Zebensui López Trujillo y Josué David Ramos Martín
Separata*
AFRICANISMO, NACIONALISMO Y RELIGIÓN: DOS MODELOS
Esta ideología africanista e
indigenista implicaba que los canarios eran un pueblo de
origen autóctono, africano,
bereber, unido a
África desde el pasado más remoto y que reclamaba su
retorno al lugar que le pertenecía. Asimismo, defendía la continuidad y
pervivencia étnica guanche, lo que permitía
conectar la situación
contemporánea con la
de ese pasado primordial. Esto convertía a los
antiguos canarios, en una dimensión nunca antes formulada, en actores sociales
del presente, portadores de toda una serie de derechos incuestionables que
conducían a un destino político evidente.
La Iglesia del Pueblo Guanche: etnicidad, identidad y
religión
En este
proceso de identificación con
el pasado indígena,
se había insistido en la
continuidad de rasgos raciales, culturales, lingüísticos o genéticos respecto a
la población guanche, pero la religión no había sido considerada un elemento
con el que identificarse. No obstante, esta situación cambió a partir de los
años 80. Una de las causas fue el aumento de la información al respecto,
sintetizada por los investigadores universitarios59, pero sobre todo por el
impacto que tuvo el redescubrimiento de la obra de Bethencourt Alfonso, en la
que se exponía la supervivencia de prácticas y creencias religiosas indígenas
entre los campesinos canarios. A partir de entonces, escritores nacionalistas
como Pablo Quintana o Hermógenes Afonso, entre otros, ensalzaron la
religiosidad indígena, destacando esas pervivencias, al mismo tiempo que
valoraron la evangelización de los antiguos canarios como una estrategia
colonial60.
Desde nuestra perspectiva, este
proceso alcanza un desarrollo inaudito desde principios del nuevo siglo con la
denominada Iglesia del Pueblo Guanche (IPG). Este movimiento se ha consolidado
como una alternativa religioso-espiritual que expresa a través de la religión
su identificación con el pasado indígena.
Según sus postulados,
su objetivo es
“rescatar y actualizar la
religión de nuestros ancestros”, adaptándola a las necesidades del canario
actual, con el fin de alcanzar la regeneración moral, religiosa, espiritual y material
de la matria o nación canaria.
En un trabajo anterior61 realizamos una descripción y caracterización
de la IPG, planteando
que debía ser
analizada como un
nuevo movimiento religioso62 y, más en concreto, como un paganismo étnico
o neopaganismo que, como en otros lugares, surgen como una forma de
reivindicación de los valores
religiosos primordiales de
la comunidad étnica
en un contexto marcado por la globalización. No
obstante, al igual que otros neopaganismos, la IPG no sólo mira al pasado,
puesto que también desarrolla un fuerte componente espiritual, centrado en el
culto a la fertilidad, a la naturaleza y, en especial, a la Diosa madre
universal (Chaxiraxi). De este modo, se configura como una espiritualidad que
persigue la regeneración de la humanidad a través de la Diosa, pero que también
mira al pasado como un medio de reivindicación identitaria. Esta ambivalencia
entre lo local y lo global, entre lo canario y lo universal, constituye una de
sus características más controvertidas así como la causa de sus tensiones
internas63. En tal sentido, creemos que la IPG debe ser entendida como un
proceso en el que confluyen diferentes discursos acerca de la ancestralidad y
de la etnicidad, es decir, distintas identidades que toman al guanche como su
referente pero que lo modelan según sus propios parámetros e intereses. Así,
distinguimos el discurso espiritualista (centrado en los aspectos religiosos y
espirituales), el etnicista (que resalta su conexión con el pasado precolonial,
normalmente a través de la exhibición de sus elementos materiales) y el
político (que interpreta la IPG como un canal de comunicación de sus posturas
nacionalistas e independentistas). Pese a que el mensaje oficial de la IPG
resalta el primero, lo cierto es que los otros dos, muy entrelazados por su
carácter nacionalista, son los que dominan sus manifestaciones rituales.
En tal sentido, creemos que la
IPG adquiere pleno significado al ser analizada como un fenómeno asociado a la
construcción de las identidades étnicas y nacionales y que puede ser incluida
dentro de los tipos de relación que vimos para el caso de los
etnonacionalismos. Además, resulta un hecho fundamental que, por primera vez en
Canarias, un movimiento indigenista y nacionalista cuestiona de manera tan
clara la evangelización de los indígenas debido a que, junto con la conquista
militar, acabó por apartar a la comunidad étnico-nacional de sus fundamentos
primordiales. En consecuencia, este decidido retorno, discursivo y simbólico al
pasado indígena, ha de incluir la religión al ser un elemento consustancial de
su identidad étnica original.
Notas:
56 Si bien esta conectividad identitaria entre
los guanches y los canarios contemporáneos no era algo novedoso, así como la
certeza de su origen norteafricano, la novedad que encontramos a partir de
aquellos momentos es que todas esas evidencias se insertaron en un discurso más
elaborado que tuvo un impacto social no alcanzado hasta entonces. Dicha
conectividad encuentra sus antecedentes más claros en autores como Viera y
Clavijo y Sabin Berthelot y, más tarde, en Secundino Delgado y Bethencourt
Alfonso (autores que no serían conocidos hasta su recuperación por el
nacionalismo de segunda ola) a los que habría que añadir los arqueólogos y
antropólogos que indagaron en la raciología guanche y su comparación con las
razas africanas y mediterráneas. En este sentido, estas disciplinas, junto a la
filología más tarde, experimentaron un importante desarrollo durante el siglo
XX, disponiendo las bases documentales de estudios posteriores. En este caso,
la política arqueológica del régimen franquista proporcionó a la sociedad
canaria gran cantidad de información sobre sus antepasados, además de poner
cada vez más de manifiesto la inexistencia de lazos étnicos entre la población
insular original y la de la península ibérica, confirmando así el origen
africano de los antiguos canarios. Véase Navarro Mederos (2005: 30-31).
57 Fernando Estévez lo define
como “la defensa de la pervivencia de los elementos aborígenes en la sociedad
canaria del presente. Se basaría, como premisa fundamental, en la continuidad
demográfica de los aborígenes insulares tras la conquista, aunque comporta
además diferentes pervivencias de rasgos culturales precoloniales” Estévez
(1986: 11). Véase, también, Garí (1992a: 126-130). Por otra parte, esta
incorporación del guanche al terreno de lo político y de lo identitario no
apareció en el cuerpo ideológico articulado por Cubillo hasta al menos 1966, en
el que realiza las primeras reflexiones sobre la pertenencia étnica africana
del pueblo canario. Véase el Memorando presentado por el MPAIAC al Comité Especial de los 24 Países sobre la
Descolonización. Argel, junio 1966. Legado de José L. Escohotado a la Biblioteca
de la Universidad de La Laguna.
58 Cubillo lo explicaba así: “el
error fundamental de los que analizan Canarias es creer que es un aparato de
España y que su estrategia de lucha ha de insertarse en un contexto europeo.
Canarias es parte de África y nuestra estrategia ha de hacerse en un contexto
europeo. Canarias es parte de África y nuestra estrategia ha de hacerse al modo
africano”.
Entrevista en Cambio 16, 333, 23
de abril de 1978, pp. 34-35.
59 Véase, por ejemplo, González y
Tejera (1981); y especialmente para el caso de la reli gión, Tejera (1988).
60 Africo (1986: 57); Hupalupa
(1987: 55-103, especialmente pp. 60-61).
61 Ramos Martín (2010). Véase
también Verona y García (2008).
62 Sobre estas nuevas formas religiosas véase
Chryssides (1999), Berner (2000), Díez de Velasco (2000), Clarke (ed.) (2006).
63 Ramos Martín (2010: 1609).
*Separata extraída de
NACIONALISMO Y RELIGIÓN EN CANARIAS: UNA PRIMERA APROXIMACIÓN.
Zebensui López Trujillo: Doctorando en fase de Tesis
Doctoral. Universidad de La Laguna, zlopeztrujillo@gmail.com.
Josué David Ramos Martin: Becario del Programa de Ayudas de
Formación del Personal
Investigador, de la Agencia Canaria de Investigación,
Innovación y Sociedad de la Información del Gobierno de Canarias, cofinanciado
por el FSE. Departamento de Prehistoria, Arqueología, Antropología e Historia
Antigua de la Universidad de La Laguna. Campus de Guajara, La Laguna, Tenerife,
jdramos@ull.es
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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