HISTORIA DE UNA USURPACIÓN
Eduardo Pedro García Rodríguez
DEDICATORIA
A mi hijo espiritual Bencomo Ait
Taoro (Bencomo Bethencourt Gómez), primer bautizado por el rito de la Iglesia del Pueblo
Guanche, en la Playa
de Chimisay, Valle Sagrado de Güímar el 19 de abril de 1998 de la
Nueva Era Guanche.
Capitulo I
A modo de introducción
Durante muchos años hemos leído que la
historia la escriben los vencedores, y como prueba de esta afirmación, entre
otros muchos casos, la historia de la invasión y conquista del
Archipiélago Canario narrada en su casi totalidad por cronista
españoles.
Alguien dijo que la historia es
la relación de hechos que no ocurrieron así, narrada por personas que no
estuvieron allí.
Pese a tales visiones
pesimistas, la historia de los vencidos, de los que llevaron la peor parte y
aún de los masacrados, de su larga resistencia frente al poder, es parte de la
memoria de los pueblos. Es una modesta contribución al mejoramiento del género
humano. El odio no es útil en ese empeño.
Sin embargo, la versión de los vencedores
debe ser revisada para iluminar la verdad histórica. Existen otros ejemplos
más, pero este basta para mostrar el argumento: si los canarios
hubiéramos invadido la
Península Ibérica, nuestra historia sería contada hoy de otra
manera.
En el presente trabajo trato de explicar con
un lenguaje sencillo algunos de los entresijos de la usurpación por parte de la
religión oficial impuesta de los aspectos de Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi
cuyos atributos le han sido atribuidos a María la madre de Jesús de Nazaret,
personaje histórico que ha sido deificado por el judeo-cristianismo, con ello
no pretendo entrar en polémica con los fieles de buena fe de esta confesión
religiosa los cuales merecen mi consideración y respeto, pero considero que la
historia tiene dos caras de la que habitualmente nos muestran una, la que
conviene al orden establecido, por tanto, voy a mostrar la otra cara, la que es
poco conocida pues su divulgación ha estado siempre vetada, oculta o
tergiversada.
En nuestro ámbito cultural desde niños hemos
venido recibiendo de manera continuada y machacona todo un cúmulo de mensajes
destinados a despertar nuestras simpatías y conmiseración hacía cierta
confesión religiosa tratando de inducir a nuestro espíritus hacía la compasión
por los supuestos mártires de la misma, hablándonos de persecuciones sin
cuento, de persona arrojadas a los leones etc. etc.
Permítame el amable lector que demos un
sucinto repaso a la otra cara de la moneda, las persecuciones y exterminios
sufridos por los creyentes de otras religiones, peyorativamente denominados
paganos o infieles, por parte de quienes se esfuerzan en asumir el papel de víctimas
cuando la realidad histórica nos viene demostrando fehacientemente que casi
siempre han actuado como verdugos.
Los cristianos y las guerras.-
Adolfo de Harnack, en su tratado
“Militia Christi”, estudió profundamente la relación entre el cristianismo y la
guerra durante la era primitiva del cristianismo. Nos hace ver sin lugar a
dudas que ser cristiano y soldado no encuadra en la enseñanza de Cristo.
Según los fundamentos cristianos, Cristo
repudió definitivamente toda clase de venganza, guerra y derrame de sangre
humana. El juramento de un soldado es contrario y en abierto repudio a la
obediencia del dios.
Tal como recoge Anna Hamilton: “A fines del
siglo segundo de la era cristiana se produjo el cambio. Unos pocos cristianos
participaban del ejército romano. En estas circunstancias se produjo una
batalla espiritual entre los líderes de la Iglesia. Tertuliano
(150-230), Orígenes (185-250) y otros patriarcas de la iglesia católica alzaron
sus voces e insistieron en que los cristianos deberían abandonar las filas del
ejército. Orígenes en su obra Homiliae in Jesu Nave, dijo: “Nosotros los
Cristianos no podemos empuñar la espada y luchar en contra de nuestros
semejantes, no debemos aprender el arte de la guerra, somos hechos hijos de paz
mediante nuestro Maestro Jesús”.
“Podemos,
mediante nuestras oraciones, destruir todos los demonios que son los causantes
de odios y guerras, representamos una mayor ayuda para los que gobiernan que
aquellos que van a la guerra: nuestra lucha es con armas espirituales; que son
nuestras oraciones dirigidas al trono de Dios”.
Estas condiciones prevalecieron hasta el
siglo IV dC. En aquel tiempo Constantino el Grande era emperador de Roma. Con
gran visión, él, un pagano, vislumbró la inmensa posibilidad que ofrecía en lo
militar y político, el culto religioso. Entonces favoreció a los cristianos y
ordenó la suspensión de las persecuciones. Al regresar victorioso de una de sus
campañas, Constantino proclamó haber visto una cruz flamígera en el firmamento
con las palabras: "In hoc signo vinces" (Con este signo vencerás).
Constantino proclamó haber tenido una visión
celestial para así poder vencer a sus enemigos. Entonces adoptó la cruz
cristiana como emblema de la nueva religión, la cual desde entonces sería la
religión oficial. Quedando así cristianizado el Imperio Romano.
Constantino ordenó por la fuerza que las
gentes fueran bautizadas. Fueron llamadas por decreto, millares de personas,
paganas, judíos y bárbaros. Lo curioso fue sin embargo, que él Constantino, no
quiso ser bautizado. Fundó una ciudad y la llamó Constantina y bautizó con el
nombre de Constantinópolis la capital imperial que él “reconstruyó”.
Tan “cristiano” era Constantino, que deshizo
a todos sus rivales, entre ellos Máximo, a quien forzó a que se suicidase.
Mandó asesinar a su suegro porque no le gustaba. Lo mismo hizo con su cuñado y
su primo. Mató hasta su propia esposa Fausta y a su hijo Crispus. Tanto le
placía aparecer en público como benefactor, que astutamente dio orden de libertar
a los cristianos de las cárceles y los sacó de las catacumbas y mandó construir
suntuosos templos cristianos, los que aún en el día de hoy pueden ser
admirados. Con gran habilidad convenció a los líderes influyentes de la iglesia
de que la fe cristiana y la guerra eran buenos aliados. En poco tiempo inculcó
en la juventud cristiana el espíritu de la guerra. Luego los hijos de los
antiguos mártires tomaron parte en las campañas imperiales, queriendo dominar
por la fuerza de la espada a los pueblos paganos. Antes de morir, Constantino
se dejó bautizar para dejar al mundo la ilusión de haber sido el primer
emperador cristiano.
¿Cristiano? ¡Eso nunca! Pues cuando la Iglesia católica aceptó la
regencia de Constantino, abrogó el verdadero cristianismo para tomar el
constantinismo. Se invirtieron los papeles, en lugar de Iglesia perseguida, se
convirtió en perseguidora de aquellos que no querían seguir la doctrina
cristiana. Desde entonces y por unos 1600 años la Iglesia Universal
(Catholicus) se convirtió en un instrumento de guerra, Ya los hijos de
Constantino, Constantino II, Constans y Constantinius siguieron el ejemplo de
su padre y mataron y exterminaron a todos sus parientes con excepción de
Galiyus Juliano.
Ya en aquellos años, so pretexto de
establecer oficialmente el cristianismo como religión de Roma, el verdadero
ideal y propósito de Cristo para la humanidad se perdió.
Guerras horrendas llamadas
“Guerras Santas”, incendiaron y arrasaron pueblos enteros durante siglos. Las
“Cruzadas” quedan en la historia como una vergüenza imborrable para los
cristianos y la “Cruzada de los niños”, en la que perdieron la vida no menos de
30.000 menores, fue una de las páginas más estúpidas y grotescas que se pueden
imaginar. Ni siquiera hemos hecho mención de las opresiones, persecuciones y de
las horripilantes inquisiciones, todo ello obra vergonzosa de la iglesia
organizada y oficial.
El cínico clero católico afirma que el
propio Jesús hizo uso de la fuerza cuando expulsó a los mercaderes del templo,
argumentando de ese modo que la guerra es lícita. La verdad es que Jesús jamás
usó de la violencia, pues el mero hecho de haberse convertido en un celoso de
la casa de oración, no da derecho a afirmar que haya agredido a alguien
corporalmente.
En la guerra, la juventud inocente que nada
sabe y nada malo pretende, es artificialmente agitada y forzadamente entrenada
para lanzarse contra sus semejantes, quienes nada le hicieron y a los cuales
nunca antes habían visto, con la orden estricta de matar, destruir y conquistar
hogares, tierras de otros para los cuales la vida resulta tan querida y
preciosa como le resulta a ellos mismos. El objeto de la guerra es matar.
Aún hay una posibilidad de que la iglesia
católica comprenda su error, y deje el camino de la guerra. La Iglesia católica podría
aún contribuir a evitar la futura desgracia entre las masas humanas, entre las
cuales ella tiene 300.000.000 bajo su influencia; podría encaminarlos a los
principios de Cristo, que son el perdón y la buena voluntad entre los hombres.
Para probar cómo la iglesia y la máquina de
guerra anduvieron combinadas y sustentadas la una en la otra, basta recordar
las dos últimas guerras, cuando oficialmente ministros de la iglesia católica
impartieron su bendición sobre las armas y máquinas infernales destinadas a la
matanza de millones de seres humanos. Oraciones especiales fueron hechas en las
diócesis a favor de la victoria sobre el enemigo del país y lo mismo se hizo en
campo enemigo.
Antes de cada batalla una oración fue
elevada y una bendición impartida sobre cada cuerpo del ejército, la Iglesia católica desde sus
inicios asumió el espíritu de la guerra y estimuló a sus fieles a que tomasen
la espada para matar, incluso entre ellos inducidos por el afán del poder y del
botín y del despojo como fin último.
Para los cristianos regenerados la guerra es
un instrumento del mal y la rechazan absolutamente, pues saben que hay otros
medios más dignos de hombres civilizados y cultos, de resolver diferencias
internacionales.”
Persecución
y exterminio de los paganos griegos por parte de los cristianos.-
Año 314: Casi inmediatamente después de su
plena legalización, la
Iglesia Cristiana ataca a los paganos: el concilio de Ancyra
denuncia el culto a la
Diosa Artemis. Mediante el edicto del año, 328 templos
paganos fueron destruidos por las hordas cristianas, los sacerdotes paganos
fueron todos asesinados.
Año 315: Miles de paganos fueron asesinados
por no aceptar la evangelización.
Año 324: El Emperador Constantino declara el
Cristianismo como la unica religión oficial del Imperio Romano. En Dydima, en
Asia Menor, saquean el oráculo del dios Apolo y torturan a los sacerdotes
paganos hasta la muerte. Desahucia a todos los paganos del monte Athos y
destruye todos los templos paganos del lugar.
Año 326: El Emperador Constantino, destruye el templo del dios Asclepio en Aigeai de Cilicia y muchos otros templos de la diosa Afrodita en Jerusalén, Afaka en el Libano, Mambre, Fenicia, Baalbek, entre otros.
Año 330: El Emperador Constantino roba los tesoros y las estatuas de los templos paganos de Grecia para decorar Nova Roma (Constantinopla), la nueva capital de su Imperio.
Año 341: El Emperador cristiano Flavio Julio Constancio persigue "a todos los adivinos y helenistas". Miles de paganos griegos fueron encarcelados y ejecutados.
Año 343: Sacerdotes cristianos como Marcos de Arethusa o Cyrill de Heliopolis eran conocidos como famosos "destructores de templos."
Año 346: Nuevas persecuciones a gran escala contra los paganos en Constantinopla. Destierro del famoso orador Libanio acusado de "mago".
Año 353: Por decreto de Constancio se ordena la pena de muerte para toda clase de culto con sacrificios e "ídolos".
Año 354: Un nuevo decreto ordena el cierre de todos los templos paganos. Algunos de ellos son profanados y se convierten en burdeles o salas de juego, todos los sacerdotes paganos fueron ejecutados.
Año 354: Otro edicto de Constantino ordena la destrucción de los templos paganos y la ejecución de todos los "idolatras".
Primera quema de bibliotecas de varias ciudades del Imperio.
Las primeras fábricas de cal se construyen al lado de los templos paganos cerrados. Una gran parte de la arquitectura sagrada de los paganos se convierte en cal.
Año 356: Los ritos paganos fueron declarados ilegales y castigados con pena de muerte.
Año 357: Constantino proscribe todos los métodos de adivinación, astrología incluida.
Año 359: En la ciudad de Skythopolis, Siria, los cristianos organizan el primer campo de concentración para la tortura y ejecución de los paganos arrestados en cualquier parte del Imperio.
Año 361, 11 de diciembre: El Emperador Flavio Claudio Juliano declara tolerancia religiosa y restaura los cultos paganos, luego fué asesinado el 26 de junio de 363 por los cristianos, poniendo así fin al breve intervalo de tolerancia religiosa.
Año 364: El emperador cristiano Flavio Joviano ordena que se queme la biblioteca de Antioquia.
El mismo año en edicto imperial del 11 de septiembre ordena la pena de muerte para todos los paganos que rindan culto a sus dioses ancestrales o practiquen la adivinación ("sileat omnibus perpetuo divinandi curiositas").
Tres decretos diferentes (4 de febrero, 9 de septiembre, 23 de diciembre) ordenan la confiscación de todas las propiedades de los templos paganos y castiga con pena de muerte la participación en rituales paganos, incluso los privados.
Año 365, 17 de noviembre: El decreto Imperial prohibe a los funcionarios paganos que comanden a soldados cristianos.
El emperador cristiano Valens ordena una tremenda persecución contra los paganos en toda la parte oriental del Imperio.
En Antioquia se ejecuta, entre otros muchos paganos, al ex-gobernador Fidustio y a los sacerdotes Hilario y Patricio.
Se queman miles de libros en las plazas de las ciudades del Este del Imperio.
Se persigue a todos los amigos de Flavio Claudio Juliano (Orebasio, Salustio, Pegaso, entre otros).
Queman vivo al filósofo Simonides y decapitan al filósofo Máximo.
Año 372: El Emperador Valens ordena al gobernador de Asia Menor que extermine a todos los helenos y todos los documentos relativos a su sabiduría.
Año 373: Nueva prohibición de todos los métodos de adivinación.
El termino "pagano" (paganus, aldeano) es introducido por los cristianos para despreciar a los gentiles.
Año 375: Se cierra a la fuerza el templo del dios Asclepio en Epidauro, Grecia.
Año 380, 27 febrero: Un edicto del emperador Flavio Teodosio convierte el Cristianismo en la religión exclusiva del Imperio Romano, requiriendo que: "todas las naciones que están sujetas a nuestra clemencia y moderación deben continuar practicando la religion que fue entregada a los romanos por el divino apóstol Pedro".
Los
no-cristianos son llamados "repugnantes, herejes, estúpidos y
ciegos".
En otro decreto, Teodosio llama "locos" a todos aquellos que
no creen en el dios cristiano y prohibe toda discrepancia con los dogmas de la Iglesia.
Ambrosio, obispo de Milán, empieza a destruir todos los templos paganos de su zona. Los sacerdotes cristianos dirigen a la población hambrienta contra el templo de la diosa Demeter en Eleusis e intentan linchar a los sacerdotes paganos Nestorio y Priskos.
El sacerdote pagano Nestorio, de 95 años de edad, termina los Misterios de Eleusis y anuncia la predominancia de la oscuridad mental sobre la raza humana.
Año 381, 2 de mayo: Teodosio priva de todos sus derechos a los conversos cristianos que vuelvan a practicar su religión pagana.
En toda la mitad oriental del Imperio se saquean o queman templos y bibliotecas paganas.
21 de diciembre: Teodosio prohibe incluso las simples visitas a los templos de los Helenos.
En Constantinopla, el templo de la diosa Afrodita se convierte en un burdel y los templos de Helios y de Artemis, en establos.
Año 382: La palabra "Hellelu-jah" (Gloria a Yahveh) se impone en las misas cristianas.
Año 384: El Emperador cristiano Teodosio ordena al pretor prefecto Maternus Cynegius, un devoto cristiano, que coopere con los obispos locales y destruya los templos de los paganos en el Norte de Grecia y Asia Menor.
Año 385 al 388: Maternus Cynegius, animado por su fanática esposa, y el obispo "San" Marcelo barren con sus bandas todo el país, saqueando y destruyendo cientos de templos helénicos, relicarios y altares. Entre otros templos, destruyen el templo de Edesa, el Kabeireion de Imbros, el templo de Zeus en Apamea, el templo de Apolo en Dydima y todos los templos de Palmyra. Miles de inocentes paganos de todas las zonas del Imperio son martirizados en los campos de concentración de Skythopolis.
Año 386, 16 de junio: El emperador Teodosio prohibe el cuidado de los templos paganos saqueados.
Se declara publicamente: "¡Como si no nos fuera permitido constituirnos en vengadores de Dios, y pronunciar sentencias de muerte!... Pero, dirás, el Estado no puede castigar en nombre de Dios. Pero, ¿no fue en nombre de Dios que Moisés y Fineas determinaron la muerte de los adoradores del becerro de oro y de aquellos que despreciaron la verdadera religión?" Obispo San Optato de Mileve. (De Schismate Donntistarum, III, c.c. 6-7)
Año 388: Por voluntad de Teodosio, se prohiben las charlas públicas sobre temas religiosos.
El viejo orador Libanio envia su famosa epistola "Pro Templis" a Teodosio con la esperanza de que los pocos templos helenicos restantes sean respetados y conservados.
Año 389 al 390: Se prohíben todas las fechas señaladas que no sean cristianas.
Hordas de fanáticos inundan las ciudades de Oriente Medio y Egipto destruyendo estatuas, altares, bibliotecas, templos y linchando a los paganos.
Teofilo, patriarca de Alejandría, da comienzo a duras persecuciones contra los paganos, convierte el templo de Dionisio en una iglesia cristiana, quema el Mithraeum de la ciudad, destruye el templo de Zeus y escarnece a los sacerdotes paganos antes de ser asesinados a pedradas.
El populacho cristiano profana las imágenes de culto.
Año 391, 24 de Febrero: Un nuevo decreto de Teodosio no solo prohibe la visita a los templos paganos, sino también el mirar las estatuas destrozadas. Nuevas y terribles persecuciones por todo el Imperio.
En Alejandría, los paganos, liderados por el filosofo Olympio, organizan una revuelta y después de algunas peleas callejeras se encierran con llave dentro del templo fortificado del dios Serapis (el Serapeion). Despues de un violento cerco, los cristianos toman el edificio, lo derriban, queman su biblioteca y profanan las imágenes de culto.
Año 392, 8 noviembre: El emperador Teodosio prohibe todos los rituales que no sean cristianos y los denomina "supersticiones de los gentiles" (gentilicia superstitio). Más persecuciones a gran escala contra los paganos. Clausuran los misterios de Samotracia y asesinan a sus sacerdotes.
En Chipre, los obispos locales "San" Epifanio y "San" Tychon destruyen casi todos los templos de la isla y exterminan a miles de paganos. Los misterios locales de la diosa Afrodita son también clausurados. El edicto de Teodosio declara que "aquellos que no obedezcan al padre Epifanio no tienen derecho a seguir viviendo en esa isla".
Los paganos se sublevan contra el emperador y la Iglesia en Petra, Aeropolis, Rafia, Gaza, Baalbek y otras ciudades de Oriente Medio.
Año 393: Se prohiben los Juegos Pitios, los Juegos de Aktia y los Juegos Olímpicoscomo parte de la "idolatría" helenica. Los cristianos saquean los templos de Olympia.
Año 395: Dos nuevos decretos, 22 de julio y 7 de agosto, ocasionan nuevas persecuciones contra los paganos.
Rufino, el eunuco primer ministro del emperador Flavio Arcadio dirige las hordas de los godos bautizados (guiados por Alarico) a Grecia.
Animados por los monjes cristianos, los barbaros cristianos saquean y queman las ciudades de Dion, Delfi, Megara, Corinto, Feneos, Argos, Nemea, Lycosoura, Esparta, Messene, Figaleia, Olympia, entre otras, masacran o esclavizan a incontables paganos helenos y derrocan todos los templos. Entre muchos otros, hacen arder el santuario de Eleusis y queman vivos a todos sus sacerdotes (incluyendo al sacerdote de Mithra Hilario).
Año 396, El 7 de diciembre: Un nuevo decreto del Emperador cristiano Arcadio ordena que el paganismo sea tratado como alta traición. Encarcelamiento de los pocos sacerdotes paganos que quedan.
Año 397: Al grito de "¡Demoledlos!" el emperador Flavio Arcadio ordena demoler todos los templos paganos que todavía siguían en pie.
Año 398: El Cuarto Concilio Eclesiástico de Cartago prohíbe a todos, incluyendo a los obispos cristianos, el estudio de los libros de los paganos. Porfirio, obispo de Gaza, derriba casi todos los templos paganos de la ciudad (excepto nueve de ellos que permanecen activos.)
Año 399, 13 de julio: Con el edicto del emperador cristiano Flavio Arcadio se ordena la demolición inmediata de todos los templos paganos que todavía estén en pie, principalmente de las zonas rurales.
Año 400: El obispo Nicetas destruye el oráculo del dios Dionisio en Vesai y le impone el bautizo a los paganos de la zona, la opciones eran: bautizo o muerte.
Año 401: El populacho cristiano de Cartago lincha a los paganos y destruye templos e "ídolos".
En Gaza, el obispo local San Porfirio ordena a sus seguidores el linchamiento de los paganos y la demolición de los nueve templos restantes aun activos de la ciudad.
El quinceavo Concilio de Chalkedon ordena la ex-comulgación (incluso después de su muerte) de los cristianos que aun mantengan buenas relaciones con sus parientes paganos.
Año 406: Juan Crisóstomo "Santo y Padre de la Iglesia " recauda fondos con la ayuda de mujeres cristianas ricas para financiar la demolición de los templos helénicos.
En Efeso ordena la destrucción del templo de la diosa Artemis.
En Salamis, Chipre, los "Santos" Epifanio y Eutychius continúan las persecuciones contra los paganos y la destrucción de sus templos y santuarios.
Año 407: Un nuevo decreto prohíbe, una vez más, todos los actos de culto no cristianos.
El Emperador cristiano Theodosius ejecutó niños, por jugar con restos de estatuas paganas. De acuerdo a los historiadores cristianos el "seguía meticulosamente todas las enseñanzas cristianas."
Año 408: El emperador de la mitad occidental del Imperio, Honorio y el emperador de la mitad oriental, Arcadio ordenan juntos que todas las esculturas de los templos paganos sean destruidas o retiradas. También se prohíbe la propiedad individual de cualquier escultura pagana.
Los obispos locales dirigen nuevas y duras persecuciones contra los paganos y nuevas quemas de libros.
Se persigue también a los jueces que muestren piedad por los paganos.
Agustín "Santo, Padre y Doctor de la Iglesia ", masacra a cientos de protestantes paganos en Calama, Argelia.
Año 409: Una vez más, se decreta que se castigue con pena de muerte la astrología y todos los métodos de adivinación.
En Alejandría, el populacho cristiano, animado por el obispo Cirilio, unos cuantos días antes de la Paskha judeo-cristiana (Pascua), ataca y corta en pedazos a la famosa filosofa Hypatia.
Año 415, 30 de agosto: Dan comienzo nuevas persecuciones contra todos los sacerdotes paganos del Norte de África, que terminan sus vidas ya sea crucificados o quemados vivos.
Año 416: El inquisidor conocido como " La Espada de Dios", extermina a los últimos paganos de Bithynia.
7 de diciembre: En Constantinopla se despide a todos los oficiales del ejército, a los empleados públicos y a los jueces que no sean cristianos.
Estos ejemplos corresponden solamente a una centuria de la actuación de esta confesión religiosa, aún quedan 1900 años por analizar los cuales dejaremos para otra oportunidad.
¡Cuanto horror, cuanto terror, cuanta sangre y cuanta destrucción y todo en nombre de DIOS!
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