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martes, 20 de agosto de 2013

LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS






(Libro inédito)


Eduardo Pedro García Rodríguez


CAPITULO-XI-II

 LA DIOSA-MADRE EN  AMÉRICA




BOLIVIA: Para los quichuas, la madre tierra, es la deidad máxima de las gentes que habitan en el altiplano, bolivianos, peruanos y el nordeste argentino. Según Adán Quiroga, Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que mama es un Dios femenino, que produce, que engendra. Su morada está en el Carro Blanco (Nevado de Cachi), y se cuenta que en la cumbre hay un lago que rodea una isla. Esta isla es habitada por un toro de astas doradas que al bramar emite por la boca nubes de tormenta.

PACHAMAMA BOLIVIANA



Según apunta Roberto Paredes el mito de la Pachamama en sus orígenes debió referirse al tiempo, tal vez vinculado en alguna forma con la tierra: el tiempo que cura los dolores, el tiempo que distribuye las estaciones, fecunda la tierra. Pacha significa tiempo en lenguaje kolla, pero con el transcurso de los años, las adulteraciones de la lengua, y el predominio de otras etnias, finalizó confundiéndose con la tierra. Alfredo Moffat, por su parte agrega que “Las teorías explicativas de la naturaleza y de las religiones nativas, la técnica metabolizadora del sistema de poder ha re-formulado la metafísica originaria de nuestras poblaciones nativas; la Iglesia católica ha ido llenando en nuevos moldes católicos y europeos las antiquísimas estructuras míticas de nuestro pueblo no-europeo. Un ejemplo típico de esta sincretización de mitos lo constituye las fiestas anuales de celebración de la virgen María en Salta y Jujuy, donde, pese a la imagen de la Virgen María y al sacerdote que guía la columna, la ceremonia corresponde más a los rituales indígenas  de la Pacha Mama que a la europea Virgen María, pues el consumo de coca (hojas) y alcohol, el regar con aguardiente y el enterrar ofrendas de comida alrededor de la imagen, corresponde al culto ancestral indígena de la Pacha Mama y no al ritual cristiano-europeo de la Virgen que no tiene relación con las ceremonias de fecundidad de la tierra, y más bien niega toda idea de fertilidad, pues consagra a la virginidad como propuesta. Propuesta que, por otra parte no tiene sentido en la cultura quechua, que por el contrario, tiene instituciones pre-matrimoniales como el “irpa-Sirse” (casamiento de prueba) que anulan el valor de la virginidad. Esta está evidentemente relacionada con el concepto de propiedad privada, que no existe tampoco en las organizaciones comunitarias indígenas, verdaderas cooperativas de trabajo.” (En el lugar de Lomo Colorado, isla de Tenerife,  he sido testigo de que hasta los finales de los años ochenta del siglo XX, existía la costumbre de que los novios fuesen a vivir con la novia en la casa de los padres de ésta, un mes antes de celebrarse el matrimonio. Esta es una costumbre que no ha sido suficientemente divulgada por la etnografía oficial, posiblemente porque choca con los preceptos morales de la iglesia católica)

El primero de agosto es el día de la Pachamama, (en Tenerife, la fiesta de la Virgen de Candelaria se ha hecho coincidir con el día 15 de agosto, fecha de la celebración de la fiesta nacional guanche, el Weñesmer) ese día se entierra en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida. También se pone coca (hojas), Yicta, alcohol, vino, cigarros y chicha para carar (alimentar) a la Pachamama. Ese día mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados con hilo de llama hilando hacia la izquierda. Estos cordones se atan en los tobillos, las muñecas y el cuello, para evitar el castigo de la Pachamama.

James Arévalo Merejildo, nos describe con una acertada visión el sentimiento generalizado que de la gran Diosa-Madre tiene el pueblo Aimara: “La Madre Tierra es la que da vida al hombre, es la divinidad excelsa en nuestro mundo. La Pachamama nos enseñó amar a todo incondicionalmente, nos mostró el trabajo como una altísima virtud, porque amando todo y construyendo con el trabajo nos tornamos sabios. Todos estos planteamientos son aplicables a la sociedad guanche, desde el trabajo comunal; a la previsión social ante posibles carencias alimenticias, el uso comunal de la tierra de sembradura, distribuidas cada año por los menceyes a cada Tagoro, la administración y redistribución entre el pueblo de los excedentes por el estamento sacerdotal o las maguadas, están ampliamente documentados. Estas y otras cualidades sociales de los guanches, hizo exclamar a Bethencourt Alfonso, que la sociedad guanche era una sociedad comunista.

La Pachamama nos dio estas enseñanzas de vida para nuestro conocimiento, nos dió el MUNAY, el Yankay y el YACHAY. El hombre no necesita de otras leyes o mandamientos; porque el AMOR (MUNAY) nos hace conscientes del “SERVICIO”, que debe ser siempre el “SERVICIO DEL SER”

Ya que el Servicio es la conciencia la reciprocidad o TRABAJO... estén seguros que el AMOR y el TRABAJO (YANKAY) nos llevará a la conciencia superior del Saber o CONOCER (YANCHAY).

El invasor que pisó nuestras tierras nos creó leyes y preceptos de vida que eran totalmente contradictorios con los más altos principios de comunidad y respeto por la tierra en la cual vivía el hombre andino. Pusieron en nuestra historia estas leyes: “Ama Sua”, “Ama Llulla”, “Ama Quella” = no seas ladrón, no seas Mentiroso, no seas Ocioso”. Una ley mandamientos o precepto se crea para que un grupo social erradique un mal, para que sean controlados los demánes de una población, etc.. A un pueblo que se diputa con su hermano y vecino hay que enseñarle a amar aunque sea ¡a su propio dios! A un pueblo que vive en esclavitud, eterno conflicto, temor, y condena hay que enseñarle a no matar y a no desear el mal ajeno... así podemos seguir enumerando las leyes necesarias para una sociedad que vive eternamente en individualismo y conflicto donde su mayor inestabilidad comienza con el rechazo y poco respeto por la tierra que le engendró.

       Qué razón tendríamos que buscar para enseñar a una alta sociedad como la andina a “NO ROBAR”, si esta sociedad sabe que todo le pertenece a la Pachamama, si esta  sociedad vive en el principio comunitario de que TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS, sí esta sociedad en el principio del Servicio de HOY POR TI, MAÑANA POR MI; qué necesidad de robar hay en una sociedad donde el trabajo, donde el principio comunitario establece que el niño que nace tendrá su propia tierra de trabajo; que necesidad tiene de robar en una sociedad donde el mismo morir de hambre no es posible ni permisible ya que la distribución y preservación de los alimentos alcanzaba una organización insospechada. ¡QUE NECESIDAD HAY DE ROBAR! ¿QUÉ NECESIDAD HAY DE ROBAR?.

¿Por qué en una alta sociedad  hay que MENTIR y DESCONFIAR?. Pueblos en donde en muchas casas ni siquiera había puerta estable, ni mucho menos sistemas de alta seguridad; ¿por qué hay que mentir?,  esta acción no nos engrandece espiritualmente.
A una sociedad que construyó toda esta grandeza de piedra sobre piedra, a esta sociedad que sabe que por el trabajo podrá sobrevivir y ser grande: ¡NO SEAN OCIOSOS!

Pero había que legitimar todos los ROBOS, MENTIRAS Y OCIOSIDAD que el conquistador hizo y engendró en estas tierras.

Sabemos que la Pachamama es madre de purificación, de la limpieza y tal vez del perdón. Hemos comenzado una nueva era de luz todos los hermanos y hermanas son bienvenidos; dejemos que Wiracocha toque nuestro Sol interior y aflore el amor con conciencia para llegar a ser hombre del nuevo tiempo”.
           
CUBA: La población autóctona de Cuba antes de la conquista y colonización por parte de los españoles, no tenían un grado de civilización material tan desarrollado como otras culturas continentales. No construyeron grandes templos y ciudades como los Mayas, Incas o Aztecas. Aún así, eran de los más avanzados en el Caribe, los Taínos construyeron comunidades denominadas “bateyes” con viviendas denominadas “bohíos” “caneyes”, y “barbacoas”. Las principales actividades de este pueblo consistían en la agricultura,  la pesca y la recolección, siendo además excelentes alfareros. Poseían su propio credo religioso rudimentario pero no carentes de cierta complejidad dado su concepción del universo, aspectos que hasta la fecha no han sido debidamente estudiados.

DIOSA TAINA



Una de las más curiosas manifestaciones era la propia mitología, particularmente la Taína, la cual tendremos la oportunidad de estudiar someramente en éstas páginas. Esta tradicion Taína, dista mucho de manejar los complejos conceptos de otras culturas locales como las mesoamericanas. La religión Taína se basaba fundamentalmente en la Sol, el Luna, y en el origen del sexo femenino.

La base del culto y el credo religioso del pueblo Taíno estaban adaptadas a su concepción del mundo,  para el pueblo Taíno el hombre había surgido de una gruta (útero de la tierra, como veremos más adelante).  Las prácticas religiosas consistían en una mezcla de animismo, cemiismo, el chamanismo o behiquismo; el culto a los antepasados y totemismo. El panteón taíno estaba integrado por más de 30 personajes, de ellos unos 15 dioses o deidades, y más 20 semidioses.

Según algunos especialistas, entre las deidades se destacaban Atabex, Diosa-Madre del ser supremo y Diosa de la fertilidad; Boynay, dios de la lluvia; Maidabó, dios de la sequía; Taiguabó, el espíritu del agua; Baibrama o Mabuya,    dios maligno y una de las voces para definir el mal; y otros semidioses como Opía, una especie de espíritu que servía de intermediario con algunos dioses.

Uno de los areitos (festividad religiosa) más importante de la sociedad taína era la dedicada al culto de los antepasados. El pueblo taíno creía que los muertos después de adquirir este “estado” especial, regresaban al mundo como espíritus, y no sólo hacían acto de presencia, sino que ayudaban o maldecían a los familiares vivos. Cada grupo familiar tenía los suyos y los representaban en ídolos con figuras humanas, símbolos mágicos amuletos y otros objetos consagrados al culto.

En esta ceremonia religiosa se recitaban las genealogías de los diferentes caciques y sus más famosos hechos, se recordaba los buenos y malos tiempos pasados y otros temas de interés para la trasmisión oral de las generaciones mayores a las más jóvenes.

Los taínos acostumbraban a enterrar sus muertos (diferenciados de los de las culturas Siboney y Arahuaco, taínos y subtaínos) en la mayoría de los casos, éstos daban sepultura a los fallecidos, fuera de los poblados. Los cadáveres, por lo general eran colocados de bruces o con las piernas recogidas, y en los alrededores se situaban algunos objetos que fuesen de utilidad en la otra vida, sobre todo por la ya mencionada creencia de que los muertos regresaban en forma de espíritus para proteger a los familiares.

Varias causas motivaron la casi desaparición del pueblo taíno; las enfermedades exóticas aportadas por los conquistadores y colonos españoles, además de las cuantiosas bajas habidas en los enfrentamientos con las hordas españolas, y el rudo trabajo esclavo en las minas, hicieron que los supervivientes de la conquista fueran drásticamente diezmados. De los trescientos mil taínos que sobrevivieron a la conquista, en menos de cincuenta años fueron reducidos a 4.000.

 ATUEY



No deja de ser ilustrativo el episodio narrado por Hupalupa en su libro “Magos, Mahoreros o Amasikes”, tomado de Caillot, 1822: 225-227. “...cuando los españoles conocen este acontecimiento, no por ello dejan de proseguir su proyectos (de saquear oro). Hatuey quiso oponerse a su invasión; pero a las primeras descargas de arcabuses, todos los indios emprenden la huída, y se retiran a los bosques. Velásquez mandó a apresar al cacique, y, tuvieron la crueldad de quemarlo en la hoguera. En los momentos en que Hatuey se encontraba atado al fatal poste situado sobre la hoguera, un fraile español trata de convertirlo mostrándole el cielo como un lugar divino y maravilloso. Hatuey le contesta: -en ese lugar que tú hablas, ¿hay españoles? – los hay, responde el misionero, -pero allí van los españoles buenos. –el mejor de los españoles no vale nada, contesta Hatuey, -y no quiero ir a un lugar en que encontrarme con uno  sólo de ellos”.

Algunos historiadores afirman que las Islas Canarias fue el laboratorio donde los españoles fraguaron la conquista de América...

Hubo un hombre llamado Yaya, del que no saben el nombre secreto, y su hijo se llamaba Yayael, que quiere decir hijo de Yaya. Así comienzan algunas de las narraciones recogidas por los conquistadores y frailes españoles que se preocuparon de recoger algunas de las piezas aisladas  sobre los ritos Taínos (una de los dos pueblos que habitaban la isla antes de la colonización española) que explican la cosmogonía de una de las culturas más antiguas del Caribe.

En lengua arahuaca, lengua original del pueblo Taíno, ia significa “espíritu, causa primera de la vida”, Yaya es el Ser Supremo, el Gran espíritu, origen de toda la creación.

El rito en los Taínos era cruel y sangriento como en otras muchas culturas en que el génesis es doloroso. “Todo iba bien hasta  que un día Yayael se revela contra su padre, (mito del Ángel caído). Éste lo destierra cuatro meses. Cuando regresa continúan las diferencias con Yaya y éste mata a Yayael, coloca sus huesos en una calabaza de higuera que cuelga del techo de  su bohío (cabaña). Un día Yaya y su mujer quisieron ver los restos de su hijo y cual fue la sorpresa cuando lo que encontraron fueron peces, los cuales decidieron comer.

Mientras tanto, una mujer, Itiba Cahubaba (símbolo de la paridora Madre-Tierra), moría al dar a luz cuatro gemelos (generalmente creadores, símbolos de los cuatro puntos cardinales, la creación expandida, y de los cuatro elementos: fuego, agua, tierra y aire) El primero en salir era caracaracol (piel áspera) y se llamaba Deminán. No se sabe cual fue el padre. Probablemente los cuatro gemelos divinos son el resultado de la unión entre la Madre-Tierra y el Padre Cielo, Yucahu o Yucahuguamá, el Ser de la Yuca, deidad inmortal y celestial que nadie podía ver y cuya madre se llamaba Atabey, Madre del agua.

Un día, mientras Yaya estaba viendo sus conucos (sembrados) de maíz y yuca, llegaron al bohío los cuatro gemelos divinos y Deminán Caracaracol descolgó la calabaza llena de peces. Mientras los comían, sintieron los pasos de Yaya. En la huída se les cayó la calabaza de higuera rompiéndose en el acto.  “Dicen  que fue tanta el agua que salió de aquella calabaza que llenó toda la tierra, y con ella salieron muchos  peces; y de ahí dicen que haya tenido su origen el mar”. La rotura de la calabaza mítica hace alusión a la creación del mar, pero también al posible diluvio universal.

Durante su huída los cuatro gemelos divinos se encuentran con el mudo Conel y llegan a la puerta del anciano Bayamanaco (Dios del fuego) quien guardaba celosamente el cazabe (pan de yuca) y la cohoba (droga alucilogena). Deminán le pide al viejo un poco de cazabe. Bayamanaco se indigna y le lanza a la espalda un escupitajo de cohoba (guanguayo). “Entonces sus hermanos le miraron la espalda, y vieron que la tenía muy hinchada; y creció tanto aquella hinchazón, que estuvo a punto de morir. Entonces procuraron cortarla, y no pudieron y tomando un hacha de piedra se la abrieron, y salió una tortuga viva, hembra; y así se fabricaron su casa y criaron la tortuga”.

Con el nacimiento de la tortuga hembra, símbolo de la creación de la primera mujer que engendraría a los humanos culmina el ciclo de los dioses creadores e inicia la creación del mundo sensible (Sebastián Robiou)

La Sol, el Luna y la humanidad surgieron de lo profundo de una cueva (símbolo de útero de la Madre-Tierra) llamada Iguanaboína, la cueva de la Serpiente Parda, localizada en el Este, en la región del cacique Mautiatihuel, el señor de la región del alba.

Está firmemente arraigado en la tradicion que en el Oeste de la isla La Española había una montaña mágica llamada Cauta con dos cuevas: Cacibajagua, de la cual salieron los taínos, y Amayaúna de la que salieron el resto de la humanidad no taína.  A la entrada de la cueva unos vigilantes hacían guardia para que nadie saliera durante el día. Pues se creía que los rayos del Sol los transformarían, Un día Mácocael se entretuvo fuera de la cueva, “tardó en volver a la puerta, dicen que se lo llevó el Sol” y fue convertido en piedra. A otros les pasó lo mismo, convirtiéndose en árboles de jobos (árbol divino). Yahubaba salió a recoger hierba poco antes del amanecer, le sorprendió el Sol a mitad de camino y  “se convirtió  en pájaro que canta por la mañana, como el ruiseñor, y se llama Yahubayael”. Algunos autores interpretan este mito como creación de los reinos mineral, vegetal y animal por los rayos solares antes de salir la humanidad del útero terrenal.

Para la creación del género femenino la teología Taína recoge una narración sumamente melancólica. Un día Guahayona se revela en la cueva de origen y arenga a las mujeres que se vayan ellas y sus hijos con él. Guahayona, las mujeres con sus hijos y su cuñado el cacique Anacacuya, emprendieron el viaje mítico en una canoa a una región lejana. Durante el viaje, Guayahona se deshace primero de todos los niños junto a un arroyo y luego de su cuñado. “Dicen que los niños lloraban y llamaban a sus madres que se habían ido...Y llorando así, y pidiendo teta, diciendo ‘toa, toa’, como quien pide una cosa con gran deseo y muy despacio, fueron transformados en pequeños animales, en forma de ranas que llaman tona”. La rana es símbolo de las lluvias, Guahayona enseña un cobo o caracol a su cuñado Anacacuya. “Cuando miraba el agua para ver el cobo, su cuñado Guahayona lo tomó por los pies y lo tiró al mar, y así tomó todas las mujeres para sí, y las dejó en Matininó, donde se dice que hoy día no hay más que mujeres. Y él se fue a otra isla, que se llama Guanín, y se llama así por lo que se llevó de él, cuando fue allá”.

GUABANCEX DIOSA TAINA DE LA LLUVIA



Los hombres apesadumbrados, sin mujeres y sin niños, fueron un día lluvioso a lavarse en un río. “Pero aquel día, lavándose, dicen que vieron caer de algunos árboles, bajándose por entre las ramas, una cierta forma de personas, que no eran hombres ni mujeres, ni tenían sexo de varon ni de hembra, las cuales fueron a cogerlas; pero huyeron como si fuesen anguilas”. Entonces buscaron cuatro hombres caracaracoles (¿los cuatro gemelos divinos?), de piel áspera  que lograron sujetarlas. “E igualmente tomaron a aquellas mujeres sin sexo de varón ni de hembra, y las ataron los pies y las manos, y trajeron al pájaro inriri (pájaro carpintero), y se lo ataron al cuerpo.

Y este creyendo que eran maderos, comenzó la obra acostumbrada, picando y agujereando en el lugar donde ordinariamente suele estar el sexo de las mujeres. Y de este modo dicen los indios que tuvieron mujeres, según cuentan los más viejos”. Desde aquel día, el pájaro carpintero lleva una cinta roja en su pecho o en su cabeza.

Una de las Diosas de origen africano que actualmente recibe culto por parte de multitud de seguidores en Brasil y en Cuba, es la Diosa Yemanja. Originaria de Nigeria donde recibía culto por parte del pueblo yoruba, llego a América con los esclavos negros llevados por portugueses y españoles para poner en producción las minas y plantaciones del “Nuevo Mundo”, ya que éstos eran más resistentes al trabajo esclavo que los indios.

OSHUN 

 

La Diosa de las aguas

Oshun es una de las deidades de la religión Yoruba. En la santería cubana se la sincretiza con la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Oshun es la Orisha de las aguas dulces, de la sensualidad, la coquetería, la sexualidad femenina, el amor, la fertilidad. Es orishá mayor, dueña del amor, de la feminidad y del río.
Su nombre significa sensualidad, amor, sexualidad, el romanticismo, la delicadeza, el dulzor, la felicidad, el agua, la serenidad, la luna, el oro, y la lujuria entre otras cosas. Oshun es mucho más. Ella es la culpable que dos hombres se maten uno al otro por ella.
Se dice que Oshun es la hija más joven de Oloddumare. Es el símbolo de la coquetería, la gracia y la sexualidad femenina. Es mujer de Shangó e intima amiga de Elegguá, quién la protege. Asiste a las mujeres embarazadas y parturientas. Eternamente alegre, con el persistente tintineo de sus campanillas. Es capaz de resolver tanto, como de provocar riñas entre orichas y los hombres.
Dueña del amor, de la feminidad y del río. Es el símbolo de la coquetería, la gracia y la sexualidad femeninas. Vive en el río y asiste a las gestantes y parturientas. Se le presenta como una mulata bella, simpática, buena bailadora, fiestera y eternamente alegre, con el persistente tintineo de sus campanillas.

DIOSA ATABEY

 

La imagen legada por los arahuacos es la de una mujer desnuda, muchas veces encinta. En las figuras de cerámica se la observa con los brazos en jarras, las manos en las caderas y adornadas con grandes tocados. Otras veces no se advierten los brazos, o son muy esquemáticos y simbólicos. Los senos y la vulva la caracterizan. Por lo general todas tienen un tamaño pequeño.
Madre del Ser Supremo, Madre de las Aguas, cinco son sus nombres: Atabey, Yermao, Guacar, Apito y Zumaco. Atabey significa “Madre respetada”; Guacar, relativo al flujo en las mareas y la menstruación. Relacionada con Itaba Cahubaba, otra versión de Diosa Madre entre los indocubanos, conocida además por los epítetos de “Madre Magna Ensangrentada”, “Gran Paridora” y “Madre Tierra”.
Madre telúrica de la mitología aruaca, Atabey tiene también su avatar, el cual se relaciona con los hombres en su ofrenda mítica y en la concepción esotérica de la muerte entre los pobladores todos de las Antillas.
De excepcional belleza, Atabey enseñó a los hombres los misterios de los cenies (figurillas), los ritos mágicos y las ceremonias propiciatorias de los espíritus que controlan los seres del mundo invisible. Les regaló la mara que se hace sonar en los conjuros. Abrió el camino entre los hombres y el esotérico misterio del animismo, al lograr que a la hora de su partida definitiva fueran a habitar en el coaybay, es decir, en el País de los Ausentes.
Vinculada con los manantiales (itabos, en lengua aruaca) Atabey rige las aguas dulces y limpias que surgen de las montañas, de lo profundo del bosque o de las orillas de los ríos y mares entre las rocas de su lecho.
Parte del rito dedicado a Atabey consistía en guardar sus imágenes en las casas, bien bohios o caneyes, y acercarle ofrendas propiciatorias. Hay testimonios de su poder a la hora del parto, por lo que los arahuacos solían pasar sus representaciones sobre el vientre de las mujeres próximas al alumbramiento para que lo hicieran sin contratiempos y sin dolor. (Juan J. Arrom, 1990).

DIOSA ERZULIE



La Española es una isla situada en el archipiélago de las Antillas Mayores en El Caribe  de las en el, la cual contiene a los estados soberanos Republica Dominicana y Haiti
Los nombres dado a la isla por sus primitivos pobladores los tainos antes de la invasión castellana era: Haití (“Tierra Montañosa”) Quizqueia (con el significado de “Madre de todas las Tierras”).

En el Vudú, Erzulie es de la familia Iwa o loa. En su aspecto Rada se la conoce como Erzulie Freda Dahomey o Maitress Erzulie, y es espíritu del amor, de la belleza, la joyería, el lujo, la danza y las flores. En este aspecto es descrita como la belleza misma, la dulzura, el cariño, la generosidad y por ser la sensualidad personificada. Reina sobre ríos, riachuelos, lagos y cascadas y con sus aguas frías puede curar los problemas relacionados con el embarazo.

En este sentido también sería una diosa de la fertilidad.

Erzulie, Diosa del vuduismo haitiano. Hablar de Erzulie es largo y complejo, ya que esta Diosa o loa del panteón voodoo (vodún) haitiano, es la personificación de los más distintos aspectos de la deidad femenina. Como toda Diosa, parece haber surgido de una Gran Diosa y haber cambiado con el tiempo, adquiriendo diferentes nombres y características. La Diosa del amor Erzulie (conocida más en su aspecto de Erzulie / Erzili Freda Dahomey) se originó en Benin, África occidental y cruzó el océano Atlántico con los esclavos convirtiéndose, en Haiti especialmente, en la divinidad dominante del panteón vudú.

En su aspecto del panteón Petro, es Erzulie Dantor. A veces es descrita como una mujer herida y lastimada, que sostiene a un niño de manera protectora en una mano y en la otra un cuchillo. Es una guerrera y especialmente protege con fiereza a mujeres y niños. Se cree que las imágenes de Erzulie Dantor tienen sus raíces en el ícono de la Madonna Negra de Czestochowa, que fue llevada a Haití por los soldados polacos que peleaban en ambos lados de la revolución haitiana de 1802.

Para algunos Erzulie es la fuerza que diferencia lo humano del resto de la creación ya que tiene la habilidad de conceptualizar, soñar y crear artísticamente. Es la loa del idealismo. Si bien en el vudú o vuduismo haitiano existen loas de las fuerzas elementales, Erzulie no es considerada de esta manera. Ella es La loa de los sueños y los ideales, de las esperanzas y las ambiciones. Como tal es la loa más amada de todos. Es descrita a veces como pálida, casi blanca, y de gusto por la ropa blanca o rosada. Es conocida también como la madre tierra o como una mujer que habita las aguas. No tiene una función específica, pero es accequible. En cada santuario hay una habitación o un lugar especial dedicado a ella.

Debido a su gran poder ella es tanto temida como amada y por tanto tiene múltiples roles: diosa del mundo, del amor, ayuda, buena voluntad, salud y fortuna, al igual que en sus aspectos sombríos es la diosa de la venganza de los celos y de la discordia. También se la conoce como la serpiente enrollada sobre sí misma y vive sobre el agua y los bananos. . Su nombre suele relacionarse con la Serpiente-Diosa Ezi-Aku (Pitón albina), originaria de Nigeria y en donde se le adora como un foco de energía divina.

Los movimientos serpenteantes serían la representación de su sensualidad. Es una de las pocas divinidades femeninas que manifiestan aspectos burlones y provocadores (al igual que la Baubo griega). (Shahrukh Husain, 2007)


YEMANJA



Yemanja es la Madre Océano, la Madre de todo lo viviente, el misterio de las aguas profundas de donde surgió la vida. Es la Diosa del Mar, poderosa y dinámica, que cede a las caricias impetuosa del viento, aceptada una renovación constante, ella canta canciones muy antiguas que hablan de un latir, de un flujo y un reflujo, de un ritmo, que va y viene renovando y expandiendo.

“Ella danza con el oleaje que es la fuerza esencial de su vientre, generando, transformando, creando y recreando, cambiando de forma en su vaivén eterno, y afirmando al mismo tiempo su propia autenticidad, permaneciendo siempre fiel a sí misma.

Yemanja es la Diosa Madre que llegó al Continente Americano a través de la diáspora africana en los tiempos de la trata de esclavos. Su nombre significa “madre de los peces”. Como madre dulce y protectora, siguió a sus hijos en el cautiverio y llegó a América junto con ellos, quedándose y difundiendo su luz también en esas tierras.

Actualmente es muy venerada, sobre todo en Brasil y Cuba. Ella es la patrona de los pescadores y los marineros. Rige la fertilidad de las mujeres (junto con Oyá y Oxún). Es una reina en toda la extensión de la palabra: majestuosa, bonita e imponente.

Representa un tipo de mujer fuerte, alta, muy sensual y fecunda. Es dueña de las riquezas y hace que las pescas sean abundantes y prósperas. Es quien protege el hogar, otorgando paz y tranquilidad. Es muy generosa brindando riqueza material y espiritual.”  (Mónica Glusman,:200).

Yemayá (Yemanjá, Yemaja, Yemaya Olokún), es una divinidad que forma parte de la mitología Yoruba, es una de las principales orixas de hecho es la madre de todos ellos. Sincretiza con la católica virgen de Regla y Stella Maris en religiones como la Santería.
Es una orisha femenina, pese a que son dioses y no criaturas se rigen por sexo como cualquier ser humano. Es la deidad de las aguas saladas. Es natural de Obeokuta, pero sus adoradores principales son del pueblo de Egbado. La Reina de los Eggun es Onoto, que también se le conoce con el nombre de Obsa.
Yemayá es tan vieja como Obatalá, y tan poderosa, que se dice que es la más poderosa, pero por su carácter arrebatado perdió la hegemonía del mundo, y se le dio el dominio de la superficie de los mares, que al moverse de derecha a izquierda, representa el movimiento de las olas, y el carácter de su personalidad. Es la dueña de las aguas y representa al mar, fuente fundamental de vida y creencias.
Las prohibiciones son definidas en las ceremonias por el caracol de forma personalizada para cada iniciado. Normalmente tienen que ver con comidas que se le ofrecen a la deidad y que le son propias, especialmente pescados y mariscos.
Le gusta cazar, chapear, manejar el machete. Es indomable y astuta. Sus castigos son duros y su cólera es terrible, pero justiciera.
Su nombre no debe ser pronunciado por quien la tenga asentada sin antes tocar la tierra con las yemas de los dedos y besar en ellos la huella del polvo.
Según algunos, procede de Oyó, otros dicen que es de Mina.
Es más temible y de mayor jerarquía que Oyá, la dueña del cementerio, de la centella y del vendaval, concubina de Chango.
Aflicciones de las que protege: Las relativas al vientre de las personas o las que impliquen daño o muerte a través del agua, dulce o salada, la lluvia o la humedad.

En la Santería cubana (Regla de Osha)
Es Yemayá, madre de Changó. Madre de la vida y de todos los orishas. Para algunos, suele presentarse a veces como mensajera de Olokun. Reina maternal, arrogante y sabia, que posee varios “caminos”, en los cuales sus seguidores le denominan Konlá, Oggutte, Asesú, Achabá y otros. Su dominio radica en las aguas saladas. Se asienta su sacripotencia en la sopera y la tinaja. Las piedras del mar y los caracoles son sus alegorías.
Está Yemayá, sincretizada con la Virgen de Regla de los católicos. Sus seguidores la revelan a través de sus avatares: Olokún; Kolá; Oggutté; Asesú; Achabá y otras. Para algunos, su dominio son las aguas saladas, para otros, todas las aguas. Sus atributos: Remos, salvavidas, Ancla, sol con 7 triángulos. Y la media luna.
También está su hermana Ochún, que es para muchos, la diosa del amor y la sexualidad. Dueña de los ríos, el oro, el cobre y la miel. Sincretizada con la virgen María de la Caridad. Sus dominios fueron siempre las aguas dulces. Ríos. Lagos. Manantiales. Para otros, también protectora del vientre de las parturientas. (2) 414-416.
Entre los paleros (Regla Palo Monte o Mayombe)
Chola, para algunos también Madre Chola, o Chola Awengue, que es  muy venerada entre los congos seguidores de la Regla Palo Monte. Los practicantes a menudo sincretizan esta figura con la Ochún, de la Regla de Osha y con la virgen de la Caridad del Cobre, de los católicos, Para los paleros, es Madre Chola la dueña de las corrientes de agua dulce, de los ríos y del oro. Muchas veces la llaman con el nombre de Madre de Agua, por lo que se le confunde con la dueña del mar (2) 144. Por otra parte, tendremos a Siete Sayas, para otros, Balaunde y Madre de Aguas. A quien se le considera reina del mar y guardiana de las entradas de los ríos. Entre muchos practicantes mayombes, esta deidad simboliza la unidad del mundo, también todo lo que fluye, así como la maternidad universal. Por lo que en algunas sectas congas, le relacionan con la Yemayá de la Santería y también con la virgen de Regla de los católicos.
Para la sociedad secreta abakuá
Akanarán, es la Madre Respetada para todos los ñáñigos, Mosomgo en el padre, los hijos, son los abanekues. Según referencia la investigadora cubana Lidia Cabrera en su obra, La socied n la p.244, “solo el hombre que sea buen hijo y respete a su madre, puede jurarse como miembro de esta sociedad. Por eso se investiga sobre este aspecto y si en algún momento dejara de cumplir sus deberes de hijo, se le expulsa de la potencia.”ad secreta Abakuá (1958).

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