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jueves, 16 de agosto de 2012

LOS ANTEPASADOS






LOS ANTEPASADOS


“Ocupan un puesto privilegiado en el sistema religioso del canario en su vida diaria.

Los antepasados constituyen el vínculo más fuerte entre los seres humanos y el otro lado.

Los antepasados siguen siendo cabezas de familia. Están al corriente de los acontecimientos familiares, favorecen y protegen a los vivos, Son los mejores intermediarios entre el ser supremo y su pueblo.

Son el canal privilegiado por donde nos llegan la vida y las bendiciones de la  Diosa Madre Chaxiraxi.

En cuanto acontece la muerte se les ayuda por medio de ofrendas diversas para que logren llegar lo más rápidamente al lugar de los muertos: al Seno de Magek. Los antepasados no pueden acceder al país de los muertos, si los mortales no les celebran los funerales dignos de su rango, hasta tal punto que se suele depositar comida encima de la tumbas de los difuntos para que se alimenten y puedan atravesar el espacio, que les permita acceder al país de los muertos.

Una vez llegados a ese país de los muertos se les sigue presentando sacrificios no cruentos y peticiones.

Estos sacrificios no cruentos son la manifestación de respeto, de confianza, de gratitud, hacia aquellos que nos transmitieron la vida. Desde el más allá, siguen siendo los guardianes de las costumbres, tradiciones y los guardianes de la moral del pueblo al que siguen perteneciendo.

Los canarios explicamos de esta manera el tránsito a la otra vida del Espíritu Vital: "El que muere se convierte en aire. Vive en el aire y, como el viento, se hace invisible y circula entre las personas y las cosas en toda libertad.

No los vemos, pero están ahí, junto a nosotros. Escuchan nuestras conversaciones, contemplan nuestro trabajo y asisten a nuestras reuniones.

No los vemos, no los podemos ver, como tampoco podemos ver el viento que a veces nos sorprende por su violencia. Sin embargo podemos constatar su presencia en los sueños. Es ahí donde intervienen y nos dan a entender si hemos obrado bien o no, si hemos olvidado alguna ceremonia, o si conviene hacer un sacrificio, una ofrenda, o recriminar la actuación de algún miembro de la comunidad.

Siempre se nos han aparecido en casa o en sus inmediaciones, como los conocimos en vida. Vivimos juntos unos y otros. Somos habitantes de un mismo mundo, esa es la realidad, aunque Chaxiraxi, no quiere que nos veamos".

Los ancianos.

Los ancianos son el eslabón de la cadena que une a la familia-auchón, con los antepasados.

Los ancianos son los depositarios de los mitos y de la sabiduría ancestral. En tierra canaria, los mayores son los garantes y guardianes de las costumbres y tradiciones. De ahí el lugar preponderante que ocupan en el seno de la sociedad y el gran respeto con el que se les rodea.

El hombre, viviendo en contacto permanente con una naturaleza hostil, hace la experiencia constante de su debilidad, de su fragilidad. Encuentra su fuerza y su seguridad en el grupo.

Unido a la gran familia, puede cultivar, cosechar dedicarse a sus actividades laborales, y defenderse del enemigo. Es en el grupo en donde el hombre canario  encuentra su alegría y desarrolla todas sus potencialidades. Con el grupo, el hombre africano canario se siente fuerte.

En las sociedades agrícolas, al grupo le viene la fortaleza por la cohesión interna y gracias a la unión del grupo con sus antepasados. La vida sería arriesgada si tuviera que ser inventada cada día. La tradición es la vida y romper con la tradición es arriesgarse a morir.

- El antepasado ha construido una casa y nosotros hemos de mantenerla para que dure. El antepasado nos ha dado la fecundidad; nos ha dado una azada y nosotros nos hemos agachado para cultivar nuestros campos, para producir nuestra comida y para engendrar nuestros hijos. Así es como la familia perdurará…"

El individualismo es el mayor enemigo de la vida familiar canaria. La vida en familia exige que cada uno de los miembros se ponga al servicio de la comunidad: la solidaridad es el gran valor y el mayor mal es el individualismo. Toda búsqueda del interés particular en detrimento del interés del otro es condenado, como contrario a la vida de la familia. En la familia, nadie puede pretender ser más que el otro y vivir mejor que los familiares que le rodean. Existe una única jerarquía basada en la edad y cada uno tiene que quedarse en su lugar, de lo contrario, la paz familiar está amenazada. Si las diferencias se consumaran, se puede provocar la ruptura y quizá algún miembro esté obligado a emigrar del ámbito familiar y buscar a constituir otro hogar, con los riesgos
que conlleva el aislamiento.

Es la familia la que construye el templo sagrado en donde la "mater familias" ejerce de
sacerdotisa, sobre todo a la hora de ofrecer sacrificios rituales no cruentos a los espíritus. Es en este lugar sagrado en donde se reunirán los miembros de la familia para alabar a la Diosa.

Insisto, el individualismo es el gran enemigo de la cohesión familiar y de la religión de la familia. En estas circunstancias, se llega a sospechar que algún miembro que se haya enriquecido, haya podido emplear sus dones personales para emerger por encima de los demás. La creencia familiar afirma que si una persona se enriquece sin causa suficiente es porque ha roto el pacto de solidaridad familiar y por ende ha roto también la armonía en la relación con los espíritus de los antepasados y con los propios antepasados. Si esto ocurriera, y para recuperar la paz en el seno de la familia, existen ritos de reconciliación en el seno de los cuales se destruyen los posibles genios negativos personales.

Como ya hemos visto, esta religión tradicional canaria está estrechamente ligada a la vida de la familia y a la estructura social de los poblados. Es una religión cercana al hombre que está continuamente enfrentado a necesidades concretas. Está confrontado a las necesidades de la existencia cotidiana y la primera de ellas es la lucha por la subsistencia, la lucha contra la enfermedad, la lucha contra los enemigos de todo tipo.

El núcleo de dicha religión es la vida: su propagación y su preservación. El canario tiene un alto concepto del don de la vida, como el bien supremo que concede la Diosa, dueña suprema de la vida y de la muerte, le ha dado. Este don de la vida le ha sido transmitido por medio de los antepasados.

Es una vida que se vive en comunión con todos los suyos: los de la tierra y los del otro lado.

Esta necesidad corresponde a la voluntad firme de vivir juntos.” (Eugenio Bacaicoa Artazcoz, 2009)


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