SITIO OFICIAL DE LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE

TENEMIR UHANA MAGEK GRACIAS PODEROSA SOL
ENEHAMA BENIJIME HARBA POR SALIR UN DÍA MÁS
ENAGUAPA ACHA ABEZAN. PARA ALUMBRAR LA NOCHE.

martes, 22 de abril de 2014

EL VIAJE DE LA DIOSA TANIT A LAS ISLAS CANARIAS-II






GUAIRE ADARGUMA ANEZ’ RAM  N YGHASEN



Viene de la pagina anterior



“...La etapa que se inicia en 1970 coincide con la creación y primeras actuaciones del Departamento de Arqueología de la Universidad de La Laguna. Directamente implicado, no puedo ser objetivo en la valoración de aquel periodo, que ha sido considerado de “anquilosamiento” en la investigación, cuando no con otros términos más duros.”

“En el campo de las manifestaciones rupestres se produce una excepcional aportación al menos patrimonial. En efecto, el registro de yacimientos aumentó considerablemente,  si bien los dos corpus elaborados en aquellos años permanecerían inéditos. Uno de ellos sería realizado A. Beltrán y el otro por nosotros.

Beltrán realizó en 1971 una monografía sobre el Barranco de Balos al que considera un santuario, cuyos grabados, que responden a un culto a la fecundidad y al sol, tienen una antigüedad de unos cuatro mil años –desde el Eneolítico o bronce Medio europeo hasta nuestros días.” (Mauro S. Hernández Pérez, 1996: 35)


“...Ese aislamiento se entiende porque no hubo navegaciones regulares y masivas entre las islas. Los aborígenes contaban historias sobre algunas míticas travesías entre Tenerife, y La Gomera y El Hierro, usando balsas de odres inflados, y hay dudosa descripción de canoas hechas en Gran Canaria con corteza de Drago. Pero no eran navegantes,  entre otras causas porque en el Archipiélago no existían condiciones optimas para la navegación ni materiales adecuados para fabricar embarcaciones. Tampoco existen pruebas arqueológicas. En La Palma descubrimos un grabado que recuerda determinadas embarcaciones de la antigüedad, pero como es el único caso hasta el momento, no estamos seguros de que sea realmente un barco y no sólo lo parezca.” (J.F. Navarro Mederos, 2001)

En cuanto al tan debatido tema de la navegación en las islas, dos de los  autores que nos hablan de navegaciones entre éstas, son el ingeniero cremonés Leonardo Torriani, cuya obra sobre la historia de Canarias, aunque era citada por algunos autores como Núñez de La Peña, no  fue conocida hasta que el investigador austriaco Dominik Josef Wölfel la tradujera y publicara en Leipzig, en 1940,  y el Ilustre Sabio Canario, D. Juan Bethencourt Alfonso, quien nos habla de navegaciones entre las islas usando foles y nos cuenta una sugestiva leyenda de la época mítica.

“Pescaban con cuerdas de cuero y con anzuelos de huesos de cabras; y hacían las redes de yerbas y de palmas, parecidas a las que se usan en los ríos de Lombardía, que son cuadradas y cuelgan de una percha larga. También hacían barcos del árbol drago, que cavaban enteros, y después le ponían lastre de piedra, y navegaban con remos y con vela de palma alrededor de las costas de la isla; y también tenían por costumbre  pasar a la isla de Tenerife y a Fuerteventura y robar. Por esta navegación llegaron a parecerse con los demás isleños, tanto en el leguaje  como en algunas costumbres, como se dijo de Fuerteventura, los cuales imitaron a los canarios en su modo de hacer justicia.” (Leonardo Torriani, 1959: 113-14) Estas navegaciones entre islas, puede justificar la presencia en la isla de Tamarán (Gran Canaria), de las hachas de piedra pulimentadas descritas por el Doctor Chil y Naranjo, y encontradas en la ciudad de Arucas, (2) Galdar (1)  más otra procedente de La Gomera y que actualmente forman parte de los fondos del Museo Canario. Es posible que estas hachas estén elaboradas con piedras procedentes de Fuerteventura, “...aunque tampoco falte la diorita en las Islas Canarias, pero no en la Gran Canaria, sino en la de Fuerteventura, donde hemos extraído muestras de esta durísima roca, en el poblado de Toto, próximo al pueblo de Pájara, y que en rigor debe denominarse microdiorita por la finura de su grano...”(Simón Benítez Padilla, 1965: 150). La pregunta es simple ¿Cómo llegaban las piedras de Furteventura a Gran Canaria y La Gomera?  Por otra parte, la tamusni (historia oral) recoge que, por la punta de la rasca, en Arona (Tenerife) acostumbraban a desembarcar los canarios y Palmeros que venían a comerciar y en ocasiones a robar ganado, como apoyo a esta posibilidad puedo atestiguar que hace años recogí en el poblado de la Rasca, algunos fragmentos de una cerámica de hechura fina y color negro que algunos entendidos adscribieron a la cerámica pre-colonial de la isla de La Palma.

En cuanto a la navegación con foles, existen varias narraciones que  atestiguan navegaciones entre islas  en épocas pre-coloniales y míticas. Según Bethencourt Alfonso, los guanches de Tenerife conservaban la reminiscencia de una pavorosa catástrofe... referida de dos maneras por sus descendientes: “Según unos, cierto día infausto, en medio de terremotos,  erupciones volcánicas, y temblores se abismó “la isla anegada que no volverá a aparecer hasta que no se hunda otra de las siete que habitamos”; pero según otros, los cataclismos fueron sucesivos en un lapso de tiempo más o menos largo, quedando las islas como en la actualidad menos Tenerife y Gran Canaria Canaria que siguieron unidas por  un arrecife entre Naga y la Isleta en Gran Canaria que al fin desapareció también.”

Relacionadas con estos trastornos geológicos circulan algunas consejas, de las que reproducimos las tres siguientes:

“Cuentan que una joven de la nobleza del tagoro Archaha, reino de Adeje, llamada Guilda, en vísperas de casarse murió repentinamente su prometido y pasado algún tiempo descubrió con horror que era madre. Desesperada, porque según la ley la arrojarían viva al mar, confióse a un siervo pescador, y convinieron en que la única probabilidad de salvarse era ganar la isla de La Gomera sobre una balsa de foles o zurrones. Todo preparado, una noche de tiempo favorable embarcó con gran sigilo por la playa de Troya, no sin ofrecer a su cómplice que haría una gran hoguera si lograba escapar, pues creían que La Gomera, Palma y Hierro estaban deshabitadas desde la catástrofe, porque nunca vieron fuego en ellas.

Pero lo más curioso de dicha tradición tinerfeña es que se completa con otra que hemos recogido en La Gomera. Existe en esta isla cerca de San Sebastián, la aún llamada Playa de la guancha, porque en tiempos muy remotos apareció por allí una joven de Tenerife embarcada sobre zurrones. El acontecimiento conmovió la isla, y llevada ante el rey contó sus desventuras y la causa que le obligó a huir de su tierra; añadiendo que no esperaba encontrar gente porque nunca habían visto fuego. Como los indígenas ignoraban el modo de obtenerlo, les enseñó frotando dos trozos de madera; y fue tal el entusiasmo que el príncipe la tomó por esposa prohijando el ser que llevaba en las entrañas. Pasado algún tiempo los esposos fueron a Tenerife, saltando por la aguja de Teno.

Una sobrina del rey Archinife de Adeje, llamada Guajara, era tan notable por su belleza que llegó a oídos del libertino Tauco, primogénito del soberano de la isla de Canaria, que hizo viaje a Tenerife para comprobar lo que pregonaba la fama. La realidad superaba a cuanto le habían dicho y la solicitó por esposa; pero aunque el rey apoyó con calor la demanda, Guajara alegó varios pretextos para rehuir el compromiso. Después de varios viajes de Tauco, descubrió que era rechazado porque existía un rival oculto y favorecido, el tagorero Ucanca, gobernador de esta región y el guerrero más acreditado de su tiempo.

Tauco juró venganza; y como se enteró que Guajara acompañada de dos siervas iba con alguna frecuencia a recrearse de los retamales de Afonche, le preparó una celada con algunos de sus vasallos y consiguió sorprenderla y forzarla, huyendo seguidamente para Canaria temeroso a las consecuencias. No retornó Guajara a la corte, sino que se encaminó al gobierno de su amante, para revelarle lo sucedido; y Ucanca lleno de ira, después de ocultar a su prometida en la cueva del mal país al amparo de sus hombres de guerra, marchó en persecución de Tauco. Cuando llegó a Naga ya su enemigo había partido para Canaria; a cuyo punto se dirigió salvando la distancia, <<por foles y por otras andando sobre los arrecifes>>.
Después de matar Ucanca a Tauco en singular combate, se casó con su prometida; pero irritados contra el rey de Adeje por haber patrocinado a Tauco, se revelaron levantando pendones contra el soberano hasta que lograron enseñorearse de la isla, fundando la dinastía de los Guajara tan celebrada en las tradiciones.

Pasadas algunas generaciones, un poderoso monarca de la dinastía de los Guajaras tuvo un hijo llamado Binicherque, tan orgulloso  que no teniendo hermanas y no encontrando entre la nobleza de la nación mujer diga de elevarla al trono, puso los ojos en una princesa hija del rey de Canaria; a la que iba a galantear <<recorriendo el camino partes andando y

parte sobre foles>>. Creemos que estos mitos ocultan sucesos positivos. Así, por ejemplo, en el banco o arrecife entre Tenerife y Canaria vislumbramos trastornos geológicos mas o menos grandes, [...] Claro que estas interpretaciones no pasan de meras hipótesis, pero ya se ha convenido en que la Mitología es la historia del pasado exornada por la poesía de las generaciones sucesivas.” (Juan Bethencourt Alfonso, 1991,tomo I:62-64)

Nos hemos permitido esta digresión, para dejar patente que si bien en el Archipiélago Canario no se practicaba una navegación continuada y digamos “reglada” no por ello, nuestros ancestros la desconocían. Siendo como eran las sociedades isleñas mayoritariamente ganaderas, que no practicaban el comercio especulativo y que además eran sociedades desarrolladas hacia dentro, es decir, “encerradas” en sus islas, poco interés pusieron en desarrollar la navegación máxime cuando la mayoría de los grandes males que les afligían, siempre provenían de la mar. Por otra parte, es plausible que en alguna época sí practicaron la navegación a gran escala, la propia fragilidad de los materiales han hecho que no llegara hasta nosotros pruebas materiales de su existencia. No compartimos el planteamiento de algún autor que afirma que en las islas no existía materiales idóneos para la construcción naval, debemos admitir que si se refiera a elementos metálicos lleva razón, pues en las islas no existen metales factibles de ser transformados con medios artesanales, pero en cuanto a las maderas que eran los materiales básicos en la construcción de buques, las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y Gran Canaria, eran abundantes en pinos, cedros, tilos y en maderas nobles. Así mismo, los dragos alcanzaban grandes proporciones, no siendo imposible construir con ellos embarcaciones de considerables dimensiones, las cuales una vez debidamente impermeabilizadas con pez o resina de pino podían transportar a diez o doce navegantes.















            En el Barranco de Balos, en Agüímes, isla de Gran Canaria existe un yacimiento de grabados rupestres entre cuyos motivos hay uno que consta de tres caballos con jinetes en un primer plano y unos dibujos en segundo plano que sugieren árboles más concretamente unos pinos.

El dibujo, por sí sólo es una pieza extrañísima pues hasta el descubrimiento de este yacimiento no se tenía noticias de que los antiguos Canarios tuviesen conocimiento de la existencia de éstos equinos. La curiosidad ante tan insólita representación nos obligó a  indagar en busca de manifestaciones paralelas en nuestro entorno cultural, nuestros esfuerzos se vieron recompensados por el hallazgo de otro grabado similar localizado en un yacimiento de la antigua Nuvia egipcia, elaborado quizás con la misma técnica y que igualmente representa a tres caballos con jinetes, pero en esta ocasión éstos son guerreros que portan armas y escudos y además forma parte del conjunto un elefante. Pero, siendo extraordinaria la similitud que muestran ambos grabados no es menos extraordinario el hecho de que este grabado nubio, está datado nada menos que en el 3.800 a.d.n.e.

Creo que esta datación nos puede aproximar la época en que se produjo el primer poblamiento de las islas, o por lo menos a una  de las primeras arribadas a la isla Tamaránt (Gran Canaria).

Canarias octubre de 2008.

Imágenes:

1.- Santuario dedicado a la Diosa Tanit en Taganana conocido como “Piedra de los Escalones”, en él, están grabados prácticamente todos los signos referentes a la Diosa. Fotografía del Autor.

2.- Grabado de un navío denominado “hipo” localizado en Garafia, isla Benahuare (La Palma,) de claras característica fenicías insertado en otro dibujo pisciforme. Tomado de: Manifestaciones rupestres de las Islas Canarias.

Fuentes consultadas:

Juan Bethencourt Alfonso
Historia del Pueblo Guanche
Francisco Lemus. Editor, La Laguna-Tenerife, 1991.

Ramón Corzo

Los fenicios, señores del mar

Historias del viejo mundo.
Madrid, 1994.

Leonardo Torriani
Descripción de las Islas Canarias.
Goya Ediciones.
Santa Cruz de Tenerife, 1959.

Enrique Gonzalbes Cravioto
Los pueblos del áfrica Atlántica en la antigüedad.
En: Eres, revista del Museo Arqueológico de Tenerife.
Nº. 10, Pág. 61 y ss. Marzo de 2002.
Santa Cruz de Tenerife. Islas Canarias, 2002.

Rafael González Antón et al.
El Poblamiento de un Archipiélago Atlántico: Canarias en el proceso Colonizador del Primer Milenio A.C.
En: Revista Eres. Museo Arqueológico de Tenerife, volumen 8, año 1998.
Santa Cruz de Tenerife. Islas Canarias, 1998.

José A. Delgado Delgado

Las Islas de Juno: ¿Hitos de la navegación fenicia en el Atlántico en época arcaica?


Herodoto. Historia
Biblioteca Clásica Gredos.
Madrid, 1970.

Martin Almagro Bach y Martin Almagro Gorbea
Estudios de Arte Rupestre Nubio.
Ed. Ministerio de Asunto Exteriores y Ministerio de Educación Nacional (España)
C.S.I.C. Madrid (España), 1968.

Mauro S. Hernández Pérez
En: Manifestaciones Rupestres de la Islas Canarias.
Ed. Consejería de Educación y Deportes del Gobierno de Canarias.

Dirección General de Patrimonio Histórico, año1996.

Gitanita

Nicaragua.com. 2001.

Las Palmas de Gran Canaria. Islas Canarias, 1996.

J.F. Navarro Mederos
La arqueología y Poblamiento Humano de La Gomera (Islas Canarias).
BSCP Can ped 2001;25-Nº2.

Eduardo Pedro García Rodríguez
La Diosa Madre en las islas Canarias (inédito)

Rodrigo de Balbín Berhrmann et al.
Datos sobre la colonización púnica de Canarias.              
En: Revista Eres. Museo Arqueológico de Tenerife, volumen 6, junio de 1995.
Santa Cruz de Tenerife. Islas Canarias, 1995.



Enviado al coordinador de La Enciclopedia Digital de Canaria el 6 de octubre de 2008.



































No hay comentarios:

Publicar un comentario