LOS MUERTOS NO ESTÁN MUERTOS
Un poema del poeta senegalés Birago Diop
dice, explica cómo es la naturaleza y en qué nivel la ubica el africano:
"Escucha más a menudo
a las cosas que a los seres;
la voz del fuego que se oye
escucha la voz del agua.
Pon atención al viento:
el suspiro en la maleza
es el vuelo de los antepasados.
a las cosas que a los seres;
la voz del fuego que se oye
escucha la voz del agua.
Pon atención al viento:
el suspiro en la maleza
es el vuelo de los antepasados.
Los que han muerto no están lejos,
se halla en la sombra que espesa.
Los muertos no están bajo tierra;
están en el árbol que retumba.
Y están en el bosque que gime,
están en el agua que se vierte
tanto como en el agua dormida,
están en la choza, están en la barca...
se halla en la sombra que espesa.
Los muertos no están bajo tierra;
están en el árbol que retumba.
Y están en el bosque que gime,
están en el agua que se vierte
tanto como en el agua dormida,
están en la choza, están en la barca...
Los que han muertos no están lejos...
Los muertos no están bajo tierra:
están en el incendio que se calma,
están en las yerbas que lloran,
están en las rocas que berrean,
están en bosque, en el hogar:
los muertos no están muertos".
Los muertos no están bajo tierra:
están en el incendio que se calma,
están en las yerbas que lloran,
están en las rocas que berrean,
están en bosque, en el hogar:
los muertos no están muertos".
No puede interpretar la realidad como si esta fuese un bloque
uniforme y estático. La piensa y siente en diferentes estadios.
"Siente que la realidad se le da de tres maneras: en cuanto
él nace con ella; en cuanto demostrada por efectos exteriores y en cuanto
demostrada por efectos internos. Su vida está pues envuelta en un resplandor de
la realidad" (P. Radin, El hombre primitivo como filósofo).
De su contacto tan íntimo con la naturaleza surge su deseo de
personificarla, que es una suerte de ella. Así, "es difícil
distinguir donde termina lo impersonal y comienza lo personal". La
naturaleza se expresa armoniosa y/o monstruosamente pero siempre asombrando al
hombre. Lo viviente ha sido y probablemente será el gran enigma para la
humanidad.
"Cada 'experiencia' de la Naturaleza , es decir,
cada ser, cada organismo vivo, representa la expresión de las leyes cósmicas,
un complejo símbolo o un complejo jeroglífico" (P.D. Ouspensky, Un nuevo
modelo del universo, principios del método psicológico).
El análisis que hace Ismael Quiles de
nuestro cuerpo en el mundo, no sólo es valido para el occidental, sino para
todos los hombres aunque en el africano las categorias están mas radicalizadas.
"Estamos necesariamnete atados a un
cuerpo, con su vida vegetativa y sensitiva, tan nuestra como nuestra vida
intelectual. La íntima unión entre estas tres manifestaciones de nuestra vida
sirve precisamente a la psicología metafísica de argumento en favor de la unidad
ontológica del alma humana". Además, "estamos ligados a la materia
del mundo exterior, en virtud de nuestro cuerpo, de tal manera que vivimos como
sumergidos en ella. Las estructuras ontológicas del hombre están dirigidas,
condicionadas y penetradas por las estrusturas ontológicas del mundo natural.
En el hombre, un ser tan paradójico...el espíritu y la materia, se hallan
entrelazados" (Ismael Quiles, La persona humana, fundamentos psicológicos
y metafísicos. Aplicaciones sociales).
Los astros también son objeto de
veneración. "Existía el culto a la
Sol y a ciertos astros".
Algunas plantas también son
reverenciadas. En todas las épocas se habló del "alma de las plantas"
(egipcios, taoístas, brahamanes, budistas, platonianos, pitagóricos,etc).
Revisionaré algunas etnias como ejemplos de qué relaciones mantienen con la naturaleza. Los Bantú
no sólo reverencian lo viviente sino que agregan algunas cosas inanimadas pues
tambien éstas "son maneras" en que se manifiesta la naturaleza,
aunque sus virtudes están escondidas, conocer a éstas es tener
"saber" y "quien sabe es el mganga que encierra el
sentido de "divino, encantador, vidente, médico, brujo".
(*) Fuente: Versión parcial Buenos
Aires, ed. Clepsidra,
1991Beatriz Hilda Grand Ruiz. África. Su pensamiento tradicional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario