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miércoles, 18 de septiembre de 2013

LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS-XVIII-III






VOLUMEN III

CAPITULO XVIII-II

Eduardo Pedro García Rodríguez


ALGUNOS TEMPLOS CATOLICOS DEDICADOS A LA DIOSA MADRE CHAXIRAXI EN SU ASPECTO COMO VIRGEN DE CANDELARIA

CHINGUARO:

 

[Chinguaro. =La(s) (cueva) de reunión. Ignacio Reyes]. Auchón de verano del Mecey de Güímar y primer santuario de la imagen de Nuestra Diosa Madre Chaxiraxi después de la supuesta aparición en las costas de Güímar.
Como nos dice el propio Espinosa: […] Pues, siendo socorridos y ayudados, tornaron a prose­guir su camino, hasta llegar a las moradas del rey de Güimar, que eran como media legua, de donde la santa imagen apareció en un barranco; y el lugar de su habitación llamaban Chinguaro. Donde, en un canto de la morada, sobre unas pieles de cabras y ovejas (que otras alfombras ni doseles no tenían), la pusieron con la decencia que sabían y podían hombres que no estaban acostumbrados a reverenciar ni ado­rar dioses ni estatuas, ni tratar cosas divinas.” Esta es otra afirmación gratuita fruto de la fértil imaginación de Espinosa, o un intento más de este cronista por ocultar la realidad de la compleja teogonía guanche.

Ya por aquella época el Menceyato de Güímar debía ser feudatario del de Taoro, siendo mencey del mismo Acaymo, quien se da por sentado que gobernaba en tiempos de la “aparición” de la imagen de la Diosa Chaxiraxi. Por su parte, Juan Bethencourt Alfonso, recoge para esa época los de Dadarmo el denominado Rey de las Lanzadas, quien figura el acta del Bufadero suscrita por los nueves menceyes de Chinech y el colono señor de las islas orientales Diego García de Herrera, en el año 1464. También se menciona a un mencey denominado Sortiban, quien según Bethencourt por causa de una ceguera abdicó en su hijo Añaterve.
Fue precisamente este Añaterve quien permitió la actividad adoctrinadora de los frayles de la secta católica en sus dominios, donde erigieron una eremitario y casa de contratación.
Esta actividad adoctrinadora por parte de los frayles, junto con la conflictividad que existía entre el menceyato de Güímar y otros menceyatos de la isla, especialmente con el de Taoro, influyó de gran manera en las relaciones amistosas que el mencey de Güímar estableció con los invasores conquistadores.
Posiblemente fue esta situación de dependencia de Acaymo la que le  indujo convocar a los demás menceyes de la isla para dilucidar el lugar mas conveniente donde situar el santuario de la Diosa Madre Chaxiraxi, según se desprende del relato-ficcion- de Espinosa: “Es el bien de suyo tan amigo de compaña que, por gran­de que sea, no da el gusto a solas que da estando acompa­ñado; porque como de suyo es difusivo, no es bien si no es comunicado, y comunicado crece. El rey de Güimar, del bien que poseía no poco avaro, pareciéndole no tener perfecta posesión del, si no lo comunicaba, envió sus mensajeros a los comarcanos reyes, para que todos participasen del. Prin­cipalmente dio aviso al rey de Taoro, que llaman Betzenuhya, que, como más poderoso y rey de mayor y mejor término y de más número de vasallos, tenia casi sujetos y avasallados a los demás reyes, que le pagaban parias y reconocimiento; y entre otras condiciones y leyes que tenia puestas, y ellos pro­metidas, era una que le avisasen de las cosas memorables que en sus reinos aconteciesen.
Y la razón de mandar aques­to era recelarse de gente extranjera, Porque había en este tiempo entre los gentiles un profeta o adivino, que también decían ser zahori, al cual llamaban Guafiameñe, que profeti­zaba las cosas venideras, y éste les había dicho que habían de venir dentro de unos pájaros grandes (que eran los navíos) unas gentes blancas por la mar, y habían de enseñorear la isla. Y por esta ocasión había el rey de Taoro mandado le diesen aviso, y así lo hizo el rey de Güímar, diciendo que una mujer extranjera había parecido en su reino a la orilla de la mar, que resplandecía más que el sol, y mostraba en su rostro gran señorío y majestad, que viniese de paz, si quería gozar de su vista.
Sabida la nueva, vino el rey de Taoro de paz con seis­cientos hombres que le acompañaban. Y habiendo visto la santa imagen, y siéndole contado lo que con los pastores, y con ellos había acontecido, y departiendo sobre ello, no de­terminándose, esperaron a que los demás reyes se juntasen y viniesen. Vino el rey de Abona, y el de Adeje, el de Anaga, de Tegueste y Tacoronte. A visita de reina bien es se junten los reyes. Juntos y hablados, en lo que se resuelven es en admiración y espanto. Al fin queda consultado entre ellos, asentado y recibido, que aque­llo debía de ser alguna cosa del cielo, y como tal fuese reve­renciada. Y que para esto le diesen aposento por si, porque con el humo de las teas que encendían en la casa del rey no se percudiese, ni con la frecuencia de tratarla se le perdiese el respeto.

El rey de Güímar o por ofrecimiento y comedimiento que con el rey de Taoro quiso tener o por no entender ni estimar lo que en su poder tenia, dijo al rey de Taoro que le parecía sería bien que todos participasen deste bien, y para esto que  partiesen el año y que la mitad de él estuviese aquella mu­jer en su reino de Taoro y la otra mitad en el suyo de Güimar, donde había aparecido. Respondió el rey de Taoro una razón más que de gentil (porque aun debajo de aquellas pie­les y tamarcos había ingenios subidos), dij0:—Aunque tengo el ofrecimiento en mucho, no acepto al presente el partido, porque a una cosa celestial, como entiendo debe ser ésta, más respe­to se le debe que ése, y será más razón, que yo y mis vasa­llos vengamos de nuestra» casas a servirla y visitarla, que no que ella vaya a visitarnos a nosotros; porque si ella gustara de habitar en mi reino y de que allá la sirviéramos y tuvié­ramos, ella apareciera allá; pero, pues apareció en tu reino, su voluntad es estar en él; y pues hemos tratado de paces, siendo esta mujer la interventora, guardemos la paz, que, habiéndola, habrá comunicación. Dicho digno de rey, y para entre reyes.

Comenzaba ya esta señora a hacer de las suyas, disponía los corazones, para que a poco fuesen conociendo el bien que tenían en poseerla. Y la que hizo las paces entre Dios y el hombre, también las hace y con su presencia confir­ma, entre aquestos reyes paganos, etc.

Así quedó la santa imagen en el reino de Güímar y en­comendada del rey de Taoro que mirasen por ella y la guar­dasen, porque era pronóstico y señal de algún gran bien que a la isla había de venir.” (Espinosa, 1980:58-60).

TAGOROR DE MENCEYES:



En estas cuevas  de Chiguaro nuestros ancestros rindieron culto a la Diosa Madre Chaxiraxi, durante 30 o 40 años hasta que un converso mencey siguiendo las indicaciones-según dice la leyenda-, de Antón Guanche, que era natural  de Guimar, apresado cuando era un niño por los piratas de Herera y cristianizado en Teguise Isla Titeroygatra  (Lanzarote) y posteriormente encomendado por los colonos castellanos como traductor e introductor con los guanches de su menceyato.

En todo caso se decidió su traslado a un santuario de mayor importancia dentro de la teogonía animista guanche, la cueva santuario de Achbinico, en 1446.

Posteriormente antes de la invasión y conquista de Chinech la imagen fue robada por los piratas  españoles de Peraza pero devuelta tras una peste que ellos atribuyeron al robo sacrílego. ¿Seria la misma devuelta?

Se desconoce que imagen era la que estaba en la cueva de Chinguaro y cual se llevo a la cueva de Achbinico en Candelaria. Esta ultima si esta identificada y detallada 148 años después por Espinosa. Posteriormente desapareció por el aluvión de  1826. La actual es obra del criollo tinerfeño Fernando Estévez, quien la realizó en 1827.  

En relación con este particular recordemos lo recogido en un interesante documento otorgado por guanches cristianizados, hecho público por el investigador Lorenzo Santana Rodríguez:
 “Para concluir este somero estudio sobre los inicios del culto candelariero hemos escogido un tema que nos permitirá retrotraernos a la época anterior a la Conquista de la isla, pues nos proponemos hacer un primer intento de reconstruir la tradición de los guanches sobre la Candelaria a partir de los detalles que ellos mismos aportan en el conocido como pleito de los naturales, pues no es lo mismo oír lo que Espinosa dice que a su vez dicen los guanches, que el escuchar a estos directamente. En otro estudio adelantamos el comienzo de este pleito hasta el año 1544, como se deduce de una carta de poder otorgada en la ciudad de La Laguna el 11 de septiembre de ese año:
Sepan cuantos esta carta vieren cómo yo, Pedro Goçón, cl[é]rigo presbítero, beneficiado de este término de Güímar, que es en esta isla [d]e Tenerife, y cómo nos, Pedro Delgado, y Juan Gaspar, y Juan Hernández, y Juan Castellano, y Luis Hernández, y Juan Castellano, y Luis Hernández, y Pedro Madalena, y Juan de Santa Cruz, y Antón Gutiérrez, y Juan de Baltazar, y Juan de Tacoronte, y Luis García, y Pedro Hernández y Luis Hernández de Ibavte, vecinos y naturales de esta isla de Tenerife, moradores en el dicho término de Güímar y de Nuestra Señora Candelaria, por [n]os y por los demás vecinos y moradores del dicho término, por los [c]uales hacemos y prestamos voz [y] caución (… otorgan poder general de Gutierre de Trejo, clérigo presbítero, beneficiado de Nuestra Señora de la Consolación de Santa Cruz, para…) pedir y suplicar que no c[on]sientan ni den lugar a que la iglesia de Nuestra Señora d[e] Candelaria, que al presente est[á …] se mude del lugar dond[e …] está hecha y edificada […] allí donde está nosotr[os y nuestros] padres la ayudaron a [… edi]ficar con limosnas que […] dieron. Y, así mismo, [… pue]da pedir que la ima[gen de Nuestra] Señora no se saque ni […] dicha iglesia para la ll[evar …] a otra parte, por[que donde(?) al(?)] presente está ha esta[do …] continua desde que la [dicha(?) imagen(?)] se hizo. Y, así mis[mo, pue]da pedir y pida [que en la dicha] iglesia de Nuestra Señor[a de(?) Cande]laria se nos admini[stren los(?)] sacramentos de la Igles[ia …] bautismos, como de vela[ciones …] entierros y otras cosas […] todo no se hace en la dich[a iglesia] por estar en po[der(?) …] de la Orden de Santo Domingo, de que todos nosotros y los demás vecinos del dicho término padece[m]os por no tener quién en la dicha iglesia de Nuestra Señora nos administre los dichos sacramentos.                                                     
Como dicen los guanches: “porque ellos ayudaron a hacer la dicha iglesia e imagen”; o como dicen en el documento que se elevó a público: “porque donde al presente está ha esta[do…] continua desde que la dicha imagen se hizo”. Por la significación o novedad que supone esta afirmación, hemos optado por reproducir la minuta en su totalidad y el poder en su mayor parte, pues para defender sus derechos sobre la imagen los guanches manifiestan, sin ninguna clase de reparos o dudas, que tienen memoria de cómo sus antepasados ayudaron a hacerla, es decir que ayudaron a costear su pago, lo que entra en flagrante contradicción con el relato de Espinosa, que afirma que ésta había aparecido en una playa a los naturales ciento y cinco años antes de la Conquista de Tenerife.
La cuestión que nos proponemos clarificar es que en el caso de la Candelaria, al igual que en el la Virgen de Pino de Gran Canaria, se produjo una sustitución de la imagen original, y en ambos casos, aunque inicialmente no parece haberse planteado un problema devocional, finalmente se acabó ocultando este hecho. El profesor Hernández Perera dató hacia la década de 1440-1450 la imagen de la Candelaria, la que los conquistadores encontraron en la cueva de Achbinico y que desapareció arrastrada al mar por el aluvión de 1826. Valiéndose de los testimonios gráficos que nos han quedado de la misma estableció esta fecha aproximada en base a su análisis estilístico. Esta fecha ha confundido a los historiadores, pues está tan arraigado el relato de Espinosa que hasta la fecha de hoy se ha aceptado, sin cuestionarlo, que la imagen a la que se refiere la narración de la aparición tenía que ser necesariamente la que estaba en la cueva de San Blas. Es por esta razón, por citar a modo de ejemplo un solo historiador, que Rumeu de Armas, que un primer momento la relacionó con las misiones mallorquines-catalanas de finales del XIV, tras la publicación del estudio de Hernández Perera rectificó su parecer inicial.” (Lorenzo Santana Rodríguez, 2010).
La iglesia católica desde su implantación en nuestra nación en su afán adoctrinador  se ha destacado de manera especial y virulenta en intentar por todos los medios lícitos e ilícitos en destruir los lugares de especiales connotaciones religiosas guanches, destruyendo todos los santuarios y lugares de culto, cuando esto no les ha sido posible debido a diferentes circunstancias, han optado por “cristianizar” estos santuarios demonizándolos o bien construyendo sus templos sobre los anteriores guanches y plantado cruces en torno a los mismos. De ello sobran ejemplos en toda nuestra orografía.

Cuando hablamos de espacios sagrados no nos estamos refiriendo únicamente a los edificios y cuevas, sino también a lugares naturales que han supuesto una manifestación de lo divino. Muchas culturas han llevado a cabo sus rituales en lugares al aire libre, tanto en bosques como en montañas. De este modo el pueblo guanche, el emplea término Almogaren, para designar el lugar de culto, que generalmente consiste en un bosque, barranco, fuente  o cima de montaña, es decir, aquél punto donde los kankus, sacerdotes –maestros, educadores y consejeros desarrollaban sus rituales.

La iglesia católica actuó con sigilo y, en lugar de desmitificar las costumbres guanches, santificó las fiestas de los naturales. Implantaron muchas fiestas en honor al Señor, la Virgen y los santos cristianos sincretizando el panteón guanche. Las invasiones de estos bárbaros produjeron un retroceso espiritual, cultural, moral y social en la primigenia sociedad canaria.

“La cuestión no es si Cristo era pobre, la cuestión es si la iglesia católica y sus príncipes deben serlo”.

Lo que piensa la iglesia católica sobre los bienes terrenales, atesorar lo mas posible, a pesar de que es indudable que unos pocos de sus miembros se comportan con los ideales de su religión , la iglesia posee mayores riquezas que ninguna institución mundial , vendiendo alguno de sus cuadros (por ejemplo) podría alimentarse algún pueblo necesitado durante años , incluso proporcionarle medios de subsistencia para siempre , así entienden ellos las enseñanzas de su dios , una de sus máximas es el “hacer lo que yo os diga , no lo que me veáis hacer” hipocresía y desprecio por los demás hijos de su dios , en su mas clara expresión...

Está claro que a la Iglesia católica le preocupan más los bienes terrenales que los celestiales y bien a la vista está. La pompa y el boato del que hacen gala en todos sus grandes eventos,  la pobreza no es precisamente algo que esta Iglesia esté totalmente dispuesta a combatir y erradicar porque la Iglesia católica está a años luz de la realidad del mundo, en realidad la Iglesia católica es otro mundo, no de otro mundo, sino que es un mundo aparte sin que tenga nada que ver con este mundo en que habitamos y en el cual nos atacan más las penas que las alegrías.


Si la iglesia católica en Canarias pagara impuestos, sería el mejor contribuyente de esta colonia.
La liberación del compromiso de tributar que tiene la iglesia católica es materia de controversia y debates permanentes en todo el mundo. Ahogado en una profunda crisis económica, el gobierno italiano intentó recientemente levantar la exención del pago de tasas municipales a los inmuebles eclesiásticos y sólo en ese concepto, el fisco de la península itálica esperaba recaudar unos 700 millones de euros al año. Tras anunciar que la Iglesia acompañaría el ajuste general, el primer ministro Mario Monti fue invitado por Benedicto XVI a asistir al Vaticano y tras un encuentro privado las pretensiones oficiales fueron abandonadas. Así, el Papa terminó bendiciendo las políticas neoliberales de Monti y aseguró que su iglesia continuara sin pagar impuestos.La institución eclesiástica no paga ningún impuesto. Ni nacionales, ni provinciales, ni tasas municipales.
            “Dad al César lo que es del César, dad a dios lo que es de dios”. En la Iglesia Católica los asuntos del alma y los de la tierra suelen aparecer fuertemente vinculados.
Las almas no se mensuran, pero las propiedades están perfectamente registradas.
Para la Iglesia católica los servidores pueden ser voluntariosos muchachitos y muchachitas de pechera amarilla que asisten a los feligreses en cada evento masivo, pero también pueden ser los ordenadores donde se almacenan mas del centenar de inmuebles además de fincas rusticas que nutren sus riquezas terrenales tan solo en esta colonia.
Sin embargo, aparece en los registros catastrales, de propiedad e impositiva, aunque inmediatamente en el casillero correspondiente a calidad de contribuyente aparezca, cada vez, la palabra “exento”.
Nada de eso paga impuesto. Si la iglesia católica fuera un contribuyente más, sería el más importante del erario público canario. Pero en un país donde hasta una madre en paro laboral paga un alto porcentaje de impuesto en el litro de leche que compra para su hijo, la bimilenaria institución no tributa.
Lo dicho anteriormente viene a cuento porque esa institución en su afán por obtener beneficios económicos no ha dudado en cometer uno de los mayores atentados llevados a cabo en esta colonia contra un santuario de la antigua religión guanche, las Cuevas de Chinguaro, las cuales tenian categoría de Bien de Interés Cultural, como lugar de “teórica máxima protección para la investigación de los aborígenes” en Canarias y de uno de los Menceyatos más importante de la isla de Tenerife, el asentamiento fue presuntamente profanado  legalmente para la construcción de una “basílica”.

Pero el ojo del clero católico no duerme cuando se trata de fomentar sus negocios especulativos, así tenemos que valiéndose de argucias legales y con la connivencia de los poderes coloniales desbancan la declaración de BIC para el conjunto de Chinguaro consiguiendo su anulación por parte del Tribunal Superior de Canarias quien fundamentó su decisión en la caducidad del expediente incoado.

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC)  declaró nula la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la cueva y la ermita de Chinguaro, la Sala de lo Contencioso Administrativo de Santa Cruz de Tenerife resuelve de esta forma un recurso presentado por un particular contra el citado acto administrativo, basándose en la caducidad del expediente incoado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias.

¿Quienes fueron los responsables de no protegerla totalmente, para realizar las correspondientes excavaciones y prospecciones arqueológicas? ¿Como tan destacado yacimiento arqueológico ha cambiado su fisonomía, borrando todas las huellas de la historia?  ¿Quienes permitieron este expolio arqueológico? Para convertirla, tras un amplio presupuesto en un gran templo católico en el medio de la nada, sin protección, sin vigilancia y con un deterioro constante.

Los responsables tienen nombres y apellidos, el Obispo de la Diócesis Nivariense, el awuara (palmero) Bernardo Álvarez Afonso, el criollo Ricardo Melchior Navarro, Presidente del Cabildo Insular de Tenerife, y el guimarero militante del PSOE y alcalde de Güímar Rafael Yanes Mesa.

Así, el proyecto denominado “Triangulo Mariano” abre la vía de ocupación del barranco de Chinguaro de forma urbanística especulativa y pone en peligro la propia cueva, la cual fue enterrada bajo toneladas de hierro y cemento, bajo la equivoca denominación de:  “proyecto de rehabilitación del sitio histórico de Chinguaro. Este templo sustituye al que fue destruido durante el siglo pasado y ha sido concebido como una cubierta que avanza desde el risco y funciona como un resguardo para el celebrante y un limitado número de fieles. Para conferir una mayor capacidad al recinto se practica una cavidad en la roca, que sirve de capilla donde se venerará el antiguo cuadro que representa a la Virgen en la Cueva de Chinguaro, a la que adoraron los guanches.”

“ERMITA” ACTUAL DE CHINGUARO:


De inmediato comenzó las expropiaciones de los terrenos circundantes  a las cuevas de Chinguaro con carácter de urgencia motivando la oposición, las quejas y reclamaciones de los propietarios afectados, algunos alegaron que: “no hay documentación que justifique la catalogación del lugar que pretenden proteger como zona arqueológica”.
Admitiendo en cambio que Chinguaro sí tiene valor histórico, por su vinculación a la imagen de la Virgen de Candelaria y a los guanches, “algo que queda expuesto en un documento del Cabildo en el que se hace saber que se realizó una cata hace más de una década sin que haya constancia alguna de un resultado positivo”. Por ello, afirmaron los vecinos afectado “no creemos necesario expropiar terrenos agrícolas en producción”.
Para la construcción de la “ermita” y desarrollar Chinguaro fue convocado un concurso de ideas en el que resultó elegido el proyecto denominado “Tajea”, que financiarán las Corporaciones Insular y Municipal con una pequeña aportación del Obispado, así tenemos que una obra con un presupuesto de muchos miles de euros, es financiada en su casi totalidad con fondos públicos y después de concluida es entregada a un ente privado como es la iglesia católica para su explotación económica y conservación.
La cuestiona de fondo en este proyecto del obispado es simple, el santuario dominico de Candelaria es uno de los que mayores ingresos económicos produce debido entre otras cuestiones a las numerosas e importantes aportaciones dinerarias de los fieles, pero naturalmente estos ingresos son administrados por la comunidad dominica sin que reciba beneficios directos el obispado, el cual para participar en tan suculenta tarta decide crear el “Triangulo Mariano”, compuesto de la basílica de Candelaria Chinguaro y Chimisay (Playa del Socorro) estos dos últimos lugares ubicados en el municipio de Güímar, cuyo Ayuntamiento se volcó de lleno en el proyecto.
La nueva “ermita” forma parte del proyecto de “rehabilitación” del sitio histórico de Chinguaro que se llevó a cabo. Este templo sustituye al que fue destruido durante el siglo pasado y ha sido concebido como una cubierta que avanza desde el risco y funciona como un resguardo para el celebrante y un limitado número de fieles.
Para conferir una mayor capacidad al recinto se practica una cavidad en la roca, que sirve de capilla donde se venerará el antiguo cuadro que representa a la Virgen en la Cueva de Chinguaro, a la que adoraron los guanches.
Para justificar ante los fieles la ocupación del lugar por parte de la iglesia católica el 20 de octubre de 2007 se procede al  traslados del cuadro de la Virgen de Candelaria que supuestamente había estado en la antigua ermita-cueva de Chinguaro, la comitiva estuvo presidida por el obispo titular de Tenerife Bernardo Álvarez y los emeritos Damian Iguacen y Felipe Fernández. Junto a ellos, sacerdotes del arciprestazgo, autoridades y fieles completaron el recorrido desde las cruces hasta la “ermita” nueva de Chinguaro.
Como es bien sabido la iglesia católica no hace nada al azar, por el contrario sus actos son bien meditados y medidos antes de llevarlos a la practica, por ello no es de extrañar que aprovechando los actos programados con motivo de la coronación canónica de la Virgen de El Socorro, la imagen fue sacada en una peregrinación por diversos barrios del municipio de Güímar, haciéndola pernoctar el 17 de octubre de 2008 en la “ermita” de Chinguaro.
Esta visita se hizo coincidir con el primer aniversario de la consagración de tal lugar, una vez culminada la primera fase del proyecto de “restauración”. El recorrido se programó desde el caserío de El Socorro, recorriendo el camino que supuestamente realizaron los guanches que encontraron la efigie en la playa de Chimisay. Posiblemente con este gesto lo que se pretende es reivindicar para la talla de El Socorro el reconocimiento de imagen primigenia en el mencionado “Triangulo Mariano”.
La verdadera finalidad e intenciones del “Triagulo Mariano” según el clérigo Damian Igualen Borau recoge en su libro “La Ruta de la Virgen· es la siguiente:
“1. Trazar, señalizar debidamente, un itinerario que comprenda aquellos lugares donde estuvo y se veneró la sagrada imagen “aparecida” de Ntra. Sra. la Virgen de Candelaria. Estos lugares son la playa de Chimisay (hoy playa de El Socorro), la ermita del Socorro, la cueva de Chinguaro, la ermita de San Blas, la capilla vieja del convento y el actual Santuario.
2. Restaurar, dignificar y acomodar estos lugares de tanta importancia histórica, cultural, tradicional y religiosa, donde se concentra la más poética y emocionante historia de los comienzos de nuestra civilización crisitiana.
3. Planificar visitas y peregrinaciones a estos lugares. Su recorrido pausado, reflexivo, ayudará eficazmente a descubrir las raíces de nuestra fe, a profundizar en ella, estimulará a vivir de forma coherente esta misma fe nos comprometerá a trabajar sin cansancio en la promoción integral de nuestro pueblo, al que amaremos aún más al ver los detalles, atenciones y delicadezas que la Virgen ha tenido con él.
Esta ruta está llamada a ser, si lo aprovechamos convenientemente, un medio popular, sencillo, eficaz, de evangelización y de cultura.
A la altura del Kilómetro 19 de la Autopista del Sureste de Tenerife, en la salida 10 que indica el acceso al Polígono Industrial, comienza la carretera que conduce al Caserío güimarero de El Socorro. En la Playa de Chimisay, ubicada en este poblado, allí donde se alza una sencilla cruz de madera, dice la tradición, recogida por los historiadores, que dos pastores guanches encontraron a una imagen de la Virgen de Candelaria.

Tres hechos recuerda este lugar: la aparecida de la sagrada imagen, el encuentro con los primeros guanches y la acogida del pueblo canario.
Actualmente hay una cruz de tea, restaurada después del temporal Delta, que recuerda el hallazgo de la sagrada imagen. El entorno está más cuidado y delimitado, aunque hay que esmerarse más en su restauración. Un poco más adelante se encuentra el monumento que el pueblo de Güímar realizó a la Virgen y que dice lo siguiente: ” En esta playa de Chimisay, apareció la que hoy es patrona de Canarias”. Más arriba existe una cuesta especialmente importante porque aquí es donde se levanta una capilla que recuerda, el peso extraordinario de la imagen al rey guanche de Güímar, y como este tuvo que pedir socorro por el peso extraordinario, al que solo no podía hacer frente.
El emérito Damián, propone que se debe erigir un monumento más significativo que conmemore el triple acontecimiento de: la aparecida, el encuentro y la acogida.
A unos tres kilómetros del Socorro, en dirección al casco de Güímar, está la cueva de Chinguaro, en el barranco del mismo nombre. Desandando el camino del Socorro hasta la salida 10 de la Autopista del Sur y tomando allí la carretera a Arafo, a un Kilómetro más o menos, se encuentra una pista señalizada por “El Taro”, siguiendo la pista se llega a la cueva de Chinguaro, declarada por el Gobierno de Canarias, Bien de Interés Cultural con Categoría de sitio Histórico.
Este es el lugar donde fue depositada la sagrada imagen traída de la playa de Chimisay y allí estuvo guardada durante muchos años la imagen de la Virgen de Candelaria. Allí se edificó una ermita, llamada de las Cruces. Ha sido muy venerado este lugar, al que durante siglos han ido en peregrinación muchos fieles.
Es uno de los lugares más venerados de la Ruta Virgen de Candelaria, que queremos dar a conocer a través de nuestro blog parroquial. En Chinguaro, la imagen recibió el primer culto del pueblo guanche, aún sin saber qué era y qué significaba.
Aquí comenzó la enculturación de la fe en la cultura guanche. Aquí con motivo de visitar la imagen, hicieron las paces los menceyes enfrentados. Aquí resonó por primera vez la Buena Nueva del Evangelio de labios del primer guanche cristiano y en lengua aborigen. Aquí llamó a la Virgen “Madre del Sustentador del Cielo y de la tierra”.
Un rico mensaje resuena en esta cueva de Chinguaro, hoy restaurada debidamente y que se va convirtiendo paulatinamente en un rincón poético, dedicado a conciertos, la Eucaristía y un rincón bello dentro del Valle en el que se ubica.
Aquí hay una fuerte llamada al apostolado seglar. Antón Guanche fue un verdadero precursor del Señor en nuestra isla: con su palabra y con su ejemplo fue preparando al Señor un pueblo bien dispuesto. Hay que despertar la conciencia del laico cristiano para ir delante del Señor a preparar sus caminos. Se necesitan cristianos laicos comprometidos en el campo de la ciencia, del arte, de la técnica, de la política, del sindicato, de la educación…. para que la fe cristiana irradie de manera visible la fuerza de su ejemplaridad en el corazón del mundo.” (Damián Iguacen Borau).

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