SITIO OFICIAL DE LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE

TENEMIR UHANA MAGEK GRACIAS PODEROSA SOL
ENEHAMA BENIJIME HARBA POR SALIR UN DÍA MÁS
ENAGUAPA ACHA ABEZAN. PARA ALUMBRAR LA NOCHE.

jueves, 18 de octubre de 2012

UN BAUTIZO COLECTIVO MÁS POR EL RITO GUANCHE




Guayre Adarguma Anez’ Ram  n  Yghasen.


El pasado día 16 de diciembre la Iglesia del Pueblo Guanche se vio enriquecida espiritualmente con el ingreso en su seno de 17 nuevos Magos. La ceremonia tuvo lugar en un magnifico templo natural ejemplo de la maravillosa obra creadora de Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi y al cual aún no ha llegado la voraz fiebre especuladora de tierras y paisajes que azota a nuestro país.

En este lugar cargado de energías positivas emanadas de nuestra madre tierra se hizo patente la presencia de los espíritus de nuestros ancestros, y los nuestros pudieron gozar de la maravilla de nuestras palmeras, nuestra laurisilva, viñatigos, tabaibas, juncos, y un cristalino arroyuelo de aguas puras y cantarinas que con su sonido nos trasladaba en el espacio y el tiempo hacía épocas más felices en que nuestros antepasados no sólo disfrutaban de esta Naturaleza sino que formaban parte de ella.

La ceremonia fue iniciada por nuestro Guadameñe pidiendo el preceptivo permiso a nuestras deidades de la siguiente manera: “Bajo el amparo de Nuestra Sagrada Diosa-Madre Madre Universal Chaxiraxi, solicitamos permiso a Chayuga conservador de la Naturaleza, a los espíritus de de los montes, los árboles, las aguas y del aire, para llevar a cabo en sus dominios este acto para enriquecimiento de nuestros espíritus.”

A continuación y en un plano de cortesía el Guadameñe pidió permiso al guardián conservador del Auchón, Taguluche en los siguientes términos: “Así mismo, pedimos al hermano Taguluche, guardián de este Auchón independiente, su autorización para hacer uso del mismo en honor de Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi,” el auchonero mostró su conformidad haciendo sonar por tres veces su bucio.

Acto seguido nuestro Faykan Rucaden Ayt Teguise Ayt Arehukas procedió a la lectura del orden de desarrollo de la ceremonia dando las indicaciones propias del mismo.

Seguidamente nuestra Maguada Acerina Ayt Anaga procedió a dar lectura al mensaje de bienvenida a los asistentes el cual fue el siguiente:

“Amada Diosa-Madre Chaxiraxi, gracias por permitirnos que  esta asamblea pueda estar reunida en este pequeño rincón de tu creación y bajo tu amparo para recibir en el seno de tu Iglesia a estos hermanos que han decidido recuperar un nombre ancestral como signo de identidad y de dignidad como pueblo.

¡¡Estamos aquí, tus hijas e hijos, abiertos totalmente de mente y corazón para recibir tu luz y tu bendición, tu sabia guía!! Permítenos co-crear con tu existencia el espacio de luz y vida para esta nación canaria y para este planeta tierra, para esta humanidad y todos los elementos vitales que aquí se desarrollan, que la vida florezca de una manera gloriosa aquí en Canarias y en el resto de la tierra.

Con tu Espíritu  Madre Divina, formamos aquí en la tierra el receptáculo sagrado, el útero que como una flor abierta esta lista a captar, a recibir y a su vez emanar la vibración trascendental del amor sublime, desde el centro de nuestra intuición, desde el centro de nuestra percepción extrasensorial captamos la vibración de la Madre que tocan nuestros seres, que desciende como la luz y nos envuelve y nos penetra en su totalidad, transmitiéndonos sus propias cualidades.

En el principio no era el verbo, dicen nuestros Tagorales, era el útero. El huevo cósmico de donde surge toda la vida. De las aguas primordiales emergió la Diosa Origen y parió el cielo y la tierra, la pareja sagrada, los hermanos gemelos, hombre y mujer, que también son amantes, consortes, creadores como su Madre de todo lo que cambia y lo que permanece. Los antiguos te vieron como pájaro o como serpiente, como un triangulo, con la vulva expuesta y abierta como una puerta al útero sagrado de donde todo sale y a donde todo vuelve y se regenera.

Así te concibieron en distintos rincones del mundo, “fuiste el centro religioso y cultural de los antepasados humanos durante el Paleolítico Superior y en las culturas agrícolas del Neolítico, del 20 mil al 3 mil antes de la era actual, cuando se impusieron las culturas e imperios clásicos de orientación masculina y la difusión del monoteísmo de un Dios Padre la más de las veces vengativo y cruel.

Por el contrario, Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi es la Madre Universal, la Energía Universal. Cuando esa Energía emanada de la Diosa-Madre decide  Manifestarse lo hace en un principio como la Fuerza Femenina que lo abarca potencialmente todo, Ella es la fuente de la fertilidad, de la sabiduría infinita y del amor. Ella es al mismo tiempo el campo virgen, el campo con cosechas y el campo adormecido, que dona fertilidad, amor y abundancia. Es la Madre Primordial de todas las cosas. Luego, cuando ese Poder Femenino Creador quiere auténticamente crear, lo hace dividiéndose a sí misma. La vemos manifestada en  Magek, en Achuguayu, en Chayuga, en el silencio de un bosque, en cada ola de la mar, en cada hierba verde y en cada gota de la lluvia fresca de primavera.

Y por supuesto que conocemos su lado oscuro también, es al mismo tiempo, la Tempestad y la Calma, el Rayo, el Huracán, la lava del Volcán,   la Cuna y el Túmulo.

Por todo esto, nuestra ancestral religión fue arrasada, oscurecida, violada como los hombres malvados violan a las mujeres, nuestras sacerdotisas maguadas tratadas como brujas, asesinadas brutalmente durante siglos, aunque la realidad es que no son más que, hijas de la Diosa como todas las mujeres y los hombres, aunque ellas comprenden mejor de qué se trata el ciclo de la vida, porque en su cuerpo algo renace y algo muere mes a mes.

Por ello, el culto a Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi no es más que una vuelta al origen.

Una vuelta al cuerpo, a descubrir en el cuerpo de las mujeres el secreto de lo sagrado, la generación de la vida. Aspectos estos en que la moderna ciencia viene a confirmar algo que nosotros sabemos desde hace milenios, según los recientes descubrimientos de la genetista Rebecca Cahn, confirmados y ampliados por científicos de la Universidad de Stanford, el primer humano fue mujer –sólo tenía cromosomas X–, habitó en nuestro continente africano y antecede en 80 mil años a los Homo Sapiens.

Por todo ello, el sustrato de nuestra sociedad no es matriarcal ni patriarcal, es Matricia, porque todos asumimos nuestro origen en tí Diosa-Madre, pero ninguno estamos sobre el otro, no hay más fuertes y más débiles porque las debilidades de uno es la fortaleza del otro. Y viceversa.

Para concluir, como decíamos en la última congregación que tuvimos en la playa de Chimisay: “Este día también estamos de fiesta porque vamos a recibir en el seno de la
Diosa-Madre Chaxiraxi
mediante la Iglesia del Pueblo Guanche a varios hermanos
nuestros que impulsados por sus espíritus sienten la necesidad de acercarse a
nuestras  raíces para comulgar con los espíritus de nuestros ancestros,
asumiendo nuestros ancestrales nombres como señas de identidad diferente y
diferenciada, rehuyendo así por lo menos espiritualmente el etiquetado
impuesto a nuestras personas por un sistema avasallador, castrador de la
personalidad y onuvulante, imperante en Nuestra Matria durante un periodo
histórico que ya se nos antoja excesivamente alargado en el tiempo.”

Creses, Abikure, Anaga 16 n Wanghid 7º achano n tallit taynay tagwancet
(16 de diciembre del 7º año de la nueva era guanche)

A continuación se procedió a la imposición de nombre por el  Rito de guanche en el bautisterio situado en el fondo del barranco, la ceremonia estuvo a cargo de Nuestro Faykan y de la Maguada Tindaya Moneiba,  asistidos por el aspirante a Kanku Altakay Anez’ Ram n Yghasen.

Conforme los nuevos Magos iban pasando por el rito de purificación se iban dirigiendo al altar donde la Maguada Acerina les ungía con el ungüento sagrado guanche, al tiempo que el Guadameñes les imponías las manos como vinculo de transmisión del espíritu de Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi.

Una vez concluido el rito de bautizo, el clero, bautizados, y asistentes y tajaraste se dirigieron en procesión hacía el Tagoro del lugar donde se procedió a la ceremonia de ofrenda a los espíritus de nuestros ancestros, durante la misma muchos de los asistentes dirigieron sus personales súplicas y mensajes a los espíritus de nuestros antepasados, concluidas las mismas, la comitiva regreso al lugar del altar, dándose así por concluida la parte ritual de la ceremonia.

A continuación se procedió a la habitual comida de hermandad compuesta por la viandas y bebidas aportadas y compartidas por todos los asistentes, al son del tajaraste magistralmente interpretado por el hermano Akaiguan Ayt Tegueste y su grupo, así mismos, el hermano Xunta, nos ofreció una Magistral lección en torno a las diferentes formas que tenían nuestros antepasados de hacer fuego.

Consideramos de interés el destacar que, parte del clero, así como los miembros del tajaraste y algunos de los asistentes lucieron espléndidamente nuestra tradicional vestimenta guanche.

Diciembre de 20007.

Fotografías de: Bentakayse Ayt Tedote.








domingo, 14 de octubre de 2012

REPUESTA A UNAS INTERROGANTES DEL SR. ESPINEL CEJAS (y II)




Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen


Continuando con la repuesta al criollo Sr. Espinel Cejas y a pesar de que somos consientes de que la estupidez humana es la única enfermedad que no tiene cura, no por ello vamos a dejar de hacer un esfuerzo en orden a tratar de despejar las nebulosas mentales de este despistado señor, veamos otro apartado del comentario de este “docto” enseñante:

“Siempre la misma mierda de religiones, si ya es una mierda el cristianismo, o el islam o cualquier otra, ahora resulta que en lugar de una figura geométrica con valor y significado aritmético y sobre todo con simbolismo concreto... ahora van y le añaden otro conceptual, abstracto y de putiferio berbenero-místico....”

Veamos Sr. Espinel, sus expresiones además de ser de un mal gusto y un  soez impropios de alguien con un mínimo de educación, son irrespetuosas con unos colectivos que practican un forma de vida espiritual y que son asumidos por una gran parte de  la sociedad en su apego a los valores, principios y virtudes practicadas y heredadas como consecuencia del ejercicio de su libertad. Y es la vida la esencia de ese destino compartido lo que nos define como enraizados a una comunidad.

Veamos la estrella o cualquier otra figura de ocho radios, además de ser una figura geométrica con significado aritmético, ya existía con otro significado aún antes de que las matemáticas fueran desarrolladas como ciencia y, asumida por estas como símbolo…

Al remontarnos al pasado más antiguo de la humanidad, encontramos el símbolo de la estrella de ocho puntas asociado a la Diosa Madre. Aun pueden verse presentes estas estrellas en los mantos de innumerables Vírgenes Católicas. Está asociada a lo femenino, así como al elemento representativo de ello por excelencia: el agua. La forma poligonal y la concha marina, tienen una íntima relación., en donde se conjugan claves que conectan con Venus.

En 1929 una misión arqueológica organizada por el Instituto Bíblico Pontificio del Vaticano excavó un lugar llamado Tell Ghassul. Los arqueólogos, dirigidos por Alexis Mallon, se sorprendieron por el alto nivel de la civilización que se encontraron allí. Hasta el nivel más antiguo de habitación (hacia el 7500 a.C.) estaba pavimentado con ladrillos, y aunque el período en que estuvo poblado iba desde el final de la Edad de Piedra hasta la Edad del Bronce, los arqueólogos se sorprendieron al ver que en todos los niveles se revelaba la misma civilización.
Los principales restos descubiertos en Tell Ghassul cubren un Período durante el cual estuvo ocupada por una avanzada civilización, desde antes del 4000 a.C. hasta los alrededores del 2000 a. C, cuando el lugar fue repentinamente abandonado.
Los arqueólogos que descubrieron unos murales durante las excavaciones de 1931-32 y 1932-33 llegaron a la conclusión de que el objeto radiante se parecía a una «estrella» de lo más inusual que se había encontrado pintada en otra construcción. Era una «estrella» de ocho puntas dentro de otra «estrella» de ocho puntas más grande, que culminaba en un estallido de ocho rayos. El preciso dibujo, compuesto a partir de diversas formas geométricas, fue artísticamente elaborado en negro, rojo, blanco, gris y tonos intermedios; y, según el análisis químico, las pinturas utilizadas no eran sustancias naturales, sino sofisticados compuestos de entre doce y dieciocho minerales. Los descubridores del mural supusieron que aquella «estrella» de ocho puntas tenía algún «significado religioso», señalando que la estrella de ocho puntas, que representaba al planeta Venus, era el símbolo celeste de Ishtar.
Existen en la iconografía mundial muchas, representaciones distintas de la estrella de ocho brazos... Desde los tiempos de Mesopotamia y Babilonia, las gentes de Tartessos, de Grecia, de Egipto y Bizancio, los árabes de la Península Ibérica, los persas iniciadores de la cultura moderna, usaron y representaron este símbolo casi hasta la saciedad.

Por tanto, la estrella de 8 puntas es uno de los distintivos más absolutos de realización espiritual.

Los pueblos con una fuerte personalidad y antigua tradición histórica son los que más palpable hacen su simbología.

El origen de la estrella de ocho puntas está en la religiosidad de los pueblos adoradores de la Sol. Es el astro reina un símbolo definitorio de la nación canaria más antigua.

Desde los remotos tiempos precoloniales los canarios primigenios adoraban a la Sol y lo representaban con ocho rayos, de ello existen múltiples ejemplos en los yacimientos de grabados rupestres, en la cerámica y en las denominadas pintaderas e incluso como usted debe saber, en los grabados conocidos como dameros de la época precolonial.

Pasemos a otro apartado de su escrito:
 “Hay que joderse, antes los que iban de hippies y se pasaban con la griffa no se metían a elucubraciones archeologicques, ahora van de guanchafaris en plan Bór´Marley... no te jode, descubriendo la pólvora y hasta se les aparece la virgen... que ya quisiera yo, pero "pa echarle un polvo".”

En los tiempos actuales bien lejos por cierto de los del fenómeno Bor’ Marley, es frecuente ver en el interior como en los alrededores de institutos y otros centros de enseñanza a grupos de jóvenes fumando tranquilamente y a la vista de quienes quieran observarles fumando griffa, “chocolate” y otras sustancias con toda naturalidad, y es de suponer que en esta actitud adoptada por los jóvenes algo tendrá que ver los enseñantes.

Colectivo en cuya manos e intenciones nos vemos obligados a dejar la educación oficial de nuestros hijos y nietos, colectivo que como en otros estamentos de la sociedad esta compuesto de buenos y malos profesionales,  especialmente los de ciencias como Matemáticas, Química y Física, y de todo, pseudos maestros y creo que muchas veces en realidad estas personas no son maestros, son licenciados en algo,  que descargan su ineptitud en una supuesta incapacidad de aprendizaje del estudiante.

Afortunadamente para los educando, hay otros que son bastante buenos, quienes tienen metas altas para todos sus estudiantes, presentan las lecciones en una forma clara y estructurada, usan los hechos para enseñar desde un principio, ven todas las perspectivas de un asunto y motivan a los estudiantes a predecir qué es lo que va a pasar, maestros forman relaciones fuertes con sus estudiantes y demuestran que les tienen afecto como personas, son agradables, accesibles, entusiastas. Ellos exhiben amplio conocimiento en las materias que enseñan y dedican tiempo para continuar su propia educación en su materia.
En fin: En cuanto a echarle un “polvo” a la virgen, no se quede con las ganas, algunas confesiones religiosas asumen que la virgen mora en el cuerpo de toda mujer, incluyendo las madres y hermanas de los no creyentes…

Octubre de 2012.

Fuentes consultadas

Ignacio Reyes García
La Madre del Cielo
Estudio de Filología insuloamazigh
Foro de investigaciones Sociales
Islas Canarias 2007.

www.republikaioar.org/.../un-lugar-llamado-tell-ghassul-y-la-estrella-..

sábado, 13 de octubre de 2012

ALMAS DE LUZ






Tomado de: Bien Resabe
Revista nº. 439
ISBN.: 1885-6039
Domingo, 23 de Agosto de 2009
Ignacio Reyes García
Publicado en el número 275


Algunos indicios permiten conjeturar que los antiguos isleños concebían el espíritu humano como una emanación de la poderosa luz solar, pero compuesto a su vez por dos almas, una sutil y otra vegetativa, igual que ocurría en las tierras del Nilo.

Allí donde la estabulación urbana y su frenética deshumanización no han desplazado por completo los viejos modos de vida, todavía se observan algunas costumbres que reviven gestos y conceptos ancestrales. Un caso extraordinario, pues ha eludido la poderosa influencia cristiana en las Islas, reside en el hábito de colocar piedrecitas en las encrucijadas de los caminos o, incluso, en los brazos de alguna cruz instalada con motivo de alguna muerte violenta. En algunas comunidades amazighes del Continente, esa rutina funeraria también ha sorteado la prescripción islámica. Depositar dos guijarros (timenirin) sobre la tumba de los hombres y tres sobre la sepultura de las mujeres sigue siendo un acto frecuente, por ejemplo, en el sur de Marruecos.

En la actualidad, esta práctica quizá subsiste sólo como una especie de conjuro inconsciente, pero muchas personas cumplen todavía este ritual inspiradas por cierto temor hacia la reacción de las ánimas en pena. Según la tradición, el alma que aún no ha cruzado al más allá y ronda el lugar de su fallecimiento puede arrimarse u ocupar el cuerpo del transeúnte, bien para obligarle a realizar un cometido que dejó pendiente o para disfrutar de una vida a la que no quiere renunciar. Esta sencilla práctica le disuadiría de su empeño, pues la antigua cosmogonía amazighe asume la piedra como el amparo del principio femenino de la existencia, el útero de la divinidad celestial y de sus almas humanas.

Para la milenaria cultura amazighe, la realidad se concibe como un ámbito más complejo que el entorno puramente físico o terrestre, donde, por cierto, todo vive y posee voluntad propia. Otros planos sobrenaturales, donde habitan almas, espíritus y deidades, también interactúan con nuestro escenario material. Así las cosas, la muerte se entiende sólo como un tránsito a otra situación o estado. El ser humano no desaparecería con la extinción de su envoltura más densa o mortal, acontecimiento que, sin embargo, liberaría no una sino dos almas del difunto.

En líneas generales, la formulación que describe la naturaleza del ser y sus propiedades trascendentales (ontología) desde el antiguo Egipto hasta Canarias se resume en un característico principio dualista: un alma vegetativa, que permanece por más o menos tiempo cerca del cuerpo y hábitos terrestres del fallecido, mientras el alma sutil vuelve al espacio de luz o energía que, por demás, constituye su esencia. Con todo, la terminología conservada a este respecto en las Islas no acredita de manera categórica ese dualismo del alma, aunque no sólo las voces correspondientes sugieren esa representación.

Un informe que recogió de la memoria oral el Dr. Marín de Cubas (1643-1704) habla de un alma que sufre necesidades y afanes similares a las que padecía el sujeto antes de su muerte, motivo por el cual se le continuaría atendiendo en la sepultura con diversos objetos y alimentos. Algo similar evoca hoy la tradición popular, cuando recomienda no retirar los restos de la cena hasta el día siguiente para que se puedan alimentar los invisibles. Pero el ilustre médico e historiador teldense destaca también unos encantados o espíritus que llegan del mar en forma de nubes cuando se abre la puerta del solsticio de verano, un fenómeno que ya constatara el cronista Pedro Gómez Escudero (ca. 1484) entre la población ínsuloamazighe de Lanzarote y Fuerteventura.

En efecto, como nubes encantadas se conoce además a los fantasmas, bayuyos (bajiwəgjiwəg) u ‘objetos flotantes’ tanto en Tenerife como en Fuerteventura, aunque no resulta fácil determinar si ha habido algún tipo de trasvase de la imagen léxica de una isla a otra, lo más probable, o bien se trata de una coincidencia, muy lógica por cuanto el término pertenece al flujo dialectal (tuareg o meridional) que fue dominante en todo el Archipiélago. En cualquier caso, los contextos certifican sin lugar a dudas su alcance espiritual.

Ambas manifestaciones del alma, sutil y vegetativa, las registra Marín (1694) con un vocablo común: maxios. En realidad, el análisis filológico encuentra ahí un enunciado (maghu) que alude a la ‘aparición luminosa’ considerada por el credo nativo como ‘hija del Sol’ (Magheq). Pero, de seguro, la variante más popular en el presente, aunque sumida en una deriva peyorativa bastante lamentable, remite a nuestro mago (maggu), el ‘alma aparecida’ del ser humano. El matiz entre estas dos referencias es mínimo y, a juzgar por los datos disponibles, apenas permite especular con cierta distinción cualitativa relacionada con una condición más pasiva o más activa en cada mención: de una parte, maggu parece predicar de aquello que aflora, surge o asoma, por ejemplo cuando la claridad baña la obscuridad y descubre cuanto se hallaba oculto a la vista; mientras maghu centra la atención en aquello que se enciende, prende, alumbra o ilumina por sí mismo.



Pero, que a estos seres inmateriales y dotados de razón se les adjudique una indudable afinidad con la poderosa luz que irradian el astro solar sacralizado (Magheq) y algunas denominaciones divinas, como Eraoranhan (Era-uraghan) y Achaman (Aššaman), tampoco debe causar mucha extrañeza. No son pocas las culturas dispersas por el planeta que sitúan en el ‘brillo intenso’ la nominación de diversas manifestaciones celestes, muchas de ellas a menudo deificadas. Esto ocurre por ejemplo con el lexema indoeuropeo deiw-, donde el trayecto desde el antiguo deiwos hasta el deus latino y el dios hispano nunca se aparta de la misma iluminación que brinda el día o se alcanza en un estado psicodélico, ingredientes a su vez de este radiante campo semántico.


Ahora bien, nuestro médico isleño, que fuera rector de la Universidad de Salamanca, traslada otro concepto que presenta unas implicaciones aún más relevantes si cabe:guaya (wayya), de nuevo documentado en Gran Canaria y Tenerife para designaciones humanas y divinas. Este vocablo, que traduce correctamente por ‘espíritu’, ya no denota tanto expresiones del alma como el ‘hecho de estar en el origen’ o ‘ser la causa de algo’, en clara alusión al principio o fuerza vital del sujeto en su sentido más substantivo o esencial.

En todo caso, y aunque la religión, como la ideología en su conjunto, representa un elemento fundamental en la cohesión social de ciertas comunidades, esto no implica necesariamente la existencia de un pensamiento único: «En esta Ysla de Thenerife unos afirmaban que no hauia en los Cuerpos Alma racional, o que en muriendo el Cuerpo todo se acababa; otros confesaban haver un Dios universal», reza el curioso testimonio que Tomás Marín de Cubas (1694: 82r) anotó también con pulcro afán testifical en su imprescindible Historia De las Siete Yslas de Canaria...

Fondo de Cultura Ínsuloamazighe
http://www.ygnazr.com/eseghber.htm

REPUESTA A UNAS INTERROGANTES DEL SR. ESPINEL CEJAS (I)





Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen

En varios grupos de  Facebook en los que acostumbro participar he leído con asombro y desagrado un lamentable comentario que me ha producido vergüenza ajena, atribuido al criollo José M. Espinel Cejas, coautor del libros “Juegos guanches inéditos”, el comentario en cuestión desde mi punto de vista no tiene desperdicio como fuente para valorar el hecho de que  la cretinidad no esta reñida con las titulaciones académicas.

El comentario en cuestión es el siguiente:

“HA DICHO José M. Espinel Cejas: ¿De donde coño se sacaron eso de la diosa madre Chaxiraxi? Siempre la misma mierda de religiones, si ya es una mierda el cristianismo, o el islam o cualquier otra, ahora resulta que en lugar de una figura geométrica con valor y significado aritmético y sobre todo con simbolismo concreto... ahora van y le añaden otro conceptual, abstracto y de putiferio berbenero-místico.... Hay que joderse, antes los que iban de hippies y se pasaban con la griffa no se metían a elucubraciones archeologicques, ahora van de guanchafaris en plan Bór´Marley... no te jode, descubriendo la pólvora y hasta se les aparece la virgen... que ya quisiera yo, pero "pa echarle un polvo"....José M. Espinel Cejas: Formación y Empleo-- Empresas--Dirección General de Protección del Menor y la  Familia: Técnico A.T.A.R. - Educador (?) de junio de 1991 a la actualidad--Centro de Estudios de Posgrado: -Hortofruticultura---Universidad- E. Universitaria del Profesorado de E.G.B./ Universidad de La Laguna--Promoción del 2000. Magisterio Ciencias Humanas.---Universidad de La Laguna-San Cristóbal de La Laguna---Escuela Secundaria I.N.B. Teobaldo Power........*Viendo su perfil señor Cejas y leyendo este comentario está perfectamente claro que ha utilizado usted ésta página para decirnos que es "USTED" el Perfecto TÉCNICO" - "EDUCADOR" (?) que muchas culturas quisieran tener*.

No puedo resistirme a dar repuesta conforme a mi modesto saber y entender a esta serie exabruptos vertidos por el Sr. Espinel en su irrespetuoso e insolente comentario desglosándolo:

¿De donde coño se sacaron eso de la diosa madre Chaxiraxi?

Mire usted Sr. Espinel, de un coño similar al de donde salió usted, pero más digno, sabio y selectivo, incapaz de dar a luz a tarados mentales.

En cuanto a la Diosa Madre Chaxiraxi permítame documentarle un poco sobre el particular, apoyándome en la incuestionable autoridad académica del Dr. Ignacio Reyes García, Filólogo e historiador. La cita es extensa todo un capitulo de su obra “La Madre del Cielo”, que si tiene la paciencia y humildad necesaria para leerlo, posiblemente disipe sus dudas en torno a de donde coño sacaron eso de la Diosa madre Chaxiraxi:

Tradición Amazighe

Hasta donde descubre el análisis filológico, la antigua cosmogonía insuloamazighe sigue la más atávica tradición norteafricana.

En concreto, como ya argumentó hace una década el matemático e historiador José Barrios García (1996, 1997), la concepción isleña del mundo se habría organizado también en torno a una estrella colosal, Canopo, obligada referencia astronómica y calendárica en el hemisferio austral, solapada por la transculturación colonial con la advocación mariana de la Candelaria.

El magnífico estudio entológico realizado por la profesora Viviana Pâques (1964) en el Fezzan, Túnez, Argelia, Sahara y Malí verifica la profundidad histórica y la dispersión étnica de este pensamiento cosmogónico en toda la mitad septentrional del continente africano. En resumen, dicha interpretación emplaza la creación del cosmos en la explosión de una estrella primordial.

Este «huevo del Mundo» habría estado compuesto en su origen por una mitad superior, blanca y seca, y una mitad inferior, roja y húmeda, separadas por una especie de germen negro, representado por una serpiente. Su estallido habría lanzado al espacio cuatro unidades diferentes: un huevo blanco, al Este, emblema del cielo y del elemento fuego; un huevo rojo, al Oeste, representación de la tierra y del elemento agua; un tridente negro, al Norte, manifestación de la fecundidad y del elemento tierra, simbolizado por la Serpiente triple o árbol cósmico; y la misma figura, pero sin el trazo central (), al Sur, signo del elemento aire. Un conjunto, entendido también como arquetipo del ser humano, cuyos componentes devienen personajes de historias y rituales que forman parte de las tradiciones básicas transmitidas a los niños desde edades muy tempranas (Pâques 1995: 47-49).

Con algunas diferencias locales, en general el proceso se explica y se representa a través de la inmolación anual de un morueco o carnero, momento asimilado a esa explosión de la estrella matriz que generó el primer cielo. Del sacrificio de Canopo habrían nacido cuatro constelaciones de seis estrellas, que surgen en el cielo conforme a un orden específico, abierto por la aparición de las Pléyades en primer lugar:

Selon les données astronomiques, Canopus se lève avec le soleil à 20º de latitude (Tibesti), le 1er août et sa hauteur maxima au méridien est 17º 20’ au-dessus de l’horizon. A la latitude de Murzuk, elle se lève le 11 août avec hauteur maxima 11º 25’ et à la latitude de 30º (Ghadamès, Le Caire), elle se lève le 23 août avec hauteur maxima 7º 20’ . Mais à l’oeil nu, on ne perçoit le lever que quelques jours plus tard. Ces dates correspondent donc à celle que la tradition nord-africaine a fixée à trois mois après le début de l’été, fixé, lui, au 17 mai de notre calendrier, d’après le lever héliaque des Pléiades [Pâques (1964) 1995: 36].

El orto y la puesta helíacos de Canopo, cualesquiera que sean los acontecimientos de la vida social y económica con los que cada comunidad los asocie, marcan sin duda las principales referencias calendáricas. Sólo menos brillante que Sirio (Alpha Canis Majoris, de magnitud -1.58), aunque ubicada a mayor distancia, Alpha Carinae (magnitud -0.86), la «Estrella de Osiris», nuclea un mito genésico absolutamente integrado en unas culturas siempre muy ligadas al medio natural. Pero su influencia impregna otras muchas parcelas de la existencia cotidiana: desde el diseño de una casa hasta la organización de la sociedad, toda creación humana importante, sea cual fuere el plano de la realidad en el que se exprese, reproduce el esquema cualitativo y cuantitativo de esta dispersión estelar primigenia.

Tal concepción, que opera a su vez como principio de equilibrio e indemnidad, suministra cohesión y garantías simbólicas de continuidad a unas comunidades que, a pesar de haber podido introducir alteraciones en el relato mítico, siempre han buscado en el cielo una pauta positiva para comprender y controlar las condiciones históricas de su reproducción. No obstante, las noticias relativas a épocas antiguas, por lo general inciertas y difusas, despuntan con mucha dificultad entre una abigarrada constelación de dioses y creencias.

A menudo se acude a una cita ya clásica del historiador y geógrafo Heródoto de Halicarnaso (484 a .n.e. -425 a .n.e.) para dar cuenta del contenido cosmológico de la religión líbica, mientras que se presta menos atención a la certera referencia que añade relativa a una deidad femenina:

YÊousi d¢ ÑHl¤ƒ ka‹ SelÆn˙ moÊnoisi: toÊtoisi m°n nun pãntew L¤buew yÊousi, étår ofl per‹ tØn Tritvn¤da l¤mnhn n°montew tª 'Ayhna¤˙ mãlista, metå d¢ t“ Tr¤tv ni ka‹ t“ Poseid°vni [Heródoto, Hist. IV, 188 (1993: 200)]2.

Se escondan o no divinidades de origen líbico tras los cultos griegos, Heródoto habla aquí de la diosa que fue conocida en Egipto por el nombre Tehenut, es decir, ‘la Libia’ o ‘la Tehenu’, denominación de una de las dos grandes agrupaciones líbicas de la Antigüedad, junto con los temehu, bien atestiguadas en el segundo milenio a.n.e. Como la Atenea griega o la Neith (Net) egipcia, esta Tehenut se relacionó con la guerra, pero parece no haber perdido nunca su prístino valor fecundante. Con seguridad, en el Imperio Nuevo, durante la segunda mitad de ese II milenio a.n.e., Neith, la vieja deidad predinástica, se identificaba en el país del Nilo con la diosa madre o numen primordial, que habría generado, además del universo, tanto a los dioses como a los seres humanos. En concreto, el imaginario egipcio le confirió la maternidad de Sobek, el dios ‘cocodrilo’, representación de la fertilidad, equiparado por los griegos a Helios, el Sol.

Principios astrales y naturalistas substancian, pues, los antecedentes religiosos más remotos de la culturaamazighe, que en adelante adoptará así mismo figuraciones antropomorfas. Se trata, en todo caso, de nociones, elementos y valores cuya impronta se detecta también en Canarias.

Las primeras fuentes europeas sólo dejaron constancia, un tanto genérica, del contenido astral que alentaba en la religión isleña:

[...] quod in Canaria et aliis ei adiacentibus insulis, quae Insulae Fortunatae numcupantur, sunt personae utriusque sexus nullam legem tenentes nec aliquam sectam sequentes, sed dumtaxat solem et lunam adorantes [...] [Urbano V (1369), Ad hoc]3.

Un siglo más tarde, apenas aparece una leve precisión en la memoria del viaje protagonizado por un comerciante veneciano, donde señala que los habitantes de Tenerife: «Non hanno fede, ma adorano alcuni il sole, altri la luna e altri pianeti, e hanno nuove fantasie di idolatria [...]» [Ca da Mosto (1455), apud Ramusio (1550)]4.

Aunque el enfoque misional trató siempre de acomodar las creencias isleñas al imaginario cristiano, monoteísta y patriarcal, para potenciar sobre los intereses civiles y militares la autoridad del ejercicio evangélico en el proceso de conquista y colonización. Un reduccionismo ideológico que, en fechas tardías, aún depone negaciones significativas, acaso inspiradas por una cierta e interesada valorización del aporte nativo al mestizaje que fluye en la nueva sociedad:

Los naturales destas Islas no tuuieron Idolos, ni adoraron al Sol, Luna, ni Estrellas, ni piedras, ni otras figuras ni tuuieron ritos, ni ceremonias, à vn solo Dios adorauan, que dezian estaua en lo alto, y que este Dios los sustentaua, y daua la vida; en cada Isla le nombrauan con diferentes nombres, conforme su lenguage, y segun su modo de hablar [Núñez de la Peña 1676: 26].

Pero, si bien no hay pruebas que garanticen la naturaleza cosmológica del culto a la divinidad femenina, las caracterizaciones que se brindan a propósito de la devoción isleña a la Virgen de Candelaria apenas admiten otra lectura. Cabe pensar, por descontado, en figuraciones literarias, pero ya constituye un indicio el tenor de esas descripciones. La más explícita de ellas alega que:

Otros demas deuotos coraçones, / Dezian que las bozes y armonia / Muſicas, cantos, lumbres proceſsiones, / Con aplauſo y acorde melodia, / Eran a cauſa ſuya, y los varones / En quien mas parte de prudencia auia, / Dixeron ſer del cielo alguna eſtrella / En traxe de muger hermoſa y bella [Viana 1604, VI: 124v].

Quizá simple retórica debida al ingenio poético del médico lagunero, aunque antes ha dedicado dos estrofas más a exponer otros argumentos volcados para explicar la aparición de la Virgen.

Cómo no evocar, entonces, la tradición que recogieron los franciscanos en cuanto a la nítida calificación nativa de esta imagen:

Sabido esto por los moradores de las dichas islas, la comenzaron a tener en muy grandísima veneración, llamándola Madre del Sol, la cual devoción ha quedado y está viva el día de hoy entre todos los naturales, a quien los españoles llaman guanchas [sic], y la adoran tanto como al mismo Dios [González de Mendoza (1585) 1944: 301].

Una ‘Madre del Sol’, congruente con la dimensión norteafricana de Canopo, que retiene una divinización isleña persistente y algo incómoda para lo que postula el dogma cristiano: [...] y es tanta, la que los naturales con esta santa reliquia tienen; que si la Fe no les enseñara la Candelaria ser madre de Dios, y no Dios: la confessaran a ella y tuuieran por tal, según la Fe que con ella tienen [Espinosa (1594, II, 1: 31v) 1980: 50].

Aunque, en opinión del dominico, esta singular devoción viene motivada «por haberles en su infidelidad aparecido y a la ley evangélica por su medio atraído» (Espinosa 1980: 50); un requiebro doctrinal quizá inevitable para rematar una realidad sociorreligiosa difícil de digerir.

Pero la interpretación menos temeraria revela aquí un culto ancestral a la diosa madre, que, no sin muchas reservas todavía, quizá tendríamos que empezar a tomar en su dimensión primordial (¢rc»).

Sin embargo, toda cautela resulta insuficiente: los informes que hemos reunido para recomponer los trazos insulares de esa tradición, además de padecer un ineludible sesgo ideológico, recubren un lapso de doscientos años de historia, donde evoluciones endógenas e influencias externas debieron dejar una huella que aún no estamos en condiciones de rastrear con exactitud.

1. Fuentes escritas

Si sólo consideramos la proposición nativa que designa a la ‘madre de Dios’ (núm. 2), aceptar algo más que la mera traducción amazighe del concepto cristiano sería bastante aventurado. Pero las fuentes coloniales transmiten una voz, Chaxiraxi, cuyo estatuto semántico posee un rango propio. Esa Virgen María, tenida por la ‘Madre del Sol’ y concebida así como ‘la que sostiene el universo’, trasciende sin duda la caracterización cristiana. Pretender que esta noción y su plasmación léxica se debieron a dicha in fluencia religiosa, presupone aceptar un cierre categorial y discursivo inconsistente y mutilador.

Tan mecánica e inocente no debió de ser esta asociación de ideas, por cuanto el término nunca entró a formar parte de los recursos literarios y votivos de las instituciones eclesiásticas, que se habrían limitado a representar esa condición astral a través de la vela que porta la imagen (símbolo traducible sin mayor inconveniente a su noción de luz espiritual que ilumina el mundo).

NÚM. 1 [chaxiraxi]

§ «[...] y adoraban â Díos, â quien llamaban Guaraxíraxí. y â Santa Maria despues que les aparecío la llamaban Chaxíraxí. Y es de notar, que Guayaxíraxí, quiere decír, el que tíene al mundo. Y Chaxíraxí, quiere decír, la que carga al que tíene al mundo»

[Abreu (ca. 1590, III, 13) d. 1676: 90].

§ «[...] il nomauano Achuhuran Achahucanac, cioè il grande, il sublime; et alla Nra. // Donna Chaxiraxi, et anco la chiamauano Armaxes guaiaxiraxi, che uuol dire la madre di colui che sostenta il mondo» [Torriani (1590: 70v-71r) 1940: 166]5.

§ «[...] adoraban por cosa Celestial, y suprema Deidad a la Virgen de Candelaria, y a el Niño en su mano derecha llamaban Chijoragi hasta el tiempo de la Conquista contaban haver cien años solares que tenian à esta Señora en su tierra, mui pocos mas ò menos y hacia en ellos admirables prodigios en medio de ser paganos, y ydolatras» [Marín 1694, II, 20: 82]. — Ta aγir aγi, comp. f. sing. = ‘Ésta (la que) carga el firmamento’. *ta (> ča), pron. dem. f. sing. ‘ésta’. V. [T]. *aγir, s. m. sing. ‘firmamento, bóveda celeste’.V. [H·Γ·R].*aγi, n. vb. m. sing. ‘hecho de sostener o cargar’. V. [Γ].

N. B. La ausencia de una preceptiva marca personal en el lexema [Γ], único que podía asumir una función verbal, mueve a considerar la expresión aγcomo una forma deverbativa. Esto nos deja con una versión literal del sintagma semejante a: ‘ésta es el soporte (o sostén) del universo’, la madre cósmica de ese Guayaxiraxi o Wayya-aγir-aγi, ‘el espíritu que es sustento del universo’, conocido más allá de eventuales influencias cristianas, tanto en Tenerife como en Gran Canaria, por el adjetivo Acorán o Aqqoran, ‘el Celestial’.

5                 En traducción de A. Cioranescu (Torriani 1978: 179), el fragmento dice: «También lo llamabanAchuhuran Achahucanac, es decir, ‘el grande, el sublime’; y a Nuestra Señora, Chaxiraxi, y también la llamaban Armaxes Guaiaxiraxi, que significa ‘la Madre de aquél que sustenta el mundo’».

Cf. 1. Álvarez Delgado (1945: 21) cita: «chaxerax (nominativo) como ‘gran dama’ o ‘Gran Señora’, o ‘Señora Universal’; y chaxiraxi (con genitivo) como ‘señora del mundo’, ‘señora del universo’, o ‘reina de todo’». 2. Bethencourt et al. (1996: 112) citan: «Podría descomponerse: TA-GER-AK = ‘la que está cerca de todos’».

NÚM. 2 [achmayex...]

§ «[...] il nomauano Achuhuran Achahucanac, cioè il grande, il sublime; et alla Nra. // Donna Chaxiraxi, et anco la chiamauano Armaxes guaiaxiraxi, che uuol dire la madre di colui che sostenta il mondo» [Torriani (1590: 70v-71r) 1940: 166]6.

§ «[...] y adoraban â Díos, â quien llamaban Guaraxíraxí. y â Santa Maria despues que les aparecío la llamaban Chaxíraxí. Y es de notar, que Guayaxíraxí, quiere decír, el que tíene al mundo. Y Chaxíraxí, quiere decír, la que carga al que tíene al mundo. Y por otro nombre llamaron a Santa María Atmayceguayaxíraxí, que quíere decír, La madre del que carga al mundo» [Abreu (ca. 1590, III, 13) d. 1676: 90].
6 Ver nota 5.

§ «[...] porque esta es (diziendolo en su propio lenguaje) Achmayex, guayaxerax, achoron, achaman. La madre del sustentador del cielo y tierra y por tanto es Reyna de uno y otro»
[Espinosa 1594, II, 7: 42v].

— At may-əs wayya aγir aγi, prop. = ‘He aquí la madre del espíritu que sostiene el firmamento’. *at, part. presentativa, ‘he aquí’. V. [T]. *may, s. f. sing. ‘madre’. V. [M]. *-əs, pron. suf. pos. 3ª pers. com. sing.‘suyo/a’. V. [S]. *wayya, n. vb. m. sing. ‘espíritu (origen, esencia)’. V. [Y]. *aγir, s. m. sing. ‘firmamento, bóveda celeste’. V. [H·Γ·R]. *aγi, n. vb. m. sing. ‘hecho de sostener o cargar’. V. [Γ].

N. B. El sentido de la frase permite salvar las dudas que inspira la confusa representación gráfica del sufijo pronominal: may-əse refiere a la ‘madre de él’, es decir, de esa divinidad masculina que se prefigura como el ‘espíritu sustentador del mundo’, connotada por Alonso de Espinosa con otros dos de sus títulos principales, Achoron (Aqqoran, ‘el Celestial’) y Achaman (Aššaman, ‘Relampagueante’).

Tal ideación acepta el correlato cristiano sólo desde una óptica muy estrecha, pues esa noción de Dios o de un poder supremo se conoce también en la iconografía amazighe continental, aunque con un alcance quizá tan terrenal como espiritual.

Sin embargo, ya con apariencia de varón y en un contexto religioso fehaciente, la mejor cristalización material de una figuración simbólica de este tipo fue documentada en la isla de Gran Canaria por la expedición ítalo-portuguesa de 1341 (aunque la pieza no ha llegado hasta nosotros):

Inuenerunt et insuper oratoriuunuseu templu. iquo penitus nulla erat pictura nec aliud adornatum. praeter statuam unaex lapide sculptaimaginehominis habentem manuque pilatenentenudamfemoralibus palmeis more suo obscena tegente[Recco (1341) < Boccaccio ca. 1342: 123v]7.

Cf. 1. Abercromby [(1917) 1990: 55] cita: «En achmayex (achmayce), que ha de leerse mayešmaise, podemos encontrar el sufijo -s, ‘su’. La palabra para ‘madre’ es aquí y en (Tam.) ma. El sufijo puede haber sido en Tenerife -is con la inserción de una -y- entre las dos vocales. Pero el signo del genitivo se ha omitido después de -mayex, -mayce». Por lo que restituye [p. 75]: «Las palabras se corresponden muy de cerca con la forma (Tait.) ma-s n wa ieγerahen, ‘su madre de él que guarda’».

2. Wölfel (1940:257) cita: «ar-may-es wa-ya-xiraxi ‘die Mutter-seine jenes-des-Alls’».

Pero la recomposición que postula para la secuencia wa-ya, cargada de valores genitivos en su traducción, carece de fundamento gramatical.

3. Álvarez (1945: 19) cita: «Teniendo en cuenta cuanto dijimos del nombre de Dios, antes estudiado y que engloba esta frase, y del valor genitivo de la forma guayaxiraxi, habrá que dar como auténtica, transcribir y traducir esta frase así: ach- mayex guaya(xi) xiraxi achoron achaman. La madre del sustentador grande de tierras y cielos».

4. Wölfel (1965: 366) cita: «*at_- may-es wa-ya-xe/irax(i) ‘diese-Mutter-seine (von) dem-welcher-erhält’.at_-may-es wa-ya-xerax akoran-at_aman ‘Die Mutter-seine welche-sieerhält den-Großen-des Himmels’».

 5. Muñoz (1994: 300) cita: «achmayex guayaxerax, es, en realidad, ata ma yuš wa yuš ur uš, que significa ‘he aquí la madre de Dios; del que es Dios sin igual’».

6. Bethencourt et al. (1996: 113) citan: «[...] que sería: A-TA-MAY-GH N WA-Y-A-GER-AK AT-GUR-UN AT-AMAN = ‘¡oh! esta nuestra Madre de este (que está) hacia (cerca de) todos, el que les tiene (sostiene) a Uds. el (lugar del) agua (el cielo) o vuestro sostén del cielo’».

Alguna otra mención nítida de una divinidad femenina sólo se localiza en la isla de El Hierro, la más pequeña y meridional del Archipiélago.


NÚM. 3 [moneiba]

§ «Adoraban los naturales de esta ysla del Híerro dos Ydolos, quelos fíngían macho, y hembra: al macho llamaban Eraoranzan, y a la Hembra Moneiba» [Abreu (ca. 1590, I, 18) d. 1676: 24v].

§ «Gli huomini adorauano un Idolo maschio et le donne uno femina, il maschio chiamauano Eraoranhan, et la femina Moneiba, à iquali faceuano orationi senza scrificio et credeuano ch’essi habitassero l’altissime rupi» [Torriani (1590: 86r) 1940: 188]8.

§ «Adoraban los Herreños, dos idolos fingidos en la mente, comprendidos a la mente, devotos de hombres, y ganados machos Oronjan, de mugeres, y hombres; Mon[t]iba; a quien pedìan agua, y buenos temporales, y hazian sus juramentos; no les hacian sacrificios, ni otra ofrenda, ideabanlos: en dos riscos ò peñascos sercano uno de otro mui altos delgados, y peinados como torreones, en el termino de bentaigas, y oi llaman los Santillos de los antiguos» [Marín 1694, I, 20: 39r]9. — Munəy_ibba, comp. f. sing. = ‘Brilla el humo’.*munəy, n. vb. m. sing. ‘brillo’. V. [M·N·Y]. *(ib)ba, s. m. col. ‘humo’. V. [B·B].

N. B. No hay referencias contextuales seguras que garanticen una lectura etimológica solvente.

La hipótesis propuesta, que contempla una imagen cualitativa de género indiferenciado, trata de mantener cierta congruencia semántica con la otra designación divina, Eraoranhan, esto es, Era-uraγan ‘quien es o está en lo ardiente o brillante’10.

Cf. 1. Giese (1952: 423) cita: «Un buen hallazgo de Zyhlarz es moneaba ‘nombre de una peña donde había un demonio femenino’, que —en vista de que la puede representar una originaria— deriva esta palabra de*maûn 'e-re'bbát cananeo: ‘mansión de Rabbát’. Rabbát era una diosa muy popular de los cananeos».

2. De Wolf (1990: 82) sugiere una vía de comparación a través de «Mnarva o Meneruva. Su función original fue la de cuidar a los niños, aunque más tarde parece haber asumido las funciones de la Atenea griega. En líbico, men-araua significa ‘madre de las criaturas’».

3. Bethencourt et al. (1996: 114) proponen: «MUN IBBA = ‘la que acompaña a mi padre (al Padre o Dios), al Dios protector de los hombres’».

Hasta aquí las alusiones directas que suministran las fuentes etnohistóricas en torno a una deidad femenina. Por descontado, nada que deba movernos a sellar de modo inconcuso la investigación en este capítulo de las creencias. De hecho, la trascendencia de este culto tuvo que dejar en el habla alguna prueba más específica de su dimensión astral. Pero sólo hemos encontrado un ingrediente léxico que parece responder a esa vinculación con la estrella más brillante del firmamento después de Sirio, ‘el Perro’ que domina la constelación del Can mayor (inmortalizada en el topónimo canario Facaracas o Farakrak).

NÚM. 4 [guayarmina]

§ «[...] y que Arminda unica heredera de la Ysla su Sobrina [de Fernando Guanarteme] muchacha de 18 años hija de Guanache Semidan, que fue Guadartheme llamado el bueno esta ìa estabacasada con un muchacho hijo del Guadartheme de Telde, aquien los Españoles llamaron Tazartico [...]» [Marín 1694, II, 10: 57v].

§ «Quando sucedío la príssíon de Guadartheme, se hallava la Corte de Galdar con solo la gente palacíega al seruícío, y guarda del, y de las dos Ynfantas Mas[...]quera11 Híja del difunto Guadartheme Guayasen llamado el bueno, y Guayarmína híja de Thenezort Guadartheme» [Castillo 1737: 74].

§ «Avía conferido sobre negarle a Thenezort el merecer el título que tenía por la sospecha que tuvíeron (no sín alguna fragrancía) los canaríos de que auía sído su príssíon voluntaría, y que por consequencía perdía el derecho de immediacíon Guayarmína su híja, y por ello devíera volver el Reíno â Macequera12 como híja de Guayasen Guadartheme el bueno» [Castillo 1737: 74V].

§ «Se asegura que Bentejuí estaba para desposarse un día de aquellos con la joven Guayarmina, hija de don Fernando [y heredera de los estados de Gáldar]. // Luego que se fue serenando la conmoción, volvió este príncipe a nuestro campo, seguido de los suyos, y, trayendo del brazo a su hija Guayarmina y a su sobrina Masequera, las presentó al general [...]» [Viera (1772)
1982, I: 535].

§ «Infanta hija del rey Thenesor Semidan, llamada después de bautizada Dª Margarita, que casó con Miguel de Trexo Carvajal» [Bethencourt (1880) 1991: 334; Serra Moratín 1897].

§ «Desde muy temprano comenzaron à enlazarse los conquistadores con los conquistados. El gobernador Maciot de Bethencourt casó con la infanta Teguise, hija del reyezuelo de Lanzarote.

Los hidalgos Fernando de Guzman y Miguel de Trejo Carvajal casaron con las dos infantas de Gran-Canaria llamadas Guayarmina y Masequera» [Anónimo RCI s. f. ( 1881 a .): 4-5].

En nota a pie de página, puntualiza lo siguiente:
§ «La voz guayarmina significa estrella, segun un manuscrito antiguo que he visto y hoy le posee el Prebº Don Domº Brito y Salazar, Benefdo del Pto. de Orotava» [ibídem].

§ «En la Gran-Canaria casó la hija de Guayasen el Bueno, de quien fué tutor el Guanarteme D. Fernando, con Hernando de Guzman, uno de los conquistadores, hijo de Alonso Perez de Guzman, natural de Toledo, señor de Batres y Alenvillet, habiendo trocado en el bautismo su nombre de Arminda por el de Catalina (2); y la hija legítima del Guanarteme, la infanta Guayarmina, (3) que llevó luego el nombre de Margarita, casó con Miguel de Trexo Carvajal, hijo de Alonso Perez Carvajal, señor de Grimaldo y de la Corchuela y de Elvira Fernandez Trexo. (4)» [Millares 1881: 258]. Y en la nota (3), añade:

§ «Guayarmina ó Guan-ar-mina significaba en el dialecto canario Estrella ó, á la letra, hija del cielo. / Mss. antiguo» [ibídem].

Aunque en notación muy tardía, también para Tenerife se indica la presencia de este antropónimo femenino:

§ «Infanta, hija del rey [de Güímar] Añaterve» [Bethencourt (1880) 1991: 347]. — Wayya ar minna, antr. f. comp. = ‘(Estrella)’, lit. ‘espíritu hasta la sequía prolongada’. *wayya, n. vb. m. sing. ‘espíritu’. V. [Y].*ar, prep. ‘hasta’. V. [R]. *mənna, p. p. f. sing. ‘sequía prolongada’. V. [M·N].

N. B. Como expusimos en otro estudio (Reyes 2004: 162), una parte de la experiencia continental sitúa laaparición de Canopo en el inicio de la estación seca. Así lo ilustra el siguiente proverbio tuareg: «ettəāmăd_ Haghhagh / tăsahăqq wărăt tohegh, / war d-əs ilkem ahhagh. Traduction libre: Quand Canopus paraît, les mares qui ne sont pas encore pleines, ne se rempliront plus» (Bernus y Ag-Sidiyene 1989: 149). Con esta referencia, se podría ceder a la tentación de ver en la preposición ar otra acepción distinta de ‘hasta’, pero la estructura morfosintáctica del enunciado no respalda esas posibles lecturas. Por tanto, sólo restaría admitir una apreciación insular del fenómeno...

En este punto, entre las principales estrellas que puede percibir un observador medio situado en la latitud del Archipiélago13, la que responde mejor a la descripción que incluye nuestra traducción es la ‘Estrella del Sur’, como se conoce a Conopo (magnitud: -0.8) en las más antiguas comunidades africanas. Durante los últimos tres mil años, su aparición en el cielo ha tenido lugar en torno al veintitrés (23) de agosto (± 5 días), permaneciendo visible hasta el diecisiete (17) de abril (± 5 días)14. Es decir, su desaparición coincide con el comienzo de los meses más secos en el registro climático de Canarias.

Pero la pauta isleña no parece una excepción inopinada. En otras comunidades del ámbito tuareg, tan relacionado con la composición dialectal de las hablas isleñas, (WE) Ghuššăt, (Y) Wăγšăt, (D) Haγhaγ o (WW, H) Wadăt, que tales nombres recibe la estrella Alfa Carinae o Canopo, también se asocia con la abundancia de precipitaciones:

Quand Canopus est bien visible à l’est, il annonce l’apogée de l’hivernage (el) où les pluies seront les plus abondantes.

 Quand Canopus est ancore tout juste visible à l’ouest après le coucher du soleil, la fin des grandes pluies s’annonce [Prasse et al. 2003, I: 309-310].

Por si fuera poco, los habitantes de Tenerife celebraban a finales del mes de abril una festividad de ámbito insular, difícil de substraer al hecho de ser el período en el que se produce la puesta helíaca de varias estrellas representativas, entre ellas Canopo, para la vida socioeconómica de las diferentes comunidades isleñas:

Pero guardauan por coſtumbre antigua
Por dias feſtiuales de cada año
Del mes de Abril, los nueue poſtrimeros,
Porque les dieſſe Dios coſecha proſpera,
De frutos, y ganados, y aunque vuieſſe
Guerras entre ellos, auia entõces treguas,
Con paz tranquila, en tanto que durauan
Las fieſtas, regozijos, y plazeres [Viana 1604, III: 42v].

Pero también en los primeros días de febrero acontece una coincidencia cuando menos curiosa.

Hacia el día 2 de ese mes, la iglesia cristiana rinde culto oficial a la Purificación de la Virgen María , junto a la bendición de unas candelas que quieren recordar la presentación de Cristo, su hijo primogénito, ante el templo, conforme dictaba la ley mosaica. Sin embargo, no existe ningún fundamento histórico para la elección de esta fecha, lo cual lleva la elucidación más probable hasta otra eventual usurpación de una veneración pagana. En todo caso, la población amazighe de Tenerife parece que esos días celebraba la aparición vespertina de Alfa Carinae (Espinosa (1594, II, 10) 1980: 68). Esto explicaría que el jefe principal de Güímar, el bando donde había sido depositada la imagen, hubiera propuesto una tenencia compartida de ésta por seis meses al jefe principal de Taoro, el otro gran bando hegemónico de la Isla : «De esta manera, la división del año propuesta por el mencey de Güímar puede interpretarse como una partición del año sideral de Canopo, en base a los ortos helíaco y acrónico de la estrella» (Barrios 2004: 188).

En cuanto a la variante documental Arminda, produce extrañeza lo que puede tenerse por una amputación del primer ingrediente (wayya) del sintagma completo. Una economía de lenguaje tan abrupta se compadece mal con la formulación propia de un nombre personal como éste.

Cierto que no hay margen para penetrar con claridad en los hábitos sociolingüísticos, pero hablamos del núcleo conceptual del enunciado, de un «guaia que significa espiritu» [Marín de Cubas 1694, II, 20: 82] y remite, en su acepción primaria, a la ‘causa u origen’ de algo.

Sin embargo, sea o no una errata, esa otra dicción para la noción de ‘sequía’, minda, diríase que procura la forma original del vocablo, esto es, sin asimilación de la dental (nn), lo cual pone en relación los verbos (WE) mnnu, ‘estar desértica (región), no haber recibido lluvias desde hace más de un año’, y (WE, Y) măndu, ‘estar agotado, consumido, usado por completo’.

Las dos interpretaciones etimológicas que admite el nombre de la otra joven noble, Masequera, también abonarían esa especie de conexión astral que habría buscado el linaje guanartémico, dominante en Gran Canaria cuando se produce la colonización europea.

Una primera opción evoca el compuesto massa-ahγär massaaqqər, que equivale a ‘señora del cielo o firmamento’. Pero la segunda, menos cosmológica en apariencia, acepta un complemento adecuado de Guayarmina: la realización massa-aγăra massaaqqăra asume en español el sentido ‘señora de lo árido o seco’. Y, aunque el historiador Abreu Galindo (ca. 1590, I, 29: 36r) señala Aquerata como una de las diez demarcaciones tradicionales de la Isla, lo cual obliga a tener presente una denominación con perfil socioterritorial, también habría que contemplar las evoluciones de estrellas y estaciones para concretar una eventual dilucidación.

Por último, acaso convenga indicar que algunos autores ya muy tardíos mencionan otro antropónimo femenino, Collarampa, que adjudican a una hija de Benytomo (Wenytum), el jefe principal de la comarca de Taoro, en el norte de Tenerife, cabeza de la resistencia insular frente a la conquista castellana (Bethencourt Alfonso (1880) 1991: 344). Aunque el dato más revelador lo suministra Francisco Montes de Oca (1924: 61), al afirmar que «Juan Doramas tuvo por esposa a la Infanta Collarampa, (D.ª María Ana Hernández de Bencomo), llamada Estrella en lengua guanche», circunstancia que corrobora el análisis lingüístico: el compuesto kuyya ar affaw (o kuyyaranfa, con disimilación del radical geminado (*ff nf) y elisión de la semiconsonante (*-w ) en final absoluto después de vocal larga plena), nos presenta un ‘vértice o elemento saliente hasta el amanecer’, lo que puede tenerse por una buena descripción del planeta Venus.

2. Fuentes orales

La memoria popular en la zona sur de Tenerife ha salvado, cuando menos, un par de antiguos testimonios devocionales dedicados a una Virgen de Candelaria cargada de connotaciones nativas.

Según el informe que en el año 2001 hizo público nuestro amigo Eduardo P. García Rodríguez, este valioso material ha llegado más o menos intacto hasta el siglo XXI, conservando incluso ciertos fonetismos bien atestiguados en el habla amazighe de esta isla.

Sobre todo en el primer caso (núm. 5), la informante, Sita Chico, hija del maestro y poeta Domingo Chico González, distinguido en su día con la condición de Hijo Adoptivo de Güímar, señala con claridad que se trata de una oración dirigida a esta advocación de la Virgen. El cielo y también la prosperidad social se situarían aquí bajo su protección.

En cambio, menos categórica resulta esta conexión en la segunda muestra (núm. 6), una poética plegaria de acción de gracias, recogida en Chío (Guía de Isora) por Francisco Chico en la voz de un anciano pastor de la comarca. Los rasgos morfológicos no terminan de garantizar, como cabría esperar, el carácter femenino de su referencia al Sol (M-aγeq), tal y como sucede en la cultura amazighe continental, algo que, aun así, tampoco probaría su vinculación directa con la Candelaria.

Sin embargo, nos ha parecido oportuno incluir este pequeño poema en el estudio por dos razones principales. De una parte, ilustra muy bien la trascendencia otorgada a una luz poderosa y benefactora, sacralizada bajo diversas acepciones en la cosmogonía ínsuloamazighe (aunque con formulaciones expresamente masculinas, como Achaman Atguayafanataman). Y, de otro lado, porque el empleo de ese morfema nasal (m) en posición inicialque admite desde luego una lectura femenina, en el caso de no destacar género alguno mostraría el alcance singulativo del adjetivo verbal correspondiente, lo cual indica un énfasis en la magnitud del significante. Registrado también en el conjunto de la tradición norteafricana (o camita), el recurso, portador de esa ambigüedad insoslayable, no parece casual en la ideación isleña de esteconcepto solar, que de nuevo reflejaría un valor primordial y asexuado de la divinidad superior.

NÚM. 5 [magné...]

§ «¡¡Uh!! Magné Mastáy // Achen tumba Manéy. ¡¡Oh!! Madre del cielo / Madre de la tierra» [Sita Chico (Güímar, Tenerife) > Eduardo P. García (2001)]. — Ûh! Ma gənni, Ma stay / aše-n tunwa, Ma ney. = ‘¡Oh! Madre del cielo, Madre del crecimiento // de la hermandad, Madre de lo nuevo’. *ûh!, excl. ‘¡oh!’. V.[H]. *ma, s. f. sing. ‘madre’. V. [M]. *agənnāw (ə), s. m. sing. ‘cielo’. V. [G·N]. *astăy (ə), n. vb. caus. m. sing. ‘aumento, crecimiento’. V. [T·Y]. *aše, part. expletiva (no se traduce). V. [Š]. *n, prep. ‘de’. V.[N]. *tənwat, s. f. sing. ‘hermandad’. V. [N·W]. *ney, n. vb. m. sing. ‘nuevo’. V. [N·Y].

N. B. Desde el punto de vista sintáctico, el sintagma encadena una yuxtaposición de tres frases substantivas o compuestos genitivos, que representan otras tantas advocaciones de la divinidad, donde es posible observar las dos modalidades típicas de esta composición nominal:
(a) primaria o sintética: ma_əgənne, ma_əstăma_əney;
(b) preposicional (n) o analítica: ma_əstăy n tənwat.

Además, la comparecencia de la partícula expletiva aše, con representación todavía en algún habla tuareg,aporta un elemento de validación muy pertinente: su exclusivo uso poético y su específica (y oportuna) adscripción dialectal parecen excluir una manipulación torticera del texto.

NÚM. 6 [tanemir...]

§ «Tanemir uhana gek magék / Enehana benijime harba / Enaguapa acha abezan. Gracias poderoso Sol / por salir un día más / para alumbrar la noche» [Francisco Chico (Chío, Guía de Isora, Tenerife) > Eduardo P. García (2001)].

— Tanəmmirt uγan aγeq Maγeq / n eγenna benn iγimme h_arwa // n wafa aša abezzan. = ‘Gracias, joya que eres fulgor, Sol del comienzo del alba, que tiñe siempre // de luz toda la obscuridad’. *tanəmmirt, s. f. sing. ‘gracias’. V. [N·M·R]. *uγan, s. m. sing. ‘joya’. V. [Γ·N]. *aγeq, n. vb. m. sing. ‘resplandor, fulgor’.V. [Γ·Γ]. *maγeq, adj. vb. ¿f.? sing. ‘Sol’, lit. ‘la/lo que posee resplandor’. V. [M+Γ·Γ]. *n, prep. ‘de’. V.[N].
*eγenna, n. vb. m. sing. ‘comienzo’. V. [Γ·N]. *benn, s. m. sing. ‘alba’. V. [B·N]. *iγimme, 3ª pers. m. sing. aor. intens. ‘tiñe’. V. [Γ·M]. *harwa, adv. ‘siempre’. V. [H ·R·W]. *n, prep. ‘de’. V. [N]. *afa (wa),s. m. sing. ‘luz, claridad’. V. [F]. *aša, adj. invar. ‘todo(s)/a(s)’. V. [K > Š]. *abezzan, adj. ‘negrura’, fig.‘mal’. V. [B·R·K·(N)].

N. B. Como indica el obligado afijo personal del verbo (i-γimme), el sujeto léxico de la oración apunta hacia el sintagma masculino singular uγan aγeq (‘la joya que brilla’), completado por la aposición especificativaMaγeq n eγenna benn (‘Sol naciente’), quizá la adoración más antigua de la humanidad.

Aunque, como ya advertimos en la introducción de este epígrafe, el género morfológico de un sujeto no responde necesariamente a su cualidad natural o social.

Pese a quedar bien documentado en las fuentes isleñas (Reyes 2004: 155), de momento no hay pruebas definitivas que aseguren la condición femenina del vocablo Magheq, cuya pertenencia al panteón religioso goza sin embargo de plenas garantías.

No menos llamativa e interesante resulta la presencia del concepto abezzan (‘oscuridad’), versión masculina de una voz muy conocida y perfectamente atestiguada en la isla de Gran Canaria en su forma de femenino plural, tibizzena (‘apariencias malignas’), que destaca el ingrediente pernicioso y maléfico atribuido al color negro.

Por último, tampoco debe pasar inadvertida otra asociación semántica muy sugerente. A menudo, tanto en el ámbito continental como insular, la luz (afa, f. tafat) se ha empleado como sinónimo de ‘justicia’.

Con estos datos, no sería demasiado imprudente extender el sentido literario de la pieza hasta la traducción: ‘gracias, tesoro luminoso, Sol naciente, que siempre irradia justicia frente a todo mal’.  “ (Dr. Ignacio Reyes García, 2007)

Octubre de 2012.