Capitulo XV
Chaurero n Eguerew
ELLA NO ES EL. IV. II
Diosa Chaxiraxi Diosa
negra
Otra imagen dicen haber aparecido en la playa de Abona, de alto de poco más de un palmo, que la llaman
Nuestra Señora de Tajo. Todas las cuales he visto y las tienen en mucha veneración y refieren algunos milagros de ellas,
que por no ser de mi intento, no los
escribo…
Sin estas
imágenes que aparecieron, hay otras de mucha devoción y
que hacen muchos milagros.
Nuestra
Señora de Guía está en el mal país de Isora, entre Santiago
y Adeje, que es imagen de mucha devoción y de quien se refieren milagros.
Alonso de Espinosa.” 1980: 79-80)
La
Diosa Abona se veneró como Virgen de la Luz, si bien era más conocida
popularmente por topónimos relacionados con el templo de Tajo y de Abona. Sin
embargo, también se le dio título de Virgen de Candelaria. Posteriormente el
clero católico fue transformando algunos de estos oratorios privativos en
templos cristianos y sustituyendo su estatuaria por imágenes de santos.
Arriba:
Nuestra Señora de Luz de Guía de Isora,
guardada en el convento de clausura de las Concepcionistas Franciscanas de
Garachico, Tenerife (S. XVI).
La foto de la
derecha muestra el cuerpo de la imagen compuesto de un Betilo de madera al que
se han añadido una cabeza y unas manos, como hemos visto en páginas anteriores,
el betilo es de las primeras representaciones de la Diosa Madre Universa,
en la Isla Chinech
aún perduran varios de ellos compuestos de piedras amontonadas o de un solo
bloque y de formas cónicas.
Obsérvese
que el vestido de la imagen está adornado con Estrellas de Ocho puntas al igual
que lo está el manto de de la Diosa-Madre Chaxiraxi.
Por lo que respecta al santuario de Abona, se
reseña que eran importantes las peregrinaciones de gente del norte de la isla,
así como los que venían del actual
Escobonal y Fasnia, quedando aún en el recuerdo
de nuestros mayores las espléndidas fiestas que se celebraban en el mes de
septiembre en la Punta
de Abona. (Francisco Castellano).
En cuanto a la imagen de la Diosa (o Virgen) de La Luz de Guía de Isora no deja
de ser interesante la transformación a que fue sometida y las leyendas
“piadosas” de que ha sido rodeada.
Actualmente existen dos imágenes,
la llamada Virgen de la Luz
de Guía garachiquense y la
Virgen de la Luz
en Guía de Isora.
Diosa de La
Luz o de Guía en Garachico.-
José María Mesa Martín en un interesante artículo en torno
a un lienzo de la imagen de la virgen de Guía, posiblemente elaborado en las
primeras décadas después de la invasión de la isla, su descripción nos
proporciona una serie de detalles indicativos de que el mismo refleja a la
primitiva imagen de Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi. Según expone el autor en su
artículo: “Este cuadro de la
Virgen de Guía tiene un enorme valor documental, pues sería
el único retrato conocido (a excepción del estandarte conservado por las monjas
de Garachico) de la antigua imagen a la que se le dio culto en el Malpaís de
Isora durante el siglo XVII y XVIII, y evidencia que la pequeña escultura de
escasos treinta centímetros que custodian las monjas en la Villa y Puerto nada tiene
que ver con ésta.
La figura de la
Virgen se recorta sobre un fondo de paisaje idealizado, donde
aparecen por los lados dos símbolos del paisaje isorano: el Chaorra o Pico
Viejo, y el Santuario de la
Virgen al pie de un frondoso pino, especie vegetal que
debió rodear la ermita hasta bien entrado el siglo XIX, pues también en un
dibujo de Álvarez Rixo efectuado en 1832 aparece otro ejemplar arbóreo de
este tipo, en las proximidades del templo.
La rica cinta negra ciñendo la cintura y una rosa de plata
en la mano fueron los atributos iconográficos que definieron a la Virgen de Guía, elementos
más que significativos teniendo en cuenta que la imagen no tenía niño, al
parecer durante el siglo XVI, ni gran parte del XVII…
La Encarnación, que sirvió a los marinos y navegantes como soporte
iconográfico al que le rindieron veneración como Virgen de Guía o Luz, o del
Buen Puerto, o de Puerto Seguro, borrando estas advocaciones de su antigua
iconografía, máxime teniendo en cuenta que a partir de 1684, a la Virgen se le coloca un Niño
Jesús en los brazos, conviviendo desde entonces los atributos de Virgen
Madre, con la rosa (símbolo de fertilidad y fecundidad), y con la cinta
(distintivo propio del estado de buena esperanza).
[…]la pequeña y tosca escultura conservada en
el convento Concepcionista de Garachico, de la que podemos decir que, si bien
todo apunta —como hemos visto— , a que ésta no pudo ser la que estuvo al culto
en el templo isorano durante el siglo XVII y XVIII, sin embargo, no hay
motivos que puedan argumentar que esta diminuta imagen no fuera la hallada en
los albores del siglo XVI en los protohistóricos auchones del Malpaís de Isora,
justo en medio del barranco, entre el emblemático Tagoro y Chajajo: un mundo,
un espacio, y un culto ancestral, vedados para la Historia. (José
María Mesa Martín)
Diosa o virgen de La Luz de Guía de Isora
El boticario
español, destinando en Los Realejos, Cipriano de Arribas y Sánchez, nos relata
el “hallazgo” de la denominada virgen de Guía, la cual como otras imágenes de
este tipo son representaciones de la Diosa-Madre Chaxiraxi
veneradas por nuestros antepasados y usurpadas por el catolicismo como hemos
visto. Veamos el relato de Arribas y Sánchez, el cual como es de esperar en este
tipo de narraciones católicas está sazonado con la inevitable leyenda
“piadosa”:
“Por el año
1670, una señora de la familia de los Pontes -de Garachico- acompañada de un
fraile, su capellán y un criado partieron del valle Santiago hacia el barranco
de lxora donde aún no existía ninguna vereda. Guiando la señora y atravesando
un terreno cubierto de tabaibas, cardones, balos y otros diversos árboles
añosos, entre piedras de lava, llegaron al sitio que hoy ocupa la iglesia,
donde hicieron alto y se les apareció un pastor semisalvaje, el que refirió á
los viajeros que allí cerca de él, por una veredita, iba y venía á menudo un
perro como queriendo indicar alguna cosa; entrándoles la curiosidad
dirigiéronse todos al ignorado sitio al que el perro guiaba. A él llegado,
detúvose gruñendo el cán con los ojos dirijidos á un objeto que dentro de una
cuevecita divisábase. Arrodilláronse y notaron entonces una pequeña imágen que
recojida fué trasladada á la choza del pastor. La señora tomó la imágen por su
cuenta, ofreciendo hacerla en el llanito de Ixora una capilla y además hacer
venir el agua desde la cumbre, cuyas ofertas cumplió. Cuando Garachico fué
inundado de lavas ardiendo, del volcán que le destrozó, invocaron á dicha
imágen, ofreciendo traerla á la población si cesaba la corriente, con gran
pompa y procesión; acaeció así y todos los años sucesivos celebrábanla su
fiesta, con lo que agrandó mucho el naciente pueblo que se denominó por esta
causa de Guía. Cada cinco años traíase la imágen de Guía á Garachico en pública
procesión, con gran ruído y parrandas, por cuyo motivo se la llamó de los
borrachos, y á consecuencia de estos hechos suprimióse tan larga y alegre
romería. Los de Garachico á puro trabajar consiguieron de los de Guía que la
primitiva imágen la tomaran los de Garachico y los de este pueblo les dieron en
cambio otra nueva y mayor.
Los Brieres y
los Pontes disputáronse luego en el pueblo de Garachico la posesión de la
imágen, cortándose al fin la polémica depositando la virgen en el convento de las
monjas Claras, donde hoy existe. (Cipriano de Arribas y Sánchez, 1993:128-129)
Diosa o
virgen de La Luz
en Los Silos
El origen de
la imagen de la Diosa
o virgen de La Luz
de Los Silos como las demás imágenes de esta advocación está rodeado de varias
“historias piadosas” de misterio y grandes dosis de leyenda popular inculcadas
por el clero católico. Cuentan algunas crónicas que la imagen fue “encontrada”
por un pescador llamado Simón González de Herrera en 1521, en las costas de
Garachico. Otras –como hemos visto-afirman que se encontró en Adeje y, al
intentar trasladarla a La
Orotava, una tempestad obligó a recalar en Garachico, de
nuevo nos encontramos con un pescador de los que faenaban por las costas sur de
la isla.
El manto de la
imagen, bordado en hilo con temas de hojarasca y flores, está fechado entre los
siglos XVI y XVII y presenta aberturas para las columnas del baldaquino cuando
se saca la imagen en Romería. Muy probablemente se trata de uno de los primeros
mantos de la imagen.
De cualquier
forma, la imagen que preside la parroquia en la actualidad es posterior a la de
origen. Entre los valores artísticos de la talla actual, destacan algunos
detalles que dejan entrever un cierto clasicismo: la idealización del rostro,
el perfil rectilíneo de la nariz, los párpados semicaídos.
Durante la Romería dedicada a esta
advocación en la tradición popular se habla de los famosos bailes del tajaraste
y el corrido así como algunos cuentos de brujas, en los que
los sucesos maravillosos ocurrían en la noche con ruidos desconocidos, bailes y
transformaciones de mujeres en animales domésticos, claras reminiscencias de
antiguos cultos guanches demonizados como es habitual por la confesión
imperante.
“Los romeros
llegaban de todas las localidades de la Isla.
Estudiar el
tema de los romeros es estudiar la historia de los caminos y veredas que
conducen al lugar. Caminando y los más potentados en mulo o caballo, debían
llegar en el día de la víspera al pueblo, pernoctarían en casa de algún
conocido o pariente, o al aire libre, y retornarían a sus lugares de
procedencia después de la
Romería del día principal.
A Los Silos se
venía a eso: a divertirse, sin que se olvidara y se relegara a segundo término
los actos litúrgicos, teniendo éstos su culminación en la «despedida de los
romeros a la Virgen»,
cuyo emocionante acto tenía lugar al llegar procesionalmente la Imagen de Ntra. Sra. de La Luz al puente chico, en que
los ajijides entablaban acusado duetto con la lluvia de voladores.”
(Álvaro Hernández Yanez)
La cuestión del niño
Un tema poco estudiado en la
imaginería de la Diosa Chaxiraxi
es la presencia del niño en su brazo derecho, esta claro que normalmente las
madres portan a sus hijos pequeños en el brazo izquierdo de manera instintiva
como medida de protección en caso de caída o cualquier otros imprevisto y así
esta representado en las imágenes de bulto en la estatuaria católica
exceptuando las matronas entronizadas romanas representaciones de la
Diosa Isis las cuales tienen al niño
sentado sobre su muslo izquierdo o bien centrado en su regazo. Posiblemente sea
este el único caso en la imaginería religiosa católica en que la Virgen sostenga al niño en
el brazo derecho.
Si observamos con detenimiento la
postura del brazo derecho de la imagen así como la de la mano vemos que no es
adecuada para sostener a un niño, de hecho el infante esta en una postura
forzada y es sostenido por una pierna y, de no estar anclado al cuerpo de la
figura mayor indudablemente que caería al suelo por simple gravedad.
Ello nos induce a creer que
originariamente la imagen de la
Diosa no portaba una figura infantil en su mano derecha, ya
que la posición de la mano nos indica que esta concebida para sostener otro
símbolo, posiblemente una esfera, un ave o una flor, es indicativo el que el
niño sostenga en su mano un pájaro dorado uno de los símbolos de la
Diosa. Si bien esta hipótesis no se puede
apoyar con documentación específica, si existen referencias testimóniales que
inducen a sospechar que el primitivo icono no tenía añadida la figura de un
niño.
Como hemos visto el documento
procesal del 30 de diciembre 1588 del
llamado pleito de los naturales, en
una de sus exposiciones dice: “…que
estaban las andas quebradas por los empellones que los dichos Regidores e
Trujillo habían dado a los que la llevaban que un Niño Jesús había caído en
tierra e quebrádose un brazo, por causa del dicho Trujillo e los demás…”. Observemos que recoge que un niño Jesús había caído en tierra, no
dice el niño Jesús, esto nos indica
que o bien el niño Jesús estaba separado de la imagen o que de estar unido a la
misma el amarre a la figura central era tan improvisado o defectuoso por lo que
se desprendió con el simple bamboleo de
las andas, prueba evidente de que la figura del niño originalmente no formaba
de la escultura.
Otro ejemplo nos lo ofrece el
investigador José María Mesa Martín como queda dicho en su trabajo en torno a
la imagen de Diosa de La Luz
o de Guía en Garachico: “La rica cinta negra ciñendo la cintura y una rosa de plata en la mano
fueron los atributos iconográficos que definieron a la Virgen de Guía, elementos
más que significativos teniendo en cuenta que la imagen no tenía niño, al
parecer durante el siglo XVI, ni gran parte del XVII, …”
Es significativo el hecho de uno de los atributos de
esta imagen sea precisamente una rosa. La rosa fue venerada por los
sumerios, cretenses, egipcios y otras civilizaciones antiguas. Siempre estaba
dedicada a la gran Diosa Madre. La denominación “reina de las flores” procede
de Safo de Lesbos (600 a.e.a.),
poetisa que dedicó su vida a la
Diosa del amor, Afrodita. La rosa se convirtió en el símbolo
por antonomasia de la naturaleza femenina, por eso la Gran Diosa Madre de
Frigia fue la que los romanos llamaron Cibeles, en sus fiestas los romanos anegaban
a Cibeles con lluvias de rosas.
Las rosas son símbolos antiguos
del amor y de la belleza. La rosa era sagrada para un número considerable de
Diosas de la antigüedad, y se utiliza a menudo como símbolo de María madre de
Jesús.
Digamos de pasada que la rosa
como símbolo también está documentada en otra de las Diosa negras en Canarias,
concretamente en su aspecto como Virgen de Las Nieves en Benahuare (La Palma), una de las primeras
imágenes de la Diosa
venerada en las Islas, igual que la Diosa
Chaxiraxi en Chinech la imagen de Las Nieves-que como hemos
dicho es un aspecto catolizado de la Diosa
Abora-, ya contaba con santuario propio antes de la invasión
y conquista de la Isla
por los mercenarios castellanos.
Según José Guillermo Rodríguez: Ya en la Bula
del Papa Martín V, fechada en Roma el 20 de noviembre de 1423, quedaba
demostrada la existencia de un templo dedicado a la imagen bajo la advocación
de “Beatae Mariae de La Palma”.[1]
La imagen que es de
terracota ha sufrido los avatares del tiempo lo que ha obligado a tomar medidas
protectoras, una de ellas fue embutirla
dentro de una especie de “percha triangular de corte barroco” o de una
suntuosa campana textil, de donde sólo asoma la cabeza de la Virgen. Sus manos y el
Niño son postizos. Así quedó configurada su iconografía tal y como la conocemos
en nuestros días.
En las grandes
solemnidades el niño es desplazado de las manos de la estatua y estas sostienen
una gran rosa de oro macizo.
Como curiosidad, unas líneas
referentes a la Virgen
negra de Regla ubicada en el templo de Los Remedios en los Llanos de Aridane,
uno de los aspectos más significativos de esta talla consiste en que el niño es
blanco, la explicación que dan para esta singularidad es que originalmente no tenía Niño Jesús, sino que le fue
puesto, por eso es blanco y, curiosamente, el niño tiene una rosa en sus manos.
La vestimenta de la Diosa Chaxiraxi
Hacia finales del siglo XVI en la
metrópoli ocurrirá una circunstancia que resultaría muy trascendental. Al
parecer, la Reina Isabel
de Valois, tercera esposa de Felipe II, encargó al imaginero jienense Gaspar de
Becerra la reproducción en imagen de candelero de un lienzo de la Virgen de la Soledad o de las Angustias
que la reina trajo consigo de Francia. Una vez concluida la talla, se vistió
con el traje de la Condesa
viuda de Ureña, Camarera Mayor de la
Reina, exhibiéndose en la Iglesia conventual del Buen Suceso de Madrid. Por
esta razón las Vírgenes cuyas advecciones sean Dolores, Soledad o Angustias
desde entonces suelen vestir de negro, luciendo el atuendo típico de una mujer
viuda de la época de Felipe II, en lugar de la indumentaria hebrea que sería la
más rigurosamente histórica.
En esta colonia era frecuente que
colonas y criollas en sus testamentos dejasen algunas prendas de vestir a
determinadas imágenes de su devoción, e incluso prestar vestidos para adornar
las imágenes en fechas determinadas,
sobre el particular el investigador Carlos Rodríguez Morales, recoge un
interesante documento: “En 1568 Juan Salvago ordenó en su visita a la parroquia
de Nuestra Señora de los Remedios de La Laguna que “no se le pidan ropas prestadas ni se
le pongan a la ymajen de Nuestra Señora porque no es justo que las ropas que se
le pusieren las traygan después ningunas mujeres”, expresando también que “por
quanto algunas mujeres por su deboción dan algunas ropas de paño y lienço
para la dicha ymajen y porque no es justo que lo que ellas an sudado y traído
se pongan a la ymajen mando que las tales ropas que así se dieren que ayan sido
traídas por algunas mujeres y se dieren para la dicha ymajen se bendan y lo que
por ellas se diere se compre otra cosa para la dicha ymajen”. Pero esta actitud
—que demuestra cierta formación y el reconocimiento de los valores plásticos—
no tuvo eco en el pueblo, que se inclinó generalmente a sobreponer vestidos
suponiendo incluso que la propia Virgen compartía esta preferencia.”
El fraile Alonso de Espinosa nos lego una reseña de
la vestimenta representada en la talla original de al Divinidad en los
siguientes terminos:
“Está en
cabellos, sin toca ni manto, y es todo el cabello dorado, con
muy lindo orden compuesto y en seis ramales trenzado y
por las espaldas tendido. Tiene un lindo niño al diestro
lado, desnudo y con ambas manos asido de un pajarito
dorado. Este niño está sentado sobre el brazo derecho de la
imagen, y en ella lo tiene con la mano. En la otra mano izquierda
tiene un pedazo de vela verde de la misma madera, del
tamaño de un jeme, y un agujero encima para poder añadir más
vela.
Está
vestida a lo antiguo, con una ropa toda dorada desde la garganta hasta los
pies, entera sin abertura alguna, y en el collar,
que es bajo, sobre el oro tiene este letrero de letras latinas
coloradas:…
TIEPFSEPMERI
Está el oro
tan perfecto, tan bien asentado y bruñido, que ningún
oficial lo hará tan bien, y atréveme a decirlo porque lo
entiendo.
En la orla,
o fimbria desta ropa, abajo, de la misma manera, tiene
estas letras:
EAFM * VRENIN1 *
FMEARE
No van
todas, porque para dar por reliquias creo le han quitado un
pedazo desta falda con la peana.
Asoma también un poquito del pie
izquierdo
juera de la falda, con mucha
gracia calzado con xervilla colorada.
La
bocamanga de ia mano izquierda, con que tiene la vela, tiene
ni más ni menos este letrero, que dice:
LPVRVNENVPEPNEIFANT
Tiene
ceñida esta ropa por debajo de los pechos (los cuales a un lado y a otro hacen muy gracioso bulto, y se muestran), con una cinta azul, y con letras de oro
en ella, que son:
NARMPRLMOTARE
El manto tiene
caído sobre los hombros y asido por los pechos con un cordón colorado largo
como un xeme, y su lazada a la mano
izquierda. Es el manto azul períectísimo, sembrado de florones de oro por delante y por detrás.
La orla es de oro bruñido con letras latinas antiguas, coloradas, y
las de la mano derecha son:
OLM *
INRANFR * IAEBNPFM * RFVEN NVINAPIMLIFINVIPI * NIPIAN
Las
letras de la orla de la mano izquierda:
FVPM1RNA * ENVPMTI
* EPNMPIR » VRVIVINRN APVIMFRl » PIVNIAN
* NTRHN
Por lo bajo de la orla del manto, a la parte trasera,
dice asi:
NB1MEI *
ANNEIPERFM1VIFVF
Esta es la descripción desta santa imagen, que tantos años ha que en esta isla apareció, y con haber hoy
ciento y noventa años que apareció y
haberla traído de un cabo a otro y sacado mil
veces en procesiones, y vistiéndola y desnudándola, que no puede dejar de manosearse, está el día de hoy, 25 de octubre de 1590 años (que para haber de
hacer esta relación la vi desnuda),[2] tan
linda, tan hermosa, y los colores, oro y
matices, tan perfectos, como si hubiera pocos días que se hubiera hecho. Una cosa me admira desta santa imagen, que es digna de admiración y se maravillará
quien la considerare, y es que, estando
sin ropas y compostura, sino de la suerte que
apareció, tiene el rostro tan proporcionado (según geometría) con su estatura, que no hay más que pedir, y vestida como ordinariamente está,
acrecentándole casi tres palmos a su tamaño y estatura (cosa de admiración)
está tan perfecta cual todos vemos, que no lo tengo
por pequeño milagro.” (Alonso de Espinosa 1980: 76-78).
La talla actual es de candelero o de vestir es decir, se compone de
una cabeza y unas manos sujetas a un armazón de madera, (aspecto que la mayoría
de los fieles ignora) sustituye a la anterior que fue arrastrada a la mar por
el aluvión de 1826. Fue realizada por el escultor orotavense Fernando Estévez
Salas (1788-1854), en 1827.
Esta imagen está sobrecargada de ricas vestiduras y alhajas donadas
por los fieles durante generaciones, fruto de una piedad mal entendida pero muy
bien orientada y promovida por el clero católico, que ha hecho posible que
tanto esta imagen como otras muchas del archipiélago hayan acumulado fabulosos
tesoros, los cuales periódicamente suelen sufrir ciertas reconversiones siempre en detrimento
de lo atesorado, pero que con las posteriores donaciones de los fieles suelen
reponerse hasta la siguiente reconversión.
Una tónica constante en
estas imágenes de candelero es que la vestimenta de las mismas siguiendo las
técnicos teatrales del catolicismo tratan de impresionar al espectador con una
presentación realmente ostentosa de los iconos aún en aquellos templos
enclavados en zonas profundamente deprimidas y paupérrimas, como una sangrante
contradicción con lo que se predica y lo que se practica.
Por otra parte, debemos
señalar que las vestimentas de las imágenes de la Candelaria configuran
un triangulo, representación universal de la Diosa Tanit, uno de los
aspectos de la Diosa Madre
más extendido en nuestro archipiélago
Dicho sea de paso la “piadosa” práctica de las mandas testamentarias
es una cuestión que ha sido muy sostenida por la iglesia católica desde los
primeros siglos de su existencia, conforme esta recogido documentalmente, pero en especial en la edad media, fueron las herencias ya en el siglo 4,
el fraude en las herencias por el entonces papa Dámaso, fue tan terrible que
incluso tuvo que intervenir el emperador.
Para no entrar en sospecha de herejía cada fiel después de su muerte,
dejaba una parte de su herencia para las obras pías de iglesia católica, además
determinadas ordenes religiosas estaban especializadas en la busca y captura de
sustanciosas herencias a cambio de supuestamente librar el alma del difunto de las calderas de
Pedro Botero. Porque incluso un muerto podía ser acusado de hereje, para
robarle toda la herencia a sus descendientes.
Además el sospechoso de herejía, bajo ciertas condiciones no recibía un
lugar en tierra consagrada. Bajo esta presión moral, aumentaban las tierras de
la iglesia.
El papa Alejandro III dispuso ya en 1170, que ningún testamento sería válido, si no fuese hecho en presencia de un clérigo católico. Las herencias testamentarias valían, según la iglesia católica como un medio fiable para reducir el tiempo en el purgatorio.
El papa Alejandro III dispuso ya en 1170, que ningún testamento sería válido, si no fuese hecho en presencia de un clérigo católico. Las herencias testamentarias valían, según la iglesia católica como un medio fiable para reducir el tiempo en el purgatorio.
Vemos un ejemplo para nuestras Islas
recogido por el Dr. Bethencourt Afonso:
“Mandas Episcopales, (En la parroquia
de Betancuria. 1666).
“Que los párrocos procuren se abran
por la justicia secular los testamentos, porque si los pobres difuntos dejaron
sufragios a perpetua o “ad tempore» si han estado en el purgatorio por el
descuido de no cuidarse de ello”.
“Que no
salga la cruz de la parroquia a buscar el difunto sin que primero esté el
testamento en poder del colector o del párroco”.
“Menhir” tallado en
madera localizado en Benahuare (La
Palma)
“Que los
herederos y albaceas, cuando el que muera tiene bastante hacienda, sean
liberales en sus sufragios”.
“Cuando el que
muere debe más que lo que tiene, si los herederos o albaceas piden pompas
fúnebres, se les contestará que lo paguen ellos de su casa”.
“Funerales.
Póngase en público, tabla de sus derechos”.
Adagio
episcopal: “Párroco con miedo, perro sin provecho; perro que ladra, guarda la
cabaña). (Bethencourt Alfonso, 1985:254)
Así el miedo a los eternos castigos
infernales hacía que las personas enfermasen, si no aportaban a la iglesia un
buen montón de dinero. Hasta hoy en que muchos fieles se les induce a continuar
comulgando con piedras de molino.
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