Capitulo VII
El dinero hace hombres ricos, el conocimiento
hombres sabios, la humildad hace hombres grandes.
Chaurero n Eguerew
3- 5. PRECISIONES SOBRE LA RELIGIÓN DE LOS
GUANCHES
Considerado don Fernando, la verdad no
entendemos que la Biblia
judeo-cristiana contemple un dios mitad femenino y mitad masculino, cuando
precisamente todas las referencias a esta creada divinidad se esfuerzan en
destacar su masculinidad, además, siendo según dicho libro un dios todopoderoso
omnipotente y en extremo celoso de su imagen ¿para que distorsionarla con atributos femeninos? ¿Para que precisa un
dios único y creador de una esposa? como
le atribuyen ciertos estudios teológicos como veremos en su lugar.
Sin embargo, es cierto que en la tradición bíblica dios no
aparece únicamente bajo el lenguaje masculino, pero en todo caso no recogen el concepto de un dios femenino,
sino que estas referencias suponen un ejemplo de afectividad. Algunos textos
del Antiguo Testamento que se refieren a esta cuestión son éstos:
“Dios se compara a una madre que consuela a sus hijos “Como
consuela la propia madre así os consolaré yo (Is 66,13)”; al final de la
historia, dios tendrá un gesto de madre amorosa, en jugando las lágrimas de
nuestros ojos cansados de tanto llorar (Ap 5 1,4);
dios-madre es incapaz de olvidarse del hijo de sus
entrañas: “Sión decía: “me ha abandonado dios, el Señor me ha olvidado” ¿Acaso
olvida una mujer a su hijo, y no se apiada del fruto de sus entrañas? Pues
aunque ella se olvide, yo no te olvidaré” (Is 49, 14-15; ver también Sal 25,6 y
Sal 116,5);
La tradición profética describe el comportamiento maternal
de dios para con los judíos: “Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto
llamé a mi hijo [...] “Yo enseñé a andar a Efraín y lo llevé en mis brazos. Con
cuerdas de ternura, con lazos de amor, los atraía; fui para ellos como quien
alza un niño hasta sus mejillas y se inclina hasta él para darle de comer [...]
El corazón me da un vuelco, todas mis entrañas se estremecen” (Os 11, 1-8);
“¡Si es mi hijo Efraín mi niño mi encanto! Cada vez que lo
reprendo, me acuerdo de ello, se me conmueven las entrañas y cedo a la
compasión“ (Jer. 31,20).”
El concepto de la personalidad del dios judeo-cristiano,
aunque enseñado con claridad en Salem en los días de Melquisedek, era vago y
neblinoso al tiempo de la salida de Egipto y evolucionó tan sólo gradualmente
en la mente hebraica de generación en generación en respuesta a las enseñanzas
de los líderes espirituales. La percepción de la personalidad de Yahvé fue
mucho más continua en su evolución progresiva que la de cualquier otro de los
atributos de la deidad. Desde Moisés hasta Malaquías hubo un crecimiento
ideacional casi ininterrumpido de la personalidad del dios en la mente hebrea.
En estos últimos tiempos, los
biblistas han estado hablando de un lado femenino de Yahvé o como queda dicho,
que Yahvé pudo haber tenido una consorte e incluso algunos llegan a afirmar que
el aspecto femenino de esta deidad es el espíritu santo. La terminación para el
femenino plural en hebreo es ot y en ugarítico es ai/ay. Es interesante notar
que la palabra hebrea shadad corresponde a la idea de “pechos”, como aspecto
femenino en función maternal. Si agregamos la terminación femenina plural ugaritica
al término hebreo schadad lo convertimos en schad-day. Un morfema híbrido que
bien podría traducirse como “dios con pechos” o literalmente “Diosa”.
“En su estudio sobre la religión hebrea, R.
Patai anotó hace unos decenios que algunas formas de representar a Yahvé en
el judaísmo tardío podrían mostrar la absorción o fusión de aspectos femeninos
de una antigua divinidad femenina. A su juicio la Sabiduría y la Shekinah, formas
de hipostatizar la actuación y la presencia de Yahvé, serían
lejanas reminiscencias de aquella divinidad que duran en el judaísmo hasta
época tardía, sin entrar en conflicto con una tradición monoteísta centrada en Yahvé''
A su vez, M. Stone ha señalado
la presencia en los territorios conquistados por Israel de una Diosa, atestiguada
por los textos de Ugarit como Asherah y Anat, que Stone identifica con Astarté,
si bien esta identificación ha merecido ulteriores discusiones. Esa figura,
o los símbolos que le representan, rivalizan con Yahvé en pasajes como Jue 2,13
y 3, 7; 1 Sam 7, 3-4;1 Re 11,5.33; 15,13.18.19, lugares en los que se muestra
que la antigua divinidad femenina reaparece y provoca la reacción del yahvismo
aun en plena época monárquica.
Hallazgos arqueológicos de
culturas extrabíblicas pero cercanas a Israel, como los de Kuntilet'Ajrud
y los de Khirber el Qóm, son hoy puestos en relación con la figura de Asherah
y su símbolo cultual, aserah /aserim, al que se refieren
polémicamente varios lugares bíblicos. Así aquellos en los que los profetas
Oseas y Jeremías urgen a la fidelidad al yahvismo (Os 2; Jer 7, 18; 44, 15-25).
O algunos otros como 2 Re 21,7;23,4-7. Tales textos —como aquellos en los que
se apoya la tesis de una asimilación por parte del yahvismo de dioses
masculinos como El, del panteón cananeo, parecen responder a una
laboriosa fidelidad mantenida al dios de Israel que exigió la lucha contra la
presencia ambigua de una Diosa en la religiosidad popular.
Esta lucha resulta explicable
si se tienen en cuenta, tanto la historia del asentamiento de los hebreos en la
tierra, como la afirmación de la absoluta trascendencia de Yahvé, dios único,
que se distancia infinitamente de toda otra divinidad hasta negarla. Una
trascendencia que se subraya incluso a través de la misteriosidad con que se
rodea al Nombre.” (Elisa Elizondo)
Los israelitas condenan a
Ashera de un modo práctico, como muestran una serie de textos
que podrían vincularse a un “pacto de conquista” establecido entre Yahvé y los
israelitas. Yahvé les promete la tierra de Palestina, pero ellos deben
comprometerse a destruir el culto de la Diosa:
“Derribaréis
sus altares, quebraréis sus estatuas y destruiréis sus imágenes de Ashera” (Dt
7, 5);
“Derribaréis
sus altares, quebraréis sus estatuas, quemaréis sus imágenes de Ashera,
destruiréis las esculturas de sus dioses y borraréis su nombre de aquel lugar”
(Dt 12, 3).
“No plantarás
ningún árbol para Ashera cerca del altar de Yahvé, tu Dios, que hayas
edificado” (Dt 16, 21);
“Destruiréis
sus altares, quebraréis sus estatuas, destruiréis sus imágenes de Ashera y quemaréis
sus esculturas en el fuego” (Ex 34, 5).
“Cuando los israelitas invaden
las tierras de Canaán a la cabeza del
panteón cananeo estaba El,
llamado “el padre
de los años”,
también “el padre de
los hombres”, simbolizado por
un toro. A pesar de ser el más excelso dios tutelar,
se representaba como un
viejo, y por
lo tanto débil.
Según un erudito
fenicio posterior, Filón
de
Biblos, El tenía
tres esposas, Astarté, Asera y Baaltis
(probablemente Anat), que eran al mismo tiempo sus hermanas. También en
los textos de Ugarit se confirma que Asera era esposa de El.
Como patrona del mar, Asherah
es llamada comúnmente “Asherah del mar”, pero también
“creadora de los
dioses” y “santidad”,
tanto en Canaán
como en Egipto.
Generalmente se la representaba en figuras y relieves desnuda, de pie sobre
un león y sosteniendo un lirio en una mano y una serpiente en la otra. Parece haber sido adorada bajo
el símbolo de un tronco de árbol,
“imágenes de Asherah” (2 Reyes 17: 10).
Pronto fue
asumida por los israelitas, quienes
parecen haber adorado
casi continuamente símbolos del
culto dedicados a El, a Asherah, hasta el período anterior al exilio.
La idea
que tenemos de
dios en el
contexto cultural occidental
actual se ha
construido sobre el modelo de Jhwh, transmitido de forma única y
excluyente durante los últimos 1500 años.
Dios, el
Jhwh de la
Biblia tuvo el mismo
proceso de “entronización” que
todos sus antecesores
paganos de los cuales fue heredero.
Jhwh no
apareció en la
historia como un
dios cósmico sino
como una deidad
tribal de pueblos semitas nómadas; sólo un desarrollo
teológico muy posterior, dentro de la cultura hebrea previa al
exilio, le facilitó
los atributos monoteístas estrictos
que le llevarían
a ser una
deidad cósmica, un dios padre creador del universo.
Antes de todo cabe destacar que
la mujer hebrea no sólo fue relegada por su sexo, hecho
consustancial con
toda sociedad patriarcal,
sino que fue
aislada, e incluso, perseguida por
conservar la práctica ancestral de rendirle culto a la Gran Diosa, en este
caso bajo la advocación de Asherah.
En la sociedad hebrea, el doble culto a Jhwh y
Asherah (además del culto rendido a Baal) se
dio con normalidad
durante siglos hasta
que el sangriento
levantamiento (c. 825 a.
e.a.) Contra el rey israelita Joram, instigado por los profetas Elías y Eliseo
instauró oficialmente el culto exclusivo
a Jhwh.
En tiempos de Jeremías la
popularidad del culto a la Reina
del Cielo estaba tan implantada que, por
boca del propio Jhwh, el profeta se dijo a sí mismo: “Los hijos recogen la
leña, los padres prenden el fuego y las mujeres amasan la harina para hacer tortas
a la Reina del
Cielo [Asherah] y libar a
los dioses extraños
para ofenderme” (Jer.
7,18) y más adelante
el profeta informa
que “Entonces todos los hombres,
sabedores de que sus mujeres ofrecían incienso a los dioses ajenos (...) respondieron a Jeremías: No te
escucharemos en lo que nos dices en nombre de Jhwh, sino que persistiremos en hacer cuanto nos venga
en boca, quemando incienso a la
Reina del Cielo y
ofreciendo libaciones, como
antes hemos hecho
e hicieron nuestros
padres, nuestros reyes...”
(Jer. 44, 15-16). (24-25
Por otra parte, la teóloga Francesca Stavrakopoulou de la Universidad de Exeter
sugiere que dios tenía una esposa cuyo registro esta recogido en la Biblia. Una
inscripción hallada en un cántaro de cerámica del siglo 8 antes de Cristo
encontrada en el desierto del Sinai, en un lugar llamado Kuntillet Ajrud,
Astoret tenía una conexión con Jehová.
Basándose en textos antiguos, amuletos y figurillas
procedentes de la ciudad costera de Canaan, llamada Ugarit hoy conocida como
Siria, la teóloga dijo que los artefactos revelan que Astoret era una diosa de
la fertilidad muy poderosa.
“La inscripción es una petición por bendición,”. “Ésta
inscripción pide bendiciones a Jehová y a SU Astoret,” lo que evidencia de que ambos eran vistos
como un par divino.
La teóloga indicó que este no es el único caso y que ha
encontrado inscripciones similares.
Es presumible que ante la
imposibilidad de erradicar de de la mente y los corazones de los pueblos del
entorno bíblico la adoración a la Diosa Madre, el clero católico tratara de dotar al dios masculino de ciertos
aspectos femeninos, como efectivamente fue.
Es indudable que la humanidad avanza con pasos agigantados
a hacia la restauración del reino divino de la Diosa Madre en el
universo y la iglesia católica, que nunca ha dejado de ser oportunista, a pesar
de haber venido sosteniendo durante dos milenios la condición masculina de la
divinidad, últimamente ya está tomando posiciones para cuando llegue el momento de la implantación de la
nueva era de amor y justicia social universal emanada de la Diosa Madre, tratar de
continuar con su parcela de poder temporal, así tenemos que el Papa Juan Pablo
I, manifestó que: “Dios es Padre, pero sobre todo, es Madre”…
“Para
los guanches, Chaxiraxi, no estaba por encima de Acorán, ni competía con Él en
poderes, sino que era, la madre del Sustentador (o Dios). Por tanto, no hay una
mezcla de lo católico y lo guanche, sino un gran paralelismo, como es fácil
deducir, si no hay otras razones o motivaciones, que expliquen ese desvío.
Jamás, en los veinte siglos de catolicismo, se dio adoración a María, aún
siendo la madre de Dios, sino un culto de veneración y respeto, pero adoración,
solo a Dios (Acorán).”
Estimado don Fernando, permítanos que
aportemos nuestras observaciones a este bloque cuando lo hagamos a su
mencionado artículo “Él no es Ella”.
Los siguientes párrafos del inspirado don
Fernando no tienen desperdicio, en el más puro estilo de los profetas del
antiguo testamento lanza su particular anatema contra la Historia de esta desdicha
nación:
“Sabido
es por la arqueología y la
Historia, los guanches llegaron aquí, con su bagaje
religioso, portadores de una cultura y religiosidad judeo cristiana que los
envolvía en el entorno de su época o contemporaneidad; ir a siglos anteriores,
es inadecuado, y no se ajusta a verdad. Por tanto, hace seis siglos, los
guanches se incorporaron sin grandes saltos -sino en perfecta continuidad- a la
nueva religión, que no era tan nueva, sino la misma que ya trajeron y
tenían, si bien con su matices.”
Sr. Báez, posiblemente maneja datos
históricos y arqueológicos que sólo usted conoce y que hasta la fecha han sido
ignorados por la comunidad científica, de no ser así, no cabe duda que la
redacción de estos párrafos es el resultado de una mala noche -por decírselo
suavemente-, o quizás fruto de una visión divina en cuyo caso significaría que la Divinidad está
desinformada de la Historia
pre y colonial de este país, y eso no es posible. A sí sin más usted se “carga”
todo el bagaje histórico y científico acumulado durante casi seis siglos en
esta colonia.
¿A que época se refiere? ¿A que contemporaneidad? Como queda dicho en
páginas anteriores los guanches no llegaron en una sola arribada como usted
trata de “endosarnos”, por supuesto que los guanches trajeron con su acervo
cultural una religión astral cuyo panteón esta presidido por la Diosa Madre Chaxiraxi
y que nada tiene que ver con el cristianismo y mucho menos con el catolicismo.
Ni siquiera la estancia en la Isla Titoreygatra (Lanzarote)
en 1312 del genovés Lancelotto Malocelli, que vivió en ella durante 20 años
dejo la menor huella de cristianismo entre los maxos. No cabe duda que en
ocasiones la fe o el fanatismo pueden anular la razón.
Le invitamos a que presente una sola prueba documental, arqueológica o
lingüística de la existencia de vestigios del cristianos en las islas antes de
1402, con la invasión de los piratas Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle y sus frailes capellanes Pierre Bontier y Jean
Leverrier, quienes nos dejaron estos testimonios relativos a los contactos
“fraternales” entre aquellos católicos y
los maxos: […] Algunos días después llegó la nave Tajamar al puerto de Cádiz, en la
cual venía Bertín con una parte de los que se habían concertado con él;…
llevaba Bertín consigo a los pobres canarios habitantes de la isla de Lanzarote,
que so color de buena fe, habían preso a traición, para llevarlos a vender en tierras extrañas, como esclavos, en perpetuo
cautiverio… un tal Ferrant d'Ordoñez condujo la nave a Aragón, con todo su
cargamento y los prisioneros, y los
vendió.” (Le Canarien, 1980:105)
“La intención de Gadifer es tal, que, si no encuentran otro remedio, maten a todos los hombres
de defensa del país (Lanzarote) y guarden a
las mujeres y a los niños y los hagan bautizar y que vivan como ellos hasta que Dios les ayude de otra
manera.” (Le Canarien, 1980:117)
Estimado continuemos con sus planteamientos:
“Nada
pues, se ha camuflado, como sucede en América, donde perduran junto con el
cristianismo, otras formas afro e indias, propias de culturas y religiones bien
distintas. De hecho, la práctica del cristianismo en Canarias (ahora
Tabaibal), no se distingue, ni tiene matices propio o diferenciadores respecto
a la Iglesia Universal
o católica, ya que no hubo un dejar nada propio por algo extraño.”
Considerado Sr. Báez, mucho nos tememos que
la lectura que de la etapa colonial viene haciendo no esta precisamente muy
ajustada a los hechos reales, por si le puede ser de algún interés vamos a
hacer algunas reflexiones sobre sus planteamientos.
Como usted sabe –aunque le cueste
admitirlo-, en la etapa pre-católica cada isla tenía una Deidad femenina
digamos protectora, como muy bien recoge usted en uno de sus artículos. Estas
Deidades eran aspectos locales de la Diosa
Madre, veamos algunos aspectos cultuales y ritualisticos del
pueblo canarios pre-colonial.
Como hemos
dicho en páginas anteriores los cronistas recogen para Titoreygatra (Lanzarote) y Erbania (Fuerte-ventura),
la existencia de templos — “casas particulares”— que denominan Fquenes, palabra
que según los lingüistas ha de relacionarse
con lugar de culto. Estos se
describen como «redondos y de dos paredes de piedra; y entreparedy pared,
hueco. Tenía entrada por donde se servía aquella concavidad. Eran muy fuertes y
las entradas pequeñas.
Allí ofrecían leche y manteca” (Abreu Galindo, 1977).
El
ingeniero cremonés Leonardo Torriani alude en semejantes términos a estos templos: “adoraban
un ídolo deforma humana, pero no se sabe quien
era.” (L.
Torriani, 1959). En este caso el autor no menciona el sexo atribuible a la
imagen, pero el hallazgo de una estatuilla femenina sedente. Atribuida a
la de Diosa Tueris descubierta y
dada a conocer por el Dr. Pablo Atoche, quien nos dice al respecto: “recientemente ha podido precisarse
que un objeto conocido desde los años ochenta, tras las excavaciones de Inés Dug
en el yacimiento de Zonzamas, no es otra cosa que una
representación de la diosa egipcia Tueris Así lo creen M.C.:
Pérez Diez (González Antón, R. et al,
1995: 31), y Leo Dubal, quien ve en ello,
cuanto menos, una obra “egiptizante” (Dubal, L., comunicación personal). De
igual modo, desde el punto de vista estilístico, esta pieza se emparenta con otras
representaciones de diosas entronizadas (mujeres encintas o diosas en cintas)
de influencia egipcia, ampliamente repartidas por el Occidente púnico, datables, al menos en Cartago, en el siglo VII
a.e.a. Los prototipos siciliotas de
estas últimas suelen presentar varias vueltas de collar en su pecho (Fernandez, J.H., 1992: 100; Lancel, S., 1994:
71).” (Pablo Atoche Peña).
El boticario español establecido
en Los Realejos Cipriano de Arribas y Sánchez, nos proporciona un dato
interesante en torno a una de las deidades de Lanzarote: “Adoraban á Guayaxeras
-dios -en sus efequenes formados de piedras en círculo y en su interior había
una piedra grande llamada Jayra. Hacían rogativas por falta de lluvias. Al Sol
le decían Ahío. Al mes, Cela… (Cipriano de Arribas y Sánchez; 1993:278-81)
Veamos que no dice la lingüística
en relación con esta divinidad:
“Guayaxerax. m. Tf. ant. desus. Dios
(lit. ‘el espíritu que (es) sustento (o soporte) del universo’). Expr. t.
Acguayaxerax, Achguarergenan, Achguayaxiraxi, Achguoyaxiraxi, Aguarerac, Aguayarerar,
Guaia herax, Guararirari, Guaraxiraxi, Guarirari, Guaxagiraxi, Guayageraz,
Guayagiraxi, Guyaxiraxi, Yaguaia hiraji. ― wayyaɣiraɣ(i) < *wayya-ahɣər-aɣ(i), comp. m. sing. *wayya, n.
vb. m. sing. de [Y] ‘espíritu’, lit. ‘estar en el origen de, ser la causa de’. *āhɣur
> ahɣär > aɣir, n. ac. imperf. m. sing. de [(H)·Γ·R] ‘firmamento,
bóveda celeste, cielo’. *aɣ(i), n. vb. m. sing. de [Γ] ‘coger, tomar, sostener,
cargar, acoger’.” (Dr. Ignacio Reyes García). En castellano Espíritu es de
genero femenino…
Estos estudios inducen
a que la estatua del mencionado fquen era femenina. Por otra parte, en
Lanzarote está localizada una de las representaciones más genuina de la Diosa Tanit garbada en un
bloque localizado en el pozo de San Marcial, por otra parte, las estelas del
poblado de Zonzamas relacionadas con manifestaciones cultuales,
que representan una mano abierta que representa una oración dirigida a la Diosa Tanit, ello nos indica
que la Deidad
suprema de la Isla Era la Diosa Tanit.[1]
En Erbania (Fuerteventura) el mundo cultual
era similar al de Titeroygatra (Lanzarote) según han recogido los cronistas,
pero al ser una de las primeras islas sometidas al catolicismo la acción
adoctrinadora de esta confesión debió ser muy efectiva pues la imaginería llegada
hasta nosotros es ciertamente escasa a excepción de algunas figurillas
femeninas descubiertas recientemente en la denominada Cueva de Los
Ídolos, esta carencia de ejemplares posiblemente se deba la labor iconoclasta
católica.
Literalmente interpretado, el término iconoclasta significa
destructor de imágenes, uno que toma una estatua o una pintura y la rompe. En
su sentido histórico, se entiende según la Real Academia
española como “hereje del siglo VIII que negaba el culto debido a las sagradas
imágenes, las destruía y perseguía a quienes las veneraban”, es decir, le añade
un sentido religioso.
Esta práctica
destructiva ha estado muy arraigada en las religiones autodenominadas
mayoritarias y muy especialmente en las cristianas.
Pero quizás sea a trabes de
la arquitectura religiosa católica en Fuerteventura de donde nos llegue el
mensaje de la Diosa Tanit
como señora de la Isla,
concretamente de la fachada del templo de Pajara.[2]. Los
elementos decorativos han suscitado cierto interés en el mundillo científico e
incluso entre algunos aficionados a las para ciencias, siendo motivo de
extrañeza la presencia de dos cabezas en relieve iguales, ambas tocadas con
penachos de plumas lo que ha inducido a algunos estudios a asignarles un origen
extra insular, arguyendo algunos una procedencia azteca.
Los motivos decorativos de la
fachada de este templo está desdoblados, a partir de un imaginado eje vertical
central los motivos se repiten de manera idéntica a uno y otro lado.
Es conocido el hecho de que la Isla en los momentos de la
invasión estaba políticamente dividida en dos bandos o reinos, regidos por sus
respectivos jefes o reyes, un dato ignorado por muchos autores es que estos
reyes maxos usaban de diademas o coronas adornadas con vistosas plumas, de ahí el
confundirlos con “indios”. El representar dos cabezas idénticas indudablemente
hace referencia a los dos bandos de la
Isla en un plano de igualdad.
Si miramos con atención los
relieves de la fachada podemos ver que casi todos ellos-a excepción de la cruz
latina-, son símbolos de la Diosa Tanit,
desde el rosetón de ocho radios-al igual que la estrella de ocho puntas-, es un
símbolo de la Diosa Madre
universal, la paloma, el triangulo, los peces, los rombos las serpientes, los
rectángulos y cuadrados son todos ellos atributos de la Diosa Tanit.
El
santuario más importante de los maxos de Fuerteventura es Montaña Tindaya. La
veneración en las montañas juega un
papel central en la cosmología y religión de la sociedad canaria tradicional,
como lo demuestran numerosos estudios etnográficos, documentos etnohistóricos y
restos arqueológicos de altura.
Hubo
peregrinaciones para venerar algunas montañas, en particular, como es el caso
de Tindaya, (ti-n_dday-a =La puntiaguda, Ignacio Reyes) y a veces se les
distinguió con altares o erigiendo monumentos grabados en piedra, como en este
caso podomorfos, en algunos casos asociados a otros signos de claro significado
astral o alguna ofrenda especial.
Los
antiguos Mahos creían también que el cielo y la tierra, la Sol y el Luna, las estrellas,
el viento y la lluvia, los relámpagos y los rayos, el fuego y otros muchos
fenómenos naturales también tienen su espíritu.
La
sacralización de Montaña Tindaya queda confirmada por la existencia en la misma
de numerosos yacimientos de grabados rupestres representando podomorfos.
También hay podomorfos en la
peña del Majo, en Lanzarote, en el Valle
de San Lorenzo y en la Bica
(La Matanza
de Acentejo), en Tenerife, pero en mucha menor cuantía, también están
documentados en Teroror, Gran Canaria.. Estas estaciones de podomorfos tan
impresionantes como la de Tindaya tienen sus paralelismos en el continente,
siendo de los más significados los de Nag Kolorodna que se halla situado a unos seis kilómetros al
sur del wadi Korosco en la orilla derecha del Nilo pasadas las
agrestes alturas que limitan aquel wadi por el Sur,
frente a la cima coronada por la fortaleza turca. Unos tres o cuatro kilómetros
más al sur del caserío de Korosco, cuando ya el Nilo ha
iniciado la curva famosa que lleva el nombre de
aquel lugar, en la Alta Nubia egipcia,
estos yacimientos de grabados podomorfos están datados en el 3800 antes de la
era occidental actual.
En la
Isla Esero (El Hierro), como es sabido los Bimbaches
adoraban a la Diosa Moneiba[3] , el
nombre quizás alude al cielo-universo y a su paredro Eraoranhan,[4],
posiblemente hace referencia a la
Sol, no sacrificaban, sólo rogaban por los temporales para el
herbaje de sus ganados, y estos dioses no estaban representados en materia
alguno, sino que estaban en sus pensamientos. El lugar donde se encontraban
estos dioses, eran dos peñascos largos a manera de mohones, que están en el
término que llamaban Bentayca, lugar que hoy recibe el nombre de Santillos de
los antiguos, allí acudían los Bimbaches para hacer los ruegos y las
peticiones, las cuales subían al cielo. En otro lugar santo llamado Tacuytunta,
había una cueva llamada Asteheyta, en donde tenían un cochino (cerdo) llamado
Aranfaybo, que era el demonio, amigo de Eraoranha.
En momentos de sequía recurrían a la divinidad del Aranfaybo, el dador de lluvia.
Cuando les faltaba el agua se
juntaban en Bentayca, donde estaba su santuario, y alrededor de aquellos
peñascos estaban sin comer tres días, y con el hambre lloraban, el ganado
balaba, y ellos daban voces a las divinidades para que les mandase el agua, si
con esta diligencia no llovía, uno de los naturales, el santo, iba al término
de Tacuytunta, donde estaba la cueva Asteheyta, y metiéndose dentro e invocando
a los cielos salía de dentro un animal en forma de cochino, al que llamaban
Aranfaybo, al salir lo cogía y metiéndoselo debajo del Tamarco lo llevaba a
donde estaban los demás esperando con sus ganados alrededor de aquellos
peñascos, y andaban todos dando gritos y voces en procesión a la redonda de
aquellos riscos, como vemos la ceremonia de solicitud de agua a la Deidad idéntica a las demás
Isla.
Las deidades de la Isla de La Gomera, adoraban a un dios
creador llamado Orahan[5] y por
el otro lado a Hirguan, el dios maléfico, con aspecto de hombre velludo, aunque
en este aspecto algunos autores hacen referencia a unas estatuillas a la que
llaman Machial Mayor y Machial Menor.
Los dos centros cultuales más
importantes de la Isla
son La Montaña Sagrada
o Fortaleza de Chipude y el Alto del Garajonay.
La Montaña Sagrada
o Fortaleza de Chipude, este santuario de los gomeros fue estudiado por primera
vez por el amusnau Juan Bethencourt Afonso, quien señaló que en la superficie
de esta meseta: “se advierte un gran número como de pequeños corrales hechos de
piedra seca o sin argamasa, algunos de cantos rodados transportados de los
barrancos; ya de figura circular o elíptica, que, desde luego, revelan su
antigüedad, siendo notable los pequeños
círculos de piedra, que él sospechó sirvieron para recoger líquidos, a modo de
cazoletas, y que “estaban tapados como por una pequeña pirámide de piedra”. Y
por último, “monumentos que fueron verdaderos ‘pireos’”. En el mejor
conservado, destacó la presencia de “trozos de huesos de cabra y de cabrito
calcinados, cuchillos de piedra, al parecer de fonolita, con los que
sacrificaban las reses; pedazos de carbón y leña casi carbonizada que juzgamos
son de brezo o tagasaste, y una piedra del tamaño de una naranja, redondeada
por la mano del hombre y medio quemada, que ignoramos a qué uso se destinaría”.
(Bethencourt Afonso, 1991).
En la cima del Alto de Garajonay, situada a 1375 m de altura, se
localiza uno de los enclaves sagrados más importantes de la isla, con al menos
cuatro aras de sacrificio. y en cuyo seno se encuentra la Laguna Grande, un
llano circular que surge en un claro del bosque y que desde antaño fue punto de
encuentro de los diversos caminos que recorren la isla y de reuniones
cultuales.
Éstas se celebraban en un círculo de piedras que, según la
tradición oral, ha sido utilizado hasta hace muy pocos años. Cerca se alza un
monolito que aún conserva las señales de su uso ritual.
La tradición refiere también la existencia en este paraje,
hasta hace unas décadas, de diversos amontonamientos de piedras distribuidos en
todo el claro del bosque. Túmulos que, según la hipótesis del arqueólogo
Antonio Tejera Gaspar, fueron realizados por los antiguos gomeros con las
piedras que cada caminante dejaba en el lugar al pasar por él.
Una costumbre que entre los imazighen continentales tiene
un carácter ritual, pues cada piedra representa al espíritu de un antepasado.
En conjunto, las piedras forman altares denominados kerkús, costumbre que
continua vigente en nuestras Islas, es frecuente en las carreteras y caminos
así como en otros lugares donde se haya producido una muerte violenta, ver
montones de pequeñas piedras depositadas por los caminantes al lado o encima de
las cruces que señalan el lugar del suceso.
Sr. Báez, en una próxima entrega continuaremos tratado este
tema con relación a las denominadas “Islas realengas”
El antiguo pueblo canario como el actual dotado de
extraordinaria sabiduría, hemos practicado nuestra religión en escenarios
naturales donde imponen su señorío el cielo, la tierra, el viento, la planta,
el ingenio animal. El guanche se funde con la naturaleza todo puesto en
armonía, todo tendiendo a esa armonía natural tan admirada por Pitágoras y que
más modernamente haría decir a Víctor Hugo: “Hombres, no temáis, la Naturaleza conoce el
Gran Secreto y sonríe”, frase filosófica que alude al destino de la humanidad y
al gran plan de la Diosa
Madre para con sus hijos, evitando que estos comulguen con
piedras de molino.
[1] Le
recomendamos consulte el artículo de Eduardo P. García Rodríguez Arquitectura Canaria Pre-colonial, Diosa
Tanit Versus Diosa Chaxiraxi (XXI-VI),
publicado en www.elguanche.net.
[2] Pájara. Fv. Top. Comarca centro-occidental y meridional de la Isla, convertida hoy en un
municipio de 383 km
cuadrados. Expr. t. Pajara. 2.
Tf. desus. Top. Lugares en Tacoronte y Güímar. Expr. t. Pajara.
― *b-aɣar, n. vb. m. sing. de
[B·Γ·R] ‘ventura, fortuna, suerte’. N. B. Aunque en las hablas
nigerianas y malíes la raíz posee ya un aspecto trilítero, la constancia del
mismo concepto en el Marruecos central bajo la forma [Ɛ·R] aεr(i), permite
observar en el radical [B] el morfema expresivo de intensidad b-, lo
cual lleva la traducción del vocablo isleño hasta la 'gran o fuerte ventura'
que ha quedado como denominación insular.
(Dr. Ignacio Reyes García)
[3] Moneiba. Hi. ant. desus. Rel. Divinidad femenina. Expr. t. Moheira, Moheyra, Monba,
Moneyba, Montiba, Morayba, Moreiba, Moreyba.
― moneibba < *munəy-ibba,
comp. f. sing. lit. ‘resplandor
humeante’.
*e-mnəymənəy (ə), n. vb. m. sing. de [M·N·Y]
‘brillo’.
*i-bba, n. vb. concr. m. col. de
[B·B] ‘humo’. (Dr. Ignacio Reyes García)
[4] Eraorahan. Hi. ant. desus. Rel. Divinidad masculina. Expr. t. Erahoranhan,
Eranoranhan, Eraoraham, Eraoranham, Eraoranhan, Eraoranzan, Fraoranhan,
(Orahan), Oranjan, Orofan, Orojan, Oronfan, Oronjan. N. B. La variante Orahan
parece haber sido adscrita por Torriani (1590: LIX, f. 82r) a la isla de La Gomera
por error.
― eraoraghan < *era-uraɣan, comp. m. sing. lit. ‘quien es o está en lo ardiente’.
*ere, pron. apoyo sgvo. indef. de [R] ‘el que,
cualquiera, quienquiera que, alguien o alguno que’.
*u-raɣ-an, p. ac.
m. sing. de [(W)·R·Γ] ‘ardiente’, ‘brillante’, ‘dorado’, ‘flamante’. (Dr.
Ignacio Reyes García)
[5] Orahan. m. Hi. ant. desus. Divinidad masculina. Expr. t. Oranjan, Orofan,
Orojan, Oronfan, Oronjan.
― *uraɣ-an, adj. m. sing. lit. ‘brillante’.
*uraɣ, n. m. sing. de [R·Γ]
‘hecho de arder’, ‘brillar’.
*-ăn, suf. adj. calificativo
de [N]. (Dr. Ignacio Reyes García). Esta definición encaja perfectamente con la Sol, recordemos que entre los
mazigios los astros cambian de genero, siendo por tanto La Sol y El Luna.
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