"Primero te ignoran, pronto te desprestigian, luego
discuten tus ideas y más tarde se las apropian".
Miguel
A. Martín González.
Chaurero n Eguerew
Hemos venido siguiendo con
atención una serie de artículos publicados por don Fernando Báez Santana,[1] en
medios digitales en torno a la religiosidad del pueblo guanche. El Sr. Báez es
preclaro sacerdote de la iglesia católica apostólica romana implantada en esta
colonia del reino de España en el noreste de África denominada Archipiélago
Canario.
Conociendo el profundo amor que
don Fernando profesa a nuestros antepasados guanches y a nuestra ancestral cultura, lo que se refleja
entre otras cuestiones en su permanente “cruzada” en defensa de nuestro
patrimonio arqueológico, humano, agrícola y ganadero, lo cual le distingue aún
más si ello fuera posible como un canario de pro.
Por ello nos sorprende el giro
que paulatinamente ha ido dando a su serie de artículos en torno a la religión
de los antiguos canarios, actitud compresible solamente si tenemos en cuenta la
total fidelidad a su obispo, fidelidad de la que don Fernando hace gala
públicamente, por consiguiente, es posible que haya recibido algunas consignas
de sus superiores, los cuales conocedores de la estima de que goza don Fernando
entre sus fieles y determinados sectores de la sociedad canaria, además de sus
excelentes dotes de comunicador, le estén utilizando de manera solapada como
instrumento de ataque directo e indirecto contra una determinada confesión
religiosa.
Conociendo lo prolifero de la
pluma-o teclado-.de don Fernando cuando desarrolla cualquier tema, hemos dejado
transcurrir un tiempo prudencial antes de exponer nuestros planteamientos y
puntos de vista ante algunas inexactitudes y desafortunadas afirmaciones de don
Fernando en su serie de artículos donde nos expone su personal visión de la espiritualidad del primigenio y actual
pueblo canario, no exenta de una gran carga de etnocatolicismo como es natural
en un hombre de profundas convicciones.
Suponemos que don Fernando ha
dado por concluida, por lo menos de momento, dicha serie de artículos, por ello
pasamos a exponer nuestro punto de vista sobre el contenido de algunos aspectos
recogidos en los mismos, bien entendido que no nos anima deseos de polemizar y
sí de compartir planteamientos que puedan enriquecernos mutuamente en el plano
espiritual y cultural.
No es fácil
valorar la situación espiritual del pueblo guanche actual sin caer en
simplificaciones excesivas o malas interpretaciones. Hasta la fecha no se han
realizado estudios profundos sobre la verdadera base ritual y devocional
popular en las islas antes de la ocupación y
colonización española. Quizás esta situación se deba a dos razones
fundamentales y ambas complementarias. En primer lugar, una dependencia
absoluta de las misiones españolas, moldeadoras de una conciencia catequizadora
totalmente descontextualizada; y en segundo lugar, una total falta de
comprensión de las raíces históricas y
espirituales que una nación sometida recibe
en la percepción de un catecismo
impuesto.
Dicho lo que antecede vamos a
entrar en materia, iremos analizando uno por uno los mencionados artículos.
(I)
IGLESIA GUANCHE
Don
Fernando inicia este escrito aludiendo que en su día le fue sugerido por don
Elio Rodríguez Figueroa insigne matriota canario, fervoroso independentista,
caballero revolucionario y convencido militante marxista-leninista,
profundamente ateo y, ejemplo de honestidad y calidad humanas.
El Sr. Báez expone en este
artículo entre otras cuestiones: “Los guanches, tenían su propia Iglesia (o reunión
religiosa), formada por: su Dios, su clero, sus lugares de culto, sus
ceremonias, sus rezos, sus mujeres consagradas, su culto a la muerte, sus
ofrendas, etc., y así: Dios (Acorán): con pequeños matices diferenciadores en
cuanto a pronunciación del término, en función de las traducciones, los
guanches, creían en el único Dios: el sustentador del universo,
coincidentes con las religiones monoteístas, y no eran idólatras; veían en el
sol –como san Francisco de Asís- la manifestación del poder divino, al que no
adoraban.”
De
acuerdo con don Fernando en cuanto a que nuestros ancestros guanches tenían -y
tenemos-, una Congregación espiritual perfectamente reglada etc., aunque no
compartimos su afirmación de que el panteón guanche estuviera presidido por una
divinidad masculina (Acorán) como explicaremos
más adelante, así como la pretensión de que la religión guanche es
monoteísta, ya que como tendremos oportunidad de ver, sus fundamentos
participan del monoteísmo (Diosa Madre Universal) del politeísmo (Dioses
Paredros) y de ciertos aspectos del animismo (veneración a los espíritus de los
ancestros, respeto a la naturaleza).
Si ha
existido un pueblo al que podemos atribuir una ciencia, una política social y una moral “sagradas”,
es sin duda el antiguo pueblo canario. No cabe duda que esta tierra bañada por la Sol y fecundada por los
alisios, ha sido especialmente bendecida por la Divinidad, la Diosa-Madre Chaxiraxi en
sus varios aspectos, así como por sus paredros; Magek, Achuguayu, Chayuga, en
sus diversas manifestaciones en las islas, unas Divinidades cuya presencia
subyace inmanente en la
Naturaleza y cuya energía ilumina todos los actos de la vida
del hombre y la mujer guanche anteriores
y actuales.
Vamos por partes, veamos el análisis
lingüístico de la voz: “Acorán.
adj. m. GC, Tf. ant. desus. Rel. Divinidad masculina. Expr. t. Achoran,
Achoron, Acoran, Alcorac, Alcoran, Alcorán.
― *ā-hɣur-an
> aqqoran, adj. m. sing. lit. ‘el Celestial’.”
(Dr. Ignacio Reyes García).
Como podemos ver por
la traducción, la voz Acoran usada
tanto en Tamarant (Gran Canaria) como en Chinech (Tenerife) no hace mención a
un dios determinado, y mucho menos hace referencia a un dios
sustentador del universo. En todo
caso hace se refiere a un astro posiblemente la Sol o el Luna, la estrella Canopo o a cualquier
espíritu celestial e incluso al rayo.
Recordemos que en las
culturas imazighen (beréberes) y por consiguiente la insuloamazigh los astros
cambian de genero siento por tanto el
Sol femenino y la Luna
masculino.
En cuanto a su afirmación de que
la religión guanche era: “coincidentes con las religiones monoteístas, y no eran
idólatras; veían en el sol –como san Francisco de Asís- la manifestación del
poder divino, al que no adoraban.”
Mucho
nos tememos don Fernando que su fe o su consabida bondad le ciega, o
posiblemente los árboles no le dejan ver el bosque. Tal vez en su calidad de
Licenciado en Historia de la iglesia católica ha tenido acceso a fuentes
documentales mas fiables que las manejadas por los cronistas e historiadores de
la invasión ocupación y colonización de este Archipiélago Canario, más fidedignas
incluso que las del Papa Urbano V
quien en su bula “Ad hoc Semper” afirma que los antiguos canarios
adoraban al Sol y a la Luna.
Si le parece don Fernando, para
ir entrando en materia vamos a dar un somero repaso a las referencias
documentales en torno a las prácticas de Culto a la Sol al Luna y otros astros de
los canarios primigenios, a pesar de que las dificultades en el estudio de las manifestaciones
religiosas del pueblo guanche son debidas a que las fuentes
etnohistóricas nos han sido trasmitidas mayoritariamente por autores europeos
imbuidos de una gran carga etnocéntrica, además de las profundas
convicciones monoteístas de unos religiosos católicos
del S. XVI.
«... Tenerife y Palma, sus
habitantes son de aquella gente que se llaman canarios,
que es un gran pueblo. Adoran al Sol como a Dios» (Diogo Gomes de Sintra, en B. Bonnet,
1940:98)
En la
mencionada bula del papa Urbano V de 2 de septiembre de 1369, con
ocasión de estimular la presencia de misioneros catalanes en el Archipiélago:
«..quod in
Canariae et alus eis adiacentibus insulis, quae Insulae
Fortunatae nuncupatur, sunt personae utriusque sexus nullam legem tenentes nec
aliquam sectam sequentes, sed dumtaxat Solem et lunam adorantes...-»
(J. Alvarez, 1945: 12).
[Que en
Canaria y otras islas adyacentes, llamadas Islas Afortunadas,
son personas de uno y otro sexo que no tienen leyes ni siguen
secta alguna, pero sólo adoran al Sol y la Luna].
Su única
práctica de devoción consistía en prosternarse ante el sol
en el momento de su aparición.
No conocían
ninguna religión, y jamás misionero alguno les llevó alguna
doctrina [Ibn Jaldún 1977 (1347), 169].
Cada Mosto, en 1455 refiriéndose a los
primigenios habitantes de Chinech (Tenerife) entre otras cosas nos dice: “Son
idólatras, y adoran al sol, la luna, las estrellas y otros diferentes objetos.
“
Con carácter
general lo explica también el viajero A. Cada Mosto en
dicho año, quien refiriéndose a todas las culturas insulares,
dice que “son idólatras y adoran al sol, la luna, las estrellas”
(A. Cada Da Mosto, 1895).
Los nativos canarios
adoraban unos al Sol, otros a la
Luna y otros a las estrellas.
Valentín Fernández, 1505.
“De cebo de
pico y de zumo de hierbas hacen de ello una composición con la cual se untan
para hacer su piel gruesa. Habitan en las cuevas de las montañas, y sus víveres
es el pan de cebada, carne y leche de cabra. Tienen vino y higos abundantemente y las cosechas es de marzo y de abril. Viven
sin alguna religión que el sol, y que la luna y que otra cosa como ellos más es
disgusto, adoran.” (Benedetto
Bordone)
Por su
parte, Abreu Galindo (1602), al referirse a las creencias de los guanches, introduce conceptos
monoteístas con connotaciones propias de la mentalidad cristiana.
Marín de
Cubas recoge: “En esta isla de Thenerife unos afirmaban que no había en el
cuerpo alma racional, ó que en muriendo el
cuerpo todo se acababa,- otros confesaban haber un Dios universal, y llamaban Jucancha,- juraban solemnemente por el sol,
llamado Acaman y que había otro Señor
que gobernaba el mundo, y las cosas sublunares llaman Iguaya hirají,
compuesto de guaya que significa espíritu, y hireji
cíelo. Conocen haber demonio y llaman guayóte, y que él sólo tiene la pena en la tierra, y en los sitios donde hay
volcanes, fuego y azufre, y en particular
en el monte de Teíde. Adoraban por cosa celestial y suprema deidad á la Virgen de Candelaria y al niño en su mano derecha
llamaban Chijoraji,-hasta el tiempo
de la conquista, contaban haber cien años solares que tenían á esta
Señora en su tierra, muy pocos más ó menos, y hacía en ellos admirables
prodigios en medio de ser paganos é idólatras,- hacían largas romerías á
visitar los huesos de sus sepulcros en todo
semejantes á los canarios y en particular había los más frecuentes en el pico del Teide y también juraban por los
huesos de sus antepasados a modo de venganza o pleito homenaje…” (Tomás Marín
de Cubas, [1694] 1993:220)
Los textos
y la Arqueología,
no dejan dudas acerca de la veneración de los guanches a la
Sol y al Luna, y en
general a otros astros.
Estimado don Fernando, como
podemos ver nuestros antepasados rendían culto a la Sol en su calidad de Diosa Magek, aspecto visible
de Nuestra Magné y no como usted afirma que: “veían en el sol –como san Francisco de Asís-
la manifestación del poder divino, al que no adoraban.” Por cierto y dicho
sea de paso, si el bueno de Francisco de Asís el de las “florecillas” hubiera conocidos a nuestras humildes a la
par que grandiosas Tabaibas, seguro que las hubiera venerado y propugnado su conservación
en lugar de pedir su erradicación de la tierra que las sustentan.
La dependencia de la vida terrestre de la Sol es absoluta, todo vive
gracias a la misma fuente de energía: tierra, aire y agua, minerales, plantas,
animales y el propio ser humano. La ciencia se ve infundida de poesía cuando
consideramos el perfecto equilibrio de la vida sobre la Tierra, delicadamente
afinado con la luz y el calor procedentes de la Sol.
Continuando
con el tema de la Divinidad Solar,
esperamos que usted este de acuerdo con la mayoría de los investigadores y con
nosotros en el hecho incuestionable de que el bagaje cultural de los canarios
primigenios hunde sus raíces espirituales y culturales en las milenarias civilizaciones de nuestro continente
africano, por ello, le rogamos que nos permita una breve digresión sobre el
tema para que podamos discernir sobre el mismo.
“La
existencia de rutas transaharianas “neolíticas” abonarían las tesis de la
existencia de un sustrato étnico o cultural común. Evidentemente, lo más importante
de estos contactos interétnicos no es la pertenencia o no a una misma “raza”,
sino el compartir unos mismos elementos culturales que, precisamente,
circulaban por las rutas transaharianas o porque estaban muy arraigados en la
zona. Las características socioculturales “comunes” a garamantes, numidas, guanches, etc., esto es, a los denominados
“protobereberes” que trillaron los rutas transaharianas, proceden de diversos
aportes, algunos de ellos netamente africanos, más exactamente sahariano y subsahariano.
Precisamente uno de los elementos
simbólico-culturales que encontramos en toda esta área geográfica es el carnero[2] con
esférico en la cabeza, que está presente en la prehistoria sahariana, aunque
también en Egipto. Pero lo más relevante es que el dios Amón-Ra Egipcio, de
origen africano-sahariano (Castiglioni y Negro, 1986; Cervelló, 1995)
aparecería como el dios Achamón (dios Sol) de los guanches de Tenerife. G.
Camps no estaría de acuerdo, pero la tesis a defender sería que el dios solar
habría nacido en el norte de Africa/Sahara y después influye en Egipto (como
han señalado distintos autores). Y el sol es un elemento fundamental en la
religión y creencias preislámicas de los Amazigh, aunque también lo fue de
otros pueblos del Oriente Medio, debido a lo cual distintas oraciones del Islam
coinciden con la salida y la puesta del sol, precisamente para eclipsar los
cultos solares preislámicos. No por casualidad, Alejandro Magno fue al actual
oasis de Siwa (Egipto) para ser investido divinamente en ese oráculo líbico
donde estaba la fuente del sol. Y el dios-carnero Ammon, dios Tebano y
posteriormente del antiguo Egipto, procedería de Siwa (un oasis que se cita a
menudo como de los pocos lugares egipcios que quedan con clara presencia
amazigh).
A Ammon los griegos lo habrían asimilado como
Zeus y los romanos como Júpiter. Sin negar su influencia en otras divinidades
solares como Helio, o sutilmente soláricas como Apolo.” (Guillermo Alonso
Meneses, 2010)
Acerca del panteón protoberéber dice Herodoto: “Sólo consagran
sacrificios al Sol y a la
Luna. En efecto, todos
los libios ofrecen sacrificios a esas divinidades.
Sin embargo, habría que hacer hincapié en la
hipótesis de que el dios-Sol, de origen prehistórico-sahariano, que entre los
egipcios se llama Amon-Re, entre los guanches de Tenerife Achamon[3] y
entre los fenicios Ba'al Hammon influyó en el Mediterráneo, al parecer
procedente del interior de África. Por eso el dios Sol o dios carnero con un
Sol entre los cuernos, de las estaciones rupestres del Atlas y macizos
saharianos, habría acabado apareciendo en el alfabeto hebreo y fenicio: “alef”,
la primera letra, no sólo se traduce por toro, también como carnero.
Posteriormente, la letra "alef" significará (jefe, cabeza, principio
y el valor numérico uno); “ef” es “jefe” en algunos dialectos amazigh del Atlas
marroquí, y en lengua tuareg (a miles de kilómetros de distancia) cabeza se
dice “eref”. De modo que la palabra castellana “jefe” podría venir del amazigh
“ef” y no del francés “chef”. Además, el punto aries (carnero) marca el punto
del comienzo del año solar, cuando el sol pasa del hemisferio sur al hemisferio
norte. No por casualidad, el punto astrológico de aries se simboliza con una
“gamma”, letra griega que deriva de la letra semítica “gimel”, cuya grafía
recuerda la época en que el alfabeto era simbólico y simbolizaba la cabeza con
cornamenta del carnero (R. Muñoz Jiménez, 1994). Acaso el mismo
carnero-dios-Sol de las estaciones prehistóricas del Sahara.
Una de las primeras civilizaciones que establecieron un estatus sobresaliente para el
Sol fue la del antiguo Egipto cuya civilización guarda determinados parámetros
con la cultura guanche, a partir del tercer milenio a.e.a. Al Sol, en su aspecto de disco solar, se le
llamó Aten; pero dependiendo de si salía, llegaba a su cenit o se ponía,
recibía sucesivamente los nombres de Khefri, Ra o Atón. También era Horus, el
dios con cabeza de halcón que más tarde fue identificado por los griegos como
queda dicho con su dios Sol Apolo.
Todas las deidades de las naciones fueron
identificadas como la Deidad
del Sol. Cuando el cristianismo llegó a Roma sobrevino una lucha entre la
adoración al Sol y el propio cristianismo, debido a que por aquel tiempo la
adoración al Sol había tomado posesión del panteón más antiguo de Roma. Esta
lucha terminó con el paso del tiempo, cuando Constantino fusionó el
cristianismo y la adoración al Sol.
Los romanos
habían asumido el culto del dios solar fenicio Baal, al que se le
adoraba bajo la forma de una piedra negra. Baal se hizo popular en el Imperio
romano en el siglo II. En 218, cuando Heliogábalo se proclamó emperador como
Sol Invictus Elegabulus, se fundó el culto al Sol como religión oficial.
Aureliano (que reinó del 270 al 275) adaptó el culto solar para mejor ajustarlo
a la religión romana tradicional bajo el título de Deus Sol Invictus, dios, el
Sol invencible. Esto duró hasta el reinado de Constantino (siglo IV), con el
arraigo del cristianismo, cuando se prohibió (a la vez que se lo asimilaba) al
rival solar.
Aun antes de que Constantino fusionase estas dos
religiones, al cristianismo ya se habían unido paganos no convertidos mientras
que las sectas gnósticas, medio cristianas, estaban tomando fuerza. Las sectas
gnósticas tenían una variedad de formas, eran una mezcla de cristianismo,
neoplatonismo, adoración a la Sol,
así como la adoración a algunos de sus antiguos símbolos. La diferencia entre
ellas y el cristianismo (que por ese entonces estaba formado principalmente por
gentiles), era difícil de determinar por ese tiempo. Clemente, Orígenes,
Cipriano, Jerónimo, Tertuliano, Justino Mártir e Ireneo, justificaron ciertas
practicas de la adoración al Sol.
Constantino llamó a la deidad del Sol, “Sol
invicto, mi compañero”. Su edicto del año 321 legisló que el “Venerable Día del
Sol” (domingo-sunday) fuera día de descanso.
Este descanso fue ordenado en honor al Sol y no
en honor al Cristo.
“El primer
día de la semana era consagrado a Mitra desde tiempos remotos, como lo afirman
varios autores. Así, cívicamente fue legislado el “venerable día del Sol” para
ser el día de descanso. Ahora sólo quedaba que la iglesia católica entrara en
la línea con esta ley civil de Constantino, quien aun siendo adorador del Sol,
había mostrado afinidad hacia los cristianos, especialmente acabando con las
persecuciones.
Este cambio al domingo por la iglesia
católica tuvo lugar en el año 336
(algunos historiadores dan la fecha de 364) en el concilio de Laodicea, canon
29, “Los cristianos no deben judaizar descansando en el shabbat, sino que deben
de trabajar en ese día, honrando, más bien, el día del Señor (Dominus
dei/Domingo) descansando, si es posible, como cristianos. Sin embargo, si
alguien es encontrado judaizando, que sean cerrados para Cristo”.
El obispo Eusebio (270-338), quien trabajó con
Constantino, admite la decisión de la iglesia católica de cambiar el shabbat
por el domingo. “Todas aquellas cosas que eran obligación en shabbat, han sido
trasladadas al día del Señor”. (Eusebio, commentary on the psalms [Comentario
sobre los salmos], mencionado por Moses Stuart, Commentary on the
Apocalypse. [Comentario sobre el Apocalipsis], Vol. II, 9.40) la iglesia
sucumbió y la fusión se llevó a cabo prácticamente. El Sol invicto, la deidad
del Sol, estaba probando el mérito de su nombre.
El sol invicto, que había conquistado a todas las
demás religiones, había vencido finalmente a su rival principal, el
cristianismo, uniéndose con él, fusionándose con él... La creencia mesiánica,
al ser unida a todos aquellos cultos de adoración a la Sol, se transformaría en un
fuerte cuerpo que poco a poco arrolló, asimiló y sincretizó todos los
obstáculos restantes, bien por fuerza, o por “asimilación y compromiso”.
La fiesta cristiana de la navidad parece haber
sido trasladada hacia el año 330, en tiempos de Constantino (306-337), al 25 de
diciembre. Con ello se quería significar a Cristo como el verdadero Sol
invictus. Es importante observar que, a partir del año 315, empiezan a
aparecer en las monedas los primeros símbolos cristianos. Probablemente sea por
estas fechas cuando tiene lugar el cambio de la fiesta de Navidad al 25 de
diciembre. El mensaje recabado de la célebre visión de Constantino fue en el
sentido de la prevalencia de Cristo sobre el Sol: Cristo es el verdadero Sol
invicto. Sólo faltaba trasladar la fecha del nacimiento de Jesús al 25 de
diciembre, día en que se festejaba el nacimiento del Sol invictus.
Pero este tema de “Cristo-el-verdadero-Sol” ya
había sido prolijamente proclamado por Clemente de Alejandría (150-215) en
muchos de sus escritos. Orígenes siguió los pasos de Clemente, su maestro, y
proclamó a Jesús “el Sol”, “el verdadero Sol”. Cipriano llamó también a Cristo
“el verdadero Sol”. Por causa de esto, el Obispo Zeno de Verona elaboró
extensivamente sobre Cristo-el-Sol, como el verdadero Sol, como el Sol Eterno.
Algunos pueden decir que Helios significa también
Sol como el Sol físico, pero todas las enciclopedias afirman que en religión,
Helios significa la deidad del sol.
Esta asimilación de Jesús con la deidad del Sol
no fue difícil, porque los paganos del imperio romano habían creído en la
adoración al Sol, y se referían a su deidad, el Sol, como su “señor” (Kurios).
Al decir del historiador de las religiones, E.
Roízton Pike, “los persas y los egipcios, los fenicios y los sirios, los
griegos y los romanos, los mexicanos y los peruanos, los hindúes y otros
pueblos; celebraban en aquel día (25 de diciembre) el parto de la Reina de los Cielos, la
virgen celestial y el nacimiento de su hijo, del dios Solar. Dionisos o Baco,
Mitra o Apolo, Zoroastro u Horus, etc., todos ellos anteriores al Cristo
cristiano, y todos ellos llamados “El Salvador”, y nacidos de una virgen entre
el 20 y el 25 de diciembre; esto es: la fecha del solsticio de invierno,
también llamada “La puerta de los Dioses”. “El nacimiento de Adonis – continúa
el estudioso – se celebraba ese día.
Mitra, nació durante el solsticio
de invierno (22 / 25 de Diciembre en el hemisferio Norte), se le rendía culto
los domingos; los líderes de este culto eran llamados Papas y su símbolo mas
difundido era el de una gran llave, necesaria para abrir las puertas
celestiales por las que debían pasar las almas de los difuntos. Estas mismas
llaves, son hoy, “las llaves del reino”, símbolos que caracteriza a
los sucesores de Pedro, casualmente conocidos como Papas.
La festividad de Sol Invictus se celebró el 25 de
Diciembre, fecha adoptada por los cristianos para su propio rey invencible.
Para concluir estas breves observaciones en torno
a la influencia que la veneración a la
Sol ha ejercido en la ritualistica sagrada católica,
especialmente en la dedicada a la figura de Cristo
Sol Invicto, es curioso el proceso seguido en la elaboración de las
Custodias o ostensorios, extraordinarias obras artísticas de orfebrería las
cuales tienen su origen en la institución de la fiesta llamada del Corpus o
Corpus Cristis a mediados del siglo XIII. Pero es muy raro encontrarlas antes
del siglo XIV y no se fijan sus formas sino desde ya entrado el XV. Se
emplearon para dicho objeto al principio imágenes, cruces, relicarios y
ciborios acomodándolos a su nuevo destino.
Pero desde mediados del siglo XV
se adoptó la forma de torrecilla o templete ojival (casi siempre de plata)
erizado de pináculos y sostenido por una base artística quedando en medio una
lúnula o viril de plata u oro para colocar en él visiblemente la hostia. En la
época del Renacimiento se construyeron asimismo en forma de templete pero de
estilo romano y desde fines del siglo XVI se empiezan a dar las que hoy están
más en uso en forma de sol radiante,
las cuales en el siglo XVIII llevan círculos de cabecitas de ángeles rodeando
al viril central. En las Españas, se estableció a mediados del siglo XV la
costumbre de llevar sobre una carroza o ricas andas y sobre un trono la
custodia en las procesiones del Sacramento.
En cuanto a su afirmación de que nuestros ancestros “no eran idólatras”
tenemos la impresión que sigue usted en
este tema los planteamientos sugeridos
por el dominico Fray Alonso de Espinosa, y desarrollado siglos más tarde por
Rousseau quien expone que el hombre ausente de la cultura etnocentrista está construido
sobre la estructura del paso del estado natural al estado de sociedad, el
pensamiento de Rousseau propone un regreso utópico al primer estadio sin
abandonar el segundo en tanto que abandonarlo ya no es posible. Introduce así
la imagen del "buen salvaje",
una suerte de inocencia natural (no existe el pecado original católico),
la bondad es innata así como la igualdad absoluta.”
Nuestro ancestros por supuesto que disponían de un
arte sacro y realizaban figuras antropomorfas y zoomorfas con las que
representaban diversos aspectos de las divinidades a las que posiblemente
rendían algún tipo de culto, especialmente a los lares o divinidades
domesticas, este tipo de estatuaria por lo que representaba al no corresponder
con los dogmas de la confesión religiosa impuesta, fue demonizada por esta,
desatando desde las predicas y pulpitos una intensa campaña iconoclasta de cuyo
resultado desapareció la imaginería de la Iglesia Guanche, algunos de
cuyos restos o mejor dicho fragmentos han sido rescatados en los últimos
tiempos, siendo objeto de sesudos estudios por parte de los herederos
ideológicos de quienes en su día ordenaron su total destrucción.
La estatuaria sacra guanche
estaba compuesta generalmente de figuras de pequeño tamaño que se han hallado en las Islas
especialmente en la de Gran Canaria y que se relacionan con las concepciones de
las divinidades que tenían los antiguos canarios. Algunas son las
representaciones de los dioses paredros guanches, otras imágenes de seres
benefactores usados a modos de talismanes. Algunos autores los vincula con las culturas prerromanas de
nuestro continente africano al igual que el resto del arte
rupestre guanche. Estas estatuillas suelen estar elaboradas en piedra,
barro
cocido o huesos de cetáceos.
Las crónicas nos confirman la
existencia de una imaginería dedicada al culto de la primigenia religión
guanche, veamos algunas de estas reseñas, en este caso referida a la Isla Tamarant: “Entrando otros
en las casas, notaron que estaban fabricadas de piedras cuadradas, labradas con
gran artificio y cubiertas de grandes y hermosas maderas.
Encontrando las puertas cerradas
y queriendo ver el interior, las rompieron con piedras, lo que irritó á los fugitivos
cuyos gritos retumbaban por todo el aire. Después de haber así roto las
puertas, entraron en casi todas las casas, donde encontraron higos pasados en
cestos de palma, tan buenos como los de Cesena, y trigo más hermoso que el
nuestro, siendo este grano más largo, más abultado y más blanco, como lo era
igualmente la cebada y otros cereales de que probablemente se alimentan los
habitantes. Estas casas, muy bellas y cubiertas de hermosas maderas, eran muy
blancas en el interior como si hubiesen sido albeadas con yeso.
“Encontré igualmente un oratorio
ó templo en el cual no había absolutamente ninguna pintura ni adorno, tan sólo
una estatua de piedra, representando la imagen de un hombre con una bola en la
mano y desnudo, con un delantal de hojas de palma, que cubría las partes
naturales, según la costumbre de los habitantes; la que quitaron de allí y
habiéndola embarcado, la transportaron á Lisboa.” (Alvise Cadamosto).
Esta es la primera noticia que
tenemos de los sacrilegios, profanaciones y depredaciones llevadas a cabo por
los cristianos contra la ancestral Iglesia del Pueblo Guanche, de las muchas
que tendrían lugar durante el periodo de la guerra de invasión de las islas por
parte de los europeos.
Torriani refiriendo a la Isla Titoreygatra
(Lanzarote) recoge: “Adoraban un ídolo de forma humana, pero no se
sabe quién
era.
Lo tenían en una casa como templo, donde hacían congregación, la cual estaba rodeada por dos paredes,
que entre sí formaban un pasillo, con dos pequeñas puertas, una fuera y la otra en medio; y allí, como en un
laberinto, entraban a sacrificar
leche y manteca. Algunos otros pretenden
que entre estos bárbaros hubo otras clases de idolatría, de las cuales la verdad es que no se tiene ninguna
seguridad. (L.Torriani, 1959:41)
Estatuilla de la Diosa Tanit
descubierta por don Sebastián Jiménez Sánchez y según su descubridor: “Es sin duda alguna la figura
antropomorfa labrada en piedra, por mí descubierta en 1944 en la localidad de
“Los Casarones”, término de San Nicolás de Tolentino, la que ofrece mayor
importancia entre todas las que hoy conocemos relacionadas con el culto. Fue
encontrada entre las ruinas de una vivienda de planta cruciforme del que fuera
poblado canario de dicha localidad, actualmente casi desaparecido por el trazado
de una carretera. Ella trae el recuerdo de los idolillos neolíticos en piedra y
barro cocido del Mediterráneo Oriental, especialmente de los de Tesalia, Creta
y otras culturas del egeo y aún de Malta y de Almería, aunque la técnica sea
inferior.
Es figura labrada en piedra traquítica.
Presenta una estructura poroso-alveolar debido a su mucha antigüedad y
desgaste. Es pieza que constituye un caso único en la investigación historia
antigua de canaria. Tiene un alto de 54 centímetros, un
ancho en su base de 39
centímetros y una longitud de axila a axila, de 25 centímetros. Es
figura de las llamadas de pedestal y de brazos toscos y mutilados. La cabeza es
rudimentaria y extraña. La cara es oblonga y aparece muy desgastada; en ella se
advierte aún ojos, nariz y boca. En la parte posterior de la cabeza queremos
ver en su suave declive una cierta esculturización del cabello.”
La estatuilla denominada
Tara, la más significativa y famosa confirmada como un icono de
identidad de todos los canarios. Una pequeña terracota identificada con el
culto a la fertilidad de los antiguos canarii. Fue donada al Museo Canario por
don Gregorio Chil y Naranjo. Esta pieza por su notoriedad fue expuesta en la Exposición Universal
de París en el año 1900.
Últimamente se han suscitado
algunas controversias en torno al lugar de origen de esta estatuilla, ya que se
venía asumiendo que la misma había sido encontrada en Telde, por el contrario
otros entre los que se encuentra don Fernando Báez sostienen que dicha figura procede de: “la
ciudad de Gáldar, capital del Reino Guanche.”
Estatuilla dado a conocer por el Dr.
Pablo Atoche.a la que se le atribuye la representación de la Diosa egipcia Tueris, localizada en Zonzamas Isla
de Lanzarote y denominada “Ídolo de Zonzamas.” Ciertamente esta escultura es
una pieza de un altísimo grado de depuración estética.
Representa a una figura sentada
sobre sus talones con las rodillas dobladas, los brazos sobre éstas, y la
cabeza rematada por un tocado o corona rehundida y guarda similitudes estilísticas con ciertas
esculturas fenicias y púnicas, por lo que es probable que fuese un aporte de
navegantes fenicios.
Una gran escultura de bulto
redondo que representa un carnero o un cerdo (Balbín et al. 1987: 31) que,
aunque esquemática y deteriorada, se podría relacionar con las bichas béticas,
y una gran piedra rectangular con una gran espiral grabada, o mejor una estela
solar, de 1,50 m
de altura, ambos en Zonzamas, relacionados con el culto al paredro divino Baal
Hammón / Tanit (Balbín et al. 1995). Escaraboides egiptizantes elaborados en calcedonia hallados en Lanzarote y
Fuerteventura (Atoche et al. 1999).
“Ídolo” de Arucas (Gran Canaria): que sigue el modelo de
Tara aunque con un mayor esquematismo y menor grosor.
En todas las islas se han encontrado gran cantidad de
estatuillas guanches, además de las descritas, como por ejemplo El Guatimac
figurilla pectoral que usaban los kankus,(sacerdotes de la Sol) encontrado en 1885 en el Barranco de Herque
(Tenerife) actualmente está expuesto en el Museo Arqueológico del Puerto de la Cruz.
Los “Ángeles” son dos figuras de factura guanche
labradas en toba roja existentes en una cueva de El Sauzal también en la Isla de Tenerife. Estas
estatuillas han sido objeto de peregrinaje y veneración popular durante siglos,
hasta que una familia alemana compro la finca donde está ubicada la cueva
cerrando el paso a los naturales. Además, a principios del pasado siglo alguien
tuvo la “piadosa” idea de recubrir las estatuas con una capa de cemento para
darles un aspecto más “cristiano”.
Asimismo en Tenerife se encontró una figurilla en
la montaña de Los Riscos en San
Isidro Granadilla de Abona por un montañero, confeccionado en basalto poroso o
piedra molinera y que actualmente según explicó su descubridor, hay más estatuillas
encontradas por cabreros de la zona. Esta escultura fue dada a conocer en su
día por don Raúl Melo Dait.
También se han encontrado figuras similares en la Cueva de Los Ídolos en Erbania
(Fuerteventura) también en Titeroygatra (Lanzarote.)
Es singular la Cabeza de Tacande, en la Isla Benahuare (La Palma) tallada en piedra
porosa y con una serie de signos grabados.
Tenemos noticias del hallazgo de una escultura
similar en la Isla
de Tenerife.
Así mismo, en La Gomera están documentados
dos figurillas conocidas como Machia Mayor y Machia Menor.
Creemos que con este sucinto repaso a la
imaginería guanche queda demostrada la “idolatria” es decir, la veneración a
determinadas deidades domesticas.
Ahora bien, demos somero repaso al concepto de
idolatría según los dogmas judeo-cristianos:
La idolatría es la costumbre de fabricar
estatuas, o hacer imágenes con el fin de adorarlos o tenerlos por dioses, o
confiar en ellos. El segundo mandamiento de la Ley del dios de Israel dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de
lo que está arriba en los cielos, en la tierra, ni debajo de la tierra. No te inclinarás delante de ellas ni la
honrarás, porque yo Jehová, soy un Dios celoso. Éxodo 20: 4. “
La idolatría no se refiere sólo a los cultos del
denominado paganismo. Es una tentación constante de la fe. Hay idolatría desde
el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de la Divinidad.
Las escrituras judeo-cristianas, hablando de las
imágenes dice: “Los ídolos de las
naciones son plata y oro, hecha de manos de hombres. Tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven, orejas tienen y no oyen; tienen narices y no huelen;
manos tienen mas no palpan; tienen pies y no andan. No hablan con su garganta.
Semejante a ellos son los que lo hacen, y cualquiera que confía en ellos.
Derecho están como palmera y no andan. Son llevados porque no pueden andar. No
tengas temor de ellos porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen
poder. Salmo 115: 3-8 Jeremías 10: 4,5.” La iglesia cristiana
cayó también en este pecado de idolatría. Cuando Constantino “se convirtió al
cristianismo”, decretó como religión oficial del imperio romano, el
cristianismo; las gentes que tenían sus dioses representados por imágenes, les
quitó el nombre de ellos y los cambió por el nombre de santos. Esta iglesia
cristiana idólatra, se conoce actualmente como la Iglesia Católica Romana.
También
en un par de textos más Pablo de Tarso relaciona explícitamente a la idolatría
con el dinero. Dice que: “los explotadores, que sirven al dios dinero, no
tendrán parte en el Reino de Cristo y de Dios” (Ef 5,5). Y en otra carta
exhorta a apartarse de: “la codicia, con la que uno se hace esclavo de ídolos”
(Col 3,5).
Cuando en
el versículo: los explotadores, que sirven al dios dinero, no
tendrán parte en el Reino de Cristo y de Dios” (Ef 5,5). Y en otra carta
exhorta a apartarse de: “la codicia, con la que uno se hace esclavo de ídolos”
(Col 3,5), es muy claro que quienes se
hacen codiciosos con el dinero y se exacerban con las ganas del poder que él
mismo da, esta haciendo uso de una de las mas peligrosas idolatrías: La
codicia. Es bueno dar una mirada a la vida de algunos clérigos católicos
famosos, y como sus fortunas han ido en aumento a medida que aumentan los
creyentes.
Según el catolicismo “existe una
diferencia esencial entre la idolatría y la veneración de imágenes practicada
en la Iglesia
Católica, que mientras el idólatra atribuye divinidad o
poderes divinos a la imagen que reverencia, el católico sabe “ que en las
imágenes no hay divinidad ni virtud debido a la cual deban ser adoradas, que no
se puede dirigir peticiones a ellas, y que no debe depositarse confianza en
ellas. . . que el honor que se les brinda a ellos está referido a los objetos
(prototypa) que representan, de modo tal que a través de las imágenes que
besamos, y delante de las cuales nos descubrimos las cabezas y arrodillamos,
adoramos a Cristo y veneramos a los santos cuya similitud representan” (Conc.
find., Sess. XXV, "de
invocatione Sanctorum"). (The Catholic Encyclopedia, Volume I. J.
Wilhelm. Transcripto por Douglas
J. Potter. Traducido por Luís Alberto Álvarez Bianchi)
Ahora bien, ¿como se conjuga este planteamiento
con la adoración mostrada por los católicos hacia las vírgenes, los santos
patronos; en las rogativas etc. etc., donde se invoca a los santos sin
mencionar a la Divinidad?
”Y quitó a los camoreos, que
habían puesto los reyes de Judá para que quemasen incienso en los altos en las
ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban
incienso a Baal, al sol, y a la luna, y a los signos, y a todo el ejército del
cielo.” (Sagradas Escrituras, 1569).
Es cuando menos lamentable el pretender que en
pleno siglo XXI los pueblos continúen comulgando con piedras de molino.
Estimado don Fernando, en cuanto a que: “La Virgen (Chaxiraxi): es la advocación mariana en
su lengua y religión de la Madre
de Dios, a la que llaman: “la
Madre del sustentador”, sin ser diosa, sino como en nuestro
cristianismo.” Es un tema que si a
usted le perece bien trataremos cuando analicemos su artículo “El, no es Ella, donde veremos
fehacientemente que al contrario de lo que usted expone, el panteón de la Iglesia guanche, está
presidido por Ella y no por Él.
Imagen: Estatuilla de la Diosa Tanit
descubierta por don Sebastián Jiménez Sánchez en 1944 en la localidad de “Los Casarones”
Tamarant.,
[1] Don Fernando Báez Santana es párroco de Lomo
Magullo (Gran Canaria) que, a su vez, incluye las parroquias de Cazadores y Las
Breñas, lugares donde ejerce su ministerio.
[2] Es
interesante recordar que en el rebaño sagrado dedicado a la Diosa Chaxiraxi (versus virgen
de Candelaria) que tenía su zona de pastoreo exclusivo en Igueste de
Candelaria, existía en dicho rebaño la figura del Carnero Sagrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario