Habituada la iglesia católica
autotitulada como infalible a crear divinidades y santidades a base de decretos
y dogmas, en su necesidad de crear una Diosa para atraer a su seno a los
cientos de miles de paganos adoradores de la Diosa Madre Universal,
comienzan como queda dicho a tejer la urdidumbre del marianismo precisamente en
la ciudad de Efeso, donde estuvo ubicado el mayor y más majestuoso templo
dedicado a la Diosa
Artemisa , varias veces destruido y otras tantas reconstruido
hasta que fue totalmente arrasado por los godos en el año 262. No en vano es considerado como
una de las siete maravillas del mundo.
Así tenemos
que en el Concilio de Éfeso en el año 431 convocado por el Papa Celestino
I y presidido por el Patriarca Cirilo de Alejandría. La disputa se centró fundamentalmente en
torno al título con el cual debía tratarse a María, si sólo Christotokos
(madre de Cristo, es decir, de Jesús humano y mortal) como defendían
los nestorianos, quienes afirmaban que la Virgen María no podía
ser llamada Madre de dios, como la denominaban los cristianos ortodoxos, ya que
su hijo, Jesús, nació como hombre, derivando su divina naturaleza no de ella
sino de su Padre, que le engendró.
Por su parte los
seguidores de Cirilo defendía para María
el de theotokos (madre de dios, o sea, también del
Logos divino), como defendían los partidarios de Cirilo.
Finalmente se
adoptó como verdad de doctrina la propuesta por Cirilo, y se le concedió a
María el título de Madre de dios, asumiéndose que era la madre de dios, y no la madre de
Cristo, haciéndose especial hincapié en la naturaleza divina de Cristo.
Dictaminando que: "Si alguno no
confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente dios, y que por tanto, la Santísima Virgen
es Madre de dios, porque parió según la carne al Verbo de dios hecho carne, sea
anatema."
El Concilio
condenó la “herejía” cristológica y mariológica de Nestorio, siendo expulsado
del imperio y sus seguidores perseguidos.
En el Concilio Segundo de Constantinopla año
553. Convocado por el Papa Virgilio, condenó la herejía de los
"tres capítulos", confirmando la doctrina de los concilios anteriores
sobre la Trinidad ,
la divinidad de Jesucristo y maternidad divina de María. Condenó el Monofisismo
Año 787. Concilio Segundo de Nicea
este Concilio, convocado por el Papa Adriano I, afrontó la
doctrina de los iconoclastas y definió la legitimidad del culto a las imágenes
sagradas.
La más antigua
y general tradición de la
Iglesia católica señala que María había vivido en Jerusalén
en los últimos años de su vida. Sin embargo hubo algunos que emitieron la
opinión que la Virgen
había vivido en Efeso y que allí había muerto.
En el siglo VII, el emperador
bizantino Mauricio crea una celebración mencionando la conclusión de la vida
terrena de María. Otro tanto hace el Papa Sergio I.
A fines del
siglo XIX, se descubre cerca de Efeso las ruinas de una capilla que en la
antigüedad llevaba el nombre de “Puerta de la Toda Santa ”, su
avispado propietario hizo correr la voz de que las ruinas eran de una casita en
la que habitara María con San Juan al final de su vida y que por consiguiente
allí habría tenido lugar la
Asunción. Este bulo continuo siendo muy rentable en la
actualidad por la numerosa afluencia de turistas al sitio.
Pero la Tradición de la iglesia
católica señala el final de los días de María en la tierra entre los 63 y los
69 años de edad. Con esto se deduce que no fue con Juan a Efeso, ni vivió allí
nunca, sino que murió en Jerusalén unos 15 años después de la muerte de Jesús,
cuando Juan todavía estaba en Jerusalén evangelizando, junto con Pedro y
Felipe, las ciudades de Palestina.
El Papa Pío IX establece el 18 de diciembre
de 1854 el dogma de la inmaculada concepción, consiste en que la Virgen fue preservada
inmune de la mancha del pecado original desde el primer instante de su
Concepción.
La perpetua
virginidad de María madre de Jesús de Nazaret, es decir según este dogma
consiste en que María conservó plena y perdurablemente su Virginidad. Es decir,
fue Virgen antes del parto, en el parto y perpetuamente, después del parto. El
Concilio Vaticano II dice: "Ella es aquella Virgen que concebirá y dará a
luz un Hijo, que se llamará Emmanuel" (Const. Dogmática Lumen Gentium, n
55).
Sin embargo los evangelios
recogen en Mc 3,31 y ss.:
Y
vinieron su madre y sus hermanos, y, quedándose fuera, le mandaron recado
llamándole. Y estaba sentada en torno de él la muchedumbre, y le dijeron: “Mira
que tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan”.
A mayor abundamiento, dice en Mc 6,2-3:
…y [los de su patria] decían; ¿De dónde a éste estas
cosas? Y, ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y tales milagros,
obrados por sus manos? ¿No es éste el hijo del carpintero, el hijo de María y
hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿Y no hallan sus hermanas aquí
entre nosotros?
Es evidente
que estas frases se refieren a hermanos consanguíneos; en caso contrario, los
redactores de los Evangelios lo habrían advertido sin duda. En todo caso, a la
creencia en la concepción virginal de María le bastaba con suponer que era el
primogénito, hecho en el que se insiste, por ejemplo, en Lc 2,7.
La iglesia
católica tan sabia ella salta esta contradicción afirmando que los hermanos de
Jesús de Nazaret no eran tales, afirma que eran primos o hermanos espirituales…
El Papa Pío
XII bajo la inspiración del Espíritu Santo, y después de consultar con todos
los obispos de la iglesia católica, y de escuchar el sentir de los fieles, el
primero de Noviembre de 1950, definió solemnemente con su suprema autoridad
apostólica, el dogma de la
Asunción de María. Este fue promulgado en la Constitución "Munificentissimus Deus":
"Después de elevar a Dios
muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad , para gloria de Dios
omnipotente, que otorgó a la
Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo,
Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar
la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia , con la autoridad
de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y
con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente
revelado que La
Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el
curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del
cielo".
El 27 de abril de 1959, el Papa Juan
XXIII mediante un mensaje radiofónico exhortó a los ordinarios del lugar y a
los fieles del mundo entero que durante el mes de mayo dirijan su súplica
ardiente a la Virgen
por la celebración y éxito del Concilio Vaticano II. De su extenso discurso
extraemos: “Proclamamos, pues, firmemente tener la mayor confianza en las
oraciones que, inflamados de su amor, dirigen los fieles a la Madre de Dios. Ahora bien,
como quiera que durante el mes de mayo, consagrado por muy laudable costumbre a
la Virgen Celeste ,
se celebran oraciones y cultos peculiares, hemos determinado avisar a todo el
pueblo cristiano que ponga ahínco en impetrar a la Madre de Dios, durante este
tiempo, el feliz éxito de la causa, que es, ciertamente, de la mayor
importancia y gravedad. Porque, como ya de atrás hemos anunciado, determinamos
juntar un Concilio ecuménico, cuyo objeto será tratar a fondo lo que
grandemente interesa a toda la
Iglesia.”
La doctrina
moderna y antigua sobre Maria madre de Jesús se encuentra en el documento Lumen
Pentium (Luz de las gentes) del Concilio Vaticano II.
“Finalmente, la Virgen Inmaculada ,
preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su
vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el
Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo,
Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte.”
El proceso de apropiación por parte
de la iglesia católica de los atributos de la Diosa Madre Universal,
ha sido largo en el tiempo y aún no ha concluido, pues esta confesión es
consiente de que la regeneración espiritual y moral de la humanidad vendrá de
la mano de la Diosa Madre
y, como es habitual esta preparando las condiciones para cuando ello suceda
tener el predominio de la
Divinidad.
De hecho en los viajes realizados
por los últimos Papas a países católicos, sus mensajes han girado
preferentemente en torno a la
Virgen María y en las misas multitudinarias los altares han
estado presididos por imágenes de la
Virgen estando las de Jesús de Nazaret en un segundo plano.
De todas
maneras entendemos que la fe es patrimonio del espíritu, por tanto si una
persona cree bien por convicción o por inducción que la Virgen Maria es una
divinidad creadora (Madre de Dios), esta en su pleno derecho de vivir su
espiritualidad como más gratificante le sea, pero ello no debe alejarle de la
razón, pues sería una vivencia fanática y no de fe, y el fanatismo coarta la
libertad espiritual y mental del individuo convirtiéndolo en un verdadero
esclavo pronto a obedecer consignas emanadas de quienes administran el credo, y
que según las circunstancias, pueden convertir al creyente en un peligro físico
para el y para quienes no compartan su fe, la historia nos ofrece innumerables
ejemplos de hechos horrendos cometidos por
personas acostumbradas a comulgar con piedras de molino.
SINCRETIZACIONES

Vamos
finalizar este apartado con una relación de los atributos de la Diosa Madre que le han
sido usurpados y atribuidos a María madre de Jesús de Nazareth:
Similitudes
de Maria madre de Jesús con la
Diosa Madre Universal en sus diferentes aspectos:
1º. Isis,
madre de Horus: María, madre de Jesús (mater Christi).
2º. Isis con la cabeza cubierta
con un velo, emblema de la castidad: el mismo velo el mismo emblema de María
(castísima).
3º. Isis está coronada con
torres, símbolo de firmeza: María está frecuentemente tocada con una corona
mural. En su letanía, se la invoca bajo el lema de torre de David (turris
davídica), de torre de marfil (turris ebúrnea).
4º. Isis tiene en sus rodillas al
dios niño, Horus, que desciende de sus entrañas, signo de fecundidad: María
lleva en sus brazos y sobre sus rodillas al dios niño, Jesús, nacido en su
seno. Letanías de María: Sancta dei genitrix; mater Christi, sedes
sapientice, causa nostraoe loentitoe y los tres vas.
5º. Isis está tocada con cuernos,
signo del astro de las noches: María tiene los pies sobre la luna creciente: Foederis
arca.
6º. Isis posa un pie sobre el
globo de la tierra, signo de poder: María los posa también, domus aurea.
7º. Isis tiene, algunas veces, la
cabeza nimbada,[1]signo de dominio en el
cielo: María está adornada con una aureola, Janua coeli.
8º. Isis tiene, en la mano
derecha, un canastillo, emblema de las tres fases lunares y de la armonía
planetaria: La túnica de María, regina angelorum et virginum, es azul y
sembrada de estrellas de ocho puntas: la luna creciente a sus pies indica
suficientemente su nombre y su armonía con los planetas-ángeles y las Vírgenes-
estrelladas.
9º. A Isis estaba consagrado el
loto, como signo de una casta fecundidad: el lis, que pertenece a la familia
bulbosa del loto, forma parte de la indumentaria emblemática de la maternal
virginidad de María, mater castíssima
10º. Isis tiene un vaso en la
mano izquierda, para significar que ella es la reina de las lluvias, de la
humedad inferior, de las aguas del Nilo, anteriormente llamado Ocoeannes, y de
las ondas del dios Oannes, sirviéndole de lecho durante las tinieblas: el lirio
de María está en un vaso; y, encima de la luna creciente, se arrastra una
serpiente, doble emblema de las aguas y del Sol inferior, la invocación del
vaso hecha tres veces en la letanía de la joven Isis (María), es una
conservación del emblema de la antigua Isis portando un vaso místico.
11º. Isis, no deja de pasar un
instante sin un beneficio, sin un consuelo de tu poder supremo; tú protege a
los viajeros de tierra y mar; tú deshaces las nubes de la adversidad. Tal fue
la letanía que hicieron recitar a Apuleyo, en el acto de su iniciación en los
misterios isiáticos, cuando le fueron revelados los atributos de Anna
perenna vieja madre de la
Isis judía[2]. Esta
antigua letanía se ha conservado casi literalmente, tanto en el himno Ave
maris stella como en los versículos de las letanías de María, Stella
matutina, Salus infermorum, Refugium peccatorum, Consolatrix aflictorum, y
en el último voto que los iniciados expresan cerca de la medianoche al fin del
ágape.
12º. Un excelente pintor de la
antigüedad, Apuleyo, nos ha legado el retrato de la reina Isis; veamos si no
reconocemos en él algunos rasgos y algunos adornos atribuidos a María:
“Una cabellera
ondulante flotaba sobre su divino cuello. Su corona de flores y de espigas de
trigo llevaba, por delante, entre dos serpientes, un globo que lanzaba una luz
parecida a la de la luna. Una túnica de fino lino, con rayas de color amarillo
azafrán y escarlata, cubre su divinidad; y encima, un manto negro como el
ébano, colocado desde el hombro izquierdo y plegado sobre el brazo derecho,
bordado con flores y lazos y salpicado de estrellas, desciende plisado hasta
sus pies. Una luna radiante adorna su seno. La canastilla en una mano, el vaso
en la otra[3].”
Similitudes
de Ops, Rhee oRea, Cibeles y María:
1º. Ops madre
de los dioses: María, madre de Dios, dei genetrix.
2º. Ops tiene la cabeza rodeada
de torres: María frecuentemente, también la tiene; su letanía la califica como
turris Davídica, turris ebúrnea; torre de David, nombre hebreo que significa
bien-amado (la Sol ),
torre de marfil símbolo del disco plateado de la Luna.
3º. Ops lleva una llave: la
letanía de María la titula Janua ceeli, puerta del cielo; domus aurea,
casa de oro, presidiendo, como Ops, las verdaderas riquezas; foederis arca,
arco bóveda, signo de la alianza entre la madre y el hijo.
4º. A Ops se la representa bajo
los rasgos de una venerable matrona: la letanía de María nos la ofrece bajo
este aspecto en los versículos Mater inviolata, madre inviolable, mater
intermerata, madre sin tacha, virgo venerabilis, virgen venerable.
5º. Ops tiende la mano ofreciendo
un socorro: en esta misma posición se pinta a María, en el cielo, sentada o
llevada por las nubes; los versículos de su letanía justifican esta similitud: Virgo
potens, clemens, virgen poderosa, clemente; Salus infirmorum, salud
de los enfermos; refugium peccatorum, refugio de los débiles, de los
pecadores; consolatrix afflictorum, consoladora de los afligidos; auxilium
christianorum, socorro de los iniciados, de los cristianos.
6º. Ops da, con la mano izquierda
el pan a los necesitados, una alegoría monacal muy moderna representa a María
madre de los pobres, Mater pauperum, distribuyendo, con la misma mano,
amuletos, los agnus.
Rea
Esta Magna
Mater, nutricia universal, tiene los mismos atributos que Cibeles y que las
otras grandes matronas “paganas” y María.
Me permitiré hacer solamente dos
conjeturas sobre Rea, en relación con María que son sorprendentes.
La primera,
Rea como IXXI, es decir, Magna Mater Rea, puede significar místicamente
y tal como corrientemente se abrevia, Mater-rea, Mater-ea; Y entonces
descubrimos la abreviatura, Materia, la tierra (la naturaleza).
La asegunda,
los lidios la honraban bajo el nombre de Ma-Rea y la tradición une a Rea a una
continuación con el nombre Ma, encargada por Júpiter de criar a Baco. María,
que ha sucedido al reino de Rea, ¿no está encargada como Ma, por Jehová, de
criar a su divino hijo? ¿Qué podemos pensar de esta eufonía, de esta casi
homonimia de Ma-Rea y de Ma Ria[4]?
Los evangelistas, los que se
sospecha, por su título, que han escrito las aventuras de una Evan, de un nuevo
Baco ¿No aumentan esta sospecha, dándole por madre Ma-R-ía (Mater ia), palabra
en la cual figura Ma, continuación de Rea? Fiat lux, si es posible.
Similitudes
de Diana, Lucífera, Lucinia. Luna, Telus, Latona, Triformis, Proserpina y
Hecátes con María.
1º.
Diana-Virgen-Diosa de la castidad: María, reina de las vírgenes, castísima, regina
virginum, castíssima.
2º. La cabeza de Diana está
coronada con una luna creciente, con el arco de la alianza, puerta del cielo:
Los pies de María, foederis arca, jauna coeli, reposan sobre la luna
creciente.
3º. Diana, vestida con una larga
túnica, lleva el velo simbólico: María, mater inviolata, virgo veneranda,
sedes sapientioe, porta la misma vestimenta.
4º. Diana-lucina, Lucífera,
porta-luz: María stella matutina, estrella mensajera del día que va a
reaparecer, Mater dei o diei, madre de una diosa (la Sol ) o del día (el dispater
de los Celtas). Diana-María era, y María Diana es la luna lucífera, porta-luz
(la luna), lo mismo que el Mesías del antiguo Olimpo, Mercurio, era el Lucifer,
porta-llama (la Sol ).
Diana-lucífera es la misma que la luna Isis y que la luna María. En la plegaria
que se le hace recitar a Apuleyo, en el momento de su iniciación en los
misterios, encontramos el error de los sacerdotes isiácos sobre la luna Isis
con respecto a la Sol Horus ;
he aquí el fragmento: ¡Isis! Tú das la luz al Sol.[5]
Es este principio ciegamente
adoptado antaño, el que ha dado lugar a que María-Isis fuese declarada madre de
Dios (del Sol) y, consecuentemente, del día, mater salvatoris, dei, diei,
por el Concilio de Calcedonia.
5º. Telus, Latona, la tierra, son
esposas del cielo y del Sol: puesto que María es dei genitrix, es preciso que
tenga un esposo: el Cielo, lo es. Estas deidades de las religiones pretéritas
estaban simbolizadas por el cuerno de la abundancia; así, María simboliza la
riqueza de la tierra.
6º. Telus, Latona, la tierra,
estaban simbolizadas por una venerable matrona con cien mamas (Artemisa), como
ciertas Panteas isiacas, entonces ella, es, reina del imperio de la luna que ha
descendido al trono de la tierra, su segundo dominio. En calidad de tal es como
se honra a María, matrona, nodriza de los seres. No tiene cien mamas, imagen
que, para no avergonzar nuestras miradas, relacionamos con la antigüedad; Los
mitólogos de la Latona
moderna las han hechizado rodeando a María de flores y frutos, llamándola, como
madre universal, vaso insigne de amor, vas insigne devotionis. María es
la reina fecunda, nutricia y siempre virgen; es la virgen depositaria de las
fecundaciones solares, cuyos gérmenes están contenidos en los cálices del
lirio, del loto egipcio y de la rosa mística: son los emblemas del vaso
¡delicada alegoría!
7º. Triformis, Proserpina,
Hácate. Isis dice: Soy yo quien gobierna el cielo y los infiernos. Diana como
luna puede decir: tengo tres rostros; el primero, es emblema de la infancia; el
segundo, es el de la plenitud de fuerzas; y el tercero, de la vejez que conduce
a la muerte. María es pintada frecuentemente, con la luna creciente, el globo
de la tierra y aplastando a la serpiente Pitón, infernal enemiga de Apolo, de
Cristo, de la luz. Hecate estaba coronada con rosas de cinco hojas: la letanía
moderna llama a María, rosa alegórica, rosa mística. El diccionario
mitológico de Noel, en la palabra Hecate, recuerda, fielmente, las antologías
de esta Diosa con María. Proserpina, la misma que Hecate y como ella, la
tercera persona de la deidad triformis de los denominados paganos, la esposa de
Plutón, Sol inferior, y reina, por consiguiente, de las sombras invernales,
tiene en la mano flores de narciso: El lis está consagrado a María. La
triformis, según sus rostros, es decir, sus fases, es causa de alegría o
aflicción: María es dolorosa, lacrimosa mater o causa loetitioe.
Similitudes
de María con Juno, Vesta, Ceres
1º.
Juno-averna Proserpina, representada como majestuosa matrona, portaba la corona
radial y el cetro: La majestuosa madona, reina de los ángeles, regina
angelorum, María, tiene la corona, el cetro y la aureola radial del poder
celestial.
2º. Vesta, Diosa del fuego-virgen
y virgen por consiguiente, vestida como matrona cubierta con velo, tenía una
lámpara o pátera con dos asas: a la virgen María nos la hacen imaginar como castíssima,
prudentíssima y teniendo ante su efigie una lámpara suspendida y siempre
ardiendo (capeduncula); Ingeniosa alegoría de la casta luz de la luna, janua
coeli, puerta del cielo, emblema del vaso de reproducción de todos los
seres, causa de su alegría, vas loetitiae.
3º. Ceres. Sus estatuas la
representan con un haz de espigas, una hoz, dos cuernos de la abundancia y dos
niños sobre el seno, emblemas de las cosechas y de las estaciones del verano y
del otoño: quitemos un cuerno y un niño, y tendremos a la Ceres moderna, la virgen
nutricia del género humano, la virgen-madre María.
Ceres, llamada la buena Diosa,
responde a la María
que el pueblo cristiano llama la virgen buena. Ceres tenía sus altos misterios
instituidos contra la ignorancia supersticiosa; no nos atreveríamos a decir que
fue por un objeto tan loable por lo que fueron instituidos los pequeños
misterios de María, bajo el título cofradías y oficios de María, de la inmaculada,
de su concepción, de Nuestra Señora de las siete espadas, de los siete dolores,
de la madre del Sagrado Corazón de Jesús y otras prácticas más o menos
religiosas[7]. Los “paganos” dieron a Juno
el sobrenombre de Pelasgia y el de Pelasgis a Ceres; los monjes legendarios no
conservaron este título para María; pero idearon a Santa Pelasgia o Pelagia.
Similitudes
de Leucotea, Astarté, Venus Celeste, Atrea llamada Urania, con María.
1º. Leucotea,
nodriza de Baco con vestimenta de matrona, tenía un niño pequeño, divinidad
marina: esta vestimenta, el niño, el poder sobre el mar, hoy pertenecen a
María, mater salvatoris, maris stella, nutricia de Jesús. La fecundidad,
Diosa romana, tenía, también, como Leucotea y María un niño pequeño en brazos,
y un cuerno de la abundancia en la mano.
2º. Astarté, deidad de Sidón, la
misma que Isis, Venus, Tanit, Chaxiraxi y el luna eran representadas
frecuentemente con las insignias reales y llevando un bastón rematado en una
cruz: María, justa crucen lacrimosa.
3º. Astrea, sube al cielo en el
signo de Virgo: La asunción de María se celebra el día 15 del signo de Virgo
(15 de agosto), día fijo. Esta fiesta se encuentra entre aquellas que los
romanos llamaban stativoe. En el Pueblo Guanche es fiesta nacional o
Weñemer.
4º. Venus celeste, Urania, estaba
revestida de azul y coronada de estrellas de ocho puntas; es la musa de la
astronomía: María lleva esta diadema y este manto, y sus solemnidades, en días
señalados, son astronómicas. La
Venus celeste era también Venus Marina: María, puerta del
cielo, janua coeli, estrella de la luz del día, stella matutina.
Es también marina, maris stella, patrona de los navegantes. Urania
inspiraba un amor puro y preservaba los corazones de toda impureza: María está
dotada de las mismas virtudes, es la madre del amor celeste, mater divinae
gratiae; Es la fuente de las puras alegrías, causa nostrae laetiae.
Madre de todos los seres,
depositaria de todos los gérmenes reproducidos por su fin en los campos siempre
fértiles de la vida universal; Vaso eterno, nunca vació y derramado, sin cesar
las flores y frutos de las existencias pasajeras; quiero, pobre mortal, en mi
ocaso, tratar de cantar tus alabanzas.
Alma Venus,
apenas surgías del seno de los mares[8]cuando
los elementos saludaron, en ti, a su libertadora y madre del día[9] . Apenas el primer soplo de tu dulce
hálito rozó las moléculas dotadas de respirabilidad, cuando tus primeros pasos,
encantados, hicieron abrirse las rosas del amor púdico, los lises de la casta
maternidad y sus corolas de suaves y consoladores perfumes con los que la
fraternidad teje sus guirnaldas.
"¡Alma Venus!, el día de tu
natividad apareció, en el cielo, un asombroso prodigio: Una mujer celestial,
revestida de Sol[10]. Era la reina del
firmamento que Israel adoraba en los prósperos tiempos[11]; eras tu Reina de las Vírgenes madres[12], semivelada, o resplandeciente de luz en
los afortunados espacios que recorres; y, sobre el cristal de las aguas, tú
reflejas la dulce luz de un dios, tu hermano, esposo y tu hijo[13].
“¡Alma Venus!
Reconozco tu deidad, bajo la túnica estrellada de María, y bajo su manto azul,
flotando alrededor de su misteriosa luna creciente. Cuando los cielos están
cubiertos de melancólicas nubes, tú consuelas la tierra con intervalos de
claridad. Cuando brillan las estrellas, la llama plateada de tu disco dulcifica
los rasgos centelleantes de esas vírgenes, lo mismo que en el templo de Vesta,
el Fuego Sagrado hacía palidecer las lámparas de las deidades inferiores. Sea
que blancas palomas arrastren tu carro en el Olimpo, o que de tus manos
maternales y virginales se depositen, sobre el altar del dios miriónimo o de
los mil nombres, estos vivientes emblemas del amor puro; sea que te cubras con
el velo matronal de Latona, o que lleves la luna creciente de Diana, la corona
de María, reina de los ángeles, yo adoro, en ti, al arca de la reproducción
universal y a la benefactora de mi vida”.
[1]
Aureola que rodea la cabeza de las divinidades. Se llama también, nimbo, la
nube que sirve de carro a los dioses.
[2]
Los romanos festejaban a Anna perenna, la Diosa madre de los años; y
el cristianismo ha hecho de ella Santa Ana, madre de María. Los romanos
celebraban su fiesta en la orilla del Tiber, en los idus (el 13 o el 15).
[3]
Según el Apocalipsis: "mujer revestida del Sol, con la Luna a sus pies y coronada de
doce estrellas, pulcra ut sol".
[4]
Maïa, madre del mesías, Mercurio, es decir, madre nutricia, abuela, matris
mercuris est terra: ver Hermes, Tab. Smar. Ma-R-IA (redemtoris), madre
nutricia (del redentor).
[5]
Debemos recordar una vez más que en el mundo mazigio y por consiguiente en el
guanche, los astros cambian de género siendo " La Sol " y "El
Luna".
[6]
Esta flor representa el disco radiante del Sol.
[7]
Francois Arnoul, jacobino, de Mans, ideó en el siglo XVI, fundar una orden de
caballería para el sexo femenino y propio para extender el culto a la virgen.
Ana de Austria, regente, le dio su aprobación. Publicó en 1647, en París y
Lion, su proyecto de una "orden del Collar celestial del Santo Rosario,
compuesta por cincuenta señoritas", pero no pudo encontrar aspirantes.
Después publicó unas "revelaciones de remedios" y sentó plaza entre los
empíricos.(Ver Journal de Lttér., Scien et Arts, t.4,p.179).
[8]
Himno "Ave maris stella".
[9]
Mater dei alma o diei, madre de Dios y del día.
[10] Evangelio según San Mateo, cap. 1,
vers.1.
[11] Jeremías dijo, 44: "Ofreceremos
incienso a la reina de los cielos; le haremos aspersiones por las calles de
Jerusalén; porque, cesemos de hacerlo, seremos destruidos por la espada y el
hambre." Jeremías acertó en su vaticinio, en cuanto el pueblo de Israel
abandonó la veneración a la
Diosa aceptando al monoteísmo machista, comenzó su declive.
[12] Regina virgenum, reina de las
vírgenes, letanía de María.
[13] Letanías de Jesús: Sol justiatiae.-
Letanías de María: Speculum justitiae.- Urania (de uranos, cielos); Osiris, esposo de Isis;
María, madre del dios Jesús.
Cristo el Mesías del Dios único, Elohim de elohims, nos manda a todos a arrepentirnos y volvernos a él para el perdón de nuestros pecados, uno de ellos, la idolatría, por eso mismo Dios mando a Jeremías y a los demás profetas a advertir del problema que causa todo tipo de males entre ellos su exilio a Babilonia al pueblo escogido por Dios, más con Jesús nos da otro mejor camino de reconcilio hacia Dios, el murió para el perdón de nuestros pecados como sacrificio y resucito de entre los muertos para prometernos la vida eterna junto a él, Dios nos ama, pero el mundo se pierde en pecados y lo alejamos de nuestras vidas, arrepintámonos y cambiemos nuestra forma vana de vivir, demostrando a los demás ese brillo de luz que da el buen testimonio.
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