(Libro inédito)
CAPITULO-XX-I
Eduardo Pedro García Rodríguez
SITUACIÓN ESPIRITUAL DEL PUEBLO CANARIO
EN EL SIGLO XXI
No es fácil valorar la
situación espiritual del pueblo guanche actual sin caer en simplificaciones
excesivas o malas interpretaciones. Hasta la fecha no se han realizado estudios
profundos sobre la verdadera base ritual y devocional popular en las islas
antes de la colonización española. Quizás esta situación se deba a dos razones
fundamentales y ambas complementarias. En primer lugar, una dependencia
absoluta de las misiones españolas, moldeadoras de una conciencia evangélica
totalmente descontextualizada; y en segundo lugar, una total falta de
comprensión de las raíces históricas y
espirituales que una nación ejerce en la percepción del adotrinamiento
impuesto.
Los estudios
más difundidos sobre esta materia provienen de pensadores católicos e
investigadores universitarios, quienes, a pesar de sus esfuerzos, no
evalúan la religiosidad dentro de la
perspectiva de la especial idiosincrasia del pueblo canario.
Con este
modesto trabajo pretendemos tener una aproximación a las principales
características de la religiosidad del moderno pueblo guanche de las Islas
Canarias, esperando que otros pensadores e investigadores de la Iglesia Guanche
puedan seguir adelante en desenmascarar la ignorancia en que ha estado sumido
durante centurias una buena parte del pueblo canario por una religión foránea
impuesta por las fuerzas de las armas.
Las creencias
religiosas están presentes en el pueblo canario desde tiempos inmemoriales ya
que ellas están asociadas a la ancestral veneración a La Gran Diosa-Madre,
venerada por la humanidad desde hace más de 40.000 años y presente en nuestros
antepasados por lo menos desde 3.500 años antes de la llegada de los
colonizadores europeos a nuestras islas. Sin embargo la religión pagana
católica-romana, impuesta al país por los misioneros españoles y portugueses
constituye, hoy en día, el substrato a partir del cual se entretejen las
complicadas características de la religión oficial en canarias.
Esta
situación traumática conforma el drama nacional vivido por el antiguo pueblo canario y cuyas consecuencias
psicológicas han venido marcando el carácter inseguro que muestra en general nuestro pueblo ante cualquier oferta de
cambio cultural que proceda del ámbito europeo. Uno de los mejores
planteamientos de la situación psicológica en que se encuentra el moderno
pueblo guanche, nos lo ofrece el investigador Nathatan Wachtel, en un excelente
trabajo publicado en octubre de 2001, el cual seguimos en las siguientes
líneas:
“En nuestra
memoria colectiva, la aventura de los conquistadores evoca imágenes de triunfo,
de riqueza y de gloria, y aparece como una epopeya. La historiografía
occidental asocia la invasión y conquista de Canarias a los conceptos de
“Renacimiento” y de tiempos de “Modernidad”; la expedición guerrera de los
españoles coincide con la imagen de una nueva era. Pero se trata de una nueva
era en Europa.
RITUAL DE PETICION
DE LLUVIAS
Desde la
perspectiva del guanche sometido, la conquista significa un final: la ruina de
su cultura. Para “Descubrir” realmente al pueblo canario, el historiador nacido
en la sociedad de los vencedores debe despojarse de sus hábitos mentales y, en
cierto modo, salirse de sí mismo. Preguntemos directamente entonces a las
fuentes canarias.
Derrotados,
el choque psicológico sufrido por los guanches no se reduce a la irrupción de
lo desconocido; lo extraño de los españoles se manifiesta de acuerdo con una
modalidad particular: la violencia. La derrota significa en todas partes las
ruinas de las antiguas tradiciones. Incluso para guanches que prestaron su
ayuda a los españoles los cuales fueron utilizados como instrumento al servicio
de los intereses políticos de éstos, vieron como en última instancia sus
aliados se volvían contra ellos y les imponían la ley cristiana. Por tanto, los
dioses sufren un ocaso en todas las islas. El traumatismo de la Conquista se define por
una especie de “desposeción”, un hundimiento del universo tradicional (Nathan
Wachtel, 2001).
El proceso de conquista y
colonización de Canarias produjo el asentamiento de una oligarquía foránea
formada por un reducto de conquistadores, clero, colonos y representantes de la
corona española que se dedicaban a la extracción agrícola y humana. Los
clérigos de origen hispánico se asociaron con esta pretendida aristocracia y
trataron de trasladar la religiosidad popular española a nuestra nación, una
religiosidad basada en la inquisición con sus tribunales, juicios y torturas y
quema en vivo de los sentenciados. Así pues el resto de la población se
encontró marginada y comenzó a buscar progresivamente nuevas formas de vivir su
ancestral religión al margen del ámbito católico hurtándola a la persecución de la
inquisición. Así pues, se mantuvo la persecución abierta o encubierta contra
los practicantes de nuestra ancestral religión, haciendo correr desde los
púlpitos bulos tales como que las Maguadas o Harimaguadas eran brujas que se dedicaban
chupar la sangre a los recién nacidos y que hacían pactos con el diablo
católico vendiendo sus almas etc.
Por otra parte, una buena
parte de los creyentes en la
Diosa continuaron practicando sus ritos y creencias
sincretizadas bajo formas cristianas, algunas de las cuales han permanecido
hasta nuestros días.
“Saqueos, masacres, incendios,
son la experiencia del fin del mundo. Pero se trata de un fin sangriento de un
mundo asesinado. Ningún comentario sabría expresar mejor el asombro de los
guanches que los sentimientos de algunos poetas quienes con voces desgarradas
nos exponen con asombrosa intensidad dramática la caída de un pueblo:
En los caminos yacen dardos rotos,
los
cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
Enrojecidos de sangre tienen sus muros.
Gusanos polulan por calles y plazas,
y en las paredes están salpicados los sesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos,
es como si bebiéramos agua de salitre.(adaptación
de un canto Nahuatl)
La obsesión de la muerte, presente a lo largo de todo
este canto, se profundiza a través del sentimiento de que un hecho irremediable
ha herido a los antiguos canarios en su destino colectivo; es su civilización
lo que desaparece entre las lágrimas y la humareda:
El llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en las
Hespérides
...¿A dónde vamos?, ¡oh amigos! Luego ¿fue verdad?
Ya abandonan la ciudad de Telde:
el humo se está levantando: la niebla se está
extendiendo...
Lloren, amigos míos,
tengan entendido que con estos hechos
hemos perdido la Matria Guanche…
(adaptación de
un canto Nahuatl).
GUANCHES
ENCADENADOS
En efecto, la derrota posee un
alcance religioso y cósmico para los vencidos; significa que las Diosas y
dioses antiguos perdieron su potencia
sobre natural. Los guanches nos consideramos como el pueblo amado de
Tanit,Tara, Chaxiraxi,Magek, Abora, Moneiba, Acorán-Achamán etc. En consecuencia, la caída de la última
isla al ser invadida y conquistada implica algo infinitamente más grave que una
derrota militar, con ella se cierra el reino de la Sol. A partir de entonces
la vida terrestre pierde todo sentido, ya que los dioses están muertos, sólo
nos resta a los guanches morir también:
Dijeron
que no
eran verdaderos nuestros dioses.
Nueva palabras son estás,
la que hablan,
por ellas estamos perturbados,
por ellas estamos molestos.
Porque nuestros progenitores,
los que han sido, los que han vivido sobre la tierra,
no solían hablar así...
Y ahora, nosotros ¿destruiremos la antigua regla de
vida?...
No podemos estar tranquilos,
y ciertamente no creemos aún,
no lo tenemos por verdad, (aún cuando) les ofendamos.
(canto Nahuatl)
Amenazador es el aspecto del
rostro del dios cristiano. Todo cuanto enseña, todo cuanto dice, es: “¡Van a
morir!”.
La Conquista, “carga de Achanos[1]”,
aparece así grabada en el tiempo, contenida de alguna manera en el curso de los
siglos. Ahora bien, esta interpretación temporal se duplica con imágenes
espaciales, cuya figura nuclear resulta encarnada por la Sol, divinidad esencial de la
religión del pueblo guanche. La teoría de la Conquista se amplifica
en una visión dramática que engloba el destino del universo guanche.
Este es el rostro del
Magek, del trece Ahau. La faz de la
Sol se romperá.
Caerá desintegrándose sobre los dioses de ahora
La Sol
será mordida cinco días y esto será visto.
He aquí la representación del trece Ahau.
Un signo que da la Diosa es de que sucederá
Que muera el rey de este país.
Esto está en el origen de la Silla del segundo tiempo,
Del reino del segundo tiempo.
Y es también la causa de nuestra muerte...
...¡Castrar a la Sol! Esto es lo que han venido a hacer
los extranjeros (canto del Chilam Balam).
Imágenes de la caída y de la
rotura de la Sol,
fuente de toda vida; temas de la agresión y de la castración; pruebas de la
muerte, de los dioses y de los guanches: la “revolución” del tiempo es vivida
como una catástrofe absoluta. En este sentido, podemos decir que la invasión y
conquista provoca un verdadero traumatismo colectivo.
Sólo sobrevive el recuerdo de
la cultura perdida; el traumatismo se prolonga después de la invasión y
conquista, en la nostalgia referida a las costumbres abandonadas. Esta
nostalgia se experimenta cotidianamente al nivel elemental, tan importante
entre los guanches, en la medida del tiempo.
Después del ocaso de la Diosa-Madre, los
españoles imponen su dominación a los guanches[2].
¿Cómo interpretan éstos la
nueva era que así comienza?
Los guanches viven la
dominación española-la ausencia del Kebehi, del Guanarteme, del Faycan, del
Guadameñe y del Kanku y las Maguadas- a la vez como martirio y como soledad. La
elegía a la muerte de Benchomo (Viana) describe llorando y delirando sin saber
a que volverse. Porque la sombra que les protegía ha muerto se ven abrumados
por el sentimiento de que una falta que ninguna cosa puede colmar.
Privados del padre que los
guiaba, llevan ahora: una vida errante, de alzados y dispersa, pisoteados por
los extranjeros.
Literalmente, ahora son sólo
huérfanos oprimidos. De ahí el estado de duelo y frustración.
Con el martirio de la
separación infinita el corazón se rompe.
MENCEYES Y GUANARTEMES
Los guanches suplican al
Kebehi, y al Guanarteme muertos que abran nuevamente sus ojos, que extienda
nuevamente hacía ellos sus “manos magnánimas”, a fin de restablecer entre ellos
y el mundo la armonía perdida.
Entre los Guanches, el
recuerdo transmuta la época de la antigua civilización en una verdadera edad de
Oro, mientras que la dominación española se concibe como desencadenamiento de
todos los males; el tiempo de los colonos es la inversión simétrica del tiempo
de los antepasados. Este tiempo representaba el orden y la medida; una vez
destruido, el presente sólo puede ser “tiempo loco”.
...Entonces todo era bueno,
y ellos (los dioses) fueron abatidos.
Había sabiduría en ellos... no había pecado
Entonces...había una santa devoción en ellos.
Sanos vivían. No había enfermedad entonces;
no había dolores de huesos, no había fiebres,
no había viruela, no había ardor de pecho,
no había dolor de vientre, no había
Enflaquecimiento.
Sus cuerpos estaban entonces rectamente
Erguidos.
No es esto lo que han hecho los colonos cuando llegaron aquí.
Han enseñado el miedo y han venido a mancillar las
flores.
para que viviese su flor, han hundido y agotado la
flor de otros
(Chilam Balam)
...Mancillada está la vida,
muere el corazón de las flores... falsos son sus reyes, tiranos sobre sus
tronos, avaros de sus flores... ¡Asaltantes de los días, ofensores de la noche,
verdugos del mundo!... No hay verdad en la palabra de los extranjeros.
Es solamente por causa del
tiempo loco y por causa de los sacerdotes católicos que la tristeza ha entrado
en nosotros, que ha entrado en nosotros el cristianismo.
Porque los muy cristianos han
venido aquí con el dios “verdadero”; pero fue el comienzo de nuestra miseria,
el comienzo del tributo, el comienzo del ayuno, la causa de la miseria de la
cual ha surgido la discordia oculta, el comienzo de la expoliación, el comienzo
de las deudas colgadas a las espaldas, el comienzo de la disputa continua, el
comienzo del sufrimiento.
Hemos descrito el traumatismo
sufrido por nuestros antepasados guanches a través de los textos, es decir, de
un modo bastante empírico. Sin duda, ese traumatismo podría ser definido en
términos más rigurosamente psicoanalítico. Los temas de la Castración de la Sol, del abandono por el
padre, del duelo de la soledad nos llevan por esa vía. Sin embargo, no podemos
aventurarnos a seguirla, al menos en este estadio del trabajo, por dos razones.
Por una parte, la aplicación de los métodos psicoanalíticos a la historia, a
pesar de las investigaciones actuales, se encuentra en un estadio embrionario,
cuyos resultados son poco seguros. Por otra parte, una empresa semejante
exigiría un análisis más detallado de las estructuras mentales propias de cada
sociedad, cuando nosotros nos hemos limitado a sobrevolar la literatura guanche
(tamusni) relativa a la conquista. Por tanto, en este capítulo nos proponíamos
solamente una especie de toma de contacto con el problema, un descentramiento
mental indispensable para comprender la visión de los vencidos. Nos bastará
pues, por el momento, haber evidenciado el hecho mismo del traumatismo, así
como sus consecuencias.
Los guanches tienen la
sensación de que su cultura ha muerto y experimentan una frustración particular,
que corresponde a una verdadera “desposeción del mundo”.
Este traumatismo se perpetúa
durante este prolongado periodo colonial, y hasta nuestros días en la medida
que los canarios continuamos viviendo bajo la dominación española como un
estado inferior de sentimiento y humillación.
El resultado
de esta última tendencia es medible y cuantificable en la actualidad, por
ejemplo: el 80% de la población canaria
declara pertenecer a la fe católica, pero sólo un 10% de ese total
asiste regularmente a los ritos, y muchos menos son los que participan en
actividades católicas, o como miembros del cuerpo laical. En Canarias existe
una tricotomía de católicos educados, (burguesía y funcionarios españoles)
quienes están formados en la fe cristiana y tienen creencias más o menos
ortodoxas, católicos politizados que tratan de buscar solución a sus problemas
con una explicación cristiana de la lucha de clases, ambos grupos realmente
minoritarios y el resto de los supuestos católicos que visitan a curanderos y
santiguadoras, van a los centros de peregrinación de nuestros ancestros,
atribuyen a cruces, escapularios y estatuillas, poderes sobre naturales, y sin
embargo van a las iglesias en fiestas determinadas y se declaran católicos.
Esta actitud de los creyentes canarios contrasta notablemente con otros países
del mundo, donde la percepción y participación en las doctrinas y creencias
católicas son muy diferentes y mucho más profunda.
Sin embargo
esa falta de interés del pueblo canario por participar dentro de la iglesia
institucional católica pagana no implica una indeferencia religiosa.
Evidentemente, los marginados y débiles se vieron –y se ven- obligados a
mantener un sistema de creencias propias y a tener una manera de pensar que es
lo que actualmente conforma la base espiritual del pueblo canario.
Este planteamiento está ampliamente recogido por el
pensador Pollak-Eltz (1994), planteamiento, que es totalmente aplicable en
Canarias, y de quien tomamos los siguientes párrafos: “La Iglesia católica es sólo un factor marginal en la
religiosidad popular, quizás debido a su internacionalismo y a su estructura
jerárquica. Ella ofrece sólo el contexto institucional dentro del cual se
practica la religión popular, La esencia del catolicismo no atrae a las clases
marginales. Según Emili Pin, los latinoamericanos creen en Dios, pero la fe es
de pobre contenido. Se sabe de Jesucristo, pero en la vida diaria la gente se
ocupa especialmente de los “dioses menores”: los santos, las vírgenes, las
ánimas. Estas prácticas se deben ver en el marco de la religión popular total,
en donde los malos espíritus ayudan a los hombres. Los brujos y hechicerías
juegan también un papel importante en esta ideología popular. La creencia en
los espíritus y el mal de ojos es universal, los amuletos son usados por muchos
como protección y, en general, los cuentos más increíbles sobre apariciones
milagrosas de la Virgen,
milagros hechos por los santos, sueños premonitorios, hechicerías peligrosas,
son tomados muy en serio.”
Está claro
que el pueblo canario, ha mantenido una lucha soterrada por mantener sus
ancestrales creencias y religión, aunque hoy en día, si preguntáramos por el
origen de determinadas prácticas religiosas aparentemente cristianas, no
sabrían darnos una repuesta satisfactoria, simplemente se limitarían a
decirnos, “que así lo hacían sus padres y los padres de sus
padres” y por consiguiente, ello continúan haciéndolo.
Dentro de
esta mezcolanza de ritos, creencias e ideas, no existe doctrina prevaleciente,
y sí un relativismo ético con una ausencia casi absoluta de orden y disciplina.
Un pueblo desposeído, ignorante, despojado de sus creencias ancestrales,
maltratado y enfermo mentalmente requería una creencia que supliera sus
necesidades religiosas, recreacionales, emocionales, económicas, sociales y
medicinales. Esto dio a la amalgama, aleación o fusión, de ritos y creencias,
ancestrales con la tradición cristiana católica pagana, de forma tal que la simbología religiosa se proyectase
en tres direcciones:
Primero.-
Aceptación por parte del pueblo guanche de símbolos y ritos cristianos con
significado autóctono: Por ejemplo la celebración de las fiestas en honor de
los santos paganos católicos, Juan, Pedro, Antonio y Benito, estos son santos
cuyos ritos fueron reinterpretados por las comunidades guanches ya que ellos
recordaban a los dioses intermediarios locales.
Estas fiestas
se celebran coincidentemente con el solsticio de verano, y a partir del año
nuevo guanche, (21 de junio) y por tanto, están ligados a rituales de
fertilidad de las cosechas, los rebaños y los hombres, celebrados por los
canarios desde la más remota antigüedad.
Segundo.-Se
ha venido conservando rituales guanches con significado cristiano.
En este caso
encontramos entre otras la fiesta de los “diablos” o “diabletes” que se celebra en diversos
pueblos de Canarias, siendo especialmente significadas las de los lugares donde se usan máscaras o
cabezas de machos cabríos, o carneros. Estas máscaras personifican a espíritus que
visitan a los seres humanos para ayudarles ya que tienen poderes especiales,
además la celebración representa un rito de iniciación para los hombres. El
significado cristianizado es la representación de la batalla entre el bien y el
mal.
La influencia
católica pagana impone la aceptación de nuevos ritos o símbolos con nuevos significados, por ejemplo: “La Quema de Judas” o “Haragán”
es característica de este tipo de sincretismo: En principio significaba la
muerte del traidor a Jesucristo, con el transcurso del tiempo se ha constituido
en instrumento de juicio popular a personalidades políticas. Como sucede
actualmente en Municipio de Gran Canaria de Santa Lucía, o en la localidad
tinerfeña de Taganana, entre otras muchas de las islas. Está claro que el
concepto religioso ha pasado a un segundo plano, quedando como forma satírica
de expresión del pueblo.
Las
principales características que condujeron al pueblo guanche al sincretismo
religioso se pueden resumir así:
a) Según
Padilla (1978). El catolicismo popular es un culto dirigido esencialmente a los
santos y no a dios. Es denominado por algunos estudiosos como “cristo-paganismo”,
y constituye la fusión de dos sistemas, incompatibles bíblicamente como lo son
el monoteísmo y el politeísmo, para crear un nuevo sistema sin conflicto,
basándose en las semejanzas entre los dos.
b) El
sincretismo es una forma religiosa netamente utilitaria, ya que no tiene fines
de adoración sino obtención de beneficios.
c) Sobre esta cuestión nos dicen: (Canclini
1992; Ferrari 1976) El catolicismo español que sirvió de sustrato al
sincretismo se caracterizaba por sus elementos festivos: Procesiones, cantos y
bailes, sus aspectos supersticiosos, ya que la magia era un elemento importante
de los españoles poco educados; y su fanatismo, ya que provenía del sistema de la Inquisición, y con
toda la crueldad que ya había mostrado en la península ibérica siguió
suprimiendo a judíos y masones, y en Canarias a los guanches insumisos
(Pollak-Eltz, 1994)
d) No existe
en Canarias sistemas religiosos enteros de origen guanche, sino elementos
autóctonos sincretizados con conceptos cristianos. Los guanches fueron forzados
a ser bautizados, pero luego se dejaban a su libre albedrío en el aspecto
religioso, especialmente los que moraban fuera de los poblados habitados por
los colonos, bandos de paces y alzados.
e) En las
creencias del pueblo guanche existe un monoteísmo enmarcado en un politeísmo.
Donde actúa un ser supremo (La Diosa Madre-Chaxiraxi-Tara-Tanit,
Magek, Diosa Celeste, Diosa de Abona, Abora, de La Luz, etc.,) todopoderosa y un
panteón de intermediarios (Magek, Achuguayo,Chayuga, Alcorak o Acoran, Achamán, Aranfaibo, etc.)
con poderes sobre naturales, guardianes de lugares específicos, antepasados
(Maxios) deificados o espíritus de la naturaleza, animales, árboles, cuevas,
rocas o lugares cuya función es asistir a los hombres en sus necesidades.
Conceptos éstos que son fácilmente asimilables con la visión católica, tal que:
Dios Padre = Ser Supremo, Santos = Intermediarios = espíritus protectores.
De ahí la
fácil asimilación por parte del pueblo guanche de parte del credo católico.
f) Según
recogen los cronistas los guanches que fueron obligados a vivir en poblados
europeos, fueron más controlados por los sacerdotes católicos y por ello
conservaron pocos elementos autóctonos. La iglesia católica interpretó el
adotrinamiento del guanche como su reducción y asimilación inmediata al mundo
de la cristiandad; como una negación, como un desconocimiento del otro.
g) La
invasión y conquista de las Islas Canarias, duró casi un siglo, lo cual llevó a
las poblaciones una gran incertidumbre durante tan prolongado tiempo, aparte de
la gran cantidad de hombre, mujeres y
niños que fueron diezmados durante tan cruenta lucha hubo una ingente cantidad
de seres humanos que fueron sustraídos de las islas por los europeos y vendidos
como esclavos en los mercados de Valencia, Sevilla y Barcelona en España, el
resto, con el desmoronamiento de su sistema religioso, económico y social,
tuvieron que soportar una larga etapa de abandono. Esto llevó al pueblo guanche
a una merma de su religión y a que la población guanche asumiera
responsabilidades religiosas sin la formación básica que impartían los
Amusnaus, Guadameñes, Faicanes, kankus y
Maguadas. Como señalan algunos estudiosos del tema, “el lenguaje religioso
de la cristiandad europea sólo estaba en la superficie del guanche”, había
habido una transferencia externa pero no una conversión sincera, y esta fue la
oportunidad para desquitarse e incorporar expresiones rituales guardadas de generaciones
anteriores.
h) Según
recoge Clarac de Briceño, (1992) cuando los pueblos pasan por una serie de
contrastes sucesivos como pasa en la vida de la Nación Canaria, al
ser objeto del constante desprecio por parte de los españoles, el desenvolverse
en una estructura social profundamente dependiente, el estar continuamente
sujetos a los vaivenes de unos procesos económicos basados en monocultivos y la
influencia anglo-sajona, llevó a la formación de una población sin un asidero
real en el aspecto espiritual, por lo que al encontrarse acorralada recurrió al
denominado mecanismo de defensa tradicional.
i) En
particular se señala al curanderismo, invocación de espíritus para producir
curaciones, como una de las expresiones rituales guanches a las cuales se
recurrió y que aún permanece vigente y fortalecidas con otras influencias
foráneas. El curanderismo es la creencia frecuente en los poderes curativos de
algún hombre o mujer, quienes mediante un don especial tienen poderes
sobrenaturales para sanar cualquier dolencia física (Sacerdotes Samarines).
Esta característica se encuentra en los pequeños pueblos y zona rurales de las
islas y en las grandes ciudades en forma de “cultos curativos” ampliamente
difundidos. (Navarro 1992)
En relación a
este tema del sincretismo y la religiosidad popular, el investigador venezolano
Elí González presenta una estadística de espiritualidad venezolana la cual creo
que es aplicable a Canarias, no sólo por la similitud de la colonización y
catolización de ambas naciones por los españoles, sino que además, la
influencia canaria en la
República hermana es notoria: ...estudio 2023 fiestas en
todo el país y llega a la conclusión que
de los 154 temas encontrados, 94,2% pertenecen a la religión católica popular, La Virgen es invocada bajo 45
aspectos o advocaciones. Las fiestas se distribuyen en todo el año, pero con
dos puntos topes: mayo y diciembre. ...en la celebración calendárica de
nuestras fiestas se observa la presencia de imposición de patrones españoles.
Se trata esencialmente del ciclo litúrgico anual, pero mientras lo católico se
concentra en lapso diciembre-enero-abril, lo popular lo hace de mayo a
diciembre......509 fiestas ...son dedicadas a la Virgen en 45 advocaciones:
138 a la Virgen
del Carmen, 54 a la de la
Candelaria, 46 a la Inmaculada Concepción,
38 a la de Rosario, 35 a la del Valle 25 a la de Coromoto... El hecho que la Virgen de Coromoto, que fue
coronada por el Papa en su visita del año 1985, no tenga tanta devoción se
justifica como la separación entre un culto más históricamente popular (El de la Virgen del Carmen) y otro
impuesto, como patrona de Venezuela, por Pérez Jiménez en la década de los 50.
(Citado por Polak-Eltz, 1994)
Por otro lado
existe en Canarias un culto tanto a los santos “oficiales” paganos del
catolicismo, y a los llamados “Santos populares”. El culto de éstos últimos es
mucho más interesante de analizar porque constituyen una gran variedad, y
además, en la mayoría de los casos, sus vidas contrastan con el estereotipo de
lo que sería el santo católico tradicional.
Éste ultimo
aspecto es bastante sorprendente, y difícil de explicar en términos de la
lógica humana. Pero es totalmente compresible cuando el fenómeno se produce en
una sociedad como la canaria o en la mayor parte de ella, cuando se sabe
marginada, humillada y sumida en la pobreza, entonces, al saberse marginada se
sabe diferente y por tanto, se disparan en los individuos los mecanismos de
autoprotección creando su propia realidad espiritual, sus santos, ritos y
creencias con quienes se sienten identificados ya que comparten las mismas
miserias y desencantos en un mismo plano, y por consiguiente, buscan el
desquite frente al sistema ofensivo y avasallador impuesto por el colono.
Estos
despropósitos no son privativos sólo del catolicismo popular, en los últimos
tiempos se viene propugnando por parte de destacados sectores de la iglesia
católica oficial la santificación de determinados personajes que en la historia
reciente, fueron culpables y convictos ante la opinión pública mundial del
asesinato de ciento de miles de personas. Y en tiempos un poco más antiguos,
personajes similares entre los que podemos destacar a los reyes Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón, genocidas y masacradores inmisericordes de
pueblos y culturas, y que quizás por ello tuvieron bien ganado el epíteto de
“católicos” pretenden elevarlos a los altares, posiblemente como premio por los
millones de muertos que inmolaron en nombre de un dios católico, y en aras de
su codicia en los continentes africano,
americano y asiático.
De cualquier
manera, sea la necesidad de contar con espíritus mediadores como sor maría de
Jesús (La Sierva
de Dios), San Pedro de Bethencourt (El hermano de los pobres, quien en realidad
se llamaba Pedro González), cuya figura y cueva refugio actualmente está siendo
hábilmente utilizado por la iglesia católica como fuente generadora de
beneficios económicos, el criollo José de Anchieta (apóstol del Brasil), sea la
necesidad de acudir a los curanderos estos ritos religiosos en expansión
apuntan hacia un otorgamiento de “poder” a un pueblo oprimido y desgastado, que
no ve en la religión oficial, ni en las doctrinas políticas que la potencia
colonizadora aplica en nuestro país, la salida a sus males. Al mismo tiempo,
por sus características ellos ofrecen un escape mental a los innumerables
problemas diarios de las gentes, incluyendo problemas médicos. “La
complejidad adquirida por estos cultos a
través del sincretismo muestra la flexibilidad, elasticidad y capacidad de
adaptación que poseen, y hacen que la fortaleza y el velo sean muy fuertes para
que una persona adentrada en estas prácticas pueda ver el evangelio”.
(Torres H. 1993)
Como repuesta
a éste cúmulo de incertidumbre espiritual en el pueblo canario, resurge La Iglesia del Pueblo Guanche,
la cual ha venido perviviendo en lo más profundo del ser colectivo de la
sociedad, sincretizada en las diferentes fiestas y romerías populares entre las
cuales podemos destacar las de la
Rama en Agaete; el Poleo en Icod; la Romería del Socorro en Güímar,
o la de la Luz, la Virgen de los Pastores
(Betilo de la Diosa
Tara-Tanit); la Diosa Magek o la Diosa Chaxiraxi
(Diosa-Madre, universal) sincretizada como Virgen de Candelaria; la “virgen” de Abona; la de Tajao. En el
Wesñesmen, fiesta nacional guanche dedicada
a la
Diosa Chaxiraxi y
sincretizada también con la
Virgen de Candelaria,
el año nuevo guanche también sincretizado con la fiesta católica de San Juan.
La cristianización de árboles santos guanches como el Pino Santo de Terure
(Tara) (Virgen del Pino) en Gran
Canaria; el Pino Santo de la isla de La Palma (Virgen de las Nieves); el Pino Santo de la Victoria, o los de
Vilaflor en la isla de Tenerife, el de Arafo venerado bajo la advocación del
Cristo del Pino, etc. Además de los innumerables santuarios de culto al aire
libre, betilos, cuevas santuarios, y cimas sagradas que han sido cristianizadas
implantándoles cruces cristianas o construyendo ermitas o otros templos
católicos sobre estos lugares sacros
guanches, sustituyendo sus ancestrales advocaciones por las de vírgenes y
santos mediadores paganos católicos. A pesar de lo expuesto, La Iglesia del Pueblo
Guanche, no resurge con ánimo de ocupar una parcela de la vida religiosa en
Canarias, la cual viene manteniendo desde hace más de 3.800 años, sino que
pretende recuperar a la luz pública el patrimonio espiritual de que ha sido
depositaria durante más de 5 siglos de colonización. Y que en un momento aciago
de nuestra historia, fue condenada a permanecer en las catacumbas por
imperativos de la superioridad armamentista de otra religión foránea. No
obstante, es voluntad de la
Gran Diosa-Madre Chaxiraxi, Tara-Tanit, Abora etc., extender
sus alas protectoras sobre los hermanos y hermanas de otras confesiones
religiosas, en completa armonía con el espíritu de amor y esencia universal que
de ella siempre ha emanado, como única Gran Diosa-Madre de la humanidad,
conocida por más de mil advocaciones.
FAMILIA
GUANCHE
Que las enseñanzas y críticas
históricas sirvan de mejores criterios para enmendar los errores del presente.
Esperemos, al menos, que no se reproduzca, con nuevo enmascaramiento, la teoría
de “que los cristianos guanches sólo vendrían a gozar de los beneficios de la
salvación, después de muertos.” (Antonio Pérez Voituries, 1977, t, II: 380)
El Viento sopla a favor de la
libertad de los pueblos. Para los últimos charlatanes de la vieja sociedad
colonialista europea, la vieja sociedad del dinero oír hablar de la libertad de
los pueblos les suena a herejía. Les viene sonando a herejía hace mas de cinco
siglos. Siempre les ha sonado a herejía. Para ellos el pueblo Canario es un
ente abstracto o un término literario casi ficción o un lugar en el trópico,
una finca particular donde tomar el sol, un sostén de su vanidad nacional
imperialista, por tanto, no somos ellos ni queremos serlo. Somos un conjunto
diferente de clases, casta o raza, de matriotas de nuestra nación, de creyentes
de una u otra religión, de fuerza de trabajo necesaria y de costos de
producción baratos. Somos forzados contribuyentes de la hacienda española,
consumidores y marginados. No hace mucho tiempo discutían si teníamos o no
“alma” para justificar si podíamos o no ser esclavizados.
Hoy discuten si somos o no
“bárbaros” para decidir si permanecemos en el mundo de los supervivientes o nos
condenan al mundo de los siervos. Los españoles en particular y los europeos en
general siempre nos han considerado como parte de su finca: de su territorio
tribal, de su colonia sometida, de su feudo, de su mercado potencial. Han
prestado mucha atención en lo que internamente nos ha separado, dividido y enfrentado. Han
mutilado nuestros sentimientos, han saqueado los sepulcros de nuestros
antepasados y comerciado con sus cadáveres, nos han hipotecado el alma, han
saqueado nuestras riquezas hasta el total agotamiento hasta el punto de que los
bienes de que nos dotó la naturaleza, la
Sol, el aire, un poco de agua y otro poco de tierra, están
siendo esquilmados hasta la ultima posibilidad, nos han convertido en modernos
esclavos para disfrute de sus socios europeos a cambio de unos pocos euros que
engrosan sus arcas, nos están convirtiendo en el prostíbulo de Europa para
disfrute de camioneros y ferroviarios, enmascarando el hecho con la etiqueta de
turismo de masas, facilitan el acceso de nuestra juventud a los macros
conciertos alienadores de las mentes juveniles y a las drogas duras para así,
contar con un pueblo dócil, incapaz de pensar en su situación servil siendo por
consiguiente mucho más manejable para los “lúcidos” colonos.
¡Vuestros dioses son distintos,
claman sin cesar! ¡Vuestra Patria no es
la misma! ¡Sois de raza distinta! ¡Pertenecéis a cultura absolutamente
diferenciada!
Para los últimos charlatanes de la
vieja Europa, hablar pues de la libertad del Pueblo Canario es una infamia.
Pero el viento sopla a nuestro
favor. Estamos de enhorabuena. No hará falta seguir discutiendo mucho tiempo. La Ciencia, la Cultura va derrumbando los
muros de las clases, de las castas, de las razas, de los malos creyentes, de
los contribuyentes o de los marginados, de los civilizados o de los bárbaros...
Curiosamente los miembros de la
especie humana no nos diferenciamos genéticamente absolutamente en nada. Es
más, nuestras diferencias con otras especies son en algunos casos muy pequeñas.
Nuestros genes son unos pocos más que los de la mosca o gusanos y los mismos
aproximadamente que los del ratón. En la medida que vamos descifrando el “libro
de la vida” vamos constatando que un patrimonio común, objetivo, real, medible,
analizable... que relega sencillamente a cortina de humo las diferencias que
los que se creen elegidos por los dioses y en nombre aún de los dioses, nos
quieren seguir manteniendo para someternos aún más. Este Patrimonio Común de
los seres humanos es compartido en gran parte con el resto de especies
animales, vegetales y probablemente hasta con algunos materiales inertes. El
ADN humano, por ejemplo, es al menos en un 98% idéntico al de los chimpancés y otros primates cercanos al hombre.
Continúa en la entrega
siguiente.
Quien lea la "Historia del Pueblo Guanche" de Juan Bethencourt Alfonso comprobará los paralelismos que hay entre el culto a los antepasados, y a los muertos en general, de los guanches, y la superstición por las ánimas del purgatorio de los canarios modernos.
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