VOLUMEN
III
CAPITULO
XVII-I
Eduardo Pedro García Rodríguez
ALGUNOS ASPECTOS EN TORNO A LA
IMAGEN DE LA DIOSA
CHAXIRAXI
Quienes nos
despojaron de nuestra tierra nuestras aguas, nuestros medios de vida, nuestra
cultura, nuestra religión y nuestra libertad, es decir, nuestra matria, ¡¡no
pudieron despojarnos de Nuestra Diosa Chaxiraxi,!! Por ello, han pretendido
hacernos creer que la Diosa
es de ellos y le cambiaron el nombre de Chaxiraxi por el de Virgen de Candelaria,
a pesar de lo cual nosotros seguimos amándola y adorandola, pues somos
consientes que debajo de ese nombre
impuesto por los colonos extranjeros, lo que realmente existe es la esencia de
nuestra Sagrada Madre Celestial Chaxiraxi.
CHAXIRAXI DE
ADEJE
Los
usurpadores no sólo han cambiado a su antojo el santo nombre de nuestra madre
aplicándole otros que nos suenan extraños a nuestros oídos, sino que incluso
han tenido la desfachatez de cometer el sacrilegio de cambiar el sagrado color
negro de la tez de Nuestra Sagrada Diosa Madre, por otros más acordes con sus
gustos de origen y sustituyeron la paloma en su mano derecha por la figura de
un niño.
Nuestros
abuelos mantuvieron una larga y dura lucha por la posesión de nuestra sagrada
imagen, ante los intentos descarados, insolentes e irrespetuosos de los
invasores por controlar el símbolo de nuestra libertad espiritual, es hora de
que nosotros la continúenos y recuperemos lo que por disposición de la Sagrada Diosa nos
corresponde. Así los espíritus de nuestros ancestros nos mirarán con
benevolencia y nos arroparán con amor.
Es un acto de
afirmación de nuestra identidad, que cambiaremos de actitud en cuanto a la
manera de venerar y rendir culto a nuestra Sagrada Diosa Madre Chaxiraxi,
repudiando los ritos impuestos por los foráneos, pues somos consientes de que
Nuestra Señora no es Diosa de esclavos, no es Diosa de explotadores, no es
Diosa de falsarios, nuestra Diosa Chaxiraxi no quiere que sus hijos se postren
por los suelos ante ella, nuestra Diosa Chaxiraxi es la madre amantísima que
desea que sus hijos se presente ante ella con dignidad, la veneren y respeten,
pero con la cabeza erguida y que desea ser mirada de frente, con mirada limpia
y corazón predispuesto hacía el amor a nuestros hermanos, no quiere ser
venerada con palabras vacías, quiere ser venerada a través de las buenas obras
que hagámos a nuestros hermanos, no quiere ser lisonjeada con promesas que
después sean difíciles, costosas o
dolorosas de cumplir.
Nuestra
Sagrada Diosa Chaxirxi, no desea que tratemos de sobornarla con ofrendas de oro
o alhajas, prefiere que le mostremos nuestro agradecimiento por los bienes
recibidos mediante buenas obras hechas a nuestros prójimos y que mostremos
nuestro inmenso amor hacía ella con unos simples ramos verdes o unas sencillas
flores o unos frutos de la tierra,
pues ella que creó la naturaleza
gusta de disfrutar de ella. Ella nos llena de dones para que los compartamos
con nuestros hermanos, pues siendo dadora de bienes, dispone de ellos y no
precisa de los que nos ha cedido para nuestro crecimiento espiritual.
Nuestra Diosa
Madre Chaxirxi rige el universo obra de
su creación por su infinito poder y su culto se mantiene desde que los
seres humanos tomamos conciencia de su divinidad, por ello, creemos oportuno el
que dediquemos unos minutos para conocer un poco mejor la naturaleza de nuestra
Sagrada Madre Celestial, cuyo culto surgió en África de donde se extendió
a Oriente Medio, y del que el
catolicismo europeo se apropió asumiéndolo como propio. Veamos:
Los ritos y prácticas religiosas dedicados a Nuestra Señora
por las sociedades que han alcanzado un alto grado de desarrollo espiritual y
social como es el caso de la sociedad Guanche, van unidos de manera indisoluble
a las prácticas calendáricas. Este es el caso de la ancestral sociedad guanche,
que si bien su desarrollo de la cultura material estuvo condicionado por los
materiales que les ofrecía el entorno, (carente de metales factibles de ser
elaborados artesanalmente) no así el desarrollo espiritual y social los cuales
estaban mucho más avanzados que los que portaban los invasores y colonizadores
europeos.
En torno a la teogonía del pueblo Guanche la principal
divinidad es la Diosa-Madre Chaxiraxi,
Diosa que en el pueblo guanche es venerada bajo los aspectos de: Tanit, Tara,
Abora, Moneiba, Diosa Abona, de La
Luz etc., todas ellas de color Negro y de origen precolonial,
y cuyas representaciones simbólicas grabadas en las rocas y en utensilios de
uso cotidiano abundan en todas nuestras islas. Recordemos que entre las
múltiples representaciones de Tanit están los triángulos rematados en su
vértice con una barra horizontal y sobre ésta un círculo, (Pozo del Rubicón,
Lanzarote) así mismo podemos contemplar en los diferentes yacimientos rupestres
de las islas grabados representando rombos, escaleras, rectángulos, palmeras,
peces, “dameros”, “cruces” etc., todos ellos símbolos de la Diosa. También
existen varios Santuarios dedicados a Tanit, entre ellos el Santuario al aire
libre de Taganana (Menceyato de Anaga) y el de Teno Alto (Menceyato de Daute),
El de Taporo en el menceyato del mismo nombre, entre otros, todos ellos
ubicados en la isla de Chinech (Tenerife), Bentayga, Cuatro Puertas, Toriño,
Roque Nublo o Nuro, entre otros en la isla de Tamarant (Gran Canaria), Idafe,
en Benahuare (La Palma)
“Los Santillos, en la isla de Hero (Hierro) Fortaleza de Chipude y el
Garajonay, en La Gomera,
La Cueva de los
Ídolos, Heia (Fuerteventura) Lanzarote
etc., de los cuales nos ocuparemos en el capitulo correspondiente.
Diosa que en sus diferentes representaciones fueron asumidas
y sencretizdas por el catolicismo romano sustituyendo las antigua advocaciones
Guanches por las cristianas de Virgen de La Candelaria, El Socorro,
Virgen del Pino; Las Nieves; Guadalupe:
El Carmen: Los Reyes etc.
LA VOZ CHAXIRAXI REFERENCIAS
DOCUMENTALES (TENERIFE) SEGÚN EL DR. IGNACIO REYES GARCIA
Chaxíraxí = «[...] y adoraban â Díos, â quien
llamaban Guaraxíraxí. y â Santa Maria después que les aparecío la
llamaban Chaxíraxí. [...] Y Chaxíraxí, quiere decír, la que carga al que tíene
al mundo» (Abreu d. 1676: 90. Torriani (1590: 71) 1940: 166).
Chaxiraxi (Abreu (1632) 1848: 197).
Chijoragi = «adoraban por cosa
Celestial, y suprema Deidad ala Virgen de Candelaria, y a el Niño en su mano
derecha llamaban Chijoragi hasta el tiempo dela Conquista contaban haver
cien años solares que tenian à esta Señora en su tierra, mui
pocos mas ò menos y hacia en ellos admirables prodigios en medio de ser
paganos, y ydolatras» (Marín 1694: 82).
Chaciraxi, Chijoraji, Chirijoraji
(Wölfel 1965: 362-366, 441-442).
Madre del Sol = «Sabido ésto por los
moradores de las dichas Islas, la comenzaron a tener en grandísima veneración
[a la Virgen
de Candelaria], llamándola ‘Madre del Sol’» (González de Mendoza (1585) <
Hardisson 1946: 95).
CONSIDERACIONES LINGÜÍSTICAS
La documentación nos transmite la pareja de nombres
divinos Guayaxiraxi, masculino, y Chaxiraxi, femenino. En primera
instancia, se podría ceder a la tentación de seguir el criterio más general y
condenar este vocablo como una simple traducción insular del concepto
cristiano, más aún cuando en rifeño y en cabilio existen, aunque de origen
árabe, las voces [Ú·Z·R] (R) aåzeri, f. zaåzriz /èa÷zriè/,
‘virgen, doncella’, o (Kb) aåezri (u), f. taåezrit, ‘célibe’,
fonética y culturalmente cercanas a los enunciados que examinamos. Sin embargo,
la inequívoca interpretación que vuelcan las fuentes para la versión masculina,
‘el que tiene el mundo’, despeja cualquier incertidumbre. Porque, obviamente,
la factura femenina no posee suficientes ingredientes como para aceptar
literalmente el sentido anotado, ‘la que carga al que tiene al mundo’. Por eso,
y asumiendo la literalidad de la fórmula, ‘la que carga el firmamento’, algunas
consideraciones cosmogónicas resultan obligadas.
HIPÓTESIS ETIMOLÓGICA
[H·Ã·R+Ã] èaãiraãi < ta-ãi_ aã /ta“ira“/,
s. compuesto f. sing., lit. ‘la que carga el firmamento’. Fonética. t
> è /tÉS/, por palatalización. [N. B. Ã, ã /“/ (=
gh) consonante uvular fricativa sonora; È, è /tÉS/ (= ch) consonante
palatal africada sorda].
N. B. La traducción que anotamos contiene un
aspecto de extraordinario interés: «la que carga el firmamento» revela la mejor
descripción para una estrella de primera magnitud, Canopo, la más importante
del hemisferio austral y una de las mayores del cielo, cuya consideración en el
área amazighe (o bereber), en particular, y camítica, en general,
alcanza su reflejo más nítido en la organización calendárica de estos grupos.
Según la cosmogonía de estos pueblos, de la explosión de
esa estrella nacería el universo. Ese vínculo entre la Virgen de Candelaria y «la
estrella del sur», demostrado ya por José Barrios (1996, 1997), debe inducirnos
a incorporar una coloración dialéctica en los enfoques de transculturación
efectuados para explicar el proceso colonial en Canarias.
Paralelos continentales
[H·Ã·R] ahã ´r, pl. ih ´ãrän,
m. (H).- Substantivo.- Firmamento, bóveda celeste, cielo. [Ã] aã, aor.
(Kb).- Verbo.- Coger, tomar, asir, agarrar, sostener, cargar, acoger.
FUENTES PRIMARIAS
ABREU GALINDO, Juan de.
d. 1676 (ca. 1590). Historia de la Conquista de las Siete Yslas de Gran Canaria.
Escrita Por el R. Pe. Fray Juan de Abreu Galíndo, del Orden de el Patríarca San
Francísco, hijo de la
Provínçía del Andaluçía Año de 1632. [Copia anónima en la Biblioteca Municipal
de S/C de Tenerife, ms. 191]. [El ms. original, hoy perdido, parece
corresponder a la segunda mitad del siglo XVI, aunque las copias conocidas se
remiten a una versión, también desaparecida, fechada en 1632].
GONZÁLEZ DE MENDOZA, Juan. ca. 1585. Historia de las cosas más notables, ritos y
costumbres del gran Reino de la
China. Roma. 1946 (< 1944). «De la causa que hubo para que a
estos Religiosos mandara Su Majestad ir al reino de la China, y de su embarcación y
llegada a las Islas Canarias».
En: Historia de las cosas más notables [...],
capítulo I, libro III, 2ª parte, pp. 299- 303. [Fragmentos canarios en:
Hardisson (1946: 92-99)].
TORRIANI, Leonardo. 1590. Descrittione
et historia del regno de l'isole Canarie gia dette le fortunate con il parere
delle loro fortificationi, en Wölfel (1940). [Ms. en la Biblioteca de la Universidad de
Coimbra].
FUENTES SECUNDARIAS
MARÍN DE CUBAS, Tomás. 1694. Historia De
las Siete Yslas de Canaria Origen Descubrimiento y conquista Dividida en Tres
Libros compuesta por D. Thomas Arias Marin y Cubas natural de Telde ciudad en la Ysla de Canaria. Año, de
1694. [Copia de Agustín Millares Torres (1879), en El Museo Canario, ms.
I-D-15/16. Existe microfilme en la Biblioteca Municipal
de S/C de Tfe., ms. 192]. (Dr. I. Reyes
(2003).
La historia es una
ciencia social que hace posible el logro de un conocimiento científico similar
al de las demás ciencias sociales. La historia logra captar, comprender y
exponer los orígenes del presente. La historia se ocupa de las sociedades, en
movimiento o sea de los cambios.
Desde la invasión
de los españoles a la isla Chinech (Tenerife), la formación de la sociedad
criolla tinerfeña estuvo marcada por la violencia explícita e
implícita de la imposición de un grupo minoritario y la necesidad, por
parte, de estos de asentar un proyecto de dominación y de ordenamiento de la
sociedad invasora; lo que Rolando Mellafe ha denominado la captura del poder, y
que impuso la adopción de formas católicas para los matrimonios y bautizos, así
como la entrega o esclavización de mujeres guanches para formar estas nuevas
familias criollas que trataría de perpetuar un nuevo tipo de asentamiento
europeo en una cohabitación de los invasores con el grupo de origen.
Paralelamente a la
conquista bélica de la isla, se fueron estableciendo estructuras de poder
europeo organizados en torno a centros administrativos y poblados-fuertes,
desde donde se originaron los actuales pueblos y ciudades de nuestra isla.
La imposición de un
sistema político-económico, acompañado por la fuerza militar, ha dejado a los
pueblos sin la oportunidad de participar en decisiones fundamentales de su
nación y de recibir los beneficios que tal proyecto pudiera significar.
Se puede decir que
el militarismo ha estado vinculado al fenómeno religioso desde hace mucho
tiempo y de diversas maneras. Tanto el militarismo como la religión pertenecen
a la infraestructura ideológica de la sociedad invasora. Por lo tanto, no es de
extrañar que en muchos sentidos se encuentren, ya sea para complementarse o
para conflictuarse mutuamente.
El poder
político-económico suele revestirse con características divinas a fin de
consolidar su poder y conseguir la adhesión de las masas populares.
En este contexto
fue donde se impusieron esencialmente las nuevas formas de vida,
comportamientos, creencias, la religión cristiana y normativas impuestas por el
grupo conquistador que coexistieron con las prácticas y ritos de la población
guanche, aunque los espacios vitales se diseñaba y controlaba desde las
instancias del poder centralizado por la metrópoli: Real Audiencia, Cabildo y
Prescripciones eclesiásticas.
Los invasores
tuvieron que hacer frente en el plano espiritual a una realidad que no había
cambiado, a pesar de los intentos llevados a cabo por algunos frailes en el
eremitario y casa de contratación que el siglo anterior habían construido en
Güimar, la adoración del pueblo guanche por la Diosa-Madre Chaxiraxi
continuaba firmemente arraigada en la mente y el corazón del pueblo, ofreciendo
un fuerte rechazo al adoctrinamiento cristiano, a pesar de los castigos
infligidos.
La tarea
evangelizadora-mejor dicho, adoctrinadora, pues en aquellos momentos ni
siquiera los predicadores cristianos conocían realmente el evangelio-, no
progresa muy bien por lo arraigado de las creencias ancestrales del pueblo
guanche. Las conversiones no son numerosas, ni mucho menos espectaculares. Y
cuando se producen, en no pocos casos, se da un sincretismo con ritos locales,
o, lo que era más frecuente, los neo-conversos vuelven a prácticas ancestrales
luego de un tiempo.
¿Qué utilidad tenia
convertirse a un culto con creencias semejantes pero con una tradición mas
moderna e inhumana?
La solución la
encontraron algunos hombres, que, llamándose cristianos, pensaron en algo que
era habitual en la misma iglesia católica en materia religiosa: respetar sus
imágenes cuando no podía destruirlas, eso sí, siguiendo la tradición católica
convirtiéndolas en símbolos cristianos. Pero, ¿cómo mantener esta imagen
“pagana”?, ¿existían coincidencias doctrinales que permitiesen el cambio de
nombre? Sí.
Se trata de la
progenitora de todo lo que existe en el universo: “La Diosa-Madre Chaxiraxi
en todas sus manifestaciones, es el símbolo de la unidad de la vida en la
naturaleza. Su poder está en el agua y en la piedra, en los animales y en los
pájaros, en los peces, en las montañas, los árboles y las flores”. Las
representaciones más conocidas de la
Diosa resaltan esos poderes, su don de regenerar la
naturaleza, su capacidad de multiplicar los animales y su bondad para derramar
los bienes necesarios al mantenimiento de la vida humana.
Las funciones que
hasta ese momento había tenido la Diosa-Madre Chaxiraxi,
como madre de todas las divinidades, Reina del Cielo, de la fertilidad,
fecundidad y del crecimiento, Diosa de la mañana y del atardecer, -
algunos de cuyos aspecto compartía con Magek, Achuguayu y Chayuga-, son
atribuidos a María madre de Jesús y se le empieza a llamar Santa María de
Candelaria o Nuestra Señora de Candelaria, el término “virgen”, se le aplicaría
mucho más tarde.
El dominico Fray
Alonso de Espinosa fue uno de los primeros europeos que en su libro Del origen y milagros de la Santa Imagen de
Nuestra Señora de Candelaria, que apareció de Tenerife, con la descripción de
esta isla, (1594), nos trasmite su personal visión de la Diosa Chaxiraxi ya
transformada, por obra y gracia del clero católico, en Santa María de
Candelaria. En dicha obra se ocupó en recoger algunos aspectos relativos a la
invasión y asentamiento europeo en la Isla Chinech (Tenerife) con algunos pasajes
relativos a la sociedad guanche, y un largo glosario de supuestos milagros
atribuidos a la imagen, la descripción de los mismos muchos de los cuales
están refrendados por documentos notariales de la época, a la luz de los
conocimientos actuales, nos trasmiten idea clara del profundo fanatismo e
ignorancia que embargaba a los colonos, aún a los supuestamente ilustrados como
debía ser el clero católico.
Del supuesto suceso
de la “aparición” otro fraile, J. Abreu Galindo, nos da la siguiente versión:
“Hay en esta isla
de Tenerife una imagen y figura de Nuestra Señora Santa María, con un Niño
Jesús en brazos, intitulada Nuestra Señora de Candelaria, por cuya figura Dios
Nuestro Señor obra ordinariamente muchos milagros. No se sabe ni se ha
entendido como haya venido ni quién la haya traído, ni qué tanto tiempo ha,
sino só1o una fama confusa que hay de cien años, antes más que menos, que la
isla se ganase de los cristianos. Según la cuenta de los antiguos, fue su
aparecimiento año de 1390.
Dicen que en el
término de Güímar, a la banda del Sur, cuatro leguas de la ciudad de San
Cristóbal de La Laguna
, en un lugar desierto junto al mar, a la boca de un barranco, donde hoy está
una cruz sobre una piedra junto a una cueva, yendo dos guanches naturales de
esta isla por la costa apacentando su ganado, habían de pasar el ganado por la
playa y meterlo en aquella cueva, como solían, a ordeñar las cabras; y, yendo
un día comiendo derramado por la boca del barranco, se espantó el ganado, y,
por más que hacían y silbaban, no querían pasar las cabras para entrar en la
cueva; de que se admiraron los dos pastores, viendo remolinar las cabras como
espantadas. El uno de los pastores, creyendo fuese alguna gente que le quería
robar su ganado, como otras veces lo habían hecho y era costumbre entre ellos
hurtarse unos a otros, y, para certificarse, se pasó adelante. Y, mirando hacia
aquella parte del barranco, vió la santa imagen que estaba en pie sobre una
piedra grande; y, como persona que está desviada a ver semejantes visiones, con
mucho miedo y temor se la puso a mirar y considerar, y pareció1e mujer, aunque
extraño el traje. Y, porque entre ellos era costumbre, si topaban alguna mujer
en lugar solitario, no hablarle, porque incurrían en grave pena, por ser
delito, hízole señas que se apartase, para que el ganado pasase a la cueva,
porque no podía por otra parte, sin rodear. Y, como la santa imagen no hiciese
movimiento, amohinado el pastor, tomó una piedra y, levantando el brazo para
tirársela y queriéndola desembrazar, se le quedó el brazo sin poderlo menear,
con la piedra en la mano y gran dolor.
El otro pastor y
compañero, como vio el bulto que no se meneaba, cobró más atrevimiento y có1era
y, llegándose cerca de la imagen, para satisfacción suya, con una tabona o laja
de pedernal muy aguda quiso cortar la mano a la santa imagen; y, pensando
cortaba la mano a la imagen, que tenía con su mano, se cortaba su misma mano,
sin hacer daño en la imagen. Y, como se vía salir sangre de su herida y mano,
ciego de la có1era y siendo porfiado, tornó otra vez a querer cortar la mano a
la imagen, y cortaba su propia mano, de las cuales heridas corría mucha sangre;
y la mano de la imagen quedo sin lesión ni daño, y los pastores quedaron el uno
tullido del brazo, y el otro herido.
Los dos pastores
guanches, viéndose tan mal tratados, entendiendo ser aquella imagen cosa del
cielo, acordaron dar aviso y noticia de lo que habían visto y con ellos había
pasado, al rey de Güímar. El rey, como los vio tullido y herido, determinó
llamar a consulta a los más principales y allegados de sus tierras y casas
(aqueste llamamiento y consulta llaman ellos en su lenguaje tagoror); y
acordaron todos ir a donde la santa imagen estaba, y con ellos toda la gente de
la comarca.
Llegados al lugar y
vista la santa imagen todos quedaron admirados y espantados, viendo la gravedad
y majestad que representaba, y ninguno se atrevió ni osaba tocar en ella, no
les sucediese lo que a los pastores. El rey dijo a los pastores que estaban
lisiados, que ellos, que la habían tocado, fuesen con reverencia y la tomasen,
para llevarla a su casa, donde quería ponerla; y así se hizo y en tocando los
pastores a la santa imagen, luego a vista de todos fueron sanos, que causó
grande admiración.
Vista por el rey de
Agüímar la maravilla que en su presencia había obrado, considerando ser cosa
del cielo, dijo no era justo villanos tocasen a ella, estando él allí y los
principales de su tierra; y así la tomaron con mucho acatamiento y decencia y
gran temor. Llevándola en brazos como a un tiro de arcabuz, se hizo tan pesada,
que no pudieron menearla. El rey y todos los que le acompañaban, visto esto,
siendo antes liviana y que se podía llevar, se hincaron todos de rodillas,
suplicándole se dejase llevar donde querían ponerla. Luego tornaron a tomar a
la santa imagen en brazos y, haciéndose liviana, tornaron a caminar con grande
contento, dejándose llevar, haciendo en aquel lugar señal, que después los
cristianos hicieron allí una ermita intitulada Nuestra Señora del Socorro, y
llegaron con la imagen a la cueva, que era como despensa del rey, que llamaban
Avehon, media legua de donde apareció, en un barranco que llaman agora
Chinguaro, donde en un canto de la cueva, sobre unas pieles de cabras, le
hicieron su estancia; donde esta santa imagen hizo y al presente hace muchos
milagros.” (Fr. J. Abreu Galindo, 1977:302-304).
Leyendas o cuentos
infantiles como este han sido creados y sostenido como dogmas de fe por el catolicismo
para desarraigar la conciencia espiritual del pueblo guanche, redescribiendo y
reinterpretando una tradición milenaria ya pre existente y obligada a asumir
mediante el terror a la esclavitud y la muerte, armas catequizadoras muy
efectivas en manos de los fanáticos cristianos de la época.
¿Acaso una sociedad
como la guanche, con profundos conocimientos en astronomía, matemáticas y
dotada de amplios conceptos morales era incapaz de distinguir una imagen de
reducidas dimensiones de una mujer adulta? ¿Es propio de una sociedad que tenía
prohibido por ley, bajo pena de muerte, el dirigir la palabra a mujer alguna en
descampado, que algún individuo se atreviera a agredir a una supuesta mujer? El
tema de los pastores y el excesivo peso de la imagen o el “negarse” a ser
movida del lugar de la “aparición” es recurrente en leyendas o falacias
históricas similares reproducidas en América, especialmente, como he dicho,
allí donde catequizaban dominicos y franciscanos.
El gusto por estas
fábulas, como método didáctico de adoctrinamiento, ha sido de siempre empleado
por las órdenes religiosas, así el fraile Espinosa se inventa una leyenda en
torno a procesiones de ángeles que acompañaban a la Diosa-Madre,
naturalmente ya sincretizada como Santa María. Pero lo que el fraile ignoraba
era que nuestros ancestros continuaban haciendo en secreto sus procesiones
nocturnas por las playas de Chimisay y la de Abona a Nuestra Diosa-Madre
Chaxiraxi, a pesar de la férrea persecución a que estaban sometidos, con tanto
sigilo y discreción que el fraile dominico, a pesar de sus indagaciones, no
encontró explicación, si no era obra sobrenatural, a los restos de cera
verde procedentes de las luminarias, dando lugar este episodio al levantamiento
de la célebre acta de la cera.
Veamos en palabras del propio Espinosa como
interpretó estos sucesos:
“En la playa
que dicen de Abona, que será cuatro leguas désta de Candelaria, hacia la Montaña Roja, se
velan también ordinariamente estas procesiones, principalmente por la fiesta de
la Asunción
de Nuestra Señora; y esto es tanta verdad, que ahora, en estos tiempos,
personas que las han visto se van a la dicha playa y hallan velas de cera
acabadas de apagar, y algunos las han hallado encendidas y pegadas a los riscos
y me enseñaron el lugar y yo lo vide, y así en esta playa, como en la de
Candelaria, se halla por la orilla de la mar gran cantidad de gotas de cera que
de las procesiones que los ángeles hacen en honra de la Candelaria gotean, y yo
doy fe que las he hallado y visto, y las tengo en mi poder, y oído a otros
muchos lo propio.
Las candelas o
velas que en estas playas se hallan, no son muy blancas, mas el pabilo no se
deja entender de qué sea, porque ni es estopa ni algodón, antes en alguna
manera parece de seda blanca torcida. Lo que toca a estas procesiones, que
después acá que la Isla
es de cristianos, se han visto, adelante, cuando tratemos de los milagros, se
hará mención, dellas más particular”. [1] (A. Espinosa 1980: 64).
En torno a estas
procesiones Marín de Cubas recoge: “Tenían en sus términos muchos ganados
sueltos y salvajes, y otros tenían manso, y tenían dedicados a la virgen de
Candelaria otros pintados de blanco y varios colores; tenían juegos y fiestas
en diversos tiempos del año, y venían de África al trato de carnes, cecina,
sebo y cueros, traían cera y hacían procesión y encendían luces a la virgen
paseando la playa donde fue hallada, y esto hicieron en secreto aún hasta el
tiempo de la conquista; en sus casamientos llevaban luces en la mano.” (Marín
de Cubas, [1694]1993:221-223).
El mismo fraile
Espinosa atestigua la existencia de imágenes representativas de nuestra Magné
Chaxiraxi algunas de las cuales fueron asumidas por el catolicismo como virgen
de La Luz. Veamos
como se expresa sobre el particular el culto pero ingenuo Espinosa:
“Otra imagen de
Nuestra Señora está en Garachico, cuyo aparecimiento pasa así:
Después que la isla
se conquistó muchos años, yendo unos barqueros vecinos de La Orotava a pescar a las
calmas de La Gomera
en una barca o barco de Gonzalo Bueno, vecino del dicho lugar, llegaron en el
término de Adeje a una caleta (que por el caso que vamos contando se llamó de
Nuestra Señora), en la cual hallaron una imagen de Nuestra Señora de mazonería,
con un niño en brazos al siniestro lado.
Otra imagen dicen
haber aparecido en la playa de Abona, de alto de poco más de un palmo, que la
llaman Nuestra Señora de Tajo. Todas las cuales he visto y las tienen en mucha
veneración y refieren algunos milagros de ellas, que por no ser de mi intento, no
los escribo.
Sin estas imágenes
que aparecieron, hay otras de mucha devoción y que hacen muchos milagros.
Nuestra Señora de
Guía está en el mal país de Isora, entre Santiago y Adeje, que es imagen de
mucha devoción y de quien se refieren milagros.” (A. Espinosa, 1980:78-80)
(De este aspecto de la Diosa-Madre Chaxiraxi
en su representación asumida por el catolicismo como virgen de Guía trataré más
ampliamente mas adelante).
Así mismo, dicho
autor reconoce la existencia de una orden religiosa guanche encargada del
cuidado y culto de la Diosa,
el clero guanche de Kankus y Maguadas, los cuales fueron masacrados en
Achbinico por el invasor Alonso Fernández de Lugo, Inmediatamente después de
acordada las denominadas “paces de Los Realejos”. Una vez consensuadas dichas
“paces”, el siguiente movimiento del invasor consistió en subir por las
cumbres del Realejo con parte de su ejército de mercenarios y bajar a Achbinico
(Candelaria) y tomar posesión por las fuerzas de la imagen de Nuestra Señora
Chaxiraxi, ordenando cortar el cuello de los Kankus y Maguadas que cuidaban de
la misma. Con este acto, los invasores dieron por sometida la isla, pues la Diosa Chaxiraxi
era el elemento unificador y cohecionador de todos los meneceyatos de Chinech
(Tenerife), el cuidado de la imagen secuestrada quedó a cargo del anciano
capellán francés Pedro Roberto Sablé, conocido por Pedro de París.
Cuando buscamos información relacionada con la Diosa Madre Chaxiraxi
nos encontramos que la mayoría de los textos relativos al tema nos dicen que, la Virgen María se les
“apareció” a nuestros ancestros guanches y estos la veneraron con el nombre de
Chaxiraxi. Esta es otra de las tantas falacias históricas tejidas por el
sistema imperante y sostenido interesadamente por el clero católico usurpador
de los atributos de Nuestra Magné y atribuidos a María la madre de Jesús de
Nazaret.
La verdad es que fueron los invasores católicos quienes, al
apoderarse de la imagen de Nuestra Diosa Chaxiraxi, le cambiaron el nombre
original por el de nuestra Señora de Candelaria, Santa María de Candelaria y
posteriormente como Virgen de Candelaria.
Según expone el Dr. En Biología en la Universidad Mayor
de San Marcos en Lima, e investigador de las religiones antigua Guillermo
Llerena Cano:
“En el norte de África, al oeste del valle del Nilo
desarrollaron un conjunto de etnias autóctonas del Magreb, los bereberes,
amazig o mazigios; que fueron conocidos por los antiguos romanos
como numidios y por los europeos medievales como moros. En las actuales Islas
Canarias, se establecieron como la etnia Guanche, una civilización generada a
lo largo de siglos por los primeros pobladores de estos territorios. El nombre
guanche de la Diosa
madre aborigen es Chaxiraxi, que significa según tergiversada traducción castellana
”Madre del Sol” o ”La que carga al Rey del Mundo”. Es en realidad otra
visión de Tanit, la Diosa
madre del Magreb y del Mediterráneo; es una de las innumerables denominaciones
dadas a la gran Diosa de la fertilidad. La fiesta del Beñesmer guanche (la
cosecha) estaba consagrada a Chaxiraxi.” (Guillermo Llerena Cano, 2010).
Al frente del santuario de la Diosa Madre Chaxiraxi
estaba la orden religiosa guanche encargada del cuidado
de la imagen y del culto, el clero de Kankus y Maguadas, los cuales fueron
masacrados en Achbinico por el invasor Alonso Fernández de Lugo.
Inmediatamente
después de acordada las denominadas “paces de Los Realejos” el 29 julio de
1496. Una vez consensuadas dichas “paces”, el siguiente movimiento del invasor
consistió en subir por las cumbres del Realejo con parte de su ejército
de mercenarios y bajar al Valle Sagrado de Güímar,
hasta la
playa de Igueste, lugar donde esta ubicado el santuario Achbinico, tomar
posesión por la fuerza de la armas de la imagen de Nuestra Señora Chaxiraxi,
ordenando cortar el cuello de los Kankus y Maguadas que cuidaban de la misma.
Con este acto, los invasores dieron por sometida la isla, pues la Diosa Madre Chaxiraxi
era el elemento uniformador y cohesionador de todos los meneceyatos de Chinech
(Tenerife), el cuidado de la imagen secuestrada quedó a cargo del anciano
capellán francés Pedro Roberto Sablé, conocido por Pedro de París. (G. Adarguma).
Esta execrable acción es presentada por algunos “piadosos” cronistas como un acto de
acción de gracias por haber sometido la
Isla, pues los milites
sacaron la imagen en procesión por los arenales de la playa.
Todo ello a pesar de que este menceyato era uno de los
denominados de paces por lo que es presumible que en el mencionado tratado se
incluyera alguna cláusula de salvaguarda de la imagen a favor de nuestros
ancestros, razón por lo que en un principio los invasores dejaron a la Diosa en su santuario de
Achbinico, y decimos de momento porque, como veremos, los católicos andando el
tiempo no cejaron en apoderarse de la imagen y con ella toda la teología de la Iglesia del Pueblo
Guanche, como tendremos oportunidad ver.
En los primeros tiempos de la usurpación era el clero
secular, o diocesano, el que atendía espiritualmente el templo cueva, mientras
que un ermitaño guanche se encargaba de su limpieza y de recibir a los
peregrinos.
“Del ermitaño podemos aportar algunas noticias, que además
nos ilustran sobre uno de los aspectos de su actividad. Así sabemos que el 28
de mayo de 1517 García de Morales, “ermitaño de Nuestra Señora de la Candelaria ”, se
obligaba a pagar a Antón Martín, arrendador de las abejeras salvajes de la isla
de Tenerife: “tres doblas y media de oro. Las
cuales son por razón que me arrendasteis todas las abejeras salvajes que
hubiere media legua a la redonda de la
Casa de Nuestra Señora la Candelaria por dos
años”.
La producción de estas abejeras salvajes debía ser bastante
crecida en atención a otro documento, fechado el 22 de agosto de 1519, en el
que García de Morales, “santero de
Nuestra Señora la
Candelaria”, para abonar el pago de una ropa se
comprometía a entregar cincuenta libras de cera. (Lorenzo Santana Rodríguez,
2010).
Continúa en la entrega siguiente.
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