HISTORIA DE UNA USURPACIÓN
CAPITULO VII-I
Eduardo Pedro García Rodríguez
Viene
de la entrega anterior
La leyenda creada por Fray Alonso de
Espinosa, nos habla de que en las postrimerías del siglo XIV o principios del
siglo XV, “fue depositada” en las costas de Güímar la imagen de las Diosa
Chaxiraxi, en la Playa
de Chinisay, y posteriormente trasladada al lugar donde se encuentra la
cueva del Mencey Añaterve donde se le creó un altar, próximo a otro dedicado a
la divinidad paredro protector de la naturaleza Chayuga.
La visión mercantilista de la iglesia
católica en Canarias, no ceja en crear nuevas fuentes de ingresos económicos,
como la explotación de la imagen de la Diosa Chaxiraxi en
su aspecto católico como Virgen de La Candelaria está a cargo de la congregación
dominica, el obispado de Chinech (Tenerife) no tiene acceso a los
importantísimos ingresos económicos que producen la custodia de la imagen, por
ello, el obispado ha decidido crear un denominado “Triangulo Mariano” dentro
del cual estaría comprendidas la
Cueva de Achbinico, la Cueva de Chinguaro y Chimisay (El Socorro), al
efecto se han iniciado una serie de obras faraónicas en las Cuevas de Chinguaro
en la que se están empleando ingentes cantidades de hierro y cemento, elementos
totalmente ajenos al entorno natural y naturalmente desvirtúan el lugar. Estas
obras son financiadas por el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Güímar,
es decir, con dineros públicos, pero la administración de este “Triangulo
Mariano” estará a cargo del obispado, ¡buen pelotazo! A costa de una usurpación
más de las tradiciones guanches.
El 27 de marzo de 1996 comienza el proceso
legal para desposeer a sus titulares del uso de las tierras de Chimisay
conocidas también como Llano de la
Virgen, en beneficio del obispado y su proyecto del
“Triangulo Mariano” amparados en el silogismo de: Bien de Interés Cultural,
siendo cómplices de este despojo “legal” El Cabildo de Chinech (Tenerife) y el
Ayuntamiento de Güímar, y el Gobierno supuestamente autónomo de Canarias.
En el caso de la declaración de “Bien de
Interés Cultural” para la Cueva
de Chinguaro, la incoación del expediente comienza el 5 de febrero de 1993 por
parte del área insular de Cultura, Educación y Deportes. El 14 de abril de 1999
es cuando la por aquel entonces consejera delegada de Cultura, Patrimonio
Histórico y Educación del Cabildo, Dulce Xerach Pérez, dicta otra resolución
por la que se modifica parcialmente la delimitación del suelo sujeto a este
expediente. El 6 de mayo de 1999, el Gobierno de Canarias aprueba el decreto
por el que Chinguaro pasa a ser un “Bien de Interés Cultural” con categoría de
Sitio Histórico.
Para afianzar y de alguna manera legitimar
este proyecto, se ha encargado un estudio arqueológico a destacados
profesionales de la arqueología, los cuales hasta la fecha han aportado
hallazgos de restos de centenares de restos de cerámica y alimentos, una
gran hoguera fija, que nuestros ancestros guanches utilizaron con fines
religiosos y rituales durante generaciones.
Siguiendo la tradición católica en esta
colonia de erradicar todo vestigio de la ancestral cultura espiritual guanche,
mediante dicho proyecto del “Triangulo Mariano” han cubierto el lugar de Cueva
de Chinguaro con miles de toneladas de cemento y hierro, destruyendo otro de
los lugares sagrados del pueblo canario.
Cueva Santa de Añaco.-
Situada en Igueste de Candelaria: “Igueste. Tf. ant. Top. Nombre
de un barranco que discurre por el municipio de Candelaria, localizado a 28° 23' de lat. N y 16° 23' de long.
O, y que en época precolonial pertenecía al bando de Güímar…
§ «Y el rey [de Güímar] le señaló término
particular, que llaman Igueste, donde se apacentase este ganado; con pena de muerte que
ninguno llegase a él» [Espinosa (1594, II, 7) 1980: 61].
§
«Ygueste» [Espinosa (1594, II, 7) 1907: 56].
§
«Gueste, T[érmino] jurisdicción] de Candelaria, en Tenerife» [Álvarez Rixo (ca.
1860) 1991: 71].
§
«IGUESTE. Caserío situado en tférmino] jurisdiccional] de Candelaria p[artido]
j[udicial] de Santa Cruz de Tenerife, isla de Tenerife» [Olive 1865: 552].
§
«Igueste o Gueste, Afldea] y Valle jurisdicción] de Candelaria, en id. [Tenerife].
§
«Igueste, lugar. Viera» [Chil 1880, II: 66].
[G-S-(T)] 'i-gásat, adj. vb. m. 'húmedo'.”
(Ignacio Reyes Garcia 2012).
Tras la
“aparición” de la imagen de la
Virgen de Candelaria o Chaxiraxi de los guanches y su
traslado posterior a la Cueva
de Achbinico, fue venerada por los naturales del Bando de Goymar, que le cedieron
un rebaño de 600 cabras que pastaban en el Valle de Igueste, destinado a tal
efecto por el Mewncey, teniendo pena de muerte el que intentase robarlo u osara
meterse con su ganado en dicho lugar. El responsable o mayoral de dicho rebaño
y paraje era el guanche Napay Guacherbe, después de bautizado por el rito
católico Francisco Napay.
En la
toponimia de este pueblo quedan vestigios de nuestros antepasados guanches, de
sus ritos y costumbres, como la
Montaña de Arguama o “Montaña Santa”, la “Laja del Diablo” en
Chacorche y “El granel de los guanches” (cueva en el barranco de Afirama).
Y entre los
yacimientos arqueológicos descubiertos en este lugar destacan numerosas cuevas
o auchones, tagoros, santuarios, majadas pastoriles, concheros y cuevas sepulcrales.
Añaco, la Cueva Santa de
Chacorche situada en la confluencia de los barrancos de Afirama y Chacorche,
en Igueste de Candelaria. Esta
cueva fue un lugar de recogimiento de maguadas o harimaguadas, sacerdotisas
guanches que cuidaban del culto a La Diosa Chaxiraxi,
ante de ser desfasadas por los dominicos.
Sería
deseable que mediante un Taller Escuela y con el apoyo del Ayuntamiento de
Güímar se recuperara el antiguo camino guanche empedrado que conduce hasta la
entrada de la cueva y se que prolonga hasta la actual carretera. Así mismo
sería deseable que dicha cueva fuese recuperada para usos públicos,
acondicionándola mediante el citado taller, levantando sus muros de piedra seca
cuyos cimientos aún perduran. Con ello el Municipio ganaría un lugar de interés
histórico, el cual debidamente acondicionado constituiría un atractivo cultural
y turístico más para La Villa
de Candelaria y para el pago de Igueste.
Hospital guanche de Chacorche.-
Cueva del
Hospital Guanche de Chacorche, Igueste de Candelaria, situada en el mismo
barranco de Afirama que como
expone el historiador Juan Bethencourt Alfonso estaba dedicada a hospital de
los guanches, al contrario de lo que su nombre nos indica, este hospital no
estaba dedicado a la cura de enfermedades físicas, lo que los sacerdotes
babilones trataban eran los maxios o espíritus arrimados.
En evidente
oposición a los lares, penates y genios, todos ellos espíritus y dioses domésticos benéficos, e incluso a
los manes, espíritus de los muertos en
general, los antiguos creían también firmemente en otras entidades maléficas, y de forma especial, que
los maxios volvían en muchas ocasiones
para atormentar o aterrorizar a los vivos.
Así,
llamaron maxios a los espectros o
aparecidos, y maxios arrimados a los espíritus que en determinados días tenían también el poder de regresar de
lo hondo de Chineche a la superficie con malignas intenciones.
Los maxios
son los espíritus de los muertos que
participan del poder de volver de Chineche a la tierra en determinadas
fechas para causar tormento a los vivos.
Nuestros
antepasados para curar a los enfermos víctimas de los maxios arrimados,
les sometían a verdaderos exorcismos y se hacían numerosas
ofrendas y sacrificios incruentos, al
tiempo que se internaba al paciente en los hospitales guanches donde
sacerdotes especializados luchaban por devolver al atormentado maxio a
Chineche, quemando antorchas de resina y
plantas olorosas ofreciendo víctimas propiciatorias. El citado Dr. Bethencourt
Alfonso nos dejó constancia de la existencia en Igueste de Candelaria del
hospital de Chacorche donde los afectados por los maxios arrimados eran
tratados por sacerdotes y sacerdotisas especializados, los cuales mediante
determinados rituales y no sin grandes esfuerzos trataban del devolver al maxio
arrimado a Chineche, algunos de estos maxios oponían tal resistencias que en
ocasiones ponían en peligro la salud psíquica y física del los kankus o
maguadas actuantes.
El respeto
por los espíritus de los ancestros de uno u otro signo inducían a considerar a
los que tenían un maxio arrimado, no como poseídos por un demonio, sino como
enfermos, y como tales eran tratados.
La secta de
la iglesia católica en su afán sincretizador vino a reconocer un poco tarde la
existencia de los espíritus malévolos, aunque naturalmente cargando el mochuelo
a su particular demonio, por ello asume que: “Se dice que un exorcismo es
solemne cuando es hecho oficialmente bajo la autorización de la iglesia
católica a una persona poseída por malos espíritus. La víctima debe mostrar
signos típicos que acompañan a los poseídos, entre ellos conocimiento de otras
lenguas, predicción del futuro, blasfemia y aborrecimiento de las cosas santas
tales como el agua, la sal o el aceite benditos, fuerza sobrenatural,
levitación etc.
Esta cueva
sufrió un derrumbe de la cornisa, posiblemente como consecuencia de la última
erupción del volcán de Arafo, que la sepultó, lo que restan de ellas su
propietario D. Manuel Rodríguez, las destino a como corral de cabras uso que
mantuvieron hasta hace poco tiempo. A pesar que esta cueva fue reutilizada
desde los albores de la invasión y ocupación de la isla, sería interesante
realizar en ella una prospección arqueológica.
Achbinico.-
Achbinico. Tf. ant. desús. Top. Cueva situada en
la costa del antiguo bando de Güímar, hoy perteneciente al municipio de
Candelaria, en el sur de la
Isla. Orientada al naciente, era usada para el ordeño de las cabras y, conforme sugieren las
investigaciones arqueológicas, para la realización de algún tipo de
culto. A ella fue trasladada la primitiva imagen de la Virgen de Candelaria. Expr. t.: Achbinico.
§ «Y para elto dallé orden que pues auia aparecido
ala orilla de la Mar,
la lleuen a vna cueua // que efta junto a ella, donde folian ordeñar fus ganados, y la llaman
Achbinico, que los Chrillianos llamaron despues cueua de San Blas» [Espinosa
1594, II, 8:
43r-43v].
— [T? + B-N-K-W] 'hata-abankáw> at-binko
> acbinko, m. sing. lit. 'he aquí el derrame'.
Fonética. *t > c /tf,/, por palatalización. || *-áw > -o, por contracción.
Fonética. *t > c /tf,/, por palatalización. || *-áw > -o, por contracción.
N. B. El entorno prosódico
invita a considerar la consonante paladial (ch) del registro como una labialización de la sibilante (s
> s ///), por asimilación a distancia con /w, u, o/, que marcaría una eventual forma causativa del nombre verbal. Pero
no se ha podido atestiguar este cambio fonético en las variedades continentales, por lo que resulta
más convincente aceptar la variante palatalizada de la partícula presentativa,
at > ac /atf/. rj]7 at;
[B-N-K-W] binico. (Ignacio Reyes García, 2011).
Es más que probable que el ordeño realizado
en esta cueva santuario fuese el de los hatos sagrados de la Diosa, en épocas invernales,
pues como es sabido la migración de los ganados era estacional, por lo que en
invierno los ganados eran llevados a pastar en las zonas costeras.
Las
relaciones de Poder, constituyen sistemas regulados y concertados, que están
profundamente arraigados en la trama social. En una comunidad, los individuos
son normalizados por su Cultura. La complejidad de la estructura cultural es un
reflejo de alguna propiedad de la propia cultura.
La Cueva de Achbinico renombrada por el
catolicismo como Cueva de San Blas,
fue tras la invasión y ocupación colonial el primer santuario de la isla en
importancia y difusión religiosa cristiana e históricamente también fue el
primer santuario de la
Diosa Chaxiraxi
advocada posteriormente a la
Virgen de Candelaria y a San Blas, se encuentra justo detrás
de la actual Basilica de Candelaria.
Se trata de
una cueva alargada y profunda, su techo tiene forma de cúpula y está ubicada en
la orilla del mar. Sus medidas son de 14 metros de largo por 6 de ancho y 5 de
altura.
En esta cueva
fue el primer santuario cristianizado de La Diosa Chaxiraxi
donde nuestros antepasados guanches colocaron la adorada imagen. Cuando fue
trasladada y colocada en dicha cueva hubo fiestas populares, esto fue en el año
1446.
Cabe la
posibilidad de que esta primera imagen de La Diosa Chaxiraxi
introducida por los predicadores franciscanos fuese hecha de terracota como la
de la Virgen
de Las Nieves en Benahuare (La
Palma), la cual esta construida de este material y
actualmente se sostiene gracias a una funda que la presiona evitando su
desmoronamiento, así pues en este supuesto seria posible que la imagen
primitiva sufriera desperfectos insalvables, siendo sustituida por otra
posterior según puede deducirse de un documento rescatado y hecho publico por
el investigador Lorenzo Santana Rodríguez:
“Para
concluir este somero estudio sobre los inicios del culto candelariero hemos
escogido un tema que nos permitirá retrotraernos a la época anterior a la Conquista de la isla,
pues nos proponemos hacer un primer intento de reconstruir la tradición de
los guanches sobre la
Candelaria a partir de los detalles que ellos mismos aportan
en el conocido como pleito de los naturales, pues no es lo mismo oír
lo que Espinosa dice que a su vez dicen los guanches, que el escuchar a estos
directamente. En otro estudio adelantamos el comienzo de este pleito hasta el
año 1544, como se deduce de una carta de poder otorgada en la ciudad de La Laguna el 11 de septiembre
de ese año:
Sepan
cuantos esta carta vieren cómo yo, Pedro Goçón, cl[é]rigo presbítero,
beneficiado de este término de Güímar, que es en esta isla [d]e Tenerife, y
cómo nos, Pedro Delgado, y Juan Gaspar, y Juan Hernández, y Juan Castellano, y
Luis Hernández, y Juan Castellano, y Luis Hernández, y Pedro Madalena, y Juan
de Santa Cruz, y Antón Gutiérrez, y Juan de Baltazar, y Juan de Tacoronte, y
Luis García, y Pedro Hernández y Luis Hernández de Ibavte, vecinos y naturales
de esta isla de Tenerife, moradores en el dicho término de Güímar y de Nuestra
Señora Candelaria, por [n]os y por los demás vecinos y moradores del dicho
término, por los [c]uales hacemos y prestamos voz [y] caución (… otorgan poder
general de Gutierre de Trejo, clérigo presbítero, beneficiado de Nuestra Señora
de la Consolación
de Santa Cruz, para…) pedir y suplicar que no c[on]sientan ni den lugar a que
la iglesia de Nuestra Señora d[e] Candelaria, que al presente est[á …] se mude
del lugar dond[e …] está hecha y edificada […] allí donde está nosotr[os y
nuestros] padres la ayudaron a [… edi]ficar con limosnas que […] dieron. Y, así
mismo, [… pue]da pedir que la ima[gen de Nuestra] Señora no se saque ni […]
dicha iglesia para la ll[evar …] a otra parte, por[que donde(?) al(?)] presente
está ha esta[do …] continua desde que la [dicha(?) imagen(?)] se hizo. Y, así
mis[mo, pue]da pedir y pida [que en la dicha] iglesia de Nuestra Señor[a de(?)
Cande]laria se nos admini[stren los(?)] sacramentos de la Igles[ia …] bautismos, como
de vela[ciones …] entierros y otras cosas […] todo no se hace en la dich[a
iglesia] por estar en po[der(?) …] de la Orden de Santo Domingo, de que todos nosotros y
los demás vecinos del dicho término padece[m]os por no tener quién en la dicha
iglesia de Nuestra Señora nos administre los dichos sacramentos.
Como dicen
los guanches: “porque ellos ayudaron a hacer la dicha iglesia e imagen”; o como
dicen en el documento que se elevó a público: “porque donde al presente está ha
esta[do …] continua desde que la dicha imagen se hizo”. Por la significación o novedad
que supone esta afirmación, hemos optado por reproducir la minuta en su
totalidad y el poder en su mayor parte, pues para defender sus derechos sobre
la imagen los guanches manifiestan, sin ninguna clase de reparos o dudas, que
tienen memoria de cómo sus antepasados ayudaron a hacerla, es decir que
ayudaron a costear su pago, lo que entra en flagrante contradicción con el
relato de Espinosa, que afirma que ésta había aparecido en una playa a los
naturales ciento y cinco años antes de la Conquista de Tenerife.
La cuestión
que nos proponemos clarificar es que en el caso de la Candelaria, al igual
que en el la Virgen
de Pino de Gran Canaria, se produjo una sustitución de la imagen original, y en
ambos casos, aunque inicialmente no parece haberse planteado un problema
devocional, finalmente se acabó ocultando este hecho. El profesor Hernández
Perera dató hacia la década de 1440-1450 la imagen de la Candelaria.
Al frente
del santuario de la Diosa
Madre Chaxiraxi en Achbinicó estaba la orden
religiosa guanche encargada del cuidado de la imagen y del culto, el clero de
Kankus y Maguadas, los cuales fueron masacrados en Achbinico por el invasor
Alonso Fernández de Lugo. Después de acordada las denominadas “paces de Los
Realejos” el 29 julio de 1496. Una vez consensuadas dichas “paces”, el siguiente
movimiento del invasor consistió en subir por las cumbres del Realejo con
parte de su ejército de mercenarios y bajar al Valle Sagrado de Güímar, hasta la playa de Igueste,
lugar donde esta ubicado el santuario Achbinico, tomar posesión por la fuerza
de la armas de la imagen de Nuestra Señora Chaxiraxi, ordenando cortar el
cuello de los Kankus y Maguadas que cuidaban de la misma. Con este acto, los
invasores dieron por sometida la isla, pues la Diosa Madre Chaxiraxi
era el elemento uniformador y cohesionador de todos los meneceyatos de Chinech
(Tenerife), el cuidado de la imagen secuestrada quedó a cargo en un principio
del anciano capellán francés Pedro Roberto Sablé, conocido por Pedro de
París. (G. Adarguma)
Esta
execrable acción es presentada por
algunos “piadosos” cronistas como un acto de acción de gracias por haber
sometido la Isla,
pues los
milites celebraron en esta cueva la primera Fiesta de las Candelas en
1497, coincidiendo ésta con la
Festividad cristiana de la Purificación de la Virgen, y sacaron la imagen en procesión por los
arenales de la playa.
Todo ello a
pesar de que este menceyato era uno de los denominados de paces por lo que es
presumible que en el mencionado tratado se incluyera alguna cláusula de
salvaguarda de la imagen a favor de nuestros ancestros, razón por lo que en un
principio los invasores dejaron a la
Diosa en su santuario de Achbinico, y decimos de momento
porque, como veremos en el denominado pleito
de los naturales, los católicos andando el tiempo no cejaron en apoderarse
de la imagen y con ella toda la teología de la Iglesia del Pueblo
Guanche, como tendremos oportunidad ver.
En los
primeros tiempos de la usurpación era el clero secular, o diocesano, el que
atendía espiritualmente el templo cueva, mientras que un ermitaño guanche se
encargaba de su limpieza y de recibir a los peregrinos.
El año 1526,
el día 2 de febrero, se traslada la imagen de la virgen desde la cueva a su
nueva ermita sobre la que posteriormente se construyó la Basílica de Candelaria a
unos pocos metros de la cueva. En dicha cueva está ahora también una imagen de
San Blas, cuya imagen primitiva fue colocada ahí en 1530, sustituyéndose más
tarde por la actual que es del escultor orotavense Fernando Estevez. Y una
replica en bronce de la imagen
original de la Diosa
Chaxiraxi.
Tras
construirse la ermita de San Blas que recubre actualmente la cueva, se
convirtió la ermita en la primera construcción cristiana del Valle Sagrado de
Güímar, siendo también la primera parroquia. Actualmente en el interior de la
cueva hay también una réplica e Posteriormente, y ya bajo el control de los
católicos esta cueva también tuvo especial relevancia para los guanches del
lugar ya que, hasta el primer cuarto del siglo XVI, fue el único lugar destinado
como receptor de enterramientos de los guanches cristianizados en todo el Valle
de Gúímar.
Aspectos arqueológicos del lugar.-
Diversas
excavaciones arqueológicas han demostrado que la cueva era un lugar de culto
guanche desde mucho antes de que nuestros ancestros colocaran a la imagen de la Diosa en ella. Según
recientes excavaciones arqueológicas las capas de cenizas encontradas y
sometidas al examen del carbono 14 dan una antigüedad de más de tres mil años. En esta cueva se
mantenía un fuego encendido permanentemente, tal como lo practicaban los
fenicios de Cartago en su culto centrado en el Fuego Sagrado de las ciudades,
se extendió por todas las colonias de Tiro, y asumido por otras culturas como
los templos dedicados a la
Diosa Hestia en la antigua Grecia (La Vesta romana), Diosa de la
cocina, quien protegía a los niños pequeños y a las vírgenes, la arquitectura,
el hogar, o más apropiadamente, del fuego que da calor y vida a los hogares.
La
veneración al fuego fue el rasgo característico de casi todos los pueblos de la Antigüedad junto con el
culto a la Sol,
de quien no puede fácilmente disociarse, ya que las divinidades solares a veces
también lo eran del fuego.
El hecho de
tener la cueva un carácter sagrado desde tiempos muy antiguos justificase el
hecho de que tras la invasión y conquista europea nuestros antepasados colocara
a la Diosa
precisamente en esta cueva y no en otro lugar.
Grabados rupestres.-
El conjunto
lo constituyen varias estaciones de grabados rupestres y una serie de cavidades
naturales que se abren en el acantilado costero y en la desembocadura del
Barranco de Tapia. Estos yacimientos arqueológicos han recibido un trato
diferente a lo largo del tiempo, lo que ha ocasionado la ruptura de este
conjunto. En efecto, la conquista de la isla supuso la implantación de un nuevo
orden socioeconómico y religioso, que propició que las unidades fueran siendo
poco a poco desposeídas de su carácter de documento histórico y sólo la Cueva-Ermita de San
Blas, que tenía una directa relación con la nueva religión mantuvo cierto
protagonismo. Esto supuso la desmembración de un conjunto que en su origen
debió tener un comportamiento unitario.
Recuperar el
sentido histórico de este ámbito costero solo se puede plantear desde una visión
global. En este sentido, se intentó desde un principio reconstruir, en la
medida de loposible, su autentica dimensión, así a la emblemática Cueva-Ermita
de San Blas, pronto sele sumaron varias cuevas naturales de similares
características físicas, es decir, con buenas condiciones para su ocupación
como recinto habitacional. En algunos casos se pudo constatar su uso en época
aborigen, mientras que en otras esto fue imposible dado el nivel de alteración
que habían sufrido. A estos recintos habitacionales hay que añadir varias
estaciones de grabados con las que comparten el mismo territorio.
Estos
yacimientos conforman una unidad histórica indivisible, en tanto en cuanto son
los vestigios materiales de una formación social, los guanches, y como ya hemos
mencionado, forman parte indiscutible de la historia de un pueblo, el de
Candelaria, y por extensión de la isla de Tenerife. (Estervina Borges
Domínguez, y Cipriana Borges Domínguez)
La Diosa Tanit, otros aspecto de La Diosa Madre
Chaxiraxi.-
Digamos que
la energía femenina, vamos ahora a llamar así a la energía de La Diosa Chaxiraxi,
es muy compleja y es difícil, por no decir imposible, de encasillar por la
mente humana con un arquetipo único, por rico y amplio que éste sea. Pero para
aproximarnos a su comprensión, digamos que la energía de la Divinidad tiene un
carácter “multipolar”, que partiendo de un mismo núcleo común a todos estos
arquetipos, la fuente creativa y generativa, se encarna y manifiesta en la
creación terrestre/humana con múltiples caras y polos, con múltiples aspectos y
facetas diferentes, con distintas variantes periféricas que han llevado a los
seres humanos que la captan a sentirla y representarla mediante deidades
arquetípicas que presentan bastantes diferencias externas, pero siempre
partiendo de un mismo núcleo común Madre-Mujer receptivo, creativo, generativo.
Según expone
el Dr. En Biología en la
Universidad Mayor de San Marcos en Lima, e investigador de
las religiones antigua Guillermo Llerena Cano:
“En el norte de África, al oeste del valle del
Nilo desarrollaron un conjunto de etnias autóctonas del Magreb, los bereberes,
amazig o mazigios; que fueron conocidos por los antiguos romanos
como numidios y por los europeos medievales como moros. En las actuales Islas
Canarias, se establecieron como la etnia Guanche, una civilización generada a
lo largo de siglos por los primeros pobladores de estos territorios. El nombre
guanche de la Diosa
madre aborigen es Chaxiraxi, que significa según tergiversada traducción
castellana ”Madre del Sol” o ”La que carga al Rey del Mundo”. Es en
realidad otra visión de Tanit, la
Diosa madre del Magreb y del Mediterráneo; es una de las
innumerables denominaciones dadas a la gran Diosa de la fertilidad. La fiesta
del Beñesmer guanche (la cosecha) estaba consagrada a Chaxiraxi.” (Guillermo
Llerena Cano, 2010).
La Diosa en su aspecto como
Tanit y su origen africano.-
La
primigenia religión del los pueblo imazighen o amazighs (bereber)
que en la lengua tamazigh quiere decir “los que son libres, o
hombres libres” es el conjunto de
antiguas creencias y deidades del pueblo amazigh en sus territorios históricos
en el norte de África y en el Archipiélago Canario. Muchas de las antiguas
creencias amazigh tuvieron un alcance local, mientras que otras fueron
importadas o producto de diversas influencias, debido al contacto que a lo
largo del tiempo tuvieron estos pueblo con diversas religiones: africana,
egipcia, fenicia, ibérica y griega (especialmente en la época helenística;
también tienen en ella actualmente una fuerte presencia el judaísmo y del
cristianismo.
El influjo
más reciente en el continente proviene del Islam y de la tradición, que data de
época medieval. Muchas de las antiguas creencias mazighias aún perviven en la
cultura popular y en la tradición imazighen.
Antes de que
naciera la civilización cartaginesa ya preexistía el culto a la Diosa Tanit en las
tierras meridionales que bordean el Mediterráneo occidental. Tanit ya era adorada en las tierras
norteafricanas mucho antes de la llegada de los fenicios.
Cuando
Cartago se fundó ésta ciudad adoptó el nombre de esta Diosa regional, pues
encontraron en ella semejanzas con Astarté, la diosa fenicia a la que sus
padres y antepasados previamente habían rendido culto en la tierra de Canaan
(el Líbano).
“Los
fenicios levantaron nuevos templos a sus dioses orientales importados, como,
Hammon, Baal, Bes... pero Tanit... preexistía. Muchos santuarios de esta
diosa eran anteriores a los cartagineses y estos únicamente continuaron y
renovaron el culto, integrándolo en el panteón y ritos de sus divinidades
traídas de Oriente Próximo, sustituyendo a Astarté y emparejando a esta
occidental divinidad femenina que ahora asumían con su viejo dios guerrero
Baal.
La cultura
púnica fue el resultado de la fusión de la colonia fenicia de Cartago en Túnez
con la cultura mazigia del norte de
África durante el primer milenio antes de Cristo, y que les hizo cambiar a los
fenicio-cartagineses tanto su alfabeto
original como la adoración de su ancestral Diosa Astarté por otra similar denominada
Tanit.” (Kababelan)
Cartago
empezó sus alianzas con las tribus imazighen tras la Batalla de Himera, en la
cual los cartagineses fueron derrotados por los griegos. Además de los cambios
políticos subsiguientes, los cartagineses importaron algunas deidades mazigias.
La Diosa Astarté fue
sustituida por una Diosa nativa, Tanit, que es de origen mazigio.
Su mismo
nombre, “Tanit”, tiene estructura lingüística
tamazight, pues los nombres femeninos comienzan y terminan con “T” en
lengua tamazight. Algunos estudiosos piensan que la Diosa egipcia Neith está
relacionada con la Diosa
libia Tanit (Ta-neith).
La Diosa Tanit primero
como queda dicho aparece asociada a Astarté en una inscripción encontrada en
Sarepta, en el sur del Líbano, de fines del siglo VIII-inicios del VI a.e.a.
Pero a
partir del siglo V a.e.a. se convierte en la diosa principal del panteón de
Cartago, substituyendo a su predecesora. En la epigrafía a menudo aparece
denominada Tnt pn B’l (Tanit faz de Baal). A partir del 400 a.e.a., su culto
está documentado en muchos lugares mediterráneos: Sidón en el Líbano; Kition en
Chipre; Thinissut, Hadrumentum y Constantina en el norte de África; Tharros,
Sulcis y Nora en Cerdeña; y Lilibeo y Palermo en sicilia. Su grafía en púnico
es Tnt, dado que las lenguas semitas se escriben sin vocales.
Pero, a
pesar de que su nombre aparece escrito como Tanit, por algunas inscripciones
bilingües norteafricanas, sabemos que en griego se transcribe como, y que, en
consecuencia, su pronunciación verdadera, al menos en época tardía, sería
aproximadamente Tinnit.
Tanit es una
Divinidad de carácter astral, representada por el creciente lunar, por ello
regía los ciclos de la naturaleza y, por tanto, la fertilidad de la tierra,
pero también de los animales y de las personas. Tiene igualmente un carácter de
Diosa ctónica, del subsuelo, y por tanto del infierno, la salud y la muerte,
por lo que es protectora de los difuntos.
Mientras que
su asociación con el león, influencia de la diosa egipcia Sehmet le confería un
carácter guerrero casi inédito en la época.
Justamente,
en algunas representaciones de terracota la Diosa aparece entronizada, como símbolo de su
poder. Así mismo, el gran número de exvotos en forma de figuras femeninas
acampanadas cubiertas con un manto en forma de alas (influencia de la egipcia
Isis), con sus atributos religiosos de carácter vegetal y astral,
iconográficamente coinciden bien con representaciones de esta Diosa.
La asociación
en Cartago de Tanit con la divinidad de origen egipcio Sid, representada por el
pilar djet y cuyo culto se celebraba también en una cueva, plantea la
asociación de esta Diosa con el pilar como elemento de culto (Sd-Tnt = Tanit la
del Pilar) y, por tanto que, dado que la tradición anicónica de los pueblos
semitas, que su imagen de culto fuera un pilar, o un betillo. Justamente, los
pequeños betillos y las diferentes terracotas encontradas en Culleram (Ibiza) ilustrarían, al menos
teóricamente, el paso de las representación anicónica (betilo, ídolo-botella) a
la ictónica (figuras femeninas).
Es Gran Madre, Diosa suprema:
creadora, fertilizadora y regeneradora,
Diosa del amor y de la vida, de la cultura y la belleza, de la danza, de
la alegría y también de la muerte.
Hay constancia de que, en el continente, la Diosa Tanit se asimiló
con la romana Juno, posiblemente después de la invasión de Cartago por los
romanos.
Tal como argumenta el Dr. Reyes García; “Un recurso frecuente en la implantación de las ideologías religiosas
ha sido la absorción de cultos nativos. Los griegos, por ejemplo, dedicaron al
dios Pan, protector de los rebaños y pastores, la antigua celebración del
solsticio de invierno. Posteriormente, el cristianismo instaló la Navidad de su dios en el
natalicio de esa divinidad helena. Como también domicilió la tumba del apóstol
Santiago sobre el finis terrae
clásico, impregnando de intereses evangélicos, mercantiles y políticos la
inmemorial peregrinación hacia el límite occidental del mundo conocido, la
última frontera que guardaba los arcanos del misterioso declive solar.” (Ignacio Reyes García, 2011).
Como es sabido en todas las
Islas el panteón local estaba presidido por la Diosa Madre bajo
diversos aspectos, con sus correspondientes dioses paredros, por ello al catolicismo no le fue difícil el
imponer sus dogmas marianos sustituyendo los nombres de los aspectos locales de
la Diosa por otros de la madre
de Jesús, pues si bien para el catolicismo María la Madre de Jesús podía tener
la consideración de divinidad de segundo orden, no así para los catequizados
que veían en ella a la Diosa Madre bajo otros
nombres y otros ropajes. Por otra parte, no deja de ser singular el hecho de
que la presentación de estas imágenes sus vestimentas están colocadas de tal
manera que representan un triangulo rematado por un círculo (la corona), además
están adornadas con los atributos propios de la Diosa Madre, tales
como estrellas de de ocho puntas, lunas crecientes etc.
Puede decirse que los
Insuluamazigh hemos mantenido nuestra especificidad cultural gracias a una
capacidad de adaptación prácticamente camaleónica, que nos ha permitido, entre
otras cosas, pasar por católicos cuando en sentido estricto dicha condición es
cuestionable en base a manera especial en que la mayoría del pueblo canario
practica el catolicismo.
En Canarias, la Diosa Madre fue
absorbida por el catolicismo y sus atributos aplicados a María madre de Jesús. Es un hecho
que el sentimiento religioso primitivo se reviste de formas nuevas, pero
siempre subyace en la memoria colectiva.
Cabe preguntarse porque
una religión que trata de imponerse con toda la fuerza y el poder de que
disponía en aquellos momentos, siendo predicadora de un dios único y masculino,
decidió fomentar la veneración a
divinidades secundarias femeninas en lugar de su deidad central el
Cristo.
Continua.
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