Canopo, la estrella de la lluvia.
IZURAN
Los indicios
arqueológicos, lingüísticos y documentales parecen adjudicar a la estrella
Canopo un rol primordial en la cosmogonía de los antiguos canarios. De la misma
manera lo fue para las creencias animistas amazighes y de otros pueblos del
Norte de África. Este artículo de Martín Macho hace referencia a esta afamada
estrella en el caso de La
Palma.
Estrella Canopo sobre el Pico Bejenao (La Palma ). La estrella se puede
observar desde septiembre hasta mayo
antes del amanecer.
Es la segunda más brillante del
hemisferio norte.
Martín Macho. En el
cielo nocturno del planetario natural que se contempla desde Canarias, fiel a
su cita anual, ha hecho estos días de nuevo su aparición una estrella sumamente
deslumbrante. En septiembre, con la puntualidad del reloj cósmico que marca el
ritmo del universo, ha comenzado la mejor época para observar a simple vista,
antes del amanecer, suspendida en el sur del horizonte sideral, a Canopo, la segunda estrella más brillante
del hemisferio norte (la primera es Sirio). Este objeto estelar no es visible desde ningún lugar de
Europa.
Canopo era el cuerpo celeste más idolatrado por los
primeros pobladores de las Islas, sostiene el prehistoriador Miguel Martín, experto en
arqueoatrosnomía. Desde el Archipiélago, en el citado punto del infinito
boreal, se puede contemplar, si la noche está despejada, a partir de la citada
fecha, hasta los primeros días de mayo, “justo el periodo de lluvias en
Canarias”, subraya Martín. Los pueblos primitivos, recuerda, la
consideraban “la madre de todas las estrellas”.
Entre las investigaciones llevadas a cabo en los últimos
años por Miguel Martín destaca un estudio sobre el culto de la estrella Canopo
entre los antiguos pobladores de Canarias. Los
awara (población amazighe de La
Palma ), sostiene, “dominaron el conocimiento astronómico
como pilar del conjunto del saber sagrado, aquel sobre el que se sustentaba su
mundo”. En este sentido, sintetiza, “la observación del cielo fue una
importante disciplina de aprendizaje”. Asevera que “realizaron sus
consideraciones para dar sentido a la vida”. Destaca que “fueron
grandes observadores de los movimientos de los elementos del universo y, en su
afán de coordinar las acciones terrestres con las celestes, dejaron constancia
de sus observaciones astronómicas y de sus ideas cósmicas” en la
orientación de sus “construcciones y en la iconografía de su sistema ritual”
que, precisa, “resalta la necesidad de situarse en un mundo organizado
cósmicamente”. En las islas de La
Palma , La
Gomera y El Hierro, remarca, “la mediciones de campo
(prehistoria de la posición astronómica), nos han confirmado una especial
vinculación con la estrella Canopo”.
Situada a 313 años luz de la Tierra
Canopo vista
desde Mazo
Canopo, detalla, “es una estrella supergigante
blanco-amarillenta”. Está situada “aproximadamente a 313 años luz de la Tierra y su diámetro es
treinta veces más grande que el del Sol”. Asimismo, enfatiza, “su
luminosidad es 12.000 veces” mayor que la del astro rey. Es conocida,
abunda, desde la antigüedad como la Estrella de Osiris. Hace miles de años,
señala, “los humanos observaron que los puntos brillantes que adornaban el
cielo por la noche se movían”. La intuición de este orden estelar, agrega,
“se afianzó y comenzó a relacionarse con los cambios del tiempo”. Así,
prosigue, “la posición de las estrellas permitió predecir cuándo iban a
llegar las estaciones, el esperado período de lluvias, marcar el momento del
apareamiento de los animales, de la siembra…”.
Astronomía indígena de La Palma
Según expuso en su día el Instituto de Astrofísica de Canarias
(IAC) con motivo de una exposición sobre la investigación estelar en La Palma , “en la cultura de
los pobladores prehispánicos de la
Isla , los benahoaritas, existe una relación entre los ritos
sagrados y la Astronomía ”.
Los citados habitantes, apunta, “subían a las cumbres en busca de respuestas
a cuestiones que hoy se siguen indagando con los grandes telescopios”. El
Roque de Los Muchachos era “una de las montañas mágicas favoritas para
realizar estas prácticas ancestrales”. En la actualidad, la cima de La Palma acoge el principal
observatorio estelar del hemisferio norte. Los
primeros astros empezaron a brillar, según estiman los científicos,
aproximadamente, 400 millones de años después del gran estallido cósmico
(Big-Bang). Desde entonces, sin duda, ha llovido lo suyo, pero la inmensa
mayoría de los enigmas que encierra la bóveda celeste sobre la creación
permanecen ocultos.
Etiquetas: Religión~tisreṭ
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