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lunes, 28 de abril de 2014

LA DIOSA CHAXIRAXI SINCRETIZADA COMO VIRGEN DE CANDELARIA







HISTORIA DE UNA USURPACIÓN

Eduardo Pedro García Rodríguez


CAPITULO IV



Penetración católica en Canarias.-
 
      Generalmente las conquistas de unos pueblos por otros suelen ir precedidas de penetraciones religiosas que actúan como puntas de lanza. En el caso de Canarias, la punta de lanza estuvo en manos del cristianismo, esta confección judeo-católica puso sus miras en el archipiélago desde tiempos remotos. La Santa Sede erigida en árbitro de los pueblos, vidas y haciendas,  secundada por las turbas fanáticas cristianas europeas, de la edad media decide esclavizar y expoliar las Islas Canarias. Para ello el Papa francés Clemente VI comenzó regalando el país canario con la misma facilidad con que se concedía una indulgencia. A partir de esa decisión tomada unilateralmente, comenzaron a desarrollarse un cúmulo de males para este pueblo, comparables a las siete plagas bíblicas, y  los cuales -aunque atemperados por  los usos actuales- preveo que van a continuar durante mucho tiempo.
 
   Las incursiones europeas durante la edad media al Archipiélago Canario con ánimo de saqueo y captura de esclavos empleando como excusa la evangelización de los naturales, -pues en la época ambas actividades iban indisolublemente unidas-, comenzaron mucho antes de lo que comúnmente se cree. Con el pretexto de la evangelización de los guanches lo que realmente se pretendía era la legalización de estos actos vandálicos, mediante el preceptivo permiso del “Rey de Reyes” es decir, del Papa de turno, quien decidía en que condiciones podían ser invadidos y esclavizados los pueblos que no pertenecían al orbe católico.
 
   Veamos algunas reseñas históricas en torno estas actividades desarrolladas durante la baja edad media en el Archipiélago Canario por hordas de aventureros europeos refrendados por el papado.
1334. El historiador milanés Benzoni afirma que este año llegó a la isla de La Gomera una expedición de 120 hombres enviada por el Príncipe de la Fortuna y que fueron rechazados, según recoge   Girolamo Benzoni en su obra,  Historia del Nuevo Mundo, escrita en 1565:
1341 Julio. Emmanuele Pesagno y Niccoloso da Recco, genoveses, y Angiolino del Tegghia de Corbizz, florentino, en julio de 1341 hacen un viaje de reconocimiento de las islas en una expedición de tres carabelas enviada por Alfonso IV de Portugal. Contaron trece islas. Volvieron con despojos y con varios indígenas hechos  esclavos.
 
   En un pasaje de la narración recoge: “Encontré igualmente un oratorio ó templo en el cual no había absolutamente ninguna pintura ni adorno, tan sólo una estatua de piedra, representando la imagen de un hombre con una bola en la mano y desnudo, con un delantal de hojas de palma, que cubría las partes naturales, según la costumbre de los habitantes; la que quitaron de allí y habiéndola embarcado, la transportaron á Lisboa. Esta es la primera noticia que tenemos de los sacrilegios, profanaciones y depredaciones llevadas a cabo por los cristianos contra la ancestral Iglesia del Pueblo Guanche, de las muchas que tendrían lugar durante el periodo de la guerra de invasión de las islas por parte de los europeos… Tenían Reyes y adoraban a una Diosa.”
 
1344 Noviembre 4.
 
BULA del Papa de la secta católica Clemente VI erigiendo las Islas Afortunadas en principado soberano, feudatario de la Santa Sede, e instituyendo al Infante don Luís de la Cerda en Príncipe de la Fortuna.
 
“Clemente obispo, siervo de los siervos de Dios, a nuestro querido hijo el noble Luis de España, Príncipe de la Fortunia : según como lo pide la solicitud que se nos ha presentado de vuestra parte, existen en el Océano, entre el Mediodía y el Occidente, unas islas, de las cuales se sabe que las unas están habitadas y los otras deshabitadas, a todas las cuales se los llama generalmente Afortunadas, aunque cada una tiene su denominación propia, como se dirá abajo, y algunas otras islas adyacentes a éstas; también existe cierta isla situada en el Mediterráneo. De todas estas islas, la primera se llama vulgarmente Canaria, la segunda Ningaria, la tercera Pluviaria, la cuarta Capraria, la quinta Junonia, la sexta Embronea, la sétima Atlántida, la octava de las Hespérides, la novena Cernent, la décima las Gorgonas y la que está en el Mediterráneo Goleta, y todas estas dichas islas desconocen la fe de Cristo y la dominación de los cristianos; para la exaltación de la fe y honra del hombre cristiano, deseáis emplear vuestra persona y vuestros bienes en la adquisición de todas las dichas islas, con tal que os sean concedidas por Nos, según lo habéis manifestado y pedido humildemente, sobre ellas el título y autoridad para vos y vuestros herederos y sucesores, tanto varones como hembras.
 
Nos, aprobando en consecuencia la intención piadosa que manifestáis tener bajo este concepto, y deseando que la fe ortodoxa se propague y florezca en aquellas islas, que el culto divino se observe y que por mediación vuestra se extiendan los límites de la cristiandad, acogiendo vuestra demanda para el honor de Dios, para vuestra salvación y aumento de vuestros Estados en virtud de la autoridad Apostólica, en nuestro nombre y en el de los Romanos Pontífices, nuestros sucesores, y de la misma iglesia Romana, con acuerdo y consentimiento de nuestros hermanos y en la plenitud de la autoridad Apostólica, os concedemos y damos en feudo perpetuo en la manera, forma y tenor y bajo las condiciones y convenciones contenidas en la presente, mientras no haya cristiano alguno que pretenda tener especial derecho, todas las supradichas islas y cada una de ellos con todos sus derechos y pertenencias, alta y media justicia y toda cualquiera otra jurisdicción temporal, para vos y vuestros herederos y sucesores, así varones como hembras, católicos y legítimos, permaneciendo fieles a la Iglesia Romana; y os investimos de hecho presente del supradicho feudo, por el cetro de oro, dándoos igualmente a vos ya vuestros herederos y sucesores, salvo, como se ha dicho, el derecho de otro, pleno y libre poder de adquirir y poseer perpetuamente esas mismas islas, de acuñar moneda de una o más clases y de ejercer en los propias islas, salva la soberanía del Romano Pontífice sobre ellas, los derechos reales, con facultad de levantar en todas y cada una de ellas iglesias y monasterios y dotarlos convenientemente, reservando para vos y vuestros herederos y sucesores el derecho de patronato como está permitido por las reglas canónicas.
 
Y a fin de que en virtud de la concesión que os hemos hecho, seáis considerado con el título de más alta dignidad, Nos, en virtud de la autoridad ya expresada, de parecer y consentimiento de nuestros hermanos, os damos el Principado de dichas islas y decretamos que seáis llamado Príncipe de la Fortuna, poniendo con nuestras manos sobre vuestra cabeza una corona de oro, en señal de que habéis adquirido el dicho Principado y del aumento de vuestro honor, queriendo que vos y vuestros herederos y sucesores en el mismo Principado, cualesquiera que sean, seáis en adelante llamado príncipe de la Fortuna; de suerte que vos, en lo que os atañe, y vuestros herederos y sucesores por vos mismo o por vuestros Procuradores legalmente habilitados, seáis obligado a prestar reconocimiento, homenaje, pleno vasallaje y juramento de fidelidad según la fórmula que será prescrita; que si acaeciere por algún evento el que a falta de varones, la sucesión a dicho Principado toca a una mujer soltera, ella habrá de casar con un católico fiel a la iglesia Romana, después que haya pedido el parecer al Pontífice Romano.
 
Y además, vos y cualquiera otro heredero vuestro y sucesores en el dicho Principado y por razón de éste, pagaréis íntegramente cada año, el día de San Pedro y San Pablo, al Pontífice Romano entonces reinante, cualquiera que sea el lugar donde esté, y a la Iglesia Romana, o igualmente, en caso de vacante de la Santa Silla , a la iglesia misma, cualquiera que sea el punto donde se encuentre, dando al futuro Pontífice y según la parte que toca al Colegio de la dicha iglesia, un censo de 400 florines de oro puro y bueno, con el cuño y peso de Florencia, al pagamento de cuyo censo, según se acaba de decir, vos y vuestros herederos y sucesores en el dicho Principado estaréis obligados, etc., etc.”. Dada en Aviñón, el 4 de noviembre de 1344;

1344 Noviembre 15. La concesión del Papa de la secta católica Clemente VI de las islas Canarias a  Don Luís de la Cerda, Un mes más tarde, le nombra rey del Archipiélago a con el título de Príncipe de la Fortuna. Luis de la Cerda (era conocido en Francia como don Luis de España), de abolengo castellano, biznieto de Alfonso X el Sabio, conde de Claramont (Clermont), y almirante de Francia. Esta concesión constituye una clara aplicación de la vieja doctrina omni-insular.

1345. El rey Alfonso IV de Portugal, al recibir comunicación de la bula, reclama la soberanía; en carta del 12 de febrero de 1345 expone que «praedictarum insularum fuerunt prius nostri regnicolae inventores».
 
1347. Según nos relata Marín de Cubas, [1694] por este año una expedición depredadora  compuesta por aragoneses recala en la isla Chinech (Tenerife), siendo invitados a abandonarla por el Mencey de la isla Betzenuriga, en el mismo relato Marín de Cubas  da una descripción de los antiguos habitantes guanches de la isla en los siguientes términos: “Hubo noticia en Levante de esta Isla, llamada Infierno, por los aragoneses llegados á la parte sur donde es Adeje á tratar de paz por los años del Señor 1347, y vino allí un Rey solo que dice tenía la Isla, llamado Betzenuriga con muchos capitanes, supieron el temple de toda ella y cómo eran idólatras teniendo un Dios llamado Jucanche, y cómo no admitieron tener con ellos paz diciendo que si allí volviesen otra vez á ese fin no saldrían vivos.”
 
1351. Juan Doria (de Auria) y Jaime Segarra (de Sagarra), mercaderes mallorquines, proyectan una expedición de treinta personas -religiosos, clérigos y seglares- para la evangelización de  las islas. Para ello cuentan con doce guanches esclavos (probablemente de la expedición anterior) comprados por Juan y Jaime,  convenientemente instruidos en la fe católica. Para llevar adelante el proyecto piden autorización al Papa.
 
1351. El Papa Clemente VI, en bula de Avignon, a 15 de mayo de 1351, aprueba el proyecto de Doria y Segarra y les concede gracias espirituales. Se desconocen los resultados de este proyecto.
 
1351 Noviembre 7. La bula «Coelestis rex regum» de Clemente VI (Avignon, 7 de noviembre de 1351) erigiendo el Obispado de las Islas Afortunadas y designando a fray Bernardo, de la secta católica de los O.M.C., como primer prelado. Vaticano.
 
1360. Mallorquines y catalanes, en dos galeras, llegan a Tamarant (Gran Canaria) con dos sacerdotes y ocho frailes; los guanches les hicieron prisioneros y les trataron benignamente, al cabo de unos años los ajusticiaron por faltar gravemente a los preceptos morales de los guanches;  los frailes  fueron arrojados por el risco de Jinámar.
 
1361. Bartolomé fue nombrado este año obispo de Telde, Tamarant (Gran Canaria) por el Papa católico Inocencio VI, en Avignon.
 
1369. Bernardo de Marmrando (?) y Pedro de Strata, barceloneses, exponen al Papa Urbano V, en Viterbo, el deseo de diez sacerdotes seculares y veinte religiosos de ir a evangelizar las Islas Canarias;  y le presentan su proyecto de enviar un navío para la evangelización; para lo cual le piden autorización. En la época, bajo el silogismo evangelización lo que realmente se escondía era una operación de saca de esclavos. El Papa, por la bula Ad hoc semper de Viterbo, a 30 de septiembre de 1369, dispone que los obispos de Barcelona y de Tortosa envíen a las Islas Canarias diez sacerdotes seculares y veinte  religiosos de la secta católica. Bonanato Tarín es nombrado obispo de Telde, Tamaránt (Gran Canaria) por el jefe de la iglesia católica Urbano V. Se desconocen los resultados de este proyecto.
 
1377. Fray Francisco, O.F.M., figura como obispo de Telde, en la isla  Tamarant (Gran Canaria).
 
1384. Unos frailes ermitaños piden al Papa Urbano VI, en Roma, autorización para ir a evangelizar las Islas Canarias.
 
1391. Se hace mención de trece «fraires chrestiens», martirizados por los guanches después de siete años de tratar de evangelizarlos. Seguramente como era habitual en estos religiosos católicos, faltaron a las leyes morales de los guanches, propasándose con las mujeres, delito que estaba castigado con la pena de muerte.
 
1392. Jaime Olzina es nombrado obispo de Telde, isla de Tamarant (Gran Canaria) por el Papa Bonifacio IX, en Roma. Este fue el último obispo de la diócesis de Telde; la cual se extinguió a finales del siglo debido a las continuas invasiones de los esclavistas europeos y,  salteadores y esclavizadores de los canarii.

1403 Noviembre 28.  Según una bula de Clemente VI, la titularidad de la invasión y conquista de las Islas Las Canarias, pertenece a los reyes de Castilla, y haciendo uso de su supuesto derecho, Enrique IV expide una Real Cédula, que confirma al pirata Juan de Bethencourt señor feudal de Canarias y vasallo del rey castellano.

1404 Febrero 20.
Fue bautizado por el rito de la secta católica el Rey de Titoreygatra (Lanzarote) Guadarfía también conocido como Guadafrá.
 
1404. El Papa Benedicto XIII, en Avignon, el 7 de julio concede al pirata Jean de  Bethencourt las indulgencias y privilegios de cruzada y erige el obispado de la secta católica de Rubicón {Róbigo) en la isla de Titoreygatra; y por la bula Apostolatus officium del 7 de julio de 1404, nombra a Fray Alfonso de Sanlúcar de Barrameda, O.F.M., obispo de esa diócesis. (Las Casas)
 
1404 Julio 7.
BULA del Papa de la secta católica Benedicto XID (Pedro de Luna) erigiendo en ciudad castillo de Rubicón, su iglesia en Catedral y el Archipiélago Canario en obispado, sufragáneo de Sevilla.
 
«Benedicto, Obispo, Siervo de los Siervos de Dios, para perpetua memoria. El Romano Pontífice sucesor de San Pedro, Clavero Celestial y vicario de Jesucristo, indaga con paternal atención y examina con diligencia todos los climas de este mundo y las calidades de las naciones que lo habitan, solicitando, en desempeño de su obligación, la salud de todas; así fundado en aquella suprema autoridad y persuadido de causas racionales, ordena saludablemente y dispone con madura deliberación cuanto juzga debe ser grato en la presencia de la Divina Magestad, a fin de reducir a una única grey las ovejas que Dios puso a su cargo, y que de este modo consiga y alcance el premio de la felicidad eterna para aquellas almas, que con el auxilio del Señor pueden más presto y con más luces llegar a él, si la verdad de la Fe Católica se dilata para gloria del Hombre Divino. Hace poco tiempo que, tanto por voz pública cuanto por una relación fidedigna, ha llegado a nuestra noticia apostólica que la isla de Lancelot, alias de Canaria, habitada de una nación gentil, ha sido conquistada valerosamente por algunos profesores de la Fe Cristiana y sometida a su dominio; y que muchos de sus moradores, en virtud del ministerio de la predicación, dejando las tinieblas de sus errores acaban de convertirse a la luz de la Fe ortodoxa, y se espera que, sin duda, con la divina gracia, la mayor parte de ellos recibirán muy en breve la misma pura fe. Igualmente sabemos que, en el castillo de Rubicón de la misma isla, se ha edificado una iglesia bajo la advocación de San Marcial; y Nos, que aunque indignos, hemos su- cedido a San Pedro y hacemos las veces de Cristo sobre la tierra, deseando tener solícito cuidado de todas las almas y que el Mundo dividido en Cismas vuelva a la unidad de la fe ortodoxa, para que haya un solo rebaño bajo un solo Pastor; y queriendo distinguir aquel castillo y aquella iglesia con algún favor apostólico, después de una madura deliberación con nuestros hermanos, por consejo de ellos y de la plenitud de nuestra autoridad Apostólica, para loor del nombre de Dios, gloria y exaltación de su Santa Iglesia, dilatación de la Fe y mayor utilidad de las almas, erigimos el referido castillo de Rubicón, supuesto que tiene proporción para ello, en Ciudad, y la honramos con el nombre de tal, siendo nuestra voluntad que se llame perpetuamente Ciudad Rubicense; y señalamos por su Diócesis lo restante de aquella isla y todas las otras comarcas, y la dicha iglesia, de consejo de los dichos nuestros hermanos, la hacemos Catedral y la condecoramos con el título de Dignidad Episcopal, para que tenga, mediante Dios, esposo propio e idóneo por provisión de la Silla Apostólica, el cual pueda gobernarla y serle provechoso. Además de esto, establecemos y mandamos que la referida iglesia Rubicense esté sujeta, como sufragánea, a nuestro venerable hermano el Arzobispo y a la Iglesia Hispalense por derecho metropolitano Nulli ergo hominurn, etc.
 
Dada en Marsella, en San Víctor, a 7 de julio del año décimo de nuestro Pontificado, que es el de 1404. (En: A. Millares Torres, 1977 t. 3:336)
 
1434. El Papa Eugenio IV concede un salvoconducto asegurando paso libre por el mundo de la cristiandad a un jefe cantonal de la isla Gomera llamado Chimboyo, según consta en el libro 373 de la Registratura Vaticana, folio 78 verso a 79. (D.J. Wölsfel, 1980)
 
1441-1449. Sede de Rubicón, vacante de clero colonos católicos.
 
1441. El Papa Eugenio IV autoriza el 27 de junio de 1441 la fundación del eremitorio de Sanlúcar de Barrameda para facilitar el pasaje de colonos franciscanos a Canarias, a petición de Fray Juan de Logroño.
 
1441. Llegan a las islas los colonos de la secta de los franciscanos San Diego de Alcalá, del convento de Arrizafa, y Fray Diego de Santorcaz, del convento de San Francisco del Monte (prov.,de Córdoba), ambos de la Observancia.
 
1443. El Papa Eugenio IV, por la bula Etsi suscepti, de Florencia, a 9 de enero de 1443 (suplicada por el emisario Fernio Lopes de Azevedo), concede en patrimonio a la Orden de Cristo las islas del mar Océano que ya le pertenecen (las Azores, al menos dos) «et quas in posterum illas christifidelium largitionibus vel alias iuste conquisierit, insulas, licet nondum populatae fuerint similiter recipere». Parece que el infante tenía en perspectiva las dos islas Canarias (Tamaránt  y Gomera) que ya había pedido a Juan II de Castilla.

Aculturación europea.-
   


 Como hemos visto en el capitulo anterior la religión católica bebió, usurpó y transmutó ritos de religiones tales como la mesopotámica, la griega, la romana, la budista... Sólo hace falta comparar la mitología de Cristo con la de Attis de Frigia, Buda, Dionisos, Heracles, Horus o Krishna para ver que todos o casi todos nacieron un 25 de Diciembre, hicieron milagros, se convirtieron en salvadores, fueron colgados o enterrados y resucitaron.
 
   También hemos visto como los aspectos y atribuciones de la Diosa-Madre Universal son aplicados a María madre de Jesús en un principio como un intento de atraerse a los fieles de la Diosa , y posteriormente bien por influencias de estos o por interés de los cristianos acabaron deificandola. El lector interesado enesta cuestión puede consultar mi modesto trabajo: La desposeción en Canarias de la Diosa Madre Chaxiraxi en: www.elguanche.net
 
   El clero católico y los cristianos en general explotaron hábilmente el parecido entre el cristianismo y otras religiones debido al fundamento “pagano” de muchos de sus ritos y imaginería para convencer a los naturales de que sus dioses eran en realidad santos cristianos o la mismísima Diosa. Así conseguían numerosas conversiones, que en realidad no eran tales, pues los nativos seguían practicando sus propios ritos y adorando a su  propia Diosa y los dioses paredros bajo apariencia cristiana.
 
   El Cardenal Newman en su libro El Desarrollo de la Religión Cristiana admite que: “templos, incienso, aceite, velas, ofertas devocionarias, agua bendita, santos (fiestas) y estaciones de devoción, procesiones, bendiciones de campos, vestiduras sacerdotales, la coronilla (de sacerdotes y monjes), imágenes ... todos son de origen pagano” (pag. 359).
 
   Tal como reconoces el cardenal Newman  el 75% de las prácticas católicas romanas son de origen pagano.

   Cito la exhortación apostólica Catechesi tradendae, recogiendo las enseñanzas del Magisterio acerca de la inculturación del mensaje cristiano:

“De la catequesis, como de la evangelización en general, podemos decir que está llamada a llevar la fuerza del Evangelio al corazón de la cultura y de las culturas. Para ello, la catequesis procurará conocer estas culturas y sus componentes esenciales; aprenderá sus expresiones más significativas, respetará sus valores y riquezas propias.
 
   Sólo así se podrá proponer a tales culturas el conocimiento del misterio oculto (cf. Rm 16, 25; Ef 3, 5) y ayudarles a hacer surgir de su propia tradición viva expresiones originales de vida, de celebración y de pensamiento cristianos" (n. 53; cf. L’Osservatore Romano, edición en lengua castellana, 11 de noviembre de 1979, p. 11).
 
   Una vez tuve que explicarle a un compañero de trabajo en que consiste esa manía católica de los santos y las virgenes. El pensaba que se trataba de idolatría y paganismo, así que le hablé de los manes y los lares romanos, y los dioses hindús para cada cosa que se te pueda ocurrir, y el paralelismo con los dioses paredros o dómesticos del panteón guanche.
 
   No me entendió, traté de explicarle que  los primeros cristianos habían asimilado a dioses locales como continuación de la práctica romana. Así, cualquier estatua de Ceres o de Atenea podía ser asimilada a uno de los 100 aspectos que podía tener la virgen María, y cualquier santo podía sustituir al héroe local divinizado.

   Recomiendo el ensayo “Cristianismo primitivo y Paideia griega” de Werner Jaeger para ver como el cristianismo primitivo se asentó entre las comunidades judías helenizadas que alteraron el paradigma judío hasta hacerlo encajar con su ideal de religión nueva acorde con sus valores griegos.
 
   Los misioneros cristianos establecidos en las islas desde antes de la invasión reglada y conquista comprendieron que para conseguir sus propósitos debían asimilar a la Diosa-Madre Chaxiraxi y sus diferentas advocaciones como Diosa de la Luz; Diosa Abona; Diosa Tanit; Diosa Tara, Diosa Abora etc., a la virgen María y a los dioses parederos a los santos católicos, como por ejemplo el dios protector de la Naturaleza y de los animales, Chayuga, fue asimilado a San Antonio.
   Veamos de manera resumida la cosmovisión guanche -teniendo en cuenta que el gentilicio guanche se aplica por extensión a todos los habitantes de las islas así como el de canarios-; nos muestra una jerarquía de tres partes: Diosa-Madre Chaxiraxi madre de de toda la humanidad sin la que nadie viviría aquí; Magek (la Sol) Diosa dadora de vida y seno de los espíritus libres de los ancestros; y Achuguayu dios de las estaciones y de las lluvias; Espíritus de los ancestros, además de algunas estrellas y una serie de entes protectores o maléficos.
   Con la imposición del cristianismo los guanches, forzados a la conversión o los que asumieron voluntariamente la nueva religión, mantuvieron la estructura jerárquica celestial de sus creencias antiguas, añadiendo el Padre-Hijo-Espíritu Santo, (Diosa Chaxiraxi; Diosa Magek y dios Achuguayu). Los ángeles sustituyeron a los manes domésticos y los santos a los dioses paredros, las almas buenas a los espíritus de los ancestros etc.
   Los guanches no entienden el significado del cielo e infierno en el modelo católico, porque para ellos no existen seres exclusivamente buenos o malos. La Diosa-Madre es adorada como la Diosa eterna que da y mantiene vida a todas las criaturas en la tierra si el hombre obedece y da las ofrendas que ella merece.
   En el mundo guanche, en los primeros tiempos de la invasión europea, cohexisten las imágenes de los Santos de la fe cristiana, con la imaginería de la religión guanche: la Diosa, como centro de todo ser, los varios ritos a los difuntos etc.
   El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo y todos los santos existen al lado de los dioses guanches cumpliendo una función social y/o político. Los guanches no se oponen contra el dios cristiano porque para ellos significa un enriquecimiento y ampliación en su fe.
   Esto fue así hasta que el celoso clero católico decidió implantar en la colonia el “santo tribunal de la inquisición”. A partir de ese momento, los roles de convivencia cambiaron dramáticamente y la historia fue otra. Comenzaron a tejerse en torno al panteón guanche toda una serie de enmarañadas fábulas y, descabelladas y absurdas leyendas que ,vistas desde la óptica actual, causan vergüenza ajena cuando no producen pena por lo burdo de aquellos montajes que, sin embargo, en su momento fueron ingenuamente creídos y seguidos por una turba de fanáticos previamente descerebrados por las prédicas católicas.
   La Diosa-Madre fue drásticamente sustituida por María madre de Jesús, los antiguos centros de culto guanche fueron profanados y en su lugar se erigieron ermitas y otros templos católicos o fueron señalados con una cruz, los que no pudieron o no quisieron cristianizar sencillamente los demonizaron, los diferentes aspectos de la Diosa-Madre fueron sustituidos por otros católicos, por ejemplo: La Diosa-Madre Chaxiraxi pasó a ser la Virgen de Candelaria; la Diosa Abona Virgen de la Luz; Tanit Virgen del Pino, Virgen de los Volcanes; la Diosa Abora Virgen de las Nieves, Virgen de Guadalupe etc., etc. Los estudiosos sostienen que la colonización del Archipiélago Canario fue el preludio de la invasión y colonización española de América, donde se reprodujeron patrones que previamente habían sido ensayados en Canarias, entre estos patrones es concurrente el de las múltiples “apariciones” marianas en los pueblos de aquel continente, especialmente allí donde se establecieron las congregaciones católicas de dominicos y franciscanos, una de estas “apariciones” que tuvo mayor incidencia en la cristianización del pueblo mexicano fue la de Guadalupe, la cual guarda un total paralelismos con las “apariciones” marianas en Canarias, por ello me permito exponer algunos pormenores de dicha “aparición”.
   La virgen de Guadalupe fue la única forma en que los cristianos españoles lograron introducir su religión en México.

   Se habían dado ya cuenta de que por más nativos que mataran ellos no iban a ceder, así que se les ocurrió hacer la virgen de Guadalupe, y se le hizo “aparecer” en ese lugar porque para los aztecas esa Diosa Tonatzin ó Coatlicue era la madre de todos los Dioses y por tanto de ellos también.

   De esta manera en el cerro de Tepeyac y sobre el templo de la Diosa Tonatzin ó Coatlicue que los mexicanos adoraban como a Diosa Madre, se construyó primero una ermita y posteriormente la Basílica de la Virgen de Guadalupe.
 
   A los indios se les dijo que el hecho de que fuera morena, y que “apareciera” en ese lugar significaba que esa Virgen era aceptada por sus Dioses. Sólo así (y con la pequeña ayuda de unos mil azotes más) empezaron a ceder los indios en su religión, so pena de muerte.
 
   No deja de ser significativo el hecho de que la virgen se “manifieste o aparezca” pródigamente en aquellos territorios colonizados por los católicos, especialmente donde se habían establecido las congregaciones  de franciscanos y dominicos. Por el contrario, en los pueblos colonizados por  los cristianos protestantes anglicanos,  calvinistas, metodistas, menonitas etc.-,  la virgen jamás ha protagonizado una aparición, la cuestión es: Si la virgen María es madre de Jesucristo y por tanto madre del dios cristiano ¿Cómo es que se muestra remisa a manifestarse a los cristianos protestantes?
 
   ¿No es el dios de unos y otros? ¿Por qué las supuestas apariciones marianas se producen siempre ante gentes simples fácilmente sugestionables?

   De hecho, psicológicamente esa es la razón por la cual la mayoría de los mexicanos tienen miedo de ir contra ella, aún en el cerebro mexicano se resiente el temor a que vayan a ser castigados por no aceptarla. Por lo que en ninguna otra parte del mundo es adorada tan fanáticamente como en México.

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