Guayre Adarguma*
CULTO A LOS ANTEPASADOS
El mundo religioso de la sociedad guanche, debió ser en
extremo complejo, a pesar de que las referencias que sobre el mismo nos han
llegado son pocas y confusas debido a la imposición traumática del catolicismo,
cuya misión primordial fue la erradicación furibunda e irracional de todo
vestigio de la milenaria religión profesada por
el pueblo guanche, los pocos
documentos que hasta nosotros han llegado, especialmente los conservados a
través de la tamusni, y las escasas referencias recogidas por los cronistas,
aunque estas están expuestas desde un punto de vista etnocristiano y
etnocentrista, nos dejan vislumbrar un mundo espiritual y una concepción del universo
y de la función que el hombre desarrolla en él, mucho más elevada que la que
portaban aquellos bárbaros fanáticos cuya religiosidad se basaba en unas
simples prácticas externas, (teatrales) carentes de conceptos elevados de la
moral y la ética.
La riqueza religiosa y espiritual del pueblo guanche,
está modelada por milenios de práctica en torno a los designios de la Diosa-Madre, cuyos
aspectos iremos desarrollando en páginas sucesivas. La estricta observancia que
de los postulados religiosos y morales hacía la sociedad guanche, quedó
recogida por algunos autores los cuales no dudaron en calificarla como una raza
de valientes y pacíficos pastores, de costumbres moderadas y puras, modelo de
honradez, lealtad, pundonor, moderación
y formalidad, trabajadores compasivos, y
extremadamente respetuosos con los ancianos,
y sumamente hospitalarios. Estas virtudes son reales, no son un producto
literario, pues las mismas forman el sustrato ético y moral de la población
Canaria actual, a pesar de la avalancha de “cultura” globalizadora que en estos
últimos tiempos nos invade con una virulencia mucho más activa que, aquella que
sufrimos hace más de quinientos años, y que lamentablemente, aún continuamos
sufriendo y soportando, quizás como justo castigo y penitencia por haber
permitido el que unas hordas extranjeras nos arrebataran el sagrado culto a
nuestros Divinidades ancestrales.
Es por ello que debemos orientar
nuestros espíritus, hacía el encuentro
con los espíritus de nuestros antepasados, para que en estrecha comunión con
ellos, hagamos aflorar el cúmulo de virtudes que nos han trasmitido, que están
latentes en nuestro ser, y que nosotros
hemos mantenido en parte oculto, por el temor que han incrustado en nuestras
conciencias, las practicas represoras de una religión deshumanizada,
absolutista y, básicamente amoral, que nos ha sido impuesta con la fuerza de
las armas.
Al contrario que la creencia
monoanimista, propugnada por otras religiones, la Iglesia del Pueblo Guanche
sostiene que el hombre tiene dos espíritus: el Espíritu Vital, que mantiene en
correcto funcionamiento las funciones orgánicas (respiración, circulación de la
sangre etc.) y responsable a su vez del calor corporal y de la capacidad de
movimiento, así como del conocimiento del entorno donde nos movemos; y el
Espíritu Libre, que está localizada debajo de la parte superior del cráneo y
que alberga la conciencia, la capacidad de entendimiento y decisión, y la
voluntad.
Mientras que el
Espíritu Vital permanece de forma indisoluble unida al organismo, el Espíritu
Libre es puramente espiritual, independiente del cuerpo, al igual que los
espíritus y las Divinidades.
“Cuando las
funciones orgánicas se hallan desactivadas, como en el sueño, durante un
desmayo, en el delirio, etc., el espíritu puede separarse de su envoltorio
físico y puede viajar al otro mundo, a otros planos espirituales. Lo que allí
ve y experimenta lo trasmite al hombre en forma de sueños y visiones. Tras la
muerte del cuerpo viaja al seno de Magek, va al más allá con los antepasados.
Ya que el hombre no es inmortal pero sí su Espíritu libre.” (Klaus E. Müller et
al, 2000: 481-ss.)
Los espíritus,
son entes libres o vitales de los antepasados, que desempeñan un papel
importante entre los poderes del más allá junto a otros espíritus y dioses
paredros que forman la Corte
de la Gran
Diosa-Madre-Chaxiraxi, Magek-Tanit-Tara-Diosa
Celeste-Moneiba, Abora, etc. Puesto que la autoridad aumenta con la edad,
cuando más edad se tiene más perfección se alcanza y por consiguiente más puro
es el espíritu, Así, pues los antepasados desde los más antiguos fundadores del
pueblo guanche-mazigio, disfrutan ante la Diosa del rango más alto, por encima del más
viejo de sus descendientes, aunque por debajo de los dioses, los cuales a su
vez están por debajo de la
Diosa Superior y Creadora, como la más poderosa de todos. Los
espíritus, al igual que los ancianos con vida, aconsejan a los suyos, en
sueños, se preocupan de que sigamos buen camino, nos brindan la fertilidad de
nuestros animales, vigilan nuestros campos y nos guían en nuestras profesiones
y empleos. Y sobre todo, vigilan que nos mantengamos fieles dentro del orden
trasmitido de generación en generación. Quienes somos negligentes recibimos
advertencias en forma de signos y pequeñas desgracias, los que no llevamos una
vida honesta, nos veremos afectados por enfermedades graves, accidentes,
pérdidas materiales o la misma muerte. Así pues, todos debemos poner un
desmesurado interés en nuestras relaciones con los espíritus de nuestros
antepasados, manteniendo unas relaciones fluidas, sin perturbaciones, para ello
debemos guardar un culto reverente. No descuidando hacerles con regularidad ofrendas de ramas,
flores o lo que buenamente y con amor podamos ofrecerles. Debemos tenerlos
presentes en nuestras fiestas y celebraciones familiares, y en las
comunitarias, si danzamos cantemos hagámoslo en su honor, cuando tomemos
moderadamente unas copas o participemos en una comida, hagámoslo en su honor,
pues ellos siempre están entre nosotros.
Los espíritus
de nuestros antepasados, están íntimamente ligados a sus descendientes más
próximos, al entorno donde ellos moraron en vida, y al grupo donde desenvolvieron su actividad cotidiana.
Se preocupan especialmente por proteger a los suyos, siempre que estos se
comporten de forma adecuada y les rindamos correctamente los rituales, tal como
hemos expuesto más arriba, así nos veremos protegidos del peligro y de los
estímulos negativos. Los hombres jóvenes para adquirir su espíritu protector
personal, deben mantener una búsqueda que en ocasiones puede ser larga, y nada
fácil debido a los impulsos propios de la edad, pero esta búsqueda puede ser
mucho más fácil si pone en ello verdadero empeño, observando una vida honesta y
haciéndose aconsejar de personas mayores, entendidas y de buena vida.
También debemos cuidar a
los espíritus protectores de la región, ellos cuidan y protegen a los ganados,
los campos, los montes y las aguas y el aire, las actividades profesionales y
los lugares de trabajo. Estos espíritus han pasado por diversas etapas de
perfeccionamiento y la
Diosa-Madre Chaxiarxi los ha investido como dioses
mediadores, por lo que generalmente no están muy próximos entre si, y los
más perfectos y puros son los que guían
a los dirigentes y, a los sacerdotes y maguadas. A estos importantes dioses
mediadores se deben honrar de manera especial como mínimo una vez al año,
preferentemente durante la celebración del año nuevo guanche o durante el
Beñesmer.
El
mundo de los espíritus dentro de la teogonía de nuestros antepasados, es
complejo y ha sido poco estudiada. La información que nos ha llegado es poca y
confusa debido a que las creencias y ritos de la religión guanche fue
brutalmente reprimida como hemos dicho por el fanatismo cristiano, sí bien el
pueblo guanche se esforzó por conservar sus prácticas religiosas, el transcurso
del tiempo y los nuevos métodos de penetración empleados por la iglesia
católica, obligó a los detentadores de los ritos guanches a sincretizar dentro
de los ritos cristianos sus creencias como único medio viable para la
supervivencia de las mismas. En la actualidad, aún perduran y se practican
determinados ritos de nuestra religión ancestral, pero estos son celosamente
guardados por un número muy limitado de familias que son depositarias de éste
legado religioso, las cuales observan un
total hermetismo sobre los mismos, traspasado estos conocimientos entre
miembros de una misma familia, preferentemente de abuelos a nietos, y de tíos a
sobrinos manteniendo así, el culto primitivo, y también los aspectos
hereditarios del sacerdocio.
Este aspecto secreto del culto,
mantenido durante generaciones ha venido hurtando a la curiosidad del
investigador y del curioso muchos de los pormenores del culto guanche a los
espíritus, así, en este estado de la cuestión, no es de extrañar que algún
investigador haciendo uso de su profundo academicismo, diga con razón: “Resulta
difícil comprender de las fuentes escritas
qué idea tuvieron los guanches acerca del espíritu de sus muertos, a
donde iban en que lugar residían y, en general toda, todo lo relativo a su
concepción sobre este aspecto siempre difícil de explicación para el
comunicante, así como para quien recibe la información.
En este caso, probablemente, la
transmisión de estas ideas resultaría más difícil para los informantes que
serían muy reservados a la hora de manifestar sus opiniones sobre cuestiones
siempre tan difíciles de comunicar, como por el deseo expreso de no desvelar
hechos íntimos, seguramente en una cierta aureola de misterio, así como también
por la propia formación religiosa de quien la recibe. El Padre Espinosa,
recopilador de la información de los guanches, trasmite así su idea acerca del
“alma” <<...más ni conocían inmortalidad de las almas A. Espinosa, 1980:
35). En el sentido en que es conocida por un cristiano, con toda probabilidad
no supieron qué era. Un testimonio se recoge en la crónica de A. Sedeño”.
(Antonio Tejera Gaspar, 1988: 48-9)
Esta “aureola de misterio”
a que hace referencia el Sr. Tejera, no debiera sorprenderle ya que el propio
Espinosa da la explicación cuando nos dice: “Esto es lo que de las costumbres de los naturales he podido, con mucha
dificultad y trabajo, acaudalar y entender, porque son tan cortos y encogidos
los guanches viejos que, si las saben, no las quieren decir, pensando que
divulgarlas (a extranjeros) es menosprecio de su nación...”). (Fray Alonso
de Espinosa, 1980: 45)
La negativa mostrada por nuestros
antepasados a mostrar los fundamentos de nuestra ancestral cultura y religión
ante los invasores europeos, a la vista de las profanaciones de que eran objeto
por parte de los mismos, quedó recogida en un documento de súplica que los
invasores y colonos remitieron a la corte de la metrópoli del cual extraemos
los siguientes párrafos: […] y demás
desto muchos esclavos guanches que se huen andan alçados cinco o seis años
entre los libres, porque como todos son de una nación y biven en los canpos e
sierras acójense y encúbrense unos a otros y esto házenlo tan sagazmente, de
más de ser la tierra aparejada para ello, segund los barrancos e malezas e
cuevas y asperujas que no se puede saver sino por presunciones.
Especialmente por que es jente que aunque unos a otros se quieran mal
encúbrense tanto e guárdanse los secretos que antes morirán que descobrirse y
tienlo esto por honra y este estilo tenían antes que la dicha isla se ganase y
todavía se les a quedado, pues saverlo dellos por tormentos es inposible aunque
los hagan pedaços, por que jamás por tormento declaran verdad y por ser de esta
condición e manera es gente muy dañosa.[…] (Elías Serra Rafols y Leopoldo de la Rosa Olivera, t. 2, 1996:282)
Por otra parte, debemos tener en
cuenta que por la época en que escribió su obra Espinosa, y aún muchos siglos
después, la iglesia católica negaba el que los guanches-mazigios; los indios, e
incluso las mujeres del propio orbe cristiano tuviesen “alma”, concepto éste
netamente cristiano, por lo cual para el resto de la humanidad que estaba fuera
de la órbita de influencia del catolicismo, eran poco más que animales
provistos de cierto entendimiento.
El concepto de “alma” tal como lo
interpretan los cristianos, es muy diferente de la concepción que de “espíritu” o maxio tiene el guanche, por ello
para el guanche, cuando el cuerpo físico muere el espíritu vital le acompaña, y
éste, como parte integrante del ser, siente las mismas necesidades que el
cuerpo físico, hambre, sed, congojas y penas, y siente alegrías y felicidad, ya
que para el guanche, la muerte no supone una separación de la comunidad, sino
un cambio de estado, un pasar a otra vida, en la cual tienes las mismas
emociones, las mismas actividad e
incluso las mismas necesidades que en este plano, por lo que este nuevo estado
no supone una pérdida de contacto con los suyos y con la comunidad, contacto
que mantienen mediante el Espíritu Vital.
En ese nuevo estado del ser, tanto el cuerpo
como el espíritu precisan –simbólicamente-comer y beber - aunque en menor
proporción -, consiente de ello los vivos cuidan de los muertos aportándoles
regularmente comida y bebida en las tumbas. Este rito mortuorio estuvo vigente
en Canarias hasta mediados del siglo XIX, como veremos en otra parte, los deudos dejaban en las tumbas de sus seres
queridos raposas de papas, botas de vino, gofio, quesos, leche, baifos y
gallinas, y en general frutos de la tierra, productos que después eran
aprovechados por los párrocos hasta que un iluminado Obispo prohibió estas
practicas por considerarlas paganas, lo que produjo un considerable quebranto
para las despensas de los párrocos, y sustancioso aumento de las rentas
episcopales, pues las ofrendas en “especies” se sustituyeron obligatoriamente
por misas dedicadas a los difuntos pagadas en dineros en metálico. Hoy en día
aquella piadosa práctica se limita por imposición de la iglesia católica a la
colocación en los sepulcros unos ramos de flores.
El viaje de los maxios o
espíritus. ”Los guanches y, con toda probabilidad el resto de las poblaciones
insulares creían que los espíritus de sus antepasados iban a parar a la Sol, astro que, que como se
estudia en otro lugar, consideraban como Ser Superior por excelencia y era, por
tanto, objeto de adoración. Esta deidad
solar se sintetizaría de la siguiente manera: creían que los espíritus
de sus antepasados iban a parar a la
Sol, y cada mañana a su salida por el Este aparecían por el
firmamento, realizando el itinerario diurno hasta que finalmente desaparecían,
para de nuevo regresar al día siguiente. En muchas culturas este viaje de las
almas en su morada solar se ha simbolizado con un carro; en Tenerife este medio se ha sido sustituido por
pájaros y, en islas como El Hierro se asimiló a una casa.
Es posible que nuestra lectura
resulte excesivamente forzada y los argumentos no aparezcan suficientemente
contrastados, pero queremos que se entienda como hipótesis de trabajo dentro de
la cosmovisión guanche que hemos venido exponiendo.” (Antonio Tejera Gaspar,
1987:51)
En este planteamiento del
profesor Tejera Gaspar, sobre el viaje de la barca (o pájaro) solar creemos ver
un claro paralelismo con el viaje de la
deidad egipcia Ra (Magek). El demiurgo solar, por medio de una sucesión de
creaciones, pone en marcha un universo cerrado, animado por un mecanismo exacto
completamente a su servicio. Un himno, por ejemplo, ofrece una descripción
teórica de su acción y de su poder en el seno de este espacio: <<Yo te
saludo, Ra, en el momento de [tu] salida, Aton, en el momento de tu puesta.
Sales cada día, brillas cada día, apareciendo glorioso, rey de los dioses. Tú
eres señor del cielo y Señor de la tierra; has creado a los seres de arriba y a
los de abajo. Dios único que al ser por primera vez, que ha hecho al país y
creado a los seres humanos, que ha el Nun [...] , que ha hecho las aguas y hace
vivir a todo lo que en ellas se encuentra, que ha levantado las montañas y dado
la existencia a los hombres y a los rebaños [...] joven divino muchacho,
heredero de la eternidad, que se ha engendrado y dado a luz así mismo,
absolutamente único en diversas formas.>> ( Dimitri Meeks et al,
1965:163) Este carácter solar, aquí atribuido a Ra, es aplicable a Magek en
cualquiera de las representaciones que tiene en las diferentes Islas Canarias.
En nuestras islas, como en Egipto se adora a la Sol, como una de las manifestaciones de la Diosa-Madre como
tendremos oportunidad de ver. El Dios Ra, (en nuestro caso Magek) materializado
en la Sol,
aparece por oriente todos los días y después de hacer su recorrido diurno
desaparece hacía la tierra de los muertos por occidente para iniciar -como
también creen las religiones mesoamericanas- su viaje nocturno por el mundo
subterráneo donde habitan los muertos;
un viaje que recorre la deidad en “barcas mágicas” no visibles para los
humanos.
En cuanto a la comunicación con
el Más Allá, veamos algunas de las relaciones que dioses semi-dioses y
espíritus mantienen con el otro mundo dentro del panteón egipcio: “Las
opiniones sobre el origen de la creación del Más Allá no son unánimes. Por lógica, este lugar abría
sido creado para Osiris y, a continuación, para todos aquellos, dioses u hombres,
destinados a permanecer en él. Sin embargo, que en la génesis del mundo de
desechos, muertos que por no haber vivido en el momento fundamental de la
aparición de la luz, a los que había que alojar en algún sitio. De hecho según
algunas tradiciones, el demiurgo solar
abría creado el Más Allá para su reposo nocturno. Así pues, <<el imperio
subterráneo de los muertos procedía de una idea>>, es decir, de una
invención, que el demiurgo abría llevado a cabo con mucho trabajo. Cuando el
tiempo cíclico se establece, el Sol sólo pasa por el Más Allá en un breve viaje
nocturno que <<hace que la oscuridad sea aceptable>> para los
habitantes de esos lugares. Como los habitantes del Más Allá no pueden soportar
la plena luz, la Sol
por iniciativa propia, reduce la intensidad de su resplandor cuando viaja por
esos dominios, hasta el punto de aparecer <<oscuro y nublado>>.
Cuando penetra en esos lugares los habitantes del Más Allá deben renunciar a la
tibieza de sus cuerpos y de sus respiraciones, signos de la vida terrestre; el
Sol les calienta cuando pasa cerca de ellos y los despierta a la vida durante
un breve instante. El otro mundo es el lugar donde <<los rostros están
invertidos>> y las cosas son difícilmente accesibles. Los mismos dioses
no conocen bien el camino que Osiris siguió para llegar hasta el Más Allá y
temen penetrar en los caminos que pudieran conducir hasta allí. Las almas de
los muertos también tienen dificultades para llegar al Más Allá, pues deben
atravesar la tierra y superar diversos obstáculos. En algunos textos, los
dioses del cielo y del Más Allá están separados como si no tuvieran posibilidad
de encontrarse, eso demuestra hasta que punto es difícil el Más Allá y los
otros sectores de la creación se comuniquen entre sí, Es verdad que acercando
el oído al suelo, a veces se pueden escuchar unas llamadas que provienen de
debajo de la tierra, pero el vínculo que se establece de esa forma es muy
débil.” (Dimitri Meeks et al. 1965:132-33)
Aquí encontramos otro paralelismo
entre las practicas religiosas egipcias y las de los guanches, éstos empleaban
un medio para comunicarse con los espíritus de sus antepasados cuando la
comunicación era urgente y no podían o no querían esperar a efectuar otros
rituales más complejos; el método consistía en valerse de cualquier hendidura
profunda del terreno y, a través de ella comunicarse con los espíritus de los
ancestros, cuando no disponían de grietas naturales, simplemente abrían un hoyo
en el terreno, y tendidos en el suelo hablando a través de él se comunicaban.
Así mismo, tenían otro medio de comunicación con los espíritus, consistente en
los llamados bucios de piedra, éstos son unas rocas que se encuentran en
determinados lugares y que han sido perforadas por agentes naturales en forma
de bocinas, las cuales eran usadas como amplificadores de la voz para
comunicarse con los espíritus de los antepasados, en la actualidad, existe un
ejemplar en Igueste de Candelaria, conocida precisamente como el “bucio de los
guanches.” Es posible que determinadas piedras de origen volcánico, perforadas,
de manera natural y otras trabajadas por el hombre que han sido encontradas en
cuevas, estuvieran dedicadas al fin
comentado.
En la teogonía guanche como es
bien sabido el culto universal está dedicado a la Diosa-Madre Chaxiyaxi
y a sus parearos La Sol,
representado en Magek. “Como la más poderosa y benéfica de los dioses, cuyo
emblema en la tierra es <<el fuego nacido de su seno>>, tenido por
sagrado. Autora de la vida del hombre, tributabánle los epítetos más cariñosos
llamándole <<madre>>, siendo para los moribundos un consuelo supremo exhalar el último suspiro
con los ojos fijos en el divino astro. Todas las mañanas y antes de la
amanecida los kankus o sacerdotes de la Sol adornados con guirnaldas
de hojas de viñático, dirigiéndose en comunidad tocando chácaras, flautas y tambores a determinados
lugares, para impetrar del dios su presencia en la tierra y saludarle con
himnos y danzas. Cuando aparece sobre el horizonte, desde el rey al último
vasallo postrábanse de rodillas con las manos en alto para venerarla, otros saltaban, bailaban, silbaban o lanzaban
gritos de entusiasmo.” (Juan Bethencourt Alfonso, 1994, t. II: 269)
La tamusni, nos ha trasmitido la
ubicación de varios de los lugares donde los kankus llevaban a efecto estas
ceremonias matinales de la bienvenida a la Sol, especialmente en la parte sur de la isla de
Chinet (Tenerife,) zona que permaneció durante mucho tiempo alejada de la
aculturización católica, debido a que los conquistadores no osaron adentrarse
masivamente por estas tierras durante los dos primeros siglos inmediatamente
posteriores a la invasión y conquista, lo que facilitó que se conservasen las
costumbres y tradiciones durante mucho más tiempo así tenemos que: “Era sagrado
el fuego que procedía de Magek, como el rayo, relámpago, el obtenido por
frotamiento de dos maderos, el doméstico y en una palabra el que no tuviera su
origen en Chinechi o infierno. Y hoy como antes, sigue siendo sagrado.
No hay campesino que se atreva a injuriarlo, ni escupirlo. Aunque hacen
hogueras en San Juan, San Pedro y otros días del año, para muchos la fecha y el
santo es el pretexto, como en las famosas hogueras de Chirche y Aripe
de Guía, por que en el fondo dedicadas a Magek.” (Juan Bethencourt Alfonso,
1994, t. II: 279)
“En todos los reinos tenían
señalados estos diferentes lugares para las diferentes épocas del año, que nos
hacen pensar se estarían en relación con los
cambios de la Sol. En
el reino de Güímar, uno de los puntos era la montaña de Archaco, y para
el clero de Arafo unas veces el roque de Chiguergue, otras el de Jóaquina,
y a al de Iserse o a montaña de <<Arguama o Montaña
Santa>> en Igueste.(Ibíden)
En el reino de Abona, hacía Fasnia: a la <<Montaña
de Santa>> o de Fasnia, ya a la
<<Montaña de la Gloria>>
en Icor, o al <<Llano Santo>> al E. de Chajaña de Arico; y por la
parte de Granadilla, a la <<Montaña Santa>>. (Ibíden)
Por el reino de Adeje, al <<Roque de Jama>>
etc. Aún en los pueblos del Sur (isla de Tenerife) se oyen las frases, aunque
ya con sentido irónico: <<¡vete a buscar el sol>>; y todavía es
bastante conocida la broma que gastan con los de Arafo llamándolos
<<cancos>> y diciéndoles que vayan a buscar el sol. (Juan
Bethencourt Alfonso, 1994, t, II: 279)
Todos estos lugares cultuales mencionados por Bethencourt
Alfonso, así como otros muchos existentes en toda la orografía insular,
reafirman su condición de lugares sacros por el hecho de que han sido
sincretizados por la iglesia católica, por ello, vemos en las cimas de las
montañas o en los llanos pequeñas ermitas o cruces implantadas con el ánimo de
“santificar” desde el punto de vista del ritual católico, estos lugares sacros
de nuestros ancestros.
Es tradición y esta
recogida por la tamusni, que cada mañana antes de amanecer, los Kankus de
Arafo, se desplazaban tocando el Tajaraste hasta el lugar del Pino Santo, donde
al presente se encuentra una pequeña capilla dedicada a un Cristo del Pino,
para dar la bienvenida a la Sol,
recitando entre otras, la siguiente oración:
¡¡Uh!! Magné
Mastáy Achen tumba Manéy.
Tanemir
uhana gek magék Enehana benijime harba
Enaguapa
acha abezan.
Cuya traducción al castellano es la siguiente:
¡¡Oh!! Madre del cielo
Madre de la tierra
¡Oh! Madre del cielo, Madre del crecimiento de la hermandad,
Madre de lo nuevo’.
Gracias poderosa Sol / por salir un día más
para alumbrar
la noche.
Esta oración que encierra en sí todo un tratado de
filosofía religiosa, es una de las básicas en todos los templos de la isla de
Chinech (Tenerife,) y es presumible que lo fuese en el resto del Archipiélago
con igual o similar contenido ya que también está recogida en Tamaránt.
Posiblemente la traducción no se ajuste totalmente al sentido de la oración en
lengua guanche debido a la corrupción recibida al ser vertida al castellano,
aun así, en el presente es una de las oraciones de acción de gracias que
dirigimos la Diosa-Madre en su
aspecto como Magek, es decir, la
Sagrada Sol, pues como hemos dicho anteriormente, en la
cultura guanche-mazigia tanto el Sol como La Luna cambian de genero
LOS
ESPIRITUS INTERMEDIARIOS, TEMA DIFÍCIL: Algunos autores
contemporáneos han afirmado que, el hombre del XXI desarrolla su vida en un mundo de desconfianza y
materialista, para el que el tema de los espíritus le resulta difícil. Esa
afirmación resulta exagerada, ya que supone adsulutizar una imagen del “hombre
de hoy” (bien entendido que cuando decimos hombre nos referimos indistintamente
al hombre y a la mujer) lo que es, expresión tal vez sólo de algunos ambientes.
Sin embargo, y con esa reserva, conviene tenerla presente, a fin de atender
pastoralmente a esa situación. Estas dificultades de asunción por parte del
hombre Canario actual del hecho espiritual viene motivado
por la herencia recibida de siglos de alienación mental llevada a cabo
por la religión impuesta y dominante.
El hombre del siglo XXI se halla
habituado a la desconfianza racional de todo lo que no cae bajo el dominio del
dato concreto de la experiencia. Quienes se mueven en esa esfera racionalista
acaban, como advierte Regamey, por negar de raíz todo el orden sobre natural y,
por tanto, la existencia de seres superiores al hombre, seres-espíritus.
Aun en el campo religioso, en el
que el peso de las costumbres y de las creencias es tan hondo, se evaden con
las teorías de los mitos: el espíritu como ente sería un personaje mítico.
Bultmann, que no puede zafarse de la presencia permanente del espíritu de la Diosa (o Dios) adopta una
actitud radical de negación “El conocimiento de la potencia y de las leyes de
la naturaleza ha extinguido la fe en los espíritus y en los demonios. Los
astros se mueven por leyes cósmicas; las enfermedades y su curación son efecto
de causas naturales. No se puede usar la luz eléctrica o los rayos X e invocar
el mundo de los espíritus” (L’interpretation du N.T., 14243: París 1955.
Hay otra dificultad objetiva,
consistente en la imposibilidad de un conocimiento directo, por el método de la
experiencia de laboratorio, de la “mismidad” de esos seres superiores. Son
espíritus puros y, por tanto, se escapan, como objeto empírico de comprensión,
para la garra de la razón.
Hay, en fin, para el creyente-y
el teólogo lo es- un problema de tipo documental: Por un lado, la inmensa
tradición literaria y devocional, y por otro, los datos aportados por la
tamusni (historia oral) sobre la naturaleza de los maxios (espíritus). Por otra
parte, influye en la percepción del hecho presencial de los espíritus, el grado
de sensibilidad que muestre o posea la naturaleza del creyente.
La existencia de los espíritus
(maxios) es, fundamentalmente, una verdad de
fe. La fe será por consiguiente, el punto de apoyo para sondear la
naturaleza de los entes espirituales. Incluso la iglesia católica, que
históricamente se ha erigido en perseguidora de los espíritus “paganos”, admite
la existencia de éstos sincretizados como ángeles desde el Antiguo Testamento
hasta la actualidad. Así, la iglesia católica afirma en el credo la existencia
de <<seres invisibles>>; en el concilio IV de letrán (1215) y en el
Vaticano I (1870,) lo define expresamente; la liturgia católica canta la
existencia de los espíritus, en el Prefacio y los invoca en el Canon:
<<Te rogamos, oh Dios todopoderoso, que mandes llevar estos dones a tu
excelso altar por manos de tu santo Ángel>>. Para el hombre moderno
canario, <<que no acierta a pensar en los espíritus con la transparencia
espiritual y la sutileza de los antiguos>>, no hay otra argumentación que
ofrecerle sino es la de la fe. La razón – obstaculizada por prejuicios o
predisposiciones inculcadas por la religión impuesta no haya razones
demostrativas concluyentes -. Sin embargo, el Doctor de la iglesia católica
(Agustín de Hipona, de orígenes mazigio y pagano, que veneraba a Tanit antes de
su conversión al cristianismo) formula una razón de conveniencia de
extraordinaria hondura teológico, y
perfectiva: <<Es necesario admitir la existencia de algunas criaturas
incorpóreas – dice – porque lo requiere la perfección del universo>> (1
q50 al). Quien ve con ojos limpios la obra creadora de Dios, sabe encontrar y unir los hilos que lo
tornan inteligible. Con todo, es la fe la que juega aquí el papel primordial.
El análisis del teólogo se hace
sutilísimo. Los entes mediadores son criaturas totalmente espirituales,
sustancias completas, superiores al hombre
e inferiores a la Diosa,
con una enorme capacidad de inteligencia y de amor, elevadas al orden sobre
natural, sometidas a una prueba que determinó la distinción entre espíritus
buenos y espíritus malos. Los espíritus buenos los Espíritus Libres que están
en la presencia de la Diosa,
los Espíritus Vitales bienaventurados, a los que se les permite morar en el
Sagrado Valle de Eguerew, <<forman una multitud inmensa, superior a la
muchedumbre de los seres materiales, porque la Diosa-Madre Chaxiraxi
que mantiene perfecta la creación, abre más la mano en la cantidad a medida que
sus criaturas son más perfectas, más espirituales. No hay, además dos entes de
la misma especie, sino que cada uno tiene la suya propia.
Sorprende el desdén que algunos
teólogos “modernos” sienten por el tema. El hombre canario actual demasiado
tecnificado, vive un mundo terreno, con actitudes humanas paradójicas, como
<<moradas vitales>> entrañan, en su diversidad, una lección: es
necesario llevar a los hombres hacía comprensión de la realidad de la realidad
del espíritu, liberándolo así de la estrechez mental materialista y
enriqueciendo así, sus espíritus. Para ello no hace falta extenderse en
imaginaciones sobre los espíritus maxios - lo que sería contraproducente -,
sino la firme adhesión a lo que los antiguos
nos han trasmitido, tratando de profundizar en el mensaje que está
impregnado de manera indeleble en nuestra naturaleza.
A parte del culto a determinados
entes espirituales, la devoción popular se ha centrado en los espíritus
custodios personales (muchos de ellos sincretizados en santos católicos).
La teología en su arquitectura
doctrinal presenta una fértil enseñanza sobre la misión de los espíritus
guardianes.
*Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
Seudónimo de Eduardo Pedro García Rodríguez
Ciudad colonial de Eguerew,
noviembre de 2007.
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