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sábado, 5 de octubre de 2013

LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS-XIX-X







Volumen III

CAPITULO XIX-X


Eduardo Pedro García Rodríguez
 

               LA DIOSA CHAXIRAXI EN EL EXTERIOR EN SU ASPECTO COMO VIRGEN DE LA CANDELARIA
 
LA POPA. CARTAGENA DE INDIAS. COLOMBIA


Cuando el viajero se acerca a Cartagena de Indias, por cualquiera de las tres vías -terrestre, marítima o aérea- lo primero que divisa desde lejos es una serranía o pequeña colina, cuya parte más alta mide 148 metros sobre el nivel del mar. Siempre se le ha llamado La Popa de La Galera.
Cuando el visitante penetra en el interior del convento queda admirado ante la magnificencia del patio central y sobre todo, ante la solidez de columnas y paredes capaces de resistir los ataques y bombardeos.
La iglesia fue dedicada a la purificación de la Virgen o Candelaria, nombre que le viene de las candelas que bendicen en su honor el 2 de febrero, día de las fiestas.
No hay en Cartagena festividad alguna, ni cívica ni religiosa, que revista un esplendor igual, y ni siquiera parecido, al de la fiesta de la Candelaria de la Popa.  Las multitudes que forman en la solemne precesión el día 2 de febrero, desde el santuario de la Popa hasta el centro de la ciudad, no se contemplan en ninguna otra concentración popular.
            HISTORIA: A finales del siglo XVI, cuando comienza la historia del convento, el cerro de la Popa era todavía un lugar salvaje cubierto por espesa selva que servía de refugio a muchas especies de reptiles, algunos de ellos terriblemente venenosos.  Esto hacía que los habitantes de Cartagena mirarán el lugar como algo terrorífico e impenetrable. Pero lo que más terror les infundía era la presencia allí del demonio. 
Estando el P. Alonso de la Cruz absorto en la meditación, oyó que se le decía que fuese a Cartagena y que allí, en la cima de un monte llamado la Popa de La Galera, edificase otro monasterio dedicado a la Santísima Cruz. Consultó lo sucedido con el venerable Mateo y con Vicente Mallol; y contando con su aprobación, partió de la Candelaria (El Desierto - Ráquira) con los compañeros que le fueron asignados para la fundación del convento solicitado, llegando a Cartagena y obtenido, después de mucho suplicar, el debido permiso... Alonso procuró tomar posesión del lugar para comenzar inmediatamente la construcción del convento. Allí Alonso fabricó una humildísima choza con las ramas de los árboles y continuó con sus compañeros la vida eremítica y reformada, entregado a los ayunos y a las penitencias. 
Para 1612 el convento ya estaba a punto de concluir las obras y en él se habían invertido 15.000 ducados, suma bastante respetable en esos tiempos.  La construcción tardó unos 6 o 7 años en terminarse.
Desafortunadamente son pocos los datos precisos que se tienen sobre el convento, pues los archivos históricos han desaparecidos por completo a causa de las invasiones que ha sufrido.
Desde sus comienzos la Popa ha sido blanco de todas las miradas, incluyendo la de los piratas, quienes la consideraban como un castillo fortificado que había que tomarse de alguna manera. En 1585 el famoso pirata inglés Francis Drake asaltó a la Ciudad Heroica con una flota de 23 navíos y una fuerza de 2.500 hombres.  Los ataques continuaron, esta vez afectando al convento de la Popa.
Para cuando fue atacado el convento, Cartagena ya tenía construidas sus famosas e imponentes murallas, que fueron su salvación; la Popa, en cambio, sólo contaba con la ventaja de estar retirada y elevada sobre el nivel del mar; de algo le sirvió esto para no ser devastada totalmente, aunque después de cada ataque quedaba para invertir en ella grandes sumas de dinero en reparaciones.
De los nueve años que duró la época de la independencia, 1816 fue la más desastroso, tanto para la Popa como para Cartagena en general.
Hambre, penuria económica, destrucción fue lo que quedó después del sangriento sitio de Cartagena.  Aunque los recoletos querían volver a su convento, poco o nada podían hacer; la restauración era costosa y no había dinero en la ciudad. 
En 1864 la iglesia de la Popa quedó bajo la autoridad de la curia eclesiástica de Cartagena, mientras el convento siguió siendo de propiedad de la Nación. Permaneció arruinado hasta 1880, cuando el doctor Rafael Núñez, Presidente de la República, ordenó reconstruirlo y destinarlo para cuartel de aclimatación de la guardia colombiana, recibiendo el título de Viejo Hospital Militar.
El 4 de marzo de 1961, el Gobierno Departamental de Bolívar hizo oficial de las ruinas a los agustinos recoletos, quienes emprendieron la reconstrucción el 12 de junio del mismo año.
Los cartageneros subían cada año en febrero a homenajear a su Virgen Morena, esto no impidió que los recoletos empezaran una gran campaña para llevar peregrinos a la Popa, especialmente con motivo de las fiestas patronales de esa manera el pueblo cartagenero volvía a ver frailes recoletos allí y, sobre todo, se daba cuanta de que las obras de reconstrucción iban en serio, motivándose así para colaborar con sus limosnas.
Precisamente fue durante las fiestas patronales de 1965 cuando el entonces alcalde de Cartagena, Dr. Juan Pupo Mora, declaró a la Virgen de la Popa protectora de la ciudad y de sus contornos, ante una multitud fervorosa congregada en la Avenida Pedro de Heredia.Finalmente, el 6 de julio de 1986, al cumplirse 25 años del regreso de los recoletos a la Popa, el papa Juan Pablo II, durante su visita a Cartagena, coronó solemnemente la actual imagen de la Virgen de la Candelaria, ante una multitud como las que suele congregar él, reunida en le explanada de Chambacú.

GUATEMALA: VIRGEN DE CANDELARIA EN TECULATÁN.


MUNICIPIO DE TECULUTAN El Departamento de Zacapa se encuentra situado en la región III o región Nor-Oriente, su cabecera departamental es Zacapa, limita al Norte con los departamentos de Alta Verapaz e Izabal; al Sur con los departamentos de Chiquimula y Jalapa; al Este con el departamento de Izabal y la República de Honduras; y al Oeste con el departamento de El Progreso. Se ubica en la latitud 14° 58' 21" y longitud 89° 31' 42", y cuenta con una extensión territorial de 2,690 kilómetros cuadrados.
Las fiestas principales en honor de Nuestra Señora de Candelaria son la celebradas en:
RIO HONDO: Del 23 al 28 de febrero, en honor a la Virgen de Candelaria.
TECULUTAN: Del 4 al 7 de febrero, en honor a la Virgen de Candelaria. También es este departamento de Guatemala se celebran las fiestas del primer santo guanche, canonizado por la iglesia católica, San Pedro (González) de Bethencourt, originario de Chasna, región de la isla de Tenerife, las cuales tienen lugar en: LA UNION: Del 23 al 25 de abril, en honor al Hermano Pedro.
DATOS HISTÓRICOS: Según Fuentes y Guzmán, el nombre se origina del nahuatl Zacatl = Zacate o yerba, y apán = en el río, palabra que a su vez se compone de atl = agua, río, y apán = locativo que significa en. Zacapa significa sobre el río del zacate o de la yerba.
El departamento de Zacapa, fue creado por decreto número 31 del Ejecutivo, de fecha 10 de noviembre de 1871. El capitán don Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, anotó en su Recordación Florida que los poblados de lo que en la actualidad es la parte oeste del país quedaron pacificados por abril de 1530, todavía una década más tarde se consideraban alzados en su mayor parte. Además, en la obra publicada, las citas del cronista en torno a las Actas de Cabildo, no guardan relación entre sí, lo que ha dificultado la investigación al tratar de comprobar hechos acontecidos durante los decenios siguientes a la llegada de los españoles al país en 1524.
Conforme a documentos que existen en el Archivo General de Centroamérica del año 1535 se hace mención del poblado de Zacatlán o Cacitlán, que es la actual cabecera de Zacapa, mencionada también con ese nombre. Es posible que la evangelización que siguió a los encomendaderos, se haya iniciado por la cuarta década del siglo XVI. Es asimismo que el Corregimiento de Chiquimula se haya formado a mediado del siglo XVI, no habiendo encontrado a la fecha documentación al respecto, ya que los respectivos nombramientos para Corregidores se comenzaron a expedir desde 1545. No se ha localizado a la fecha en que el territorio que actualmente ocupa el departamento, haya sido incorporado al Corregimiento de Cazabastlán ni al de Chiquimula de la Sierra. Al cual correspondía por la época en que Juarros publicó su obra a principios del siglo XIX.
COSTUMBRES Y TRADICIONES: En tiempos coloniales, esta región fue propiciada para la difusión de danzas de moros y cristianos, ya que su estructura social de origen peninsular así lo permitía. Sin embargo, por razones aún desconocidas, estas danzas fueron extinguiéndose y empezaron a reemplazarse por otras, también de origen europeo, relacionadas con las circunstancias climáticas.
Así tenemos que, en Zacapa, se practican mojigangas con recitados que se refieren a las estaciones del invierno y del verano, según lo afirma Claudia Dary en sus estudios de literatura oral de dichas regiones. Las mojigangas se practican al estilo medieval europeo.
Consisten en desfiles de disfraces, en cuyo recorrido se practican desafíos y recitados al estilo de las "bombas" de otros lugares de Centroamérica.
Como herencia cultural de los emigrantes de España y Europa, los habitantes del oriente de Guatemala se destacan por su afición a los juegos de azar.
También se llevan a cabo las competencias de habilidad física deportiva, tales como las carreras de listones o de argollas, en donde los jinetes deben competir en veloz carrera, arrancando listones o patos que se cuelgan de una cuerda. En este sentido, las corridas de toros y los jaripeos también son plenamente populares, así como las famosas peleas de gallos que, incluso, se han literaturizado por los escritores de la región.
Zacapa es el departamento más rico en cuentos y leyendas populares, chistes, historias y anécdotas. Entre los cuentos populares destacan los cuentos maravillosos de don Francisco de Orellana, de Gualán, sus personajes como castillos encantados, príncipes y “príncipas” (princesas), hacen su aparición a cada momento; así como también árboles mágicos, mares tormentosos, pájaros de siete colores y caballos voladores.
Existen personajes como Pedro Urdemales, el "puro zacapaneco", con su ingenio y su orgullo recorre haciendas, fincas, caseríos y poblados, para ayudar a los pobres, "fregando a los ricos, a los curas y a los chafas". El maravilloso bandido local Jacinto Aldana, quien camina en las aldeas del municipio de San Diego y Feliciano Tovar, que es dueño de aventuras en Río Hondo.
Entre la diversidad de tradiciones orales abundan los cuentos de animales, en particular los de Tío Conejo y Tío Coyote, que están presentes en la cuentística del departamento, en especial en Teculután y Usumatlán.
Los chistes o cuentos de gentes ingenuas y graciosas que mueven a la risa y al humor, también forman parte de esta tradición. Destacan los huitecos, que son personajes de cuentos jocosos y anécdotas que se convierten en pequeños cuentos, sobre todo de bobos e ingenuos.
Se dice que en todo el departamento aparece el Duende, el Sombreron, la Llorona, pero en especial el Zisimite, que es un personaje pequeño, que usa un gran sombrero y tiene los pies al revés.
ECONOMÍA: Debido a su clima cálido y a la constitución de sus terrenos no es posible dedicarlos a toda clase de cultivos, pudiendo hacerse éstos en las partes regables conocidas como "vegas", ya que los cultivos de tierra fría se hacen en escala reducida. Por estas condiciones los habitantes se dedican en gran parte al comercio, así como a la cría de ganado.

La industria minera no se ha explotado a plenitud en este departamento. Existen minerales de plata, cobre, hierro, un poco de oro, pero especialmente están los famosos mármoles y piedras calcáreas. El cromo se encuentra en cantidades apreciables, el cual era exportado antiguamente. El mármol que se extrae, tanto blanco como jaspeado, es de superior calidad.

También existen fincas que se dedican a la industria maderera que en su mayor parte se encuentra en vías de explotación.

PRODUCCIÓN ARTESANAL: En cuanto a las artesanías populares, su producción es relativamente baja. En esta forma podemos ver que los tejidos de algodón los trabajan únicamente en San Diego y Río Hondo.; la jarcia en Estanzuela y Río Hondo; muebles en San Diego, Cabañas, Estanzuela, Zacapa, Río Hondo, La Unión y Gualán. Así también los habitantes de Estanzuela realizan bellísimos bordados, los cuales son apreciados y solicitados
de todas

MANAGUA



Casi nadie sabe que la virgen de Candelaria es la patrona de Managua y que el pueblo managüense es eminentemente folclórico, dice el profesor Bayardo Ortiz, investigador folclorólogo.

Ortiz afirma que en Managua, Santiago tenía también sus propios bailes y tradiciones que fueron heredadas a su "sucesor" Minguito. Mingo es un hipocorístico de Domingo.

Santo Domingo al principio no tenía ninguno, sin duda es el patrono de la leal villa de Managua. Un decreto del 24 de julio de 1846 escuetamente ordena: "La Villa de Santiago de Managua se le da el rango de ciudad con la denominación de Santiago." A este santo se le celebra con caballería en los distintos municipios donde es patrono.


Aunque el hallazgo de la imagen venerada se fechó en 1885, hay documentos que señalan la existencia de las festividades en las Sierritas de Managua, treinta años antes. El baile, las vaquitas vinieron después, en 1935, cuando sale la primera mujer disfrazada de vaca, después hubo hombres que se incorporaron a este baile como promesantes.
Los habitantes de Managua siempre han tenido inclinación a celebrar de manera alegre las numerosas fiestas aborígenes y, posteriormente, las festividades religiosas católicas.
Indudablemente estas festividades religiosas están ligadas a la celebración de deidades nativas. Es posible que antiguamente la veneración de los primeros días de agosto fuera para Xolotl, deidad de procedencia nahua que dio el nombre al lago Xolotlán y era representado entre otras figuras por una semejante a un perro; esto explicaría, según los entendidos, la presencia de un can que reposa junto a la imagen de aspecto indígena que año tras año es traída y dejada desde y hacia Las Sierritas. El barco que le sirve de transporte tendría a su vez relación con el lago.
Asimismo, la tradición del primero y diez de agosto se identifica como parte del rito propiciado al alimento sagrado: el maíz, grano cultivado en esas tierras altas.

En la capital, de todas ellas sólo ha sobrevivido la dedicada a santo Domingo de Guzmán. Otras desaparecieron o perdieron importancia: la de la virgen de Candelaria, del 31 de enero al 2 de febrero; la de san Pedro, 29 de junio; de san Juan, 24 de junio; Santiago apóstol, todavía patrono oficial de Managua; san Luis y san Miguel Arcángel.

En los primeros años ­relata el folclorólogo­ la imagen de madera era traída por unos cincuenta sierreños: "Venían con su música y chicheros, música de tambor y pito que se usaban en ese tiempo; entonces la periferia de Managua se ubicaba donde estuvo el Instituto Ramírez Goyena, donde era el mercadito y lugar donde le daban agua a las bestias”.

Y hasta ahí llegaba Santiago a esperar a Santo Domingo, los primero de agosto, para llevárselo a pasear con todos los bailes y caballería --montados-- propios de Santiago." El terremoto de 1931 destruyó las iglesias existentes, y éstas no fueron restauradas, entonces desaparecieron por algún tiempo las festividades, "y los managüenses que son bullangueros, que no andan con tonterías ­pues cada uno el vive el momento y no el mañana­ se acordaron que sólo les quedaba santo Domingo en Las Sierras.

Entonces, comenzaron el 31 de julio a irse al camino a hacerle la vela esa noche, ahí es cuando comienza esa romería de gente, la que por ese camino iba, ahí dormían, amanecían, toda alegre para esperar al santo."

No obstante esa causal, el profesor Ortiz también relaciona el cambio de santo, con un asunto de rivalidades de congregaciones religiosas, entre sí y contra el dictador Zelaya, quien acostumbraba a celebrar con gran pompa y con la caballería de Santiago, el triunfo de la revolución liberal, el 25 de julio.

Personajes y bailes propios de Mingo

Santo Domingo al principio no tenía ningún baile, las vaquitas vinieron después, en 1935, cuando sale la primera mujer disfrazada de vaca, después hubo hombres que se incorporaron a este baile como promesantes.

Hombres y mujeres "jugaban la vaca" y los comerciantes empezaron a patrocinarlos a cambio de que pusieran el nombre del establecimiento o producto comercializado en los faldones laterales de las cornúpetas.

Esta tradición fue creada por los entrañables personajes doña Lupe Méndez, y la Chica Vaca. Lisímaco Chávez anduvo bailando la vaca, danza que nació como una imitación de las corridas de toro criollas.

En cuanto a otra tradición propia de estas fiestas, hay una tesis muy debatida respecto a que los "negritos" promesantes tiznados de negro y taparrabo rojo que acompañan la procesión, van así porque en la antigüedad los africanos creían mucho en santo Domingo de Guzmán; y dicen que un grupo de esclavos cruzando el océano, al sufrir una tormenta, le pidieron a santo Domingo que no naufragaran, y según la leyenda, el milagro les fue concedido.
Ese es el motivo por el cual van promesantes tiznados, dice Ortiz, quien se basa en la tesis sostenida por Policarpo Alemán, uno de los mejores decoradores de carrozas, muy entregado a las tradiciones patronales.

En los comienzos eran sólo "negritos", niños entre 9 y 12 años, posteriormente se sumaron personas mayores vestido de taparrabo rojo o verde y blandiendo lanzas. Esta tradición nada tiene que ver con el vandalismo de andar manchando y tocando a los participantes.
Aunque recurrentemente se ha afirmado que las fiestas agostinas de Managua son cada vez menos fervorosas, cada año se tiene la firme voluntad --por parte de los organizadores-- de suprimir el desorden y vandalismo, los excesos y delincuencia, para regresar a la celebración sana, al fervor religioso. Y conforme puede apreciarse algo se ha venido logrando en ese sentido.

HISTORIA DEL 2 DE FEBRERO. Según la historia, el 2 de febrero se celebra en Mesoamérica desde el tiempo de la colonización española, tiempo en el que se acostumbraba celebrar con juegos pirotécnicos, bailes populares y procesiones ese día.
En este día de acuerdo con información obtenida en Internet, se viste al Niño Dios acorde a la fiesta de Purificación y se presenta en las iglesias católicas para conmemorar la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén.
Actualmente la celebración inicia a partir de que se partió la rosca de reyes, fecha en la que quienes sacaron al "niño" de la tarta están obligados a realizar un convite para familiares y amigos.
Los premiados con la figura del "niño" deben acudir a la casa donde se partió la rosca de reyes y levantar al Niño Jesús del pesebre en el que se colocó el 24 de diciembre para vestirlo como Niño de las Palomas.
Luego es llevado a misa junto con velas y semillas de chía y trigo, las cuales se colocan en el Altar de Dolores para recibir la bendición todo el año.
Al concluir la misa, según la tradición, las personas encargadas de llevar al "niño" lo colocan dentro de un nicho en el que permanece recostado durante el primer año y en siguientes se colocado en una sillita.
Así en medio de la tradición histórica y otros elementos que al paso de los años se le han ido agregando a los festejos del Día de la Candelaria, se celebra cada año la fiesta de la fe en Quilá.
Considerada como una de las primeras iglesias que se construyeron en el departamento de Antioquia, su conjunto armónico y colonial es un atractivo arquitectónico de la población.
Cual gigantescos y alargados centinelas que a cada uno de sus costados se colocan, siendo la capilla la cabeza visible y originaria del estiramiento, existen en la actualidad dos formaciones de casas construidas en tapias y tejas de barro. La capilla da su frente a la montaña en cuya cúspide se levanta Montebello. La parte posterior apunta al río Sabaletas y a otra estribación de la Cordillera Central en cuya cima aparece el casco urbano del municipio de Santa Bárbara.
Reza la historia que por el interior de la cuchilla donde tiene asiento la Iglesia, cruza un túnel de varios kilómetros de largo, y que pasa exactamente por debajo del altar mayor de la ermita. Algunas leyendas encierran la versión de que en dicho túnel reposa oculto el tesoro de "La Candelaria", pero sin que este encuentre asidero legal.
Constituida por un rectángulo de 13 metros de ancho por 26 de largo, en la parte posterior de su altar mayor existe un espacio en forma de áspide con 5 por 3 metros, lo cual viene a conformar la sacristía. La nave la conforman filas de columnas de madera que sostienen la armazón, dividiéndola en ocho módulos longitudinales y tres divisiones transversales que subdividen el espacio en uso central y dos accesorios. Sus pilares son robustos y labrados a punta de hacha; unidos por derecha a pie de rey, entretejidos en un sinnúmero de alfardas y alfardillas. El piso de la Iglesia, conformado por tierra raramente endurecida, facilita la visión de las tumbas en cuyo interior se encuentran enterradas personas de distintas edades que habitaron el lugar.
RIO SUCIO (COLOMBIA):


Riosucio surgió al integrarse dos pueblos que eran enemigos, que venían desde el siglo XVI y llevaban ya un siglo de luchas fratricidas en una violencia inmensa con muertos por ambas partes.
Estos pueblos, uno indígena y el otro mulato, acabaron compartiendo el territorio por el que se estaban peleando por la intervención de dos sacerdotes católicos, quienes pregonaron el perdón amenazándolos con la condenación eterna si no lo hacían.
Y así mismo, viene el origen de su diablo, el guardián que llega a recordarle las palabras de los sacerdotes fundadores. Por eso el lema que han adoptado para este lanzamiento es “Si dañas la fiesta, te lleva el diablo”, y ¿qué importancia tiene dañar una fiesta?, - uno se pregunta -.
No es una fiesta pensante, es una fiesta de gran arte, el arte del disfraz, el arte de la música, porque la parte artística, la cuidan mucho.
Es una cosa que se pule como una pequeña joya y alrededor de esto va surgiendo la palabra, con la confrontación satírica que viene del insulto entre los dos pueblos enemigos: Quiebralomo Real de Minas, surgido en la década de 1540, uno de los reales de minas más ricos de América, en el siglo XVI fue el real de minas o el campamento de minas manejado por los españoles al servicio del rey de España más rico de la Colombia de ese entonces.
El nombre Quiebralomo viene de la historia de que un buey cargando de oro con grandes zurrones repletos, perdió el equilibrio y rodó por un abismo; o sea, que el mismo nombre habla de la fabulosa riqueza de nuestra región en oro. Luego, viene La Montaña, un pueblo de indígenas cuya parcialidad todavía existe, La parcialidad de "Nuestra señora de la Candelaria de La Montaña" que logró preservar sus dos grandes cultos: el culto al Sol y el culto a la tierra en un sincretismo con la fiesta de Nuestra Señora de la Virgen de La Candelaria, entonces es cuando los dos pueblos por fin de juntan en el espacio festivo de la Fiesta de Los Reyes Magos, donde en el año de 1847 surge una primera fiesta, que se considerara como el primer carnaval.

VIRGEN DE LA CANDELARIA PATRONA DE CAPIATÁ:




HISTORIA  UN TEMPLO QUE ES UNA DE LAS MÁS PRECIADAS JOYAS DE LA ARQUITECATURA PARAGUAYA.  La primitiva imagen de la Virgen de La Candelaria, patrona de Capiatá, posee una rica y llamativa historia, ya que es de origen colonial y durante la Guerra contra la Triple Alianza fue traída a la Catedral para ser devuelta en 1940.
         Como la mayoría de los pueblos del Paraguay, Capiatá surgió por poblamiento espontáneo en la periferia de la reducción franciscana de San Blas de Itá. Sus orígenes se remontan a comienzos del siglo XVII y el primer título de propiedad registrado en el valle de Capiatá data de 1608 y perteneció a Leonis Riquel y María Gaboto, quienes poseían seis fanegas de tierras en dicho valle, con chacra labrada, con su casa, cañaveral, viña y arboleda con su entrada y salida.
            El templo actual de Capiatá data de mediados del siglo XVIII. Cuando la visitó el obispo Manuel Antonio de la Torre en 1761, la obra se hallaba parada desde hacía tres años debido a las continuas calamidades de langostas y seca. Dijo haber ayudado económicamente para su conclusión. Este templo es una de las más preciadas joyas de la arquitectura paraguaya, contemporáneo de la iglesia de Yaguarón, y su retablo mayor es de un barroco colonial parecido a aquél, lo que hace suponer que lo trabajó el tallista portugués José de Souza Cavadas, el mismo que fue contratado para tallar el de Yaguarón.
          Poco después de la terminación del templo, el gobernador de la Provincia, Carlos Morphy, en su calidad de Vice Patrono Real, concedió licencia de creación de la Parroquia de Nuestra Señora de La Candelaria, junto con la de Pirayú, el 7 de octubre de 1769.
         El primer cura de Capiatá fue Miguel Antonio Antúnez y se desempeñó como tal por espacio de tres décadas. La iglesia sufrió modificaciones con el transcurso del tiempo. Las más significativas fueron la eliminación del coro, seguido por todas las tres naves, con su escala, pasamanos con balaustres torneados y el balcón al lado de afuera con los mismos balaustres. También fue demolida la torre de madera exenta que se menciona en un inventario de 1841.
        La primitiva imagen de la Virgen de La Candelaria, patrona del lugar, posee una rica y llamativa historia: Según testimonios de antiguos vecinos de Capiatá, dicha imagen tuvo que dejar su camarín durante la Guerra Grande (1864-1870) por orden del mariscal Francisco Solano López. Pasó el tiempo sin que nadie supiera el paradero de la patrona del pueblo. El vecindario adquirió una imagen sustituta y con el tiempo aquella historia se borró.

Siendo párroco de Capiatá Virgilio Roa, en 1939, se enteró a través del obispo auxiliar de Asunción, monseñor Aníbal Mena Porta, de que una señora octogenaria le había dicho, durante una de sus giras pastorales a Capiatá, que la antigua patrona no era la que estaba en el camarín de la Virgen. Roa comenzó a interrogar a los más ancianos de la comunidad, y con sus manifestaciones, firmadas ante el comisario de la localidad, inició las gestiones ante el arzobispo de Asunción, monseñor Sinforiano Bogarín. Consultado monseñor Mena Porta, pasó un informe a Bogarín declarando que había observado en el templo local que la imagen colocada en el nicho no guardaba relación con el estilo y la antigüedad del altar, observación –dice– que me impulsó a preguntar a una anciana octogenaria... que me contestó que ella había oído decir que la imagen primeramente colocada en el referido nicho era la patrona, Nuestra Señora de La Candelaria, que había sido llevada a Asunción. Mena Porta preguntó luego a doña Manuelita Peña, encargada de muchos años del cuidado de la Catedral, y ella le contestó que oyó decir que durante la guerra la referida imagen había sido traída por el mariscal López.
            Con todas esas referencias y, a juzgar por el estilo, pintura, colorido y otros detalles, el obispo manifestó que esa imagen es la que efectivamente fue sustituida por otra en el altar de la Iglesia Parroquial de Capiatá.
             El arzobispo Bogarín ordenó su traslado: dicha imagen –dice la resolución– será colocada en el nicho central del Altar Mayor, en sustitución de la que provisoriamente fue allí instalada y es venerada como la patrona titular. La talla que estuvo como titular será siempre de propiedad de la iglesia, y quedó autorizada para que ella saliera en procesión debido al gran peso de la imagen original. También dispuso que se la recibiera a la titular con una solemne manifestación piadosa para celebrar la restitución de la sagrada imagen a su antiguo trono.
              Se pudo conocer luego que Manuel Antonio Adorno, párroco de Capiatá durante la Guerra Grande, trasladó la imagen hasta la Catedral con el fin de preservarla tal vez de la profanación y rapiña de las tropas aliadas, y allí quedó.
            La noticia de su vuelta en 1940 sorprendió a los capiateños, quienes no conocían el hecho. Se encomendó al pintor Kunos la limpieza y restauración de la pintura de la imagen. En vísperas de la fiesta patronal, la trasladaron hasta la casa de Juan Pablo Benítez, distante un kilómetro del pueblo, para de allí llevarla en procesión hasta la iglesia parroquial.
        A las 19.00, las autoridades del pueblo y “un inmenso concurso de fieles” que portaban antorchas encendidas y entonaban cánticos piadosos, se reunieron delante de la casa del señor Benítez para conducir a la Patrona hasta la iglesia parroquial.
             En la plazoleta de la iglesia, junto a un altar preparado para la ocasión, recibieron a la sagrada imagen el vicario general del Arzobispado, monseñor Hermenegildo Roa, y los sacerdotes Alvado y Ascencio Ayala. Este último dio lectura de la Resolución Arzobispal por la cual se ordenaba la traslación de la imagen de La Candelaria a la iglesia de Capiatá. Como hijo del pueblo, el padre Ayala dio la bienvenida a la venerada imagen, y lo hizo en nombre de sus compueblanos. Terminada la alocución, ella entró de nuevo a su casa, donde se cantó una solemne víspera en su honor.
      Concluido el acto religioso, el pueblo congregado en la iglesia acompañó a la otra imagen de La Candelaria hasta la casa parroquial, donde quedó guardada, según lo dispuso el Arzobispado de la Santísima Asunción.
            Al día siguiente, 2 de febrero de 1940, Tupãsy Candelaria Ára, terminada la misa mayor y la prédica del pa'i Ayala, se llevó a cabo la gran procesión alrededor de la plazoleta del templo. El acto terminó con la entrada triunfal de la sagrada imagen, la que fue colocada en su camarín después de más de 70 años de ausencia.
            Si la imagen de la Virgen se salvó del saqueo durante la Guerra Grande, el Niño que tenía en brazos no pudo sustraerse de un sacrílego robo en tiempos de paz. La Madre del Niño Jesús quedó con los brazos vacíos y abiertos como queriendo recuperar a su Hijo. Gracias a las gestiones hechas por monseñor Agustín Blujaki y las investigaciones llevadas a cabo por las instituciones policiales del Paraguay y la Argentina, el Niño Jesús fue hallado y recuperado en la ciudad de Buenos Aires, junto con otras imágenes y ornamentos también robados.
El 10 de enero de 1979, el Niño retornó a los brazos de su Madre. La devolución de aquella histórica pieza estuvo a cargo de monseñor Agustín Blujaki, incansable defensor del patrimonio artístico-religioso del Paraguay.






 

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