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domingo, 27 de abril de 2014

LA DIOSA CHAXIRAXI SINCRETIZADA COMO VIRGEN DE CANDELARIA





HISTORIA DE UNA USURPACIÓN

Eduardo Pedro García Rodríguez



CAPITULO III
 
   El acoso a la Diosa-Madre.-


El culto más antiguo de la humanidad es el culto a la Diosa-Madre. Un culto a la Gran Madre, a la tierra, la fertilidad, el misterio de la vida y la vida misma en suma. Era la Deidad de nuestros ancestros, del Paleolítico, regido por las leyes del matriciado, representada por las estatuillas, con todos los atributos femeninos muy marcados, de las Venus.  

   Casi todas las figurillas encontradas están desnudas y sus características físicas son muy parecidas. Tanto sus exageradas formas nutricias y sexuales como sus cabezas carentes de rasgos hacen dudar de que estemos ante representaciones realistas de la mujer paleolítica; más bien sugieren una interpretación simbólica (las formas generosas remiten a la abundancia de bienes terrenales).  
    Miles de estatuillas (un 90%) de la Reina del Cielo han sido igualmente desenterradas en el lugar de nacimiento del Judaísmo y La Cristiandad a través de excavaciones arqueológicas en el antiguo Canaan, anterior a la invasión de los Levitas (Luvian) a la tierra que fluye leche y miel (Éxodo 33:3).  
   Según recoge el Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas de Torcuato Di Tella: la Diosa-Madre: “fue el centro religioso y cultural de los antepasados humanos durante el Paleolítico Superior y en las culturas agrícolas del Neolítico, del 20 mil al 3 mil antes de la era occidental actual, cuando se impusieron las culturas e imperios clásicos de orientación guerrera masculina y la difusión del monoteísmo del dios padre (judío, cristiano o islámico)”

   Estas comunidades -prehelénicas, precélticas, prehindúes, preamricanas etc.- que adoraban a la Diosa Madre Universal no eran matriarcales ni patriarcales, eran matricias, porque todos asumían su origen en una Madre, pero ninguno estaba sobre el otro, no había más fuertes y más débiles porque las debilidades de uno eran la fortaleza de las otras, y viceversa. Según las tradiciones griegas, un personaje femenino llamado Eurínome, “la Diosa de Todas las Cosas” surgida del Caos, es la que dio inicio a la creación.
 
   Pero todo eso fue arrasado, oscurecido, violado como los hombres depravados violan a las mujeres, como Zeus fuerza a Hera, la Diosa del cielo, y a Europa, Asteria, Leda, Némesism, Metis y a otras diosas que habitaran el Olimpo bajo las reglas del todopoderoso y machista Dios del Trueno.
 
   En la antigüedad cada pueblo que la adoró la nombró de un modo distinto: En china, a la Diosa-Madre se le llama -Shingmoo-, que significa -Santa Madre-. Se puede ver su imagen con un niño en sus brazos y rayos de gloria saliendo de su cabeza, y en la India, se le nombraba  Indrani y Kali. Todas, con un niño es sus brazos.  
    Nin-hursag y Nana en Sumer; Hepat en Babilonia, Mami en Mesopotamia, Innana, Astarté, Ishtar o Asherah en Oriente Medio; para los troyanos, Pesinuntica ("Madre de los dioses"); los atenienses, Minerva Cecrópea; los chipriotas, Venus Pafia; los cretenses, Diana, o Rhea los etiopes, arrios y egipcios, Isis o Hator; los sicilianos, Proserpina, y los eleusinos, Ceres ("Madre primera de los panes"). Kubaba en Turquía, Semele en Tracia y Frigia; Zemyna en Lituania; Brighid;  Cerridwen; Morgana; Virgo Partitura (celtas); Freya; (en Escandinavia) Para el pueblo germano Hertha era la Diosa-Madre adorada. Era representada con  un niño sostenido en sus inertes brazos. Los nórdicos  llamaban a la Diosa-Madre Disa... la lista es interminable.  
   En Grecia Cibeles; Atenea; Afrodita; Ártemisa; Démeter; Hécate; Hera: Hestia; Perséfone entre otras advocaciones. En Roma Aradia; Diana; Venus o Fortuna; Juno; Bellona, Vesta; Ranusia, entre otras, para  los etruscos Nutria,
   En África cuyo nombre según algunos entendidos toma de la Diosa de este nombre representada por una mujer bizarra, de porte oriental sentada sobre un elefante y que sujeta en una mano el cuerno de la abundancia y un escorpin en la otra. Otra advocaciones de la Diosa-Madre son: Meti y  Mawu.  
    En el Continente americano en la época en que era desconocido para el resto del mundo el culto a la Diosa-Madre era practicado por todos los pueblo del mismo, la divinidad existe bajo los nombres de Pacha-Mama o Mamanchic para los Incas; Mapu para los Mapuches; Ixchel, la Hera del panteón Maya; Coatlicue para los Aztecas; la Nuna de los esquimales; Tacoma de los Salish; Maka Ina de los Siux Oglalas; Iyatiku de los Keres y Kokyang Wuthi de los Hopis, Tari; en los Kond-Okui, además de otros muchos.
   El culto a la Diosa Madre fue arrumbado por el Neolítico, los dioses masculinos, la propiedad de la tierra, la necesidad de su transmisión al vástago. El predominio masculino en suma. Tuvo el Paleolítico mucha mayor igualdad de sexos, muy alejada de la tópica, falsa y recurrente imagen del cavernario arrastrando a la hembra de los pelos.
    El cambio de una sociedad nómada cazadora a otra sedentaria agricultora otorgó protagonismo a la figura femenina. Se estableció un vínculo entre la fertilidad de la tierra y la fecundidad de la mujer: las mujeres no sólo trabajaban los cultivos, sino que se convirtieron en responsables de la abundancia de las cosechas, pues sólo ellas poseían el misterio de la creación. La vida humana empezó a asimilarse al ciclo vegetal: tras ser engendrados (la tierra pasa a transformarse en una enorme matriz), tanto los hombres como las plantas crecen y terminan regresando a las entrañas terrestres cuando mueren. Asimismo, esta evolución hizo que la sacralidad femenina cobrase mayor importancia. En el Mediterráneo Oriental (Egipto, Fenicia, Frigia y Grecia) empezaron a adorarse  la Diosa bajo los aspectos de Isis, Cibeles y Rea, consagradas a la fecundidad vegetal, animal y humana.
   Es la Diosa “soberana”, que “resplandece con gran majestad”, era adorada en su calidad de cultivadora, segadora y aventadora del grano. Se representaba con una larga cabellera que le cubría la espalda, una corona de flores que adornaba su cabeza y una túnica oscura “sembrada toda de unas estrellas muy resplandecientes, en medio de las cuales el Luna de quince días lanzaba rayos inflamados”. Pero dejemos que la propia Divinidad sea quien se presente: “Soy madre y natura de todas las cosas, señora de todos los elementos, principio y generación de los siglos, la mayor de los dioses y reina de todos los difuntos, primera y única sola de todos los dioses y diosas del cielo, que dispenso con mi poder y mando las alturas resplandecientes del cielo, y las aguas saludables de la mar, y los secretos lloros del infierno. A mí, sola y una diosa, honra y sacrifica todo el mundo en muchas maneras de nombres”.
   Con el auge de las sociedades guerreras y depredadoras sus dirigentes necesitan crear elementos unificadores capaces de aglutinar las diferentes comunidades al tiempo que les permita no sólo afianzarse en el poder, sino extender sus dominios territoriales y económicos, para conseguir sus propósitos necesita dominar a los pueblos. Ahora bien, someter a los pueblos mediante el terror es dificultoso y requiere de ingentes y costosos efectivos armados, por tanto, llegan a la conclusión de que la manera más fácil y efectiva de lograr la obediencia ciega es el sometimiento religioso. Pero como los preceptos espirituales y morales emanados de la Diosa no son nada proclives a las guerras, deciden crear un dios a imagen y semejanza de sus propósitos, es decir, un dios masculino, celoso que exige total entrega incondicional, vengativo, inmisericorde, guerrero sediento de sangre de inocente y exterminador de pueblos, camuflado bajo aparentes principios morales con los cuales el fin último perseguido es el mayor sometimiento de los pueblos. Todo ello ayudado por una emergente casta sacerdotal masculina perteneciente a los estamentos dominantes, cuando no eran los propios reyes quienes asumían  la dirección religiosa de las masas.
 
   La religión judeocristiana, tal como la conocemos, sería sólo una manifestación más del patriarcado.


 
          El ejemplo más notable que nos ha legado la historia es el del pueblo israelita, una vez que fueron expulsados de Egipto en su deambular por el desierto del Sinaí, sus dirigentes dispusieron de cuarenta años para unificar las diferentes tribus y crear un estado (sin territorios) ultra nacionalista bajo el patrocinio de un dios único en nombre del cual fueron borrados de la faz de la tierra todos los disidentes. Una vez conseguida la unidad nacional cimentada en ríos de sangre y disponiendo de una juventud adoctrinada para la guerra de exterminio, al grito de ¡Anatema! se lanzaron como una pandemia sobre los territorios del entorno aniquilando a todo ser viviente, no escapando en ocasiones ni siquiera los animales domésticos a pesar del valor económico de los mismos, todo ello amparado en la supuesta promesa de su dios Yahveh  de “la tierra prometida”Un aspecto curioso de este dios es que, como buen guerrero
El ejemplo más notable que nos ha legado la historia es el del pueblo israelita, una vez que fueron expulsados de Egipto en su deambular por el desierto del Sinaí, sus dirigentes dispusieron de cuarenta años para unificar las diferentes tribus y crear un estado (sin territorios) ultra nacionalista bajo el patrocinio de un dios único en nombre del cual fueron borrados de la faz de la tierra todos los disidentes. Una vez conseguida la unidad nacional cimentada en ríos de sangre y disponiendo de una juventud adoctrinada para la guerra de exterminio, al grito de ¡Anatema! se lanzaron como una pandemia sobre los territorios del entorno aniquilando a todo ser viviente, no escapando en ocasiones ni siquiera los animales domésticos a pesar del valor económico de los mismos, todo ello amparado en la supuesta promesa de su dios Yahveh  de “la tierra prometida”. 

   Un aspecto curioso de este dios es que, como buen guerrero depredador, exigía su parte del botín de guerra en oro, plata, esclavas vírgenes y cabezas de ganado, otra cuestión es: ¿Para que necesitaba Yahveh esclavas mozas y vírgenes? ¿Por qué el resto de las mujeres de los pueblos vencidos eran pasadas a cuchillo? Y todo esto bajo unos supuestos mandamientos morales redactados por Moisés, los cuales iban dirigidos a la plebe pues las castas dirigentes han venido haciendo caso omiso de los mismos hasta la actualidad.
 
   Hace más de 4.000 años, un hombre llamado Abraham oyó una voz que le ordenaba matar a su hijo primogénito, Isaac. La voz afirmaba ser dios, de manera que Abraham se dispuso a obedecer hasta que el mismo dios (sanguinario) paró la mano de Abraham cuando, cuchillo en mano, se disponía a sacrificar a Isaac. Aquel dios quedó complacido con la obediencia de Abraham dispuesto a matar a su hijo pequeño, dejando claro que este tipo de hombres dispuestos a matar niños al oír una voz eran de su agrado, los elegidos, los espiritualmente dotados.
 
   Desde Abraham, los hombres tenían legitimación moral para matar, su dios se lo ordenaba. Los hijos dejaron de ser de sus madres, los hombres tenían comunicación directa con un poder superior que podía ordenar enviarlos a la muerte y a matar. Y había que complacer a aquel dios cruel y guerrero.
 
   Desde entonces se abrió la veda para caza del “no creyente” y no ha cesado el acoso y la persecución contra los fieles de la Diosa-Madre. Uno de los inquisidores más contumaces fue Jeremías, quien arremetió contra la Diosa-Madre Astaroth o Asherah (Ver cap. 2 del libro de los Jueces)  que era adorada como La Reina del Cielo, de acuerdo al libro del profeta Jeremías:(Jeremías 7.16-20).

Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. ¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. ¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión? Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.”


   ¿Quien es la Reina del Cielo?.-

  
Jeremías 44.7-30

   “Ahora, pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno, haciéndome enojar con las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado para vivir, de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y por oprobio a todas las naciones de la tierra? ¿Os habéis olvidado de las maldades de vuestros padres, de las maldades de los reyes de Judá, de las maldades de sus mujeres, de vuestras maldades y de las maldades de vuestras mujeres, que hicieron en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén? No se han humillado hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley ni en mis estatutos, los cuales puse delante de vosotros y delante de vuestros padres.

   Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo vuelvo mi rostro contra vosotros para mal, y para destruir a todo Judá. Y tomaré el resto de Judá que volvieron sus rostros para ir a tierra de Egipto para morar allí, y en tierra de Egipto serán todos consumidos; caerán a espada, y serán consumidos de hambre; a espada y de hambre morirán desde el menor hasta el mayor, y serán objeto de execración, de espanto, de maldición y de oprobio. Pues castigaré a los que moran en tierra de Egipto como castigué a Jerusalén, con espada, con hambre y con pestilencia. Y del resto de los de Judá que entraron en la tierra de Egipto para habitar allí, no habrá quien escape, ni quien quede vivo para volver a la tierra de Judá, por volver a la cual suspiran ellos para habitar allí; porque no volverán sino algunos fugitivos.

   Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo: La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti; sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno.
 
   Mas, desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos consumidos. Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin consentimiento de nuestros maridos?

   Y habló Jeremías a todo el pueblo, a los hombres y a las mujeres y a todo el pueblo que le había respondido esto, diciendo: ¿No se ha acordado Jehová, y no ha venido a su memoria el incienso que ofrecisteis en las ciudades de Judá, y en las calles de Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y vuestros príncipes y el pueblo de la tierra?
 
   Y no pudo sufrirlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais hecho; por tanto, vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en espanto y en maldición, hasta quedar sin morador, como está hoy. Porque ofrecisteis incienso y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis a la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley ni en sus estatutos ni en sus testimonios; por tanto, ha venido sobre vosotros este mal, como hasta hoy.”

   Y dijo Jeremías a todo el pueblo, y a todas las mujeres: Oíd palabra de Jehová, todos los de Judá que estáis en tierra de Egipto. Así ha hablado Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos lo ejecutasteis, diciendo: Cumpliremos efectivamente nuestros votos que hicimos, de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramarle libaciones; confirmáis a la verdad vuestros votos, y ponéis vuestros votos por obra. Por tanto, oíd palabra de Jehová, todo Judá que habitáis en tierra de Egipto: He aquí he jurado por mi grande nombre, dice Jehová, que mi nombre no será invocado más en toda la tierra de Egipto por boca de ningún hombre de Judá, diciendo: Vive Jehová el Señor. He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo. Y los que escapen de la espada volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto de Judá que ha entrado en Egipto a morar allí, la palabra de quién ha de permanecer: si la mía, o la suya. Y esto tendréis por señal, dice Jehová, de que en este lugar os castigo, para que sepáis que de cierto permanecerán mis palabras para mal sobre vosotros. Así ha dicho Jehová: He aquí que yo entrego a Faraón Hofra rey de Egipto en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, así como entregué a Sedequías rey de Judá en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, su enemigo que buscaba su vida.
 
   Vemos que el Dios judeo-cristiano finalmente ha captado el mensaje, que el pueblo va a adorar a la Reina del Cielo sin importar lo que él diga. Por lo tanto, Dios les dice que sigan adelante con su rebelión, porque él los va a destruir totalmente. Dado el carácter vengativo sanguinario y cruel de este Dios, no está dispuesto a que “su pueblo elegido” continúe adorando a la Reina del Cielo, “Jehová es un Dios que exige devoción exclusiva” (Éxodo 20:5), y les amenaza con descargar sobre “su” pueblo toda su ira. El lector interesado puede leer el relato completo del Juicio Divino en Jeremías 44:1-20-29. 
 
   Su temprano culto ubicuo, al que el propio Rey Salomón le rindió culto (1 Reyes 11:5) también se convirtió en el competidor dominante durante la Edad de Hierro, para la formación concreta del monoteísmo hebreo, antes de que fuera desfigurado y suprimido (Ezequiel 9:4-7, Is.13:18, Num. 33:50-52).
 
   “Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso. Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar”. (Deut 12:2-3)
 
   Miles de estatuillas (un 90%) de la Reina del Cielo han sido igualmente desenterradas en el lugar de nacimiento del judaísmo y la cristiandad a través de excavaciones arqueológicas en el antiguo Canaan, anterior a la invasión de los Levitas (Luvian) a la tierra que fluye leche y miel (Éxodo 33:3).
 
   “Rompan y boten sus altares, quiebren sus piedras sagradas y corten su Asherah”
(Éxodo 34:13)
 
   “Y yo acabaré todo su regocijo, sus fiestas, sus lunas nuevas, sus sabats, y todas sus fiestas solemnes”.  (Hosea 2:13)
   Según recoge un tratadista: “La palabra Hebrea para Asherah, que tiene lugar más de cuarenta veces en la Biblia, sugiere para los estudiosos alguna conexión con la bien conocida Diosa Madre Cananita Asherah. La etimología de la palabra en hebreo no está clara. Puede derivar de un verbo que significa “pisar, andar, ir derecho.” Los textos Ugaríticos Cananeos de los siglos 14- 13 A .C. presentan a Asherah como “Señora Asherah del Mar” nombre que significa según los estudiosos “La que surca/subyuga el mar.” y “Madre de los Dioses”
   Así pues, está claro que originalmente en el antiguo Israel había una Diosa llamada “Asherah”, asociada con los árboles y santuarios en los altos, que podía ser simbolizada a veces por un palo de madera o la imagen de un árbol. Esta tradición referente a la Diosa vino a ser anatema con el tiempo, pero, quedó perpetuada sólo mediante referencias veladas en la Biblia Hebrea.” (Ángel G. 2007)
   Mientras los judíos estuvieron confinados en su propio universo en las sociedades politeístas más desarrolladas de su tiempo, la greco-romana, los fieles de la Diosa practicaban sus cultos y ritos, existiendo plena tolerancia entre las diferentes religiones.  

   La suplantación de la Diosa.-
   En todo el mundo los pueblos continuaron a adorando a la Diosa-Madre aún mucho tiempo después del advenimiento del cristianismo. En muchos lugares se adoraba contemporáneamente al dios cristiano y a los dioses paganos, e incluso los sacerdotes cristianos venían iniciados en los misterios paganos. En los primeros tiempos del judeo-cristianismo mientras los cristianos tuvieron interés en coexistir con el paganismo (en efecto no tenían alternativa, porque los paganos los superaban numéricamente), dioses y Diosas fueron admitidos en el panteón cristiano como santos, y las celebraciones paganas paulatinamente fueron mantenidas, transformadas en festividades cristianas.
   Esto fue así hasta que una secta monoteísta y masculina surgida como una rama del judaísmo denominada cristianos, pasó de ser marginada y perseguida como dañina para los intereses del imperio romano, a ser tolerada en un principio y legalizada posteriormente (1314). A partir de ese momento vuelven a resurgir los antiguos demonios del judaísmo contra la Diosa y comienza por parte de los cristianos una de las mayores persecuciones de exterminio total de los no cristianos recogida por la historia. (Ver capitulo 1, pagina 4)
   Pero a pesar de los cientos de miles de seres humanos asesinados, torturados, perseguidos y marginados por estas legiones de cristianos disfrazadas de santidad, no pudieron ni han podido erradicar de la mente del ser humano la ancestral adoración a la Diosa-Madre Universal, por ello, decidieron cambiar de táctica y comenzaron a falsificar toda una teología en torno a la madre de Jesús, a la que fueron aplicándole los aspectos y atributos de la Diosa-Madre, mediante burdas fábulas y interesadas y tergiversadas reinterpretaciones de sus propios fundamentos.
   Mediante dogmas impuestos, concilios y decretos papales de la iglesia católica, la Gran Madre fue transformada en la “virgen” madre de Cristo... su sexualidad cancelada, su poder reducido de aquello de creadora del mundo a aquello de intermediaria entre el hombre y el dios masculino.
   Mas su poder sobre el genero humano no se desvaneció jamás del todo, y aquellos que continuaron a adorar a los viejos dioses fueron llamados magos y brujas servidores del demonio.
   A estas fechas millones de cristianos ignoran lo evidente, que el Nuevo Testamento es una mezcla de leyenda, falsificación, testimonios confusos de testigos presénciales y materiales tomados de otras tradiciones. Pero al negar esa evidencia no sólo se equivocan sino que defienden frente a la crítica un sistema cada vez más frágil.
 
   No es mi intención molestar con mis humildes planteamientos sobre la figura de María a los honestos veneradores de la misma pues, en el fondo y aún desconociéndolo, a quien realmente están venerando es a la Diosa-Madre Universal.
   En el denominado Nuevo Testamento (judeo-cristiano), no hay mención del papado, la veneración o adoración de María (o de la inmaculada concepción de María, la perpetua virginidad de María, la ascensión de María, o María como co-redentora y mediadora), las peticiones a los santos en el cielo por su intercesión, la sucesión apostólica, las ordenanzas de la iglesia funcionando como sacramentos, la confesión de pecados a un sacerdote, el purgatorio, las indulgencias, o la autoridad paralela de las tradición eclesiástica y la escritura. 
   De acuerdo a algunas fuentes islámicas: “Cuando María llegó a su fin en este mundo, su bendita forma fue enterrada en el Monte de los Olivos. Ciertas fuentes europeas establecen que la Virgen murió en Efeso.”
   El hecho de que no encontremos en nuevo testamento la expresa frase diciendo “María pecó no significa que María no haya pecado en su vida. Según dicho texto debemos partir de que la condición normal del ser humano nacido de mujer es ser pecador (Romanos 3:23), por ende, si María era la excepción (como sostiene la teología católica), lo que el nuevo testamento debería aclarar expresamente es que María nunca pecó, cosa que claramente no hace.
   Si María era inmune al pecado, entonces no tenía inmundicia; y por lo tanto, no tenía porque purificarse. Sin embargo, María al dar a luz quedó inmunda según la ley judía y tuvo que cumplir con el rito de purificación como cualquier mujer de su tiempo. La biblia dice lo siguiente cuando José y María presentaron a Jesús:
   “Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor” (Lucas 2:22).
   Fueron a presentar a Jesús, de acuerdo a la ley que se describe aquí: “Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda. Y al octavo día se circuncidará al niño. Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación.” (Levítico 12:2 al 4).
   Quizás usted piense que yo estoy ofendiendo  a la madre de Cristosimplemente por negar, biblia en mano, prerrogativas otorgadas que son ajenas a la palabra del dios judeo-cristiano. En cambio, creo más bien que ofenderla es tratarla de algo que nunca fue, colocándola en lugares en los que nunca estuvo, y suponiendo en ella atributos que jamás tuvo.
   Presentar a la verdadera María “bíblica”, lejos de ofenderla, es respetarla y honrarla como mujer.
   Desde el punto de vista bíblico y objetivo, podemos decir que la doctrina de la Inmaculada Concepción de María no es de su dios. Surgen interrogantes como: ¿Por qué el catolicismo romano se empeña en que sus fieles se acerquen a María en vez de a Jesús directamente?
   Detrás de todo esto podemos ver una maquinación para que se pierda el horizonte y la meta a la cual pretendemos  llegar los verdaderos seguidores de la Diosa-Madre Universal.
    La Diosa en Arabia.-
   Antes de las revelaciones al profeta Mahoma las tribus árabes adoraban a la Diosa-Madre.
   Uno de los sitios para este culto de las “huestes del cielo” era La Meca. Con respecto al Kaaba de La Meca, aquel más santo de los santos musulmanes, Walker escribe: “La urna de la sagrada piedra en La Meca, anteriormente dedicada a la pre-islámica Triple Diosa Manat, Al-Lat (Alá), y Al-Uzza, la “Anciana” a quien los hombres de la tribu de Mahoma, los Koreshitas, le rendían culto. La piedra también fue llamada Kubaba, Kuba, o Kube, y ha sido vinculada con el nombre de Cybila (Kybela), la Gran Madre de los Dioses. La piedra llevaba el emblema del yoni, como la Piedra Negra a la cual los votarios de Artemio le rendían culto.
 
   Ahora es considerada como el santo centro del Islam patriarcal, y su simbolismo femenino ha estado perdido, aunque sacerdotes de la Kaaba todavía son conocidos como los Hijos de la Mujer Anciana”.
 
   En cuanto al Dios del Islam, Alá, Walker dice lo siguiente:
 
   “La tardía masculinización islámica de la Diosa árabe, Al-Lat o Al-Ilat - la Allatu de los babilónicos - anteriormente se le rendía culto en la Kaaba en La Meca. Se ha mostrado que “el Alá del Islam” es una transformación masculina de “la primitiva deidad lunar de Arabia.” Su antiguo símbolo de la luna creciente todavía aparece en las banderas islámicas, aunque los Musulmanes modernos ya no admiten ningún simbolismo femenino conectado con el total patriarca, Alá”.
 
   De hecho, el Corán verifica el estatus lunar o cielo-nocturno de Alá: “Recuerden el nombre de nuestro Señor mañana y tarde; por el tiempo de la noche ríndasele culto: alábelo todo el tiempo de la noche”. (Q 76:23)
 
   Y en Q 2:189: “Si lo cuestionan sobre las fases de la luna. Digan: “Son estaciones arregladas para la humanidad y para la peregrinación.”
   Estimado lector, si has tenido la paciencia de leer lo anteriormente expuesto quiere decir tienes curiosidad o interés por el tema tratado, en todo caso, recibe mi gratitud y reconocimiento por la atención y tiempo dedicados, pero lo hasta aquí expuesto es sólo una puesta en antecedentes, situación, preludio o excusa para tratar de la usurpación que por parte del colonialismo español hemos sufrido los canarios de Nuestra Ancestral Diosa-Madre Chaxiraxi. En capítulos posteriores desarrollaremos lo más brevemente posible algunos aspectos de dicha usurpación y finalizaremos con la divulgación de los documentos relativos al denominado “Pleito de los naturales de Candelaria” por recuperar la posesión de la imagen de la Diosa Chaxiraxi (virgen de Candelaria) procedentes del fondo de Ossuna y actualmente depositados en el fondo Histórico del Ayuntamiento de La Laguna (Caja 0; expediente 10) los cuales en su día fueron sacados a la luz pública en la obra de D. Juan Bethencourt Alfonso Historia del Pueblo Guanche, y que creo que  merecen ser divulgados. 


Chaxiraxi, Diosa Negra.-
   Entre los cultos de Oriente Medio sobresale, el de la Diosa Madre, que aparece en todas las grandes religiones de la antigüedad aunque su origen es anterior a ellas. Fueron representadas generalmente de color negro porque eran el símbolo de la Tierra primigenia que, una vez fecundada por la Sol, se convertía en fuente de toda vida, pero también porque muchas de esas imágenes substituían, en el lugar de culto a una Piedra Negra de origen meteorítico, que había sido venerada en esos santuarios desde tiempo inmemorial. Tanta llegó a ser la fama que tenía el poder divino de tales rocas meteóricas que los romanos las requisaron en los países conquistados para venerarlas todas juntas en un templo dedicado a la Magna Mater (la Gran Madre) que construyeron en el Palatino de Roma. Allí lograron reunir la piedra Kybele de Frigia, la Lapis Lineus de Anatolia y El Gebel de Siria entre otras, y a ellas acudía el pueblo en general para solicitar favores, especialmente relacionados con la fecundidad en el plano físico, tanto como con la fertilidad intelectual y espiritual. (Blascksam)
  
Sulamita, la amada de Salomón, es de piel oscura: “Soy morena, pero hermosa”, aparece en el Cantar de los Cantares. Y así, encontramos Madonnas Negras como madre de dios. Sin embargo, las vírgenes negras tienen orígenes precristianos. En Éfeso había una estatua negra de Artemisa, de la que surgió una de las primeras vírgenes negras. Las vírgenes negras son imágenes de la antigua Diosa Madre, cuyos diferentes aspectos son conocidos, según cada cultura, como Ishtar, Astarté, Afrodita, Venus, Démeter, Ceres, Hécate, Diana, Tierra, Gaia, Isis, la Gran Madre, la Gran Bretaña conoció una Black Annis, la Madre de los Dioses sincretizada por el catolicismo como la Virgen María. La madre de dios representa el lado bondadoso y afable de la antigua triada de Diosas.
   Antes de la creación del cristianismo, se veneraba en: Oriente Próximo, Egipto, Grecia, el Oeste de Europa, a la "Diosa Madre" o la "Diosa de la Tierra", este culto corresponde a una simbología Universal, representaba la naturaleza con su lado negativo y positivo: sequías, hambre, tormentas, y al mismo tiempo era la Diosa de la fecundidad, la abundancia y de la vida, es el principio femenino de todas las cosas, de ella nace la vida.
   El origen de las Diosas Negras asumidas por el catolicismo como Vírgenes Negras data de tiempos remotos, siempre han sido un misterio en la iconografía cristiana.
   En Efeso (Turquía) en el templo de Diana, se veneraba una estatua negra de la Gran Diosa, es sorprendente ver que fue en Efeso donde Maria vivió tras la muerte de su Hijo, según la tradición católica, se sitúa allí su “Asunción”, el lugar donde ocurrió se denomina en turco “Karatchalti” es decir “la piedra negra”.
   Las Diosas  negras son de color oscuro porque representan como queda dicho a la Madre Tierra y a la sabiduría ancestral, que fue pretendida por los Templarios, quienes como en siglos anteriores hicieron griegos y romanos, asumieron la sabiduría, teología y espiritualidad de los sacerdotes egipcios.
   iAl sur de Egipto, en la región llamada Nubia, cerca de Asuán, existe una isla situada en el centro del Nilo denominada Isla de Philae (“Isla del tiempo de Ra” para los antiguos egipcios). En esta isla se erige un templo dedicado a la Diosa Isis (o Hathor) y era, en tiempos de las cruzadas, el único emplazamiento en donde se seguían realizando los antiguos cultos de los tiempos del Egipto faraónico.  Los Caballeros Templarios navegaron el Nilo en una de sus incursiones por el país y alcanzaron esta isla. Seducidos por la hermosura del lugar, por la paz y la espiritualidad que emanaba, y por la belleza del culto a la antigua diosa, se sintieron tan atraídos que lo adaptaron a sus propias creencias. Desde la instauración del Temple empezaron a proliferar imágenes de vírgenes negras, como evocación a la ancestral Diosa Madre-Tierra Isis.  (Florian Yubero, 2009)
   El problema que se encontraron los Templarios en Europa era que el retorno al antiguo credo de la tierra, la adoración de una deidad pagana, podría traerles graves problemas en el seno de la férrea iglesia católica. Esto obligó a los miembros del Temple a ser muy ingeniosos. Bajo un culto predominantemente masculino, y sabedores de que el culto a la Diosa Madre significaría sin duda una herejía, lo lógico hubiese sido equiparar a esta con la Virgen María, la “Reina del Cielo”, como la llamaba San Bernardo y como aparece en el libro Antiguo Testamento refiriéndose a Astarté, la equivalente fenicia de Isis.
   Pero en vez de eso, los Caballeros del Temple decidieron inventar la figura de “Nuestra Señora” y camuflar a la Diosa Madre bajo la imagen de una “virgen negra”, asociando esta imagen a la María Magdalena del cristianismo, a la que curiosamente los evangelios del siglo I y los apócrifos reservan un papel mucho más importante que a la madre de Jesús, ya que Maria Magdalena además de sacerdotisa de la Diosa era la compañera de Jesús.
   Con la llegada del Cristianismo, las Diosas (vírgenes)  pasaron a un segundo lugar, pues el cristianismo es una religión “Patriarcal” (Padre, Hijo...), pero los pueblos siguieron venerando a las “Diosas-Madres”, la iglesia católica intentó armonizar el cristianismo con las tradiciones locales, el culto a Maria se introdujo en el Concilio de Efeso año 431, como Virgen y Madre de Dios, esta introducción se hizo lentamente.
   Los católicos medievales utilizaron el color negro en las imágenes de la Virgen, recogiendo el legado de las Diosas madres prehistóricas y de sus sucesoras paganas, Isis, Belisana o Artemisa. En el origen del culto a las diosas madres prehistóricas encontramos unas piedras negras caídas del cielo, los meteoritos, adorados como generadores de vida. En nuestros días pueden encontrarse las vírgenes negras en muchos países europeos, especialmente en Francia y España como objeto de gran devoción popular.
   En las Galias, las tribus celtas, adoraban a la Diosa “Bélisama”, la virgen negra, la gran reina, en algunos lugares la Virgen Negra se ha colocado en el mismo lugar donde antes estaba consagrado  al dios “Belén”, este dios era para los Celtas el equivalente del dios “Apolo” (para los griegos, divinidad Solar).
   Cuando se estableció el cristianismo en el llamado viejo mundo se rezaba a Jesús pero, aún así, muchos continuaron con la celebración de los antiguos ritos y subían a los montes a encender sus hogueras tradicionales y a cocer sus pociones, regresando a las casas con sus antorchas mágicas encendidas. La Iglesia se dio cuenta de que no podría acabar con estos ritos y, en lugar de combatirlas, las substituyó por otras similares celebradas en fechas parecidas y dedicadas a vírgenes y santos que habían adoptado los caracteres de los antiguos dioses y diosas. Así, Nuestra Señora de la Candelaria toma el lugar de Belisana y es acompañada los días 1 y 2 de febrero por San Lucas, que reemplaza a Lug, dios del caldero. La sacaban en procesión con una vela en la mano rodeada por doncellas que portaban cirios encendidos y los fieles le ofrecían ramos de hierbas medicinales. El sacerdote culminaba la celebración presentándola a todos como La Virgen Madre que trae la Luz al mundo. Lo llamativo, sin embargo, es que su imagen era de color negro. (Blascksam).
   Así, Nuestra Señora de la Candelaria toma el lugar de Belisana y es acompañada los días 1 y 2 de febrero por San Lucas, que reemplaza a Lug, dios del caldero. La sacaban en procesión con una vela en la mano rodeada por doncellas que portaban cirios encendidos y los fieles le ofrecían ramos de hierbas medicinales. El sacerdote culminaba la celebración presentándola a todos como La Virgen Madre que trae la Luz al mundo. Lo llamativo, sin embargo, es que su imagen era de color negro ¿Por qué, quién y cómo escogió el color negro para una figura cristiana que debía sustituir el antiquísimo culto a la Madre Tierra?
   En la Edad Media europea, el culto a la Virgen Negra evolucionó.

   Los artesanos y pintores debían seguir unas reglas muy estrictas, todas las Vírgenes Negras se parecen, aunque no son idénticas, algunas recuerdan a las estatuas de la Isla de Pascua, a Buda, a las estatuas Mayas, o africanas.
   Las que fueron realizadas y veneradas en el siglo XI, tenían tres fuentes de inspiración: Celta, Oriental, y Monástica.

   Normalmente tienen 13 características comunes:
-         1) Todas están hechas de madera, y son de la misma época (siglos XI y XII, son raras en el XIII).
- 2) Son siempre Vírgenes en Majestad, la madre está sentada derecha, con el Niño en sus rodillas.
- 3) El rostro de la Virgen no refleja ninguna emoción, (ni ternura, ni compasión), su expresión puede ser oriental, egipcia.

- 4) Algunas son unas obras maestras, otras no lo son tanto.

- 5) El vestido siempre es de colores: blanco, rojo, azul, con adornos dorados a veces son de oro, la policromía era una regla en las esculturas de la Edad Media.
- 6) Todas miden unos 70 cm de alto, 30 cm largo, 30 cm de profundidad.

- 7) Los lugares donde son expuestas son conocidos y visitados desde la antigüedad, el culto de Nuestra Señora era el mismo que el de una divinidad Celta, o pagana, cerca del lugar hay una fuente, un pozo, una gruta...
- 8) Un elemento oriental  es asociado a cada Virgen Negra, por lo visto fue traído por los caballeros de las cruzadas.

- 9) En la Edad Media las gentes iban en peregrinación al santuario de la Virgen Negra. - 10) La Historia del Santuario, està relacionada con las abadías Benedictinas, del Cister y los Templarios.
- 11) En los edificios que acogen a las Vírgenes Negras, hay unos signos esotéricos e iniciàticos.
- 12) Son lugares donde se han producido milagros.

- 13) Los rituales y las procesiones son similares. (Mariac)

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