Todos los pueblos antiguos han prestado especial
atención a la llegada del solsticio de verano como parte de sus ritos
ancestrales de cambio estacional.
El Achun Magec (sol nuevo) para los Guaxit
(legitimo) de la isla de Guina (Tenerife) es un cambio de ciclo en las energías
sutiles de la vida y la naturaleza, marcadas por el aspecto femenino de Magec.
Fue uno de los primeros rituales en los que
participe siendo niño guiado por mi abuelo, por lo que guarda no solo un profundo
significado para mí en lo aprendido, sino en la trascendencia de renovar cada
año el pacto de renacimiento con los maxios (espiritus de los desencarnados) y
deidades.
CAMBIO DE
CICLO
La celebración del Achun Magec está determinada
por las fases de Guamulan que observada desde la finalización del Tabordo
(inicio de la siembra), determina el inicio de la celebración del año nuevo
para los Guaxit con una duración de cuatro días.
La ceremonia no obedece a una simple celebración.
Tiene toda una explicación profunda que forma parte de las creencias
ancestrales de los antiguos.
La llegada del Achun Magec se transformaba en las
comarcas de la isla, en un acontecimiento muy importante. Los distintos
auchones (unida familiar) de la comarca se congregaban antes de la salida de
Magec, en los lugares determinados para esta celebración, que no eran los que a
diario se utilizaban para hacer el saludo matutino a la deidad.
Justo cuando Magec “estallaba” en el horizonte
con su característico fulgor anaranjado, el canco que guiaba la ceremonia,
pronunciaba la oración de bienvenida y derramaba el ganigo con la leche de
cabra, mientras todos los concurrentes, gritaban por tres veces ¡¡Achun Magec!!
Junto a ello se realizaba la rogativa individual
con lo que cada uno queríamos en el nuevo ciclo que comenzaba y se despedía
cariñosamente a los maxios de los antepasados que habían sido convocados el 21
de marzo para cuidar de las cosechas plantadas en el Tabordo, dándoles las
gracias por su trabajo. Y se finalizaba compartiendo los alimentos con los
presentes, que cada auchon había traído a la celebración.
RITUALES
PROPICIATORIOS
Durante los tres días siguientes se realizaban
varias ceremonias coincidiendo con este nuevo ciclo.
Entre las noches del segundo y tercer día, en los
campos que habían sido cosechados en los días anteriores, perteneciente a la
casta de las maguadas (mujeres sagradas) tenía lugar la que ha quedado en la
oralidad con el nombre de “la noche del error”.
Consistía en que hombres y mujeres en edad de
“merecer”, que no fueran padres o madres, amparados en la oscuridad de la noche
tenían relaciones sexuales en estos campos, custodiados por Axantemir
(guerreros sagrados) para que no hubiera ningún tipo de perturbación física ni
energética en el cometido de los allí concurrentes. Los niños nacidos de esta
noche, nueve meses después, eran entregados en las sámaras para su cuidado y
educación por ser considerados hijos de la divinidad y que en el futuro
pasarían a formar parte de los distintos clanes sacerdotales.
En estos días también los jóvenes varones
depositaban flores y frutas a las puertas de los tesegues (cabañas) de la joven
Guaxit para que, al amanecer, si ella retiraba estos presentes de sus tesegues
dieran principio a su acontecimiento a ser cortejada por su enamorado y así
poder pedir consentimiento a su auchon para formar pareja.
El ultimo día del Achun Magec, la mujer del jefe
del auchon, se presentaban en los lugares donde se había dado comienzo a esta
celebración y recogían de manos de las maguadas las semillas consagradas que
debían sembrarse en la próxima festividad del Tabordo.
Por último, a la caída de la noche en cada
comarca, se encendían grandes hogueras llamadas “fuegos del testimonio” para
celebrar la Amena
(justicia) de los casos más graves y que no se podía dilucidar la culpabilidad
del acusado. Todo aquel que viera estas hogueras estaba obligado por la
divinidad a presentar su testimonio, a favor o en contra, contra el procesado.
CARÁCTER
SAGRADO
Después de varios años de informar sobre esta celebración
sagrada, muchos colectivos culturales la han dado a conocer con
representaciones en su forma, pero no así su esencia.
Recuerdo preguntarle a mi abuelo que si por algún
motivo no podía estar físicamente en el lugar, para celebrar al amanecer la llegada
del nuevo ciclo, me contesto que si mi intencionalidad era la adecuada y aunque
estuviera a miles de kilómetros, solo con imaginar estar, el pacto se
produciría pues aunque estuvieras en el lugar sosteniendo el ganigo pero tu
intencionalidad fueran las formas y no la esencia, no serviría más que para
alimentar tu ego.
Que este nuevo ciclo venga preñado de abundancia
y alegría para tod@s.
¡¡Achun Magec!! ¡¡Achun Magec!! ¡¡Achun Magec!!
Fernando Hernmandez
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