LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS
Volumen V
Capitulo IV-II
La Diosa Sol en la
etnohistoria
Por ser la Sol el astro que ilumina nuestro planeta, sin el cual ninguna vida seria posible aquí, se comprende mejor aun la presencia de ese astro central en muchas religiones y tradiciones. Es mas, nos damos cuenta mejor de la fuerza incomparable que pueden tener las vías espirituales y los itinerarios iniciales en los que ese astro resplandeciente tiene el papel más importante.
No se trataría únicamente de una vida en la que el astro del día hubiera tenido un papel privilegiado, sino de un destino en el que los acontecimientos y la suerte se orientarían, se determinarían alrededor de esa gran imagen arquetípica.
La Diosa Sol Magek, comienza su
viaje hacia nuestro Hemisferio. De la oscuridad a la Luz, del inconsciente a la
conciencia…
La palabra solsticio se deriva
del latín sol (‘Sol’) y sístere (‘permanecer quieto’), porque la Sol sale y se
pone en el mismo lugar por unos días. Este momento “estacionario” sugiere un
aquietamiento, un tiempo de espera.
Por lo tanto, después de la
pausa, un movimiento hacia el renacimiento, señala el retorno y renovación de
la fuerza de la vida. Es por esto que muchísimas culturas, desde hace muchos
milenios, celebramos este momento en una
u otra manera. A fin de salvaguardar el Fuego Sagrado de la Vida, manteniendo
la esperanza, reconociendo el poder de renovación de la Naturaleza. Celebrando
para asegurar el retorno de nuestra estrella de la mañana, la Sol.
Uno de los aspectos más
apreciados de la Diosa primordial Chaxiraxi, el solar, fue apropiado por las
culturas patriarcales. Y este aspecto fue atribuido a un dios o a un héroe. Sincrónicamente, este
aspecto yang, comenzó a ser visto como atributo exclusivamente masculino. Así,
los aspectos solares de la Diosa Madre, comenzaron a ser ocultados y
traspasados. Ni hablar de la Diosa solar en sus diversos aspectos.
Con el avance del monoteísmo
judeo-cristiano, la iglesia de Roma
“establece” la Natividad de Jesús, durante la misma época que los Festivales
“paganos” africanos y europeos. El festival del nacimiento del “Sol Invicto”
(Dies Natalis Solis Invicti) se celebraba cuando la luz del día aumentaba
después del solsticio de invierno, en alusión al “renacimiento” de la Sol.
Este Festival corría desde el 22
al 25 de diciembre del calendario gregoriano, correspondiente del 22 al 25 del
mes de wan’ ijssur Magek del calendario de la Iglesia del pueblo Guanche.
El nacimiento de Jesús de
Nazaret es otra de las múltiples
sincretizaciones de la iglesia católica, ocupa el lugar de otros dioses solares
de las denominadas religiones paganas: Mitra, Dionisos Lenaio, Helios etc.
En la Iglesia del Pueblo Guanche
esta celebración tiene lugar durante el año nuevo guanche, el Achu n Magek que
celebramos a partir del 21 de junio del calendario occidental.
En las escuelas coloniales de
Canarias no se habla del Achu n Magek (en guanche “Fiesta de la Sol”) que es
una ancestral ceremonia religiosa guanche en honor a la Diosa Magek, que se
realiza cada solsticio de verano coincidiendo con el año nuevo guanche.
Esta celebración desde los
primeros momentos de la invasión, conquista y colonización fue suprimida por la iglesia católica,
difundiendo la fiesta de San Juan, ligada al verano del Hemisferio Norte.
También es interesante observar,
como desde antiguo, el estar en contacto con los ciclos y celebrar los rituales
en ceremonias comunitarias, ayudaba a la salud de todo el grupo social.
Los Ritos y celebraciones en la
noche más corta del año, a menudo con uso decorativo de ramas de árboles
perennes, brillante iluminación por fogatas, fiestas, la comunión con los
espíritus ancestrales y con el prójimo, y por la noche, un esfuerzo físico por
el baile y el canto son ejemplos de terapias culturales de verano que han
evolucionado como tradiciones desde el comienzo de las civilizaciones.
Cuando
la noche haya llegado a su tope final, la naturaleza dará paso a un nuevo ciclo
de vida en el mundo, permitiendo renovar los sueños, esperanzas y compromisos
hacia un futuro mejor para todos.
Aspectos de la
Diosa Magek en otras culturas:
Arinna:
Diosa de la
Sol hitita, en la mayoría de las religiones de la antigüedad
existen Diosas encabezando una jerarquía de deidades. Actúan frecuentemente
como Diosas de la fertilidad, figuras maternales, diosas de la tierra o Diosa
del amor. Como se trataba de la diosa dominante, su nombre podía ser utilizado
para nombrar a las diosas de manera general.
La Diosa es una divinidad en contraste con las deidades masculinas
conocidas como “dioses mediares o paredros”. Las primeras religiones y culturas
adoraron a las Diosas y, en gran parte, también este culto se mantiene hasta la
época actual en diferentes religiones. La idea o representación conceptual de
estas deidades, así como su área de acción, se han asociado frecuentemente a la
fertilidad, a la maternidad o a otras figuras femeninas comunes.
En el tránsito desde las pequeñas organizaciones sociales
hacia las civilizaciones los cultos a las Diosas tuvieron importancia en todo
el mundo, así por ejemplo en India, Egipto, Mesopotamia, China, Japón, Grecia y
Roma. En estas sociedades agrarias complejas las diosas eran responsables,
entre otros asuntos, de la fertilidad de los cultivos, de la monarquía, de la
protección de los centros religiosos.
Arinna fue el principal centro de culto de una Diosa solar
venerada por los hititas, cuya ubicación se desconoce. De acuerdo a las fuentes
era un lugar retirado y montañoso quizás en las proximidades de la ciudad
capital de Hattusas El santuario de Arinna era gobernado por un clero de origen
noble, emparentado con la casa real, con una gran influencia política y económica.
Esta Diosa, representada a veces desnuda con los atributos
de Señora de los Animales y en otras ocasiones con una amplia túnica
(como en Yazilikaya), era considerada la suprema regente del mundo terrenal y
como una divinidad ctónica. A finales del siglo XIV a,e,a,, el rey Mursile II
hizo gala de especial devoción a esta Diosa.
Amaterasu:
Amaterasu-omi-kami (significa “aquella que brilla en los cielos”) es considerada como la principal protectora de Japón y antepasada
de los emperadores. En la actualidad sigue siendo venerada y su santuario más
importante está en Ise.
Gran Santuario de Ise:
El Gran Santuario de Ise, en Japón (que es en
realidad una serie de más de 100 templos) es el santuario más sagrado en Japón.
Está dedicado a Amaterasu (la diosa del Sol) y se ha mantenido en pie desde el
siglo 4 A.C.
El santuario principal contiene el elemento más importante
en la historia imperial de Japón: el Naikū (el espejo de la mitología japonesa,
que eventualmente terminó en manos de los primeros emperadores).
El santuario es demolido y reconstruido cada 20 años, en
consonancia con la idea sintoísta de la muerte y el renacimiento (la próxima
reconstrucción será en 2013). Este lugar ocupa un puesto muy alto en la lista
de lugares que nunca verás porque la única persona que puede entrar es el
sacerdote o sacerdotisa y éste debe ser un miembro de la familia imperial
japonesa.
Sól Diosa del
Sol:
En la tradición nórdica, La Diosa Sól cada día dirige su
carroza a través de los cielos, tirada por dos corceles llamados Arvak y
Alsvid. Mientras es perseguida durante todo el día por un lobo, Sköll o Fenrir
según los distintos relatos, que quiere devorarla. Los eclipses solares
significarían que Skoll casi la ha alcanzado y hace sombra momentáneamente. El
destino dictamina que Skoll finalmente alcanzará a la Sól y la devorará. Y
entonces será reemplazada por su hija en la tarea de guiar la Sol. La Tierra
era protegida del exceso de calor de la Sol por Svalin, un escudo situado entre
la Tierra y la Sol. Syn era, en la
mitología nórdica,. Diosa de la vigilancia y la verdad, diosa guardiana del
umbral que previene el acceso a quienes no pertenecen allí
Isis:
En uno de sus aspectos es madre, protectora del amor y
dueña del destino. Se la representa con una flor en la mano. En otras
representaciones aparece amamantando a su hijo Horus, llevando sobre su cabeza
un disco solar, símbolo de divinidad cósmica.
Beige:
Otros datos culturales interesantes son su música
tradicional, conocida como Yoik, y la festividad de Beiwe, una diosa ligada a
la fertilidad, lo cual es asociado posteriormente con el amor y la primavera,
con la vuelta del sol y un ascenso de temperaturas por extensión. Es por ello
que dicha diosa se encargaba de curar a los que se habían vuelto locos durante la
oscuridad invernal o como dicen los suecos lappsjukan que significa
literalmente “la enfermedad lapona”, una palabra que se usa para aquellos que
padecen el sentimiento de vivir aislados.
Sunna y Sunne:
La diosa Sól cada día dirige su carroza a través de los
cielos, tirada por dos corceles llamados.
Mientras es perseguida durante todo el día por un lobo, que quiere
devorarla.
Los eclipses solares significarían que Skoll casi la ha
alcanzado y hace sombra momentáneamente. El destino dictamina que Skoll finalmente
alcanzará a Sól y la devorará. Y entonces será reemplazada por su hija en la
tarea de guiar el Sol. La
Tierra era protegida del exceso de calor del Sol por Svalin,
un escudo situado entre la
Tierra y el Sol. En la tradición mordica europea, la Sol no proporcionaba luz; ésta
emanaba de las crines de Alsvid y Arvak.
Diosa la Sol Shemesh:
Es mencionada por primera vez en el libro de Josué 15 como
una ciudad en el territorio de la tribu de Judá, en la frontera entre su
territorio y el de la tribu de Dan. Más tarde, en Josué 21 Beit Shemesh es
mencionada como habiendo dejado de lado una ciudad para los sacerdotes de la
tribu de Leví, los Cohanim. La ciudad se menciona en particular en el capítulo
6 del libro de Samuel que por ser la primera ciudad que encuentra el Arca de la
Alianza en su camino de regreso de los filisteos, después de haber sido
capturada por los filisteos en la batalla. En el libro de los Reyes II, Beit
Shemesh es mencionada nuevamente por ser el lugar de la batalla entre Amasías,
rey de Judea, y Joás, rey de Israel.
Durante la destrucción de Judea por los babilonios, el
abastecimiento de agua de Beit Shemesh se sellaron y se cubrió, y no fueron
descubiertos hasta 2004 - tanto en el primer retorno de los judíos, conocida
como el período del Segundo Templo, no hubo recuperación de la ciudad, a
diferencia a muchos otros lugares en los alrededores, como Beit Guvrin, Maresha
y otros. En consecuencia, los pequeños pueblos de Dayr Raban y Dayr Rafat
habían usado piedras secundarias para la construcción, a partir de esta
antiquísima fuente. También encontrado cerca se encuentra un círculo de
megalitos prehistóricos, probablemente la estructura responsable del nombre de
Beit Shemesh.
Helie Diosa
solar:
El nombre de la Diosa Solar Helie / Helia, significa “Sol”
[adorada en Emesa / Emath, hoy Homs capital de un estado Sirio de Damasco
(antes de Helios) donde era adorada como personificación de la Sol en su
Templo, representada por una piedra negra cónica caída del Cielo, llamada
helia, a cuyo culto estaban la Helias Pythias que emitían Oráculos bajo su
advocación, que gozaron de gran preeminencia y participaban en juegos y en las
fiestas “Helia”. Era su animal sagrado el águila que también aparecía en
monedas delante de la piedra que la simbolizaba. Esta piedra fue transportada a
Roma por Heliogábalo / Eliogábalo / Alagábalo / Elahgábalo / Helagábalo /
Elah-Gabal, considerado Sacerdote de la Divinidad masculina Dios Gabal o
Helios, lo que evidencia que el culto a la Diosa del Sol fue masculinizado al
emigrar a Italia. De Ella derivaba en principio: heliasta (que formaba parte de
los Tribunales que se reunían en la plaza pública Heliea de Atenas), heliaco,
planta helia, heliotropo / girasol, planta helicrysa, gas noble helio, helie =
urna para la votación...]
Bastet:
El de la Diosa Solar egipcia del Delta oriental: Bastet /
Bast / Bastis / Bubaste, significa
“el Calor Vivificante del Sol”.
Anat:
El de la Diosa del Sol Anat, que dio nombre a Anatolia
“Tierra donde nace el Sol”, significa “Sol”.
Wakahiru-Me:
El nombre de la Diosa Solar japonesa Wakahiru-Me, significa
“Floreciente Señora del Sol” (es la Hermana de Amaterasu).
Suria:
El nombre de la Diosa Solar hindú Suria / Surya / Saranyu /
Yamasu también significa “Sol” y sus Sacerdotisas se llamaban Surya-Bhtaras
“Adoradoras del Sol”.
Histie:
El nombre de la Diosa Solar Histié / Tabití significa “La
Calefactora” y su imagen precisamente aparecía en los pomos de los espejos
circulares, como símbolo de su personificación del Sol. (Casilda Rodrigañez).
La investigadora Francisca Bella Martín-Cano Abreu es
Ingeniera Técnica Industrial, Escultura, Psicóloga Clínica, Escritora y
Escultora, destacada en Antropología, Arqueología, Mitología, Religión,
Astronomía.
De su excelente trabajo: “La Diosa personificación del
Sol: Celeste, Terrestre y Subterráneo”, extraemos los siguientes párrafos:
“La personificación del Sol también ha sido de género
femenino en muchas tradiciones, aunque gran parte de los mitólogos, hasta hace
poco, han sesgado la información. Y de la misma manera que los diccionarios de
mitologías enumeran, casi exclusivamente, los mitos que atribuyen de manera
estereotipada, diversas capacidades a las Divinidades masculinas, han hecho
generalizaciones estereotipadas y han identificado, de forma universal, el Sol
con los poderes viriles.
Para
esto es sólo la prueba de que esos mitólogos, han ocultado y silenciando una
realidad que es fácil constatar que es falsa, buscando otras fuentes de
panteones de todo el universo, en las que se explicitan numerosos ejemplos que
consideran al Sol identificado con una Diosa, antes de que se realizase la
revolución patriarcal y ya fuese el Principio masculino el que personificase el
Sol, tras apropiarse de todas las funciones fe meninas,
gobernase todos los reinos de la Diosa y sometiese al Principio femenino.
Y también esos mitólogos deben de ignorar
que, las más arcaicas obras de arte que reflejan humanos como personificación
del Sol, son femeninas: representación de la Diosa del Sol, cuando únicamente
se adoraba a la Diosa Madre Naturaleza, a la Diosa que reinaba en los tres
reinos Subterráneo, Terrestre y por supuesto en el reino Celestial, donde
además del astro Sol, están las estrellas y las constelaciones.
En los períodos más arcaicos de numerosas regiones se
adoraba al Sol como un aspecto de la Madre Naturaleza, con las funciones de:
iluminar al mundo, curar a los enfermos, vivificar y resucitar a los muertos,
calentar el ámbito privado del hogar y del Templo, proteger los campos de las
heladas....
Mientras que en etapas evolucionadas, se adoraban numerosas
Diosas independientes con atribuciones particulares, entre ellas la Diosa del
Sol con numerosos aspectos.
La
Diosa en su aspecto Celestial, personifica el astro Sol diurno, Sol Celeste, Diosa
del Sol en el Cielo que da calor y Diosa de la Luz que ilumina al mundo.
La Diosa del Sol Celeste se representaba bien: en forma
figurativa con rayos en la cabeza, o con cabellos como rayos de Sol , o con
ojos redondos imitando rayos Solares ; o con collar de rayos Solares, o
sosteniendo un disco Solar en la mano, o con Sol decorando el vestido de una
imagen femenina, o con un Sol como ombligo, o mediante un espejo de bronce
bruñido que reflejaba los rayos del Sol que portaba una imagen femenina (espejo
que habría fabricado una Diosa Herrera para hacer salir a su Hermana la Diosa
del Sol, como narra un mito japonés) (Husain, 1997: 64); o con disco Solar tras
la nuca, o coronada con disco Solar, o con cabeza de leona, o con una cobra
alada / ureo / serpiente / doble áspid / naja y del disco Solar.
Además: el nombre de la Diosa Solar Helie / Helia,
significa "Sol" [adorada en Emesa / Emath, hoy Homs capital de un
estado Sirio de Damasco (antes de Helios) donde era adorada como
personificación del Sol en su Templo, representada por una piedra negra cónica
caída del Cielo, llamada helia, a cuyo culto estaban la Helias Pythias que
emitían Oráculos bajo su advocación, que gozaron de gran preeminencia y
participaban en juegos y en las fiestas "Helia". Era su animal
sagrado el águila que también aparecía en monedas delante de la piedra que la
simbolizaba. Esta piedra fue transportada a Roma por Heliogábalo / Eliogábalo /
Alagábalo / Elahgábalo / Helagábalo / Elah-Gabal, considerado Sacerdote de la
Divinidad masculina Dios Gabal o Helios, lo que evidencia que el culto a la
Diosa del Sol fue masculinizado al emigrar a Italia. De Ella derivaba en
principio: heliasta (que formaba parte de los Tribunales que se reunían en la
plaza pública Heliea de Atenas), heliaco, planta helia, heliotropo / girasol,
planta helicrysa, gas noble helio, helie = urna para la votación...]
Dumézil (1989) hace una interesante reflexión sobre la
evolución patriarcal que sufrió el culto a la Diosa del Sol en el transcurso
del tiempo, paralelo en la evolución que lo femenino jugó en la sociedad. Y
pone el ejemplo de numerosas regiones que inventan mitos en los que la Diosa
Sol sufría una modificación de su función y su poder ilimitado, declinando
hacia una naturaleza terrenal.
Son ejemplos los mitos protagonizados por poderosas Diosas
esplendorosas que, en su personificación de los Rayos y de los Relámpagos, se
complacían en descender a la Tierra y casarse con seres humanos. Con ello la
Diosa del Sol pasó a personificar el Fuego Sagrado del Hogar (mortal),
estrechamente relacionada con el ama de casa, perdía la Inmortalidad y se
convertía en mortal. En el nuevo papel la Diosa del Sol asumía atribuciones
disminuidas, ya que el Fuego Terrestre calienta el ámbito privado del hogar y
exclusivamente a los que habitan en la casa. Y de la misma manera que la Diosa
del Sol declinó de su anterior poder ilimitado, reflejando la situación de
subordinación que empezó a sufrir el Principio femenino, el valor de la mujer
disminuyó y empezó a desempeñar un papel restringido, al quedarse reducida al
ámbito privado del hogar.
Son Diosas
personificación de la Sol:
Aa / serrida / aya, Acirüxs, Achamán, Akehua, Al-lat /
alilat, Amata, Amaterasu omikami, Anahita, Anat, Antíope, Artemisa, Artimpasa,
Ataensic, Ataksak, Atargatis / tar'atha / adargiride / atar / sala, Ausra
/ausriné, Awonawilona, Azan-han anchimallén, Baalat / baaleth / ba'alat, Barbmo
akka, Barbmo akka / bergmonakka, Bastet, Belisana, Berecintia, Brigit, Buto /
ua zit, Cabar sul, Cabayay, Catha, Chalchi huitlicue, Chantico, Dainichi,
Damona, Dietyi, Diosa del hogar del fuego del sol, Diosa sol de inuits de
groenlandia, Diosa sol de los mintiras, Diosa sol de los tchambuli, Diosa sol
de siiberia, Diosa suprema creadora, Diosa suprema creadora, Du, Eguzki, Eira,
Eos / aurora, Eraoranzan, Feronia, Freya, Frigga, Fuji, Gerd / gerdha, Goga,
Greine, Hebe de arinna, Helie, Hi-ho, Histié / tabití, Idedes-guavso, Imdugud,
Isis, Iuot-iccitá, Ix chebel yax, Khorcid, Kinich-kakmó, Koupala, Krasopana, La
dama del sol, La diosa del sol, La diosa sol de los arunta, La diosa sol de los
bakaïri, La diosa sol de los shipibos, La diosa sol de los tiwi, La diosa
suprema mujer sol-nonna, Las djanggawul: waimariwi y boaliri, Las suleviae,
Madre de los mordves, Mafuike, Mahanna, Malina, Marisi-ten, Mitra / afrodita /
venus urania, Modrón, Myesyats, Nanaya, Neith / sais, Nekhbet, Nikko, Nina,
Paive, Pales, Pancharaksha, Papalo-xaual, Pasifae, Pelé, Púgud emei, Quimera,
Sahar, Samas, Sapas, Sarpanitu, Saulé, Saule meite, Sausga, Savitri, Sekhmet,
Sepas, Shams: athar sharqan y athar dhu qadou, Shapash, Simzerla, Siqqinig de
inuits, Sirona, Sul / sulis / salis, Sunna, Sunuxal, Surya / saranyu / suria /
yamasu, Tapatí, Thesan, Tinia, Tonatiuh, Tora, Torngarzuko, Uma, Ushas,
Vakariné, Wakahiru-me, Wurunsemu, Xihe, Xochipilli, Zoria outrenniaia y
vetcherniaia. (Francisca Martín-Cano Abreu).
Las
mujeres y hombres que practicamos la espiritualidad de la Diosa Magek
coincidimos con nuestros hermanos y hermanas naturales de América del Sur en celebrar el Año Nuevo
el 21 de junio. Un nuevo año estacional que también es el comienzo del Año
Nuevo espiritual y sagrado, ya que la divinidad creadora (predominantemente
femenina en la mayoría de las tradiciones nativas como es Pachamama, Bauche, Nunguí,
Xalpen, Cipactli, Ixmucana, la Madre Tierra, etc.) está presente en el mundo
que ha creado y es ella la que hace
renacer a su hija Ella es la ley natural presente en el flujo de solsticios y equinoccios, es la ley
sagrada inmanente.
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