SITIO OFICIAL DE LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE

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miércoles, 29 de julio de 2015

Guanches del siglo XVII



La Historia se repite
Ahora que aún suenan los ecos del traslado de la Virgen de Candelaria a La Laguna de Aguere, así como los polémicos sucesos del Corpus de La Orotava, nos parece oportuno sacar a colación unos acontecimientos que confirman el dicho de que la Historia se repite.


Los hechos ocurrieron durante las festividades del día de Candelaria de 1588. Dice al respecto un documento recientemente publicado (M. Fariña, 1997), presentado en La Orotava, en diciembre de ese mismo año, por el guanche Pedro Hernández: "...Todos los años, por el día de Nuestra Señora de Candelaria se hace procesión de la Casa de Nuestra Señora hasta la iglesia de San Blas (...) que la Imagen sale en sus andas y en procesión de llevarla sobre sus hombros los Naturales que descienden de los Naturales que eran antes que la isla se ganase y en contorno y en redondo de la dicha Imagen suelen ir todos los Naturales porque es fiesta suya, y la Imagen les pareció a ellos mucho tiempo antes que cristianos ganasen la dicha Isla (...) y estando en este uso antiguo e posesión, el día de Nuestra Señora deste mes pasado de febrero, continuando los dichos Naturales su posesión e costumbre, queriéndose hacer la dicha procesión, cuatro de ellos tomaron las andas de dicha Imagen, yendo los demás junto a ella y la sacaron desde su altar, trayéndola a la capilla de la dicha iglesia, de donde se recomenzaba a hacer la procesión. Y trayéndola sobre sus hombros los dichos Naturales, y estando congregada mucha gente, el dicho Cristóbal Trujillo de la Coba, y Gaspar Yanes, Regidores y otros, con alboroto y escándalo, diciendo el dicho Trujillo que tenía comisión del Gobernador e que venía en su lugar, e con vara de justicia en las manos, fueron rempujando a los dichos Naturales y llegando a los que tenían las dichas andas por fuerza, y sin reverencia de Nuestra Señora se la quitaron por fuerza, y porque los dichos naturales con modestia y mansedumbre decían e requerían al dicho Trujillo de la Coba que no les quitase de su posesión e que aquello les pertenecía por ser Naturales, el dicho Trujillo y los demás les afrentaron delante de la dicha Imagen llamándoles de bellacos e majaderos e pícaros, y en son de quererlos afrentar les decían que eran unos Guanches de baja suerte".
A partir de ahí se sucedieron los pleitos y demandas de justicia por parte de los guanches ante la Real Audiencia, reclamando sus derechos. Pero lo que más llama la atención, incluso a mí, que llevo muchos años en el tema, es la cantidad de guanches -más de un centenar- con nombres y apellidos castellanos y portugueses, pero a los que se sigue considerando como naturales (guanches) a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, unidos ante la justicia en causa común, frente al poder religioso y civil.
Con toda probabilidad, Fray Alonso de Espinosa hablaría con alguno de ellos para obtener información de primera mano durante la elaboración de su famosa «Historia de Nuestra Señora de Candelaria".
Así, con el mencionado documento fechado en La Orotava el 31 de diciembre de 1588: "...compareció Pedro Hernández en nombre de Francisco Hernández, Juan Fernández, Luis Rodríguez, Francisco González, el capitán Pedro Rodríguez, Salvador González, Alonso Rodríguez, Juan Rodríguez, Diego Díaz de Vera, Antón Sánchez, Andrés Hernández, Lázaro Sánchez, Rodrigo Martín y los demás sus consortes, todos guanches naturales de Candelaria".
Y como, por lo que se ve, el pleito continuó durante largos años, a este documento le sucedieron los siguientes:
"En La Laguna, el 2 de febrero de 1601, otorgan poder a Lázaro Sánchez, en representación de Juan Gaspar, Francisco González, Pedro Delgado, Juan de Torres, Pedro Martín, Bastián Hernández, Francisco González el Mozo, Pedro Díaz, Amador González, el bachiller Luis García, Antón García, Diego de Torres, Juan de Torres, Francisco de Torres, Gaspar Díaz, otro Luis García (...) por nos e por los demás naturales (guanches) ».
"En Garachico, el 19 de marzo de 1601, Juan de Mena el Viejo y Juan de Mena el Mozo, Martín de Mena, Diego de Mena y Pedro de Mena, Melchor Asencio, Antonio Estévez, Juan de Betancort y Pablo de Betancort, Miguel González, Baltasar Asencio, todos naturales (guanches) y, vecinos de las bandas de Daute, otorgan poder a Juan Marrero, natural y vecino de Candelaria ».
"En Candelaria, el 18 de marzo de 1601, Pedro Hernández, Fernando Pérez, Juan Pestano, Marcos González, Gaspar Pérez y Luis Hernández naturales (guanches), otorgan Poder a Juan Marrero, guanche, para que los represente ante la Real Audiencia de Canaria. En un documento aparte, carta de poder a Juan Marrero concedida por los naturales de Candelaria, el capitán Juan AIbertos, Leonardo Rodríguez, Juan Cabrera Real, Juan López de la Fortaleza, para que prosiguiera el pleito en curso".
"En Buenavista, el 18 de marzo de 1601, Felipe Martín y Juan Delgado el Viejo, Luis Martín y Luis de Ibaute, Melchor Jácome, Diego Jácome, Gaspar González del Valle, Antón Martín, Antón Pérez, Leandro Martín, Nicoloso Martín, Lorenzo Hernández, Pedro Martín Betancort, Manuel Martín, Amador Hernández, Juan Rodríguez del Valle, Luis Martín y Pedro Martín (hermanos), Sebastián Hernández, Baltasar Guerra, Gaspar Díaz, Bastián González, Domingo Hernández, Baltasar Díaz y Esteban Martín, naturales (guanches) y vecinos del Beneficio de Daute, dan poder a Juan Marrero, natural de Candelaria ".
"En la Orotava, el 21 de marzo de 1601, Juan de Rivera, Cristóbal de Palanzuelos, Juan de la Sierra, Agustín Hernández y Juan Hernández, Domingo Rodríguez, Alonso Pérez, hijo de Inés Pérez y Martín González, vecinos de Güimar, y naturales de la isla de Tenerife, otorgan poder a Juan Marrero...".
A esta larga nómina de guanches podemos añadir algunos más, reseñados en otros documentos de la época. Así, en la probanza de nobleza de la familia Armas-Negrín de Tenerife se presentan como testigos en La Laguna, Buenavista y S. Pedro de Daute (Garachico), en 1568: "Juan Luis, natural de Tenerife, Juan de Regla, también guanche, Marcos Rodríguez, igualmente guanche; los guanches de 100 años Hernando Delgado y Rodrigo Hernández, Pedro González, también guanche..."
Y en los protocolos de Sancho de Urtarte, entre 1573 y 1583, referidos al Valle de Güímar, aparecen los siguientes guanches: Juan Fernández Hidalgo, hijo del mencey don Fernando de Anaga, Miguel de Güímar, Hernando de Baute, antiguo hidalgo de Naga, casado con doña Ana, hija del mencey de Abona; Andrés de Güímar, casado con doña María, hija del mencey de Adeje, apellidado también Llerena y gran defensor de sus hermanos guanches ante los Reyes de España; don Juan de Tegueste, pariente del mencey y abuelo de Francisco Hernández, mayordomo de la ermita del Socorro en 1588. Todos estos notables guanches vivían en Candelaria. A su vez, en Chacaica (Güímar), entre otros vivía el guanche Mateo de las Casas, junto a varios indígenas de Gran Canaria.
Una prueba más de la integración de los naturales en la nueva sociedad es que por aquellas fechas casi todos los alcaldes de Candelaria y del Valle de Güímar eran guanches, como hace constar Urtarte respecto a Martín Rodríguez, Marcos González y Antón Hernández, Asimismo, tienen igual naturaleza el maestre de campo de las milicias del Valle, Antón Albertos y el capitán Francisco Rodríguez Izquierdo.
Lo más interesante de estos documentos es que nos muestran explícitamente, con nombres y apellidos, a un sector de la población guanche que ya se había integrado en la nueva sociedad, pero que aún conservaba parte de sus costumbres y su identidad íntegra. No así la gran mayoría, totalmente asimilada y desnaturalizada, que desde la conquista se había mezclado con los europeos y residía en los principales núcleos de población (La Laguna, La Orotava, Los Realejos, Icod, Garachico...) ejerciendo, en gran parte, de sirvientes o semiesclavos, salvo algunos privilegiados.
Tampoco debemos olvidarnos de los cientos que nunca se integraron (los alzados), y que conservaron su lengua y costumbres refugiándose en las cumbres y lugares recónditos de la isla, resistiendo como etnia hasta mediados del siglo XVIII.
Otro dato interesante que podemos extraer de estos documentos es que al comparecer en Garachico y Buenavista, en 1601, guanches vecinos de esas localidades, solidarizándose con sus hermanos del Sur en el lamentable pleito sobre la Virgen de Candelaria, nos están indicando que aún por esas fechas continuaban con la tradición de celebrar los festejos del día de la Virgen, aunque ya traspasado del 15 de agosto al 2 de febrero, unidos en fervor popular. Como lo hacían sus antepasados, que dejaban guerras y rencillas y se hermanaban durante las fiestas del Beñesmer.
Pues bien, a la vista de esta extensa relación de guanches --quizás sea la primera vez que se nomina más de un centenar- viviendo en distintas localidades de Tenerife a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, pensamos, una vez más, en la imperiosa necesidad que tiene nuestro pueblo de ir saliendo de las tinieblas históricas a las que se le ha sometido secularmente. Aquellos que esgrimen el tema de los apellidos para asegurar que aquí sólo quedaron cuatro guanches y que todos descendemos de los conquistadores y colonos tienen en esto una prueba palpable y fehaciente de que la realidad es otra. Los tres apellidos que más se repiten en los guanches que aparecen en los documentos antes mencionados: González (el más abundante), Rodríguez y Hernández, que representan el 33% del total, son los mismos que prevalecen en la población tinerfeña actual, como podemos comprobar tomando como referencia los censos de Santa Cruz y La Laguna. En concreto, el apellido González lo lleva aproximadamente el 5% de los tinerfeños, mientras que en Las Palmas el más frecuente es Santana, que representa al 3,5% de la población y, sin embargo, allí los González ocupan el quinto lugar, con el 2,5%,
Curiosamente, entre todos los González, Rodríguez, Hernández, García, Pérez, Martín, Díaz, Betancort, Delgado, etcétera de los guanches anteriormente citados aparece un único apellido autóctono: Ibaute o Baute. No obstante, a éste habría que sumarle todos los Bencomo, Tacoronte, Guanche, etcétera, que también son frecuentes en nuestra isla.
Como reflexión final, me atrevo a sugerirles a mis paisanos que sean portadores de todos esos apellidos, y otros muchos que no se citan aquí, y que su familia lleve muchas generaciones afincada en Tenerife, que empiecen a pensar en la alta posibilidad que tienen de ser descendientes de guanches, máxime si tenemos en cuenta que, tras la conquista, la población autóctona –que quedó en abrumadora mayoría– como ya se está empezando a demostrar, fue bautizada y les cambiaron sus nombres originales de Acaimo, Bentor, Guanchifira, Tinguaro, etcétera por Pedro González, Marcos Rodríguez, Agustín Hernández o Fernando Pérez. La verdad, más tarde o más temprano, siempre sale a relucir, por mucho que algunos se empeñen en ocultarla.
(Francisco García-Talavera)




lunes, 27 de julio de 2015

BAUTIZO COLECTIVO POR EL RITO DE LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE EN EL CONFITAL

La “Panza de burro” cubría la bahía de El Confital lo que hizo que los vivificantes rayos de Magek fuesen bien tolerados y agradecido por nuestras pieles. Después de las palabras de bienvenida pronunciadas por nuestro Faykan Rukaden Ayt Arehukas Teguise al nutrido grupo de conmatriotas reunidos en torno al Altar dedicado a Nuestra Magné Chaxiraxi procedimos a la ofrenda a los Espíritus de nuestros ancestros.

Acto seguido procedimos al bautismo colectivo de nuestros hermanos de Tamarant (Gran Canaria), la ceremonia estuvo   oficiada por Nuestra Maguadas Dacil Ayt Tilelli y Ariscaya Himagua Auxiliadas por los hermanos aspirantes a kankus Bentejui Atakaite y Benaharo Aitt Tajo Arico y Demelerfe Temizas.

Entre los nuevos miembros de nuestra Congregación tuvimos la inmensa dicha  de recibir a Azuquahe Nauzet el cual cuenta con 3 meses de edad, precioso guanchito hijo de Azuquahe Atchen.

Las palabras de bienvenida pronunciadas por nuestro Faykan a los asistentes fueron las siguientes:
“En muchas religiones las abluciones y los baños sagrados han sido frecuentes a lo largo de la historia. Como símbolo de purificación o de nacimiento a una nueva vida. Los ritos de agua se usaron en Egipto, en Babilonia Libya y en otras religiones mistéricas.
 El rito de inmersión en los eres, charcos o en la mar significa borrar impurezas morales o rituales. Bautismo del origen griego: “baptizo” significa sumergir. Los baños sagrados son comunes a muchas religiones antiguas, como los ritos eléusicos, mitraicos o el hinduismo y el budismo, entre otras muchas confesiones religiosas.
Hermanos, en este día para nosotros tan especial nos he permitido el reunirnos bajo el amparo de Nuestra Diosa Madre Chaxiraxi en este emblemático lugar de la Playa del Confital en Tamarant, lugar que desde aquellos aciagos días de la invasión y conquista de nuestra nación hasta la fecha no ha dejado de estar habitado, en un principio por nuestros ancestros y en la actualidad por muchos de sus descendientes tal como queda de manifiesto por el poblado cuyas ruinas aun susciten.

Las Cuevas de Los Canarios. Como sabemos están estas cuevas situadas en la parte alta de El Confital constituyen un conjunto de cuevas de habitación, graneros y cantera de molinos, de origen precolonial, que son un valioso exponente en la cultura de los antiguos guanches canarii.

Según el arqueólogo canario Sebastián Jiménez Sánchez:

 "En la Montaña de El Confital exploramos, a unos 50 metros de altura, un conjunto de varios interesantes grupos de cuevas excavadas en la toba volcánica, dando frente a la conocida Playa de Las Canteras y a la Bahía del Confital. Todos miran al poniente. Su acceso desde la propia Playa de El Confital es bastante difícil, no ya por lo escarpado y tajado de la montaña, sino muy especialmente por la descomposición de la toba volcánica.

Asimismo, próximos a ella se hallan dos silos de regulares dimensiones y varias cuevas derrumbadas por la acción del tiempo, así como, colindando otras tres cuevas de dos pisos y una con una especie de dormitorio alto, ventanal casi cuadrado y un pequeño postigo que comunica con otra cueva inmediata y aquella a su vez con otra por un hueco de puerta.

En total existen en dicho lateral del poniente de La Isleta hasta veinte cavidades o cuevas de distintas dimensiones, de las cuales se considero fuesen silos perfectamente definidos y todo ello bajo un gran arco de toba volcánica color rojizo. Y aun se localizó en la parte más alta algún que otro grupo, con silos comunales.”

Retomando el tema la antigua espiritualidad de nuestros ancestros demos un brevísimo repaso a algunos aspectos de nuestra religión:

Recoge el boticario espanol establecido en Los Realejos Cipriano de Arribas y Sánchez:

Respecto al culto profesado por los naturales de esta isla (Tamarant, Gran Canaria), el Sr. Pizarroso asegura que era el de Baal. Tenían mariguadas ó sacerdotisas encargadas de las formas del culto y formaban todas ellas una colectividad, parecida á la de nuestros monasterios. Ellas educaban los vastagos de la nobleza, para lo cual tenían recintos sagrados, uno en Telde que le decían Humiaga y otro en Gáldar que le decían Tirma.  El culto en nada distinto del profesado en las demás islas, por lo menos en su esencia, se realizaba en efequenes ó adoratorios, en cuyo centro veíase una gran piedra redonda, la que denominaban Fayra.

En torno a la misma institución nos dice Marín de Cubas:

 “Eran sagradas también las Casas de las Maguas que los españoles llamaban Marimaguadas,- era una cerca de pared, casa y cueva habitación de muchas doncellas desde catorce á treinta años, porque después sí querían casarse podían salir,- que allí nadie, pena de vida, les podía hablar, y solamente cuando había falta de agua y de hambre salían en procesión á rogar á Tirma les socorriese,-iban mirando al cielo, haciendo visajes y meneos con los ojos, cabeza y cuerpo, ya cruzando los brazos, ya abriéndolos, decían: "Almene Coran", que significa: "Válgame Dios",- después de haber rodeado el risco caminaban hacia el mar. Salían fuera de su Monasterio las Maguas para bañase en el mar, y para ello había días diputados que todos los debían saber, y si algún hombre por descuido se hallase con ellas ó se las encontrase en el camino perdía la vida,- solamente cuando iban á adorar á Tirma en la casa Tamogante, podían desde lejos mirarlas.

En el lugar de Gaete, junto á la casa de los mallorquines había una casa grande pintada por dentro, que fue Seminario de doncellas hijas de nobles, que de toda la Isla venían allí para aprender como escuela, y dicen que la causa de matar los canarios á trece mallorquines y faltar al comercio, fue el que les codiciaban las hembras para robárselas y aún se dice que uno muy principal se llevó á Levante una y se casó con ella,- y aprendían á cortar pieles y á adobarlas”.

En Tamarant (Gran Canaria) nuestros ancestros adoraban a la Diosa Madre tal como recogen algunos cronistas:
Una expedición europea a las islas en el  año 1341 nos afirma el genero de la Divinidad, dos naves, fletadas por el rey de Portugal y con tripulación florentina, genovesa y castellana, arriba a la isla Tamaránt (Gran Canaria) en el mes de julio del citado año, bajo el mando del genovés Niccoloso da Recco y del florentino Angiolino del Teggihia de Corbizzi.

Permanecieron en las islas durante cinco meses y, a su regreso a Lisboa (Achbuna), contaron tantas cosas interesantes que nada menos que el propio Boccaccio tomó la pluma para escribir un retrato de nuestros antepasados guanches, basándose en los datos que, por carta, le había dado da Recco. Según recoge Boccaccio, tenían reyes y sacerdotes y adoraban a una Diosa.

También el cronista Andrés Bernáldes en su Crónica de los Reyes Católicos nos dice que en Tamarant (Gran Canaria) había una casa de oración llamada Toriña, y que allí: "tenían una imagen de palo tan luenga como media lanza, entallada, con todos sus nervios de mujer desnuda, con sus miembros fuera, y delante de ella una cabra de un madero entallada, con sus figuras de hembra, que quería concebir, y tras ella un cabrón entallado de otro madero, puesto como que quería subir a engendrar sobre la cabra."

En relación a este dato aportado por Bernáldez, es cuando menos curioso la similitud toponímica con una zona de Guadamoxete o Guadamojete, Menceyato de Güímar, Chinech (Tenerife) antiguamente conocida como Toriña y actualmente como Barrio Machado, en el actual Municipio del Rosario. En la misma se dan varias singularidades  dignas  de tener en cuenta, la primera, la construcción de una ermita dedicada a San Amaro en un lugar que en la época estaba prácticamente despoblado y por consiguiente desde el punto de vista de veneración a una deidad cristiana no tenía razón de ser.

 Posteriormente fue dedicada como centro de acogida de los peregrinos que desde Eguerew (La Laguna) y otros puntos del norte de la isla peregrinaban a Candelaria, también fue utilizada como lugar de descanso de la imagen de la Chaxiraxi cuando esta era trasladada a la ciudad de La Laguna en situaciones calamitosas. Como dato interesante anotamos que los sucesivos mayordomos de esta ermita eran descendientes de guanches.

El Pino canariensis Árbol Santo

El antiguo pueblo canario dotado de extraordinaria sabiduría no vivía de la naturaleza, vivía con la  naturaleza.

Su religión es tan abierta que necesita especialmente escenarios naturales donde imponen su señorío el cielo, la tierra, el viento, la planta, el ingenio animal. El guanche se funde con la naturaleza todo puesto en armonía, todo tendiendo a esa armonía natural tan admirada por Pitágoras y que más modernamente haría decir a Victor Hugo:

“Hombres, no temáis, la Naturaleza conoce el Gran Secreto y sonríe”, frase filosófica que alude al destino de la humanidad y al gran plan.

Cabe dar una definición de naturaleza para mejor entender ese “vivir natural” del hombre guanche.

Dice E. May. “Entendemos por naturaleza el conjunto de todas las cosas corpóreas y de los fenómenos a ellas vinculadas, amén de los procesos y agentes que, de hecho o presuntamente, se hallan en su base cuya existencia y modo de ser son independientes de nuestra voluntad y de nuestra acción” (E.May, Filosofía natural).

El hombre de la tradición canaria, es un hombre religioso por tanto como dice M. Eliade, “la naturaleza nunca es exclusivamente “natural”, está siempre cargada de un valor religioso” pues los dioses han dejado sus marcas en la estructura del mundo que es “un organismo real, vivo y sagrado” (Mircea Eliade, Lo sagrado y lo profano).

Así pudieron trasmitirnos la memoria de algunos Pinos Sagrados, verdaderos templos de la Divinidad en su aspecto como Achuguayu Dios protector de la Naturaleza, entre ellos el Pino de Teror, en Tamaránt, El Pino de La Victoria –primera ermita católica de esta localidad-, o el Pino del Cristo en Arafo, donde los Kankus (Sacerdotes guanches) acudían cada mañana a dar la bienvenida a la Diosa Magek, ambos en Chinech.

La fábula de la “aparición” de la virgen del Pino

Antes de continuar estas líneas queremos dejar bien patente que no está en nuestro animo el ofender o menospreciar la devoción de nuestros conmatriotas veneradores de la para ellos Sagrada Imagen de la Virgen del Pino ni de ninguna otra, al contrario, cuentan con nuestro más profundo respeto y compresión  pues en el fondo aún ignorándolo al venerar a la virgen Maria en cualquiera de sus advocaciones, realmente están adorando a Nuestra Diosa Madre Chaxiraxi.

 Según las “piadosas” e ingenuas leyendas generalmente rodeadas de estudiadas nebulosas con que el clero católico siempre ha tratado de explicar al pueblo ignoranatado las supuestas “apariciones” marianas, hay algunas relativas a la de la Virgen del Pino que aunque similares a otras muchas que circulan en el ámbito mariano no sólo en el Archipiélago Canario, también en América donde desarrollaron su labor catequista dominicos y franciscanos, reproducimos algunas de ellas para un mejor entendimiento de la sincretizacion.

“Según la tradición popular, la imagen de la Virgen María apareció, de forma sobrenatural, en lo alto de un pino. Fernando Hernández Zumbado, en su novena a Ntra. Sra. del Pino (1782), explica el relato: “Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso, la encontraron en la eminencia de un pino, rodeada de tres hermosos dragos, de cuyas ramas se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenne de aguas medicinales”. La extraña lápida que sirvió de pedestal, con huellas podomorfas grabadas en la piedra, sólo fue vista por los pocos que subieron al alto pino, desapareció al caer el árbol.

El acontecimiento, según la tradición católica, tuvo lugar el 8 de septiembre de 1481, siendo venerada la imagen, además de por unos pastores, por el obispo fray Juan de Frías, prelado de la entonces diócesis rubicense. El episodio, de acuerdo con el relato tradicional, ocurría en pleno fragor de la conquista de Gran Canaria (1478-1483).

No deja de ser sintomático que un acontecimiento, considerado en la época tan extraordinario, escapara a los cronistas contemporáneos, que no tratan la aparición de la Virgen del Pino. Caso contrario, la Virgen de Candelaria, en Tenerife, fue protagonista de obras monográficas. Habrá que esperar al siglo XVII para que se ofrezcan las primeras versiones literarias sobre el hecho, que queda perfilado en relatos más o menos similares al de Francisco López de Ulloa (1646). Entre otros autores del Seiscientos que también tratan el tema, aunque más escuetamente, destaca el obispo Cámara y Murga, Núñez de la Peña, fray José de Sosa, Marín y Cubas, etc. Todos coinciden en señalar el carácter milagroso de la imagen y su peculiar aparición en un pino.” (Juan Sebastián López García, 1989)


La otra versión del Pino Santo de Teror

Veamos otro aspecto del Pino y Santuario  Guanche Sagrado de Teror visto por una mente científica como es la del Dr. Luís Barrios:

[…] A continuación sometimos este corpus a un análisis comparativo con las tradiciones descritas en (Servier, 1985). Como resultado de este proceso llegamos, entre otras, a las siguientes conclusiones, que pasamos a exponer muy sucintamente:
-El santuario estaba compuesto por los siguientes elementos:

Un pino canario con tres dragos gemelos plantados en su copa a unos 30 metros de altura. Los dragos encerraban entre sus raíces una piedra con un grabado formado por la silueta de dos pies. Completaba el santuario una fuente que manaba al pie del Pino, considerada medicinal por los antiguos canarios y seca poco después de la conquista.

-Las tradiciones del Pino de Teror tienen su origen en la cultura de los anti­guos canarios.

-En el Pino de Teror tenían éstos simbolizada la tumba de un antepasado pro­tector, cuyo  nombre —no conocemos otro— sería precisamente Aterure.

La prueba definitiva de esta hipótesis construida sobre paralelos antropológicos actuales con el vecino continente, la constituye un testimonio oscuro
de Marín que refrenda ¡en 1687! lo expuesto:

“Lo qe piadosamente se tiene es qe en aquellas piedras, i tierra onde estaban plan­tados los dragos, devía estar el cuerpo de algún Varón Sancto que en la Ysla muriesse (...)” (Marín, 1687: 93r)

-El núcleo de este simbolismo lo constituirían los tres dragos encerrando en­tre sus raíces la piedra con el grabado podomorfo. Precisamente, un árbol encerrando entre sus raíces una piedra simboliza en el pensamiento norteafricano tradicional la unión de las dos almas que constituyen la personalidad, humana: nefs y rruh, constituyendo a menudo lo esencial de un santuario.

Esto nos lleva a considerar que los canarios creían en esta dualidad del al­
ma. Algo de lo que no hemos podido encontrar rastros en las fuentes escri­tas, pero que podemos probar de esta manera.

-Estas tradiciones canario-mazigias fueron sometidas a un intenso proceso transculturador con la llegada castellana, dando lugar al actual culto a la virgen del Pino de Teror...” (José Barrios García, 1993:111-113)

Es interesante recordar que los guanches creemos que el ser humano esta dotado de dos espíritus, el Espíritu Libre, el cual viaja  al Seno de la Diosa Magek una vez que el cuerpo fallece y el Espíritu Vital, el cual  queda en esta realidad durante un tiempo indeterminado cuidando de los suyos y del entorno donde desarrolló su vida terrenal.

En cuanto a los grabados podomorfos además de estar representados en la isla Erbania (Fuerteventura) principalmente en la Montaña Sagrada de Tindaya y en Chinhech (Tenerife) en los alrededores de la Montaña Abimarge -en cuya cima existió un santuario guanche- también existieron unos grabados podomorfos conocidos por lo lugareños como “pie de la virgen” y que hoy yacen bajo una capa de asfalto, además de otro localizado en la Fuente la Bica, en La Matanza de Acentejo, al que denominan “pié del guanche”.

Para concluir el tema de las “apariciones” consideramos de interés incluir una nota que en relación a la Virgen del Pino nos dejó el Coronel de su Majestad británica A. Burton Ellis, en un libro publicado en Londres en 1885 quien no dice:

“Entre otras imágenes extraordinarias de esta isla, una de las más extrañas es la que existe en la iglesia de Teror, una pequeña pero pintoresca aldea situada a unas once millas de Las Palmas.

Es de madera, está cubierta de joyas y provista de cuatro brazos. Y lo que para alguien que conozca las deidades de La India supondría que intenta representar al dios hindú Visnú, aquí, sin embargo, es la Virgen, y la tradición asegura que hace algunos siglos se la encontró milagrosamente clava­da en un pino de un bosque cercano. No obstante, el motivo por el que tiene cuatro brazos es un misterio que dudo que in­cluso un sacerdote pueda resolver satisfactoriamente.” (A.B. Ellis, 1993: 55)
Hoy muchos hermanos y hermanas nuestros quieren reafirmar sus lazos identitarios como personas pertenecientes a un pueblo diferente y diferenciado asumiendo libremente y con sano orgullo nombres propios autóctonos, en el seno de nuestra Congregación.
Sean todos/as bienvenidos/as, hacemos votos para que Nuestra Magné Chaxiraxi les cubra a ustedes y sus seres queridos con su Manto Protector de Luz Divina.
El Confital Gran Canaria 26 n Wamendi n 15 achano n tallit taynay tagwancet

[El Confital Gran Canaria 26 de julio del año 15 de la nueva era guanche]
Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
Guadameñe.”

Como es habitual los actos concluyeron con la comida de hermandad, compuesta por viandas y bebidas de nuestra matria, como siempre abundantes y generosas.

Fuentes consultadas:

 Agustín Tomás Marín de Cubas
Historia de las siete islas de Canaria [1694]
Pags. 204-5

Transcripción, introducción  y notas de Francisco Osorio Acevedo
Editorial Globo 1993
D.L. Tfe: 558/93
ISBN.: 84-8101-311-0

Cipriano de Arribas y Sánchez
A Través de Las Islas Canarias
Museo/Arqueológico, Cabildo Insular de Tenerife 1993, pags. 236-7
Deposito Legal Tf. 302/93
ISBN.: 84-87340-32-6

José Barrios García
Dos dibujos del Pino de Aterure
En: Strenae Emmanuela Marrero
Oblatae
Universitas Canariarum
Lacvnae. A.D. MCMXCIII
José Batllori y Lorenzo
La aparición de la Virgen del Pino
En: Las efemérides, 7-9-1900 (Según A. Enríquez Jiménez, 2008)

Juan Sebastián López García
El programa iconográfico del retablo mayor de Teror (Gran Canaria)
Revista Virtual de la Fundación universitaria española
Tomo II-3. 1989.
Pérez Armas
miplayadelascanteras.com - Islas Canarias
Chaurero n Eguerew
La Virgen del Pino y los españolistas putativos
En: www. El Canario.net
A.B. Ellis
Islas de África Occidental
(Gran Canaria y Tenerife)
Introducción: Manuel Hernández González
Traducción: José A. Delgado Luis
Edición de J.A.D.L. La Orotava 1993.





viernes, 24 de julio de 2015

NUEVAS APORTACIONES A LA HISTORIA DEL SUR DE GRAN CANARIA: TIRAJANA, AMURGA, MASPALOMAS, POZO DEL LENTISCO.




PABLO GUEDES GONZÁLEZ.

La historia del sur de Gran Canaria se encuentra llena de lagunas, al constituirse  hasta bien entrado el siglo XX, en un territorio alejado, desértico y deshabitado. Después de la conquista, huyendo de las incursiones piratas, la población se asentó en el interior, más protegido y en el norte, más verde y menos seco, donde se situaba la riqueza agrícola de la isla.



A pesar de ello, las crónicas de la conquista nos han dejado muchos pasajes que resaltan la importancia del sur para los antiguos canarios, entre los  que podemos destacar la entrada de los franceses de Juan de Betancourt en Arguineguin en 1402, la entrada de Pedro Cabrón en 1479 y la finalización de la conquista en el mítico Ansite, en 1483.

También los restos arqueológicos nos dejan un legado de nuestra historia: las necrópolis de Arteara y Maspalomas, el poblado de Arguineguin, los restos de Montaña de Las Tabaibas y de Amurga y las Salinas de Abajo, las más antiguas de Gran Canaria.

Podemos comparar nuestra historia con un puzzle, del que contamos con muchas piezas, unas más grandes y otras más pequeñas. Hemos podido encajar  muchas de estas piezas con la solución que aportamos en esta artículo, que podría no ser la solución final, pero pensamos que es la que mejor funciona de  todas las aportadas hasta ahora.

En el artículo venimos a exponer que para los conquistadores, Tirajana que hoy día se relaciona con Tunte, se identificaba con lo que hoy conocemos como Amurga en la parte de costa, un territorio que podría comprender todo el actual macizo y también la parte del Barranco de Tirajana. De igual manera, lo que hoy conocemos como Montaña de Las Tabaibas, para los antiguos canarios pudiera haber sido Amurga, el nombre de la montaña sagrada junto con Tirma, que también identificaba a todo el territorio sagrado que se encuentra delimitado por antiguos mojones de piedra, parte del actual Amurga. Por último investigamos Pozo del Lentisco, lugar desconocido en nuestros días y que  creemos muy importante antiguamente, que se podría corresponder con  el Maspalomas de los canarios, un poblado junto al monte sagrado.

Hasta el descubrimiento de nuevas piezas,  que vayan confirmando los hechos, nos quedamos con esta nueva visión, que  también servirá para abrir nuevas vías de investigación.

AMURGA: EL SANTUARIO PERDIDO.

En nuestra serie de artículos publicados en este blog titulados “Amurga: El Santuario perdido.”, dimos a conocer nuestra teoría acerca de que Amurga era el otro santuario de los antiguos canarios, junto con Tirma, que las crónicas  de la conquista situaban en Tirajana.

Este otro santuario se había establecido para algunos autores en el actual  Risco Blanco, o Humiaga, como lo llamaban los canarios y para otros en la montaña de Amagro en Gáldar.   Estos dos lugares tampoco son aceptados por  los investigadores, pues no cuentan con los requisitos que se describen en las crónicas de las descripciones de dichos santuarios.

Nuestra argumentación para considerar Amurga como el santuario perdido se basa en los puntos que expondremos a continuación.

 (pinchar para acceder al artículo en Amurga, el Santuario Perdido I)

Según nuestra teoría los términos Amurga y Almogarén están relacionados, y tienen el mismo origen que las palabras amaziq anteriores, con un significado parecido que se identifica con santuario, lugar sagrado, lugar de encuentro y romería anual.

El término aborigen “almogarén”, ya es identificado como santuario o casa de oración por los primeros textos de Torriani, Abreu Galindo y Marín de Cubas, basados a su vez en las fuentes de los cronistas directos de la conquista. Algunos lingüistas, como D.J. Wölfel, dan el mismo significado a palabras similiares de la lengua amaziq o bereber.

Para Ignacio Reyes García en su diccionario insulo-amaziq  la palabra “almogarén” dériva de ar-muggarăn  con los significados de lugar de encuentro, adoratorio y lugar de reunión y en la definición indica como léxico complementario: 1. Borde, orilla. 2. Pendiente, vertiente escarpada. (en chelja o susí dialectos del sur  y sudeste marroquí y en el tamazight de Marruecos central). 3. Grandes piedras clavadas en mitad de la tierra, que sirven para amojonar una propiedad (en hadiddu habla de la zona meridional del Marruecos Central y en chelja o susí dialectos del sur  y sudeste marroquí).

Y para “mogaren”:  anmuqqar, anmuggʷar (u)inmuggʷaren (plural) : Lugar de encuentro, feria anual (en chelja o susí dialectos del sur  y sudeste marroquí)
También para Angel Rodríguez Fleitas y colaboradores en referencia al origen de dicho término, “Almogarén”:

“Las interpretaciones filológicas más consistentes insisten en vincular este término con almuggar (plural ilmuggaren), vocablo chelja, documentado con ligeras variantes en todo el área dialectal bereber del Sur marroquí, que deriva del verbo mmiggir, mmiqqir, mmuggur, “reunir”, relacionado, a su vez, con la raíz verbal panbereber *gr, bien establecida con valor de “andar”, “ir”, “atravesar”. Almuggar y su variante más frecuente, anmuggar, designan, en concreto, las romerías o peregrinaciones organizadas con ocasión de las visitas anuales a los morabitos, esas tumbas de hombres y mujeres santos objeto de un culto ancestral que caracteriza, acaso como ningún otro rasgo, el islam magrebí. Plantear un significado equivalente para el almogaren indígena está sin duda en sintonía, como defienden los partidarios de esta asimilación, con lo que sabemos de las concentraciones y procesiones ligadas a las prácticas rituales que tenían lugar en algunos de los santuarios de los naturales”. (Los Almogarenes Prehispánicos de Gran Canaria. Una revisión necesaria.)

Es fácil deducir que los términos Amurga y Almogarén, están relacionados y provienen de un mismo origen, que se identifica con: lugar sagrado, lugar de peregrinación o romeria y “reunir”, que pensamos, tiene también relación con las apañadas que se hacían en Amurga hasta fechas recientes, cuando en determinadas épocas del año los rebaños de cabras, que pastaban libres, eran reunidos en un corral o gambuesa.

(pinchar para acceder al artículo en Amurga, el Santuario Perdido II)
En la definición que Ignacio Reyes en su diccionario a la palabra almogarén se relaciona  dicha palabra en los dialectos del sur de Marruecos: hadiddu, chelja y susi con “Grandes piedras clavadas en mitad de la tierra, que sirven para amojonar una propiedad”.

En un texto del pleito sobre los linderos del Señorío Episcopal de Agüimes, que tuvo lugar entre 1502 y 1517, se citan “santidades” o lugares sagrados, delimitados por mojones:

“...no teniendo el dicho lugar o villa de Aguymes término limitado alguno que suyo fuese ni le perteneciese como estava provado e averiguado porque si algunos testigos dezían aver oido dezir tener termino limitado por otros muchos afirmativamente se provava no lo tener más de aver en él una santidad donde los dichos canarios se acogían con sus ganados en tiempos de guerras para estar seguros como en otras partes muchas que avía semejantes en la dicha isla e que de la dicha santidad serían los mojoenes si alguno oviese e que el dicho lugar era aldea de la ciudad de Telde donde residía el Rey de la dicha isla.” (Cazorla León, S. Agüimes, Real señorío de los obispos de Canarias (1486-1837)).

En el texto se afirma que la función de este tipo de mojones para los canarios, era la de delimitación de los santuarios, donde se acogían con sus ganados. También se hace referencia al santuario, recordando que Amurga era territorio de los pastores de Agüimes. Toda esta comarca, aunque no se incluyó con posterioridad en el territorio del señorío, era explotada por estos pastores y los vecinos se consideraban pertenecientes a Agüimes, donde eran bautizados y enterrados hasta principios del s XX. En la primera cita donde se nombra Pozo del Lentisco, en 1537, que veremos más adelante, se refleja que el lugar pertenece a Agüimes.

Según Ana Vazquez Hoys (Pervivencias Paganas enla Religiosidad popular), refiriéndose al culto  a los obeliscos  o a las  piedras o pilares sagrados, que podríamos asimilar a los mojones, los pueblos antiguos separaban los espacios sagrados de los profanos por medio de cercas, murallas, menhires o pilares.

Los monolitos son comunes en los santuarios cananeos, “que la biblia llama 'lugares altos' por encontrase casi siempre en montes a veces muy elevados como el Sinai”, así cuando Yahvé se aparece a Moisés en el Sinaí, le dice que ponga un límite alrededor de la montaña y la santifique (Exodo, 19, 23). De la misma forma las Tablas de la Ley fueron colocadas dentro de un espacio que delimitaron con una cerca.

En uno de estos santuarios cananeos en un templo en Biblos los fenicios colocaron un gran obelisco. En el patio que rodea el templo se multiplicó la reproducción del obelisco central, para delimitar el espacio sagrado. Este ejemplo también se puede ver en las estelas de Cartago y en Micenas.

Izda. Mojón en la Cumbrecilla de Amurga,  Fuente: Patrinet.net. Dcha. Mojón en los altos de Tauto, observese laja hincada. Foto: Pablo Guedes.

Por otro lado según la Crónica Ovetense (1478-1512), la supuestamente más antigua de entre las conservadas, acerca de la conquista:
“Estos canarios tenían por santuario a dos riscos llamados Tirma y Cimarso, que tienen dos leguas cada uno en redondo, que confinan con el mar, y el malhechor que a estos cerros se acogía era libre y seguro, y no le podían sacar de allí si él no quería, guardándolos y reverenciándolos como a iglesias, y como acá amparados la casa santa de Jerusalén juraban ellos Asitis tirma y Asitis magro”

En este importante testimonio,  se fija la extensión que se le suponía a cada uno de los territorios sagrados, que era de dos leguas, unos 10 kilómetros, confinando con el mar.

Finalmente adjuntamos plano de la Carta Arqueológica municipal de SBT, elaborada por Julio Cuenca y colaboradores donde podemos observar que en Amurga hay 17 zonas (ver gráfico) donde se encuentran mojones, o torretas de piedras, como las denominan los expertos, que marcan un territorio comprendido entre el Barranco Hondo y el de Fataga y desde los altos de Amurga y su almogarén hasta prácticamente las últimas estribaciones montañosas antes de llegar al llano, en la zona de la costa. Este territorio, forma un triángulo con las siguientes medidas: Lomo Pajarcillo - Altos del Coronadero: un poco menos de 10 km., Lomo Pajarcillo altos de Lomo de Maspalomas: algo mas de 10 km. y altos de Lomo de Maspalomas hasta Altos del Coronadero: unos siete kilómetros.

LA CONQUISTA.

En nuestro  tercer artículo de la serie sobre El Santuario de Amurga, tratábamos La Conquista y Ansite (pinchar para acceder al artículo en Amurga, el Santuario Perdido II). En este apartado resumiremos dicho artículo y aportaremos nueva información.

En una serie de textos que recogíamos de las crónicas, quedaba claro que para los conquistadores,  Tirajana se identificaba con la zona de costa de Amurga y Sardina, y no como podríamos entender hoy día,  con el pueblo de Tunte en el interior de la caldera.

La primera incursión de la que se tiene noticias a “Tirajana” fue la que nos cita Álvarez Delgado, sobre 1467-68, por parte de Diego de Herrera y Diego de Silva en la zona de Sardina, que se sitúa junto al Barranco de Tirajana, a los pies de Amurga pues se nombran la “Degollada de Sardina” y los “Llanos de Sardina”. (Instituciones políticas indígenas de la isla de Gran Canaria).

Los castellanos conocían que Tirajana (Amurga) era uno de los lugares en que se concentraban los canarios, donde contaban con alimentos y refugio, gracias a sus  “riscos impresionantes”, que es la traslación al castellano de la palabra amaziq “at- ddira – ahannagga”, Tirajana, para Álvarez Delgado. Por ello las incursiones de castigo y rapiña se dirigen a esta zona con el propósito de desgastar y rendir a los canarios.

Según Gómez Escudero, los conquistadores practicaban con los canarios la política de tierra quemada para hacerlos rendir por hambre. Así, quemaban las cosechas, talaban las palmeras y robaban los ganados, “aunque los amontados en lo mas agrio de la isla tenían carne y cogían mucho pescado, solo el Real era lo mas apretado”. Afirma también que estos alzados se alimentaban de mariscos, por lo que se debía referir a la zona de costa de Amurga. (Historia de la conquista de la Gran Canaria).  Con seguridad debieron también arrasar los poblados como el que creemos que existía en Tarajalillo.

Un hecho relacionado con el Santuario de Amurga y que refuerza la tesis de identificarlo con Tirajana, es que según las crónicas, en 1476 el mítico Doramas vivía en Tirajana y en Maspalomas (Crónica de Antonio Cedeño Canarias. Crónicas de su conquista" de Francisco Morales Padrón,  pag 369 ).  Creemos que se refugiaba en el santuario de Amurga, pues se había sublevado contra el guanarteme de Telde. Doramas, que era trasquilado, es decir de casta baja, pretendía la mano de una hija de Maninidra, guayre de Telde, hermano o primo hermano de los guayres Autindana del cantón de Agüimes y Ventagayre del cantón de Arguineguín, sus enemigos irreconciliables.

Las siguientes incursiones, para nosotros, siguen teniendo lugar en la zona de costa, identificada con “Tirajana”.  Así en agosto de 1479, tiene lugar la famosa entrada por la que recibe el nombre el municipio, en la que es derrotado Pedro Cabrón, muy importante, pues es la que nos indica que llegan hasta el monte sagrado de los canarios que para nosotros se situaba en Montaña de Las Tabaibas. En otro apartado nos detendremos en esta entrada.

En septiembre de 1480, el gobernador Pedro de Vera hace otra incursión a “Tirajana”, dirigirá todas las siguientes hasta la finalización de la conquista,  al mismo lugar donde fue derrotado Cabrón, logrando robar una importante cantidad de ganado, pero a costa de muchos muertos por ambos bandos: “…donde los christianos avían ydo e a la salida avían sido desvaratados e muertos veynte y çinco hombres e muchos otros feridos, en un puerto muy agro". (Diego de Valera, Crónica de los Reyes Católicos.) Obsérvese que se indica en un puerto (lugar de desembarco) muy agro (con importante desnivel).

La siguiente incursión documentada tiene lugar en mayo de 1482, a “Tirajana” y  posteriormente a “Tayra” o “Acayro” que se identifica con el Roque Aguayro. Se roban 1.000 cabezas de ganado. La crónica de Diego Valera dice que en esta entrada se llegó también a la fortaleza de "Titana", que se corresponde con la Fortaleza de Santa Lucía, pero creemos que puede haber una confusión con el ataque a esta misma fortaleza en los últimos días de la conquista en abril  de 1483, pues se informa de un mismo número de muertos, 25, en las dos entradas, lo cual creemos demasiada casualidad.

La Fortaleza de Santa Lucia pasó a conocerse como Ansite a partir de los años 40 del pasado siglo cuando Sánchez Araña, considerando que este había sido el lugar de la rendición, la pasó a denominar así. (Ver artículo de Rosa Schlueter Caballero "La fortaleza Santa Lucía de Tirajana:Investigación arqueológica")

Existe una teoría en la que se explica que la incursión de Cabrón tuvo lugar por la Playa del Cabrón, al norte de Arinaga y que llegó hasta la Caldera de Tirajana, incluso hasta Risco Blanco, donde sitúan el santuario de los canarios. Los únicos argumentos en los que se sustenta esta teoría es la del nombre de la playa igual que el del pirata, situar el santuario en Risco blanco y que en la Caldera y Tunte estaba la mayor población.

Hemos dado suficientes argumentos en cuanto a donde se encuentra en realidad el santuario y en el siguiente capítulo entraremos detalladamente en esa batalla. Solamente apuntar que si la entrada de Cabrón se hubiese efectuado por Arinaga, en su camino hacia La Caldera, donde sitúan la batalla de Tirajana, hubieran tenido que haber pasado junto al Roque Aguayro. Hemos visto en la incursión de mayo de 1482 que se llega primero a Tirajana, las “sierras asperas”, posteriormente a Aguayro y luego a Titana. No es lógico ir primero a Tirajana, si la situamos en la Caldera y luego a Aguayro, entrando por Arinaga. Es mas lógico ir a Amurga (Tirajana), luego a Aguayro y luego a Titana. Creemos además que si en mayo de 1482, es cuando se cita por vez primera que han ido a Aguayro, es porque es la primera vez que han ido a ese lugar.

El 5 de noviembre de 1482 es cuando creemos que por fin se logra entrar dentro de la Caldera de Tirajana, “dentro de las sierras” dice la crónica, llegando Pedro de Vera y Miguel de Moxica hasta Fataga.

La conquista finaliza el 29 de abril de 1483  en Ansite, que para muchos autores se situaba en los Altos de Amurga, cercano a los lugares hoy conocidos como Los Sitios, en el Barranco de Tirajana, entre ellos destacamos a Álvarez Delgado y a Santiago Cazorla León. Este lugar se sitúa dentro de los límites del santuario y corresponden a los puntos más elevados del Macizo de Amurga. Los castellanos sitiaron a los canarios desde los dos barrancos, el de Fataga y el de Tirajana y establecieron su campamento en Los Sitios, de ahí su nombre.

Nosotros compartimos la tesis de Tejera Gaspar (Primer Encuentro de los Europeos con los Insulares de Canarias y el Caribe. Anuario de estudios atlánticosNº. 54, 2, 2008), que cree que Tirajana es elegido por los canarios como refugio en los momentos finales de la conquista por ser un territorio abrupto e inexpugnable e igualmente por ser el santuario sagrado, “la razón principal para explicar por qué, de forma reiterada, los canarios se fueron haciendo fuertes frente al enemigo, al considerar que los castellanos no se atreverían a hollarlos, ya que estos espacios no podían ser mancillados por gente extraña, pero no tuvieron en cuenta el desprecio que los extranjeros sintieron hacia sus tradiciones y su cosmogonía”. Tejera cree que la montaña sagrada era la Fortaleza de Santa Lucía. 

LA BATALLA DE TIRAJANA DEL 24 DE AGOSTO DE 1479. LA MONTAÑA SAGRADA.

El día de San Bartolomé, 24 de agosto de 1479, que con toda probabilidad pudo haber sido ventoso y caluroso, como ocurre en los veranos actualmente, se dirigieron a "los barrancos y sierras de Tirajana" tres naves castellanas a realizar una entrada a la captura de esclavos, ganado y rapiña, capitaneadas por Pedro Hernández Cabrón, corsario gaditano al servicio de los reyes católicos, al que acompañaba el Deán Bermúdez. 

Cabrón fue conocido posteriormente por capitanear una escuadra de navios que transportó a Africa a los judios expulsados de España por los Reyes Católicos a los que engañó, robó e incluso pretendía venderlos como esclavos. Las crónicas reflejan que era despiadado y desalmado, en definitiva un "cabrón"  como buen pirata que era. Se dice que el significado de esta palabra despectiva y el de hacer una "cabronada"  en el sentido de hacer mal a alguien, deriba de los actos cometidos con los judios. Lo que es cierto es que su familia se cambió el apellido, por la mala imagen que tenía.

Suponemos que las naves de Cabrón llegaron a una bahía situada en Las Calmas de Maspalomas, protegida de los fuertes vientos, situada “en un puerto muy agro” y "al pié de la Sierra", donde había un pueblo canario al que "hallaron sin gente bien proveidos de carne en sesina (salada), ganados, cevada, manteca, y miel silvestre en ollas y odres, y higos passados" (Marín de Cubas, Historia de las 7 islas de Canaria).

Creemos que la descripción se puede corresponder perfectamente con la Bahía de Tarajalillo, situada a los pies de Amurga, donde había una buena playa apta para desembarco con un pozo de agua, llamado posteriormente "Pozo del Lentisco" y donde los canarios se dedicaban principalmente a la ganadería, con el pastoreo de rebaños de cabras. En esa zona, los canarios culminaban "las apañadas" varias veces al año, como sucedió después a lo largo de varios siglos. También en las cercanías se situaban unas Salinas naturales, donde los canarios recogían sal para conservar sus alimentos (posteriormente Salinas de "Abajo"), de ahí la carne en cecina (salada y secada al sol).
Era un importante centro pastoril, base de la economía canaria y Amurga creemos que era un lugar muy diferente a como lo vemos hoy día. Entre el tabaibal del Llano y el Pinar (entre los 200 y 1.000 mt) se encontraba el bosque termófilo comprendido por especies como la palmera (en los barrancos), la sabina, el lentisco, el almácigo, el acebuche, el drago y el granadillo. Con estas especies se constituían auténticos bosques comparables a los que todavía podemos observar en determinados puntos del norte de Gran Canaria. La mayoría de estas especies ya han desaparecido de la zona y solo podemos ver los últimos ejemplares de sabina en lo más alto del macizo y conocer de su existencia en el pasado por la toponímia de Amurga: Pozo del Lentisco (Tarajalillo), Mesa de la Sabinilla y Degollada de Las Sabinas (Altos de San Agustín), Alto de los Almácigos (al lado montaña Las Tabaibas), Lomo del Draguillo y Lomo de la Madera, haciendo referencia a la explotación de este recurso en el bosque.

Tarajalillo o Pozo del Lentisco, o Amurga (Tirajana), que nombraba a toda la comarca, era una importante zona económica y también religiosa, donde se habían establecido los canarios estratégicamente, puesto que contaban con una zona de refugio rápido frente a las "entradas e incursiones" de castellanos y portugueses a la búsqueda de rapiña, fundamentalmente cabezas de ganado y esclavos.

Muchos navegantes y piratas conocían el lugar al que acudían en busca de avituallamientos, (carne, agua, sal y leña), como hizo Colón para su viaje a América.

Montaña de las Tabaibas, era la atalaya de vigilancia de los canarios. Dominaba ampliamente toda la costa sureste, desde Gando a Arguineguin y cuando se detectaban naves enemigas se daba la alarma, por medio de silbidos (como en La Gomera), del sonido de caracolas o por el humo de una hoguera y toda la población se subía a las alturas.

Montaña Tabaibas también era la otra montaña sagrada de los canarios junto con Tirma. En Amurga se situaba el santuario del sur y allí se refugiaron y tuvieron lugar los últimos hechos de la conquista. En lo alto de la montaña todavía quedan restos de la muralla que la rodeaba y de sus fortificaciones.
Cabrón persigue a los canarios: "Suben los nuestros a la cumbre del monte. En el cuerpo de guardia del templo, construido a la manera de castillo con toda clase de fortificaciones, no encontraron a nadie más que a un joven y a una bella muchacha que estaba con él. Se defiende el infeliz y prefiere atacar y morir antes que ser cogido. Los nuestros al punto se apoderaron de la joven y destruyeron el templo incendiándolo” (Cuarta Década, 1478-1480).

Seguramente la joven era una harimaguada, una de las vírgenes sagradas, que participaban en los ritos canarios. Los dos realizan un sacrificio sagrado para proteger el templo.

Un intérprete canario le dice a Cabrón que los canarios se están reorganizando y que convendría buscar refugio pues van a sufrir un ataque inminente. Los canarios al mando del Faicán de Telde ya habían recibido refuerzos y se habían situado en puntos estratégicos. Se comunicaban por medio de silbidos (al igual que los gomeros) y se preparaban para su habitual modo de lucha de guerrillas.

"Recogida la presa queriendo venir a embarcarse ya serca de noche le dixeron a Pedro Hernandez, que no convenia porque havia cierta emboscada de canarios a la retirada, respondio que tenia los navios sin gente, y que havia de dormir en ellos, y no temia a hombres desnudos, iendo de marcha una cuesta arriva agria, y de malos passos, salieron los canarios dando silvos gritos, y pedradas en lluvia, y palos con que mataron 26 xristianos, y mas de cien heridos, y desvaratados caminaron a la marina, y ellos en su seguimiento que fue menester que de las lanchas se disparasen armas de fuego, y ballestas salio Pedro Hernandez con una pedrada en la caveza, y quedo sin algunos dientes, y la boca torsida que no pudo hablar ni comer bien vino renegando de los canarios, de la conquista de tales fieras.” (Marin de Cubas, Historia de las 7 islas de Canaria).

Hernández Cabrón se arrepintió de sus anteriores palabras y se encomendó a San Bartolomé, santo de ese día, jurando que si salvaba su vida ya no volvería más a esas tierras, hecho que sucedió y que cumplió nada más llegar al Real de Las Palmas, embarcándose para Cádiz, no regresando jamás a la conquista.

Es por esta batalla por la que el municipio recibe el nombre de San Bartolomé de Tirajana, por la salvación de Pedro Cabrón y los castellanos o por la victoria de los canarios defendiendo su territorio.

 (pinchar para acceder al artículo en Amurga, el Santuario Perdido IV)

Como hemos hecho con los otros capítulos resumimos aquí el artículo titulado “Los ritos Sagrados”, cuarto capítulo de la serie, aportando nuevos datos.

Marín y Cubas describe el monte sagrado de los canarios en Tirajana: “…allí hay tres braseros de cantos grandes,…, puestos sobre un paredón a modo de altar de grandes piedras, y enlosado lo alto del monte, y ha quedado una como capilla y zancarrones dentro todo de una gran cerca de piedras muy grandes, y el Risco es el más descollado de todos aquellos sitios.” (Historia de las siete islas de Canaria).
Esa descripción podría encajar perfectamente con los restos que aún se conservan de Montaña de las Tabaibas, el monte más alto de la zona (observese que ni Riscos Blancos, ni la Fortaleza de Santa Lucía son "los riscos mas descollados" del lugar donde se situan) .  Los restos son una muralla o muro que rodea toda la corona de la montaña, de 1.20 x 1 metro de alto x ancho, una estructura circular de unos 4 metros de diámetro de piedra seca, relleno por pequeña piedras y tierra y costras de caliche, próxima a la cima, que se podría corresponder con un brasero. Desde esta estructura circular parece arrancar un muro o camino, hasta la entrada de  una cueva, situada próxima a la cima. La cueva tiene la entrada flanqueada por dos muros de piedra seca a modo de pasillo.(Los Restos Arqueológicos De Montaña DeLas Tabaibas. Pinchar para acceder al artículo en Amurga, el Santuario Perdido V)

Creemos que el resto de estructuras fueron hechos desaparecer por los conquistadores, como se relata en las crónicas, pues destruían todo lo que ellos consideraban pagano y contrario a las creencias cristianas. También causa de  su desaparición podrían haber sido las  maniobras militares de artillería, realizadas con material pesado desde la II Guerra Mundial hasta no hace muchos años y por la construcción de las antenas de telecomunicación que podemos ver hoy en la montaña.

El problema es que la descripción que realiza Marín y Cubas, se refiere según afirma, a Umiaya o Riscos Blancos, lugar que se encuentra dentro de la Caldera de Tirajana,  y que se contradice con todo lo que hemos expresado, según detallábamos en nuestro último artículo de la serie:
Amagro, Umiaya, Montaña De Las Tabaibas. (pinchar para acceder al artículo en Amurga, el Santuario Perdido IV)

Sin embargo, en el resumen de los rituales que veremos a continuación, notaremos la importancia de varios elementos que debían ser característicos del monte sagrado: la altura, pues los ritos se realizaban en la cima del monte; el mar, por lo que se situaba relativamente cerca del mismo, y por último el contar con recintos amurallados o cercos, situados en esos lugares altos, todo ello característico de Montaña de Las Tabaibas. Allí era donde se realizaban o iniciaban la mayoría de los ritos.

Las ceremonias principales “conocidas”, estaban dirigidas a pedir el favor de su divinidad para que se produjera la lluvia, para tener buenas cosechas y en especial en Amurga, para tener buenos pastos para el ganado y la fecundidad del mismo, fuente principal de la economía. Además de lo anterior tenían otros motivos para realizar sus ritos: para el bienestar, la fertilidad y el buen gobierno del pueblo, la paz y la salud en el nuevo año. Los canarios veneraban a sus antepasados fallecidos y realizaban ceremonias para que la divinidad intercediera en los momentos malos, de enfermedades o de guerras, como sucedió con la conquista.

Y remarcamos “conocidas” porque se cree que sobre los aspectos religiosos, que eran controlados por las élites, poco estaban dispuestos a compartir los antiguos canarios y fueron sobre los que menos información se conservó por ser tema tabú para la iglesia católica. 

Entre los ritos que nos transmitieron los conquistadores citamos los siguientes:

- Pronóstico de lo que deparaba su futuro próximo en función de: el humo de las hogueras que se realizaban en el brasero, en lo más alto del monte sagrado; “de ciertos nublados o vapores levantados de los arroyos orillas de el mar a la parte del sur de esta isla de Canaria” y de la visión de la isla de Fuerteventura, en los días claros.

Imploraban la misericordia de Dios de la siguiente manera: En la cima de la montaña derramaban manteca y leche, hacían danzas y bailes y cantaban endechas en torno a la montaña; encerraban el ganado (dentro de la muralla en la cima) y apartaban las hembras de los machos,  privándolos de pasto y comida, les obligaban a “balar”; ayunaban todos, hombres, mujeres, niños y animales durante tres días, lanzando terribles gritos, aullidos y vociferaciones. Luego rodeaban la montaña (imposible en Riscos Blancos y en La Fortaleza), continuando con el griterío y  desde allí bajaban en procesión al mar para azotar sus olas, con varas y palmas.

Como culto a sus familiares muertos, les llevaban ofrendas a sus sepulturas. Según Jiménez Sanchez, en Arguineguin, Juan Grande (Amurga) y Guayadeque, eran donde se encontraban “los hitos relevantes a nivel de hallazgos de restos momificados”, además de encontrase las momias de mayores dimensiones. (Embalsamamientos y enterramientos de los “canarios” y “guanches”, pueblos aborígenes de las Islas Canarias).

FIESTAS PREHISPÁNICAS QUE SE CONSERVAN: EL CHARCO, CANDELARIA, EL PINO.

Como complemento a los ritos que realizaban los canarios, los cuales se debieron celebrar también  en las fechas importantes de su calendario, estuvimos indagando sobre las fiestas de origen prehispánico que se han conservado hasta la actualidad

Creemos que estos ritos, se debieron de celebrar en épocas importantes del año, siendo las mismas, según citan las fuentes, las desarrolladas a finales de Agosto y de Abril, relacionadas con la estrella Canopo. En los últimos tres mil años, la aparición de Canopo se produce en torno al 23 de agosto (± 5 días), permaneciendo visible hasta el 17 de abril (± 5 días) ocultándose el resto del año. ( Ignacio Reyes García. El Cielo de los antiguos, ver nuestro artículo “Los yacimientos aborígenes de Cuatro Puertas y del Coronadero (Amurga), relacionados con la estrella Canopo.”). Nosotros creemos que la celebración se realizaba en la luna llena posterior a la ocultación o aparición de Canopo.

Nos quedamos sorprendidos al descubrir que la fiesta del Charco en La Aldea, se celebraba en la antigüedad, exactamente el 23 de agosto (fecha de la aparición de Canopo) según la pudo ver y escandalizarse el obispo Francisco Delgado Venegas, el 23 de agosto de 1776, (Jose Almeida Afonso: Crónicas desde el Paraíso).

Creemos que el verdadero objetivo de esta fiesta, que como vemos se relaciona con las costumbres de pesca de los canarios, era el de celebrar la visibilidad y llegada de Canopo un año más a Canarias, indicativo de la marcha de los calores y de la proximidad de la temporada de lluvias. (ver nuestro artículo sobre Los Ritos ya comentado).

Las fiesta de la Virgen de la Candelaria en Tenerife, de origen guanche, se celebra actualmente el 15 de agosto. Fray Alonso de Espinosa (1594) menciona que la Cueva de Achbinico, situada en Candelaria, era un lugar de peregrinación entre los guanches, para venerar a la Madre del Sol, Chaxiraxi (la Virgen de Candelaria), según Espinosa esta peregrinación y fiesta aborigen se celebraba durante la luna de agosto. En dicha fiesta se celebraba el Beñesmer, la fiesta de la cosecha, y el comienzo del año guanche. (Historia de Nuestra Señora de Candelaria).

Según la tradición se celebraba tres veces al año: durante la luna llena de los meses abril, agosto y diciembre (José Barrios: Investigaciones sobre Matemáticas y Astronomía Guanche. Sistemas de Numeración). Nosotros creemos que en la luna llena más cercana a la aparición y ocultamiento de Canopo y en la más cercana al solsticio de invierno (navidad).

Nuñez de la Peña (1676) realiza una descripción del Beñesmer,  que creemos, debió celebrarse de forma parecida en Gran Canaria:

“...celebrauan fiestas anales, por espacio de nueue dias; juntauanse los de cada reyno en el palacio de su rey; y alli se regozijauan con juegos, danças,bailes [...]: en estas fiestas auia grandes combites à costa de el rey.” (Núñez de la Peña, (1676). J. Conqvista y Antigvedades de las Islas de la Gran Canaria, y sv Descripción).

La fiesta de la Virgen del Pino, creemos al igual que ocurre con la de Candelaria,  que en principio debió ser un antiguo culto de los antiguos canarios, un rito pagano que se sustituye por otro parecido cristiano, que se superpone al primero (obliteración). La festividad canaria por la aparición de Canopo, es posible que fuera adaptada a la de la Virgen del Pino que se celebra el 8 de septiembre en Huelva, al igual que sucede con  la fiesta del Charco en la Aldea que se trasladó al 11 de septiembre, festividad de San Nicolás.

Según la tradición, los canarios adoraban el pino donde apareció la virgen, de 50 metros de alto, el mayor que existía en el lugar y a una fuente de aguas curativas situada al pie del árbol. Junto al pino se situaba una peana de piedra con grabados podomorfos, similares a los de Tindaya, en Fuerteventura.

Según la versión oficial de la Iglesia, el obispo Juan de Frías, fue el que instituyó la fiesta al encontrar la imagen de madera sobre el pino, el 8 de septiembre de 1481. Sin embargo en opinión de los investigadores  Mª de Los Reyes Hernández y José Concepción,  la imagen se realizó en un taller sevillano en el primer tercio del s. XVI y fue comprada por el capitán y terrateniente de Teror, Juan Perez Villanueva, natural de Huelva, donde en el pueblo de Niebla, se adora a otra virgen del Pino desde finales del s. XV. (Cuaderno nº 5. El Patrimonio Histórico de la Basílica del Pino de Teror (2005)).

Por otro lado en el blog de la Hermandad de la Virgen del Pino en Niebla (Huelva), en un artículo sobre la historia de su Virgen del Pino, se expone que en los archivos municipales de esa ciudad figura que fue Juan Rejón, fundador del Real de Las Palmas (1478), que había estado al servicio del Conde de Niebla, quién llevó una pequeña réplica de la Virgen del Pino de esa localidad,  así como la veneración y devoción que permaneció posteriormente en la isla. Lo que no conocemos es si también importó la fecha de la festividad y si así fue, si esta coincidía realmente con la festividad de los canarios a la que nos referimos, que resultó sustituida.

Relacionado con lo anterior, están las tradicionales “Mareas del Pino”. Durante la luna llena y luna nueva de septiembre (en ocasiones a finales de agosto como podemos ver en la foto) se producen las pleamares más importantes del año, llamadas mareas equinocciales. Si a esto se une la conjunción con el mar de fondo producido por los primeros temporales de invierno en latitudes altas (Azores), se ocasiona el efecto de que la marea baja llega hasta zonas que no se descubren el resto del año además de olas de gran tamaño que producen grandes “rebozos” con la pleamar. Esto debía impresionar a los antiguos canarios, que recordamos tenían el marisqueo como fuente importante de alimentos, como todavía asombra actualmente.
Por último queremos hacer notar la fecha en que Pedro Cabrón hace la incursión a Tirajana, que se corresponde con el 24 de agosto de 1479. Creemos que esta fecha no es casual, pues es en pleno verano, no muy adecuada para combatir en territorio agreste y desconocido. Las posteriores incursiones de Pedro de Vera se realizan en invierno.

Pensamos que Cabrón realiza la incursión de forma intencionada en esa fecha porque sabe que muchos canarios han ido de peregrinación a la montaña sagrada y están celebrando la fiesta del beñesmer (no se sabe que nombre recibía en Gran Canaria). Recordamos que el Faicán de Telde, máxima autoridad religiosa, se encuentra en el lugar y se pone al mando de los canarios.

Queremos apuntar otro dato, la fecha 24 de agosto de 1479, del calendario juliano, se corresponde con el 3 de septiembre de 1479, del calendario gregoriano. Es así porque, con la instauración del calendario gregoriano en 1582, se restan 10 días para corregir un error en el calendario juliano, que estuvo en vigor hasta ese momento. Así al jueves 4 de octubre de 1582 (juliano) le sucede el viernes (gregoriano) 15 de octubre de 1582, por lo que las fechas anteriores sufren una traslación en esos 10 días.

Lo importante es que la luna llena había sido el 1 de septiembre de 1479, dos días antes de la incursión, según consulta que hemos contrastado en varios calendarios lunares perpetuos, por lo que pensamos que muchos canarios se encontraban allí celebrando su peregrinación.

POZO DEL LENTISCO

A raíz de todos los datos aportados, se podría extraer la deducción de que para los conquistadores, que fueron quienes escribieron la historia y posiblemente también para los antiguos canarios, Tirajana se identificara con lo que hoy conocemos como Amurga en la parte de costa, un territorio que podría comprender todo el actual macizo y también la parte del Barranco de Tirajana.  Hoy Tirajana lo identificamos fundamentalmente con el antiguo Tunte.

De igual manera, lo que hoy conocemos como Montaña de Las Tabaibas, para los canarios pudiera haber sido Amurga, la montaña sagrada, que también podría nombrar a todo el territorio sagrado que está delimitado por mojones, parte del actual Amurga, entre el Bco. Hondo y el Bco de Fataga.

Nos quedaría por situar en el mapa al poblado que describen las crónicas “al pié de las sierras”, según creémos nosotros  junto al monte sagrado, que hemos situado en la zona del actual Tarajalillo o Bahía Feliz, conocido antiguamente por Pozo del Lentisco. Pensamos que  existe la posibilidad de que fuera conocido por los antiguos canarios como “Maspalomas”, que tambien nombraba, esto si con mayor certeza,  a toda la costa de esta comarca desde lo que es hoy Castillo del Romeral, hasta El Oasis y Charca de Maspalomas.

Está claro que los conquistadores entraban por la costa sur para intentar llegar a Tirajana, donde se refugiaban los canarios. Es lógico que el desembarco lo hicieran en un poblado en la misma costa y como describen las crónicas, en la falda del macizo, por lo que vamos a intentar situar dicha población.

El mar, representaba una importante fuente de alimento, para los canarios como hemos visto anteriormente. Debieron de haber poblaciones en la costa  aunque las incursiones en busca de esclavos, de seguro, desencadenarían que los canarios se desplazaran hacia el interior o se situaran en lugares cercanos al mar, de fácil huida y en altura, como ocurre con Tarajalillo, (Montaña de Las Tabaibas), para poder vigilar la llegada, fundamentalmente de los castellanos o portugueses y estar a salvo de los mismos.

Los sitios posibles de desembarco se deberían situar en algún lugar de la costa entre el Barranco de Tirajana y San Agustín o Las Burras, no creemos que desembarcaran más hacia el sur o hacía el norte, por alejarse del macizo y de lo que suponemos se conocía como “Tirajana”.

En la zona de costa, existen restos aborígenes en Pozo Izquierdo y en Juncalillo del Sur. Precisamente en los fondos marinos frente a  este  lugar, se encuentra un ancla muy antigua, por su estado la más antigua que hemos visto en la zona, que se perdió por enrocar en el veril.

Alrededor de la conocida como Cueva de Los Salineros, situada frente a Juncalillo y Las Salinas, junto a la autopista al pie de Amurga y  al lado del vertedero, existen muchas construcciones de piedra seca y cuevas que fueron utilizadas por aparceros en los años 50 del pasado siglo en la época de roturación de estas tierras para el cultivo de tomates. Es un punto interesante pues está cercano a la costa, a las salinas y a una buena zona de marisqueo, pero no sabemos si estas construcciones fueron utilizadas antiguamente por los canarios y no figuran en la carta arqueológica municipal.

La cueva recibe el nombre por los salineros que creemos vivían en ellas y no en las mismas salinas en la época de los piratas, para prevenir ataques y su captura. 

Según la Carta Arqueológica de SBT, en Tarajalillo y alrededor de Montaña Tabaibas, se encuentran viviendas en estructuras de piedra seca y en cuevas, pinturas rupestres, grabados y el yacimiento de Altos del Coronadero, con 36 torretas o mojones de piedra, al que se le supone un significado cultual.

Sebastián Jiménez Sanchéz, comisario provincial de arqueología a mediados del pasado siglo, pensaba que la comarca alrededor de Tarajalillo era muy importante y con un fuerte uso del territorio para los primitivos canarios. Así en 1954, saca a la luz la mayoría de restos arqueológicos que se conocen de la zona, que se pueden consultar en la Carta Municipal. Para Jiménez la Montaña de Las Tabaibas, tenía función de atalaya y fortaleza, por la muralla que rodea su corona.

Aunque alrededor de la montaña, en los terrenos no roturados, están documentadas muchas viviendas y cuevas de los antiguos canarios, es muy difícil corroborar la hipótesis de un poblado aborigen en la zona del llano, tanto en Tarajalillo como en el resto de franja de costa comentado, así como también en zonas con más altura, puesto que los posibles restos pudieron haber sido destruidos, cuando se “despedregaban” los terrenos para ser cultivados.

De hecho la constatación de lo que comentamos nos la da Jiménez cuando encontró en 1954 en los Altos de San Agustín “un hermoso tagoro formado por patio enlosado de 12 m. de diámetro” y a los pocos meses lo halló completamente destruido porque unos obreros habían roturado los terrenos.

Igualmente conocemos que los tractores de Quintana, exportador de tomates en los años 50,  destruyeron la necrópolis que había en la misma zona de San agustín, por esas fechas. (La Necrópolis Aborigen en los Altos de San Agustín. )


 En uno de los primeros mapas  que se conocen de Gran Canaria, el del ingeniero Torriani de 1590, conocemos los cuatro lugares más importantes del Sur en aquella época: Punta de Tenefént, Las Salinas, Pozo del Lentisco y Maspalomas.

Inmediatamente nos llama la atención Pozo del Lentisco, lugar hoy día desaparecido y desconocido, situado según Torriani entre Las Salinas (situadas al sur de Juncalillo) y Maspalomas. Afortunadamente pudimos encontrar un documento de 1901, donde se citan los linderos de las propiedades del Condado (Martín Santiago y Bello Jiménez. Fundamentos del caciquismo en San Bartolomé de Tirajana) y de donde dedujimos la situación aproximada de este lugar:

“…sigue por la Cañada de Los Cardones, esta abajo hasta el mojón a la izquierda de Barranco Hondo, sigue el lindero por el camino que ahí pasaba, hasta las Bocadas de los Callejones de Berriel y Las Arenillas. De ahí al Barranco de Tarajalillo, por debajo del antiguo Pozo del Lentisco.”

El Barranco de Tarajalillo, es el que desemboca en el actual Bahía Feliz y  por tanto el Pozo se situaba en alguna zona cercana a donde hoy se sitúa esta urbanización. 

En los textos históricos el nombre de Pozo de Lentisco aparece por vez primera el 11 de mayo de 1537, cuando Francisco Perez Calvillo pide tierras para la construcción de  “Las Salinas de Abajo” en Juncalillo. Observese que lo situa en Aguimes, al que pertenecía toda esta comarca en aquellos tiempos, al igual que el santuario delimitado por los mojones:

“...que entre Aldea Blanca e Poso Lentisco que es en el termino  y comarca de aquella banda de Aguimes esta un sitio e lugar comarcano aq la mar lo qual esta ynutil e desaprovechado a yermo como cosa alongada de poblado en que nadie ha fecho ni yntentado aprovechamiento e porque yo para mi vivienda e provechamiento querria alli tener y edificar salinas y hazer sal por ser lugar aparejado e lo hedificare a mi costa...». (hemos obtenido esta cita del blog Toponímia de Gran Canaria , pero Santiago Cazorla hace referencia al mismo en Los Tirajanas de GC. pág 207 afirmando que se encuentra en el Archivo Amoreto Manrique, leg. 2.)

Entendemos que Pozo del Lentisco era importante en esos tiempos, 55 años después de la conquista, por el pozo y pensamos que debido a ello contar con habitantes. En el documento creemos que se le cita, junto a Aldea Blanca, como poblaciones que debieron de existir desde tiempos de los canarios, de hecho en Aldea Blanca  se documentaron varias casas canarias.

Además Pozo del Lentisco era importante porque allí culminaban “las apañadas” de Amurga, una de las actividades económicas primordiales para los antiguos canarios, en una comarca eminentemente ganadera. Esto lo deducimos de un texto al que hace referencia Santiago Cazorla, en la siguiente información:

“Conquistada la Isla, la primera data concedida en Amurga fue de sesenta fanegadas de terreno al capitán Antonio Espino el 28 de febrero de 1577: «lindando por una parte con el Barranco del Águila y por la otra corrales en que antiguamente encerraban el ganado salvaje»". (Los Tirajanas de GC).

El Barranco del Águila, se encuentra inmediatamente al sur del de Tarajalillo y el ganado salvaje, es el también llamado “guanil” (del amaziq “wannil”: sin marca) que se alimentaba libremente de los pastos y se encontraba suelto en Amurga. Se capturaba en las “Apañadas”, celebradas en determinadas épocas del año para marcarlo  y seleccionar el destinado a su sacrificio. Esta actividad se siguió realizando en la misma zona hasta bien entrado el siglo XX, como vemos en citas de Santiago Cazorla, (Los Tirajanas de GC). Así en escritura de 1618, Sebastián Sánchez cobró 1.735 reales de Antón Pérez Cabeza en ovejas que este último tenía que pagarle en cabezas salvajes “en las apañadas de Amurga por mal nombre”. (AHPLP. Protocolos, leg. 2.491), que es la primera cita de Amurga documentada por escrito.

Y donde culminaban las apañadas se reunía el tagoror, el consejo de los nobles o personalidades importantes. Según Vernau en el tagoror aborigen se hacia justicia y se trataba sobre los diferentes bienes: agua, pastos, tierras y ganado. Se procedía, democráticamente a la elección del alcalde de los pastores, se celebraban las fiestas y luchadas y era allí donde concluían las "ajuntas" del ganado, como también eran conocidas las apañadas en el Sur de Gran Canaria. El tagoror era un recinto especial rodeado de un pequeño muro de piedras (Cinco años de estancia en las Islas Canarias. pág 33) 

Por otro lado, Pozo de Lentisco estaba cercano a las salinas, de las que ya hemos hablado, que con seguridad también debieron ser utilizadas por los canarios, pues usaban la sal para conservar sus alimentos, entre ellos la carne, como se deduce de la entrada de Cabrón, en la que pillaron a los canarios mucha “carne en sesina” (cecina: carne salada y secada al sol).

MASPALOMAS.

En este punto, trataremos de relacionar Maspalomas con Pozo del Lentisco y es que antiguamente el término Maspalomas se extendía a un territorio mayor del que conocemos hoy y llegaba incluso hasta Castillo del Romeral. Lo podemos deducir de la licencia que el Rey Carlos II concede en 1677 para construir la Casa Fuerte de Santa Cruz del Romeral, donde se  indica  “en las calmas de la costa de Maspaloma”. De esa opinión es Santiago Cazorla León, del cual recogemos la cita, en su obra emblemática sobre nuestra historia local, Los Tirajanas de Gran Canaria (pág 150), pero vamos a aportar, más datos que sustentan dicha hipótesis. 

 

Según Ignacio Reyes García doctor en Filología y licenciado en Historia, autor del Diccionario histórico del Insulo Amaziq de Canarias, el termino "Maspalomas", equivale en amaziq a  “lo que empapa o impregna y estropea el forraje”  que según creemos proviene de las charcas que se forman en la costa sur de la isla debido a los “rebosos” producidos en las mareas vivas, fundamentalmente en las desembocaduras de los barrancos, que cubrían toda la vegetación cercana a la costa. Esto sucede en Juncalillo, en La Tabaibita (Salinas de Abajo), creemos que sucedía donde hoy se sitúa el actual Bahía Feliz, en El Águila y también en el Oasis de Maspalomas.

 

 Algunas de estas charcas permanecen sin secarse durante todo el año, y contienen afluentes de agua dulce, constituyendo marismas, como son el caso de La Tabaibita y la Charca de Maspalomas. Es posible que antiguamente existieran más. Estas charcas debieron ser importantes para los canarios pues en ellas pescaban diversas especies de peces (anguilas, lebranchos)  y también en las mismas podían capturar aves de paso. Creemos que allí  tenían lugar celebraciones rituales al estilo de la fiesta del Charco de la Aldea. Según Reyes, uno de los lexemas de la palabra “Maspalomas”, también equivale a purificación. Esta significación podría estar relacionada con los baños de purificación de las harimaguadas, no exclusivos de estas, que realizaban al término de las menstruaciones. El agua del mar cumplía su función como desinfectante de las presuntas impurezas sexuales, al tiempo que se le atribuía cierto poder fertilizante. (Francisco Pérez. La mujer en la sociedad indígena de Canarias).


Las practicas de inmersión de los canarios en el sur de la isla, creemos que para las labores de pesca, está demostrada científicamente, pues la  mayoría de los restos humanos analizados en la necrópolis de Maspalomas, presentaban una deformación de los huesos del oído interno que se corresponde a haber realizado prácticas de inmersión en agua fría a lo largo de su vida. Suponemos que los restos en la necrópolis de San Agustín, hubieran aportado los mismos datos.

Continuando con la hipótesis de que el topónimo no se refiriera a un punto concreto, aportamos más datos que lo corroboran con las siguientes citas, las primeras en que se nombra a Maspalomas:

"Hallaron los spañoies diuidida la isla de Canaria en dos señoríos, vno en Telde a el Oriente, puesta en medio de las Isletas i punta de Maspaloma…” (Crónica de Escudero en Canarias. Crónicas de su conquista de Francisco Morales Padrón, pag 433 )

"Con la mucha reputación de valiente que Doramas hauía alcanzado estaba mui soberbio i mal reciuido entre los más nobles, por que assimesmo era alzado Capitán sin licençia de el Rei Guanartheme, Tenía por grande émulo a un hidalgo de Arganeguín llamado Ventagaire, el qual uino en vusca de Doramas a un camino por onde se pasaba a uer los ganados monteçes, que hauía muchos en términos de Maspaloma, i hauiendo de venir Doramas por aquel camino le dieron por señas a Ventagaire que sería conocido por la diuisa de la tarja blanca i colorada de quarteado." (Crónica de Antonio Cedeño Canarias. Crónicas de su conquista" de Francisco Morales Padrón,  pag 369 )

Aquí hacemos notar que según el cronista, Maspalomas cuenta con muchos “terminos” y también  se nombra a “los ganados monteçes”, haciendo referencia al al ganado guanil ya comentado, suelto en Amurga. Doramas, según las crónicas se refugiaba en “Tirajana”, para nosotros el Santuario de Amurga, donde se protegía de los nobles con los que estaba enfrentado, por ser él “trasquilado” o de casta baja. Además según la crónica era “capitán sin licencia”,  porque destacaba por su valor y liderazgo. Creemos que fue en este territorio y en las batallas ya comentadas, donde se forjó su leyenda de heroe guerrillero luchando contra las huestes castellanas.

COLÓN Y MASPALOMAS.

La siguiente  referencia a Maspalomas trata sobre el cuarto viaje de Colón a America del que se conoce solamente la siguiente cita:

“El mismo día [13 de mayo de 1502] nos hicimos a la vela y llegamos a la Gran Canaria el 20 de mayo, surgiendo en las Isletas. El 24 pasamos a Maspalomas, que está en la misma isla, para tomar el agua y la leña que eran necesarias en el viaje. De aquí partimos la noche siguiente hacia la India con próspero viaje,..” (en Historia del Almirante de Hernando Colón tomado de La Toponímia de Gran canaria en el tiempo que Colón pasó por ella,  de  Maximiano Trapero). 

Juan de la Cosa, viaja a la misma zona dos años después, en 1504:

"Arribaron en la isla de Gran canaria, e fueron a un puerto o ancón que se llama Maspalomas, e allí hicieron carnaje e tomaron agua e leña"  (en  Los cuatro viajes de Colón y las Islas Canarias (1492-1502) de Antonio Tejera en  la obra citada de Maximiano Trapero). 

Antonio Tejera afirma que Colón eligió Maspalomas, refiriéndose a El Oasis, para recoger agua salobre de la charca, que no se pudre al almacenarla en pipas de madera y porque en esa zona había leña de tarajal, un árbol perfecto para hacer fuego en las embarcaciones, y también por la posibilidad de recoger ganado. (Colón en Gran Canaria.(1492,1493,1502) Las Islas Canarias en las fuentes colombinas)

Nosotros pensamos que cuando los cronistas citan Maspalomas, no se refieren exclusivamente  a la Charca y El Oasis, como se piensa en la actualidad sino según lo expuesto anteriormente,  a una zona de costa mucho mayor, con un amplio abanico de ensenadas donde Colón podría haber realizado la aguada, siendo el lugar más probable el llamado posteriormente a la arribada de Colón, Pozo del Lentisco.

El haber realizado la aguada en menos de 24 horas, hizo necesario que para poderse abastecer de carne, de leña y de otros avituallamientos como podría ser la sal, tuvieran que ser ayudados por residentes. En este lugar de la costa se situaba, según creemos “el poblado al pié de la sierra”, con corrales de ganado, que por cierto aún existen hoy día y con un pozo, que con seguridad era de agua salobre, al situarse al lado de la costa, como sucedía con muchos pozos en el cercano Castillo del Romeral.

Los argumentos que enumera Tejera para El Oasis, se pueden citar también para Pozo del Lentisco y se pueden ampliar. Seguramente en esta zona habían tarajales, pero también estaba el pinar de Amurga, al que poder recurrir para conseguir leña, situado relativamente cerca. También creemos que debieron abastecerse de sal, que los canarios recogían en las salinas naturales cercanas. El lugar se situaba en una bahía de abrigo para embarcaciones, situada en la zona de calmas, pero sin adentrarse excesivamente en las mismas, lo cual era nefasto para la navegación. También se llegaba primero a esta zona, navegando desde el Real de Las Palmas, por tanto, por qué seguir hacia el sur, si aquí tenían todo lo que buscaban. Desde el actual Bahía Feliz hasta la Punta de Maspalomas existe una distancia de 7´2 km.

También creemos que  Colón conocía perfectamente esta zona. Esto es así porque entre 1476 y 1485 permanece Colón en Portugal y Madeira, desplazándose por el Atlántico, por el  norte hasta Islandia y por el sur hasta Guinea, conociendo las islas Canarias, se sabe que en el tiempo en que estuvo negociando con los reyes católicos se dedicaba a hacer mapas y venderlos, era cartógrafo.

 Nosotros creemos que esta costa era estratégica para la navegación y debido a ello perfectamente conocida. En la misma se realizaban intercambios con los canarios, para el abastecimiento de las naves, antes y después de la arribada de Colón. También como sucedió antes, durante  y después de la conquista, los piratas y corsarios entraban por esta costa para capturar esclavos y realizar rapiña. Se sospecha que Colón se dedicó también a este negocio.

Como una posible prueba del intercambio que se hacía en esta comarca está el que en el año 1974 se encuentra en una cueva del Barranco de  Tarajalillo, al lado de un corral de cabras, entre otras cosas, una moneda portuguesa del siglo XVI que se acuñó en el intervalo entre 1521 y 1557.(Revista El Museo Canario XXXIII-XXXIV (1972-73). pag 131)

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