse el 26 de diciembre y la romería el día
anterior, salvo los años en que las lluvias obligaban a retrasarla para los
meses siguientes. Esta circunstancia fue la que movió al Dr. Díaz Núñez, que sentía una verdadera veneración por la Virgen del Socorro, a
solicitar el cambio de fecha de la festividad para el mes de septiembre, con el
fin de conseguir una mayor participación popular y garantizar el que la celebración
tuviese lugar el día fijado. El contenido de la instancia suscrita por don
Agustín y dirigida al obispo don Luis Folgueras y Sión, que se conserva en el archivo parroquial de San Pedro
Apóstol de Güímar, lo transcribimos a continuación dado su interés:
Iltmo. Sr.:
El infrascrito Beneficiado de Güímar a V.S.I.
expone respetuosamente: Que en esta feligresía hay fuera de poblado una hermita dedicada a Ntra. Sra. bajo el título del Socorro,
y se ha celebrado anualmente su festividad el veinte y seis de Diciembre
a excepción de los muchos años que por
lluvias ha sido preciso transferirla a los meses siguientes. En el último año hubo que hacerlo primera y segunda vez por el expresado motivo, teniendo que sufrir
no pocas incomodidades los fieles a
quienes un tiempo malo permitió concurrir; y desde entonces manifestaron deseos de que se fijase en lo adelante para esta festividad el ocho de Septiembre. Debía
verificarse en este día la de Ntra.
Sra. de Remedios, Patraña de esta Parroquia, mas hay años que no se hace su función por carecer de
arbitrios para ella; y en esta
Virtud
A
V.S.I. Suplica, que atendida la mayor comodidad de los fieles, se sirva señalar por ahora el ocho de Septiembre
para celebrar la mendonada
festividad de Ntra. Sra. bajo el título del Socorro; reservándose para el
Domingo infraoctavo, cuando llegue el caso de poder celebrarse la de la Patraña en el día ocho; siempre que sea de la
aprobación de V.S.I. Güímar 30 de Agosto de 1837.
Don Agustín argumentaba en otros escritos
que, al haberse quemado el Santuario de Abona y
decaído la fiesta de la
Natividad que se celebraba ese mismo día en el de
Candelaria, con la traslación solicitada no se ocasionaba ningún perjuicio. Los argumentos y el prestigio de del Sr. Díaz Núñez lograron su objetivo, por lo que al día siguiente de la
solicitud el Dr. Deza Goyri, secretario de Cámara
y Gobierno, añadía en el mismo impreso el decreto
de aprobación emitido por el Iltmo. Pulgueras, quien
la ratificó con su firma:
Laguna y
Agosto, treinta y uno de 1837.
Por presentado; y por las razones expuestas, se señala para la Festividad de N. S. del Socorro en su Ermita de este nombre
situada en término de Güímar el día ocho de Setiembre de cada año; y para la misma el Domingo infraoctavo, en los casos en
que en el ocho citado hubiese de celebrarse la de los Remedios, Patraña de la Parroquia del expresado Pueblo; Lo decretó y firmó S.S.I. el
Obispo mi Sr. y lo certifico.
De esta manera, el Dr. don Agustín Díaz Núñez consiguió
su objetivo de una mejor fecha para la celebración de la Festividad del Socorro,
que se fijó definitivamente en el día 8 de
septiembre, como continúa en la actualidad; la
romería, de la que fue el auténtico impulsor, pasó así del 25 de diciembre al 7 de septiembre; se lograba de este modo el afianzamiento de la fiesta y una mayor participación popular. Este ilustre sacerdote la continuó potenciando el resto de su vida.
No obstante, esta medida dio margen a las
reclamaciones del cura de Candelaria, don Juan Núñez del Castillo, que la creyó
perjudicial a los derechos del Santuario,
pero que no fueron estimadas. (Octavio Rodríguez
Delgado, 1996).
La ermita del Socorro fue declarada Bien de Interés Cultural
(B.I.C.) con categoría de monumento por Acuerdo del Gobierno de Canarias de
19-11-1990 (BOC, 16-7-1993) A esta declaración se unirá con probabilidad,
también en El Socorro, la del Llano de la Virgen, que hoy figura ya incoado como B.I.C.
(BOC, 8-9-1999. Este conjunto engloba el denominado Campo de la Ceremonia (Cruz de Tea,
Pozo de la Virgen),
las cuevas excavadas en la toba, el Aljibe de la Virgen, etc. La
consideración especial que tienen estas ermitas para los güimareros, sobre todo
la de arriba, hay que entenderla, en el contexto de la Romería de Nuestra Señora
del Socorro
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