Antiguamente en Ibiza existía
una diosa a la que todos sus habitantes rendían culto. En la época cartaginesa
de la isla, a partir del siglo V a. C., Tanit
se convirtió en la Diosa de Ibiza, y así ha continuado hasta
nuestros días en los que esta deidad sigue siendo recordada y venerada.
La Diosa Tanit fue una de las
más importantes Diosas de la religin cartaginesa. No solo se la conoce en Ibiza,
también se le rendía culto en muchos lugares del Mediterráneo (el norte de
África, Líbano Chipre, Cerdeña, Sicilia o Benidorm) que pertenecieron al
imperio cartaginés. Pero sin ninguna duda, fue en Ibiza donde la adoración de
Tanit se hizo más palpable y donde se han encontrado diversos templos de
adoración.
Tanit fue la Diosa del amor, la fertilidad,
la vida, la prosperidad, la cosecha, la muerte y la luna. Fue
una de las diosas más importantes de los cartagineses, ya que defendía una isla
sagrada, como era Ibiza, defendida de animales venenosos. Tanit
era una divinidad de carácter astral, representada por el creciente lunar,
asociada al dios de la agricultura y por tanto, a la fertilidad de la tierra,
de los animales y de las personas. Tenía igualmente un carácter de diosa del
subsuelo, y por tanto del infierno, la salud y la muerte, por lo que era
protectora de los difuntos. Tanit también fue asociada con el
león, influencia de la diosa egipcia Sehmet y que le confería un carácter
guerrero casi inédito en la época. Sin embargo, Tanit habría
alcanzado también un carácter de protectora de la ciudad y valedora de la buena
fortuna.
Se cree que los cartagineses ofrecían sacrificios
humanos a Tanit y a Baal (consorte de Tanit). La leyenda
cuenta que cuando las cosas no iban bien en Ibosim (nombre con el que en la
época cartaginesa se conocía a la isla de Ibiza) o Cartago, era porque
sus dioses estaban enfadados. Para contentarlos mataban unos cuantos niños
primogénitos de las familias más ricas. Los llevaban al templo de Es Culleram,
una cueva al norte de Ibiza, y allí los sacerdotes degollaban
y quemaban a los niños.
Ibiza conserva la cueva
santuario erigida en honor de la Diosa Tanit. La Cueva de Es
Culleram, situada en el municipio de San Juan, en el noreste de Ibiza
fue descubierta en 1907 por el arqueólogo Carles Roman. A partir de entonces se
realizaron varias excavaciones que permitieron rescatar diversas piezas
arqueológicas, muchas de las cuales pueden verse actualmente en el Museo de
Arqueología de Ibiza. La Cova des Culleram está abierta al público y puede
visitarse de forma gratuita.
El nombre de Tanit
El culto a la Diosa Tanit fue
recuperado por la colonia de hippies que poblaron Ibiza en los años
sesenta y setenta.
El legado de la Diosa Tanit ha
perdurado hasta nuestros días, y se instalado en la isla de Ibiza.
No es extraño ver en Ibiza comercios con el nombre de Tanit
e incluso como nombre de mujer. Además, su imagen acompaña a
los habitantes de la isla desde hace siglos y también es normal ver la cara de
la diosa en multitud de escaparates, colgantes o cuadros.
Su grafía en púnico es Tnt, dado que las lenguas
semitas se escriben sin vocales. A pesar de que su nombre aparece escrito
como Tanit, recientemente se ha descubierto que su
pronunciación verdadera sería aproximadamente Tinit.
La tradición
Cuenta la historia que los Cartagineses conocían
unas tierras en las que no crecen las víboras ni los escorpiones, bien provista
de puertos, y supuestamente fácil de conquistar. Se trataba de la isla de
Ibiza.
En el año 654 a.C., iniciaron su travesía para
ocupar la isla. Sufrieron la fuerza de la naturaleza durante unos
tempestuosos días de tormenta. Las lluvias arrastraron las rojas tierras del
Ibiza tiñendo de rojo la bahía que les dio refugio, lo que les recordó los
rituales baños de sangre de la diosa Tanit, cosa que interpretaron como un signo
divino de buen agüero.
Seguramente fue Es Bol Nou, o Porroig, el lugar
donde llegaron en primer lugar los cartagineses. En Sa Caleta aún se conserva
un asentamiento, declarado Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO. Ibiza quedó desde aquella fecha bajo la
protección de la extraña diosa del amor y de la fertilidad.
Actualmente Tanit ya no recibe la adoración de
los Púnicos en su templo de la Cova de Es Culleram. Ahora
permanece silenciosa y majestática, dentro de una urna en el Museo, y
contempla la curiosidad, la admiración, la indiferencia de los que pasan frente
a ella. Pero quien sabe si, tal vez, percibe de tanto en cuanto un ligero
temblor de algún visitante que se ha sentido perdido en sus ojos de
piedra.
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