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sábado, 19 de abril de 2014

¿PRIMER BEÑESMER-BOTELLÓN?





Eduardo P. García Rodríguez*

Me he visto sorprendido por un artículo publicado en el periódico El Día de fecha miércoles 7 de mayo de presente año. Según dicho artículo los “sesudos” munícipes del Ayuntamiento de San Juan de la Rambla, mediante su concejalía de fiestas dirigida por el concejal  D. Félix Reyes (AIS-CoCa), organizan un evento pretendidamente cultural dirigido a la juventud de dicho municipio y que impropiamente titulan como: Primer Beñesmen. El  programa de actos recogido en dicho artículo en cuanto a los eventos relacionados con nuestra ancestral cultura los encuentro bastante “Light”, por lo que me permito hacer algunas consideraciones a los organizadores por si deciden tenerlas en cuenta en esta o en futuras ediciones del mencionado “Beñesmen”.

beñesmer. (Dewanna-asmer) m. Tf. ant. Estación o período del año de mayor insolación. Expr. t. begnesmet, bellasmer, benesmen, benez-men, benismen, benismer, befiasmer, befiesmen, venesmer. (Dr. Ignacio Reyes, 2007:30)

La celebración del Beñesmer es una Achu o fiesta Nacional Canaria que se viene celebrando popularmente (no dirigida desde el poder) desde hace muchas centurias, es una celebración dedicada a la Divinidad Suprema del panteón canario, la Diosa-Madre Chaxiraxi en su aspecto visible como Magek, la cual en Chinech (Tenerife)  por razones político-estratégicas fue usurpada por el poder imperante y sus atributos conferidos a la Virgen católica denominada como Candelaria. Por consiguiente, entiendo que el término primer Beñesmer es inexacto ya que estas achu tenían lugar en el Menceyato de Icod en las mismas fechas que en el resto de los menceyatos de la isla.

Tradicionalmente la fiesta del Beñemer se celebra en el mes de agosto, nunca durante el de mayo. En el mes de junio tiene lugar el Achu n Magek es decir, el año nuevo guanche, fiesta de la Sol que antecede al Beñemer, evento festivo del antiguo pueblo canario que también ha sido usurpado y atribuido a Juan Evangelista.

Tal como recoge el citado rotativo isleño: “San Juan de la Rambla celebrará los próximos días 22, 23 y 24 de este mes el I Beñesmen, una fiesta popular basada en una antigua costumbre guanche que pretende acercar las tradiciones canarias a niños y jóvenes, fundamentalmente. La iniciativa, que se desarrollará en la finca municipal de Los Canarios, incluye talleres, juegos, charlas, proyecciones, conciertos, exposiciones y representaciones teatrales.”  

Quiero aclararle a los organizadores que no se trata de una costumbre lo que el pueblo canario celebra como he dicho es la fiesta Nacional Canaria,  que tradicionalmente se viene celebrando el 15 wanmendi (equivalente al 15 de agosto del calendario occidental). Estas achu podrían estar enmarcadas en la recogida por Espinosa en los siguientes términos: “Hacían entre año (el cual contaban ellos por las lunaciones) muchas juntas generales; y el rey que a la sazón era y reinaba les hacía el plato y gasto de las reses, gofio, leche y manteca, que era todo lo que darse podía; y aqui mostraba cada cual su valor, haciendo alarde de sus gracias en saltar, correr bailar aquel son que llaman canario, con mucha ligereza y mudanzas, luchar, y en las demás cosas que alcanzaban; y no es poco de maravillar, que con manjares tan toscos y gruesos se criasen hombres tan valientes de tanta fuerza y ligereza y de tan delicados ingenios como dellos han salido.” (Fr. Alonso de Espinosa, 1980: 38)

Con el Beñesmer comenzaba el año  económico guanche, se planificaba el aprovechamiento del territorio y hacían la previsiones anuales, costumbre que perduró durante algunos siglos después de la invasión y conquista aunque ya sincretizada.

Tal como recoge Espinosa:  “El Rey, cuya era la tierra, daba y repartía a cada cual según su calidad o servicios, y en este término que a cada cual señalaba, hacia el tal su habitación (porque congregación del pueblo no la tenían), y su morada era comúnmente en cuevas que naturaleza crió, o en otras hechas a mano en piedra tosca, con muy buena orden labradas, y donde no habían cuevas hacían casas de piedra seca y paja encima, y en este término de su habitación y morada tenían sus ganados, sin que paciesen otros términos ajenos: y para que no les faltase el pasto, tenían gran vigilancia en no dejar nacer yerba que no fuese provechosa para el ganado; y así siempre lo traían grueso, porque lo criaban a ojo.

En esta misma tierra de su término, con unos cuernos de cabra o unas como palas de tea, porque hierro ni metal de ninguna suerte lo tenían, cavaban o, por mejor decir, escarbaban la tierra, y sembraban su cebada. Esto hacia el varón, porque todo lo demás, hasta encerrarlo en los graneles o cuevas, era oficio de las mujeres.” (Fr. Alonso de Espinosa, 1980: 39)

Por su parte el historiador Marín de Cubas refiriéndose a los guanches de Chinech apunta: “Hacían sus fiestas como lo canarios al fin de la era o año empezando en la luna de Agosto llamado Bellesmer.” (Marín de Cubas, [1694]1993:222)

Como vemos son diferentes las celebraciones del Achu n Magek y  el Beñesmer, pues  aunque ambas ceremonias están dotadas de similares componentes rituales y festivos su dedicación e intención  son diferentes.

Sobre este particular también anota Espinosa: “Cuando hacían su agosto y recogían los panes, hacían juntas y fiestas en cada reino, como en agradecimiento del bien recibido, y eran estas fiestas tan privilegiadas, que aunque hubiese guerra se podía pasar de un reino a otro seguramente a ellas.” (Fr. Alonso de Espinosa, 1980: 39)

La fiesta Nacional del Beñesmer se viene celebrando desde épocas precoloniales en las diferentes islas del Archipiélago, y en distintas localidades, siempre en torno al  15 de agosto en honor de Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi, antiguamente estas celebraciones duraban nueve días durante los cuales se hacían romerías a los diferentes santuarios de la Diosa, se cerraban pactos, tenían lugar encuentros deportivos, se celebraban matrimonios etc.

Según los organizadores de este Beñesmer ramblero: “El beñesmen era un encuentro comunal aborigen en el que se reunía un tagoror especial para repartir bienes y tareas, se realizaban demostraciones culturales y deportivas, y se rendía culto a las divinidades con el ritual de la ruptura del gánigo lleno de leche y miel.”

No se si los promotores  tienen idea clara de lo que significa el acto ritual de la rotura del gánigo, vemos, romper significa: separar con violencia las partes (de un todo real o impuesto) desapareciendo la unión, quebrar hacer pedazos una cosa o situación, la cuestión es, mediante este rito ¿Conque desean romper dicho organizadores? ¿Con la dependencia política de la metrópoli? ¿Con las imposiciones culturales foráneas? ¿Con los siglos de patanería sufridos por este pueblo? ¿Con el ignorantamiento? ¿Con el habitual escamoteo y ocultación de la verdadera identidad de este pueblo?, en fin, hay tantas cosas con las que romper… Pero presumo que no son estas las intenciones de los susodichos organizadores, pero por si Chaxiraxi se digna obrar un milagro en ellos induciéndoles a valorar algunos aspectos de las verdaderas raíces culturales de la sociedad canaria precolonial, me permito indicarles algunos aspectos del rito de la rotura o quiebra del gánigo. Para los canarios la leche, la miel y el gofio son alimentos con la consideración de sagrados, los cuales se emplean en los rituales como ofrenda a las Divinidades ¡nunca en un acto de denuncia o aborrecimiento! Que es lo que realmente representa la quiebra del gánigo.

Quienes participan del rito de la rotura del gánigo, significan la separación inmediata efectiva y drástica de una situación pactada o impuesta, por ejemplo: veamos la quiebra del gánigo de Guahedum en 1487 con motivo de la rotura del pacto de colatación por parte del invasor y colono Fernán Peraza cuando este quebró el pacto al violar a la sacerdotisa Yballa. La tiránica e inhumana actitud de Fernán Peraza, terminó por colmar la paciencia del pacífico pueblo gomero, alcanzando su máxima tensión cuando Peraza rompió el dicho pacto de colatación produciéndose un alzamiento generalizado en toda la isla y ajusticiando al inmoral colono.

La nefasta Beatriz de Bobadilla no teniendo en la isla quien la defendiese, se hacía  custodiar por una guardia de criollos lanzaroteños que estaban a su servicio, se encerraron en la torre o fortaleza que habían construido en la llanura de Hipalán (San Sebastián), y allí se defendieron algunos días de los ataques de los gomeros, que los tenían sitiados, con deseo de hacer justicia de  los agravios de que eran victimas.

Dicho pacto de colatación impone entre otras cuestiones el no casarse o mantener relaciones sexuales entre quienes están acogidos al mismo, pues el vínculo contraído es superior incluso a los lazos de sangre.

También nos anuncian que en dicho evento se desarrollarán actuaciones musicales y deportivas, pero tengo la impresión de que en las mismas no van a estar representadas o por lo menos así no figuran recogidas en el mencionado artículo los deportes autóctonos tales como: lucha canaria, juego del palo, del garrote, del tolete, salto del pastor etc., y danzas y cantos auténticamente canarios como el Tajaraste entre otros, aspectos culturales estos últimamente bastante denostados y ninguneados por los detentadores de la cultura oficial impuesta en nuestra Matria, me refiero a los auténticamente canarios, no a los coloniales. En cuanto a las danzas o bailes canarios me permito transcribir algunos párrafos tomados del Ilustre amusnau tinerfeño don Juan Bethencourt sobre el baile de las cintas por si pueden servir de orientación para este “primer” Beñesmer”:

“Fguran entre ellos las danzas cívica-religiosas que si bien bailaban delante del rey, en las grandes solemnidades, como constitución del Beñesmer y otros actos civiles, estaban principalmente destinadas a las ceremonias religiosas. Esta circunstancia de particular parte de la liturgia guanche nos explica por qué perduran en nuestro culto, como en las procesiones de la Virgen de Candelaria, del Socorro, de Abona, etc.; así como el origen del extraño respeto que el público guarda a los danzantes se halla en el que tuvo al clero canco, sus antecesores coreográficos.

Para la danza de las cintas, ahora como en tiempos guanches, formaban la cuadrilla 14 individuos: 12 danzantes, 1 tamborilero, el cual toca a la vez la flauta y con un solo palillo el tamboril, que lleva colgado del dedo meñique izquierdo, y el conductor del palo, que viste al igual que los danzantes y es elegido el de mayor estatura. El palo es una pértiga de 5 metros de largo, que coronaban los indígenas con hermoso ramo de hojas y flores silvestres, de cuya base partían doce cintas de distintos colores, de a seis varas; una para cada danzante como en la actualidad. El principal cuidado del conductor es que el palo no dé vueltas para que no se trabe la danza…” (Juan Bethencourt Alfonso, 1993)

Las referencias que en torno al Beñesmer fueron recogidas por los cronistas e historiadores son ciertamente abundantes. Supongo a los promotores animados de buena voluntad, por lo que me permito recomendar a los dichos organizadores los consulten pues si tal como amenazan piensan continuar realizando el evento en años sucesivos, por lo menos que lo hagan lo más ajustado posible a la realidad histórica y etnográfica, y sobre todo, no vincular la ancestral celebración del Beñesmer con el moderno Botellón.

Concluyo trasmitiendo mis simpatías y comprensión a los jóvenes canarios, pues a ellos -como a nosotros- sólo nos queda como alternativa  tomar o rechazar lo que “nos echan” estos “animadores culturales” en la mayoría de los casos bajo el disfraz de cultura canaria.

Mayo de 2008.

*Miembro de la Asociación Sociocultural Kebehi Benchomo

PD. En lugar del termino pelota de gofio, podrían emplear el de Gaite= cantidad de gofio amasado que cabe en una mano.

Fuentes consultadas:

Tomás Marín de Cubas
Historia de las Siete Islas de Canaria
Globo ediciones. La Laguna 1993.

Fr. Alonso de Espinosa
Historia de la Virgen de Candelaria
Goya Ediciones, 1980.

Dr. Ignacio Reyes García
Diccionario Básico de Insulismos Amazighes
Foro de Investigaciones Sociales
Canarias, 2007

Juan Bethencoourt Alfonso
Historia del Pueblo Guanche T. I.
Francisco Lemus, Editor
La Laguna 1993.

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