(Libro inédito)
Eduardo Pedro García Rodríguez
CAPITULO-XI-II
LA DIOSA-MADRE EN
AMÉRICA
BOLIVIA: Para los
quichuas, la madre tierra, es la deidad máxima de las gentes que habitan en el
altiplano, bolivianos, peruanos y el nordeste argentino. Según Adán Quiroga,
Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que mama es un Dios femenino,
que produce, que engendra. Su morada está en el Carro Blanco (Nevado de Cachi),
y se cuenta que en la cumbre hay un lago que rodea una isla. Esta isla es
habitada por un toro de astas doradas que al bramar emite por la boca nubes de
tormenta.
PACHAMAMA
BOLIVIANA
Según apunta
Roberto Paredes el mito de la
Pachamama en sus orígenes debió referirse al tiempo, tal vez
vinculado en alguna forma con la tierra: el tiempo que cura los dolores, el
tiempo que distribuye las estaciones, fecunda la tierra. Pacha significa tiempo
en lenguaje kolla, pero con el transcurso de los años, las adulteraciones de la
lengua, y el predominio de otras etnias, finalizó confundiéndose con la tierra.
Alfredo Moffat, por su parte agrega que “Las teorías explicativas de la
naturaleza y de las religiones nativas, la técnica metabolizadora del sistema
de poder ha re-formulado la metafísica originaria de nuestras poblaciones
nativas; la Iglesia
católica ha ido llenando en nuevos moldes católicos y europeos las antiquísimas
estructuras míticas de nuestro pueblo no-europeo. Un ejemplo típico de esta
sincretización de mitos lo constituye las fiestas anuales de celebración de la
virgen María en Salta y Jujuy, donde, pese a la imagen de la Virgen María y al
sacerdote que guía la columna, la ceremonia corresponde más a los rituales
indígenas de la Pacha Mama que a la
europea Virgen María, pues el consumo de coca (hojas) y alcohol, el regar con
aguardiente y el enterrar ofrendas de comida alrededor de la imagen,
corresponde al culto ancestral indígena de la Pacha Mama y no al
ritual cristiano-europeo de la
Virgen que no tiene relación con las ceremonias de fecundidad
de la tierra, y más bien niega toda idea de fertilidad, pues consagra a la
virginidad como propuesta. Propuesta que, por otra parte no tiene sentido en la
cultura quechua, que por el contrario, tiene instituciones pre-matrimoniales
como el “irpa-Sirse” (casamiento de prueba) que anulan el valor de la
virginidad. Esta está evidentemente relacionada con el concepto de propiedad
privada, que no existe tampoco en las organizaciones comunitarias indígenas,
verdaderas cooperativas de trabajo.” (En el lugar de Lomo Colorado, isla de
Tenerife, he sido testigo de que hasta
los finales de los años ochenta del siglo XX, existía la costumbre de que los
novios fuesen a vivir con la novia en la casa de los padres de ésta, un mes
antes de celebrarse el matrimonio. Esta es una costumbre que no ha sido
suficientemente divulgada por la etnografía oficial, posiblemente porque choca
con los preceptos morales de la iglesia católica)
El primero de
agosto es el día de la
Pachamama, (en Tenerife, la fiesta de la Virgen de Candelaria se ha
hecho coincidir con el día 15 de agosto, fecha de la celebración de la fiesta
nacional guanche, el Weñesmer) ese día se entierra en un lugar cerca de la casa
una olla de barro con comida cocida. También se pone coca (hojas), Yicta,
alcohol, vino, cigarros y chicha para carar (alimentar) a la Pachamama. Ese día
mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados
con hilo de llama hilando hacia la izquierda. Estos cordones se atan en los
tobillos, las muñecas y el cuello, para evitar el castigo de la Pachamama.
James Arévalo Merejildo, nos
describe con una acertada visión el sentimiento generalizado que de la gran
Diosa-Madre tiene el pueblo Aimara: “La Madre Tierra es la que da vida al hombre, es la
divinidad excelsa en nuestro mundo. La Pachamama nos enseñó amar a todo
incondicionalmente, nos mostró el trabajo como una altísima virtud, porque
amando todo y construyendo con el trabajo nos tornamos sabios. Todos estos
planteamientos son aplicables a la sociedad guanche, desde el trabajo comunal;
a la previsión social ante posibles carencias alimenticias, el uso comunal de
la tierra de sembradura, distribuidas cada año por los menceyes a cada Tagoro,
la administración y redistribución entre el pueblo de los excedentes por el
estamento sacerdotal o las maguadas, están ampliamente documentados. Estas y
otras cualidades sociales de los guanches, hizo exclamar a Bethencourt Alfonso,
que la sociedad guanche era una sociedad comunista.
La Pachamama nos dio estas
enseñanzas de vida para nuestro conocimiento, nos dió el MUNAY, el Yankay
y el YACHAY.
El hombre no necesita de otras leyes o mandamientos; porque el AMOR (MUNAY) nos hace
conscientes del “SERVICIO”,
que debe ser siempre el “SERVICIO
DEL SER”
Ya que el Servicio es la conciencia
la reciprocidad o TRABAJO...
estén seguros que el AMOR
y el TRABAJO
(YANKAY) nos llevará a la conciencia superior del Saber o CONOCER (YANCHAY).
El invasor que pisó nuestras
tierras nos creó leyes y preceptos de vida que eran totalmente contradictorios
con los más altos principios de comunidad y respeto por la tierra en la cual
vivía el hombre andino. Pusieron en nuestra historia estas leyes: “Ama Sua”,
“Ama Llulla”, “Ama Quella” = no seas ladrón, no seas Mentiroso, no seas
Ocioso”. Una ley mandamientos o precepto se crea para que un grupo social
erradique un mal, para que sean controlados los demánes de una población, etc..
A un pueblo que se diputa con su hermano y vecino hay que enseñarle a amar
aunque sea ¡a su propio dios! A un pueblo que vive en esclavitud, eterno
conflicto, temor, y condena hay que enseñarle a no matar y a no desear el mal
ajeno... así podemos seguir enumerando las leyes necesarias para una sociedad
que vive eternamente en individualismo y conflicto donde su mayor inestabilidad
comienza con el rechazo y poco respeto por la tierra que le engendró.
Qué razón
tendríamos que buscar para enseñar a una alta sociedad como la andina a “NO ROBAR”, si esta
sociedad sabe que todo le pertenece a la Pachamama, si esta sociedad vive en el principio comunitario de
que TODOS PARA UNO Y
UNO PARA TODOS,
sí esta sociedad en el principio del Servicio de HOY POR TI, MAÑANA POR MI; qué necesidad
de robar hay en una sociedad donde el trabajo, donde el principio comunitario
establece que el niño que nace tendrá su propia tierra de trabajo; que
necesidad tiene de robar en una sociedad donde el mismo morir de hambre no es
posible ni permisible ya que la distribución y preservación de los alimentos
alcanzaba una organización insospechada. ¡QUE NECESIDAD HAY DE ROBAR! ¿QUÉ NECESIDAD HAY DE
ROBAR?.
¿Por qué en
una alta sociedad hay que MENTIR y DESCONFIAR?.
Pueblos en donde en muchas casas ni siquiera había puerta estable, ni mucho
menos sistemas de alta seguridad; ¿por qué hay que mentir?, esta acción no nos engrandece
espiritualmente.
A una sociedad que construyó toda esta grandeza de piedra
sobre piedra, a esta sociedad que sabe que por el trabajo podrá sobrevivir y
ser grande: ¡NO SEAN
OCIOSOS!
Pero había que
legitimar todos los ROBOS,
MENTIRAS Y OCIOSIDAD que el conquistador hizo y engendró en estas
tierras.
Sabemos que la Pachamama es madre de
purificación, de la limpieza y tal vez del perdón. Hemos comenzado una nueva
era de luz todos los hermanos y hermanas son bienvenidos; dejemos que Wiracocha
toque nuestro Sol interior y aflore el amor con conciencia para llegar a ser
hombre del nuevo tiempo”.
CUBA: La
población autóctona de Cuba antes de la conquista y colonización por parte de
los españoles, no tenían un grado de civilización material tan desarrollado
como otras culturas continentales. No construyeron grandes templos y ciudades
como los Mayas, Incas o Aztecas. Aún así, eran de los más avanzados en el
Caribe, los Taínos construyeron comunidades denominadas “bateyes” con viviendas
denominadas “bohíos” “caneyes”, y “barbacoas”. Las principales actividades de
este pueblo consistían en la agricultura,
la pesca y la recolección, siendo además excelentes alfareros. Poseían
su propio credo religioso rudimentario pero no carentes de cierta complejidad
dado su concepción del universo, aspectos que hasta la fecha no han sido
debidamente estudiados.
DIOSA TAINA
Una de las más
curiosas manifestaciones era la propia mitología, particularmente la Taína, la cual tendremos la
oportunidad de estudiar someramente en éstas páginas. Esta tradicion Taína,
dista mucho de manejar los complejos conceptos de otras culturas locales como
las mesoamericanas. La religión Taína se basaba fundamentalmente en la Sol, el Luna, y en el origen
del sexo femenino.
La base del
culto y el credo religioso del pueblo Taíno estaban adaptadas a su concepción
del mundo, para el pueblo Taíno el
hombre había surgido de una gruta (útero de la tierra, como veremos más
adelante). Las prácticas religiosas
consistían en una mezcla de animismo, cemiismo, el chamanismo o behiquismo; el
culto a los antepasados y totemismo. El panteón taíno estaba integrado por más
de 30 personajes, de ellos unos 15 dioses o deidades, y más 20 semidioses.
Según algunos
especialistas, entre las deidades se destacaban Atabex, Diosa-Madre del
ser supremo y Diosa de la fertilidad; Boynay, dios de la lluvia; Maidabó,
dios de la sequía; Taiguabó, el espíritu del agua; Baibrama o Mabuya, dios maligno y una de las voces para
definir el mal; y otros semidioses como Opía, una especie de espíritu
que servía de intermediario con algunos dioses.
Uno de los areitos
(festividad religiosa) más importante de la sociedad taína era la dedicada al
culto de los antepasados. El pueblo taíno creía que los muertos después de adquirir
este “estado” especial, regresaban al mundo como espíritus, y no sólo hacían
acto de presencia, sino que ayudaban o maldecían a los familiares vivos. Cada
grupo familiar tenía los suyos y los representaban en ídolos con figuras
humanas, símbolos mágicos amuletos y otros objetos consagrados al culto.
En esta
ceremonia religiosa se recitaban las genealogías de los diferentes caciques y
sus más famosos hechos, se recordaba los buenos y malos tiempos pasados y otros
temas de interés para la trasmisión oral de las generaciones mayores a las más
jóvenes.
Los taínos
acostumbraban a enterrar sus muertos (diferenciados de los de las culturas
Siboney y Arahuaco, taínos y subtaínos) en la mayoría de los casos, éstos daban
sepultura a los fallecidos, fuera de los poblados. Los cadáveres, por lo
general eran colocados de bruces o con las piernas recogidas, y en los
alrededores se situaban algunos objetos que fuesen de utilidad en la otra vida,
sobre todo por la ya mencionada creencia de que los muertos regresaban en forma
de espíritus para proteger a los familiares.
Varias causas motivaron la
casi desaparición del pueblo taíno; las enfermedades exóticas aportadas por los
conquistadores y colonos españoles, además de las cuantiosas bajas habidas en
los enfrentamientos con las hordas españolas, y el rudo trabajo esclavo en las
minas, hicieron que los supervivientes de la conquista fueran drásticamente
diezmados. De los trescientos mil taínos que sobrevivieron a la conquista, en
menos de cincuenta años fueron reducidos a 4.000.
ATUEY
No deja de ser
ilustrativo el episodio narrado por Hupalupa en su libro “Magos, Mahoreros o
Amasikes”, tomado de Caillot, 1822: 225-227. “...cuando los españoles
conocen este acontecimiento, no por ello dejan de proseguir su proyectos (de
saquear oro). Hatuey quiso oponerse a su invasión; pero a las primeras
descargas de arcabuses, todos los indios emprenden la huída, y se retiran a los
bosques. Velásquez mandó a apresar al cacique, y, tuvieron la crueldad de
quemarlo en la hoguera. En los momentos en que Hatuey se encontraba atado al
fatal poste situado sobre la hoguera, un fraile español trata de convertirlo
mostrándole el cielo como un lugar divino y maravilloso. Hatuey le contesta:
-en ese lugar que tú hablas, ¿hay españoles? – los hay, responde el misionero,
-pero allí van los españoles buenos. –el mejor de los españoles no vale nada,
contesta Hatuey, -y no quiero ir a un lugar en que encontrarme con uno sólo de ellos”.
Algunos
historiadores afirman que las Islas Canarias fue el laboratorio donde los
españoles fraguaron la conquista de América...
Hubo un hombre
llamado Yaya, del que no saben el nombre secreto, y su hijo se llamaba Yayael,
que quiere decir hijo de Yaya. Así comienzan algunas de las narraciones
recogidas por los conquistadores y frailes españoles que se preocuparon de
recoger algunas de las piezas aisladas
sobre los ritos Taínos (una de los dos pueblos que habitaban la isla
antes de la colonización española) que explican la cosmogonía de una de las
culturas más antiguas del Caribe.
En lengua
arahuaca, lengua original del pueblo Taíno, ia significa “espíritu,
causa primera de la vida”, Yaya es el Ser Supremo, el Gran espíritu, origen de
toda la creación.
El rito en los
Taínos era cruel y sangriento como en otras muchas culturas en que el génesis
es doloroso. “Todo iba bien hasta que un
día Yayael se revela contra su padre, (mito del Ángel caído). Éste lo destierra
cuatro meses. Cuando regresa continúan las diferencias con Yaya y éste mata a
Yayael, coloca sus huesos en una calabaza de higuera que cuelga del techo
de su bohío (cabaña). Un día Yaya
y su mujer quisieron ver los restos de su hijo y cual fue la sorpresa cuando lo
que encontraron fueron peces, los cuales decidieron comer.
Mientras
tanto, una mujer, Itiba Cahubaba (símbolo de la paridora Madre-Tierra),
moría al dar a luz cuatro gemelos (generalmente creadores, símbolos de los
cuatro puntos cardinales, la creación expandida, y de los cuatro elementos:
fuego, agua, tierra y aire) El primero en salir era caracaracol (piel áspera) y
se llamaba Deminán. No se sabe cual fue el padre. Probablemente los cuatro
gemelos divinos son el resultado de la unión entre la Madre-Tierra y el
Padre Cielo, Yucahu o Yucahuguamá, el Ser de la Yuca, deidad inmortal y celestial que nadie podía
ver y cuya madre se llamaba Atabey, Madre del agua.
Un día,
mientras Yaya estaba viendo sus conucos (sembrados) de maíz y yuca, llegaron al
bohío los cuatro gemelos divinos y Deminán Caracaracol descolgó la calabaza
llena de peces. Mientras los comían, sintieron los pasos de Yaya. En la huída
se les cayó la calabaza de higuera rompiéndose en el acto. “Dicen
que fue tanta el agua que salió de aquella calabaza que llenó toda la
tierra, y con ella salieron muchos
peces; y de ahí dicen que haya tenido su origen el mar”. La rotura de la
calabaza mítica hace alusión a la creación del mar, pero también al posible
diluvio universal.
Durante su
huída los cuatro gemelos divinos se encuentran con el mudo Conel y
llegan a la puerta del anciano Bayamanaco (Dios del fuego) quien
guardaba celosamente el cazabe (pan de yuca) y la cohoba (droga
alucilogena). Deminán le pide al viejo un poco de cazabe. Bayamanaco se indigna
y le lanza a la espalda un escupitajo de cohoba (guanguayo). “Entonces sus hermanos
le miraron la espalda, y vieron que la tenía muy hinchada; y creció tanto
aquella hinchazón, que estuvo a punto de morir. Entonces procuraron cortarla, y
no pudieron y tomando un hacha de piedra se la abrieron, y salió una tortuga
viva, hembra; y así se fabricaron su casa y criaron la tortuga”.
Con el
nacimiento de la tortuga hembra, símbolo de la creación de la primera mujer que
engendraría a los humanos culmina el ciclo de los dioses creadores e inicia la
creación del mundo sensible (Sebastián Robiou)
La Sol, el Luna y la humanidad surgieron de lo
profundo de una cueva (símbolo de útero de la Madre-Tierra) llamada
Iguanaboína, la cueva de la Serpiente Parda, localizada en el Este, en la
región del cacique Mautiatihuel, el señor de la región del alba.
Está
firmemente arraigado en la tradicion que en el Oeste de la isla La Española había una
montaña mágica llamada Cauta con dos cuevas: Cacibajagua, de la
cual salieron los taínos, y Amayaúna de la que salieron el resto de la
humanidad no taína. A la entrada de la
cueva unos vigilantes hacían guardia para que nadie saliera durante el día.
Pues se creía que los rayos del Sol los transformarían, Un día Mácocael
se entretuvo fuera de la cueva, “tardó en volver a la puerta, dicen que se lo
llevó el Sol” y fue convertido en piedra. A otros les pasó lo mismo,
convirtiéndose en árboles de jobos (árbol divino). Yahubaba salió
a recoger hierba poco antes del amanecer, le sorprendió el Sol a mitad de
camino y “se convirtió en pájaro que canta por la mañana, como el
ruiseñor, y se llama Yahubayael”. Algunos autores interpretan este mito
como creación de los reinos mineral, vegetal y animal por los rayos solares
antes de salir la humanidad del útero terrenal.
Para la
creación del género femenino la teología Taína recoge una narración sumamente
melancólica. Un día Guahayona se revela en la cueva de origen y arenga a
las mujeres que se vayan ellas y sus hijos con él. Guahayona, las
mujeres con sus hijos y su cuñado el cacique Anacacuya, emprendieron el
viaje mítico en una canoa a una región lejana. Durante el viaje, Guayahona
se deshace primero de todos los niños junto a un arroyo y luego de su cuñado.
“Dicen que los niños lloraban y llamaban a sus madres que se habían ido...Y
llorando así, y pidiendo teta, diciendo ‘toa, toa’, como quien pide una cosa
con gran deseo y muy despacio, fueron transformados en pequeños animales, en
forma de ranas que llaman tona”. La rana es símbolo de las lluvias,
Guahayona enseña un cobo o caracol a su cuñado Anacacuya.
“Cuando miraba el agua para ver el cobo, su cuñado Guahayona lo
tomó por los pies y lo tiró al mar, y así tomó todas las mujeres para sí, y las
dejó en Matininó, donde se dice que hoy día no hay más que mujeres. Y él
se fue a otra isla, que se llama Guanín, y se llama así por lo que se
llevó de él, cuando fue allá”.
GUABANCEX DIOSA TAINA DE LA
LLUVIA
Los hombres
apesadumbrados, sin mujeres y sin niños, fueron un día lluvioso a lavarse en un
río. “Pero aquel día, lavándose, dicen que vieron caer de algunos árboles, bajándose
por entre las ramas, una cierta forma de personas, que no eran hombres ni
mujeres, ni tenían sexo de varon ni de hembra, las cuales fueron a cogerlas;
pero huyeron como si fuesen anguilas”. Entonces buscaron cuatro hombres
caracaracoles (¿los cuatro gemelos divinos?), de piel áspera que lograron sujetarlas. “E igualmente
tomaron a aquellas mujeres sin sexo de varón ni de hembra, y las ataron los
pies y las manos, y trajeron al pájaro inriri (pájaro carpintero), y se lo
ataron al cuerpo.
Y este creyendo
que eran maderos, comenzó la obra acostumbrada, picando y agujereando en el
lugar donde ordinariamente suele estar el sexo de las mujeres. Y de este modo
dicen los indios que tuvieron mujeres, según cuentan los más viejos”. Desde
aquel día, el pájaro carpintero lleva una cinta roja en su pecho o en su
cabeza.
Una de las
Diosas de origen africano que actualmente recibe culto por parte de multitud de
seguidores en Brasil y en Cuba, es la Diosa Yemanja. Originaria de Nigeria donde
recibía culto por parte del pueblo yoruba, llego a América con los esclavos
negros llevados por portugueses y españoles para poner en producción las minas
y plantaciones del “Nuevo Mundo”, ya que éstos eran más resistentes al trabajo
esclavo que los indios.
OSHUN
La Diosa de las aguas
Oshun es
una de las deidades de la religión Yoruba. En la santería cubana se la
sincretiza con la Virgen
de la Caridad
del Cobre, patrona de Cuba. Oshun es la Orisha de las aguas dulces,
de la sensualidad, la coquetería, la sexualidad femenina, el amor, la
fertilidad. Es orishá mayor, dueña del amor, de la feminidad y del río.
Su nombre significa
sensualidad, amor, sexualidad, el romanticismo, la delicadeza, el dulzor, la
felicidad, el agua, la serenidad, la luna, el oro, y la lujuria entre otras cosas.
Oshun es mucho más. Ella es la culpable que dos hombres se maten uno al otro
por ella.
Se dice que Oshun es la hija
más joven de Oloddumare. Es el símbolo de la coquetería, la gracia y la
sexualidad femenina. Es mujer de Shangó e intima amiga de Elegguá, quién la
protege. Asiste a las mujeres embarazadas y parturientas. Eternamente alegre,
con el persistente tintineo de sus campanillas. Es capaz de resolver tanto,
como de provocar riñas entre orichas y los hombres.
Dueña del amor, de la
feminidad y del río. Es el símbolo de la coquetería, la gracia y la sexualidad
femeninas. Vive en el río y asiste a las gestantes y parturientas. Se le
presenta como una mulata bella, simpática, buena bailadora, fiestera y
eternamente alegre, con el persistente tintineo de sus campanillas.
DIOSA ATABEY
La imagen legada por los
arahuacos es la de una mujer desnuda, muchas veces encinta. En las figuras de
cerámica se la observa con los brazos en jarras, las manos en las caderas y
adornadas con grandes tocados. Otras veces no se advierten los brazos, o son
muy esquemáticos y simbólicos. Los senos y la vulva la caracterizan. Por lo
general todas tienen un tamaño pequeño.
Madre del Ser Supremo, Madre
de las Aguas, cinco son sus nombres: Atabey, Yermao, Guacar, Apito y Zumaco.
Atabey significa “Madre respetada”; Guacar, relativo al flujo en las mareas y
la menstruación. Relacionada con Itaba Cahubaba, otra versión de Diosa Madre
entre los indocubanos, conocida además por los epítetos de “Madre Magna
Ensangrentada”, “Gran Paridora” y “Madre Tierra”.
Madre telúrica de la mitología
aruaca, Atabey tiene también su avatar, el cual se relaciona con los hombres en
su ofrenda mítica y en la concepción esotérica de la muerte entre los
pobladores todos de las Antillas.
De excepcional belleza, Atabey
enseñó a los hombres los misterios de los cenies (figurillas), los ritos
mágicos y las ceremonias propiciatorias de los espíritus que controlan los
seres del mundo invisible. Les regaló la mara que se hace sonar en los
conjuros. Abrió el camino entre los hombres y el esotérico misterio del
animismo, al lograr que a la hora de su partida definitiva fueran a habitar en
el coaybay, es decir, en el País de los Ausentes.
Vinculada con los manantiales
(itabos, en lengua aruaca) Atabey rige las aguas dulces y limpias que surgen de
las montañas, de lo profundo del bosque o de las orillas de los ríos y mares
entre las rocas de su lecho.
Parte del rito dedicado a
Atabey consistía en guardar sus imágenes en las casas, bien bohios o caneyes, y
acercarle ofrendas propiciatorias. Hay testimonios de su poder a la hora del
parto, por lo que los arahuacos solían pasar sus representaciones sobre el
vientre de las mujeres próximas al alumbramiento para que lo hicieran sin
contratiempos y sin dolor. (Juan J. Arrom, 1990).
DIOSA ERZULIE
La
Española es una isla situada en el archipiélago de las
Antillas Mayores en El Caribe de las en
el, la cual contiene a los estados soberanos Republica Dominicana y Haiti
Los nombres dado a la isla por
sus primitivos pobladores los tainos antes de la invasión castellana era: Haití (“Tierra Montañosa”) Quizqueia (con el significado de
“Madre de todas las Tierras”).
En el Vudú,
Erzulie es de la familia Iwa o loa. En su aspecto Rada se la conoce como
Erzulie Freda Dahomey o Maitress Erzulie, y es espíritu del amor, de la
belleza, la joyería, el lujo, la danza y las flores. En este aspecto es
descrita como la belleza misma, la dulzura, el cariño, la generosidad y por ser
la sensualidad personificada. Reina sobre ríos, riachuelos, lagos y cascadas y
con sus aguas frías puede curar los problemas relacionados con el embarazo.
En este
sentido también sería una diosa de la fertilidad.
Erzulie, Diosa
del vuduismo haitiano. Hablar de Erzulie es largo y complejo, ya que esta Diosa
o loa del panteón voodoo (vodún) haitiano, es la personificación de los más
distintos aspectos de la deidad femenina. Como toda Diosa, parece haber surgido
de una Gran Diosa y haber cambiado con el tiempo, adquiriendo diferentes
nombres y características. La Diosa
del amor Erzulie (conocida más en su aspecto de Erzulie / Erzili Freda Dahomey)
se originó en Benin, África occidental y cruzó el océano Atlántico con los
esclavos convirtiéndose, en Haiti especialmente, en la divinidad dominante del
panteón vudú.
En su aspecto
del panteón Petro, es Erzulie Dantor. A veces es descrita como una mujer herida
y lastimada, que sostiene a un niño de manera protectora en una mano y en la
otra un cuchillo. Es una guerrera y especialmente protege con fiereza a mujeres
y niños. Se cree que las imágenes de Erzulie Dantor tienen sus raíces en el
ícono de la Madonna
Negra de Czestochowa, que fue llevada a Haití por los
soldados polacos que peleaban en ambos lados de la revolución haitiana de 1802.
Para algunos
Erzulie es la fuerza que diferencia lo humano del resto de la creación ya que
tiene la habilidad de conceptualizar, soñar y crear artísticamente. Es la loa
del idealismo. Si bien en el vudú o vuduismo haitiano existen loas de las
fuerzas elementales, Erzulie no es considerada de esta manera. Ella es La loa
de los sueños y los ideales, de las esperanzas y las ambiciones. Como tal es la
loa más amada de todos. Es descrita a veces como pálida, casi blanca, y de
gusto por la ropa blanca o rosada. Es conocida también como la madre tierra o
como una mujer que habita las aguas. No tiene una función específica, pero es
accequible. En cada santuario hay una habitación o un lugar especial dedicado a
ella.
Debido a su
gran poder ella es tanto temida como amada y por tanto tiene múltiples roles:
diosa del mundo, del amor, ayuda, buena voluntad, salud y fortuna, al igual que
en sus aspectos sombríos es la diosa de la venganza de los celos y de la
discordia. También se la conoce como la serpiente enrollada sobre sí misma y
vive sobre el agua y los bananos. . Su nombre suele relacionarse con la Serpiente-Diosa Ezi-Aku
(Pitón albina), originaria de Nigeria y en donde se le adora como un foco de
energía divina.
Los
movimientos serpenteantes serían la representación de su sensualidad. Es una de
las pocas divinidades femeninas que manifiestan aspectos burlones y
provocadores (al igual que la
Baubo griega). (Shahrukh Husain, 2007)
YEMANJA
Yemanja es la Madre Océano, la Madre de todo lo viviente,
el misterio de las aguas profundas de donde surgió la vida. Es la Diosa del Mar, poderosa y
dinámica, que cede a las caricias impetuosa del viento, aceptada una renovación
constante, ella canta canciones muy antiguas que hablan de un latir, de un
flujo y un reflujo, de un ritmo, que va y viene renovando y expandiendo.
“Ella danza con el oleaje que
es la fuerza esencial de su vientre, generando, transformando, creando y
recreando, cambiando de forma en su vaivén eterno, y afirmando al mismo tiempo
su propia autenticidad, permaneciendo siempre fiel a sí misma.
Yemanja es la Diosa Madre que llegó
al Continente Americano a través de la diáspora africana en los tiempos de la
trata de esclavos. Su nombre significa “madre de los peces”. Como madre dulce y
protectora, siguió a sus hijos en el cautiverio y llegó a América junto con
ellos, quedándose y difundiendo su luz también en esas tierras.
Actualmente es
muy venerada, sobre todo en Brasil y Cuba. Ella es la patrona de los pescadores
y los marineros. Rige la fertilidad de las mujeres (junto con Oyá y Oxún). Es
una reina en toda la extensión de la palabra: majestuosa, bonita e imponente.
Representa un
tipo de mujer fuerte, alta, muy sensual y fecunda. Es dueña de las riquezas y
hace que las pescas sean abundantes y prósperas. Es quien protege el hogar,
otorgando paz y tranquilidad. Es muy generosa brindando riqueza material y
espiritual.” (Mónica Glusman,:200).
Yemayá (Yemanjá, Yemaja,
Yemaya Olokún), es una divinidad que forma parte de la mitología Yoruba, es una
de las principales orixas de hecho es la madre de todos ellos. Sincretiza con
la católica virgen de Regla y Stella Maris en religiones como la Santería.
Es una orisha femenina, pese a
que son dioses y no criaturas se rigen por sexo como cualquier ser humano. Es
la deidad de las aguas saladas. Es natural de Obeokuta, pero sus adoradores
principales son del pueblo de Egbado. La Reina de los Eggun es Onoto, que también se le
conoce con el nombre de Obsa.
Yemayá es tan vieja como
Obatalá, y tan poderosa, que se dice que es la más poderosa, pero por su carácter
arrebatado perdió la hegemonía del mundo, y se le dio el dominio de la
superficie de los mares, que al moverse de derecha a izquierda, representa el
movimiento de las olas, y el carácter de su personalidad. Es la dueña de las
aguas y representa al mar, fuente fundamental de vida y creencias.
Las prohibiciones son definidas
en las ceremonias por el caracol de forma personalizada para cada iniciado.
Normalmente tienen que ver con comidas que se le ofrecen a la deidad y que le
son propias, especialmente pescados y mariscos.
Le gusta cazar, chapear, manejar el machete. Es indomable y astuta. Sus castigos son duros y su cólera es terrible, pero justiciera.
Le gusta cazar, chapear, manejar el machete. Es indomable y astuta. Sus castigos son duros y su cólera es terrible, pero justiciera.
Su nombre no debe ser
pronunciado por quien la tenga asentada sin antes tocar la tierra con las yemas
de los dedos y besar en ellos la huella del polvo.
Según algunos, procede de Oyó, otros dicen que es de Mina.
Según algunos, procede de Oyó, otros dicen que es de Mina.
Es más temible y de mayor
jerarquía que Oyá, la dueña del cementerio, de la centella y del vendaval,
concubina de Chango.
Aflicciones de las que protege: Las relativas al vientre de las
personas o las que impliquen daño o muerte a través del agua, dulce o salada,
la lluvia o la humedad.
En la
Santería cubana (Regla de Osha)
Es Yemayá, madre de Changó. Madre de la vida y de todos los orishas.
Para algunos, suele presentarse a veces como mensajera de Olokun. Reina
maternal, arrogante y sabia, que posee varios “caminos”, en los cuales sus
seguidores le denominan Konlá, Oggutte, Asesú, Achabá y otros. Su dominio
radica en las aguas saladas. Se asienta su sacripotencia en la sopera y la
tinaja. Las piedras del mar y los caracoles son sus alegorías.
Está Yemayá, sincretizada con la Virgen de Regla de los católicos. Sus seguidores
la revelan a través de sus avatares: Olokún; Kolá; Oggutté; Asesú; Achabá y
otras. Para algunos, su dominio son las aguas saladas, para otros, todas las
aguas. Sus atributos: Remos, salvavidas, Ancla, sol con 7 triángulos. Y la
media luna.
También está su hermana Ochún, que es para muchos, la diosa del amor y
la sexualidad. Dueña de los ríos, el oro, el cobre y la miel. Sincretizada con
la virgen María de la
Caridad. Sus dominios fueron siempre las aguas dulces. Ríos.
Lagos. Manantiales. Para otros, también protectora del vientre de las
parturientas. (2) 414-416.
Entre los paleros (Regla Palo Monte o Mayombe)
Chola, para algunos también Madre Chola, o Chola Awengue, que es
muy venerada entre los congos seguidores de la Regla Palo Monte. Los
practicantes a menudo sincretizan esta figura con la Ochún, de la Regla de Osha y con la virgen
de la Caridad
del Cobre, de los católicos, Para los paleros, es Madre Chola la dueña de las
corrientes de agua dulce, de los ríos y del oro. Muchas veces la llaman con el
nombre de Madre de Agua, por lo que se le confunde con la dueña del mar (2) 144.
Por otra parte, tendremos a Siete Sayas, para otros, Balaunde y Madre de Aguas.
A quien se le considera reina del mar y guardiana de las entradas de los ríos.
Entre muchos practicantes mayombes, esta deidad simboliza la unidad del mundo,
también todo lo que fluye, así como la maternidad universal. Por lo que en
algunas sectas congas, le relacionan con la Yemayá de la Santería y también con la virgen de Regla de los
católicos.
Para la sociedad secreta abakuá
Akanarán, es la
Madre Respetada para todos los ñáñigos, Mosomgo en el padre,
los hijos, son los abanekues. Según referencia la investigadora cubana Lidia
Cabrera en su obra, La socied n la p.244, “solo el hombre que sea buen
hijo y respete a su madre, puede jurarse como miembro de esta sociedad. Por eso
se investiga sobre este aspecto y si en algún momento dejara de cumplir sus
deberes de hijo, se le expulsa de la potencia.”ad secreta Abakuá
(1958).
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