Eduardo P. García Rodríguez*
Me he visto sorprendido por un
artículo publicado en el periódico El Día de fecha miércoles 7 de mayo de
presente año. Según dicho artículo los “sesudos” munícipes del Ayuntamiento de
San Juan de la Rambla,
mediante su concejalía de fiestas dirigida por el concejal D. Félix Reyes (AIS-CoCa), organizan un
evento pretendidamente cultural dirigido a la juventud de dicho municipio y que
impropiamente titulan como: Primer Beñesmen. El
programa de actos recogido en dicho artículo en cuanto a los eventos
relacionados con nuestra ancestral cultura los encuentro bastante “Light”, por
lo que me permito hacer algunas consideraciones a los organizadores por si
deciden tenerlas en cuenta en esta o en futuras ediciones del mencionado
“Beñesmen”.
beñesmer. (Dewanna-asmer) m. Tf. ant. Estación
o período del año de mayor insolación. Expr. t. begnesmet, bellasmer, benesmen,
benez-men, benismen, benismer, befiasmer, befiesmen, venesmer. (Dr. Ignacio
Reyes, 2007:30)
La celebración del Beñesmer es
una Achu o fiesta Nacional Canaria que se viene celebrando popularmente (no
dirigida desde el poder) desde hace muchas centurias, es una celebración
dedicada a la Divinidad Suprema
del panteón canario, la Diosa-Madre
Chaxiraxi en su aspecto visible como Magek, la cual en
Chinech (Tenerife) por razones
político-estratégicas fue usurpada por el poder imperante y sus atributos
conferidos a la Virgen
católica denominada como Candelaria. Por consiguiente, entiendo que el término
primer Beñesmer es inexacto ya que estas achu tenían lugar en el Menceyato de
Icod en las mismas fechas que en el resto de los menceyatos de la isla.
Tradicionalmente la fiesta del
Beñemer se celebra en el mes de agosto, nunca durante el de mayo. En el mes de
junio tiene lugar el Achu n Magek es decir, el año nuevo guanche, fiesta de la Sol que antecede al Beñemer,
evento festivo del antiguo pueblo canario que también ha sido usurpado y
atribuido a Juan Evangelista.
Tal como recoge el citado
rotativo isleño: “San Juan de la Rambla celebrará los
próximos días 22, 23 y 24 de este mes el I Beñesmen, una fiesta popular basada
en una antigua costumbre guanche que pretende acercar las tradiciones canarias
a niños y jóvenes, fundamentalmente. La iniciativa, que se desarrollará en la
finca municipal de Los Canarios, incluye talleres, juegos, charlas,
proyecciones, conciertos, exposiciones y representaciones teatrales.”
Quiero aclararle a los
organizadores que no se trata de una
costumbre lo que el pueblo canario celebra como he dicho es la fiesta
Nacional Canaria, que tradicionalmente
se viene celebrando el 15 wanmendi (equivalente al 15 de agosto del calendario
occidental). Estas achu podrían estar enmarcadas en la recogida por Espinosa en
los siguientes términos: “Hacían entre
año (el cual contaban ellos por las lunaciones) muchas juntas generales; y el
rey que a la sazón era y reinaba les hacía el plato y gasto de las reses,
gofio, leche y manteca, que era todo lo que darse podía; y aqui mostraba cada
cual su valor, haciendo alarde de sus gracias en saltar, correr bailar aquel
son que llaman canario, con mucha ligereza y mudanzas, luchar, y en las demás
cosas que alcanzaban; y no es poco de maravillar, que con manjares tan toscos y
gruesos se criasen hombres tan valientes de tanta fuerza y ligereza y de tan
delicados ingenios como dellos han salido.” (Fr. Alonso de Espinosa, 1980:
38)
Con el Beñesmer comenzaba el
año económico guanche, se planificaba el
aprovechamiento del territorio y hacían la previsiones anuales, costumbre que
perduró durante algunos siglos después de la invasión y conquista aunque ya sincretizada.
Tal como recoge Espinosa: “El
Rey, cuya era la tierra, daba y repartía a cada cual según su calidad o
servicios, y en este término que a cada cual señalaba, hacia el tal su
habitación (porque congregación del pueblo no la tenían), y su morada era
comúnmente en cuevas que naturaleza crió, o en otras hechas a mano en piedra
tosca, con muy buena orden labradas, y donde no habían cuevas hacían casas de
piedra seca y paja encima, y en este término de su habitación y morada tenían
sus ganados, sin que paciesen otros términos ajenos: y para que no les faltase
el pasto, tenían gran vigilancia en no dejar nacer yerba que no fuese
provechosa para el ganado; y así siempre lo traían grueso, porque lo criaban a
ojo.
En esta misma tierra de su término, con unos cuernos de cabra o unas
como palas de tea, porque hierro ni metal de ninguna suerte lo tenían, cavaban
o, por mejor decir, escarbaban la tierra, y sembraban su cebada. Esto hacia el
varón, porque todo lo demás, hasta encerrarlo en los graneles o cuevas, era
oficio de las mujeres.” (Fr. Alonso de Espinosa, 1980: 39)
Por su parte el historiador Marín
de Cubas refiriéndose a los guanches de Chinech apunta: “Hacían sus fiestas como lo canarios al fin de la era o año empezando
en la luna de Agosto llamado Bellesmer.” (Marín de Cubas, [1694]1993:222)
Como vemos son diferentes las
celebraciones del Achu n Magek y el
Beñesmer, pues aunque ambas ceremonias están
dotadas de similares componentes rituales y festivos su dedicación e
intención son diferentes.
Sobre este particular también
anota Espinosa: “Cuando hacían su agosto
y recogían los panes, hacían juntas y fiestas en cada reino, como en
agradecimiento del bien recibido, y eran estas fiestas tan privilegiadas, que
aunque hubiese guerra se podía pasar de un reino a otro seguramente a ellas.”
(Fr. Alonso de Espinosa, 1980: 39)
La fiesta Nacional del Beñesmer
se viene celebrando desde épocas precoloniales en las diferentes islas del
Archipiélago, y en distintas localidades, siempre en torno al 15 de agosto en honor de Nuestra Diosa-Madre
Chaxiraxi, antiguamente estas celebraciones duraban nueve días durante los cuales
se hacían romerías a los diferentes santuarios de la Diosa, se cerraban pactos,
tenían lugar encuentros deportivos, se celebraban matrimonios etc.
Según los organizadores de este
Beñesmer ramblero: “El beñesmen era un
encuentro comunal aborigen en el que se reunía un tagoror especial para repartir
bienes y tareas, se realizaban demostraciones culturales y deportivas, y se
rendía culto a las divinidades con el ritual de la ruptura del gánigo lleno de
leche y miel.”
No se si los promotores tienen idea clara de lo que significa el acto
ritual de la rotura del gánigo, vemos, romper significa: separar con violencia
las partes (de un todo real o impuesto) desapareciendo la unión, quebrar hacer
pedazos una cosa o situación, la cuestión es, mediante este rito ¿Conque desean
romper dicho organizadores? ¿Con la dependencia política de la metrópoli? ¿Con
las imposiciones culturales foráneas? ¿Con los siglos de patanería sufridos por
este pueblo? ¿Con el ignorantamiento? ¿Con el habitual escamoteo y ocultación
de la verdadera identidad de este pueblo?, en fin, hay tantas cosas con las que
romper… Pero presumo que no son estas las intenciones de los susodichos
organizadores, pero por si Chaxiraxi se digna obrar un milagro en ellos
induciéndoles a valorar algunos aspectos de las verdaderas raíces culturales de
la sociedad canaria precolonial, me permito indicarles algunos aspectos del
rito de la rotura o quiebra del gánigo. Para los canarios la leche, la miel y
el gofio son alimentos con la consideración de sagrados, los cuales se emplean
en los rituales como ofrenda a las Divinidades ¡nunca en un acto de denuncia o
aborrecimiento! Que es lo que realmente representa la quiebra del gánigo.
Quienes participan del rito de la
rotura del gánigo, significan la separación inmediata efectiva y drástica de
una situación pactada o impuesta, por ejemplo: veamos la quiebra del gánigo de
Guahedum en 1487 con motivo de la rotura del pacto de colatación por parte del
invasor y colono Fernán Peraza cuando este quebró el pacto al violar a la
sacerdotisa Yballa. La tiránica e inhumana actitud de Fernán Peraza, terminó
por colmar la paciencia del pacífico pueblo gomero, alcanzando su máxima tensión
cuando Peraza rompió el dicho pacto de colatación produciéndose un alzamiento
generalizado en toda la isla y ajusticiando al inmoral colono.
La nefasta Beatriz de Bobadilla
no teniendo en la isla quien la defendiese, se hacía custodiar por una guardia de criollos
lanzaroteños que estaban a su servicio, se encerraron en la torre o fortaleza
que habían construido en la llanura de Hipalán (San Sebastián), y allí se
defendieron algunos días de los ataques de los gomeros, que los tenían
sitiados, con deseo de hacer justicia de los agravios de que eran victimas.
Dicho pacto de colatación impone
entre otras cuestiones el no casarse o mantener relaciones sexuales entre
quienes están acogidos al mismo, pues el vínculo contraído es superior incluso
a los lazos de sangre.
También nos anuncian que en dicho
evento se desarrollarán actuaciones musicales y deportivas, pero tengo la
impresión de que en las mismas no van a estar representadas o por lo menos así
no figuran recogidas en el mencionado artículo los deportes autóctonos tales
como: lucha canaria, juego del palo, del garrote, del tolete, salto del pastor
etc., y danzas y cantos auténticamente canarios como el Tajaraste entre otros,
aspectos culturales estos últimamente bastante denostados y ninguneados por los
detentadores de la cultura oficial impuesta en nuestra Matria, me refiero a los
auténticamente canarios, no a los coloniales. En cuanto a las danzas o bailes
canarios me permito transcribir algunos párrafos tomados del Ilustre amusnau
tinerfeño don Juan Bethencourt sobre el baile de las cintas por si pueden
servir de orientación para este “primer” Beñesmer”:
“Fguran entre ellos las danzas cívica-religiosas que si bien bailaban
delante del rey, en las grandes solemnidades, como constitución del Beñesmer y
otros actos civiles, estaban principalmente destinadas a las ceremonias
religiosas. Esta circunstancia de particular parte de la liturgia guanche nos
explica por qué perduran en nuestro culto, como en las procesiones de la Virgen de Candelaria, del
Socorro, de Abona, etc.; así como el origen del extraño respeto que el público
guarda a los danzantes se halla en el que tuvo al clero canco, sus antecesores
coreográficos.
Para la danza de las cintas, ahora como en tiempos guanches, formaban
la cuadrilla 14 individuos: 12 danzantes, 1 tamborilero, el cual toca a la vez
la flauta y con un solo palillo el tamboril, que lleva colgado del dedo meñique
izquierdo, y el conductor del palo, que viste al igual que los danzantes y es
elegido el de mayor estatura. El palo es una pértiga de 5 metros de largo, que
coronaban los indígenas con hermoso ramo de hojas y flores silvestres, de cuya
base partían doce cintas de distintos colores, de a seis varas; una para cada
danzante como en la actualidad. El principal cuidado del conductor es que el
palo no dé vueltas para que no se trabe la danza…” (Juan Bethencourt
Alfonso, 1993)
Las referencias que en torno al
Beñesmer fueron recogidas por los cronistas e historiadores son ciertamente
abundantes. Supongo a los promotores animados de buena voluntad, por lo que me
permito recomendar a los dichos organizadores los consulten pues si tal como
amenazan piensan continuar realizando el evento en años sucesivos, por lo menos
que lo hagan lo más ajustado posible a la realidad histórica y etnográfica, y
sobre todo, no vincular la ancestral celebración del Beñesmer con el moderno
Botellón.
Concluyo trasmitiendo mis simpatías
y comprensión a los jóvenes canarios, pues a ellos -como a nosotros- sólo nos
queda como alternativa tomar o rechazar
lo que “nos echan” estos “animadores culturales” en la mayoría de los casos
bajo el disfraz de cultura canaria.
Mayo de 2008.
*Miembro de la Asociación
Sociocultural Kebehi Benchomo
PD. En lugar del termino pelota de gofio, podrían emplear el
de Gaite= cantidad de gofio amasado que cabe en una mano.
Fuentes consultadas:
Tomás Marín de Cubas
Historia de las Siete Islas de Canaria
Globo ediciones. La Laguna 1993.
Fr. Alonso de Espinosa
Historia de la
Virgen de Candelaria
Goya Ediciones, 1980.
Dr. Ignacio Reyes García
Diccionario Básico de Insulismos Amazighes
Foro de Investigaciones Sociales
Canarias, 2007
Juan Bethencoourt Alfonso
Historia del Pueblo Guanche T. I.
Francisco Lemus, Editor
La Laguna
1993.
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