VOLUMEN
III
CAPITULO
XIX-II
Viene de la entrega anterior.
Eduardo Pedro García Rodríguez
LA DIOSA CHAXIRAXI EN EL EXTERIOR EN SU ASPECTO COMO VIRGEN DE LA CANDELARIA
En 1989, en
vísperas de la invasión norteamericana, el general Manuel Noriega aseguró que
Panamá era un país respetuoso de los derechos humanos:
-No somos una
tribu -aseguró el general.
Las técnicas
arcaicas, en manos de las comunidades, habían hecho fértiles los desiertos en
la cordillera de los Andes. Las tecnologías modernas, en manos del latifundio
privado de exportación, están convirtiendo en desiertos las tierras fértiles en
los Andes y en todas partes.
Resultaría
absurdo retroceder cinco siglos en las técnicas de producción; pero no menos
absurdo es ignorar las catástrofes de un sistema que exprime al hombre y arrasa
los bosques y viola la tierra y envenena los ríos para arrancar la mayor
ganancia en el plazo menor. ¿No es absurdo sacrificar a la naturaleza y a la
gente en los altares del mercado internacional? En ese absurdo vivimos; y lo
aceptamos como si fuera nuestro único destino posible.
Las llamadas
culturas primitivas resultan todavía peligrosas porque no han perdido el
sentido común. Sentido común es también, por extensión natural, sentido
comunitarios. Si pertenece a todos el aire, ¿por qué ha de tener dueño la
tierra? Si desde la tierra venimos, y hacia la tierra vamos, ¿acaso no nos mata
cualquier crimen que contra la tierra se comete? La tierra es cuna y sepultura,
madre y compañera. Se le ofrece el primer trago y el primer bocado; se le da
descanso, se la protege de la erosión. El sistema desprecia lo que ignora,
porque ignora lo que teme conocer. El racismo es también una máscara del miedo.
¿Qué sabemos de
las culturas indígenas? Lo que nos han contado las películas del Far West. Y de
las culturas africanas, ¿qué sabemos? Lo que nos ha contado el profesor Tarzán,
que nunca estuvo.
Dice un poeta
del interior de Bahía: Primero me robaron del África. Después robaron el África
de mí. La memoria de América ha sido mutilada por el racismo. Seguimos actuando
como si fuéramos hijos de Europa, y de nadie más.
A fines del
siglo pasado, un médico inglés, John Down, identificó el síndrome que hoy lleva
su nombre. Él creyó que la alteración de los cromosomas implicaba un regreso a
las razas inferiores, que generaba mongolian idiots, negroid idiots y aztec
idiots.
Simultáneamente,
un médico italiano, Cesare Lombrosos, atribuyó al criminal nato los rasgos
físicos de los negros y de los indios.
Por entonces,
cobró base científica la sospecha de que los indios y los negros son proclives,
por naturaleza, al crimen y a la debilidad mental. Los indios y los negros,
tradicionales instrumentos de trabajo, vienen siendo también desde entonces,
objetos de ciencia.
En la misma
época de Lombroso y Down, un médico brasileño, Raimundo Nina Rodrigues, se puso
a estudiar el problema negro. Nina Rodrigues, que era mulato, llegó a la
conclusión de que la mezcla de sangres perpetúa los caracteres de las razas
inferiores, y que por tanto la raza negra en el Brasil ha de constituir siempre
uno de los factores de nuestra inferioridad como pueblo. Este médico psiquiatra
fue el primer investigador de la cultura brasileña de origen africano. La
estudió como caso clínico: las religiones negras, como patología; los trances,
como manifestaciones de histeria. Poco después, un médico argentino, el
socialista José Ingenieros, escribió que los negros, oprobiosa escoria de la
raza humana, están más próximos de los monos antropoides que de los blancos
civilizados. Y para demostrar su irremediable inferioridad, Ingenieros
comprobaba: Los negros no tienen ideas religiosas.
En realidad,
las ideas religiosas habían atravesado la mar, junto a los esclavos, en los
navíos negreros. Una prueba de obstinación de la dignidad humana: a las costas
americanas solamente llegaron los dioses del amor y de la guerra. En cambio,
los dioses de la fecundidad, que hubieran multiplicado las cosechas y los
esclavos del amo, se cayeron al agua.
Los dioses
peleones y enamorados que completaron la travesía, tuvieron que disfrazarse de
santos blancos, para sobrevivir y ayudar a sobrevivir a los millones de hombres
y mujeres violentamente arrancados del África y vendidos como cosas. Ogum, dios
del hierro, se hizo pasar por san Jorge o san Antonio o san Miguel, Shangó, con
todos sus truenos y sus fuegos, se convirtió en santa Bárbara. Obatalá fue
Jesucristo y Oshún, la divinidad de las aguas dulces, fue la Virgen de la Candelaria...
Dioses
prohibidos. En las colonias españolas y portuguesas y en todas las demás: en
las islas inglesas del Caribe, después de la abolición de la esclavitud se
siguió prohibiendo tocar tambores o sonar vientos al modo africano, y se siguió
penando con cárcel la simple tenencia de una imagen de cualquier dios africano.
Dioses prohibidos, porque peligrosamente exaltan las pasiones humanas, y en
ellas encarnan. Friedrich Nietzsche dijo una vez:
-Yo sólo podría
creer en un dios que sepa danzar.
Como José
Ingenieros, Nietzsche no conocía a los dioses africanos. Si los hubiera
conocido, quizá hubiera creído en ellos. Y quizá hubiera cambiado algunas de
sus ideas. José Ingenieros, quién sabe.
La piel oscura
delata incorregibles defectos de fábrica. Así, la tremenda desigualdad social,
que es también racial, encuentra su coartada en las taras hereditarias. Lo
había observado Humboldt hace doscientos años, y en toda América sigue siendo
así: la pirámide de las clases sociales es oscura en la base y clara en la
cúspide. En el Brasil, por ejemplo, la democracia racial consiste en que los
más blancos están arriba y los más negros abajo.
James Baldwin,
sobre los negros en Estados Unidos:
-Cuando dejamos
Mississipi y vinimos al Norte, no encontramos la libertad.
Encontramos los
peores lugares en el mercado de trabajo; y en ellos estamos todavía.
Un indio del
Norte argentino, Asunción Ontíveros Yulquila, evoca hoy el trauma que marcó su
infancia:
-Las personas
buenas y lindas eran las que se parecían a Jesús y a la Virgen.
Pero mi padre y
mi madre no se parecían para nada a las imágenes de Jesús y la Virgen María que yo
veía en la iglesia de Abra Pampa.
La cara propia
es un error de la naturaleza. La cultura propia, una prueba de ignorancia o una
culpa que expiar. Civilizar es corregir.
El fatalismo
biológico, estigma de las razas inferiores congénitamente condenadas a la
indolencia y a la violencia y a la miseria, no sólo nos impide ver las causas
reales de nuestra desventura histórica. Además, el racismo nos impide conocer,
o reconocer, ciertos valores fundamentales que las culturas despreciadas han
podido milagrosamente perpetuar y que en ellas encarnan todavía, mal que bien,
a pesar de los siglos de persecución, humillación y degradación. Esos valores
fundamentales no son objetos de museo. Son factores de historia,
imprescindibles para nuestra imprescindible invención de una América sin
mandones ni mandados. Esos valores acusan al sistema que los niega.
Hace algún
tiempo, el sacerdote español Ignacio Ellacuría me dijo que le resultaba absurdo
eso del Descubrimiento de América. El opresor es incapaz de descubrir, me dijo:
-Es el oprimido
el que descubre al opresor.
Él creía que el
opresor ni siquiera puede descubrirse a sí mismo. La verdadera realidad del
opresor sólo se puede ver desde el oprimido. Ignacio Ellacuría fue acribillado
a balazos, por creer en esa imperdonable capacidad de revelación y por
compartir los riesgos de la fe en su poder de profecía.
¿Lo asesinaron los militares de El Salvador,
o lo asesinó un sistema que no puede tolerar la mirada que lo delata?” (Eduardo Galeano.)
LA CANDELARIA
(ARGENTINA):
Nuestra Señora de la
Candelaria, también llamada de la Purificación fue
fundada originalmente por el Jesuita Pedro Romero un 2 de Febrero del año 1627
a orillas del Río Ibucuy, hoy territorio brasileño. El ataque continuo de
tribus enemigas y la maloca bandeirante pusieron -en aquellos años- en peligro
la existencia de la incipiente reducción, desalentando a sus habitantes que
ante las continuas guerras resolvieron emigrar en busca de lugares más seguros,
asentándose en la región que entonces se denominaba Caazapáminí. El Padre Roque
González tuvo activa participación en el traslado y nueva ubicación de la Reducción en otras
tierras donde llegó a tener una población de 5.000 almas. Años más tarde, esta
segunda fundación también se vio enfrentada a un nuevo éxodo por la violencia
de los ataques bandeirantes y las frecuentes epidemias y entonces el pueblo
indígena con el Padre Jesuita a la cabeza, cruzó el Río Uruguay primero y luego
el Paraná para asentarse temporalmente en lo que hoy es Campichuelo (Paraguay).
Poco tiempo después cruzaron nuevamente el Paraná asentándose una legua (5 Km.)
al norte de la desembocadura del Arroyo Garupá, sobre la ribera Argentina del
Paraná en 1637. En 1665 se construyó el núcleo definitivo que a partir de 1722
sería asiento del Superior de los Treinta Pueblos Jesuíticos y Capital de las
Reducciones. Años más tarde Candelaria es designada por el Gobierno Central,
Capital y Residencia del entonces Gobernador Santiago de Liniers.
Desde aquí en
Junio de 1810, quien en ese tiempo ejercía la gobernación, Tomás de Rocamora
adhiere con una histórica nota a la Revolución de Mayo. En la década siguiente estuvo
radicado en esta localidad el Caudillo Guaraní Andrés Guacurarí, hijo adoptivo
de Artigas, quien fue designado Comandante General de las Misiones. El 1º de
Octubre de 1892 se reúne la primera Comisión Municipal, nombrada por el
Gobernador del Territorio, Coronel Benjamín Moritán y el 10 de Octubre de 1895
se constituye en forma definitiva el Municipio de Candelaria, cabecera del
Departamento del mismo nombre y hoy con una superficie de 11.936 Has.
Localizada sobre la ruta Nacional Nº 12. Entre sus ofertas culturales se
destacan las Ruinas Jesuíticas de Candelaria, Loreto, Santa Ana y Bompland,
también el Sarandí, árbol declarado Monumento histórico Nacional y lugar en el
que el 15 de diciembre de 1810 el General Manuel Belgrano hace un alto durante
su expedición al Paraguay. El Santo Patrono de esta localidad es la Virgen de la Candelaria, cuya
festividad se celebra todos los 2 de febrero.
Según censo de
1991 su población ascendía a 15.191 personas, posee un clima subtropical, esta
a 115 m. Sobre el nivel del mar y limita: Límites: N.: Santa Ana E.: Fachinal
S.: Agrupa O.: Río Paraná.
ESTANCIA LA CANDELARIA (ARGENTINA):
La Estancia de La Candelaria está
enclavada en plena sierra, se asienta sobre un paisaje de pampa de altura en el
macizo serrano. Caracterizada fuertemente por la conservación de muchos de los
rasgos originarios del paisaje.
. Sus gruesos muros de piedra, con sólo
dos puertas de acceso y pequeñas aberturas, nos hablan de una actitud defensiva
ante eventuales ataques aborígenes. Organizada y consolidada a partir de 1683, la Estancia de La Candelaria constituyó
el mejor ejemplo de un establecimiento rural serrano productor de ganadería
extensiva, fundamentalmente mular, destinado al trafico de bienes desde y hacia
el Alto Perú. Por otra parte, las condiciones geográficas del medio de
localización hacían bastante difícil el desarrollo de actividades agrarias en
gran escala. Luego de la expulsión de los jesuitas, la Junta de Temporalidades
procedió al desmembramiento de la gran propiedad en sucesivas ventas. El
edificio de la estancia, declarado Monumento Histórico Nacional en 1941, fue
adquirido por el Gobierno de la
Provincia de Córdoba en 1982, siendo destinado a centro de
interpretación de la vida rural.
La Estancia La
Candelaria comprende la capilla, la residencia y locales anexos, las ruinas de
la ranchería (habitaciones construidas por simple apilamiento de piedras con
techos de paja destinadas a los esclavos), corrales, restos de tajamar, molino
y acequias. Se trata de una tipología única de la provincia de Córdoba
(Argentina), constituyendo una situación intermedia entre fortín y residencia
con santuario.
Un grabado en la puerta de la habitación
del Padre encargado de la estancia reza: “1683”. Es el año en el que finalmente
se consolidó la Estancia
de la Candelaria
en manos jesuitas. Llegó a ser el mejor ejemplo de un establecimiento serrano
productor de ganadería extensiva, fundamentalmente mular, destinado al tráfico
de bienes desde y hacia el Alto Perú.
Este entorno marcó la diferencia arquitectónica con
las otras estancias jesuíticas, ya que su situación intermedia entre fortín y
residencia con santuario es única en la provincia.
En un páramo donde predomina la piedra
solamente, sus murallas perimetrales y una única puerta de acceso, evidencian
la resistencia de los aborígenes que se enfrentaban a la colonización.
Es
notable la fachada de la iglesia, compuesta por una sola nave coronada por una
espadaña barroca que es la única silueta que se destaca por sobre la
horizontalidad del conjunto. El interior de la capilla, simplemente ritmado por
pilastras y cubierto con tirantería de madera, conserva el retablo original de
mampostería, trabajado a la manera de una fachada con pilastras y columnillas,
pudiendo admirarse una antigua talla en madera de la Virgen de La Candelaria.
Una vez expulsados los jesuitas, la Junta de Temporalidades
dispuso su fraccionamiento para sucesivas ventas. Al igual que las restantes,
el casco de la Estancia
de La Candelaria
fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1941 y fue adquirido por el
gobierno provincial recién en 1982.
Las tareas de restauración permiten
visitar algunas habitaciones donde se reconstruyeron los techos, como las del
Padre encargado principal y su ayudante.
El patio principal en ruinas y la
ranchería de los esclavos, construida por simple apilamiento de piedras con
techo de paja, aún resisten el avance de la maleza.
Completan el complejo los corrales, el
resto del tajamar, molinos y acequias. Todo sumido en una profunda y cautivante
soledad.
CONJUNTO JESUÍTICO DE NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA, (ARGENTINA)
Está
ubicado a 19 Km. de la ciudad de Posadas, por la ruta nacional 12. Provincia De
Misiones.
MISIONES.
Provincia del
extremo noreste del país que al este y norte limita con Brasill,
separada por los ríos Iguazú,
San Antonio, Pepirí Guazú y Uruguay, y al oeste con Paraguay
mediante el río Paraná.
Su
relieve presenta sierras que forman una dorsal
central amesetada con la mayor altura a 800 m. El clima
es subtropical
con precipitaciones abundantes y temperatura media anual de
21 ºC. La selva y los suelos rojizos son el rasgo característico del paisaje.
Las copiosas lluvias originan la formación de innumerables ríos. El río Iguazú
presenta un fuerte desnivel que origina las internacionalmente conocidas Cataratas de Iguazú.
La
yerba mate, cítricos, té, tung y tabaco, la explotación forestal y las
plantaciones de pinos para fabricación de papel, además de las industrias
asociadas a estos productos son parte de la base económica.
La
actividad conservacionista cuenta con importantes atractivos naturales. El Parque Nacional Iguazú constituye una reserva de la pluvisilva
subtropical. Las ruinas de las misiones jesuíticas son otro foco de atracción.
El
área más poblada y dinámica es la ribera
del Paraná, con ciudades como Posadas,
la capital, Eldorado y Puerto Iguazú.
Al ser provincia fronteriza son muy intensos los flujos comerciales con los
países vecinos
ITACARUARÉ. Fundada en el año 1.628 a orillas del río Iyuí, y luego de sucesivos
traslados a causa de los ataques de los bandeirantes, Candelaria se trasladó a
su emplazamiento definitivo en 1.665.
La
reducción fue sede del Provincial de las Misiones de Guaraníes y su centro
administrativo. En el Cabildo de Candelaria, los religiosos, a cuyo cargo
quedaron las Misiones luego de la expulsión de los jesuítas en 1.767,
reconocieron a la Junta
de Gobierno nombrada en Buenos Aires y por el tratado de comercio y límites
firmado con Asunción en 1.811, Candelaria, junto con otros cuatro pueblos
paranaenses, quedó bajo la custodia del Paraguay. Recuperados en 1.815 por
Andrés Guacurarí ("Andresito"). En 1.821 fueron tomados nuevamente
por los paraguayos, quedando en su poder hasta 1.865.
Los vestigios más notorios de la antigua reducción se encuentran en terrenos de la actual Unidad Penitenciaria de Candelaria. Los restos en elevación que persisten, corresponden a la sede del Superior y a los talleres, una edificación que presentaba una planta alta y un subsuelo.
Estos
testimonios monumentales, llegan a una altura que oscila entre los seis y siete
metros. Pueden apreciarse muros en toda su altura, columnas y pisos. Además de
estos vestigios persisten otros menos importantes, como son las viviendas.
CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA-CHICLIGASTA,
TUCUMAN, ARGENTINA:
San
Francisco Solano estuvo en este lugar, donde probablemente existía ya una
capilla, entre 1595 y 1596. Es probable que la capilla actual, de 1797, haya
sido edificada sobre las ruinas de la construcción anterior.
Está
emplazada frente a un espacio abierto a manera de plaza. La nave se prolonga al
frente en un atrio cobijo, y a un costado en una galería, formada por la
extensión de la techumbre. En el extremo opuesto de la fachada, la torre
campanario, de sección cuadrada y poco esbelta, tiene un singular remate
cónico.
En el interior las superficies son lisas, revocadas y encaladas, y están enriquecidas por pinturas religiosas anónimas. El altar principal es muy simple, pero merecen mencionarse las imágenes de los siglos XVII y XVIII que allí se ubican. En esta capilla es venerada la Virgen de la Candelaria, y se conserva una campana del siglo XVII.
Leyenda de la Virgen Candelaria en Chicligasta
Villa
Chicligasta es un pueblo fundamental en la historia de la provincia de Tucuman.
La
consabida fabula del aumento de peso de la imagen para indicar que desea
quedarse en determinado lugar es recurrente allí por donde postraron frailes
dominicos y franciscanos, el supuesto hecho se repite una vez más, en esta
ocasión en Chicligasta.
Por
allí entraban las caravanas de carretas que iban y venían del norte al sur. En
una oportunidad una carreta que llevaba una carga desconocida quedó
inmovilizada, lo que hizo que las personas que manejaban bajaran la carga para
empujar la carreta, acto seguido volvieron a cargarla con la intención de
seguir viaje, pero volvió a ocurrir lo mismo. Esta operación la repitieron
varias veces sin resultados positivos, hasta que decidieron abrir el cargamento
y descubrieron que uno de los bultos era la imagen de la Virgen de la Candelaria y decidieron
dejarla en la Zona.
CIUDAD DE HUMAHUACA, JUJUY, (ARGENTINA):
Catedral Nuestra
Señora de la Candelaria
y San Antonio
El
templo católico data de 1641. Posee un altar dorado y una vieja campana. En su
interior cuenta con obras de valor artístico como la propia talla de su virgen
patrona y los doce profetas del autor Marcos Sapaca perteneciente a la escuela
cuzqueña.
Se
venera a la Virgen
de la Candelaria,
donde se exhiben doce cuadros de los profetas, pintados en 1764 por Marcos
Zapaca. Fue declarada Monumento Histórico Nacional.
El templo se ubica en la calle Buenos Aires 383, frente a la plaza.
El templo se ubica en la calle Buenos Aires 383, frente a la plaza.
Provincia, Estado de
Jujuy. Población estimada de 512.329. Superficie 53.219 km2
Provincia del extremo noroeste
del país que limita por el norte conBolovia
y por el oeste con Chile.
Presenta un relieve
totalmente montañoso. La mayor parte de su territorio está ocupado por la Puna, altiplano de 3.800 m de
altura media con grandes contrastes térmicos diarios, escasa vegetacion
y ausencia de aguas. Por el este la Cordillera Oriental
la bordea, con altura máxima en el Nevado de Chañi
(6.200 m). Entre sus montañas se encuentra el valle de Jujuy a 1.100 m de
altura, donde se asienta la capital, San Salvador de Jujuy. Al norte se extiende la Quebrada de Huamahuaca
recorrida por el río Grande, y al este las sierras subandinas alcanzan
alturas entre 1.000 y 1.500 m. El clima
es cálido y húmedo en oriente y árido en occidente.
Agricultura y minería son las
principales fuentes de riqueza. Caña de azúcar, tabaco y hortalizas se cultivan
en el valle de Jujuy. En la puna y en la Quebrada de Humachuaca se da la agricultura de
subsistencia y la cría de llamas para transporte y cuero. En el valle de San
Francisco existen pozos de petróleo y gas, y en Mina Aguilar, en la puna, se
halla el yacimiento más importante del país de plata, plomo y cinc.
TEMPLO DE NUESTRA. SEÑORA DE LA CANDELARIA DE LA VIÑA – SALTA, (ARGENTINA):
Hacia 1630 los
propietarios de la hacienda de La
Viña hicieron construir una capilla para albergar la imagen
de Nuestra Señora de la
Candelaria, traída de la ciudad portuguesa de Coimbra. Muy
pronto se generalizó su devoción entre el vecindario. Alrededor de 1735 la
imagen fue llevada a la ermita dedicada al Nazareno, en la ciudad de Salta. A
fines de ese siglo, el santuario estaba casi en ruinas. En 1873 comenzaron los
trabajos para levantar una nueva iglesia, encargada a la firma Macchi Hnos. Se
costeó con donaciones llegadas de Perú y Bolivia, y para estimular las limosnas
entre los fieles, se sacaba a caballo la réplica de la imagen de la Virgen de la Candelaria, conocida
como "La sentadita". El templo fue bendecido el 25 de marzo de 1886.
Es un imponente edificio italianizante, una de las últimas obras religiosas de
esta envergadura realizadas en el período liberal. La torre, separada del
cuerpo del templo, fue proyectada magistralmente por el italiano Francisco
Righetti, que la terminó en 1908 conjuntamente con la refacción de la fachada.
La planta, en cruz latina, tiene tres naves con crucero, acentuado por ábsides
en semicírculo. El presbiterio, que precede al ábside central, incluye al altar
mayor. Las naves laterales, más bajas que la bóveda de cañón corrido de la nave
central, permiten su iluminación natural. El acceso se realiza por tres
arcadas, enmarcadas por seis pares de columnas corintias que sostienen un
vibrante entablamento.
BARRIO DE LA
FLORESTA:
La parroquia de Nuestra Señora de
la Candelaria,
constituye un verdadero hito de Floresta y está ubicada en la calle Bahía
Blanca, muy cerca de la avenida Avellaneda. Es de estilo neogótico germano, y
en ella se venera la imagen de nuestra Señora de Los Buenos Aires o Bonaria, y
a los Santos Cosme y Damián, patronos de la salud.
La
avenida Rivadavia tiene algunos edificios de departamentos y comercios
especializados en la venta de muebles y antigüedades. Tiene varias confiterías
bailables, muy frecuentadas por los jóvenes del lugar los fines de semana.
COPACABANA, (BOLIVIA):
Es un pequeño pueblito en Bolivia. Lo
encontramos en las orillas del lago Titicaca, en una península que se une a
tierra firme en Perú. Porque este majestuoso lago es frontera entre Bolivia y
Perú. Mas sin embargo la península se encuentra en el lado del Perú pero
pertenece a Bolivia. Para llegar a Copacabana en automóvil desde La Paz, sin pisar territorio del
Perú, es necesario cruzar el lago. Lo cual no es ningún problema porque en el
Estrecho de Tiquina tienen unas barcazas donde cruzan las guaguas llenas de personas.
Tal vez ir a Copacabana no
indique tener significado alguno, excepto por las vistas que son increíbles y
las truchas del lago que son una exquisitez. Sin embargo es en Copacabana donde
está el santuario de la Virgen
de la Candelaria,
o como también le llaman, la
Virgen de Copacabana. No vamos a entrar aquí en diferencias
de religiones pero si quiere ver fe en los creyentes, visite esta iglesia.
También es habitual que los
sábados aquello se llena porque toda persona, incluyendo los residentes de La Paz, que ha adquirido un
automóvil esa semana lo trae para bendecirlo frente a la catedral. El pueblito
aunque pequeño es muy alegre y está bien equipado para el turismo.
Si
se llega hasta Bolivia trate de visitarlo, sólo las obras de arte en el templo
son suficiente razón para realizar el viaje.
En
el pequeño pueblo de Copacabana, sus habitantes vivían divididos en dos grupos,
los Anansayas y los Urinsayas. A pesar de haber recibido la fe, vivían apegados
a sus antiguas tradiciones. Las malas cosechas y otras desventuras los
obligaron a pensar en atraerse los favores del cielo y resolvieron los
Anansayas erigir una cofradía y ponerla bajo la advocación de la Virgen de la Candelaria. Se
opusieron los Urinsayas alegando que ellos tenían pensado dedicarla a San
Sebastián, pero al final no se hizo nada.
Un
buen hombre llamado Francisco Tito Yupanqui, descendiente del Inca Huayna
Capac, no abandonó la idea y concibió el proyecto de labrar una imagen de la Virgen pensando que una vez
hecha y trasladada al pueblo sería más fácil establecer la cofradía propuesta.
Este escultor aficionado, ayudado por su hermano Felipe, trabajó una imagen de la Virgen en arcilla, de una
vara de alto. Por los resultados, esta imagen debió representar la buena
voluntad alejada de las gracias naturales de Chaxiraxi. Fue colocada a un lado
del altar por el Padre Antonio de Almeida, que hacía de párroco o predicador.
Al dejar Copacabana Antonio de Almeida, se hizo cargo de Copacabana el
predicador bachiller Antonio Montoro, quien al ver esa imagen desgarbada, tosca
y sin proporciones, mandó sacarla del altar y llevarla con desaire a un rincón
de la sacristía.
Humillado
Francisco Tito por este contratiempo y aconsejado por los suyos, marchó a
Potosí, que contaba con destacados maestros en escultura de imágenes sagradas.
Llegó a adquirir en el taller del maestro Diego Ortiz, cierto dominio en la
escultura y en la preparación de la madera. Con esos conocimientos se resolvió
trabajar la imagen definitiva de la Candelaria.
Buscó
por todas las iglesias de Potosí una imagen de la Virgen que pudiera servirle
de modelo. Le indicaron una en Santo Domingo. Se fijó en ella con suma atención
para grabarla en su mente y antes de comenzar su trabajo, hizo celebrar una
Misa en honor de la
Santísima Trinidad, para obtener sobre su obra la bendición
divina.
Los
Urinsayas admitieron fundar la cofradía, pero no aceptaron la efigie labrada
por Yupanqui, por lo que él empezó a buscar compradores. En La Paz, la imagen llegó a manos
del Cura de Copacabana quien decidió llevar la imagen al pueblo. El 2 de
febrero de 1583.
LEYENDA DE LA VIRGEN DEL SOCAVÓN, LA CANDELARIA, ORURO
(BOLIVIA):
En 1925 el poeta Orureño José Victor
Zaconeta, publicó en su libro ``Odas y Poemas'', bajo el titulo de ``La Virgen del Socavón y la Corte Infernal'',
el relato de la leyenda del chiru-chiru. Un ratero cuya identidad es
desconocida que había hecho su guarida al pie de la argentada montaña del ``Pie
de Gallo''.
Los que conocían al chiru-chiru, dice Zaconeta, e ignoraban las malas artes a que se dedicaba, lo consideraban como a un mendigo o como a un pobre vagabundo inofensivo... el por su parte, tenia la suficiente habilidad para vender en un barrio apartado de la nueva ciudad de Oruro, lo que hurtaba en otro.
"Chiru-chiru'',
que había sido impenitente devoto de la virgen de la Candelaria, en el marco
de sus habituales correrías, fue herido mortalmente por un peón caminero,
cuando en desafortunada noche trató de hurtarle sus pertenencias. Sin embargo y
usando de su fortaleza física, huyó malherido del campamento de su víctima,
cayendo luego agonizante en las afueras de la pequeña ciudad.
La
Virgen
protectora acudió en su auxilio y le condujo lentamente hasta su ya descrita
guarida, asistiéndole bondadosamente y recogiendo de labios del ladrón, junto
con sus arrepentimientos, la sincera gratitud de sus bendiciones.
El vecindario de la villa, notando la
desaparición del chiru-chiru, acudió tímidamente a la guarida, encontrándolo
muerto sobre su miserable y vil camastro, y en su cabecera una sorprendente y
maravillosa imagen, casi de tamaño natural, de la Virgen de la Candelaria, con su
hermoso niño.
A partir de este episodio, ese lugar se
convirtió en un centro de romería permanente, hasta nuestros días.
Zaconeta concluye, atribuyendo a los
mineros de la zona, la adopción de los siguientes acuerdos: Esa mina se
llamaría en adelante ``Socavón de la
Virgen'', debiendo honrársela anualmente durante tres días a
partir del sábado de Carnaval. Difundir este acuerdo unánime en toda la
jurisdicción y componer canciones y villancicos en loor de la imagen, y esto
que es importante, ``que para honrar debidamente a su excelsa Patrona, todos
los mineros se disfrazarían precisamente de diablos''.
Esto ultimo, devino de que los mineros
siempre tuvieron sentimientos arraigados y ancestrales, de que el ``tío'' - que
es el equivalente del diablo - interviene en el éxito o en el fracaso se sus
labores en el subsuelo; por lo que modelan con barro o la greda mas fina, una
representación de Satanás en Bulot, colocándola en las grietas preferidas de
los parajes mineros, para rendirle pleitesía con velas de sebo encendidas,
masticaciones de coca y sendas libaciones de licor; amen de invocaciones
cánticos y challas periódicas con sacrificios de llamas jóvenes, conocidos con
los nombres de ``Convidos a la
Pachamama'',``Mesas'' y ``Wilanchas''.
Así se define en Oruro, el amor místico
por la Virgen,
con una identificación claramente religiosa, y por medio el diablo, idolátrico,
con una identificación pagana.
La otra versión relativa a la aparición
de la Virgen
del Socavón - matizada de romanticismo y drama - encontramos en la Novena compuesta en honor
de la Protectora,
por el cura Emeterio Villarroel y publicada a fines del siglo pasado XIX. El
personaje central es Anselmo Berlamino, apodado el ``Nina-nina'' y pretendiente
de Lorenza Choquiamo, una beldad india, hija de un comerciante de mediana
fortuna llamado Sebastián Choquiamo.
De Anselmo Berlamino, dice aquella pieza
eclesiástica,
“en los anales de aquellos tiempos se puede compulsar el
terror pánico que llego a inspirar en estas comarcas el famoso bandido
Nina-Nina, especie de monstruo que perpetraba robos con la mayor audacia y la
mas astuta sangre fría. Este asesino no pudo ser tomado por la policía y ni los
premios que la autoridad ofrecía por su cabeza, ni las diversas partidas que se
organizaron contra el, ni las celadas que se le tendían; tuvieron un resultado
favorable”'
El sábado de Carnaval de 1789,
``Nina-nina'' planificó huir con su prometida Lorenza (que atendía el almacén
de su padre en las inmediaciones del Conchupata) ante las negativas de su padre
podara acceder al noviazgo, enterado como estaba de su mal de vivir.
``Nina-Nina'', devoto como era de la Virgen de la Candelaria, previamente
acudió a un solar de la parte mas alta de la ciudad, para encender dos cirios a
la imagen, entonces ignorada por el común de las gentes.
Alrededor de las 7 y media de la noche,
encamino sus pasos hacia el almacén de los Choquiamo. Cuando ejecutaban el plan
de la huida, fueron sorprendidos por el padre que retornaba al hogar. Se
entabló desesperada lucha, saliendo perdiendo el bandido, víctima de mortal
puñalada.
Desfalleciente el ``Nina-nina'' fue
conducido por una joven hermosa al hospital de la Villa, encargando se le
prodigaran las mejores atenciones y que llamaran al señor cura. Luego
``desapareció súbitamente y como por encanto después de dar su bendición al
agonizante y hablándole al oído cortas palabras''.
En esta narración entra lo histórico,
cuando el autor de la Novena,
sostiene que el párroco de Oruro Carlos Borromeo Mantilla en ese año de 1789:
``recibió confesión del paciente, quien en esos supremos
momentos de agonía y teniendo aún clavada en la garganta su propia daga, expuso
que el era devoto de una Virgen de la Candelaria que existía en un solar abandonado de
la ciudad, y a cuya imagen dedicaba todos los sábados una vela; que el era
Anselmio Berlamino alias el Nina-nina y estando próximo a expirar sin confesión
en manos de Sebastian Choquiamo, había sido auxiliado por la misma Virgen a
quien veneraba.''
Esta
versión que contiene mayor verosimilitud, sobre el origen de la Virgen del Socavon, marca
entonces el inicio de un culto frenético que conocemos en nuestros días y que
como en ninguna parte del orbe, encuentra su identidad en las magnas
celebraciones del carnaval de la actual capital del Folklore Boliviano, por su
raigambre legítimamente andina y por una simbiosis místico-pagana.
En
la actualidad la Virgen
del Socavón, es parte de la vida misma de la vieja tradición histórica de
Oruro, exaltada como Reina Coronada de la religiosidad y nacionalidad
voliviana.
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