LA DIOSA SOLAR SAULE
Aunque en la mayoría de
los mitos el sol suele considerarse una divinidad masculina, existen casos en
que es femenina, como la diosa solar báltica, de lituanos y letones, Saule
(pronunciado Sow-lay), cuyo nombre significa el sol mismo, es la reina
de los cielos y la Tierra y matriarca del cosmos. O la diosa solar de los inuit
de Groenlandia. En Japón existían grupos de aldeas controladas por chamanas
consagradas a Amaterasu (la diosa solar), dentro de la práctica del
sintoísmo popular, definido así con la finalidad de distinguirlo del sintoísmo
estatal que sentó las bases del nacionalismo japonés.
La diosa solar
báltica, de lituanos y letones, Saule (pronunciado Sow-lay), cuyo nombre
significa el sol mismo, es la reina de los cielos y la Tierra y
matriarca del cosmos
La diosa solar Amaterasu
es la diosa solar sintoísta, la más poderosa. En el siglo VII erigieron su
santuario en Ise y cada veintiún años lo reconstruyen en el mismo emplazamiento
y exactamente de la misma forma. Sería un acto de recreación del tiempo
mítico de acorde con la teoría del eterno retorno explicada por
Mircea Eliade. La dinastía imperial japonesa afirma que procede de Amaterasu,
la hija de Izanami e Izanagi (la pareja primordial) que la hicieron reina de
los cielos. Pero durante una etapa de ataques destructivos protagonizados por
su hermano Susano-Wo (Susanoo), tuvo que refugiarse en una cueva rocosa.
Allí su hermano profanó con sus excrementos la morada de la diosa y atravesó la
vagina de Amaterasu con el eje de un huso. La ausencia de la diosa oscureció el
mundo y lo volvió fúnebre. Para que saliera de la cueva, ochocientos
incontables dioses adornaron un árbol con joyas, cintas y espejos y lo dejaron
en la entrada de la cueva, junto a un gran espejo de cobre fabricado por la
diosa herrera. La diosa de la alegría –la chamana Uzume- interpretó una danza
ritual con la intención de restaurar las energías fundamentales de la tierra. A
medida que el baile se convertía en más frenético, la divinidad comenzó a
desnudarse y a bromear. El jolgorio desató las carcajadas de los dioses y, al
salir para ver a qué se debía tanta hilaridad, Amaterasu se vio reflejada en el
espejo de la entrada. Deslumbrada por su propio brillo, la diosa retornó al
mundo y desterró s Susano-Wo.
La diosa solar
Amaterasu
Hemos explicado que los antiguos
consideraban al sol y la luna como hermanos o cónyuges, pero opuestos y
terriblemente belicosos entre sí, con una tensión interna tan intensa que les
resultaba imposible compartir los cielos. De esta manera los mitos lunares
narran conflictos entre la oscuridad y la luz, rivalidades fraternales y de
competitividad femenina, que dramatizan conflictos universales que subyacen en
el fondo de la conciencia de la humanidad. Dichos relatos suelen ser trágicos y
violentamente dramáticos, como el que narra la decapitación de Coyolxauhqui
(diosa la luna azteca) que fue decapitada por su hermano el sol por
oponerse al asesinato de su madre la Tierra.
Tomado Del blog La Veleta Verda.
Meditarrani
Publicado por Gonçal vicens Borde
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