Volumen
III
CAPITULO
XX-II
Eduardo Pedro García Rodríguez
LA OTRA IMAGEN DE LA VIRGEN DEL PINO
El súbdito de su Graciosa Majestad Británica, mayor de los
Reales Ejércitos, incansable viajero y
profundo conocedor de nuestro continente africano, A.B. Ellis (muerto en Santa
Cruz de Tenerife, el 5 de marzo de 1894, donde fue enterrado en el cementerio
de los ingleses) en su obra Islas de África Occidental, publicada en
Londres en 1885 nos legó un interesante documento en torno a una de las
primitivas imágenes de la
Virgen del Pino. Este autor nos dice: “Entre otras imágenes
extraordinarias de esta isla, una de las más es la que existe en la iglesia de
Teror, una pequeña pero pintoresca aldea situada a unas once millas de Las
Palmas. Es de madera, está cubierta de joyas y provista de cuatro brazos. Y lo
que para alguien que conozca las deidades de la India supondría que intenta
representar al dios indú Visnú, aquí, sin embargo, es la Virgen, y la tradición
asegura que hace algunos siglos se la encontró milagrosamente clavada en un
pino de un bosque cercano. No obstante, por el que tiene cuatro brazos es un
misterio que dudo que incluso un sacerdote pueda resolver sastisfactoriamente”.
Como ejemplo de lo dicho, hemos entresacado este artículo
el cual consideramos expresivo en cuanto al vacío espiritual motivado por unas
creencias impuestas, y que en lo más profundo de nuestro ser, los canarios
hemos venido rechazando durante toda nuestra historia como pueblo colonizado: <<Desde
hace miles de años los magos hemos vivido la cultura del respeto al diferente,
por eso nos alegramos cuando el Papa católico pidió perdón por las veces que
los católicos no habían respetado otras culturas y creencias espirituales. La
declaración papal nos hizo esperar que a partir de entonces la Iglesia Católica
respetaría la forma de las creencias espirituales del pueblo canario porque de
nada sirve pedir perdón sin enmendarse.
Sin duda hay creencias, imágenes, advocaciones en Canarias
hoy día que simpatizan diferentes fuentes espirituales, y el respeto mutuo
exige que no se manipulen los significados y sentimientos del pueblo canario.
En Gran Canaria la imagen central de la espiritualidad es la Diosa- Madre del
Pino, o como también se le conoce hoy, la Virgen del Pino. Es un culto milenario que ha
pervivido en todas las épocas de nuestra historia. Ni siquiera la inquisición,
ni el nacional-catolicismo del franquismo lograron apagar el valor que la Madre-Virgen del Pino
tiene para los canarii.
Es no cumplir con el perdón solicitado por el Papa y con la
promesa de respeto a todas las culturas del Mundo que la Iglesia Católica
utilice a nuestra Matrona del Pino para lograr la participación de los canarios
en el jubileo, y luego salgan con eso de que lo importante es Cristo, llegando
algunos curas a silenciar el papel de la Virgen en la espiritualidad de los canarios.
La diferencia de trato se pudo ver en el recibimiento que
se hizo a los dos símbolos espirituales en la Iglesia de La Luz. Mientras al Cristo
de Telde se le recibió oficialmente con voladores, nuestra Madre del Pino fue
recibida con el silencio oficial que si no se notó porque la pasión milenaria
del pueblo canario hacia nuestra divinidad estalló en un clamoroso recibimiento
de corazones y aplausos que se sintió más hondo y más fuerte que los propios
voladores. Seguro que nuestra Matrona quedó igual de contenta, porque a Ella lo
que le importa es su pueblo. Pero Ella no lo echará en falta, no quiere decir
que no sea una falta de respeto de la Iglesia que incumple con la promesa papal.
Lo mismo habría que recordarle a D. Antonio Cruz Domínguez,
para que el respeto que otros le damos sea correspondido por él. D. Antonio no
debería jugar a modificar la historia espiritual del pueblo canario. El respeto
exige que acepten la realidad de que las diferentes advocaciones bajo la imagen
de las Madres-Vírgenes, tienen significados diferentes y todas son
complementarias en la cosmogonía canaria. El Pino, La Rama-Las Nieves,
El Rosario, La Peña,
etc., juegan papeles centrales dentro de nuestra espiritualidad, pero no se
debe olvidar que si la Iglesia
católica admitió celebrar en Canarias La Candelaria el 15 de Agosto en vez de del 2 de
Febrero, se debe a que en Agosto los magos celebramos desde hace miles de años
el ritual del año nuevo ante la Madre Tierra. El Besñemen y La Candelaria quedaron
desde entonces unidos y mantuvieron su celebración en toda Canarias.
Contraponer a nuestra Madre del Pino con La Candelaria es una burda
manipulación para que los canarios perdamos aquellos símbolos que nos unen
desde siempre. Como buen católico el Sr. Cruz Domínguez debería pregonar el
amor y no promoviendo enfrentamientos confundiendo las estructuras
administrativas y políticas de diócesis divididas, con la unidad espiritual
canaria conformada por un conjunto de creencias y celebraciones que han
convivido durante miles de años.(Felipe Ros, en Amaga)
NUESTRA
SEÑORA DEL PINO:
Uno
de los intentos más notables de sacralizar por parte de la iglesia católica los lugares de culto de
la ancestral religión del pueblo guanche, lo constituye sin duda el llevado a
cabo con el Pino Santo de Theruri; Aterure; Terori o Teror.
Veamos uno de los primeros documentos en que los
colonizadores hacen referencia al Pino Santo de Terori: <<Prosiguiendo
Pedro de Vera en el repartimiento llegó a un término llamado Terori, porque se
nombraba así el Canario, cuyo había sido, del cual tomó el nombre aquel
territorio suyo, en el cual apacentaba sus ganados, cerca de la fértil y
frondosa selva de Doramas (...) No habían llegado hasta entonces los españoles
a aquel sitio por ser lo más fresco y lloviznoso de la cumbre a la parte norte
de la isla, y para llegar a él en esta ocasión fue necesario que fuesen de
aquellos Canarios guiados los Españoles Conquistadores que iban en aquella
tropa; aviéndoles antes los Canarios informado que en aquel sitio de Terori
estaba un árbol muy alto y admirable, que contenía en sí una rara maravilla,
cuya noticia tenían de sus mayores y ancianos y había más de cien años que
venía de unos en otros.
Dijéronle que en aquel territorio había muchas fuentes (...). Pero, que al pie
del coposo árbol nacía una que lavándose con su agua sanaban de las
enfermedades que padecían, y, por eso, la usaban mucho en sus necesidades y
faltas de salud. Y que en los ramos de aquel árbol asistía tan continua una
estrella muy resplandeciente y clara, que ellos la tenían ya por vecina, y,
aunque muchos habían intentado subir a las frescas ramas, donde estava, por ver
su hermosura, nunca les fue posible llegar a ella, porque todos perdían las
fuerzas y se deslizavan por el pie de aquella planta, donde habitava>> (Anónimo de Diego Enríquez (ca. 1640) (Quintana –Cazorla,
1971:63-65) (En José Barrios García, 1993:111)
Como podemos ver, el Pino Santo de Terure y el
santuario que en él existía ya era venerado por los canarios desde siglos antes
de la conquista y colonización de la isla por los españoles, e indudablemente,
continuó siéndolo durante mucho tiempo a pesar de los esfuerzos y métodos
empleados por éstos para erradicar la antigua religión guanche como tendremos
oportunidad de constatar.
Los ritos tradiciones y de la Iglesia del Pueblo Guanche
que por su profundo arraigo en el pueblo canario, eran difíciles de erradicar,
fueron asumidas por el cristianismo y reconvertidas en “apariciones” de la Virgen católica,
aplicándole a esta el nombre del lugar sagrado donde tenían lugar la
manifestaciones o se producía la asistencia masiva y continuada de los fieles
para venerar a la
Diosa-Madre, Tanit, y el de Cristo o el de alguna santa o
santo católico a los lugares donde se rendía culto a los dioses mediadores o locales. La toponimia impuesta por los
colonizadores nos ofrece multitud de ejemplos de este hecho.
El Pino Santo de Teror con sus 40 metros de altura,
debió ofrecer un aspecto imponente, para los fieles de la Iglesia Guanche
donde no sólo rendían culto a la
Diosa Tanit, sino que además recibían un bien físico
recuperando la salud mediante las aguas sagradas que manaban de la fuente santa
que brotaba del pie del árbol santo, de la que como hemos dicho en otro lugar,
también se beneficiaron los colonizadores europeos. El investigador José
Barrios García, nos ofrece una visión de la majestuosidad del santuario en los
siguientes términos: <<...El santuario estaba compuesto por los
siguientes elementos:
-Un pino canario con tres dragos gemelos plantados en su
copa a unos 30 metros de altura. Los dragos encerraban entre sus raíces una
piedra con un grabado formado por la silueta de dos pies. Completaba el
santuario una fuente que manaba al pie del Pino, considerada medicinal por los
antiguos canarios y seca poco después de la conquista.
-Las tradiciones del Pino de Teror tienen su origen en la
cultura de los antiguos canarios.
En el Pino de Teror tenían éstos
simbolizada la tumba de un antepasado protector cuyo nombre-no conocemos otro-
sería precisamente Aterure. La prueba definitiva de ésta hipótesis construida
sobre paralelos antropológicos actuales con el vecino continente, la constituye
un testimonio oscuro de Marín de Cubas que refrenda ¡en 1687! Lo expuesto:
<<Lo qe piadosamente se tiene es qe en aquellas
piedras, i tierra onde estaban plantados los dragos, devía estar el cuerpo de
algun Varón Sancto que en la Ysla
muriesse(...)>>
-El núcleo de este simbolismo lo constituirían los tres
dragos encerrando entre sus raíces la
piedra con los grabados podomorfos. Precisamente, un árbol
encerrando entre sus raíces una piedra simboliza en el pensamiento nortafricano
tradicional la unión de las dos almas que constituye la personalidad humana;
nefs y rruh, constituyendo a menudo lo esencial de un santuario. Estos nos
lleva a considerar que los canarios creían en esta dualidad del alma. Algo de
lo que no hemos podido encontrar rastros en las fuentes escritas. Pero que
podemos probar de esta manera.
-Estas tradiciones canario-mazigias fueron sometidas a un
intenso proceso transculturador con la llegada castellana, dando lugar al
actual culto a la Virgen
del Pino.>> (José Barrios García, 1993:112)
Un lunes 3 de abril de 1684, un fuerte temporal derriba el
Pino Santo de Teror, al que ya sólo le quedaba entre sus ramas un drago,
los otros dos habían caído, el primeo hacía 1620-1630 y el segundo en 1681 como
consecuencia de un fuerte vendaval que azotó la zona.
EL PINO SANTO DE LA ISLA DE LA PALMA, MUNICIPIO DE EL PASO, BREVE RESEÑA HISTÓRICA:
EL PINO DE LA VIRGEN:
Entre
el arco de cumbres que protegen a El Paso de los vientos del norte y el Pico Bejenado,
las gentes del lugar dibujan el perfil yacente de un gran gigante dormido. A
sus pies se extienden paisajes de tierras más anchas, llanos de cultivos
olvidados, añejas cañadas ganaderas, majanos de piedras acumuladas entre
almendros y castaños.
Durante
muchos años un antiquísimo Pino Santo sirvió de santuario a la representación
de la Diosa-Madre Abora
–La Luz- en su
versión cristiana como Virgen del Pino. El santuario está ubicado en el bosque
de El Reventón. El 23 de marzo de 1876 Dña. Magdalena Rodríguez Pérez, vecina
de El Paso, obtuvo permiso del Ayuntamiento para construir una pequeña capilla
en la que albergar a la imagen.
Paisajes
volcánicos entre almendros y majanos. Es el municipio más amplio de Benahuare (La Palma); se sitúa en la
vertiente occidental agrupando toda la parte alta del Valle de Aridane y
La Caldera de
Taburiente, en una superficie de 135 kms. cuadrados. Limita con todos
los municipios de la Isla,
excepto Tazacorte y es el único que carece de franja costera.
Rodeado por las moles
del Bejenado, Cumbre Nueva y parte de Cumbre Vieja, el relieve se
presenta como una gran extensión de pedregales y campos lávicos más o menos
recientes, tradicionalmente dedicada al cultivo de secano, pastizales y monte.
Habitualmente se
visualiza en este paraje el llamado "efecto Föhn", una ola inmensa de
húmedas nubes se derrama presurosa sobre el relieve de esta vertiente más
cálida que las diseca, desvaneciéndolas.
La comarca alta del
valle de Aridane destaca por tener el poblamiento benahorita más
elevado de la Isla,
lo cual nos indica la fuerte ocupación territorial en un claro indicio del
aprovechamiento de los recursos vegetales para su rica cabaña ganadera.
Los colonos europeos, a
partir del siglo XVI, se asientan en las zonas bajas del valle, explotando los
recursos forestales de sus bosques que, poco a poco, van cediendo el
protagonismo a las tierras roturadas, en las que predomina el pedregal. Para
aprovechar el espacio agrario se fueron amontonando, con mucha paciencia, las
piedras que recogían de sus huertas dando lugar a los espectaculares majanos
(construcciones de piedra en forma piramidal) y muros, muy característicos en
el "Llano de Las Cuevas". La mayor parte de estas roturaciones se
producen en el primer cuarto del siglo XIX.
La ciudad de El
Paso se sitúa a lo largo del camino que unía Los Llanos y Tazacorte con la Capital Santa Cruz
de La Palma a
través de la cumbre, de ahí su nombre (El Paso). Hasta 1837 pertenecía a la
jurisdicción del valle de Aridane, momento en el que creó ayuntamiento
propio, concediéndosele el título de Villa en 1878 y el de ciudad en1910.
El primer domingo de septiembre todos acuden a
la ermita de la Virgen
del Pino para rendir homenaje a la imagen , en medio de celebraciones
eligiosas, festejos populares y comida bajo los pinos.
Cada tres años, en los
meses de agosto y septiembre, la
Virgen desciende en romería hasta la iglesia de Nuestra
Señora de Bonanza, acompañada de engalanadas carrozas y romeros ataviados con
vestimentas tradicionales.
Referencia
especial merece este santuario de particular belleza por el trabajo minucioso
de los esgrafiados geométricos que enriquecen sus paredes. En su fachada
se repite el esquema arquitectónico del pequeño balcón abierto sobre la
portada; en lo alto, tres campanas ocupan la espadaña que corona este edificio
con sello propio.
Los fuertes desniveles
marcan paisajes colonizados por el pino canario, el agua los enriquece fluyendo
constantemente de sus nacientes y galerías dando a luz numerosas cascadas.
La verticalidad de sus
riscos arropa secretos geológicos como las lavas almohadilladas que forman
parte del antiguo complejo basal, diques de basalto, roques y antiguas
chimeneas.
Cuando visitamos el
interior de este espacio protegido, el cielo queda bien arriba y nos sentimos
como tragados por una tierra donde el tiempo transcurre lento.
Desde allí parte un
sendero que nos conducirá hasta el Lomo de Las Chozas, balcón natural con
panorámicas sobre los azulados riscos que mueren en el fondo del Barranco de
Las Angustias, soberbias agujas de basalto apuntan al cielo; en medio del
pinar, a lo lejos, se dibujan los contornos del Roque Idafe, lugar
sagrado para los antiguos awaras o benahoritas, escenario donde se
brindaban vísceras de animales con el fin de que el roque no cayera y
destruyera su cultura.
Bajando por Hermosilla,
estrecho callejón que discurre entre El Paso y Los Llanos, encontraremos el
desvío hacia La
Fajana. Espacio sagrado para los benahoritas o awaras que un día tallaron con
esfuerzo las duras piedras de basalto. En los grabados rupestres se encuentran
formas solares, "Abora" llamaban a la Sol que iluminaba el cielo
cada día. Los motivos rupestres están situados en un margen del barranco, sus
formas originales presencian el ocaso de la Sol y evidencian los ritos awaritas hacia
los dioses de la naturaleza.
A
lo largo de miles de años los volcanes han ido modelando los perfiles de La Palma; la belleza violenta y
desordenada de los paisajes volcánicos dejan hondas huellas en el municipio de
El Paso. Allí acontecieron erupciones como las de Tacande, Tajuya, El
Charco y San Juan, todos ellos forman parte del Parque Natural de Cumbre Vieja,
de 7.500 has.
Los materiales fundidos
vomitados por los cráteres asolaban los campos, los movimientos sísmicos,
humaredas, incendios forestales, lluvias de ceniza, olor a azufre, pánico
colectivo son muchos de los síntomas de que un volcán está activo. Así lo
recuerdan las gentes que se estremecieron, en 1949, durante la erupción del San
Juan; sus negras lavas se extendieron ladera abajo, incrementándose la Isla por Las Hoyas y Puerto
Naos en unas cuantas hectáreas.
VIRGEN DEL PASO O DE LOS CARBALLOS, PROPIEDAD DE LA FAMILIA LÓPEZ CAPOTE
(El Paso, La Palma).
Imagen de vestir (es decir, solamente tiene cabeza y dos
brazos, el cuerpo lo conforma un entarimado de cuatro listones de madera), “encontrada en casa de
unas tías de mi bisabuelo, Juan López Pino (Juan Carballo), en Tenerra (zona de
El Paso), y actualmente en posesión de mi tía abuela (su hija) Sandalia Melva
López Capote, de 79 años”.
Según palabras de sus
mayores recogidas por nuestro
informante, D. Pedro Pérez López, la imagen data de “tiempos de los
guanches, (posiblemente antes de 1492, fecha en que fue invadida y
colonizada la isla) y fue encontrada en un paredón de piedras secas donde
estaba escondida.
Inicialmente
estaba vestida con un traje azul, en bastante mal estado, que mi bisabuela
María Consuelo Capote Pino (María Pinilla) cambio por otro de rayas blancas y
azules, que ella misma elaboró. Actualmente viste un traje azul realizado por
los restauradores que la arreglaron en fechas recientes, pues su estado era
penoso”.
También afirman estas tías abuelas mías y “la gente de antes”, que cuando hacía
viento, colocaban a la virgen en los árboles para que parara el mal tiempo.
Igualmente que un sacerdote católico tituló a la imagen como Inmaculada
Concepción, quizás porque esa es la patrona del pueblo de El Paso, Isla de La Palma.
ERMITA DE EL PASO (LA Palma):
Medidas
aproximadas de la imagen: Esta estatuilla esculpida en madera tiene unas medidas
similares a las de la
Diosa Abona y otras encontrada en la isla de Tenerife, que
actualmente se encuentran depositadas en diversos conventos católicos, veamos:
La cabeza hasta el final de la cabellera mide 15 CM. El rostro desde la
barbilla a la cabellera 10,5 CM. El ancho del rostro es de 8,5 CM. Pecho 8,5
CM. Vestida desde el tronco a las caderas mide 35 CM. Brazos 16 CM. De largo,
en los dedos 3,3 CM.
La imagen
descansa en una base de madera de forma octogonal irregular cuyas medidas
oscilan entre los 10 y los 9,5 CM. En sus lados. Una vez vestida la estatuilla
alcanza una altura de 57 CM.
EL LAUREL DE LA PALMA. En la isla de La Palma en el pueblo de San
Pedro de la Breña
lugar de cien personas, distante una legua de la ciudad, de la Vera Cruz[1], se halló en el barranco
de Aguacencio próximo a una cueva de grandes dimensiones un laurel, que cortado
por el pie dividieron sus ramas en pedazos para el fuego, y quedó un rolo del
tronco. Un día festivo de aquel lugar que era San Pedro, donde ocurrió que tratando
de trocearlo no pudo su dueño partirlo con un hacha, viendo que era en vano el
hacheado, procuró dividirlo en dos mitades y pudo verse en ambas partes
señaladas dos cruces a modo de manchas pardas, las veía con tanta perfección
como si a mano se hubiesen pintado.
Vinieron al barranco, las personas que estaban en la
iglesia y otras de aquellos contornos, causando a todos mucha devoción, la
novedad, es cada cruz de media vara de largo, con peana ancha triangular y en
los remates de brazos y cabeza (perfeccionados por extremo como de mano de
artífice) tiene remate circular y en la cabeza de una cruz que es un poco mayor
que la otra, se ven cuatro letras que parecen ser hebreas y que inician el
rótulo de la Santa Cruz
del redentor del mundo, en medio se divisa una cabeza y corona de rey señalados
los brazos y pies cuanto los clavos pudieron sujetarlos.
Otras cruces se limpiaron en el madero en forma de tablas
que se guardan en dos relicarios; de las astillas que salían de cada parte se
formaba otra cruz, a modo de flor con cuatro hojas puntiagudas, hubo
algunos discursos sobre si es la causa de haber allí habido cristianos, cuya
memoria se hubiese perdido por la antigüedad de los tiempos, y no saberse hasta ahora por querer el Señor
a cuyo cargo está el ocultarlo o revelarlo, dar muestra. Otros decían que
aquello podía deberse a la casualidad el tener aquel árbol ciertas manchas de
perfectas cruces, pudo suceder que fueran creadas por la naturaleza.
Pero sucedió que estando
en estas conjeturas, pocos años después -y no hace mucho que sucedió
todo- cortando otro árbol, en la misma isla en la ciudad de Vera Cruz, o Santa
Cruz, que por esto quieren algunos vecinos que se llame así, se halló otra Cruz
muy prefecta divididas de las partes adjuntas, donde estaba unida que pudo con
facilidad desasirse y se guardó por gran reliquia y se envió a España, era de naranjo y este no pudo
ser plantado sino después de la conquista
porque en ninguna de estas islas
hubo árbol frutal excepto
higueras en Canaria y en Tenerife, se dice que hubo de otras que daban los
higos muy pequeños y pardos por fuera. (Tomás Arias Marín de Cubas, [1694]
1993)
En este documento D. Tomás nos esta contado el derribo de
un santuario guanche (o awara) dedicado a la Diosa Tanit en su representación
como Diosa de la Naturaleza,
la Fertilidad
o del “Verde” y ubicado en un árbol sagrado, en este caso un laurel que a
juzgar por la descripción debió ser centenario cuando fue derribado.
Las
cruces que nos describe don Tomás, no son cruces cristianas, y sí una
representación de la Diosa
Tanit, que los especialistas denominan como “Cruz con pena” o
de “Botella”, este tipo de signo es frecuente en los yacimientos y paneles de
grabados existentes en toda la orografía insular, recordemos los del santuario
de Taganana.
En cuanto a los remates redondeados que muestra la cruz en
los brazos y cabecera no son otra cosa que los anteojos, es decir signos
mágicos protectores contra los genios maléficos.
Por
otra parte, D. Rafael Muñoz, nos ilustra sobre el origen de las cruces y nos
dice: “La figura de la cruz tiene un origen muy antiguo, quizás por la
simplicidad de sus formas –dos líneas que se cruzan - . Podemos ver esta figura
en China, en Cnosos: en Creta hay una cruz de mármol, datada en el siglo XV antes
de Cristo. Del tercer milenio hay otra figura que representa una cruz. En Susa.
En Egipto las formas cruciformes son muy numerosas:
“Dos tablas de la que una atraviesa a la otra. Ideograma,
adjetivo imy, el que esta dentro
de’, fonograma imi. Puede sustituir a
la cruz en forma de flor (cuatro pétalos), ideograma que pasa a fonograma
con valor wn. Dos bastones cruzados. Determinativo ‘dañar,
dividir’ (wpi). Contar (hsb). Fonograma sbn ‘beber’.” (Rafael Muñoz,
op.cit.)
Como podemos ver incluso las cruces en forma de flor forman
parte del mundo religioso de nuestros ancestros mazigios y que las profundas
convicciones católicas de D. Tomas y de otros historiadores posteriores les
inclinaron a interpretar como cruces cristianas.
TEDOTE O SANTA CRUZ DE LA PALMA:
Se sitúa en la vertiente oriental de la
Isla en disposición vertical mar-cumbre, con un total de
43,47 km cuadrados, que supone el 6,12 % del territorio insular. Sus límites
están definidos, al Norte con Puntallana por el Barranco Seco, al Sur con Breña
Alta por el Barranco de Juan Mayor, al Este el océano y al Oeste la crestería
de Cumbre Nueva y La Caldera
de Taburiente, lugar en el que se encuentra su punto más elevado (Pico
de La Nieve,
2.247 m).
Toda la vertiente se
encuentra surcada por profundos barrancos, producto de un largo proceso erosivo
sin erupciones que modifiquen el paisaje; el único cono volcánico destacable es
la montaña de Tagoja, a 1.097 m de altitud
La primera ocupación
humana, asentada sobre el antiguo cantón de Tedote, se remonta hasta la
primera mitad del I milenio a.d.n.e. Con la llegada de los primeros
contingentes de pobladores procedentes del Norte de África. Su presencia está
constatada en algunos sitios emblemáticos como el poblado de cuevas del Morro
de Las Nieves, incluso con presencia de grabados rupestres, canales y cazoletas
como hemos visto en otro lugar de esta obra y La Erita, en las cumbres del
municipio (complejo conjunto de grabados rupestres, con más de 300 motivos).
En 1493 se establece un
contingente de colonizadores europeos dando lugar al nacimiento de la ciudad de
Santa Cruz de La Palma
en el antiguo cantón precolonial de Tedote,
que gobernaban los hermanos Tinisuaga, Aguacencio y Bentacayse, y culmina la conquista y colonización española de la Isla. A partir de aquí la
ciudad va a hegemonizar la dinámica sociopolítica y económica de la Isla, estructurándose la
nueva sociedad, mezcla y cruce de sangre benahorita, española y europea
en general, configurando la idiosincrasia del palmero que manifiesta orgulloso
un excesivo amor hacia su tierra.
El Ayuntamiento es el
edificio renacentista más importante de Canarias. Fue construido entre 1559 y
1567 con canterías traídas desde la isla de La Gomera. La iconografía
de su fachada gira en torno al tema humanista del vicio y la virtud, encarnada
en la monarquía católica de Felipe II. En el interior, la escalera principal
está decorada con frescos costumbristas del pintor M. Cossío.
La Historia de Santa Cruz de La Palma tiene un antes y un después de 1553, el floreciente comercio de azúcares y remieles y más tarde ricos
caldos de uva malvasía la convirtió en una ciudad alegre y lozana, codicia de
aventureros piratas motivo por el que sus
habitantes se vieron sorprendidos, el 21 de julio, por la incursión de François le Clert, Pie de Palo, al frente de 700 corsarios franceses, que durante nueve días fueron
dueños de la ciudad, destruyéndola antes de ser expulsados. Posteriormente en
1585 Francis Drake y sus aventureros son
repelidos desde las fortificaciones y castillos que le dieron gloria bélica y
por la que ostenta el título regio de Muy Noble y Leal Ciudad.
El Rey español Carlos
V comisionó al ingeniero italiano Leonardo Torriani (quien por cierto, no dejo
buena semblanza de los palmeros en su “Descripción de las Islas Canarias”
para proyectar el trazado del castillo (1585) que repelió los ataques de
piratas y corsarios que asediaban al Archipiélago. Entre sus jardines se
encuentra la escultura del artista canario Chirino alusiva a los vientos
alisios.
La fortaleza de Santa
Catalina se ubica cerca de La
Alameda, en los límites de la Avenida. Los gruesos
muros de piedra abrazan este Monumento Histórico, que formó parte del cinturón
defensivo que protegía la ciudad
A partir de aquí se
configura la nueva base urbanística, hoy de interés histórico-artístico, y
comercial desde el momento en que se implanta, en 1558, el primer Juzgado de
Indias, lo que la lleva a un portentoso desarrollo mercantilista (en estos
momentos el puerto de Santa Cruz de La
Palma es el tercero del mundo). Como consecuencia de esta
actividad comercial, la ciudad palmera inició una desenfrenada construcción
naval de gran envergadura y de reconocido prestigio. Fue, asimismo importante,
la industria sedera, muy reconocida fuera de nuestras islas.
Un
hecho crucial en la historia de Santa Cruz de La Palma fue la lucha contra el
abuso de poder que ejercía el férreo sistema colonial mediante los regidores
perpetuos en el Ayuntamiento que lo era de toda la isla. En 1771, después de un doloroso, largo y sonoro litigio, se
logra abolir el carácter perpetuo de los regidores que gobernaban
hereditariamente el Concejo (Cabildo) de La Palma, pasando a ser elegidos por votación y
convirtiéndose, al parecer, en la primera administración local elegida por
sufragio en el imperio colonial español.
La consecuencia fue la
elección democrática de los representantes políticos por los vecinos del
municipio, en enero de 1773. A pesar de que por esas fechas tenían la condición
de vecinos solamente aquellos potentados o pudientes que pagaban impuestos,
estando excluidos de las elecciones la gente del común. Esta población fue la
primera que estrenar la democracia burguesa en todo el imperio español y antes
que las colonias norteamericanas lograran su independencia y crearan la primera
Constitución.
En
la segunda mitad del siglo XIX, el interés por la Ilustración lleva a
esta ciudad a ser el centro de las nuevas enseñanzas, logias masónicas,
publicaciones, museos, hospital municipal, casa de expósitos, nuevos ideales
políticos, asociaciones culturales, artes, música, teatro, cine, el desarrollo
industrial y tecnológico, tales como la luz eléctrica, telegrafía o la
telefonía. Su puerto, el único comercial y de pasajeros que
existe en la isla, registró en 1999 la exportación de 132.405.410 kilogramos de
plátanos y un movimiento, de entrada y salida, de 48.417 vehículos y 241.252
pasajeros.
Se dice, sin
que se conozcan estudios concretos, que en el siglo XVI fue el tercer puerto
del imperio español después de Amberes y Sevilla. Actualmente alberga dos
líneas de atraque comercial con estación de pasajeros y una dársena de
embarcaciones menores.
En el siglo XVIII y XIX la construcción naval era
floreciente y en la ciudad se establecen afamados armadores que instalan
astilleros de barcos comerciales y de pesca. En 1771 se solicita licencia de
corte de madera con destino a la fabricación de un barco para navegar a La Habana y Campeche y en 1807
para otros dos barcos para el tráfico entre Caracas y Cuba.
En Canarias, la tradición constructora de barcos estuvo
siempre bien acreditada. Entre los astilleros de las islas cabe destacar los de
La Palma y los
de Tenerife, por las recias y esbeltas naves que de sus gradas salían. Santa
Cruz de La Palma,
albergó- entre otros - los astilleros de
don Fernando Arozena, cuya reputación como constructor de navíos rebasó las
fronteras de nuestras islas.
En el año 1851, resbalaba por las gradas de los astilleros
del Sr. Arozena una espléndida goleta. Esta fue construida por encargo de los
señores Le Bruñí y Davisson, armadores de Santa Cruz de Tenerife, quienes la
destinaron al transporte de pasajeros y mercancías en la carrera de Indias.
Cuando las demandas de fletes en nuestras islas estaban en
pleno auge, para atender a las mismas, se construyeron excelentes veleros que
aumentaron sensiblemente nuestras flotas insulares. Muchos de estos barcos nos
han dejado sus recuerdos; unos, porque llevaron a cabo determinadas proezas
marineras: otros, escribieron páginas de la historia reciente de Canarias, participando
en el éxodo clandestino de los años 40 y 50 del pasado siglo. En fin, otros,
nos han dejado recuerdos gratos como es el caso del bergantín-goleta Guanche:
Éste por doble motivo, el primero, por el patromínico que ostentó en homenaje a
la raza dueña de estas islas hasta que fue subyugada por los mercenarios
europeos, etnia que a pesar del intento de exterminio y brutal culturización de
que ha sido objeto por parte de los invasores españoles, continúa viva y
presente; el segundo, porque este hermoso velero transportó desde La Habana hasta Santa Cruz de
Tenerife, los plantones de “Laureles de Indias” que en un principio se trajeron
para adornar La Plaza
del Príncipe, los cuales se adaptaron a nuestro suelo y clima con la misma
facilidad con que los canarios en general y los palmeros en particular nos
adaptamos al clima cubano. Hoy casi todas las plazas de nuestras islas posen
hermosos “Laureles de Indias”, hijos de aquellos que un día fueron llevados a
la ciudad de Santa Cruz de Tenerife a bordo del Guanche
A mediados del siglo XIX, las relaciones comerciales con
Inglaterra y Cuba favorecen el desarrollo y modernización de la sociedad
palmera con la creación de empresas de transporte marítimo y un mayor empuje en
los astilleros.
El velero palmero La Verdad (775 toneladas), diseñado por Sebastián
Arozena, logra en 1894 batir el récord de la ruta entre Cuba y Canarias que
estaba en 19 días.
Los planos y maquetas de este velero se exhiben actualmente
en el Museo Insular de San Francisco, los mismos que estuvieron expuestos en la Exposición Internacional
de Filadelfia de 1876. Comercio y servicios. El templo de El Salvador del Mundo
y el Ayuntamiento edificados en el siglo XVI, son el mejor conjunto del
Renacimiento en piedras canarias.
El pórtico de la iglesia, construido entre 1580 y 1585, se
atribuye a Juan Ezquerra, quien lo organiza con un arco de medio punto, con
cuatro columnas pareadas evocado un arco de triunfo romano. El altar mayor lo
preside el cuadro La
Transfiguración, de Antonio María Esquivel.
La iglesia de Santo Domingo, guarda el mejor conjunto
barroco de la isla, retablos, coro y púlpito; además de las pinturas de La Genealogía de
Jesús y el Árbol de Jesé, San Miguel, San Juan Bautista, Santos
Dominicos y San Francisco, de Pierre Pourbus el Viejo, todas ellas, junto a
la Santa Cena,
de Ambrosio Francken, constituyen la más extraordinaria colección de pintura
flamenca de Canarias.
En 1514 se funda el hospital de Nuestra Señora de los
Dolores. A mediados del siglo XIX el Ayuntamiento destina las salas del
edificio a Plaza de Mercado y el oratorio a teatro, hoy Teatro Chico. Cuenta
esta ciudad con otro teatro, el Circo de Marte (siglo XIX), en restauración.
A la vera del Océano camina la antigua calle de La Marina; las aguas salpican
de sal a los visitantes que fotografían las balconadas superpuestas de la
avenida. Antaño fueron relegadas a las fachadas traseras de importantes casonas
de la calle Real, hoy son bellos miradores privilegiados, tallados en madera,
pintados de verde monte, cerrados con discretas celosías o acristalados, son el exponente de la arquitectura civil más peculiar de esta
ciudad, donde asoman frondosos geranios. Próximo el castillo de Santa Catalina
(siglo XVI) y en contero armónicamente conjugada, la escultura el Alisio
(1999) del artista canario Martín Chirino.
En el antiguo Real Convento
de San Francisco y de la Inmaculada Concepción, fundado por la reina Juana
la loca en 1508, se encuentra el Museo Insular, con el Museo provincial de
Bellas Artes (1915), arqueología, ciencias naturales, etnografía, talleres de
restauración del patrimonio mueble y el Archivo Biblioteca José Pérez Vidal,
conocido etnógrafo palmero.
Rogamos al posible lector nos
disculpe esta disgregación, ya que estimamos oportuno dar estas referencias en
torno a la capital de la isla Benahuare, para una mejor comprensión del
espíritu del awara.
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