Capitulo XIV
El ruido de las
carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda.
Concepción Arenal (1820-1893)
Chaurero n Eguerew
ELLA NO ES EL. IV.
Diosa Chaxiraxi Diosa
negra
Cuando buscamos información
relacionada con la Diosa
Madre Chaxiraxi nos encontramos que la mayoría de los textos
relativos al tema nos dicen que, la Virgen Maria se les “apareció” a los guanches y
estos la veneraron con el nombre de Chaxiraxi. Esta es otra de las tantas
falacias históricas tejidas por el sistema imperante y sostenido
interesadamente por el clero católico usurpador de los atributos de Nuestra
Magné y atribuidos a María la madre de Jesús de Nazaret.
La verdad es que fueron los
invasores católicos quienes al apoderarse de la imagen de Nuestra Diosa
Chaxiraxi, le cambiaron el nombre original por el de nuestra Señora de
Candelaria, Santa María de Candelaria y posteriormente como Virgen de
Candelaria.
Según expone el Dr. En Biología en la Universidad Mayor
de San Marcos en Lima, e investigador de las religiones antigua Guillermo
Llerena Cano:
“En el norte de África, al oeste del valle
del Nilo desarrollaron un conjunto de etnias autóctonas del Magreb, los
bereberes, amazig o mazigios; que fueron conocidos por los antiguos
romanos como numidios y por los europeos medievales como moros. En las actuales
Islas Canarias, se establecieron como la etnia Guanche, una civilización
generada a lo largo de siglos por los primeros pobladores de estos territorios.
El nombre guanche de la Diosa
madre aborigen es Chaxiraxi, que significa según tergiversada traducción castellana ”Madre del Sol” o
”La que carga al Rey del Mundo”. Es en realidad otra visión de Tanit, la Diosa madre del Magreb y del
Mediterráneo; es una de las innumerables denominaciones dadas a la gran Diosa
de la fertilidad. La fiesta del Beñesmer guanche (la cosecha) estaba consagrada
a Chaxiraxi.” (Guillermo Llerena Cano, 2010)
Al frente del santuario de la Diosa Madre Chaxiraxi estaba
la orden religiosa guanche encargada del cuidado
de la imagen y del culto, el clero de Kankus y Maguadas, los cuales fueron
masacrados en Achbinico por el invasor Alonso Fernández de Lugo. Inmediatamente
después de acordada las denominadas “paces de Los Realejos” el 29 julio de
1496. Una vez consensuadas dichas “paces”, el siguiente movimiento del invasor
consistió en subir por las cumbres del Realejo con parte de su ejército
de mercenarios y bajar al Valle Sagrado de Güímar, hasta la playa de Igueste lugar donde esta
ubicado el santuario Achbinico tomar posesión por la fuerza de la armas de la
imagen de Nuestra Señora Chaxiraxi, ordenando cortar el cuello de los Kankus y
Maguadas que cuidaban de la misma. Con este acto, los invasores dieron por sometida
la isla, pues la Diosa
Madre Chaxiraxi era el elemento uniformador y cohesionador de
todos los meneceyatos de Chinech (Tenerife), el
cuidado de la imagen secuestrada quedó a cargo del anciano capellán francés
Pedro Roberto Sablé, conocido por Pedro de París. (G. Adarguma)
Esta execrable acción es
presentada por algunos “piadosos”
cronistas como un acto de acción de gracias por haber sometido la Isla pues los milites sacaron la imagen en procesión por
los arenales de la playa.
Todo ello a pesar de que este
menceyato era uno de los denominados de paces por lo que es presumible que en
el mencionado tratado se incluyera alguna cláusula de salvaguarda de la imagen
a favor de nuestros ancestros, razón por lo que en un principio los invasores
dejaron a la Diosa
en su santuario de Achbinico, y decimos de momento porque como veremos los
católicos andando el tiempo no cejaron en apoderarse de la imagen y con ella
toda la teología de la Iglesia
del Pueblo Guanche, como tendremos oportunidad ver.
En los primeros tiempos
de la usurpación era el clero secular, o diocesano, el que atendía
espiritualmente el templo cueva, mientras que un ermitaño guanche se encargaba
de su limpieza y de recibir a los peregrinos.
“Del ermitaño podemos aportar
algunas noticias, que además nos ilustran sobre uno de los aspectos de su
actividad. Así sabemos que el 28 de mayo de 1517 García de Morales, “ermitaño
de Nuestra Señora de la
Candelaria”, se obligaba a pagar a Antón Martín, arrendador
de las abejeras salvajes de la isla de Tenerife: “tres doblas y media de oro. Las cuales son por razón que me arrendasteis
todas las abejeras salvajes que hubiere media legua a la redonda de la Casa de Nuestra Señora la Candelaria por dos
años”.
La producción de estas
abejeras salvajes debía ser bastante crecida en atención a otro documento,
fechado el 22 de agosto de 1519, en el que García de Morales, “santero de Nuestra Señora la Candelaria”, para
abonar el pago de una ropa se comprometía a entregar cincuenta libras de cera.
(Lorenzo Santana Rodríguez, 2010)
La presión ejercida por los
dominicos y por el brazo secular para posesionarse del icono de la Diosa fue constante y
continuado en el tiempo hasta el extremo de que nuestros ancestros se vieron
obligados a defenderse con las mismas armas legales de los invasores, dando comienzo así al denominado Pleito de los insulares, en realidad fueron varios los pleitos
entablados por el clero y fieles guanches para evitar el ser despojados de la
posesión de la imagen de la Diosa. Esta
valiosa documentación fue rescatada y conservada por don Manuel de Ossuna y hoy
forma parte de los archivos históricos del Ayuntamiento de La Laguna por donación
testamentaria de su propietario.
Veamos un ejemplo de esta
documentación procesal:
“En
el lugar de la Orotava
de esta isla de Tenerife, treinta e un días del mes de Diciembre de mil y
quinientos y ochenta e ocho años conforme a la cuenta de nuestro Salvador
Jesucristo ante el Bachiller Juan Pereira de Lugo, Abogado, y en presencia de
mí Juan Benítez Zuazo, Escribano público de dicho lugar y sus términos, por el
Rey nuestro Señor, pareció Pedro Hernández, natural de esta Isla, por sí y en
nombre de los demás //Folº. 40 vtº.// Naturales della, sus consortes, e
presentó una provisión ejecutoria de la Real Audiencia de
Canaria según por ella parecía, su tenor de la cual es el que se sigue= Juan
Benítez Zuazo, Escribano público=____
El
Regente, oidores de la
Real Audiencia destas Islas de Canaria, por el Rey Nuestro
Señor, en presencia del Bachiller Juan Pereira de Lugo, Abogado, e vecino de la
isla de Tenerife en el Lugar de la
Orotava, salud e gracia: sepades qué pleito y causa pende
ante nos, en esta Real Audiencia, por caso de corte, el cual se intentó
criminalmente por parte de Pedro Hernández, Francisco Hernández, Juan
Fernández, Luis Rodríguez, Francisco Gon- //Folº. 41 rtº.// zález, el Capitán
Pedro Rodríguez, Salvador González, Alonso Rodríguez, Juan Rodríguez, Diego
Díaz de Vera, Antón Sánchez, Andrés Hernández, Lázaro Sánchez, Rodrigo Martín,
y los demás sus consortes, Naturales de esa Isla en el término de Candelaria,
contra Cristóbal Trujillo de la
Coba e Gaspar Yanes Delgado, regidores desa Isla, a la qual
causa salió la parte del Consejo, Justicia e Regimiento de esa Isla, sobre
inquietación de posesión y costumbre en que han estado los dichos naturales de
sacar la Imagen
de Nuestra Señora de Candelaria en sus andas a los tiempos que se hacen las
//Folº. 41 vtº.// procesiones e sobre las demás causas e razones contenidas en
el proceso del dicho pleito en el cual parece que ante nos en esta Audiencia,
en dos días del mes de Marzo pasado de este año de ochenta y siete, por parte
de los dichos Naturales nos fue presentado un escrito de querella del tenor
siguiente=___
Muy
l1ustrísimos Señores= Diego de Peñafiel en nombre de Pedro Hemández, Diego Díaz
de Vera, Francisco Hemández, de los demás vecinos e Naturales de la isla de
Tenerife en el término de Nuestra Señora de Candelaria de quien tengo poder que
es este que presento en la vía e forma que mejor haya lugar de derecho / /Folº.
42 rtº./ / por caso de corte notorio me querello ante vg.sg., criminalmente, de
Cristóbal Trujillo de la Coba
e de Gaspar Yanes, Regidores de la dicha Isla e de los que parecieren culpados
y contando el caso que estando los dichos Naturales en posesión antiquísima
desde que la dicha Isla se ganó de cristianos y es uso e costumbre tan antigua
de en todos los años por el día de Nuestra Señora de Candelaria que se hace
procesión de la Casa
de Nuestra Señora hasta la iglesia de San Blas, y en otras procesiones
extraordinarias como en procesión de agua e para salud de otras cosas que la Imagen sale en sus andas y
en procesión de llevarla sobre //Folº. 42 vtº.// sus hombros los Naturales que
descienden de los Naturales, que eran antes que la Isla se ganase y en contorno
y en redondo de la dicha Imagen suelen ir todos los Naturales porque es fiesta
suya y la Imagen
les pareció a ellos mucho tiempo antes que cristianos ganasen la dicha Isla,
los cuales Naturales antes de tener lumbre de fe, reverenciaban y tenían en
mucho la Imagen
y aunque personas poderosas de estas Islas, e por su voluntad e contra de los
dichos Naturales, la quitaron dentre los dichos naturales y la llevaron a la
isla de Lanzarote, de donde milagrosamente la Imagen / /Folº. 43 rtº./ / hizo señales de no
querer estar en la dicha isla de Lanzarote, y se volvió a la de Tenerife entre
los dichos Naturales en el dicho lugar que dicen de Candelaria y en esta
devoción los dichos Naturales han estado y están hasta ahora teniendo por particular
privilegio la dicha Imagen entre sí, y así como cosa suya él y los propios la
sacan en sus andas y han sacádola desde el dicho tiempo a esta parte y
estando en este uso antiguo e posesión, el día de Nuestra Señora deste mes
pasado de Febrero, continuando los dichos Naturales su posesión e costumbre
queriendose hacer / /Folº. 43 vtº./ / la dicha procesión, cuatro de ellos
tomaron las andas de la dicha Imagen yendo los demás junto a ella y la sacaron
desde su altar, trayéndola a la capilla de la dicha iglesia de donde se
recomenzaba a hacer la procesión y trayéndola sobre sus hombros los dichos
Naturales, y estando congregada mucha gente, el dicho Cristóbal Trujillo de la Coba, y Gaspar Yanes,
Regidores y otros con alboroto y escándalo, diciendo el dicho Trujillo que
tenía comisión del gobernador e que venía en su lugar, e con vara de Justicia
en las manos, fueron rempujando a los dichos Naturales y llegando / /Folº. 44
rtº./ / a los que tenían las dichas andas por fuerza, y sin reverencia de
Nuestra Señora se la quitaron por fuerza y porque los dichos Naturales con
modestia e mansedumbre decían e requerían al dicho Trujillo de la Coba que no les quitase de su
posesión e que aquello les pertenecía por ser Naturales, el dicho Trujillo y
los demás les afrentaron delante de la dicha Imagen llamándoles de bellacos e
majaderos e pícaros y en son de quererlos afrentar les decían que eran
unos Guanches de baja suerte y porque no pasase adelante el dicho escándalo
se hizo que la Imagen
se volviése a el altar de donde //Folº. 44 vtº.// los Naturales la habían
traído, y el Vicario del Convento de la dicha Imagen viendo la injusticia del
dicho Trujillo, e los demás, e porque la procesión no se dejase por hacer, hizo
que dos frailes y dos naturales tornásen asacar la dicha Imagen y ansí la
sacaron, y llevándola, y saliendo por la puerta de la iglesia, tornó el dicho
Trujillo e los demás a hacer el mesmo alboroto, y escándalo, queriendo quitar
la dicha Imagen a los dichos Naturales e Frailes y lo hicieran si el Vicario de
la isla de Tenerife no lo impidiera con excomuniones que les puso, y
prosiguiendo la dicha procesión des- / /Folº. 45 rtº./ / pués que iba la Imagen buen rato de la
dicha iglesia e llevándola los dichos Naturales e Frailes, y el dicho Trujillo
y los demás ejecutaron su mal propósito, e sin reverencia de la Imagen fueron contra los
dichos Naturales que llevaban la dicha Imagen, y los demas que iban junto, y
les tornaron a afrentar con las mismas palabras e dar de rempujones
apartándolos de la dicha Imagen e rompiéndoles sus capas y herreruelos que
llevaban y hubo tanto escándalo, y alboroto que hicieron amotinar toda la gente
de la procesión, muchos romeros que haido en romería / /Folº. 45 vtº./ / de las
demás Islas, de suerte que yendo los dichos frailes con tan gran
alboroto y escándalo y tan poca reverencia a la Madre de Dios y que estaban
las andas quebradas por los empellones que los dichos Regidores e Trujillo
habían dado a los que la llevaban que un Niño Jesús había caído en tierra e
quebrádose un brazo, por causa del dicho Trujillo e los demás volvieron la
dicha Imagen a su casa, y ansí no se hizo la dicha procesión que fue gran
desconsuelo para los romeros y peregrinos que habían ido a ello, por lo cual
cometieron delito digno de punición y castigo / /Folº. 46 rtº./ / porque pido a
Vªs.Sªs. me admitan esta querella por caso de corte, por ser contra Juez e
Regidores y admitida me reciban información al tenor de ella e dadas les
condene a los susodichos en las penas en derecho establecidas e contra los que
semejantes alborotos, y escándalos hacen, e pido justicia e costas e incidentes
del oficio de Vªs.Sªs. que para ello imploro, y les condenen e manden que de
aquí en adelante que en las dichas procesiones no perturben a los dichos
Naturales ni les inquieten en la posesión e costumbre que tienen en llevar a la Imagen y andas de
Nuestra//Folº. 46 vtº.// Señora y los Naturales ir en contorno de ella, y
amparen en la dicha posesión antigua a los dichos Naturales declarando estar en
su posesión e uso de sacar ellos la dicha Imagen en sus hombros, e ir junto a
ella, e para que los susodichos sean acusados les mande prender e presos les
protesto acusar más en forma, e pido ut supra, e juro en forma no ser de
malicia= El Licenciado Borrero=____
Con
fecha 7 de diciembre de 1587, la
Audiencia de Canaria dicta sentencia a favor de nuestros
antepasados y en contra del Cabildo de la Isla en las personas de sus regidores Cristóbal
Trujillo de la Coba
e de Gaspar Yanes.
“…(Al margen: Sentencia) Fallamos los dichos
Pedro Hernández, Diego Díaz de Vera, y consortes, haber probado su querella
como probarles convino para haber victoria en esta causa en lo que de yuso será
contenido, e los dichos Cristóbal Trujillo de la Coba , y el dicho Concejo no
haber probado cosa que les excuse de condenación, atento a lo cual debemos de amparar e amparamos a los dichos Naturales en
la posesión que han tenido de sacar la dicha Imagen de Nuestra Señora de
Candelaria, desde su altar hasta San Blas y volverla a el dicho su altar y lo
mismo se entienda en cualquier otra procesión Que se hiciere con su
bendita Imagen en la cual/ /Folº. 56 vtº./ / dicha posesión les amparamos y
defendemos y mandamos que en ella no sean inquietados, ni perturbados so pena
de cada cinquenta mil maravedíes para la Cámara e Fisco de Su Majestad y estrados
de esta Audiencia…”.[1]
A
pesar de esta y otras sentencias favorables, en el transcurso del tiempo los
dominicos consiguieron hacerse con el control de la imagen de la Diosa Madre
Chaxiraxi, con su santuario y con el
rebaño sagrado de la Diosa,
relegando a sus verdaderos propietarios a la representación anual de una
humillante mascarada donde unos supuestos guanches escenifican la supuesta
“aparición” de la imagen de la Diosa, con unos gestos
absurdos y un lenguaje ininteligible como si una de
las lengua más ricas de la antigüedad careciera de palabras para dirigirse a
una estatua, además el autor de esta farsa el fraile Espinosa seguramente supuso que estos “buenos
salvajes” no sabían distinguir una figura de madera de una persona y, para más
escarnio les visten con unas azaleas de ovejas merino, ovejas que fueron
introducidas por los colonizadores, calzándoles además con alpargatas
fabricadas en Valencia, ¡todo un homenaje a la rigurosidad histórica!
Todas
las Diosas negras una vez que son sincretizadas por la iglesia católica son
rodeadas de una recurrente leyenda piadosa, se niegan a ser cambiadas del lugar
donde “aparecieron”. Especialista la orden dominica en este tipo de fabulas,
Fray Alonso de Espinosa crea una ingenuo mito en torno al robo del icono de la Diosa Chaxiraxi por parte de
los piratas del colono Sancho de Herrera, dándole como es habitual en el
catolicismo un tinte milagrero, cuento que han venido asumiendo ciegamente la
mayoría de historiadores posteriores sin someruelo a un mínimo estudio
analítico:
“Llevaron
los de Lanzarote la santa imagen de Candelaria a
su isla, muy gozosos y contentos de tener tal
huéspeda en ella, y de haber alcanzado tal abogada y ganado tal joya y hecho un tal robo. Y pusiéronla en el altar mayor en la iglesia de San
Salvador; pero los hombres ponen y Dios
dispone. ¿Quién creyera que la imagen de Candelaria, que los de
Lanzarote para amparo suyo y regalo llevaban, había de ser
cuchillo y disgusto suyo? No era el Señor
servido (cuyos secretos son inescrutables y de los juicios humanos muy remotos) de que la santa reliquia estuviese entre ellos; y así lo dio luego a
entender con patentes señales;
porque otro día de mañana, yendo muy gozosos a ver su imagen, la hallaron vuelto el rostro a la pared y las espaldas
al pueblo, que no fue poca confusión para él. Porfían otra y otras veces a volverle el rostro al pueblo, y tantas veces
la tornaban por la mañana a hallar vueltas las espaldas. Toman pareceres en el caso, y resuélvense en que
se hagan procesiones generales y plegarias y disciplinas a Nuestro Señor,
para que tenga por bien dejarles aquella santa reliquia, pues la sabrían ellos mejor venerar y servir que
los gentiles guanches donde había
aparecido…
…Esto hizo todo el
tiempo que la santa imagen estuvo en Lanzarote,[2] para
que más testigos hubiese deste milagro; y en todo este
tiempo, oían muchas músicas deleitables y sonoras de ángeles, vían grandes
resplandores, procesiones y luminarias, y
sentían suavísimos olores aquéllos que tenían cargo de la guarda de la imagen.[3] Y por
esta razón, cuando los de Lanzarote
volvían con la dicha imagen a traérsela y restituírsela, no les querían dar crédito, hasta que desde el navio se la enseñaron; y viéndola, para certificarse,
van a la cueva; y no hallándola entonces, quedaron confusos. Y queriendo
el rey hacer justicia de los que la tenían a cargo, fueron tantos los que afirmaron haberla siempre visto en su cueva y
lugar, que hubo de perdonarles; y así con mucho contento la recibieron y pusieron en su lugar, añadiendo guardas y
cuidado. A Sancho de Herrera le dijeron lo que pasaba, y cómo nunca había faltado de la cueva donde solía estar, aunque ellos la hubiesen tenido en
Lanzarote; de lo cual admirado él y
los suyos, se confirmaron más en la devoción desta santa imagen y en que era
su voluntad estar en esta isla. Y así encargaron a los naturales la
reverencia que a la santa reliquia debían tener.” (A. Espinosa, 1980:72-75)
La realidad más que
probable del fondo de esta ingenua
leyenda sería que el colono y pirata Sancho de Herrera en sus habituales
correrías por las Islas aún no sometidas,
a la captura de esclavos, ganados y cualquier cosa que tuviese algún
valor, desembarcase por las entonces despobladas costas de Igueste y a falta de
mejor presa decidiese robar la imagen de la Diosa Chaxiraxi,
más que por una cuestión de fe, por el valor crematístico que podía suponerle.
De hecho la supuesta devolución no seria otra cosa que el pago de un rescate
por parte de los guanches de Güímar para la recuperación de la imagen.
Por otra parte, tal como recoge
la investigadora María Jesús Riquelme, en otra oportunidad la imagen mostró su
deseo de no ser trasladada de su cueva-santuario al nuevo templo construido por
los católicos.
“…Sin embargo, una vez construido
el nuevo templo, dicen que
milagrosamente la imagen retornó varias veces a su antigua morada. De
forma obligada volvió a usarse la cueva como albergue de la Virgen en el periodo
comprendido entre 1789-1803 por incendio del segundo santuario construido por
el obispo García Jiménez, obra que databa de 1672.” (M. J. Riquelme,
1990:35).
Esta claro que el clero guanche
no estaba dispuesto a permitir que la estatua de la Diosa Chaxiraxi no fuera
desplazada de su antiguo santuario de Achbinico para ser colocada en el nuevo
templo construido por los colonos, por ello es probable que tomasen la imagen y
la restituyesen a su verdadero santuario tantas veces como los frailes la
colocaban en la ermita. Esto debió de ser así porque entre otras cuestiones los
frailes eran pocos y la mayoría ancianos, lo que les incapacitaba para
enfrentarse al clero guanche. Una vez conseguido el pleno dominio de la imagen,
prefirieron ocultar estos hechos bajo el ropaje milagrero, tema en lo que eran unos verdaderos artistas.
Un caso similar tuvo lugar unos
años más tarde (en 1555) cuando la imagen
fue llevada a La Laguna
en rogativa de petición lluvias y por temor a los franceses, colocada en el
convento dominico de la ciudad, la afluencias de fieles a visitar a la Diosa fue tal, y las
ofrendas económicas de tal magnitud, que los dominicos maquinaron la
posibilidad de dejar de manera permanente la imagen en su convento, poniendo
toda clase de trabas para su regreso al santuario de Candelaria e incluso
oponiéndose abiertamente a tal retorno. Así las cosas, el clero guanche decidió
poner las cosas en su sitio y una madrugada entraron en la iglesia del convento
“secuestraron” la imagen y sin hacer paradas en el camino la instalaron en su
templo de Candelaria, a partir de estos hechos, mucho le costó al Cabildo
colonial de la Isla
el que le fuera permitido trasladar la imagen a La Laguna cuando era demandada
en casos de sequías prolongadas o de otras calamidades públicas.
Posiblemente a partir de estos hechos
la iglesia católica astutamente decidió contentar a ambas partes contendientes
–como paso previo a la usurpación para sí-creando una doble festividad, la
fiesta del 2 de febrero en que la iglesia católica sigue la tradición
evangélica de la purificación y presentación de Jesús en el templo, al que
corresponde según el dogma católico la imagen de madre portadora del infante y
la vela simbólica, a la que concurrían la justicia y regidores del Cabildo
colonial, beneficiados de los Remedios y la Concepción, y los curas
párrocos de la Isla.
Y la otra más importante, la del
15 de agosto festividad nacional canaria a la que asisten romeros de todas las
Islas, durante las cuales se celebra el Beñesmer[4] o
fiesta de la cosecha guanche, enmascarada como es habitual por el catolicismo
como la Asunción de
Nuestra Señora.
A cuatro leguas al sur de Santa
Cruz, cerca del mar, hay una cueva con una capilla e iglesia llamada de Nuestra
Señora de Candelaria, en la que se encuentra una imagen de la Virgen María muy reverenciada
aquí, como la gran Diosa Diana lo era en Efeso. (George Glas, [1764] (1976:69)
En torno a las imágenes de la Diosa Chaxiraxi
Sobre la fecha de llegada y procedencia de la
imagen, hay variadas teorías, pues nada se halló escrito
que satisficiera y sacara de la oscuridad de aquellos
tiempos…
Pero vayamos
analizando con objetividad los datos que nos suministran autores de diferentes
épocas sobre tan polémico tema y atendamos principalmente a nuestra lógica.
En
primer lugar, respecto a la cronología, observamos las primeras discrepancias, es
natural, pues cada autor se ha guiado por el criterio referencial más adecuado,
dados los acontecimientos conocidos de la etapa a analizar.
Un grupo de autores
reseñados siempre como “clásicos” en el tema que comentamos, fijan la llegada de la imagen a la isla entre 1390-92.
Otros, en cambio, las establecen entre 1400 y 1450.
Se basan estos
autores en variados hechos, unos que exceden
la lógica natural, otros en situaciones concretas y los menos aluden a
la tradición. (M.J. Riquelme Pérez, 1990:27-28)
Por su parte Bethencourt Afonso
recoge: “Las inscripciones de la imagen
de la Virgen
de Candelaria son tan etruscas como si hubieran venido de un
cementerio toscano, en el cual descansan los huesos de muchos Caius.
La imagen es
la de la diosa Menera y su hijo —que con muy poca
probabilidad es Minerva, una diosa virgen o una diosa madre— cuyo
nombre está compuesto de la palabra vasca men, “poder o autoridad…”
(J. Bethencourt Afonso, 1991, t. I: 163)
Sobre el origen de la imagen de la Diosa Madre Chaxiraxi
ya sincritizada como Nuestra Señora de Candelaria, el historiador Lorenzo
Santana Rodríguez ha realizado un excelente trabajo de investigación del cual
no nos resistimos a reproducir parte del
mismo pues consideramos que es un documento bastante esclarecedor en cuanto a
la leyenda de la supuesta “aparición” de la imagen en la playa de Chimisay:
“Para concluir este somero estudio sobre los inicios del
culto candelariero hemos escogido un tema que nos permitirá retrotraernos a la
época anterior a la
Conquista de la isla, pues nos proponemos hacer un primer
intento de reconstruir la tradición de los guanches sobre la Candelaria a partir de
los detalles que ellos mismos aportan en el conocido como pleito de los
naturale, pues no es lo mismo oír lo que Espinosa dice que a su vez dicen
los guanches, que el escuchar a estos directamente. En otro estudio adelantamos
el comienzo de este pleito hasta el año 1544, como se deduce de una carta de
poder otorgada en la ciudad de La
Laguna el 11 de septiembre de ese año:
Sepan cuantos esta carta vieren cómo yo, Pedro Goçón,
cl[é]rigo presbítero, beneficiado de este término de Güímar, que es en esta
isla [d]e Tenerife, y cómo nos, Pedro Delgado, y Juan Gaspar, y Juan Hernández,
y Juan Castellano, y Luis Hernández, y Juan Castellano, y Luis Hernández, y
Pedro Madalena, y Juan de Santa Cruz, y Antón Gutiérrez, y Juan de Baltazar, y
Juan de Tacoronte, y Luis García, y Pedro Hernández y Luis Hernández de Ibavte,
vecinos y naturales de esta isla de Tenerife, moradores en el dicho término de
Güímar y de Nuestra Señora Candelaria, por [n]os y por los demás vecinos y
moradores del dicho término, por los [c]uales hacemos y prestamos voz [y]
caución (…otorgan poder general de Gutierre de Trejo, clérigo presbítero,
beneficiado de Nuestra Señora de la Consolación de Santa Cruz, para…) pedir y
suplicar que no c[on]sientan ni den lugar a que la iglesia de Nuestra Señora
d[e] Candelaria, que al presente est[á …] se mude del lugar dond[e …] está hecha
y edificada […] allí donde está nosotr[os y nuestros] padres la ayudaron a […
edi]ficar con limosnas que […] dieron. Y, así mismo, [… pue]da pedir que la
ima[gen de Nuestra] Señora no se saque ni […] dicha iglesia para la ll[evar …]
a otra parte, por[que donde(?) al(?)] presente está ha esta[do …] continua
desde que la [dicha(?) imagen(?)] se hizo. Y, así mis[mo, pue]da pedir y pida
[que en la dicha] iglesia de Nuestra Señor[a de(?) Cande]laria se nos
admini[stren los(?)] sacramentos de la
Igles[ia …] bautismos, como de vela[ciones …] entierros y
otras cosas […] todo no se hace en la dich[a iglesia] por estar en po[der(?) …]
de la Orden de
Santo Domingo, de que todos nosotros y los demás vecinos del dicho término
padece[m]os por no tener quién en la dicha iglesia de Nuestra Señora nos
administre los dichos sacramentos.
Como dicen los guanches: “porque ellos ayudaron a hacer la
dicha iglesia e imagen”; o como dicen en el documento que se elevó a público:
“porque donde al presente está ha esta[do …] continua desde que la dicha imagen
se hizo”. Por la significación o novedad que supone esta afirmación,
hemos optado por reproducir la minuta en su totalidad y el poder en su mayor
parte, pues para defender sus derechos sobre la imagen los guanches
manifiestan, sin ninguna clase de reparos o dudas, que tienen memoria de cómo
sus antepasados ayudaron a hacerla, es decir que ayudaron a costear su pago, lo
que entra en flagrante contradicción con el relato de Espinosa, que afirma que
ésta había aparecido en una playa a los naturales ciento y cinco años antes de la Conquista de Tenerife.
La cuestión que nos proponemos clarificar es que
en el caso de la Candelaria,
al igual que en el la Virgen
de Pino de Gran Canaria, se produjo una sustitución de la imagen original, y en
ambos casos, aunque inicialmente no parece haberse planteado un problema
devocional, finalmente se acabó ocultando este hecho. El profesor Hernández
Perera dató hacia la década de 1440-1450 la imagen de la Candelaria, la que los
conquistadores encontraron en la cueva de Achbinico y que desapareció
arrastrada al mar por el aluvión de 1826. Valiéndose de los testimonios
gráficos que nos han quedado de la misma estableció esta fecha aproximada en
base a su análisis estilístico. Esta fecha ha confundido a los historiadores,
pues está tan arraigado el relato de Espinosa que hasta la fecha de hoy se ha
aceptado, sin cuestionarlo, que la imagen a la que se refiere la narración de
la aparición tenía que ser necesariamente la que estaba en la cueva de San
Blas. Es por esta razón, por citar a modo de ejemplo un solo historiador, que
Rumeu de Armas, que un primer momento la relacionó con las misiones
mallorquines-catalanas de finales del XIV, tras la publicación del estudio de
Hernández Perera rectificó su parecer inicial.” (Lorenzo Santana Rodríguez,
2010)
Si como recoge el documento de
1544: “porque ellos (y sus padres)
ayudaron a hacer la dicha iglesia e imagen”; ¿A que representación de la Diosa Madre sustituyeron con
esta nueva imagen? ¿La descrita por Espinosa en 1590? Supuestamente “aparecida”
en Chivisay y que según dice el fraile: “Esta es la descripción desta
santa imagen, que tantos años
ha que en esta isla apareció, y con haber hoy ciento y noventa años que
apareció y haberla traído de un cabo a otro y sacado mil veces en procesiones,
y vistiéndola y desnudándola,
que no puede dejar de manosearse, está el día de hoy, 25 de octubre de 1590 años
(que para haber de hacer esta
relación la vi desnuda), tan linda, tan hermosa, y los colores, oro y matices, tan
perfectos, como si hubiera pocos días que se hubiera hecho.” (Espinosa 1980:77). Esta
afirmación de Espinosa indica que la imagen por él descrita no es la
supuestamente “aparecida” en Chivisaya y que posiblemente nunca existió siendo
toda la parafernalia de la “aparición” pura creación literaria del dominico.
En la época precolonial en la isla Chinech cada
menceyato poseía una o varias representaciones antropomórficas o anicónicas de la Diosa-Madre Chaxiraxi. Al ser sometidos
por las armas los menceyatos del norte, y según la jurisprudencia castellana de
la época, los invasores no les reconocieron ningún derecho ni consideración a
los vencidos, arrasando de cuajo los sitios cultuales, esto propicio que los
guanches sobrevivientes a la masacre y los alzados se visen obligados a
continuar sus cultos y ritos en los menceyatos del sur, lo que posiblemente dio
lugar a las romerías Tajo, (Diosa de La Luz) Chimisay (El Socorro) y
Achbinico (Candelaria), entre otros lugares.
Creemos que
nuestros antepasados adoraban a nuestra Magné Chaxiraxi de manera intelectual y
sus representaciones eran aniconicas, esto se deduce de los múltiples Betilos y
Menhires que han perdurado hasta nuestros días y que han pasado desapercibidos
para los iconoclastas, Bethencourt Afonso nos reseñas algunos de ellos en Ayesa e Itote en Arafo y otro en Valle
Marcos, Abikure (San Andrés). (B. Afonso: 418 y 432).
Pero una piedra,
o un menhir nunca fue objeto de devoción, veneración y de respeto en sí mismo,
sino por aquellos que implicaba y significaba, es decir, por lo que tenía de
proyección. Por este motivo la mayoría de las piedras relacionadas con el culto
han tenido un fin utilitario.
Pero el más singular de ellos es el situado en la cueva
de Chinguaro, verdadera representación aniconica de la Diosa Madre Chaxiraxi y que
siempre ha estado en su santuario donde
además, en las excavaciones realizadas recientemente en este santuario
por la arqueóloga Jiménez Gómez destaca la verificación de que existió en las
cuevas principales una gran hoguera fija del Fuego Sagrado que nuestros
ancestros guanches utilizaron con fines religiosos durante generaciones, cuyo
altar fue sacado a la luz con centenares de restos de ceramica y alimentos
usados como ofrenda.
Una hoguera similar de
Fuego Sagrado tuvo otro santuario de la Diosa, el de Achbinico tal como recoge el
investigador Dr. Ignacio Reyes: “El análisis
morfosemántico sugiere que el ordeño practicado en esta gruta, orientada hacia el naciente y con restos arqueológicos de un ara permanente donde el fuego habría alcanzado
altas temperaturas, debió de poseer alguna dimensión ritual o
simbólica. Además, tras ella, en su vertiente occidental, discurre el Barranco
de los Samarines, orden de especialistas en materia religiosa y prácticas
adivinatorias, que, como señala su denominación personal, zammarin o 'poderoso', desarrollaba algunas de sus actividades en dicho ámbito. Todo esto indicaría que el
lugar poseía la dignidad necesaria
para recibir la imagen sacralizada. Un culto a la Diosa creadora, Chaxiraxi, que asumiría en poco
tiempo la personalidad de Sep
Meri, la Virgen María
de los ocupantes cristianos. (Ignacio Reyes, 2006:55)
Este santuario-auchón de Chinguaro modernamente ha sido usurpado por
la iglesia católica so pretexto de la creación de un triangulo mariano en cuyos vértices se encuentran los sitios
cultuales guanches de Chivisaya, achbinico y Chinguaro, para la creación de
esta nueva fuente de ingresos para el obispado de Tenerife, se expropiaron los
terrenos a bajos precios con la connivencia del Cabildo Insular de Tenerife y
Ayuntamiento de Güímar, quienes con dineros públicos (De momento llevan gastado
más de un millón de Euros) han profanado este lugar sagrado guanche con
toneladas de cemento y hierro, todo ello en beneficio del obispado nivariense
que será quien administre los futuros ingresos económicos generados en
Chinguaro y Chivisaya, pues los generados por la Basílica de Candelaria lo
son por los dominicos.
Las usurpaciones han sido una
constante histórica en nuestras Islas. En los principios de la colonización el catolicismo se va a encontrar con formas culturales guanches
aprovechables y no dudará en sacarles partido.
Gran número de
las ermitas que hoy se levantan en nuestros campos no son otra cosa que la
catolización de lugares que en la más remota antigüedad fueron el marco en el
que se desarrolló un culto guanche.
Con la llegada
del catolicismo vamos a asistir a un hecho transformador. La cultura
eclesiástica católica tratará de imponerse y derrotar a la cultura guanche
mediante tres procesos: 1) La destrucción de todo lo guanche; 2) La sustitución
de los antiguos cultos por otros católicos parecidos (obliteración); y 3) La
conservación de las formas rituales, aunque mutilando el significado
(desnaturalización). Son los dos últimos aspectos, es decir, la sustitución de
cultos siempre que no suponga una ruptura y la conservación de los actos aunque
orientados a las nuevas divinidades, los que incidirán en nuestras Islas.
En los menceyatos del sur, al producirse la
penetración foránea de manera más tardía, como consecuencia de los pactos de
paces y, especialmente, por ser zona de amplia influencia de los alzados
guanches, donde los colonos europeos durante los primeros decenios de la
invasión y conquista no se aventuraban más allá de Güímar, perduraron durante
mucho más tiempo la veneración original. Por el contrario, en la zona norte de
la isla, donde tuvieron lugar los primeros asentamientos europeos, la acción
del rodillo iconoclasta fue más avasalladora y brutal.
Son varias las figuras de la
Diosa Madre Chaxiraxi que en diferentes aspectos existentes en la Isla en los
momentos previos e inmediatamente posteriores a la invasión europea, de las
cuales la Historia colonial nos ha dejado suficientes reseñas como para ser
identificadas actualmente.
El fraile Alonso de Espinosa nos
informa de las mismas aunque como es habitual en el dominico nos las presenta
rodeadas de las inevitables e infantiles fabulas con que adorna sus relatos:
“Otra imagen de Nuestra Señora está en Garachico, cuyo aparecimiento pasa así:
Después que la isla se conquistó muchos años, yendo unos
barqueros vecinos de La
Orotava a pescar a las calmas de La Gomera
en una barca o barco de Gonzalo Bueno, vecino del dicho lugar, llegaron en el término de Adeje a una caleta (que por el caso que vamos contando se llamó
de Nuestra Señora), en la cual
hallaron una imagen de Nuestra Señora
de mazonería, con un niño en brazos al siniestro lado; y muy contentos con el
hallazgo, la meten en el barco, con intento
de volverse a su pueblo y poner la imagen en la iglesia del. Pero Dios, que tenía determinada otra
cosa, no fue servido, porque, aunque
venían con mar bonanza y próspero viento
navegando, en llegando al paraje de Garachico les dio tanto viento y
mar, que les fue forzoso entrar en el puerto.
Ellos dentro, la mar y viento sosegados, tornan a querer proseguir su viaje; y en saliendo del puerto, tornó
de nuevo la tempestad. Y así les fue
forzoso volverse al puerto, donde, habido su
consejo, concluyen en que saquen a tierra la imagen, y por tierra la lleven
con el secreto que sea posible; mas no pudo ser
tanto que no viniese a noticia de los del pueblo de Garachico, y, aunque los barqueros la sacaron encubierta, envuelta en una bernia y con una gorra colorada, no
bastó para que los vecinos de Garachico no diesen
con ella; y, habida a las manos, la pusieron
en la iglesia parroquial, donde hoy día
está. De ahí a pocos días, viniendo de las islas de abajo a ésta
ciertos portugueses, conocieron la dicha imagen y afirmaban haberla visto y haber estado en la isla del Fuego, y que poco antes que aquélla isla se abrasase,
desapareció esta imagen de allá…”
[1] Si esta interesado en consultar la totalidad de los
documentos de este pleito puede
hacerlo en Juan Bethencourt Afonso en su Historia del Pueblo Guanche, tomo dos
y en: Guayre Adargumas Anez’ Ram Yghasen, Diosa Chaxiraxi
Versus Virgen de Candelaria-Historia de una usurpación. En: www.elguanche,net
[2] La imagen realmente fue
trasladada a Fuerteventura no a Lanzarote.
[3] En torno a
estas procesiones Marín de Cubas recoge: “Tenían en sus términos muchos ganados
sueltos y salvajes, y otros tenían manso, y tenían dedicados a la virgen de
Candelaria otros pintados de blanco y varios colores; tenían juegos y fiestas
en diversos tiempos del año, y venían de África al trato de carnes, cecina,
sebo y cueros, traían cera y hacían procesión y encendían luces a la virgen
paseando la playa donde fue hallada, y esto hicieron en secreto aún hasta el
tiempo de la conquista; en sus casamientos llevaban luces en la mano.” (Marín
de Cubas, [1694]1993:221-223)
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