Como hemos hecho con los otros
capítulos resumimos aquí el artículo titulado “Los ritos Sagrados”, cuarto
capítulo de la serie, aportando nuevos datos.
Marín y Cubas describe el monte
sagrado de los canarios en Tirajana: “…allí hay tres braseros de cantos
grandes,…, puestos sobre un paredón a modo de altar de grandes piedras, y
enlosado lo alto del monte, y ha quedado una como capilla y zancarrones dentro
todo de una gran cerca de piedras muy grandes, y el Risco es el más descollado
de todos aquellos sitios.” (Historia de las siete islas de
Canaria).
Esa descripción podría encajar
perfectamente con los restos que aún se conservan de Montaña de las Tabaibas,
el monte más alto de la zona (observese que ni Riscos Blancos, ni la Fortaleza
de Santa Lucía son "los riscos mas descollados" del lugar
donde se situan) . Los restos son una muralla o muro que rodea toda
la corona de la montaña, de 1.20 x 1 metro de alto x ancho, una estructura
circular de unos 4 metros de diámetro de piedra seca, relleno por pequeña
piedras y tierra y costras de caliche, próxima a la cima, que se podría
corresponder con un brasero. Desde esta estructura circular parece arrancar un
muro o camino, hasta la entrada de una cueva, situada próxima a la
cima. La cueva tiene la entrada flanqueada por dos muros de piedra seca a modo
de pasillo.(Los
Restos Arqueológicos De Montaña DeLas Tabaibas. Pinchar para acceder
al artículo en Amurga, el Santuario Perdido V)
Creemos que el resto de
estructuras fueron hechos desaparecer por los conquistadores, como se relata en
las crónicas, pues destruían todo lo que ellos consideraban pagano y
contrario a las creencias cristianas. También causa de su
desaparición podrían haber sido las maniobras militares de artillería,
realizadas con material pesado desde la II Guerra Mundial hasta no hace muchos
años y por la construcción de las antenas de telecomunicación que podemos ver
hoy en la montaña.
El problema es que la descripción
que realiza Marín y Cubas, se refiere según afirma, a Umiaya o Riscos Blancos,
lugar que se encuentra dentro de la Caldera de Tirajana, y que se
contradice con todo lo que hemos expresado, según detallábamos en nuestro
último artículo de la serie:
Sin embargo, en el resumen de los
rituales que veremos a continuación, notaremos la importancia de varios
elementos que debían ser característicos del monte sagrado: la altura, pues los
ritos se realizaban en la cima del monte; el mar, por lo que se situaba
relativamente cerca del mismo, y por último el contar con recintos amurallados
o cercos, situados en esos lugares altos, todo ello característico de Montaña
de Las Tabaibas. Allí era donde se realizaban o iniciaban la mayoría de
los ritos.
Las ceremonias principales
“conocidas”, estaban dirigidas a pedir el favor de su divinidad para que se
produjera la lluvia, para tener buenas cosechas y en especial en Amurga, para
tener buenos pastos para el ganado y la fecundidad del mismo, fuente principal
de la economía. Además de lo anterior tenían otros motivos para realizar sus
ritos: para el bienestar, la fertilidad y el buen gobierno del pueblo, la paz y
la salud en el nuevo año. Los canarios veneraban a sus antepasados fallecidos y
realizaban ceremonias para que la divinidad intercediera en los momentos malos,
de enfermedades o de guerras, como sucedió con la conquista.
Y remarcamos “conocidas” porque
se cree que sobre los aspectos religiosos, que eran controlados por las élites,
poco estaban dispuestos a compartir los antiguos canarios y fueron sobre los
que menos información se conservó por ser tema tabú para la iglesia
católica.
Entre los ritos que nos
transmitieron los conquistadores citamos los siguientes:
- Pronóstico de lo que deparaba
su futuro próximo en función de: el humo de las hogueras que se realizaban en
el brasero, en lo más alto del monte sagrado; “de ciertos nublados o
vapores levantados de los arroyos orillas de el mar a la parte del sur de esta
isla de Canaria” y de la visión de la isla de Fuerteventura, en los días
claros.
- Imploraban la
misericordia de Dios de la siguiente manera: En la cima
de la montaña derramaban manteca y leche, hacían danzas y bailes y cantaban endechas
en torno a la montaña; encerraban el ganado (dentro de la muralla en la cima) y
apartaban las hembras de los machos, privándolos de pasto y comida,
les obligaban a “balar”; ayunaban todos, hombres, mujeres, niños y animales
durante tres días, lanzando terribles gritos, aullidos y vociferaciones. Luego
rodeaban la montaña (imposible en Riscos Blancos y en La Fortaleza),
continuando con el griterío y desde allí bajaban en procesión al mar
para azotar sus olas, con varas y palmas.
- Como culto a sus familiares
muertos, les llevaban ofrendas a sus sepulturas. Según Jiménez Sanchez, en
Arguineguin, Juan Grande (Amurga) y Guayadeque, eran donde se encontraban “los
hitos relevantes a nivel de hallazgos de restos momificados”, además de
encontrase las momias de mayores dimensiones. (Embalsamamientos y
enterramientos de los “canarios” y “guanches”, pueblos aborígenes de las Islas
Canarias). (Pablo Guedes González, en Blog Historia Castillo de Romerl)
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