SITIO OFICIAL DE LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE

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viernes, 8 de mayo de 2015

JUAN BETHENCOURT ALFONSO HISTORIA DEL PUEBLO GUANCHE NOTAS SUELTAS-III





Apuntes tomados del tomo 2º


Territorios libre de colonos

Por esto en la formación de los Beneficios curados de la Diócesis, según consta en las Constituciones Sinodales del obispo D. Fernando de Arce, años de 1514 y 1515, mejor dicho en los 74 mandatos de un manuscrito conservado en el archivo secreto de la catedral de Canaria, que conoció Viera y Clavijo, refiriéndose a las Bandas de Chasna dice: «Otrosí en los términos de Adeje y Abona, donde ahora no hay población recogida, e los vecinos de los dichos términos están muy desparramados, porque el noveno de los diezmos de los dichos términos no bastarían para dar mantenimiento a cura clérigo; estatuimos e ordenamos que de todos los diezmos de los dichos términos e de toda la masa de ellos, se saque ante todas cosas diez mil maravedíes de la moneda de esta Isla e quince hanegas de trigo, para el mantenimiento de un clérigo cura que diga Misas y ministre los Stos. Sacramentos a los moradores de los dichos términos de Adeje y Abona...». Debemos advertir que por dicho tiempo tan extenso territorio pertenecía nominalmente al Beneficio de Daute, «...desde la Cuesta de Cristobal de Ponte, donde están las Cuevas, adelante... hasta la Marca de Abona», es decir, desde Daute hasta barranco de Erques en Fasnia.

Nada tiene pues de extraño que los conquistadores pasaran tanto tiempo sin tener conocimiento de la diosa Abona, como tampoco que los guanches siguieran a escondidas rindiéndole culto según su liturgia, como nos da testimonio de ello el mismo fray Alonso de Espinosa, que declara: «En la playa que dicen de Abona, que será de cuatro leguas desta de Candelaria, hacia la montaña Roja, se vian también ordinariamente estas procesiones, principalmente por la fiesta de la Asunci6n de nuestra señora; y esto es tanta verdad que agora en estos tiempos personas que las han visto se van a la dicha playa y hallan velas de cera acabadas de apagar, y algunos las han hallado encendidas y pegadas a los riscos, y me enseñaron el lugar e yo lo vide. y así en esta playa como en la de Candelaria se halla. por la orilla del mar gran cantidad de gotas de cera, que de las procesiones que los ángeles hacen en honra de la Candelaria gotean; y yo doy fe que las he hallado y visto y las tengo en mi poder y oído a otras muchos lo propio...

Las candelas o velas que en esta playa se hallan no son muy blancas, mas el pa hilo no se deja entender de que sea, porque ni es estopa ni algodon, antes en alguna manera parece de seda blanca torcida...».

 Estas procesiones con iluminarias, música, cantos y demás ceremonias religiosas de que estaban enterados los conquistadores y que celebraban los guanches no ya con el mayor sigilo sino negándolo, unido a los panes, velas y gotas de cera con otras huellas que encontraban por las playas, dada la época de exaltación piadosa compréndese ir lo reputaran a milagro, máxime no existiendo en la isla colmenas, aunque sí abejares  salvajes; y tan inexplicable y sobrerenaturalles pareció el fenómeno, que levantaron acta testimonial para que constara a todo tiempo, como lo prueba el siguiente instrumento público:
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«In nomine Domini. Amen, Sepan cuantos este público instrumento de Fe vieren.

Como en la Villa de San Cristobal que es en la Isla de Tenerife, Domingo, veinticinco días del mes de Junio, Año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil y cuatrocientos y noventa y siete años, en presencia del muy virtuoso caballero Alonso de Lugo, Gobernador de las Islas de Tenerife y La Palma, por el Rey y Reina nuestros señores.

En presencia de mi, Fernando Alvarez, canónigo de la Iglesia de Canaria, por la autoridad Apostolica público notario y de los testigos que de yuso serán escritos sus nombres. Parecio presente el honrado y discreto varon Antonio de Arévalo, continuo criado de los Reyes nuestros Señores, E dijo que por cuanto en esta dicha Isla se decía de público y era notorio un milagro que de cada un año acontecía, de aparecer cierta cantidad de cera echa en panes de veinte años a esta parte, en un cierto término desta dicha Isla, que por ende pedía y pidio al dicho señor gobernador mandase tomar testigos dignos de fe para certificacion del dicho milagro... E luego en continente el dicho Antonio de Arévalo presento por testigo a Pedro Fernández ya Diego Fernández e Alonso Sánchez de Morales, naturales de la isla de Fuerteventura, e vecinos desta isla de Tenerife, e Gonzalo Méndez, castellano, e Pedro Maninidra e Pedro Mayor naturales de la isla de Gran Canaria, e Pedro Ervás, e Ibone de Armas vecinos de la dicha isla de la Gran Canaria, que agora están y habitan en ésta de Tenerife.

Los cuales dijeron, e cada uno de ellos dijo, como era verdad que cada año seyendo esta isla de infieles, que venían a ella los fieles cristianos que moraban en estas islas comarcanas, a ésta en navíos para saltear, e tomar de los canarios llamados guanches que aquí vivían. y que como descendían en aquella parte que se dice Goymar, que es en esta dicha isla, que fallaban la dicha cera y la llevaban, y la tenían y tienen en gran reliquia y veneraci6n. E los dichos Pedro Fernández... dijeron que de cudijo, que a las veces parecía de diez o doce libras, y otras veces quince y veinte libras.

Y que saben que este presente año pareci6 cantidad de veinte libras y más. y que los dichos Pedro Fernández, y de cuatro años a esta parte han visto la dicha cera en la dicha isla. ..E los dichos Pedro de Ervás e Ibone de Armas dijeron; que hay veinte años, poco más o menos, que saben e vieron traer la dicha cera a muchas personas. Y todos dijeron y cada uno de ellos dijo que a las veces Diego Fernández y Alonso Sánchez de Morales, y Pedro Maninidra y Pedro Mayor fueron en fallar este presente año, cuatro o cinco días antes de la purificaci6n de Nuestra Señora La Virgen María.y que han oído decir a muchas personas que las han fallado, que siempre por este tiempo se falla y parece... E que este presente año fueron más de veinte personas presentes cuando parecio, que habían ido en busca de esclavos de vecinos que se habían ausentado, e que así pasa en verdad... E yo el dicho Fernando Alvarez, notario suso-dicho, e infraesripto, doy fe. ..y que este presente año al tiempo que se fallo la dicha cera, no había candelas para decir misa, ni para bendecir el día de la purificaci6n de Nuestra Señora La Virgen María. Por cuanto en esta isla no hay colmenas para sacar cera, sino la traen de la gran Canaria, por ser esta dicha isla nuevamente ganada de manos de infieles... E yo el dicho notario, que al presente sirvo por cura en esta dicha isla hube y recibí doce libras de la dicha cera; y así otras tantas fice haber al Mayordomo de la iglesia para celebrar el culto divino, de la cual yo di cierta cantidad al muy reverendo en Cristo, padre y señor, Dn. Diego de Muros, obispo destas dichas islas e obispo de Canarias, que aqui vino a visitar esta dicha isla e iglesia della. El cual envi6 de la dicha cera a Santa María de Guadalupe ya otras iglesias 4el dicho su obispado para que la tuviesen en reliquia. A lo cual todo lo dicho es, fueron presentes por testigos los honrados varones Fernando de Trujillo, lugarteniente de gobernador en esta dicha isla, y Pedro Mexías, y otras muchas personas... Ferd. Alvari, Apostolicum notarius».

Es verdad de que en la isla no habían colmenas pero sí millares de abejares salvajes, al extremo de que a raíz de la conquista fuera un arbitrio municipal, como dijimos en el Tomo I.

También Marín y Cubas dice que «no tuvieron colmenas sino miel silvestre de abejeras enriscadas»; y nos cita un asalto de Alonso de Lugo en Tenerife, por Icod, como se refiere en el cap. II del Tomo I, en el que se apoderó de velas de cera, cirios, etc. de fabricación guanche. Además al tratar de las industrias indígenas  veremos que sabían labrar la cera, aunque de un modo rudimentario.

Y para concluir con este particular observaremos, que las velitas de cera que aún se distribuyen a los romeros en la festividad de la Virgen de Candelaria, son de igual tamaño si bien más blancas, que las que usaban los guanches en las procesiones y festividades de su diosa Chaxiraxi; y que el pábilo de las referidas velitas, que según fray Alonso de Espinosa « ...no se deja entender de que sea, porque ni es estopa ni algodón, antes en alguna manera parece de seda blanca torcida», es muy sabido que lo confeccionaban de la película de la planta vulgarmente llamada chajora, como lo hemos ensayado con éxito.

Tal vez si en el instrumento público citado hubieran tomado testigos guanches y no extranjeros, descubren la verdad!

Collares

Hacían estos rosarios con cuentas de arcilla cocida de forma de pequeños cilindros, de uno a dos y medio centímetros de largos, adornados a veces con rayitas, otras de forma de diminutos discos y hasta del tamaño de aljófar, enhiladas en cuerdas de tripas; de las que existen numerosos ejemplares en el Museo Municipal.

Hay que desechar las hipótesis de que los tales rosarios fueran un sistema de enumeración, ni una representación gráfica a manera de escritura como el quipu de los peruanos o el nepohualtzitzin de los mejicanos ni objetos de adorno, como collares o gargantillas, pulseras, etc., pues los guanches eran muy celosos en la observancia de sus leyes suntuarias, y el hecho de usarlos lo mismo nobles que siervos, como lo hemos comprobado en centenares de necrópolis, nos revela que esa igualdad sólo podían tolerarla estando consagrada por un fin religioso.

La tradición vulgar llamándolos rosarios porque les servían para sus rezos, le han dado su verdadero nombre.

El obispo D. Francisco Martínez Cisneros, entre otros mandatos para el lugar de Adeje en 1605, conminaba con multas... y prohibía «las reuniones de varones y hembras a velar a los moribundos, así como de hacer procesiones (léase rogativas) fuera del lugar en mucha distancia, de lo cual se siguen... muchas deshonestidades entre hombres y mujeres quedándose a dormir por los campos o quedándose atrás en las dichas procesiones en los barrancos y lugares escondidos...».


Augurios de muerte

 «Los quejidos de la coruja, la tristeza del alcairón y un murciélago en las casas, barruntan desgracias».

El canto del peroluis augura muerte. Por esto en los pueblos del Sur al oírlo, dicen: «¿A quien se irá a llevar?». «Cuando el papagayo (ave del país) canta en las cercanías de un enfermo, anuncia muerte; como también una bandada de cuervos que se pose en las inmediaciones», los perros aullando, etc.

Si por la noche se ve un tajós (ave) en puntos próximos a la casa en que haya un cadáver de cuerpo presente, «es señal segura de que el xaxo va camino de Chineche».


Xaxos arrimados

Hemos tratado a uno de estos visionarios de Chirche, Guía, que él con otros vieron muchas veces un xaxo «salir echando chispas de una cueva del barranco de los Ovejeros en dirección a la de Sámara», hasta que el célebre animero tió Roque, de la Vega de Icod, logró con un conjuro meterlo por la boca del Teide.

La civilización ha transformado el xaxo arrimado de los guanches en ánima arrimada y al hechicero o samarín en animero, con ligeras variantes en los procedimientos; pero lo que no ha variado, ni siquiera en los nombres, son las Cuevas de Sámara ni el Infierno.

Derívase este nombre de las cuevas denominadas Sámaras donde parece te-
nían algo así como seminarios.

Aún es célebre la Cueva de Sámara, en las cumbres de los caseríos de Arguayo y Chío, en Guía; y sobre todo la Cueva de Sámara que se extiende algunos kilómetros, según se cree, desde la Montaña de Las Negras junto al Teide a 2 ó 3 kilómetros, hasta el puerto de San Marcos en Icod. Se dice que comunica con dicho subterráneo el convento Agustino de Icod.
Existen varios lugares en la isla que llevan el apelativo de Samarines porque éstos vivieron en ellos: Playa y Cueva de Samarines, entre Candelaria y El Socorro de Güímar, y Ba- rranco y Salto del Samarín, cerca de la Cueva de San Bias, en Candelaria; Salto y Fuente del Samarín en el monte de La Esperanza, El Rosario; El Samarín, próximo a Chinguaro, Güímar (Docto.); El Salto del Samarín, en el Lomo de Valeria, en Fasnia; Casa delSamarín, junto al Morro del Tagoro, casco de Granadilla; y Salto del Samarín, sobre Los Frontones también en Granadilla; Cueva del Samaro Samarín, en Aldea de San Miguel; Salto de Samarines, al naciente de Cruz Cambada, en Chasna; Cueva del Samarín ya más conocida de Los Machines, en Valle San Lorenzo, Arona; Samarines, frente a Hoya Grande y Cuevas del Samarín en las Cuevas del Miedo en Tejina, la primera en Adeje y la segunda en Guía.

Hasta fines del primer tercio del siglo pasado, en los pueblos del Sur eran conocidos los curas con el nombre genérico de babilones y particularmente los frailes mendicantes, de los que se conservan aún refranes alusivos a su costumbre de pedir, como por ejemplo .«Ahí vienen los babilones, apretar bien los zurrones!», es decir, llenarlos bien los zurrones.

TEOGONÍA GUANCHE

Achuguayo (Dios Luna)                                                                     B. Alfonso, t.2, pag. 268

Personificación del Bien, lucha por los sanos principios de la moral.

Reina Achuguayo en los cielos impulsando hacia el bien los destinos del mundo con la cooperación de diferentes deidades más o menos poderosas, como La Sol,  las estrellas, el mar, el agua, las nubes, el arco iris y el fuego hijo de Magek; de la Diosa Chaxiraxi, Tajo. Abona, Abora y de los penates Chayuga, Saguañic,...


Cuanto al culto rendido a los demás astros sólo se dice que la "diosa"  Luna “como madre de los tiempos”(1) era la encargada de regularlos; siendo sus fáces, así como la marcha de la estrella vaquera, motivo de observaciones para guadameñes y samarines, que además de astrólogos barruntaban los cambios meteorológicos o sea las cabañuelas con aplicación a la agricultura y al pastoreo. Arreglado a las revoluciones sinódicas de la diosa Luna. Dividían el año en doce partes, que apellidaban primera luna, segunda luna etc...

Sin embargo que los plenilunios de la diosa lo celebraban danzando en los guáiras, en algunos casos le atribuían cierta influencia maléfica como veremos oportunamente. (Pag. 70) ( Estas danzas rituales el cristianismo las convirtió en aquelarres de brujas. Nota de G.A.)

Gualaje, deidad protectora del ganado cabrío.

Canajá, protectora del ganado ovejuno.

Jucancha, protector del perro (ver Marín de Cubas)

Agentes maléficos: El viento, los remolinos (reunión de saxos desesperados), volcanes en erupción, terremotos y temblores de tierra.

Guayota. Símbolo del Mal, subvierte lo santo, y noble; pero con la circunstancias de que todos estos dioses tienen nuestras necesidades, comen, beben y sienten.

“Creían los guanches en la dualidad de la persona humana compuesta de dos saxos, que a la muerte uno de ello quedaba en la tierra en espera del otro que se separaba; pero el punto culminante de esta concepción consistía en que ambos saxos afectaban la misma forma y el que se marchaba seguía teniendo iguales sensaciones de hambre y sed e idénticas necesidades, apetitos y pasiones que en su vida terrestre. De modo que la muerte era un desdoblamiento temporal en que los elementos gemelares ni rompían sus relaciones de solidaridad, ni dejaban de comunicarse, pues al principio el saxo ausente vagaba por los contornos de la necrópolis y más tarde la visitaba para vigilar la conservación de su otra mitad; por lo que la familia del finado colocaba alimentos en la puerta del panteón para que comiera en sus viajes.

También concurría a los banquetes funerarios de la familia, gustaba de los placeres de la mesa, oía las conversaciones y se vengaba de sus enemigos.

Sustentaban que el saxo en su origen era una emanación del dios Magek o Sol que encarnaba en las criaturas, con diferente destino después de la muerte según la conducta observada en la vida terrena. Los buenos y valerosos moraban en el lugar de las Delicias el tiempo que tardara en incorporarse al saxo momificado, pero los cobardes y perversos iban a parar a las profundidades Chinechi o del infierno. Pero lo más extraño es que admitían el dogma del pecado original y la doctrina de que las lustraciones o oblaciones purificaban a las criaturas, por lo que tenían la institución del bautismo al igual que los egipcios y otros pueblos de la antigüedad.” (B. Alfonso, t.2. Pags. 266-7)

El Viñatigo es uno de los árboles sagrados, sus hojas e se usan como coronas, tanto por los kankus como por las maguadas, también para adornar los altares y en las romerías.

Nombres guanches del Luna: Yyur, Ayur, Agur.


(1) Bethencourt Alfonso, no tuvo en cuenta que el mundo mazigio los astros cambian de genero, extremo este ampliamente documentado en la historiografía actual.


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