CAPITULO XXII
DE CHAYUGA DIOS
PROTRCTOR DE LA NATURALEZA
Artículo 237. Los fíeles de la Iglesia del Pueblo Guanche
somos parte de la naturaleza; Las rocas, los animales, las plantas, los
elementos y las estrellas son nuestros parientes. Los humanos son nuestros hermanos y hermanas, sea cual sea su raza,
color, genero, orientación sexual, edad,
nacionalidad religión y estilo de vida. La Madre-Tierra es nuestro hogar. Somos parte de la gran familia de la
naturaleza, solo eso. Tenemos como todos,
nuestro papel y buscamos descubrirlo para hacerlo lo mejor posible. Buscamos vivir en armonía con los demás integrantes de la
familia de La naturaleza, tratándoles con respeto.
1. Honramos las
estaciones en nuestra
vida diaria: nacimiento,
crecimiento,
fructificación, cosecha, final, descanso y integración en la esencia universal de la Diosa-Madre mediante el regreso aL seno de la Diosa Magek.
1.
Con la muerte
aparente del cuerpo hay seguridad de integración en la Diosa-Madre.
Honramos las estaciones climáticas haciendo honor a nuestra Madre-Tierra, sin ella no
sería posible todo esto.
Honramos las estaciones climáticas haciendo honor a nuestra Madre-Tierra, sin ella no
sería posible todo esto.
2.
Abrazamos el
Panteísmo, en el reconocimiento de que lo divino está en todo y en todas partes.
3.
Honramos a la Divinidad que está en
los árboles de la floresta, en las hierbas en el campo y en el jardín, en los pájaros silvestres que cantan en los
árboles, en los animales, las rocas de las
laderas de las colinas, en nosotros.
5. Entendemos que todo lo que está insuflado de
espíritu tiene cuerpo espiritual además e cuerpo físico. Lo físico y lo espiritual está íntimamente
interconectados. Honramos la interconexión entre la
Diosa-Madre y las criaturas.
Artículo 238. Como fíeles de la Diosa-Madre sabemos
que la Divinidad
tiene machas facetas.
Artículo 239. Sintonizamos
nuestro ser con los 4 elementos de la Naturaleza, -tierra, agua, fuego, aire- y con el 5° elemento, los espíritus ancestrales,
como símbolo de nuestra fe formando el goro, la
fuerza espiritual que lo conecta todo. Vemos esos elementos en la naturaleza: La Madre-Tierra en las
rocas, el aire en el viento y la atmósfera, el Fuego Sagrado en el rayo, las
llamas y la electricidad, el agua en los arroyos, barrancos, eres, ríos, lagunas, mares, lluvia, etc. y el
espíritu universal como unidad Divina
manifiesta en múltiples deidades. Los elementos también están en nuestro ser. Nuestro cuerpo físico es tierra,
nuestro intelecto y pensamiento son aire, nuestra voluntad y acción son fuego, nuestras emociones y sentimientos
son agua y nuestras esencias son espíritus.
Debemos procurar armonizar estos elementos para hacer nuestro ser saludable y esto no es ajeno a una vida
armonizada con el medio ambiente.
Oímos llorar a la Madre-Tierra
lamentándose del maltrato dado por la humanidad a la
naturaleza. Se han polucionado tres elementos: La tierra, el agua y el Aire. Y con el
fuego se está jugando el achuguayesco juego de las armas nucleares y otras formas de
destrucción. También nos sentimos implicados en la polución espiritual del planeta, como son el
egoísmo, adición, ambición de dinero y poder, violencia, desigualdad. Así como percibimos estos problemas, percibimos también que dando balance y equilibrio a nuestra propia vida, podemos comenzar la mínima aportación a mejorar la situación, que requiere una mayor toma de conciencia colectiva. Sabemos que nuestra actitud y nuestra forma de vida pueden hacer una diferencia.
naturaleza. Se han polucionado tres elementos: La tierra, el agua y el Aire. Y con el
fuego se está jugando el achuguayesco juego de las armas nucleares y otras formas de
destrucción. También nos sentimos implicados en la polución espiritual del planeta, como son el
egoísmo, adición, ambición de dinero y poder, violencia, desigualdad. Así como percibimos estos problemas, percibimos también que dando balance y equilibrio a nuestra propia vida, podemos comenzar la mínima aportación a mejorar la situación, que requiere una mayor toma de conciencia colectiva. Sabemos que nuestra actitud y nuestra forma de vida pueden hacer una diferencia.
3. Quisiéramos ser un canal de sanación y balance. La responsabilidad
medio ambiental es un compromiso cotidiano.
Quisiéramos vivir en armonía con nuestra familia, la naturaleza.
4. Por
ello confiamos en Chayuga y su corte de Yennun, o genios mediadores, penates y espíritus, pues la existencia de genios benéficos o
simples intermediarios entre las Deidades Superiores y íos hombres es
consusíanciaí con los designios de la Diosa-Madre Chaxiraxi.
Artículo 240. La divinidad
enseña a los seres humanos a aprender a vivir en paz y armonía con todas las criaturas que estamos en la
mesa de la Madre-Tierra,
ya que son nuestros primos espirituales.
Además, Chayuga enseño al hombre la vida en comunidad, a compartir y tomar de la Tierra solamente aquellos
bienes que necesitemos, respetando y honrando a
la Naturaleza.
1. Hombres y mujeres debemos aprender a convivir como hermanos
la naturaleza y también aprender que cada elemento ha sido colocado por la Diosa en equilibrio.
2. El ser humano debe entender que su papel es el de guardián y
protector de ese equilibrio y que debe
transmitir este conocimiento de generación en generación.
3. Chayuga nos advierte que
si el hombre abusa y mata a animales libres por placer o por gula, a los culpables le castigará.
Artículo 241. El fiel de la Iglesia del Pueblo Guanche
no vive "con la naturaleza ni "en" ella, sino que "es" esa naturaleza que participa de todo el
universo como la célula es parte dinámica de
un organismo vivo.
Artículo 242. Nuestra religión
es tan abierta que necesita especialmente escenarios naturales hay pocos santuarios en donde no imponen su
señorío el cielo, la tierra, el viento, la
planta, el ingenio animal. El fiel se funde con la naturaleza en tanto
que con su abundancia creadora, que es poesía, amor y danza.
Todo puesto en armonía, todo tendiendo a esa
armonía natural y que más modernamente alude al destino de la humanidad y al gran plan de la Diosa Madre Chaxiraxi.
1. Entendemos por naturaleza el conjunto de todas
las cosas corpóreas y de los
fenómenos a ellas vinculadas, amén de los procesos y agentes que, de hecho o presuntamente, se hallan en su base cuya existencia y modo de ser son independientes de nuestra voluntad y de nuestra acción.
fenómenos a ellas vinculadas, amén de los procesos y agentes que, de hecho o presuntamente, se hallan en su base cuya existencia y modo de ser son independientes de nuestra voluntad y de nuestra acción.
Artículo 243. El ser humano de la
tradición de la Iglesia
del Pueblo Guanche, es un ser religioso por
tanto la naturaleza nunca es exclusivamente 'natural', está siempre cargada de un valor religioso pues la Diosa-Madre ha dejado
sus marcas en la estructura del mundo que es un organismo real, vivo y sagrado.
Los hombres
construyen Almogarenes para convocar lo sagrado. Pero con demasiada frecuencia olvidamos que la naturaleza misma es el
santuario más grandioso de la
Diosa-Madre.
El bosque es el Almogaren
esencial. Por ello veneramos el universo de los árboles.
Los fieles de la Iglesia Del Pueblo
Guanche, hallamos en el Pino, la
Palmera, el Viñatigo, el Pino,
el Drago o el Cedro una de las fuentes del saber divino. Y el claro, el sitio despejado del bosque, circundado de plantas y
follaje, es su Efeken. Es divinidad protectora de los animales libres.
3. Y el bosque es el Almogaren de Chayuga. Es
así el santuario de Chayuga esencial, es el claro sagrado, el círculo celeste que bulle dentro del bosque.
Artículo 244. Los Kankus, las
Maguadas y fieles se congregan en el bosque de pinos o de laurivilva una vez al
año para rendir culto a la
Naturaleza a través de la divinidad protectora Chayuga El claro en el bosque es un
espacio vacío que quiebra la homogeneidad
circundante. Su aspecto despejado, libre de vegetación espesa, irradia un aura
nítida y vibrante. El claro es así el vacío que oficia de centro, de corazón
íntimo de la floresta.
1. Corazón que se convierte en fuente, lugar
simbólico desde donde mana lo vivo.
El claro es
así centro y fuente. Y también es sitio privilegiado de apertura trascendencia.
Al estar en
el claro, el hombre se aproxima a la emanación divina; escucha las voces sutiles de lo sagrado y trasciende
su condición profana, finita.
Pero el claro, como Efeken de Chayuga dentro del
bosque, no corresponde a un
emplazamiento físico puntual e invariable. El claro como centro simbólico es asimilable
a otros sitios singulares de la geografía; el claro puede latir también en la cumbre de los
cerros, o en islas; o en la cueva oscura.
emplazamiento físico puntual e invariable. El claro como centro simbólico es asimilable
a otros sitios singulares de la geografía; el claro puede latir también en la cumbre de los
cerros, o en islas; o en la cueva oscura.
Artículo
244. El mundo moderno vive el
Almogaren desligado de su filosofía originaria.
Es manifestación en escala reducida del universo. El Almogaren no es entonces
lo que genera lo sagrado; sólo lo convoca, lo atrae, resalta. Pero, en la sensibilidad contemporánea, el Almogaren no es lo
que atrae lo sacro sino lo que lo produce en su propia
interioridad. La casa religiosa contemporánea no convoca, sino que crea y entrega, ella misma, lo sagrado. El
Efeken, en este santuario, brilla por sí mismo. Sin el templo artificial, para el hombre moderno no hay
recuerdo de lo trascendente.
Frente a los templos labrados por manos hábiles y
desesperadas de hombre, reverbera el otro
Almogaren: el bosque forjado por la Madre-Tierra y sus formas, donde el humano no es el constructor, sino huésped, invitado,
visitante. Visitante del Efeken del bosque donde
debe sumergirse en senderos penumbrosos para descubrir el claro, el Efeken,
donde el hombre religioso debe orar y esperar.
El Almogarén
artificial como arquitectura que propicia la aparición de lo sagrado deriva del antropocentrismo de lo divino.
La
visión de lo más secreto convierte a su contemplador en ser sutil. La finura de
sensibilidad y conciencia ya no puede alojarse en un cuerpo denso. La Madre-Tierra se convierte entonces en libre energía capaz de remontarse hacia la realidad divina. En la tierra de los hilos pesados, los espíritus leves ya no pueden resonar.
sensibilidad y conciencia ya no puede alojarse en un cuerpo denso. La Madre-Tierra se convierte entonces en libre energía capaz de remontarse hacia la realidad divina. En la tierra de los hilos pesados, los espíritus leves ya no pueden resonar.
Artículo 245. Los seres humanos
debemos aprender a vivir en paz y armonía con todas las criaturas de la
creación, ya que somos sus primos espirituales.
Artículo 246. La Diosa enseña al hombre mediante Chayuga la vida en
comunidad, a compartir y tomar de la Madre-Tierra
solamente aquellos bienes que necesitemos, respetando y
honrando a la Naturaleza.
Artículo
247. El ser humano debe entender que
su papel es el de guardián y protector de ese equilibrio y que debe transmitir este
conocimiento de generación en generación.
Artículo 248. La Diosa le ha dado unas leyes
a la naturaleza, y al hombre le ha dado la libertad, la
inteligencia y la voluntad para que sepa pronosticar las adversidades, o bien,
para solucionarlas cuando ya no se pudo prevenirlas.
Artículo 249. La sublevación de
la naturaleza ha quedado manifiesta en las catástrofes que han azotado al mundo en los últimos tiempos.
Pero, por qué olvidar la fascinación de
la misma naturaleza que nos emociona cuando nos encontramos ante un despejado
atardecer a la orilla del mar, frente al espectáculo del arco iris o en la
lluvia que todo lo enverdece.
Artículo 250. Siempre nos hemos preguntado porqué atribuimos a la
naturaleza el placer y a la Divinidad Chayuga
el dolor. No es justo atribuirle a la Divinidad Chayuga
sólo los males. La naturaleza puede
significar alegría, plenitud, sosiego, relajación, salud. Pero en
cuestión de segundos puede convertirse en desolación, tragedia, dolor. En cambio, la Diosa-Madre siempre es la misma. Y nunca cambia,
ni se esconde, ni se mueve de lugar. Siempre
está allí, en la brisa que susurra dentro del hombre y de la mujer que lo buscan también en las malas
circunstancias.
No es justo culpar a la Divinidad. La
naturaleza no siempre es benigna y eso es sólo culpa de ella misma. Si la Divinidad Chayuga
se entrometiera y moviera a su antojo los hilos
de la naturaleza, el hombre protestaría porque se sentiría oprimido y limitado.
Al contrario, la Diosa-Madre deja al
hombre libre, y que con su libertad juzgue y haga lo que cree mejor. Sin embargo, sabemos que hoy muchas veces estamos
causando y participando en los graves
daños que causa la naturaleza. Lo sabemos.
Ahí está el efecto invernadero,
los cambios climáticos, la reducción de la capa de ozono,
la insalubridad de las aguas y del aire en las urbes y toda esa larga lista de castigos
que podríamos decir que son impuestos por el hombre contra el mismo hombre.
3. En
estos momentos ya
estamos observando sus
efectos devastadores: hay modificaciones en el ritmo de las lluvias, hay
sequías e inundaciones, hasta el aire que
respiramos está alterado.
respiramos está alterado.
4. El hombre primitivo, habitante de la Madre-Tierra, siempre
se interesó por la naturaleza y por todo lo que en ella
ocurría, se ocupó de cuidar su habitat y hasta generó normas que se refieren a su cuidado y protección, como es el caso de las
divinidades protectoras de la naturaleza: Chayuga, protector y cuidador de los
montes y los pastos, Saguiñak, de las
cabras, Sagate de las ovejas, Jukancha de los perros, Achamán-Alkorak-Baal Mammón protector de las aguas.
5. Llegó otra cultura con su afán de conquista y colonización, con su
afán de superación, con su concepto de
ser que está fuera del mundo y de las cosas, y el equilibrio de la
Madre-Tierra, vertical, como noción de síntesis de los cuatro
elementos y como noción de sustento
ecológico y el arte de vivir en la Madre-Tierra, comienza a degradarse, alterarse y desertificarse.
6. Hoy al nuevo imperio y sus gestores no les
interesa ni los frutos ni las fibras o celulosa de nuestras maderas, sino el
suelo, el suelo edificable, ese en el cual la naturaleza ha invertido miles de años para desarrollar un centímetro y
el hombre sólotarda unos minutos para destruirlo, para agredirlo, aunque para
ello tenga que derribar
cien toneladas de biomasa por hectárea y, con
ella, el paisaje, el ambiente, la música, y el canto,
el perfume del País.
CAPITULO XXV.
DE LAS DIVINIDADES MEDIADORAS Y PENATES
Artículo 251. Es una constante
histórica la degradación de algunos dioses y dualismo, al
ser sometido un pueblo, sus divinidades, si no son absorbidas por la religión
de los vencedores,
suelen quedar condenadas a una vida subterránea; Y, en muchos casos,
consideradas enemigas, las convierten en démones maléficos, componentes del
cortejo del principio del mal, por
ejemplo: Los aranfaibo; iruene; gabiot; guayota; Orojan; higuan, de la religión del Pueblo Guanche.
Artículo 252.
Estos penates individuales ejercen una misión de custodia no sólo en cuanto a plasmadores del destino bueno o malo de
orientación más o menos fatalista, sino
también, sobre todo con función de guía ético en orden a favorecer la conducta virtuosa o viciosa. La misión de guarda vigilante
les merece la designación de guardianes de los hombres. Esta tarea
encomendada a los penates no siempre se circunscribe
a los individuos; admitimos que existen también penates tutelares de localidades, sitios, fuentes, manantiales,
árboles y animales.
Artículo 253.
Son deidades guardianes de los hombres, los animales y la vegetación, los
penates o genios buenos estos están vinculados a un individuo determinado de ordinario desde su nacimiento casi siempre en
posición antagónica a causa del enfrentamiento
entre los penates buenos y los malos, cada uno trata de determinar el destino de su encomendado.
Artículo 254.
Por medio de los penates buenos la divinidad ayuda a los mortales: El gran propósito de Chaxiraxi dirige los penates de
los hombres a quien ama. La asignación
de un pénate bueno y malo a cada persona, presente en la religión de la Iglesia del pueblo Guanche
actúa con vigor intensificando en la doctrina porque admitimos que, Junto a cada hombre o mujer,
apenas nacidos, está un pénate, buen espíritu, iniciador-guía en el misterio de
la vida Los Yennun o démones traviesos o fatídicos acechan y aprovechan especialmente los momentos del relevo,
cuando al amanecer y atardecer retoman
los custodios a la corte de la divinidad. De ahí la necesidad de la oración al salir y ponerse la Sol.
Artículo 255. La Iglesia del Pueblo Guanche
asume la veneración de las divinidades, mediadoras, espíritus, genios y Yunnus mediadores y protectores
propios de nuestro ancestral panteón,
mediante sus diferentes denominaciones y según las normas litúrgicas y rituales emanadas de la Oficina del Guadameñe y
del Gran Tagoror de la Diosa-Madre, y que son los siguientes:
AKORÁN-ALKORAK- AKORNÓ- BAAL AMMÓN. "EL CELESTIAL".
ABORA, DIOSA DE LA LUZ
MONEYBA.
CHA YUGA
JUKANCHA. (HUKHANSHASH)
SAGUAÑIK.
g) SAGATE
g) SAGATE
h)
ERAHORANHAN-ORAHAN-ERAORANZAN-ERAORAHAN.
i) ARANFAIBO.
"EL MEDIADOR".
j) IRNENE-IRUENE.
k) HAGUARAN.
1) lGUAN.
m) OROJAN-ORAHAN.
n) MACHIA MAYOR
o) MACHIA MENOR
p) MON
q) GUATIMAK
r) GUAYOTA-GUAYOT.
(EL DESTRUCTOR)
s) GABIOT. (EL
DESTRUCTOR)
t) TIBISENAS. (LAS
TRAVIESAS)
v) MAXIOS.
(ESPÍRITUS DE LOS ANTEPASADOS)
w) XAXOS. (ESPÍRITUS IMPÍOS)
CAPITULO XXVI
GUAYOTA-GABIOT
Artículo 256. Guayota-Gabiot es el Dios del
fuego maléfico y las erupciones volcánicas, es la divinidad vinculada con el fuego nefasto o
destructor, tiene su morada en Echeyde desde
donde esparce su influencia por todo el mundo.
Guayota-Gabiot,
(<va-yevta,
'el destructor'), en clara alusión a la
actividad volcánica, no es una deidad esencialmente mala,
sucede que los efectos de su poder en ocasiones es
malo para los hombres, Guayota-Gabiot es un instrumento de los designios de la Diosa Madre
para con la Madre-Tierra
y que directa o indirectamente puede afectar a los seres humanos y
demás criaturas que habitamos el planeta.
2. El Teide es una puerta o acceso, la principal pero
no la única, que conecta con el mundo
subterráneo donde habitaban las fuerzas maléficas. Unas entidades perversas que
aprovechaban las oquedades del terreno
(grietas, grutas, etc.), tenidas por enlaces naturales entre ambos niveles, para llegar hasta la superficie y
perjudicar a los seres humanos y a la Naturaleza.
3. Así Guayota-Gabiot y sus tibisenas imperan sin
contrapeso sobre los hombres, que aturdidos
por sus errores, no atinan a darse cuenta cabal de su triste situación.
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