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sábado, 17 de agosto de 2013

LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS






(Libro inédito)


Eduardo Pedro García Rodríguez


CAPITULO-IX-I




LA DIOSA MADRE EN ASIA

En Asia en la prehistoria y durante la edad del bronce se produjeron infinidad de estatuillas dedicadas a la Diosa-Madre, es digno de destacar por su variedad  las manifestaciones artísticas de las creadas en Elamen, Afganistán, Kurdistán, Bangladesh y la India.

Las figurillas hermafroditas de Elam sugieren la idea de que el  matriarcado incorpora a la Diosa los dos sexos, tal como nos sugiere la imagen femenina sedente de la Diosa Tierra, encontrada en Tepe Sarap cerca de Kernashah, la cual está sentada en el suelo con las piernas extendidas y derechas, además de su largo cuello fálico, como exponente de su hermafrodismo. Así mismo, otra estatuilla con unas piernas enormes y adiposas, con brazos como alas, nos sugiere el símbolo de la abundancia alimentaría. El abdomen y cabeza con apariencia externa fálica la adscribe al siglo VI, a.e.a.

Son varias las figurillas elaboradas por esta civilización y dedicadas a la Gran Diosa-Madre, entre ellas podemos destacar:  Una figurilla femenina con collares y la vulva muy acentuada, que como hemos dicho es símbolo de seno divino donde tiene origen la vida de Tepe Yahya, datada en 4.500 a.d.n.e. La Diosa de la naturaleza de Turang Tepe del IV milenio a.d.n.e. Tiene los brazos extendidos como alas dispuestas para emprender el vuelo, posiblemente alusivas a su capacidad para desplazarse por el Cielo. Esta Diosa-Madre tiene todos los signos que aluden a la soberana de todos los fenómenos de la Naturaleza, a la Diosa de la Fertilidad que acompaña al muerto en su sepultura para propiciarle la su resurrección como a la semilla. Estos atributos también están representados en otra estatuilla de la Diosa Pájaro con pico y alas datada en el siglo IV a.d.n.e.

Entre las estatuillas con formas abstractas es digna de destacar una con forma de reloj de arena, localizada en Tepe Hissar, tallada en alabastro está dotada de dos mamas en forma de espirales símbolo de la capacidad nutricia divina, y cabeza triangular y en las orejas dos pendientes de plata.

Dentro de la gama de figurillas más naturalistas están las de las Diosas con las manos en las mamas de Turang Tepe, y otra de barro pintado del periodo Al`Ubaid de Tepe Gawra o Gaura. Datada en el año 3.200 a.d.n.e. La mujer con las manos juntas de Susa también datada en 3200 a.d.n.e. La Diosa sumeria con collar, triángulo púbico decorado con puntos propiciatorios de Fertilidad y enormes nalgas, símbolo de la abundancia alimentaria, de Susa, del III milenio a.d.n.e. La terracota con brazos curvos, ojos como pétalos de Margaritas similares a las mesopotámicas y collar de Susa. Otra representación de la Diosa-Tierra es la figura erecta procedente de Susa. Tiene cinturón cruzado en el pecho estilo “Bandolera”, collar, y pulseras en los tobillos además de un enorme triángulo púbico representación del mundo subterráneo como hemos dicho. Otra estatuilla con piernas abiertas en forma de “W” y postura erecta con corona y pendientes, símbolo de poder. Tiene los brazos curvos bajo las mamas indicando su función nutricia, los ojos están formados por círculos concéntricos, de los cuales tienen varios distribuidos por el cuerpo, que representan-según Martín-Cano-el mundo subterráneo, la Tierra Uterina de donde surgen las aguas. Origen de la vida que surge de las aguas y que expresa claramente que salen del cuerpo de la Diosa Tierra. Con ello la artista reclamaría, por Magia simpática a la Gran Madre de Irán, Soberana de la Naturaleza, Diosa de la Fertilidad, las aguas necesarias para el riego de los campos. 

La Diosa Susa, estatuilla de singular belleza datada en el II milenio a.d.n.e, cuya forma semeja hacha bipenna con corona. Está adornada con collares, y valioso cinturón formado por múltiples líneas de puntos horizontales, tiene las manos en las mamas en gesto de brindar alimento. Su forma externa en lóbulos, recuerda un hacha doble (labrix). Es posible que sea una antiquísima representación de la Gran Diosa de Asia Menor, Cibeles. (Kibeles o Cibeles, significa hacha doble)

Las rutas comerciales hacía la India en uno y otro sentido, pasaban por Afganistán. En esta cultura como en las del resto del mundo se adoraba a la Diosa-Madre. En unas excavaciones efectuadas en el montículo de Mundigak, aparecieron varias estatuillas de singular belleza pertenecientes a la cultura Zhob, datadas en el año 4.000 a.d.n.e.

En Kurdistán (Turquía, Irán e Irák) aparecen como primeras representaciones escultóricas antropomorfas, las figuritas femeninas en arcilla identificadas con la Gran Diosa-Madre. Según Hawkes y Woolley (1977,196), en Martín-Cano “...Como divinidad del hogar, la gente de Jarmo reverenciaba de modo evidente a la diosa-madre y poseía estatuillas en arcilla de su figura sedente.” Y Lichardus (1987,47) en la misma autora “...Abundantes figurillas de arcilla, animales o femeninas, sobre todo del tipo <<T>> esquematización característica de la mujer sentada;...”

Las más singulares de estas estatuillas son las realizadas en el periodo transcurrido entre los años 6.500 al 5.000 a.d.n.e, halladas en Kalat Jarmo, tales como las imágenes de la Diosa sentada en el suelo con piernas dobladas o extendidas y derechas, como es habitual en este tipo de figurillas ostentan grandes adiposidades en las nalgas caderas y muslos.

En Turkmenistán proliferan las figurillas exclusivamente femeninas en la época neolítica, estas son representaciones de la Diosa-Madre, destacando entre ellas una figura sentada con las piernas dirigidas hacia adelante, y luciendo collares de serpientes símbolo de la Diosa-Tierra asociada al reino femenino del agua. Otra de las figurillas que destaca es una de terracota sedente con las extremidades estilizadas paraboloides de forma fálica y adornada con serpientes símbolo de Fertilidad datada entre el año 3.000 al 2.500 a.d.n.e. Otra figura similar está datada en el III milenio a.d.n.e. Periodo Namazga de Kaea-Depe. Otros hallazgos neolíticos dignos de destacar son: la figura decorada con circulitos de Dashilidji-Depe correspondiente al periodo I Nazmaga. Estas estatuillas están adornadas con circulitos y son similares a los que portan otras figurillas halladas en Europa, Asia, La India, África, América del norte del sur y Australia. También aparecen en Altín-Depe, imágenes esquematizadas femeninas en forma de dobles triángulos pertenecientes al V periodo Namazga, realizadas en terracota y correspondientes a los años 2.000 al 1.600 a.d.n.e. Destaca en estas extraordinarias figurillas los ojos en forma de cauri y el gran triángulo púbico. Asímismo sobresalen dos figurillas de la misma época y lugar y por consiguiente pertenecientes a la misma cultura, por sus amplias caderas y parece que llevan faldas, en la segunda destaca el lebbade o gorro cónico.

Los ejemplos más significativos de la presencia de la Diosa-Madre en Beluchistán, están representados en la serie de pequeñas figuras modeladas en arcilla, con ojos saltones y cabellos en forma de rayos solares o llamas, símbolo de la Diosa en su función solar, como las pertenecientes a la cultura del Valle del Quetta, procedentes de Damb Sadaat. También hay otras similares a las de la cultura Zhob de Afganistán, en el yacimiento de Kulli.

En unas sepulturas neolíticas localizadas en el Valle Swat, en Bangladesh (Ex-Pakistán oriental), los trabajos arqueológicos han puesto al descubierto gran cantidad de estatuillas representativas de la gran Diosa-Madre. Estas figurillas femeninas de amplias caderas y brazos en forma de alas triangulares, con las piernas en W acompañan al difunto en su ajuar funerario. Estos enterramientos corresponden a la cultura pre-Maurya correspondiente al primer milenio a.d.n.e. Parece una abstracción de una escultura más naturalista hallada en Mattwsa (India).  Las “Beroque Ladies” son otras de las figuras legadas por los ancestros de este lugar. Son figuritas de la Diosa de formas naturalistas de gran primitivismo, y están adornadas con diferentes collares, tocados y ojos en forma de concha de cauri, son similares a las de Harappa y Mohenjo Daro, y tienen extremidades fálicas.

Una de las grandes civilizaciones del mundo lo es sin duda alguna la de la India, en ella, se han desarrollado las más importantes corrientes filosóficas-religiosas de la humanidad. Los más primitivos habitantes nos han legado numerosos Ídolos femeninos neolíticos representativos de la gran Diosa-Madre, realizados en torno al año 4.500 a.d.n.e, por la civilización Hindú.

Conforme apunta Campbell (1991,240): en Martín-Cano “...el origen de la civilización occidental tuvo lugar en los valles de los grandes ríos: el Nilo, el Tigris-Eufrates, el Indo y después el Ganges. Ése fue el mundo de la Diosa.”

Anterior al culto del Budismo o del Brahmanismo filosófico, en la India el mundo de los ancestros era el mundo de la Diosa-Madre, esta afirmación queda avalada por los hallazgos de los yacimientos arqueológicos de Daya Ram Sahni de Mohenjo-Daro y Harappa, donde han sido extraídas abundantes esculturillas figurativas en terracotas, asociadas a otras anicónicas de piedra, representativas de la Diosa-Madre: piedras-anillos, discos en formas de vulvas, acompañados de petroglifos de cupulitas, agujeros, tazas, huecos, cavidades, cazoletas óhmicas, hemisféricas, y tetiformes, elementos relacionados con la fertilidad y considerados con propiedades mágicas. Dice Mallery referido a los petroglifos de huecos (cazoletas y canalillos): “En la actualidad uno puede ver a las mujeres hindúes llevando el agua del Ganges (las aguas del río sagrado del Ganges están personificadas por la Diosa de igual nombre) hasta las montañas del Pendjab, para verterlas en las cúpulas y así obtener de la divinidad el don de la maternidad tan deseado”.

Otras de las representaciones de la Diosa-Madre legadas por la cultura del Indo son: la Diosa-Madre de Harappa, la figura en forma de violín o reloj de arena, dotada de falda corta y cinturón a la cadera varios collares y sombrero-cálatos o kálatos, símbolo para propiciar mágicamente la lluvia sobre la tierra, de Mohenjo Daro, datada en el IV milenio a.d.n.e. La gran Diosa desnuda, dotada de grandes alhajas y cinturón de cadera, antecedente de la Diosa histórica Sita, del año 2500 a.d.n.e. Otra de melena corta, boca abierta que asemeja la de un ave o pez, cinturón a la cadera, collar y circulitos al cuello que recuerdan collares de perlas. La Diosa con amplio tocado, falda corta cinturón a la cadera y collar, de Mohenjo Daro del año 2.500 a.d.n.e. En esta cultura también se manifiestan los ejemplos de hermafroditismo, ejemplo: una figura en terracota del neolítico que representa a la Diosa con mamas, collar sombrero kálatos, y genitales masculinos, yacimiento de Mohenjo Daro del III milenio a.d.n.e.

Algunas Diosas Hindúes


KALI
Kali es una de las Diosas principales del hinduismo y la santa patrona de la ciudad de Calcuta (Bengala, India).
Kali es una Diosa de historia compleja. Considerada en el pasado como aniquiladora del mal, para las creencias tántricas es la “realidad última” y la “fuente del ser”. El movimiento piadoso reciente concibe a Kali como la benévola y protectora Diosa Madre.
El consorte de Kali es el dios Shiva que frecuentemente aparece en la iconografía tendido a sus pies. A Kali se la considera el aspecto poderoso de la gran diosa Durga y en otra de sus manifestaciones Parvati, la esposa de Shiva y madre de Ganesha (deidad con cabeza de elefante).
Kali nos confronta con los límites de nuestra propia existencia. El negar la muerte o el sufrimiento es querer dar la espalda a una dimensión natural de nuestra existencia. Kali nos recuerda nuestra propia mortalidad y nos eleva por sobre la monotonía de la vida cotidiana y racional.


               Kali (la “negra”) o Cani (la “salvaje”). Así pues, muestra, tanto en el panteón mediterráneo como en el del Oriente Próximo o el hindú, una especie de doble rostro, teniendo, junto a su esencia creadora y protectora de la vida, otra bélica, cruel, aniquiladora: lo que también se repite en María (infra). La “madre feraz” se convierte en “madre feroz” en especial entre los asirios, por supuesto en Esparta, como Diosa de la guerra, y en la India, como “la Oscura, tiempo que todo lo devora, señora de los osarios, coronada de huesos”.
“Las cabezas de tus hijos recién fallecidos penden de tu cuello como un collar» canta un poeta hindú. “Tu figura es hermosa como las nubes de lluvia, tus pies están completamente ensangrentados”. Refleja el círculo de la vida natural, pero sobre todo las fuerzas generativas. Pues, de la misma manera que destruye, crea de nuevo; allí donde mata, devuelve la vida: Noche y Día, Nacimiento y Muerte, Surgir y Perecer, los horrores de la vida y sus alegrías proceden de las mismas fuentes, todos los seres surgen del seno de la Gran Madre y a él regresan.

DURGA

Del sánscrito: difícil de acercarse, inalcanzable. En la India es una de las deidades que tiene más templos erigidos en su honor.

En la iconografía es personificada con sus diez poderosos brazos, y montada sobre su vehículo, un tigre.
Se dice que Durga contiene la energía femenina de los dioses. Es radiante con luz enceguecedora, y redime al devoto de sus mayores pesares. Durga manifiesta valentía, conservando su humor aún en batallas espirituales de proporciones épicas.





PARVATI

Es considerada como la personificación de Shakti, la divina fuerza creativa femenina, o también referida como la Gran Madre Divina.

Parvati simboliza muchas de las virtudes veneradas en la tradición hindú, tales como la fertilidad, la felicidad matirimonial, devoción a la pareja, acetismo y poder.


 Según la leyenda, Párvati tuvo a su hijo mientras Shiva estaba en la guerra contra los asuras (demonios). Un día Párvati fue a bañarse, y le pidió a Ganesha que vigilara la puerta del aposento. En ese momento, Shiva volvió. Ganesha no reconoció a su padre, ni éste a su hijo, de modo que el joven dios le prohibió el paso. Shiva enfurecido, decapitó a Ganesha. Cuando se dió cuenta de que había matado a su hijo, y ante el llanto de la desconsolada madre, Shiva bajó a la tierra con la promesa de darle a su hijo la cabeza del primer ser que encontrara a su paso. Resultó ser un elefante, la nueva cabeza de Ganesha

LAKSHMI
Lakshmi es la diosa de la prosperidad, abundancia, pureza y la belleza. Es la consorte eterna del dios Vishnú y acompaña siempre a su esposo cuando baja a la Tierra en forma de avatar. Entonces ella es Sita (la consorte de Rama) o Radha (la consorte de Krishna).


           Lakshmi es la diosa que ayuda a lograr los objetivos, incluyendo la prosperidad en la vida de los seres humanos. Se la representa sentada en una flor de loto y sosteniendo lotos en cada lado, con sus cuatro brazos bendiciendo a los devotos y dejando caer de una de sus manos monedas de oro. Va escoltada de dos elefantes blancos símbolos de la fortuna.

Los lotos significan pureza y poder espiritual. La planta del loto, con sus raices en el lodo, eleva sus flores sin ser contaminadas por la suciedad, representando la perfección espiritual que se eleva por encima de cualquier contaminación mundana.





             Saraswati o Sarasuati es la diosa del conocimiento, de la elocuencia, la poesía y la música. Es una de las tres principales diosas del hinduismo (siendo las otras dos Lakshmi y Kali). Consorte de Brahma, uno de los dioses de la trinidad hindú (Brahma, el creador, Vishnu, el preservador, y Shiva, el destructor). Su belleza es tal que Brahma tiene cuatro caras para poder verla desde todas las direcciones

Su vehículo es un cisne blanco. Los hinduistas creen que si se le ofrece a un cisne una mezcla de leche y agua, es capaz de tomar sólo la leche. De esta manera, el cisne simboliza la capacidad de obtener sabiduría inclusive de lo malo.



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